LA MONARQUIA HEBREA - Recursos Cristianos

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sábado, 1 de noviembre de 2014

LA MONARQUIA HEBREA

LA MONARQUIA HEBREA

INTRODUCCIÓN  DEL  EDITOR
Por B. H. Carroll.

El presente volumen trata del período de transición señalando el cambio de gobierno de la nación hebrea, desde el de los Jueces hasta el de los Reyes. No se consideran sino tres reyes: Saúl, David y Salomón. El libro está lleno de un intenso interés desde su primera declaración hasta su última palabra. No conozco en el catálogo de los comentarios que tratan de este periodo uno que sea más luminoso o que tenga más interés para el estudiante de la Biblia que el presente tomo. No sólo trata el Dr. Carroll de la his­toria que encanta al lector sino que progresando en la interpretación de la historia, saca nuevas y viejas lecciones de la palabra divina, lecciones que no de­jarán de edificar, ilustrar y a esforzar a cuantos ten­gan el privilegio de leer estas páginas.
Revisando este manuscrito y preparándolo para su publicación me parece que he pisado terreno sagrado. Fue revisado por el Dr. Carroll, estando él en cama, en su última enfermedad, y las señales de que su enfermedad empeoraba rápidamente abundan en to­das partes del volumen. Su mente fue más aguda y penetrante hasta el fin, y nunca brilló más que en su elaboración de este tratado sobre el último de los jueces, el primero de los profetas y el primero de los reyes del pueblo hebreo
En su interpretación de la Biblia, el Dr. Carroll es a la vez claro, sencillo y profundo. Sus palabras son las que se aman y se usan en el lenguaje diario de la multitud. Nunca ha buscado ser técnico ni didáctico; por el contrario, por todos los medios que ha tenido a su alcance (aunque era Maestro de la dicción y composición inglesa), ha procurado hacer claro el texto de la Biblia Inglesa e interpretarlo de modo que estuviera al alcance de la comprensión de los no letrados, al mismo tiempo que lo presenta de un modo que interesa profundamente al erudito. En toda la esfera de la literatura no hay nada que muestre un entendimiento más íntimo de la mente popular al mismo tiempo que de la Palabra de Dios y su adapta­ción a los corazones del pueblo común, que la inter­pretación de Carroll de la Biblia Inglesa.
En su última enfermedad, el Dr. Carroll se interesó mucho en la presentación y utilidad propias de éste y de los otros volúmenes que componen esta serie. Sabia que sus labores terrenales habían terminado y que la revisión de sus obras futuras tendría que ser hecha por manos ajenas. Por tal razón, el Rev. J. W. Crowder y el que escribe esta Introducción hemos tenido que hacer la revisión final de este volumen y de los que habrán de seguir.
Cada vez mas, mientras me he dedicado de nuevo a esta tarea, me he sentido impresionado con la fuerza y la sabiduría de estas palabras del Dr. Cunningham Geikie que aparecen en el prefacio en el segundo volu­men en su "Hours With the Bible": "La vida es tan corta y sus responsabilidades son tan grandes, que la diligencia honrada es tanto una necesidad como un deber." Con este lema impreso en mi corazón usa­ré toda energía, seriedad y celo redoblados para desempeñar la tarea que emprendí mientras aquel grande hombre, el Dr. B. H. Carroll, gozaba de per­fecta salud, tarea que él, porque ya ha partido para morar con Dios, nunca podrá dirigir ni completar.
Considerando la muy extendida ignorancia acerca de la Palabra de Dios espero sinceramente que éste y los otros libros de esta serie encuentren una circula­ción grande y que irán en aumento. Quienes los es­tudien o los lean no podrán dejar de alcanzar una bendición permanente. Como un faro en una costa peligrosa, arrojan su luz sobre un mundo ele tinieblas espirituales, convidando a los que son azotados por tempestades en el mar de la vida a acercarse y hallar abrigo de las tormentas de la vida.
Así pues, se da al mundo este volumen que lleva sobre sí la impresión de la vida más noble que yo he tenido el privilegio de conocer, y las oraciones del que esto escribe a fin de que la gracia de Dios, "tan bri­llante como la luz y tan suave como el rocío," des­canse sobre sus páginas y sobre el corazón de cada persona a quien llegare este libro.

Dallas, Texas                                                                         —J. B. Cranfill.



I
INTRODUCCIÓN DEL AUTOR

El tema general de esta sección es "La Monarquía Hebrea." El libro de texto es la "Harmony of Samuel, Kings and Chronicles" por Crockett. El libro de texto colateral es "Hebrew Monarchy" por Wood. El mejor y más conveniente comentario sobre Samuel es el de Kirkpatrick en la Biblia de Cambridge.
Otros buenos libros de texto sobre Samuel y sus tiempos son: "History of Israel" por Edersheim, Vol. IV; "Samuel y Saúl" por Dean; "Kingdom of God in the Oíd Testament," Vol. II, por Hengstenberg; "Christology of the Oíd Testament," Vol. I, por Heng­stenberg; "Jewish Church" por Stanley; "Hours With the Bible" por Geikie; "Bible Characters—Eli, Samuel, Saúl" por Geikie; "Syllabus" por Sampey; Josefo. El Comentario de Murphy sobre Crónicas es bueno.
Los capítulos VIII, IX y X de Crónicas son paralelos a I Samuel, y las distinciones importantes entre Sa­muel y Reyes por una parte y Crónicas por la otra, son:
1. El tiempo de la composición y los autores; Sa­muel y Reyes fueron escritos por autores contempo­ráneos con los acontecimientos, pero Crónicas en su totalidad fue compilado por Esdras después de -la caída de la monarquía.
2. El propósito fue distinto. Samuel y Reyes se pro­pusieron dar una historia continuada por autores contemporáneos, de todo Israel desde el estableci­miento del reino, mostrando en primer lugar la tran­sición de jueces a reyes, luego la división del reino, y después de la historia de los reinos hasta la des­trucción de cada uno, por un período de quinientos años; toda es historia continuada por autores con­temporáneos. Pero el propósito de Crónicas es único. Ignora el reino Septentrional y sólo se propone mos­trar la genealogía e historia de la línea davídica en que se conserva la unión nacional, y comenzando con Adán muestra la persistencia de la vida nacional aun después de la caída de la monarquía. Su punto de vista es la restauración después del cautiverio en Babilonia. Y aunque es cierto que el compilador usa el material de los historiadores contemporáneos, o material de historiadores contemporáneos con los acontecimientos cuando éstos sucedieron, sin embargo lo usa de un modo retrospectivo.
3. Crónicas, es un principio nuevo y distinto de la historia Judaica, que arranca del Génesis, y viene a ser la introducción de todos los libros del Antiguo Tes­tamento escritos durante y después del destierro, y de los libros no inspirados del período ínter bíblico; por tal razón, viene a ser una preparación para la venida del Mesías- por la línea Davídica.
4. De allí también que los primeros siete capítulos de Crónicas son paralelos a los libros del Antiguo Testamento escritos antes de Samuel, y su último pá­rrafo va más allá de Reyes mostrando la conexión con la historia después del destierro.
5. Aunque es propio usar Crónicas en la Armonía con Samuel y Reyes, quien estudie Crónicas solamente en la Armonía, nunca podrá comprenderlo bien. En cuanto al titulo "Samuel," dado a los dos libros que llevan ese nombre, la siguiente explicación es a pro­pósito:
(1) En la enumeración Judaica los dos libros for­man uno solo. Una nota al fin de II de Samuel en la Biblia hebrea trata todavía de los dos libros como uno solo; y Eusebio, el gran historiador de la iglesia, cita a Orígenes al efecto de que los judíos de su día consi­deraban los dos libros como uno. Josefo también los cuenta así.
(2) El significado del titulo es doble: (a) Hasta la muerte de Samuel significa el autor del libro, y (b) como aplicado a todo el libro significa el héroe prin­cipal de la historia hasta el tiempo de David.
Considerando la historia y las fuentes del mate­rial, sabemos por 1de Crónicas 29:29 que la historia del reino de David se atribuye a tres profetas—Sa­muel, Nathán y Gad; y por otros pasajes en Crónicas sabemos que otros profetas continuaron la historia. Considerando el alcance de la 1 y 2Samuel, bien podemos decir que los autores fueron Samuel, Nathán y Gad, esto es, Samuel hasta 1Samuel 25; luego Nathán y Gad.
1. 1Crónicas 27:24 nos habla de los anales del estado durante el reino de David, y de estos anales pueden haberse sacado materias tales como las que aparecen en 2Samuel 8:16-18; 20:23-26; 23:8-39.
2. En 1Samuel 10:25 vemos que se dice expresa­mente que la carta del reino fue escrita por Samuel.
3. Es muy probable que la literatura poética nacio­nal dio el cántico de Ana, I de Samuel 2:1-10; el lamento de David por Abner, 2Samuel 3:33, 34; El Salmo de Agradecimiento de David, II de Samuel 22; las últimas palabras de David, 2Samuel 23: 1-7. El lamento de David sobre Saúl y Jonathán, 2Samuel 1:18-27, se dice que fue tomado del libro de Aser.
Ciertos pasajes en el libro mismo indican algo acerca de la fecha del libro en su presente forma:
1. Hay una explicación en I de Samuel 9:9 de tér­minos antiguos que eran necesarios por no ser usados éstos cuando el libro fue compilado.
2. En 2Samuel 13:18 hay una referencia de cos­tumbres anticuadas.
3. La frase "hasta el día de hoy" se repite siete veces:   I de Samuel 5:5, 6;  6:8;  27:6;  30:25;  2Samuel 4:3; 6:8; 18:8.
4. 2Samuel 5:5 se refiere a todo el reinado de David.
5. En la Versión de los Setenta, pero no en el hebreo, hay referencias que se extienden a Roboam, el hijo de Salomón.
6. En 2Samuel 27:6, una referencia a los reyes de Judá, da a entender que la división del reino en el día de Roboam ya se había verificado   La conclusión en cuanto a la fecha de la forma presente es que fue compilado poco después de la división del reino. Nunca se ha puesto en duda la canonicidad de los libros de  Samuel. Son notablemente exactos y  en  todas maneras  fidedignos. Cada parte es ol  lenguaje de un historiador contemporáneo que fue testigo ocular de las escenas, aunque hay algunas partes difíciles de armonizar, que se notarán particularmente cuando se presenten.
Los materiales para el texto son el Manuscrito Hebreo, y las versiones, esto es: La Versión de los Setenta, la Caldea o la Aramáica y la Vulgata. Nuestros manuscritos son principalmente el Manuscrito Alejandrino del siglo V. d. de C, y el Manuscrito del Vaticano del cuarto siglo. El Manuscrito Alejandrino se conforma más cercanamente al hebreo, habiendo una variación importante del hebreo en el manuscrito del Vaticano del texto hebreo. La versión caldea o aramaica, comúnmente conocida como el Targum de Jonatán Ben Uzziel, es, mas bien que traducción, un comentario o paráfrasis hecho por un judío moderno. En la tercera nota del Apéndice de I de Samuel en la Biblia de Cambridge se hallará en este Targum una adición muy notable al cántico de Ana, atribuyendo a ella una profecía acerca de la destrucción de los Filisteos; los descendientes de Samuel, que formaron una parte del coro de David, y se refiere a Senaquerib, y Nabucodonosor, Grecia, Aman y Roma. Para esta profecía no hay fundamento inspirado.
El Dr. Sampey, del Seminario de Louisville, dice que el texto de esta sección necesita editarse más que ninguna otra parte de la Biblia; ahora vamos a considerar algunas peculiaridades del texto:
1. Ciertos pasajes existen en duplicado, todos ellos en II de Samuel con excepción de I de Samuel 31, que es lo mismo que I de Crónicas 10:1-12.
2. Hay otros que son notablemente semejantes, por ejemplo, compárese el relato en capítulos 23:9 a 24:22 con el capítulo 26.
3. La Versión de los Setenta en el Manuscrito Vaticano es distinta del Manuscrito Alejandrino y también, del hebreo en omitir una parte considerable de los capítulos 17 y 18. La omisión quita ciertas dificultades pero hace otras:
4. La declaración de que la pitonisa de Endor levantó el fantasma o la sombra de Samuel (capítulo 28) ha provocado controversias en todas las edades, y se le dará atención especial a ello cuando lleguemos a ese punto.
5. En 1Samuel 1:3 se hallará un nombre de Dios enteramente nuevo. No se encuentra en ningún libro antecedente del Antiguo Testamento, y sólo en unos pocos libros subsecuentes  del  Antiguo Testamento, Jehová de Saboath, que significa "Jehová de los Ejércitos." Todas estas particularidades se notarán más detalladamente cuando lleguemos a ellas.
Damos en seguida el análisis de I de Samuel por el Dr. Kirkpatrick:

I. El fin del período de los Jueces, capítulos 1-7.
1. Los primeros años de Samuel extendiéndose desde 1:1 a 4:1a.
2. Los juicios sobre Eli y la pérdida del Arca, 4:1b-7:1.
3. La vida judicial de Samuel, 7:2-17.
II. La función de la Monarquía, capítulos 8-31.
1. El nombramiento del primer rey, capítulos 8-10.
2.  El reinado de Saúl hasta su desechamiento, capítulos 11-15.
3.   El decaimiento de Saúl y el ensalzamiento de David, capítulos 16-31.

PREGUNTAS

1. ¿Cuál es el tema general de esta sección?
2. ¿Cuál es el libro de texto?
3. ¿Cuál es el libro de texto colateral?
4. ¿Cuál es el mejor y más conveniente comentario sobre Samuel?
5. ¿Qué otros buenos libros hay sobre Samuel y sus tiempos?
6. ¿Qué comentario sobre Crónicas se recomienda especialmente.
7. ¿Qué parte de I de Crónicas es paralela con I de Samuel?
8. ¿Qué distinción importante hay entre Samuel y Reyes por una parte, y Crónicas por la otra?
9. ¿Que se dice del titulo "Samuel," dado a los dos libros que llevan ese nombre?
10. ¿Quien escribió la historia y cuales son las fuentes del material?
11. ¿Qué pasajes en el libro mismo se relacionan con la fecha en su forma presente?
12.  ¿Cual es la conclusión en cuanto a la fecha de la forma presente?
13.  ¿Qué se dice acerca de Samuel como parte del canon?
14.  ¿Qué se dice de la exactitud y lo fidedigno de la historia?
15.  ¿Qué se dice del texto del libro de Samuel?
16.  ¿Qué dice el Dr. Sampey acerca del texto?
17.  ¿Qué peculiaridades del texto se notan?
18.  ¿Cuál análisis se recomienda, y cuáles son sus divisiones y subdivisiones?


II
LOS PRIMEROS AÑOS DE SAMUEL
(1Sam.1-4).

Omitimos la Parte I del libro de texto, por ser aquella parte dedicada a tablas genealógicas tomadas de I de Crónicas. Aquella parte de Crónicas no es una introducción ni a Samuel ni a Reyes, sino una introducción a los libros del Antiguo Testamento escritos después del cautiverio babilónico. Ponerlos aquí seria ponerlos fuera de su lugar.
Necesitamos recalcar el carácter suplemental de Crónicas. En verdad nuestra armonía mostrará de tiempo en tiempo en detalles sucesivos las contribuciones importantísimas de esta naturaleza en Crónicas no halladas en ninguna forma en las historias de Samuel y Reyes, ni en ninguna otra parle del Antiguo Testamento; pero para apreciar la magnitud de este nuevo material, necesitamos considerarlo en su totalidad, no en detalles, como éstos se presentarán más tarde.
Hay veinte capítulos enteros y partes de otros veinticuatro en Crónicas ocupados con asuntos no hallados en otras partes de la Biblia.
Esta es una cantidad considerable de material nuevo, y por eso es valioso; pero es aun más valioso por presentar un nuevo aspecto de la historia hebrea después del cautiverio. Los siguientes pasajes en Crónicas contienen material nuevo: I de Crónicas 2: 18-55; 3:19-24; todos los capítulos 4, 5, 6, 7, 8 y 9; capítulo 11:41-47; todo el capítulo 12; capítulo 15: 1-26; todos los capítulos 22 a 29; 2Crónicas 6: 40-42; capítulo 11:5-23; capítulo 12:4-8; capítulo 13:3-21; capítulo 14:3-15; capítulo 15:1-15; capitulo 16: 7-10; y todos los capítulos 17 y 19; capítulo 20:1-30; capítulo 21:2-4, 11-19; y capítulo 24:15-22; capítulo 25:5-10, 12-16; capítulo 26:5-20; capítulo 27:4-6; capítulo 28:5-25; capítulo 29:3-36; todos los capítulos 30 y 31; capítulo 32:22, 23, 26-31; capítulo 33:11-19; capítulo 34:3-7; capítulo 35:2-17,' 25; capítulo 36: 11-23.
¿Quién habría supuesto que hubiera tanto material en Crónicas que no se halla en ninguna otra parte? Crónicas se puede estudiar como parte de una Armonía con Samuel y Reyes, pero si ésta fuera la única manera en que se estudiara, nunca se alcanzarla a ver su verdadera significación, por ser este libro una introducción a todos los libros posteriores del Antiguo Testamento. A la luz de estas importantes adiciones nuevas, no solamente vemos la introducción a todos los libros subsecuentes del Antiguo Testamento y también los libros ínter bíblicos escritos por judíos, sino que debemos notar la transición en pensamiento de un reino judío laico a un reino espiritual y mesiánico venidero.
Así vemos que la profecía del Antiguo Testamento no se limita a declaraciones distintas que predicen sucesos futuros, sino que toda la historia del pueblo judaico es profética; no solamente en sus narraciones, sino en sus leyes, en sus tipos, fiestas, sábados, sacrificios, ofrendas; en su tabernáculo y templo, con todo su culto y ritual, señalados divinamente. Esto explica el porque los libros históricos se clasifican como proféticos, no meramente porque fueron escritos por profetas, lo cual es verdad, sino porque la historia es profética.
En este hecho se halla una de las pruebas más fuertes de la inspiración de los libios del Antiguo Testamento en todas sus partes Las cosas seleccionadas para referirse y las cosas no referidas son igualmente importantes.  El silencio iguala la enunciación. Esto no es característico de ninguna otra literatura, y muestra la superintendencia divina que no sólo hace necesario todo lo que se narra, sino que pone las partes en correlación y las adapta de tal manera que hace una estructura perfecta y espiritual que demanda, como tina culminación, al Nuevo Testamento.
Además de esto, seríamos ciegos si no viéramos una providencia especial que prepara un caudillo para toda transición en la historia judaica. Precisamente' como Moisés fue preparado para la liberación de Israel, y para dar la ley, así Samuel fue preparado, no solamente para ser el guía que los condujera del gobierno de los jueces a un gobierno de reyes, sino lo que es mucho más importante, para establecer una escuela de profetas—un seminario teológico.
Estos profetas habían de ser los representantes de Dios para hablar a la conciencia real y nacional, y llegar a ser, por quinientos años después, oradores, poetas, historiadores, y reformadores de la nación, y así evitar, aplazar o remediar, por siglos, los desastres nacionales provocados por la corrupción pública de la moral y de la religión.
Pensando en los hombres grandes como cumbres de una cadena de montañas, y mirando hacia atrás, desde Samuel hasta Abraham, una sola cumbre, Moisés, se presenta a la vista.
Hay otras cumbres, pero no tienen suficiente altura para acompañar a Abraham, Moisés y Samuel. Una lista de los doce hombres mejores y más grandes en la historia del mundo tiene que incluir el nombre-de Samuel. Cuando lleguemos, después de su muerte, a analizar su carácter y colocarlo entre los grandes, se dirán otras cosas. Justamente ahora hemos de hallar en la historia de sus primeros años que semejante hombre no vino por casualidad; que no fue producido ni por la herencia, ni por las circunstancias.
Samuel nació en Rama, vivió en Rama, murió en Rama,  y  fue   enterrado  en  Rama.  Rama  es  una villa en la montaña de Efraín, un poco al norte de la ciudad de Jerusalén. Es un poco difícil localizar a Rama en algún mapa actual de la Tierra Santa. Algunos quisieron localizarlo al sur, algunos al norte. No es tan fácil localizarlo como se hace con Bethlehem y Silo.
Samuel pertenecía a la tribu de Leví, pero no era descendiente de Aarón. De otra manera, habría sido o un sumo sacerdote o un sacerdote. Sólo los descendientes de Aarón podían serlo. Pero Samuel pertenecía a la tribu de Leví. Y en I de Crónicas 6 se puede trazar su genealogía. La tribu de Leví no tenía territorio permanente como las otras tribus, sino que estaba distribuida entre ellas. Aquella tribu pertenecía a Dios, y no tenían territorio asignado con excepción de las villas donde vivían y las ciudades de refugio, de las que estaban a cargo. Por esta razón, el padre de Samuel podría ser llamado un efraimita no obstante que era descendiente de la tribu de Leví— en otras palabras, era un Levita que vivía en el territorio de Efraín.
La bigamia del padre de Samuel produjo su acostumbrado fruto amargo. La primera esposa, que era la favorita, no tuvo hijos, por lo cual, con el fin de perpetuar su nombre tomó una segunda esposa. Cuando aquella segunda esposa le hubo dado numerosos hijos, se gloriaba sobre la primera esposa, provocándola y burlándose de ella por no haber tenido hijos. Esto produjo mucha amargura en el alma de Ana. La historia de los mormones demuestra que esa amargura viene siempre aparejada con la poligamia. No veo como una mujer pueda participar su marido y su hogar con cualquier otra mujer.
Ahora vamos a considerar la actitud de la ley mosaica hacia la poligamia, el divorcio, etc. En Deuteronomio 21:15-17 vemos que la ley mosaica permitía una costumbre anticuada. No la originó ni la mandó, sino que toleró la costumbre universal de los tiempos: la poligamia. En Deuteronomio 24:1-4 vemos que la ley permitía que un marido se deshiciera de una esposa, pero le mandaba que le diera una escritura de divorcio. Esa ley no fue hecha para alentar la costumbre del divorcio, sino para limitar el mal y proteger a la mujer que sufriría por el divorcio. La razón por qué la ley permitía aún estas cosas la vemos en Mateo 19:7, 8. Nuestro Salvador nos dice allí que Moisés, a causa de la dureza de corazón de ellos, permitía que un hombre desechara a su esposa. Es decir, que aquella nación había acabado de salir de la esclavitud, y la costumbre prevaleciente en su derredor permitía algo semejante a esto, y por no estar preparados para una ley ideal a causa de la dureza de sus corazones, Moisés toleró, sin mandarlo, la poligamia o el divorcio; pero hizo ambas cosas en una manera que mitigaba el mal. Cuando Jesús expide su estatuto sobre el asunto dice: "El que despide a su esposa si no fuera por la infidelidad marital y vuelve a casarse comete adulterio y el que se casare con la despedida .comete adulterio." Un predicador en un sermón reciente, que fue publicado, desacreditó esa parte de Mateo porque no se halla en Marcos. No tengo respeto por la alta crítica que hace de Marcos el único evangelio que merece crédito, o aun la norma de los otros. Nadie puede mostrar ni un ápice de prueba de que sea así. Yo tengo un facsímile de los tres Manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento. Lo que dice Mateo esta allí, y no puede eliminarse por semejantes principios de crítica.
Los críticos radicales dicen que la parte levítica de la ley mosaica no fue escrita por Moisés, sino por un sacerdote en el tiempo de Ezequiel, y que Israel no tenía lugar céntrico de culto en el tiempo de los jueces, pero esta sección maestra que tenían un lugar céntrico de culto en Silo, y el libro de Josué muestra cuando llegó Silo a ser el lugar central de culto, en donde ofrecían, como en el caso de Ana y Elcana, los sacrificios exigidos en Levítico.
En Josué 18:1 vemos que acabada ya la conquista, Josué mismo colocó el Arca y el Tabernáculo en Silo, haciendo de éste el lugar céntrico del culto. En esta sección vemos cuál fue el desastre que acabó con Silo como el lugar central del Culto. El Arca fue capturada, y subsecuentemente fue cambiado el Tabernáculo. Aquella Arca y aquel Tabernáculo nunca volvieron a reunirse. En Jeremías 7:12 leemos: "Pues id a mi lugar santo que habla en Silo, donde al principio hice habitar mi nombre, y ved lo que hice con él a causa de la maldad de mi pueblo Israel." Jeremías está usando aquella historia como una amenaza contra Jerusalén, que en el tiempo de Jeremías era el lugar céntrico del culto. Su lección era: "Si vosotros repetís la maldad que se hizo en el tiempo de Samuel Dios hará a vuestra ciudad y a vuestra casa lo que hizo a Silo."
Es importante saber la historia subsiguiente tanto del Arca como del Tabernáculo, y cuándo y dónde y por quién fue establecido el permanente lugar céntrico y casa de culto.
Eli era el sumo sacerdote cuando nació Samuel. En aquellas genealogías que omitimos de I de Crónicas vemos que Eli era descendiente de Aarón, pero no de Eleazar, el hijo mayor; por esto según la ley Mosaica nunca debió haber sido el sumo sacerdote, pero lo era, y tendré algo que decir sobre ello cuando sea establecida más tarde la verdadera línea. I de Samuel 4, que se halla en el siguiente capítulo dice claramente que Eli juzgó a Israel 40 años, y es probable que fuese contemporáneo de Sansón. Pero Eli, en el tiempo en que le conocemos tiene noventa y ocho años de edad, y está casi ciego. Era hombre de buen corazón como decimos, pero débil. Esta combinación en un gobernante le convierte en una maldición. Los diplomáticos nos dicen que una equivocación es peor que un crimen, en un gobernante. Muestra su debilidad al permitir que sus hijos, Ofni y Finees, degraden el culto de Dios. Funcionaban en su lugar, por ser él demasiado anciano para el servicio activo los más horrendos informes le llegaron acerca de la conducta míame de sus hijos, quienes ocupaban el oficio más santo y más alto de la nación que pertenecía a Dios.
Esta sección nos dice que no hizo más que amonestar a su manera débil: "Hijos míos, no es un buen informe que me llega acerca de vosotros," pero no hizo más. Siendo el juez y sumo sacerdote, ¿por qué había de preferir sus hijos antes que la honra de Dios? ¿Por qué no los quitó de aquellas posiciones de confianza e influencia? Su castigo está anunciado en esta sección y es terrible. Dios le envió un profeta especial y esta es la condenación. La hallareis en el capítulo 2, comenzando con el versículo 30: "Por tanto Jehová el Dios de Israel dice así: Dije en verdad que tu casa, y la casa do tu padre andaría delante de mi rostro para siempre. Mas ahora dice Jehová: ¡Lejos sea esto de mí! porque a los que me honran yo los honraré, mas los que me desprecian serán tenidos en poco. He aquí que vienen días en que cortaré tu brazo, y el brazo de la casa de tu padre, para que no quede anciano en tu casa. Y verás un rival en mi habitación, en lo tocante a todo el bien que hiciere Dios por Israel, y no habrá anciano en tu casa perpetuamente. Y el hombre de los tuyos que yo no cortaré de junto mi altar, será para consumir tus ojos y para hacer desfallecer tu alma; y todo el aumento de tu casa morirá en   la flor de la edad."
O como Samuel lo expresa, según leemos en el capitulo 3, versículo 11: Y dijo Jehová a Samuel: "He aquí que voy a hacer una cosa en Israel; tal que a cualquiera que lo oyere le reteñirán entrambos oídos. En aquel día cumpliré para con Eli, todo cuanto he dicho respecto a su casa, comenzaré y acabaré. Pues yo le he dicho que castigaré a su casa perpetuamente, por motivo de la iniquidad de que él tenía conocimiento, cuando sus hijos iban atrayendo sobre si maldición y él no los refrenó. Y por tanto he jurado acerca de la casa de Eli, que nunca jamás será expiada la iniquidad de la casa de Eli, ni con sacrificios ni con ofrendas vegetales."
¿Cuál fue la señal de su castigo? El mismo pasaje contesta: "Y esto te servirá de señal, lo cual va a suceder a tus dos hijos, Ofni y Finees: en un mismo día morirán entrambos. Yo empero levantaré para mí un sacerdote fiel, el cual hará conforme a todo lo que tengo ideado en mi corazón y en mi alma; y voy a edificarle casa segura, para que él ande delante de mi ungido para siempre. Y sucederá que el que hubiere quedado en tu casa, vendrá y se postrará delante de él, para obtener una monedilla de plata y una torta de pan." Esa fue la señal. En el tiempo de Salomón el sacerdocio vuelve a la verdadera línea, en cumplimiento a la declaración en aquella señal. El sacerdocio pasa de los descendientes de Eli y vuelve a quienes pertenece —a Zadoc—que es el descendiente del hijo mayor de Aarón.
La nación filistea dominaba en este tiempo a Israel. La palabra "filisteos," significa pueblo emigrante que sale de su tierra nativa, y es de la misma derivación que la palabra "Palestina." Aquella Tierra Santa, extraño es decirlo, toma su nombre de los filisteos. Los filisteos eran descendientes de Mizraim, un hijo de Kam, y su lugar era en Egipto. Dejando Egipto se hicieron filisteos esto es emigrantes y ocuparon toda aquella tierra baja al oeste y sudoeste del territorio judío, en la costa del mar Mediterráneo, que era tan plano como una llanura y tan fértil como el valle del Nilo. Allí establecieron cinco ciudades independientes, las cuales, como los Cantones de Suiza, formaron una confederación. Aunque cada uno era independiente de las demás en cuanto a asuntos locales, se unieron en alianzas ofensivas y defensivas contra otras naciones, y tenían el dominio completo de la Judea Meridional en este tiempo. José los había subyugado pero la conquista no había sido completa. Sacudieron bu yugo aun en el tiempo de Sansón y Eli y metieron a Israel en un estado lastimero de sujeción. No se les permitía tener siquiera una piedra de amolar. Si querían afilar un hacha, tenían que ir a pedir prestada una piedra de amolar de los filisteos.  ¡Qué buen texto para un sermón!
¡Ay del hombre que tiene que afilar el instrumento con que trabaja en el taller del enemigo! ¡Ay del predicador que va al Seminario de los Críticos radicales con el fin de afilar su hacha teológica!
Hablando de los males de una pluralidad de mujeres, encontramos a Ana en grande amargura de corazón porque no tenía un hijo, y la vimos tardándose en el lugar central del culto, y sin pronunciar palabra en alta voz, sus labios se movían, y su rostro era como el que está en éxtasis, de modo que Eli creyó que estaba borracha. El Nuevo Testamento da a entender que hay cierta semejanza entre la borrachera con espíritus embriagantes y la embriaguez con el Espíritu Santo. Le dijo que oraba. Cuando nació su hijo ella volvió y le dijo: "Yo soy la mujer que estuvo junto a ti en este lugar, pero estaba orando," y entonces usa este lenguaje: "Oraba por este niño," levantando el niño en sus manos, "e hice un voto de que si el Señor me lo daba, lo ofrecería al Señor todos los días de su vida;" por esta razón lo trae para que sea consagrado perpetuamente al servicio de Dios. Esta escritura relata todo esto de una manera hermosa.
De modo que el texto habla de los pesares de un padre que aplazo el orar por sus hijos y restringirlos hasta que estuvieron crecidos. Como Ana, debemos comenzar a orar por ellos antes de que nazcan; orad, orad por ellos mientras están en la cuna y si hacéis alguna promesa o voto respecto a ellos no dejéis de cumplir el voto.
Conozco a una señora que tenía muchos hijos y siguió orando a Dios que le diera un predicador entre sus hijos, prometiendo hacer todo en su poder para hacerle un gran predicador. El Señor le dio dos. Uno de mis diáconos solía enviar a llamarme siempre que nacía un niño para orar por él. Oliverio Wendell Holmes dice que la educación del niño se debe comenzar con su abuela. Pablo nos dice que esto era el caso con Timoteo. La ley mosaica exigía que todo varón compareciera ante el Señor en el lugar céntrico del culto tres veces al año. El texto dice que Elcana subía cada año, pero no declara cuántas veces al año. Se puede deducir con bastante razón que guardaba la ley mosaica.
Samuel tenía ciertos deberes que desempeñar en el Tabernáculo. Dormía en la casa del Señor y cuidaba de las luces. Es una lástima cuando un hijo de tinieblas cuida de las luces en la casa de Dios.
Oí a un predicador decir a un guarda templo: "¿Cómo es que usted toca la campana para llamar a otros al cielo y usted mismo parece que está bajando al infierno?" Y ese mismo predicador dijo a un agrimensor, "Usted mide tierra para que otros tengan hogar, y usted mismo no tiene." Así algunos predicadores señalan los límites del hogar celestial y hacen su propio lecho en el infierno.
El llamamiento de Samuel por Dios, su primera profecía, y su reconocimiento por el pueblo como profeta son hechos muy interesantes, y la lección de que no conoció inmediatamente el llamamiento de gran valor. En la noche oyó una voz que le decía, "¡Samuel!" ¡Samuel!" Creyó que era Eli, y fue a Eli y le dijo, "aquí estoy" "¿me llamaste?" "No te llame hijo mío, vuelve, acuéstate." Oyó de nuevo la voz que le decía, "¡Samuel! Samuel" y se levantó y fue a Eli y le dijo, "Heme aquí que me llamaste.  ¿Qué quieres de mí?" "No, hijo mío no te llamé, hijo mió, vuelve y acuéstate." Y la voz vino por tercera vez diciendo, "¡Samuel! ¡Samuel!" y fue otra vez a Eli. Entonces Eli supo que era Dios quien le llamaba y le dijo "Hijo mío, es el Señor." Anda, acuéstate y cuando venga la voz de nuevo dirás, "Habla, Jehová que tu siervo escucha," y así Dios habló y la primera carga de profecía que puso sobre el corazón del muchacho fue la de decir el castigo de la nasa de Eli. Poco tiempo después de esto todo Israel reconocía a Samuel como un profeta de Dios.
El valor de la lección es esto: No siempre reconocemos el principio del toque divino. Muchos hombres al ser convencidos de pecado no entienden al principio su origen y naturaleza. Otros, aun después de ser convertidos no están seguros de que lo son. Son como las gallinas a las que se cambia de casa, que aun después de desatadas sus patas se quedan echadas no sabiendo que ya están libres. Las ligaduras al rededor de sus patas habían detenido la circulación, y les parecía que estaban amarradas aún cuando estaban sueltas. Hay siempre un intervalo entre un acontecimiento y el reconocimiento de él. Por ejemplo, cuando un fusil ha estallado precede nuestro reconocimiento del hecho de ver el humo al oír el sonido de la explosión, porque se necesita a veces tanto la vista como el sonido un poco de tiempo para viajar por el espacio intermedio. Oí decir al Mayor Penn que la mayor perplejidad de su vida fueron las experiencias por las cuales Dios le llamó a dejar la práctica de las leyes para predicar el evangelio. No lo entendía. Fue como Samuel cuando iba a Eli.
Ahora daré un análisis de aquella joya de poesía hebrea, el cántico de Ana, mostrando su concepto de Dios, y la razón por que fue imitada en el Nuevo Testamento. La idea del concepto de Ana con respecto a Dios aparece aquí.
No hay otro además de Dios; El está solo. No hay ningún santo como Dios. No hay otro quien sobaje a los soberbios y ensalce a los humildes, dé de comer a los hambrientos, y dé templanza a los hartos, sino solo Dios; y no hay otro sino Dios que mata y vuelve a la vida. No hay otro sino Dios que establece esta tierra; ninguno sino solo Dios que guarda los pies de sus santos; ninguno sino Dios que tiene verdadera fortaleza; ninguno sino Dios juzga los fines de la tierra, y la principal excelencia de ello es el último: "Dará fortaleza a su rey y ensalzará el cuerno de su ungido." Este es el primer lugar en la Biblia donde se menciona el oficio real en relación con "Ungido." El nombre, "Ungido," significa, Cristo el Mesías.
Es verdad que fue predicho a Abraham que reyes serían sus descendientes. Es verdad que Moisés hizo provisión para un rey. Es verdad que en el libro de Jueces se ve que el ungimiento es el método de separar para la dignidad de rey, pero este es el primer lugar en la Biblia donde la persona unida recibe el nombre de "Ungido." A causa de esta característica mesiánica, María cuando le fue anunciado que había de ser la madre del rey ungido, derrama su alma en el Magníficat imitando el cántico de Ana.
El estado de la religión en ese tiempo fue muy deficiente. Observamos en la conclusión del libro de los Jueces que en la fiesta de Silo tuvieron danzas irreligiosas. Vemos que los sacerdotes Ofni y Finees, no sólo eran tan corrompidos como cualquiera, sino que guiaban a otros a la corrupción. Vemos que se declara que no hay visión abierta y también se declara que la palabra de Dios era preciosa.
Ahora explicaré estas dos frases en el texto, I de Samuel 1:16 donde dice Ana, "No tengas a tu hija por hija de Belial”. Y 2:12, donde se dice que Ofni y Finees eran “hijos de Belial”. La versión común hace que Belial sea nombre propio; la versión Revisada (inglesa) no lo hace y comete una equivocación en no hacerlo. Examinando 2Corintios 6:15 se verá que Belial es nombre de Satanás: "¿Qué concordia tiene Cristo con Belial?" Véase en el "Paraíso Perdido," de Milton, y léase en el Primer Libro, la refe­rencia a Ofni y Finees como hijos de Belial. Y se verá que lo hacen nombre propio.
Samuel no era descendiente de Aarón. Era sola­mente levita, pero después, como veremos, ofrecía sacrificios como si fuera sacerdote o sumo sacerdote. Se recordará que el sacerdocio estaba bajo la maldi­ción pronunciada contra Eli Samuel fue nombrado de una manera especial y excepcional por Dios así como lo fue Moisés.
El Dr. Burleson un gran predicador de Texas, y Presidente de la Universidad de Baylor, predicó en todas partes de Texas un sermón sobre el gobierno de la familia, tomando como texto I de Samuel 2:31.
Hay algunos pasajes y citas pertinentes de "Hours With the Bible" de Geikie sobre los males de la po­ligamia. Comentando el doble matrimonio de Elkana, dice: "Pero como había de esperarse, este doble ma­trimonio —cosa aun entonces no común— no aumentó su felicidad, porque aun entre los orientales la mise­ria de la poligamia es proverbial. 'Por lo que yo sé,' dice uno, 'es más fácil vivir con dos tigres hembras que con dos esposas.' "Y un poeta persa tiene poco más o menos la misma opinión:

"Sea sumergida en oscuridad
La vida del  hombre que  necesita más de  una mujer:

Con una retienen sus mejillas su color,
Su voz un tono alegre.
Estos declaran que su corazón honrado descansa.,
Y él y ella siempre están benditos,
Pero cuando, teniendo dos, buscan gozo,
Los dos unidos su alma incomodan;
Teniendo dos, ningún rayo de sol puede deleitar
O iluminar su día de miseria."

Un antiguo Drama oriental no es menos explícito:
"Miserable, ¿Quisieras tener otra esclava casada?
¿Otra? ¿Qué? ¿Otra? Te será bastante peligroso
hacer el experimento: no serias por aquel deseo
sin razón y corrompido,
¿Amarrado a la miseria? Noches de insomnio, y
días de tormenta sin fin—pesar sin fin
seria tu suerte. ¡Dos mujeres! ¡Oh nunca, nunca!
No tienes poder para agravar a dos reinas rivales;
Su mal genio te destruiría; te tostaría tu mente;
No puedes Sultán manejar más de una.
Aun una puede estar fuera de tu gobierno!"

PREGUNTAS

  1. ¿Por qué debemos omitir la parte I del libro de texto?
  2. ¿Qué es la totalidad de la materia suplementaria en Crónicas y cuál es su importancia?
  3. ¿Dónde fue el lugar del nacimiento de Samuel, resi­dencia y sepultura?
  4. ¿Qué se dice de sus antepasados y de su tribu?
  5. Si pertenecía a la tribu de Leví, ¿por qué es llamado un Efraimita, o Efratita, que en este lugar es su equiva­lente?
  6. Muéstrese que la bigamia de la familia de Samuel pro­dujo su acostumbrado fruto amargo.
  7. ¿Cuál fue la actitud de la ley mosaica hacia la poliga­mia y el divorcio y por qué?
  8. ¿Por qué fueron permitidas alguna vez estas cosas?
  9. ¿Qué relación tiene esta sección en la contención de los críticos radicales de que la parte levítica de la ley mosaica no fue escrita por Moisés, sino por un sacer­dote en el tiempo de Ezequiel, y de que Israel no tenía lugar central de culto en el periodo de los Jueces?
  10. ¿Cuando llegó a ser Silo el lugar céntrico de culto, cuanto tiempo quedó así, y como se refiere Jeremías a su desolación?
  11. Trácese la historia subsiguiente del Arca y del Taber­náculo, y muéstrese dónde y cuándo fueron estable­cidos otros lugares céntricos y casa de culto perma­nentes.
  12. ¿Quién era el sumo sacerdote en el tiempo del naci­miento de Samuel, cómo fue descendiente de Aarón, y cuál es la prueba de que también juzgó a Israel?
  13. ¿Con cuáles de los Jueces nombrados en el libro de los Jueces fue probablemente contemporáneo?
  14. ¿Cuál fue el carácter de Eli, pecado, castigo, la señal del castigo, y quién se lo anunció?
  15. ¿Qué nación dominaba en este tiempo a Israel?
  16. Desee de una manera clara y breve la historia de este pueblo.
  17. Muéstrese cómo fue Samuel hijo de oración, el objeto de un voto, un Nazareno, cómo fue consagrado al ser­vicio, y la enseñanza que se deriva de esto.
  18. ¿Con  cuánta   frecuencia  exigía   la  ley   mosaica  que todo varón se presentara delante del Señor en el lugar central de culto, y hasta qué punto fue cumplida esta ley por el padre y la madre de Samuel?
  19. ¿Cuáles eran los deberes del niño Samuel en el taber­náculo?
  20. Relátese el llamamiento de Samuel por Dios, su pri­mera profecía, su reconocimiento por el pueblo como profeta, y la lección que enseña su propia tardanza en reconocer el llamamiento.
  21. Analícese aquella joya de poesía hebraica, el cántico de Ana mostrando su concepto de Dios, y desee la razón por qué se imita en el Nuevo Testamento.
  22. ¿Cuál fue el estado religioso en este tiempo?
  23. Explíquese la referencia de Belial en I de Samuel 1:16 y 2:12.
  24. ¿No siendo Samuel descendiente de Aarón, sino sola­mente un levita, por qué oficia después como veremos ofreciendo sacrificios como si fuera un sacerdote o sumo sacerdote?
  25. ¿Qué gran mensajero predicó en todas partes de Texas sobre el gobierno cíe familia usando como texto I de Samuel 2:31?
  26. Cítense los pasajes y las poesías de "Horas con la Biblia" de Geikie sobre los males de la poligamia.



III
CAÍDA DE LA CASA DE ELI, Y LEVANTA­MIENTO
DE SAMUEL
(1Sam.4:7).

Daré en orden los pasajes que muestran el progreso de Samuel contrastado con la decadencia de Eli. Sa­muel, más que ningún otro libro en la Biblia, sobre­sale en lo vivo de sus detalles, y especialmente en mostrar el curso del carácter, ya hacia arriba o hacia abajo ya haciéndose mejor o haciéndose peor. En contra de la maldad de los hijos de Eli y el castigo pronunciado contra su casa, tenemos en orden estos pasajes: I de Samuel 1:27, 28; 2:18, y la última clau­sula de los versos 21; 2:26; 3:1-4; también 19-21; y 4:1.
El progreso es: (1) Por este niño oré. (2) El niño pedido en oración es dedicado a Jehová. (3) Su hogar es la casa de Dios y allí sirve y adora. (4) El niño es llamado. (5) El niño creció en favor con Dios y los hombres. (6) El niño siguió creciendo. (7) Es reco­nocido como profeta por todo Israel desde Dan hasta Beerseba. Entretanto la casa de Eli sigue descendien­do hasta que llega al fondo.
Macaulay, en su "Historia de Inglaterra," hablando de los grandes hombres que tenían autoridad en cierto período, incluyendo a Lord Halifax, hace esta observa­ción: "Estos grandes hombres no sabían que aun en­tonces estaban siendo eclipsados por dos jóvenes que se levantaban, que llegarían a alturas más grandes y que tendrían más influencia que la que los otros ha­blan alcanzado," y da los nombre de los dos jóvenes como Juan Somers y Carlos Montague.
Esto puede aplicarse en todas partes de la Biblia: Un tren que se mueve correrá por un tiempo por su propio impulso, pero en ambos casos el poder cesará a menos que se les aplique un nuevo poder. Así en cada comunidad hay guías que deben sus puestos a impulsión pasada, mientras se levantan otros hom­bres nuevos que los eclipsen y los sucedan. Así como en la naturaleza cuando un árbol deja de crecer co­mienza a morir, cuando un arroyo deja de fluir sus aguas se estancan, así cuando un guia deja de estu­diar comienza a perder el poder y tiene que ceder su lugar a hombres más jóvenes que estudian. Y algún día esto sucederá a vosotros., y entraréis en lo que se llama el periodo declinante de vuestra vida. Por algún tiempo os admiraréis de que no tengáis la utili­dad de antes, y a menos que viváis solamente en Dios, esta será la hora más amarga de vuestra vida. Muy pocas personas saben cómo llegar a la vejez decorosa­mente; algunos de ellos se hacen muy amargos al hacerse ancianos.
En seguida damos un resumen de los acontecimien­tos relacionados con la caída de la casa de Eli:
1. Un enemigo es impulsado a herirlos. La ausen­cia de la pureza, la piedad, la veneración y la fidelidad en el pueblo de Dios— sea su pueblo nominal como Ofni y Finees, o su verdadero pueblo como Eli—siem­pre trae a un enemigo vencedor. El caso de Sansón el juez contemporáneo de Eli ilustra esto. Cuando reveló el secreto de sus tuerzas salió como antes y no sabía que el espíritu de Jehová le había dejado, y así llegó a ser una víctima de los filisteos—amarrado, con los ojos sacados, esclavizado, moliendo en los molinos de los enemigos de Dio.\ una diversión para ellos, y teniendo por añadidura, que la causa de su sufrimiento       fue   su caída.
El diablo ha sabido desde el principio que su única oportunidad de ganar contra el pueblo de Dios, es hacer volver a Dios en contra del hombre.  Sabe que mientras Dios esté con nosotros, nadie puede ser contra nosotros. Sabe que no puede pelear en contra de ti porque tienes a Dios por detrás; pero si os ale­jáis de Dios, el diablo os mostrará muy pronto, que en una lucha podrá haceros caer, y no empleará mucho tiempo en hacerlo.
Fue de esta manera como influyó sobre Balaam para que sugiriera a Balac el plan de hacer pecar a Israel con mujeres, como un paso hacia la idolatría. Su lema era: "Si podéis hacerlos pecar contra su Dios y volverlo contra ellos entonces podéis vencer­los." El Finees de aquel día ¡Cuan distinto del Finees de ahora, el hijo de Eli! El poner a un niño un nombre grande y bueno no le hace semejante a su tocayo.
Uno de los hombres menos patriotas que he cono­cido, tenia el nombre de Jorge Washington; uno de los más señalados fracasos como predicador tenía el nombre de Spurgeon; uno de los estadistas menos efi­caces tenia el nombre de Sam Houston.
Aquí tenemos a Finees, el hijo de Eli, conocido con el nombre de aquel otro Finees del tiempo de Balaam.
El diablo, llamado aquí Belial, nunca está más con­tento que cuando puede nombrar a sus propios hijos como ministros de religión. Ofni y Finees hijos de Belial, eran sacerdotes. Los males que prevalecen hoy día resultan del hecho de que los hijos de Belial ocupan muchos pulpitos y cátedras en seminarios teológicos y escuelas cristianas. Ellos son siempre los correos avanzados del desastre de la causa de Dios, y anuncian el advenimiento de un adversario triunfante.
Cuando predicadores y profesores de escuelas co­mienzan a picotear, romper y destrozar la Biblia y desgarrarla con sus garras o ensuciar los banquetes espirituales como harpías, no sólo debéis contarlos como inmundas aves de presa, sino que debéis poner en orden vuestra propia casa, porque se apresuran en venir los tiempos malos.
2. Los filisteos ganaron una batalla. Fueron muer­tos cuatro mil israelitas.
Estimulados por el miedo, los hijos de Eli recu­rrieron a un medio que tentó a Dios. Enviaron por el Arca, quitándola de su lugar señalado, con el pro­pósito de usarla como un fetiche o amuleto. Usado así como instrumento de superstición no tenía más poder que la pata del conejo usada por un necio, o la herradura de un caballo clavada sobre una puerta para desviar a las brujas.
Al paso que la religión decae, sus prosélitos se valen de encantos, amuletos, reliquias de los santos, pedazos reputados de la cruz, imágenes y otras clases de pecados, en vez de valerse del arrepentimiento, la fe y la obediencia. El símbolo más sagrado es peor que cualquiera otra cosa.
Veremos más tarde en la historia judaica el culto de la serpiente de bronce hecha por Moisés, y oiremos al buen rey Ezequías decir al hacerla pedazos: "Nehushtan," esto es, "no es nada sino un pedazo de bronce." Como símbolo, cuando fue levantado, era de mucha utilidad; pero cuando se usó como objeto de culto, llegó a ser nada más que un pedazo de bronce. Un estudiante de historia sabe que la multiplicación de días santos, juegos pirotécnicos, diversiones, fes­tividades, exhibiciones crueles, hasta el grado que no haya días de trabajo, señala la decadencia de un pueblo.
Clamamos en vano "¡El Arca de Jehová! ¡El Arca de Jehová!" cuando dejamos de seguir a Jehová mis­mo. Ningún éxito se gana de esta manera puesto que no es una contienda de Jehová en contra de Dagón, sino un uso supersticioso e impío de símbolos sagrados en contra del diablo, y el diablo vencerá cada vez. En la edad media, en la primera historia de las cruzadas, se ve que aun la cruz usada así cae delante de la media luna, la señal de los adherentes de Mahoma.
Hartarnos lo mismo buscando la remisión de peca­dos en el bautismo, o la salvación en el pan de la Santa Cena, como esperar recibir el favor de Dios buscándolo por semejantes medios.
Cuando Elíseo hirió las aguas del Jordán, con el manto de Elías, no confiaba en el mundo, ni decía, "¿Dónde esta Elías"? sino que dijo, "¿Dónde está Jehová el Dios de Elías?" y así dividió las aguas.
3.  Los  filisteos ganaron otra batalla.  Treinta mil israelitas perecieron; Ofni y Finees fueron muertos; El Arca fue tomada; Eli murió, y la esposa de Finees murió con  dolores de  parto prematuros,  dando  el nombre de "Ichabod," al niño que nació, esto es, "Lle­vada en cautiverio es la Gloria de Israel;" Silo fue capturado y reducido a una desolación perpetua, de­jando de ser el lugar céntrico de culto; tanto el arca como el tabernáculo llegaron a ser fugitivos, sepa­rándose para no volver a reunirse jamás, y así Israel lamentó tras el Señor.
4.  Los   filisteos miraron la captura del Arca,  (1) como el^ triunfo de su dios Dagón, sobre Jehová el Dios de Israel, y asi lo colocaron en una posición subordinada en su templo.   (2) Lo miraron como la captura de Jehová mismo, obligado por su cautiverio a servir ahora a los filisteos como había antes o hasta ahora ministrado a Israel.
La prevalencia de semejantes conceptos en tiempos antiguos es muy evidente. Por siglos enteros, la presencia de una deidad fue asociada con sus sím­bolos. Capturar su símbolo o imagen, era capturar la deidad, como en la historia de Aladino en "las Mil y Una Noches," el que tenía la lámpara del genio, mandaba al genio mismo. Muchas esculturas asi­rías exhiben en la actualidad a los ídolos de naciones desvanecidas llevados en procesiones triunfales, pro­cesiones que tenían siempre por objeto mostrar que hablan triunfado sobre los dioses de aquel país.
Los profetas hebreos hacen frecuentes alusiones a esta costumbre. Los pasajes son. Isaías 46:1, Jere­mías 48:7 y 49:3, Oseas 10:6 y Dan. 11:8. Ciro, cuando tomó Babilonia, adoptó sus diot.es, pero los romanos bajo Marcellus trajeron para adornar sus propias ciudades las imágenes y pinturas de los-dioses grie­gos. Nabucodonosor se llevó los símbolos sagrados de Jerusalén cuando capturó aquella ciudad, así como lo hizo Tito después del tiempo de nuestro Señor. (El candelabro de oro de siete brazos, que Tito llevó del templo de Jerusalén a Roma, .se puede ver represen­tado en el Arco de Tito en Roma.) El general romano Fabio, cuando capturó la ciudad de Tarentum, dijo a sus soldados, "Dejad sus dioses aquí; sus dioses es­tán enojados con ellos; por esto dejémoslos con sus dioses a quienes han ofendido," y así dejaron a los ídolos. Nabucodonosor habría obrado bien haciendo la misma cosa, como muestran los acontecimientos subsecuentes, porque cuando Baltazar, su sucesor, en cierta noche en una fiesta de borrachos, usó las vasi­jas labradas del templo contaminándolas asi, fue en­tonces y escribió en la pared, "Mene, Mene, Tekel, Upharsin."
Jehová mostró a los filisteos que no habían triun­fado sobre él. (1) Haciendo que la imagen de Dagón cayera delante del Arca por dos veces, y corlando la cabeza y las dos palmas de las manos de Dagón la segunda vez que cayó el dios. (2) Enviando dos plagas grandes, tumores o granos violentos y fatales, con los" cuales murieron miles, y ratones del campo en tanta abundancia, que destruyeron sus sembrados de grano por los que era famosa su tierra; (3) causando la cesación del culto de Dagón en Asdod, porque después de caer y cortar su cabeza y sus brazos, nadie entra­ba ya para adorar a Dagón.
Es natural preguntar cuando un individuo o un pueblo sufre una serie de desastres extraordinarios. ¿Qué pecado hemos cometido y cómo podemos ex­piarlo y desviar su juicio? Semejante pregunta está conectada inseparablemente con cualquier concepto del gobierno moral de Dios. Por cierto los hombres pueden con frecuencia dejar de notar que todas las aflicciones no son punitivas, siendo algunas discipli­narias, o preparatorias para más grandes exhibicio­nes de misericordia. Este problema es discutido en el caso de Job y sus amigos; y también lo fue cuando algunos preguntaron a Jesús, "¿Quién pecó, éste o sus padres?" Cristo contestó que aquella aflicción no era el resultado de ningún pecado personal de parte de él o de sus padres, sino para que la Gloria de Dios fuese manifestada. Es la cosa más natural del mundo que alguno que ha sufrido golpe tras golpe de infor­tunio, pregunte, "¿Qué he hecho yo?" y es entera­mente natural que los vecinos señalen a aquel y di­gan, "Has hecho algo en contra del Señor, tu pecado te ha alcanzado." Por esto era la cosa más natural del mundo que los filisteos, cuando vieron venir semejantes desastres en conexión con la captura del Arca, hicieran la pregunta, "¿Cuál es nuestro pe­cado?"
Veamos qué expedientes adoptaron los filisteos para determinar si sus calamidades venían solamente en una manera natural, o fueron aflicciones sobre­naturales conectadas con el Arca y viniendo del Jehová ofendido, a fin de que si venían de Jehová, bus­car el modo de propiciarlo. I de Samuel 5:7-11 nos da el primer expediente: "Cambiaremos esta Arca de Asdod a la más cercana de las cinco ciudades, y veremos lo que sucede entonces. Si las mismas cosas suceden allí, la cambiaremos a otra ciudad, y si las mismas cosas suceden allí, la cambiaremos a otra ciudad, y así hasta completar el círculo de las cinco ciudades, y si los mismos resultados siguen en todas estas ciudades, semejante serie de incidentes serán mirados como plena prueba de que los juicios son de Jehová."
Os acordareis de la historia del niño y los cencerros. El dijo, "Cuando mi padre halló un cencerro, mamá y yo nos alegramos mucho porque lo necesitábamos. Y cuando halló otro volvimos a regocijarnos porque realmente necesitábamos dos, pero cuando mi padre halló otro cencerro, mamá y yo sospechamos algo mal." Un hombre no hallarla naturalmente tres cen­cerros uno tras otro, de modo que ellos opinaron que el padre los había robado. Así cuando cinco ciudades, una tras otra tuvieron las mismas aflicciones, no pudieron llamarlas   casualidad.
Supe de un general que cuando una bomba tan grande como una tina vino desde un buque de guerra, pasó por el tronco de un árbol y se introdujo en la tie­rra, haciendo una excavación en que podía meterse una casa, corrió y se metió en el agujero que había hecho la bomba. Alguien le preguntó por qué lo hacia y dijo que una bomba como aquella nunca vendría dos veces al mismo lugar. Y así la idea de los filis­teos fue el de cambiar el Arca desde Asdod hasta la próxima ciudad, y si no sucedía nada, entonces sa­brían que se habían equivocado en cuanto a hacer de esto un castigo de Jehová; pero si en dondequiera que la llevaran les sobrevenían a los habitantes los ratones y los tumores, no estarían equivocados, y no podrían dejar de entenderlo. Este fue el primer expediente. Su segundo expediente fue el de consul­tar a sus guías religiosos, sus adivinos, preguntán­doles cómo podrían conciliar a Jehová. Y los adivi­nos les dijeron que era necesario devolver el Arca, y debía ser enviada con un regalo, y el regalo debía significar su confesión de pecado. En tiempos an­tiguos, si un hombre sanaba de una herida en la mano, presentaba al Señor una ofrenda de plata para conmemorar la curación de la mano. Por esto man­daron hacer cinco ratones de oro, una para cada ciudad, y cinco tumores de oro, una para cada ciudad, para simbolizar su concepto de que los males les ha­bían sobrevenido a causa de esta ofensa hecha a Jehová. Pero puesto que podía existir todavía una duda respecto a que estas aflicciones fuesen naturales o supernaturales, lo probaron de esta manera: Fueron al corral donde habla vacas con ternerillos (sabéis lo tonta que es una vaca con su primer becerrito cuando es pequeño) y uncieron dos de estas vacas al carro en donde pusieron el Arca, para ver si las vacas, contra la naturaleza, se alejaban dejando sus ternerillos por su propia voluntad, todavía pensando en ellos, y lla­mándolos, y todavía llamándolos, llevaban el Arca a alguna ciudad de los levitas; esto demostraría que Jehová estaba en ella.
Esta fue una idea bastante sabia de aquellos filis­teos, y así cuando tomaron un carro nuevo y pusieron el Arca sobre él, y unciéronle las dos vacas recién paridas, éstas no vacilaron sino se fueron camino de­recho hacia la ciudad levítica, que distaba como doce millas, y siguieron andando y mugiendo mostrando que sentían la ausencia de sus ternerillos. Estos fue­ron sus dos expedientes.
I de Samuel 6:19-20 dice que algunos de los hom­bres en Beth-semesh miraron dentro del Arca de Jehová para mirar lo que tenía adentro y el golpe cayó en un momento. Ningún hombre estaba autorizado para abrir aquella Arca sagrada en la cual descansaba el propiciatorio y en que estallan los querubines, sino sólo los sumos sacerdotes de Dios. Si examináis la Versión de los Setenta hallaréis otra cosa notable que no aparece en la Biblia hebrea, esto es: Todos los 1 evitas de la ciudad de Beth-semesh se regocijaron por la vuelta del Arca, con excepción de un solo hombre, Jeconla y su familia, los cuales rehusaron regocijarse porque había vuelto a su patria, y Dios hirió a aquella familia en un momento.
Ahora un incidente posterior; El Arca, por la súplica de los vecinos de Beth-semesh, fue llevado a Kiria-jaerim, y allí permaneció durante un largo período del reinado de David, hasta que éste envió por ella. Y cuando U'/za, viendo el Arca sacudida por tropezar los bueyes, extendió su mano para afirmarla, Dios le hirió de muerte. Su esfuerzo fue bien intencionado, pero presumía que Dios no podía cuidarse a sí mismo. Fue una violación de la ley que ordenaba que nadie tocara aquella arca, con excepción de los que fueron señalados por Jehová. ¿Cuál de los Salmos conme­mora la captura y restauración del Arca?
Después de veinte años Samuel condujo a Israel al arrepentimiento y a la victoria. I de Samuel 7:3-12 nos lo dice todo. Se dice que Samuel los exhortó a que se arrepintiesen verdaderamente de sus pecados; pues si no, no volverían a gozar del favor de Dios, a menos que desecharan sus ídolos y obedecieran a Dios. Esto nos recuerda a Juan el Bautista cuando decía, "Arrepentíos, Arrepentíos." Todo profeta con el fin de ser un reformador, fue un predicador de arrepentimiento. El pueblo se arrepintió de sus pe­cados, retrocedió de sus ídolos, y volvió a Dios. Reunió a todo Israel en Mizpa; los filisteos lo oyeron y vinie­ron con un gran ejército. Samuel e Israel fueron a su encuentro y los hirieron con gran estrago, que­brantando su poder.
El siguiente párrafo r-n la Armonía dice cómo Sa­muel juzgó a Israel, y el circuito regular que hizo mientras vivía en Rama. Visitaba Bethel, Gilgal, y Mizpa, y entonces volvía teniendo tribunales espe­ciales de juicio, y juzgaba con tanta sabiduría, pureza e imparcialidad, que tiene que considerarse como el último, el mejor y el más grande de los jueces.

PREGUNTAS

  1. Cítense en orden los pasajes que muestran el adelanto de Samuel contrastado con el descenso de Eli.
  2. ¿Qué dijo Macaulay sobre este punto, y qué otros ejem­plos se citan por el autor?
  3. Dése un resumen de los acontecimientos relacionados con la caída de Eli.
  4. ¿Cómo miraron los filisteos la captura del Arca?
  5. Muéstrese la prevalencia de semejantes conceptos en los tiempos antiguos.
  6. ¿Cómo mostró Jehová a los filisteos que no habían triunfado sobre él?
  7. ¿Qué pregunta se hace naturalmente cuando un individuo o un pueblo sufre una serie de desastres severos y extraordinarios?
  8. ¿A qué expedientes recurrieron los filisteos para determinar si sus calamidades les habían sobrevenido de una manera natural, o eran aflicciones sobrenaturales relacionadas con el Arca y enviadas por el Jehová ofendido, y si eran de Jehová cómo había de ser propiciado?
  9. ¿De qué otra manera manifestó Jehová la santidad de su Arca, tanto en Beth-semesh y más tarde cómo lo hallamos narrado en la historia?
  10. ¿Qué Salmo conmemora la captura y la restauración del Arca?
  11. ¿Cómo condujo Samuel a Israel al arrepentimiento, después del arrepentimiento y victoria?
  12. ¿Que ciudades visitaba Samuel como juez, y qué se dice de su carácter como tal?



IV
LAS ESCUELAS DE LOS PROFETAS

Los más importantes peajes que se relacionan con' este asunto son I de Samuel 3:1-4; 10:5, 9-12; 19: 18-24; I de Reyes 18:13; 19:18-24, I de Reyes 18:13; 19:18, 20, 21; 20:35; II de Reyes 2:3-5; 4:38; 6:1; I de Crónicas 20.29; II de Crónicas 9:29; 12:15; 13:22, y otros capítulos en ese libro que no enumero. El último es Amos 7:14, 15. El lector entenderá que doy esto en lugar de una sección prescrita en la Armonía. Esto constituye la base de esta discusión.
Distingamos entre el don profético y el oficio profético, y demos algunos ejemplos. Enoch, Noé, Abraham, Jacob, José, Moisés, sus 70 ancianos, Balaam, Josué y otros antes del tiempo de Samuel tuvieron el don, pero no el oficio; tal vez podemos hacer una excepción de Moisés, puesto que hasta cierto punto tenía el oficio. Después del tiempo de Samuel, David, muchos de sus cantores, y especialmente Daniel, tuvieron el don en alto grado, pero no el oficio. Además de esto los sumos sacerdotes desde Aarón hasta Caifas en el tiempo de Cristo, tenían, según se suponía, el don de profecía—esto es el de oír y comunicar lo que decía el oráculo—pero Samuel fue el primero .que tuvo el oficio.
La distinción entre un profeta y el hijo de un profeta es ésta: El hijo de un profeta era candidato para el oficio, que ministraba al profeta y era un discípulo instruido por él, era consagrado al trabajo y se preparaba para desempeñar los servicios del oficio con la mayor eficiencia. Un profeta es un hombre a quien por la inspiración del Espíritu Santo, habla o escribe por Dios. Por esta inspiración es la boca o la pluma de Dios, que habla o escribe, no sus propias palabras, sino las palabras de Dios. Esta inspiración dirige y gobierna su discurso y su silencio; lo que se narra y lo que se omite de la historia. El don de la profecía no era de duración uniforme, ni necesariamente permanente. Los dones eran variados en género, y podrían servir para una sola ocasión. En cuanto a la variedad de géneros, la revelación podría venir en sueños o en visiones abiertas, o podría consistir en un éxtasis expresado en alabanza, oración o canto. Fuese alabanza o cántico u oración, su forma comúnmente era poética, especialmente si era acompañada de música instrumental.
En cuanto a la duración del don, podría servir en una sola ocasión, en unas cuantas, o en muchas. Las Escrituras muestran que el espíritu de profecía vino sobre el rey Saúl solamente dos veces, y cada vez en la forma de un rato de éxtasis. En su juventud le vino como una señal de que Dios le había escogido como rey. En su edad madura su objeto fue el de tener a David a su alcance para el mal. Pablo, en 1Corintios 12 y 14 inclusivo, explica la diversidad de estos dones y su importancia relativa.
Hay dos períodos en la historia hebrea en que hallamos las noticias más claras de las escuelas de los profetas, las pruebas de su persistencia entre los períodos, y su influencia sobre la nación. Las noticias son abundantes en el tiempo de Samuel, y en el tiempo de Elías y Elíseo, pero sólo tiene que estudiarse el libro de Crónicas para ver que el orden profético como un oficio continuó a través de estos periodos y mucho más lejos. Más tarde se verá que en un tiempo de persecución, cincuenta de estos profetas fueron escondidos en una cueva y alimentados regularmente. El objeto del enemigo fue el de destruir estos seminarios teológicos, creyendo que nunca podrían desviar a la nación mientras estas escuelas de los profetas continuaran. Su objeto pues, fue el de destruir estos lugares de educación teológica. Elías se suponía que todos habían sido muertos con excepción de él, pero se equivocó.
Samuel fue el fundador de la primera escuela de los profetas, y la Escritura que muestra que él era el director es I de Samuel 19:20. Se relata que Saúl envió mensajeros para prender a David, y al fin va él mismo y halla la escuela de los profetas con Samuel -como su cabeza oficial La razón de semejante escuela se halla primero en el comentario de Kirkpatrick sobre I de Samuel. Dice:
"Samuel fue el fundador del orden profético Muchos individuos, en épocas previas, hablan sido dotados del espíritu de profecía, pero con Samuel comenzó la sucesión regular de profetas, que duró por todo el período de la monarquía, y no cesó hasta después del cautiverio. La degeneración en que había caldo el sacerdocio durante el período de los jueces, demandaba el establecimiento de un orden nuevo para la educación religiosa de la nación.
"Para este propósito Samuel fundó la institución conocida como las escuelas de los profetas. La compañía de los profetas en Gabaa (1Samuel 10:10) y la escena en Rama descrita en I de Samuel 19:18 dan a entender una organización regular. Estas sociedades no se mencionan definidamente sino en conexión con la historia de Elías y Elíseo; pero sin duda siguieron existiendo en el intervalo. Por este medio, se mantenía el orden, los estudiantes eran educados, y los ejercicios religiosos ordinarios, promovían y desarrollaban los dones espirituales."
El comentario de Kirkpatrick es excelente. Los sacerdotes en verdad instruían al pueblo, pero la tendencia del sacerdocio fue la de contentarse con los ejercicios externos, confiando en una forma meramente ritualística de sacrificios. Este es el mal que siempre tiene una ceremonia ritual. Pasado algún tiempo tanto el sacerdote como el pueblo llegaron a depender del tipo externo, y de la conformidad externa con el ritual. Dios necesitaba de siervos mejores que éstos, por esto aunque en el pasado habla habido un don profético ocasional, ahora establece la escuela o sociedad profética, en que la educación para el oficio profético había de ser continuada. El valor de estas escuelas de profetas es notado también por Kirkpatrick.
"El valor del orden profético para la nación judaica fue inmenso. Los profetas eran consejeros privados de los reyes, eran los historiadores de la nación, los instructores del pueblo. Era su función ser predicadores de justicia, tanto para los pobres como para los ricos: condenar la idolatría en la corte, la opresión entre los nobles, la injusticia entre los jueces, la, formalidad entre los sacerdotes. Eran los intérpretes de la ley, quienes sacaban paulatinamente la significación espiritual en que las observancias rituales fueron fundadas, y se esforzaron para evitar que el sacrificio y el sábado y la fiesta llegasen a ser formas muertas y sin significación. Fuertes en la confianza no vacilante de que expresaban la voluntad divina, hablaban y obraban con un valor indomable que ningunas amenazas podían atemorizar o imponer silencio.
"Así contrastaban el despotismo de la monarquía y el formalismo del sacerdocio. En un pasaje notable de su ensayo sobre 'El Gobierno Representativo,' el señor Juan Stuart Mills, atribuye a su influencia el progreso que distinguía a los judíos de otras naciones orientales. 'Los judíos,' escribe, 'tenían una monarquía y jerarquía absolutas. Esto hizo por ellos lo que fue hecho a otras naciones orientales por sus instituciones—los sojuzgaban a la industria y al orden, y les dio una vida nacional... Su religión dio origen a una institución inestimablemente preciosa, al orden de profetas. Bajo la protección que generalmente, aunque no siempre fue efectiva de su carácter sagrado, los profetas eran un poder en la nación, siendo con frecuencia más influyentes que los reyes o los sacerdotes, y mantuvieron en aquel pequeño rincón de la tierra el antagonismo de influencias que es la única verdadera seguridad del progreso continuado.' "
La primera vez que vi esta declaración de Mills me sorprendió. Fue un evolucionista e infiel, radical, pero era estadista, y al estudiar el desarrollo del oficio del estadista entre las naciones, vio esta cosa singular en la historia de los judíos, distinta de cosa que vela en alguna otra parte, y vio qué era lo que conduela a aquella nación al arrepentimiento sacándolos de sus frecuentes apostasías; qué poder era aquel que producía la reforma cuando su moral era corrompida; qué poder fue ese que era la verdadera luz de la nación y la sal de la tierra, y vio que fue este orden de profetas que conservaba esta unión, pureza, y perpetuidad nacionales. Tengo más placer en citar este pasaje, por venir de un testigo que no siente nada de amistad hacia el cristianismo, justamente como cuando discutía con las misiones, cité el testimonio de Carlos Darwin acerca del tremendo bien, hecho por los misioneros de la América del Sur.
Especialmente en este caso de las escuelas de los profetas, vemos su valor notando cuidadosamente la relación del caso bajo Samuel. Ya hemos notado lo corrompido que estaba el sacerdocio bajo Eli, Ofni y Finees; cómo fue capturada el arca, contaminado el lugar céntrico de culto; cómo Samuel llamado al oficio de profeta, cómo necesitaba ayuda, y cómo instituyó esta escuela de los profetas. Reunió en su derredor a los jóvenes más inteligentes de la nación e hizo que el Espíritu de Dios descansara sobre ellos, y con el fin de que su instrucción fuese regular, los organizó en compañías o escuelas; iba de una a otra, y estos jóvenes "teólogos" estaban bajo la instrucción de Samuel, y durante veinte años trabajaban como evangelistas despertando la conciencia nacional. Gastó veinte años en hacerlo, y el sólo no hubiera podido hacerlo pero con aquel poder formidable y la ayuda que tenía, al fin de veinte años vio a la nación arrepentida y de nuevo adorando a Dios. A mí me gustaría una escuela teológica que hiciera esto.
Doy un ejemplo moderno paralelo: El Sr. Spurgeon fue llamado a la ciudad de Londres, cuando tenía como diez y nueve años de edad, para ser el pastor de la iglesia antigua en donde había predicado el Dr. Gilí, y por su predicación evangélica impresionó a un buen número de jóvenes con la idea de que ellos también eran llamados a predicar (si vuestra predicación no imprime en otro la idea de que es llamando a predicar, podéis estar seguros de que no sois llamados a predicar), e influyó en las mujeres y en una multitud de laicos a que hicieran servicio cristiano activo. Por esto el Sr. Spurgeon organizó lo que es llamado "El Colegio Pastoral." No permitía que se quedara en él un indolente; no quería a nadie allí que no fuera espiritual. En otras palabras insistía en que un predicador fuese inclinado a la religión, y estuviera listo para hacer toda clase de trabajo religioso Mantenía esta institución en gran parte por sus propias contribuciones, aunque los hombres y mujeres en todas partes de Inglaterra al ver el trabajo que hacían, le enviaban dinero para su sostenimiento. Yo solía antes leer los informes mensuales de las contribuciones y la lista de donadores que cooperaban. El señor Spurgeon se resolvió a hacer una revolución así como lo hizo Samuel, y uso esta escuela de los profetas para promover este propósito. De consiguiente centenares de jóvenes predicadores que pertenecían a aquella escuela de los profetas predicaban en los barrios bajos de la ciudad, en los caminos y encrucijadas, en los vallados, en las minas, en los muelles donde se encontraban marineros y en los hospitales. Centenares de laicos le decían, "Danos trabajo que hacer," y lo hizo; mandó hacer carretillas de mano para ellos, y llenándolas de libros envió por toda la ciudad literatura inofensiva. Dio trabajo a las mujeres, y estableció, o más bien dicho, perpetuó en una forma mejor algunas casas de caridad para las mujeres y ancianos pobres e incapacitados para trabajar, siguiendo la sugestión de II a Timoteo, y construyó un hospital. Entonces comenzaron a salir más lejos. Salieron por toda Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda, cruzaron hasta el continente. Cruzaron los mares hasta Australia y las islas de los mares y hasta las tierras paganas. Siempre he dicho que el colegio pastoral de Spurgeon era el que se asemejaba más al ideal bíblico de un seminario que ningún otro. No se daba tanto énfasis a la mera erudición como a la eficiencia espiritual.
Es importante notar especialmente lo que estoy diciendo ahora, porque fue .impreso en mi corazón como con fuego, como una de las razones para establecer un seminario teológico. La naturaleza de aquella sociedad era la de hacer una escuela. Dejaban sus hogares y venían a vivir en esta escuela, teniendo una mesa común a la que contribuía cada estudiante con su cuota. Al preparar la comida para los hijos de los profetas, un día alguien puso algunas calabazas silvestres en la olla, y cuando comenzaron a comerlas, uno de ellos alzó el grito, "¡Hay muerte en la olla, oh varón de Dios!" Una vez prediqué un sermón sobre este tema: "Calabazas Silvestres y Seminarios Teológicos," para mostrar que el alimentar a los estudiantes de un seminario teológico con calabazas silvestres, es poner muerte en la olla; harán más mal que bien, pues llegarán a ser instrumentos del mal.
Para determinar cuáles eran sus deberes, tendremos que consultar muchos pasajes. Deducimos de este pasaje que fueron instruidos profundamente en la necesidad del  arrepentimiento,  individual y nacional, y en dejar sus pecados y volver a Dios para obedecerle fielmente. Esta lección les fue enseñada con ahínco. Fueron enseñados en la interpretación del significado espiritual de la ley, todos sus sacrificios, sus fiestas, sus tipos. Por esta razón, al estudiar un profeta en el Antiguo Testamento, notaréis cuan distinta es su idea de los tipos y ceremonias del Antiguo Testamento de la que tienen los sacerdotes. Estos os dirán que el pasarse sin comer es ayuno, pero los profetas enseñaran que el ayuno literal no es el verdadero ayuno; que debe haber ayuno de corazón; que debe haber un rompimiento del alma en lugar del rompimiento del manto como una expresión de arrepentimiento; que el obedecer a Dios es mejor que un sacrificio formal. Otra cosa en que fueron enseñados, y a que quiero dar énfasis particularmente, fue la música, tanto vocal como instrumental. En aquella escuela de los profetas comenzó el inmenso poder de la música en la religión que fue tan maravillosamente desarrollado por David, que consiguió muchas de sus ideas por su asociación con las escuelas de los profetas. Y desde ese tiempo hasta la actualidad, todo trabajo evangélico, y toda obra religiosa de poder, ha sido asociada con la música tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamentos; no meramente música vocal sino instrumental. El corazón de una religión se expresa en sus cantos, y si queréis entender el corazón del Antiguo Testamento lo hallaréis en el himnario de la nación hebrea—el libro de los Salmos. Es en verdad un estudio interesante ver lo que ha hecho la influencia de los himnos sobre la vida nacional. Hay un antiguo proverbio: "Podéis hacer las leyes del pueblo con tal que me permitáis escribir sus baladas." ¿Dónde se halla el hombre capaz de medir la influencia del himno "Seguros hallaros podéis los creyentes," "Fuente de la vida eterna." Hay una literatura rica acerca de la influencia de los himnos sobre la vida.
En los terribles tiempos de la lucha en Inglaterra, entre Carlos I contra el Parlamento, una facción de la nación sostenía el ritualismo, siguiendo la otra la espiritualidad, aun hasta el extremo de no admitir ninguna forma ni siquiera permitiendo ningunos instrumentos de música. Una de las más interesantes historias de este tiempo tiene que ver con una iglesia que optó por seguir el camino entre los dos, usando música instrumental así como la vocal, y cantando lá congregación así como el coro; cada día de descanso el alma de alguno era conmovido hasta el fondo por el poder de aquella magnífica música.
Yo no puedo cantar, pero puedo llevar los tonos en mi mente, y puedo ser más movido por ellas que por la predicación. Fue un himno el que me convenció del pecado y por el acompañamiento de una preciosa melodía de canto fue convertida mi alma.
Conocí a un predicador bautista rústico, tuerto, feo, que parecía un pirata hasta que manifestó su religión, y entonces lo vi hermoso. Un día un telegrama fue puesto en su mano, diciendo que su único hijo había muerto al caerse de un caballo. Aunque lloraba. su rostro se iluminó, y se levantó y frotándose las manos y andando de acá para allá por la audiencia cantaba "Oh Jesús, me rindo a ti."
Juan Bunyan escribió aquel canto mientras estaba en la cárcel de Bedford. Le habían puesto allí para que no predicara, y mirando por las rejas de la cárcel vio a su pobre hijita ciega, María, pidiendo pan, y se sentó y escribió aquel himno. El efecto del canto de aquel anciano predicador, Juan Bunyan, fue un poderoso avivamiento.
La relación de las escuelas de los profetas con los seminarios teológicos modernos es esta: El propósito era igual. Y así en los tiempos del Nuevo Testamento, Jesús reconoció que si quería revolucionar al mundo tendría que hacerlo por medio de hombres educados. No insistía en que fuesen ricos, grandes o poderosos. No insistía en que fuesen eruditos. Los llamó de entre el pueblo común, y los trajo consigo tres años y medio, instruyéndolos diligentemente en los principios y el espíritu de su reino. Les enseñaba con una variedad de formas: con parábolas, con proverbios, con exposición, ilustrando sus enseñanzas con milagros, y en centenares de maneras para que pudiesen salir y traer al mundo a Cristo. No puede uno dejar de ser impresionado con este hecho. De que los seminarios teológicos del tiempo de Cristo y del tiempo de Samuel eran intensamente prácticos, teniendo como objeto no el de hacer profesores eruditos, sino el de llenar a cada uno de electricidad hasta que pudiera ser llamados un "alambre vivo," de modo que quemara a cualquiera que lo tocara.
Es por esto que llamo a Samuel un gran hombre, y porque, en una discusión previa, mirando a los hombres como cumbres de una sierra mirando hacia atrás desde Samuel hasta Abraham, aparece una sola cumbre intermedia en la línea de visión, y esta es Moisés.

PREGUNTAS

  1. ¿Cuáles son los pasajes más importantes relacionados con las escuelas de los profetas?
  2. Distíngase entre el don profético y el oficio profético y dense ejemplos.
  3. Distíngase entre un profeta y el hijo de un profeta.
  4. ¿Qué significa la palabra profeta?
  5. ¿En que dos períodos de la historia hebrea hallamos las noticias más claras de las escuelas de los profetas, cuales son las pruebas de su persistencia entre estos periodos, y cuál fue su influencia sobre la nación?
  6. ¿Quién fue el fundador de la primera escuela de los profetas"
  7. ¿Que escritura enseña que él fue la cabeza?
  8. ¿Cual fue la razón de semejante escuela en el tiempo de Samuel?
  9. ¿Cual fue el valor de estas escuelas de los profetas, y particularmente en este caso, y qué ilustración de casos modernos?
  10. ¿Cual fue la naturaleza de aquella sociedad y qué instrucción se impartió?
  11. ¿Cual fue la relación de las escuelas de los profetas con los seminarios modernos?


SAMUEL Y LA MONARQUÍA, Y SU VINDICACIÓN
COMO JUEZ
1de Samuel 8:1-22; 12:1-25,

Conecto lógicamente estos dos capítulos con el fin de tratar de toda la carrera de Samuel como juez. Y los capítulos intermedios serán discutidos más tarde. El asunto general que va a discutirse es: "Samuel establece la monarquía, y la vindicación de Samuel cuando entrega el puesto de juez." El propósito general de este capitulo es el de mostrar los pasos de transición de un gobierno de jueces al gobierno de reyes. La ocasión inmediata del cambio fue la desmanda persistente del pueblo.
Los motivos alegados por el pueblo a favor del cambio fueron: (1) que Samuel ya era anciano; (2) que sus hijos a quienes había hecho jueces no andaban en sus caminos, y estas afirmaciones fueron estrictamente veraces. Samuel era anciano. Había hecho a sus hijos jueces, como lo hizo Eli en el caso de sus hijos. Estos  hijos eran  indignos de  oficiar:
"No anduvieron en los caminos de Samuel, sino se desviaron buscando ganancia y tomaron cohecho y pervirtieron el juicio." Samuel no tenía derecho de hacer jueces, ni de nombrar a su sucesor; esa fue la prerrogativa de Jehová. Había retenido a sus "hijos en el oficio, aunque eran indignos, y hasta aquí había seguido el ejemplo de Eli.
El nepotismo siempre ha sido repugnante al pueblo.
Fue un cumplimiento hecho al finado senador Coke el que sus parientes se quejaron de que nunca les había dado un puesto por ser parientes suyos.
El oficio público es un cargo público, y no debe estar sujeto a la distribución entre familias.
Pero su demanda desagradó a Samuel. No disputó los hechos alegados, ni negó sus quejas en contra de sus hijos, pero se opuso al remedio propuesto, esto es: "Danos un rey para juzgarnos." Nos interesaría saber qué habría hecho Samuel si solamente hubieran demandado que se quitaran sus hijos del oficio y el consentimiento de Samuel de dejar a Dios el nombramiento de su sucesor. Pero es un remedio destructivo el quemar un buque a fin de deshacerse de las ratas. Un cambio en la forma de gobierno no es siempre el mejor modo de deshacerse de oficiales indignos, aunque el pueblo siempre lo demandará si por algún motivo son inutilizados los métodos legales para quitarlos. El pueblo por lo regular es paciente y con frecuencia no sabe cómo deshacerse de un mal por métodos legales. Si son oprimidos demasiado, resulta una revolución—tal vez una revolución destructiva.
Samuel manifestó su sabiduría llevando el caso a Jehová en oración; esto es, antes de contestar al pueblo con los resultados siguientes:
1. Jehová le muestra que el motivo plausible presentado por el pueblo para el cambio de gobierno, disfrazaba su verdadero motivo. Es característica de la naturaleza humana disfrazar un  motivo bajo una capa plausible; por ejemplo defender cantinas alegando que obran en contra de la libertad personal; o que la prohibición perjudica los negocios.
2. Este pueblo al desechar a Samuel, tenía el propósito, de desechar a Jehová. Fue la teocracia la que realmente les disgustaba. Deseaban tener reyes como las otras naciones.
3. Jehová dijo a Samuel que les manifestara claramente, protestándoles, el género de rey que otras naciones tenían;   forzándolos así, si  persistían  en  su demanda, a hacerlo con los ojos abiertos y con todos sus motivos desenmascarados. Esto probaría que aunque tenían una verdadera causa de queja, no buscaban reparación de aquel mal, sino que hacían un motivo plausible para el destronamiento de Jehová, aun cuando su remedio traía desgracias mil veces peores que aquellas de las cuales fingían buscar alivio.
El carácter de un déspota oriental se describe por Samuel en su disputa. Mirémoslo en I de Samuel 8: 11-17: "Y les dijo: éste será el uso del rey que va a reinar entre vosotros: A vuestros hijos los tomará y los pondrá en sus carros de guerra y en su caballería, y correrán delante de sus carros; y se los constituirá jefes de miles, y jefes de cincuentenas, los pondrá también a arar sus tierras y a segar sus campos y a hacer sus instrumentos de guerra, y los pertrechos de sus carros. Además de entre vuestras hijas tomará para perfumistas, y para cocineras y para panaderas. Asimismo vuestros campos y vuestras viñas y vuestros olivares los mejores de ellos, él los tomará para dárselos a sus siervos. Y diezmará vuestra simiente y el producto de vuestras viñas para darlo a sus camareros y a sus siervos. Tomará también a vuestros siervos y a vuestras siervas, y a los más escogidos de vuestros mancebos y a vuestros asnos y los ocupará en sus labores. Diezmará vuestro ganado; en fin, vosotros seréis siervos suyos. Y clamaréis en aquel día a causa dé vuestro rey que os habéis escogido; y Jehová no os responderá en aquel día." Yo no conozco en toda la literatura mejor representación de un déspota oriental que ésta que hace Samuel.
Los resultados, después de que Samuel les enseñó lo que era tener reyes como las otras naciones fueron los siguientes: (1) Con los ojos abiertos y sus motivos expuestos demandaron un rey como las otras naciones. (2) Jehová mandó a Samuel que les hiciera un rey. "A veces Dios contesta en ira." (3) Pero no le dijo que establecieran tal monarquía como ellos deseaban, esto es, como otras naciones, sino un reino bajo una carta escrita que retenía la idea teocrática, siendo el rey terrenal escogido por Jehová y su vicegerente, sujeto a la ley de Jehová, y guiado en todas las cosas por los profetas de Jehová, y en todo tiempo expuesto a ser quitado por Jehová. De modo que Dios no cumple del todo con su súplica. Les da un rey pero no un rey tal como ellos deseaban. Acerca de semejante gobernante Geikie usa el siguiente lenguaje:
"Semejante gobernante ocuparía necesariamente un puesto único. Siendo solamente virrey y representante del rey verdadero e invisible que era Jehová, debía ser señalado con anticipación por indicaciones especiales, y consagrado como para un oficio sagrado. Era esencial también que se hubiera recomendado a los jefes de la nación por sus cualidades y hechos. También se le permitiría reinar como otros reyes orientales, obrando arbitrariamente; porque los derechos de Jehová y los de su pueblo, como una nación de hombres libres demandaban ser tratados con igual respeto. Debía, pues, acordarse siempre de que gobernaba bajo un rey más alto, cuya voluntad expresada en su ley revelada, era su guía absoluto tanto en la religión como en la vida ordinaria; y que el violarlo en cualquier punto le ocasionarla la destrucción. Pero semejante hombre era necesario que fuera compatible en simpatía y amor con aquel, bajo quien tenía su autoridad, ser rey según su corazón; hombre verdaderamente religioso; obedeciendo, no meramente por el refrenamiento exterior, sino por amor y elección.
"Aunque había de ser nominalmente rey, era una condición de su gobierno que obrara siempre según las instrucciones del profeta. Bajo la extraña constitución teocrática hecha por Samuel, era en verdad un maniquí, movido por el profeta según su voluntad, y restringido a obrar en cualquier negocio como agente libre. El único duplicado a semejante estado de cosas en los tiempos modernos, fue el gobierno nominal del mikado en el Japón, lado a lado con el verdadero emperador, el Tycun; el uno, un rey fingido; el otro el verdadero poder soberano, Extraño es decir que en la antigüedad hallamos paralelos a Saúl y Samuel entre los Getae del siglo antes de Cristo. En su patria inculta, al norte y al sur del Danubio, aquel pueblo fue gobernado por un jefe que obraba solamente como el siervo de un hombre santo, sin el cual no sé le permitía hacer cosa alguna. Aunque extraño, el resultado de esta costumbre extraordinaria fue el mismo que el que siguió el gobierno de Samuel en Israel. Desde la más baja debilidad y degeneración moral, los Getae se despertaron bajo la dirección del hombre santo y el rey fingido en hacer una reforma completa y duradera. En verdad; se volvieron tan radicalmente a una vida tan noble, que su vigor nacional se mostró en una firmeza puritana y en un valor permanente, que llevaron sus banderas por todas direcciones, por nuevos territorios hasta que su reino fue extendido infinitamente. Una vez reconocida, semejante subordinación a la teocracia como fue demandado de Saúl podría llegar a ser más fácil de soportarse, pero en los primeros años el guerrero fuerte y valeroso debió de haber sido muy severamente probado al saberse rey nominal, pero de hecho absolutamente subordinado en los detalles más minuciosos al mando de Samuel."
Usando la palabra "maniquí," Geikie se equivoca, puesto que el profeta nunca habló sino como Jehová le mandó, y el que alguno se rija bajo la dirección de Dios no le hace un maniquí. Esta clase de reino no fue repugnante al plan de Jehová, como es descrito en la historia y ley previas, y en su historia subsiguiente.
1. En Génesis 17:16, en el pacto que hizo Dios con Abraham, prometió que reyes descenderían de él.
2. En  Deuteronomio 17:14-20: "Cuando hubieres llegado a la tierra que Jehová tu Dios te da, y la tuvieres en posesión y habitares en ella, y dijeres: Yo quiero poner sobre mí un rey como todas las naciones que están a mis alrededores. Indispensablemente pondrás sobre ti por rey a aquel que escogiere Jehová tu Dios; a uno de en medio de tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre de tierra extraña, que no fuere hermano tuyo. Tu rey empero no ha de multiplicar para sí caballos, ni hará volver el pueblo a Egipto para hacer que abunden los caballos; por cuanto Jehová os ha dicho: Nunca más habéis de volver por este camino. Ni tampoco ha de multiplicar para si mujeres, porque no se aparte de mí su corazón; ni ha de aumentar para si plata ni oro, en sumo grado. Y será que cuando se sentare sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, del ejemplar que estuviere delante de los sacerdotes levitas; la cual permanecerá con él, para que lea en ella todos los días de su vida, a fin de que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley de estos estatutos para ponerlos en obra; de manera que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte de lo mandado a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, así el como sus hijos en medio de Israel."
Podemos juzgar si los reyes de días posteriores obedecieron esto, porque nos acordamos de que Salomón tuvo setecientas mujeres, además de trescientas concubinas. Todo rey en su historia subsiguiente, que violó esta carta del reino, o que rehusó escuchar y obedecer al profeta de Jehová, fue castigado por Jehová." Y hasta el punto que cuando uno de ellos res¬petaba esta carta, fue bendecido por Jehová él, y su pueblo con él.
Así era evidente que el punto era, no si el que gobernaba era llamado juez o rey, sino que Jehová reinara, fuera cual fuese el título de su subordinado terrenal. La lección es importantísima. Jehová es Rey de reyes y Señor de señores. Su ley y autoridad son supremas sobre las naciones así como sobre los individuos. Su gobierno se extiende sobre los rebeldes así como sobre los que le sirven. El negar su dirección no hace cesar la obligación de obedecerle. El que no importara si el gobernador era llamado juez o rey, se ilustra por un pasaje del "Essays on Man." (Ensayos sobre el Hombre) dice,
"Que contiendan los tontos sobre las formas de Gobierno;
La que se administre mejor, es la mejor."
1. Tuvieron que dar testimonio y testimonio que fue escrito, en cuanto a la sabiduría, pureza y fidelidad de la administración de Samuel cuando se retiró del puesto de juez.
2. Tuvieron  que contestar que todos los grandes jefes del pasado fueron nombrados por Jehová, y que se habían revelado contra todos ellos.
3.  Tuvieron que aceptar esta alternativa, con un rey puesto sobre ellos; esto es, si ellos y su rey se sometían al gobierno de Jehová, conforme a la carta del reino, todo estarla bien; pero si se revelaban contra él, entonces el castigo merecido les sobrevendría como sobre sus padres rebeldes.
4. Tuvieron que someterse aún a Samuel el profeta. Las palabras de Samuel fueron confirmadas por este milagro: Les llamó la atención al hecho de que era tiempo de la siega, cuando en casos ordinarios nunca llovía. Entonces mirando para arriba, pidió una señal a Jehová, y al momento los cielos se obscurecieron, hubo truenos fuertes, y relámpagos, partieron las nubes negras, y se levantó una tormenta de viento para testificar que Dios les hablaba. El resultado fue que sintieron y confesaron el pecado de su demanda, y suplicaron que Samuel intercediera por ellos para que Dios les perdonase, a lo cual él contestó como sigue:
1. Los animó a que no desesperasen a causa de sus pecados —diciéndoles que Dios era misericordioso— pero que debían arrepentirse y obrar mejor en el futuro.
2. Les aseguró que Dios por amor a su propio nombre, nunca abandonaría a su pueblo.
3. Que él mismo no pecaría dejando de orar por ellos para que les fuesen perdonados los pecados.
4. Que como profeta seguiría enseñándoles el camino bueno y recto.
5. Que en vista de las grandes cosas que Dios les había hecho, debían temerle, y servirle con sinceridad y con todo su corazón; de otro modo serían consumidos.
Con otros grandes eventos en su historia, el capitulo 12 puede compararse así:
1. Con el discurso de despedida de Moisés, Deuteronomio 29:1-31:5.
2. Con el discurso de despedida de Josué 24:1-28.
3. El discurso de despedida de Pablo dirigido a los ancianos de la iglesia de Efeso, Hechos 20:18-38.
4. Considerándolo bajo la idea de patriotismo, podemos compararlo con el discurso de despedida- de Washington, cuando anunció que ya no sena presidente. Una vez fui a Anápolis para ver un gran cuadro o pintura que mostraba a Washington, representando la escena en que devolvía su espada al Congreso al fin de la guerra, retirándose del oficio de comandante en jefe.   Es una pintura maravillosa. Están en el cuadro algunos que según supongo eran parientes míos aunque muy lejanos —Carlos Carroll y sus hijas. En una casilla de vidrio está el mismo vestido que usó Washington en ese día, incluyendo sus espuelas. Un maestro mío me exigió que aprendiera de memoria el discurso de despedida de Washington.
Dos grandes doctrinas necesitaban subrayarse en el discurso de Samuel:
1. El motivo porque Dios no abandonaba a su nación escogida: "No por amor a vosotros, sino por amor a su nombre," y en esta conexión debéis leer Ezequiel 36:22-36, y todo el capítulo de Romanos 11. Los dos dan a entender que Dios salvará en un solo día a toda la nación judaica.
2. Es un pecado no rogar a Dios que perdone a los pecadores, de lo cual damos en seguida como ilustración una cosa que sucedió en Texas-. Una vez un hombre predicaba en muchos condados, enseñando que ningún cristiano hacia bien en pedir el perdón de los pecadores. Le contesté públicamente en el pulpito y en el periódico, citando la doctrina de Samuel: "Y en cuanto a mi, nunca permita Dios que yo peque contra Jehová en cesar de rogar por vosotros." En aquella gran discusión me referí a lo que es llamado el "mourners bench," (el banco de los arrepentidos), diciendo que yo no sentía predilección por el "banco de los arrepentidos," y afirmando que cualquiera podía hallar a Cristo en ese banco, en el suelo, detrás de la caballeriza, o en el campo; pero que si decía: "Haré cualquier cosa que Dios quiera que haga, con excepción de cierta cosa," que si reservaba algún punto sobre el cual no se rendía a Dios, entonces no se rendía absolutamente de manera alguna; e insistí en que, de dejar el "mourners bench" no dejarían de lamentar sus pesares. No me oponía a que dejaran de usar el banco de los arrepentidos si querían hacerlo, pero si dejaban de usarlo esperaba que no dejaran de orar por los pecadores.
PREGUNTAS

  1. ¿Cuál es el propósito general de este capítulo?
  2. ¿Cual fue la ocasión inmediata del cambio?
  3. ¿Cuáles fueron los motivos alegados por el pueblo a favor del cambio?
  4. ¿Qué puede decirse de estas alegaciones?
  5. ¿Por que pues, desagrado a Samuel su demanda?
  6. ¿En qué manifestó Samuel su sabiduría?
  7. ¿Cuáles fueron los resultados?
  8. Descríbase el carácter de un déspota Oriental como se da en la protesta de Samuel.
  9. ¿Cuáles fueron los resultados después de mostrarles Samuel como les ¡na teniendo un rey como otras naciones?
  10. Pruébese que esta clase de reino no fue repugnante a los planes de Jehová, como fue manifestado en su historia y ley previas, y en su historia subsiguiente.
  11. Si pues no importaba que el que gobernaba fuese llamado Juez o rey, cítese un pasaje a propósito del "Ensayo sobre el Hombre" por Pope.
  12. ¿Qué más evidencia hay de que el pueblo tuvo que ver y confesar su delito en procurar quitar a Samuel de ser juez?
  13. ¿Cómo se confirmaron las palabras de Samuel?
  14. ¿Cual fue el resultado?
  15. Analícese la respuesta de Samuel.
  16. ¿Con qué otros grandes eventos en la historia puede compararse el capitulo 12?
  17. ¿Cuales son las dos grandes doctrinas en el discurso de Samuel que necesitan subrayarse?


VI
SAÚL EL PRIMER REY
(1Sam. 8-12)

Discuto ampliamente los capítulos 8 al 12 porque es necesario fijar claramente en la mente la naturaleza del reino que se estableció a fin de interpretar correctamente la historia subsiguiente de los reyes. Sin entender esto fracasaremos en la interpretación aun del primer desechamiento de Saúl, y del trato de Jehová con todo rey subsiguiente. Antes de comenzar a tratar la historia del primer rey, volvamos a manifestar brevemente los puntos salientes que defi¬nen la monarquía hebraica:
1. Un gobierno por reyes no fue cosa imprevista por Jehová, sino que era uno de 1oí> grados predeterminados del desarrollo nacional, y un plan preparatorio para el establecimiento del reino espiritual mesiánico.
2. Aunque Jehová concedió la demanda de Israel de    un   gobierno real substituyendo el gobierno anterior por jueces, no estableció la clase de gobierno que ellos deseaban, pues no fue semejante al de las otras naciones.
3. El reino que fue establecido tenía una carta escrita que definía claramente su naturaleza, poderes y limitaciones, la base de la cual fue dada a Moisés (Deut. 17:14-20) con  amplificaciones subsecuentes por Samuel.  Esta carta hizo que la ley escrita, que era el Pentateuco, fuese la constitución del reino. El rey debía hacer de la ley su Vade Mecum, y la regla de su reino. No sólo había esta constitución escrita e inalterable, sino para dar énfasis a la vigencia de la idea teocrática, el rey debía en todo tiempo escuchar y obedecer el nuevo mensaje de Jehová, que le vendría por medio de la orden ya establecida de los profetas. Los que hablaban y escribían por él. Esta parte de la carta ilumina la historia subsiguiente.
4. Los monarcas no hablan de ser escogidos por la nación, por la acción de su gran congregación o asamblea general como un cuerpo, sino que cada rey había de ser nombrado por Jehová, y aquel nombramiento había de ser designado por los profetas cuyo oficio era hablar por Jehová.  Jehová escoge al rey, el profeta de Jehová le unge y le presenta a la asamblea para que sea aceptado.
5. La monarquía no era hereditaria en el sentido moderno. Una dinastía podría ser cambiada, sólo por la opción de Jehová, así como de la casa de Saúl hasta la casa de David, y no era preciso que el hijo que sucediera a un rey fuese el primogénito; por ejemplo, tenemos el caso de Salomón   Sea que una dinastía tuviera que ser cambiada, o que tuviera que designarse cuál hijo de un rey había de suceder a su padre, el profeta viviente era el instrumento de Jehová que daba a entender su voluntad.
6. Ni el rey ni la asamblea general, ni los dos unidos, tenían el poder de declarar la guerra, dirigirla una vez declarada, hacer la paz, o hacer alianza, sino que Jehová la dirigía por medio de su profeta viviente.
7. Por la ley, y por el profeta viviente, el pueblo fue protegido de la tiranía del rey.  Véase el caso de la reprensión administrada por Natán a David por el mal hecho a Unas, y la denunciación de Elías contra Acab acerca de la viña de Naboth.
8. Especialmente, en asuntos de religión los profetas hablaban con toda la autoridad de Dios, procurando guardarlo no solamente de la idolatría sino de la dependencia del formalismo y ritualismo, sacando todo el tiempo la significación espiritual de la ley y demandando  el  arrepentimiento  y la  reformación.
Por esto ningún hombre puede interpretar parte alguna de la monarquía hebrea aparte de la sección del Salterio que se refiere a ella, y los profetas contemporáneos. Por esto "La Monarquía Hebrea" de Wood, aunque no perfecta en sus arreglos supera la "Armonía de Crockett" como libro de texto.
Una cita pertinente al establecimiento de la monarquía es Oseas 13:9-11: "Es tu destrucción, oh Israel, el que estés contra mi; contra tu mismo auxilio; -Dónde, pues, esta tu rey para que te salve en todas tus ciudades? tus jueces también de quienes dijiste. Dame un rey y príncipes; ¡Os doy reyes en mi ira, y los quito en mi indignación!"
Había varias maneras en que el pueblo así como el rey, podían aprender la voluntad de Jehová aparte de la ley escrita, esto es:
1. Sometiendo una cuestión al Oráculo que permanecía en el Arca, para que fuese contestado por el sumo sacerdote, usando su efod, por medio de Urim y Tumim, I de Samuel 23:8-12.
2. Apelando a los prontas, I de Samuel 9:6-9.
3.  Por un sacrificio y el pedir señales como ^en el caso de Gedeón, Jueces 6:17-21.
Hay dos pasajes, uno de loa cuales muestra la desesperación de un individuo, y el otro que muestra el estado deplorable de la nación, de la cual, a causa de sus grandes pecados, Dios ha quitado todo medio de comunicación consigo mismo. En el primero, Saúl, el primer rey, en sus últimos días, lamenta así su estado: "Mas cuando vio Saúl el campamento de los Filisteos temió y amedrentóse su corazón en gran manera." I de Samuel 28:5. En otras palabras, Oseas describe así el estado lastimero de Israel rebelde: "Porque de igual manera los hijos de Israel aguardarán muchos días sin rey y sin príncipe y sin sacrificio, sin estatua y sin efod y sin ídolos domésticos," Oseas 3:4.
            Ciertos pasajes se refieren a una parte de la manifestación precedente de la naturaleza del reino. Por ejemplo, Jehová escogió a Saúl para que fuese rey, anunciándole privadamente a su profeta, y haciéndole conocer providencialmente a este profeta (1Samuel 19:15) y más tarde en presencia de la gran asamblea en Mizpa da a conocer al pueblo públicamente su elección (I de Samuel 10:17-21). Orando por la dirección de Jehová, el profeta prepara la mente de Saúl para la alta honra (I de Sam. 9:20-25). Luego privadamente el profeta le trata como rey, y en seguida le confirma su posición por medio de señales (10:2-7). Después, viniendo sobre él el Espíritu Santo, es preparado para su oficio. No convertido sino preparado para su oficio. Luego el profeta hace que sea designado públicamente delante del pueblo, la asamblea general en Mizpa (1Samuel 10:17-21). Entonces el profeta arregla para que sea reconocido por el pueblo en una asamblea general subsiguiente en Gilgal (I de Samuel 10:8 y 11:14, 15). Entonces el profeta abandona su propio oficio como juez, I de Samuel 12.
Es fácil ver en el texto, aunque no doy los detalles de la transacción, justamente lo que hace Jehová, justamente lo que hace el profeta, justamente lo que hace Saúl—y particularmente el texto muestra cómo Jehová prepara al pueblo para aceptar a Saúl—prepara al profeta primero y en seguida prepara al pueblo y a Saúl.
Los varios grados de la preparación de Saúl son intensamente interesantes. La primera insinuación que Samuel da a Saúl le parece ser increíble, porque dice, "Yo pertenezco a la tribu más pequeña, y nuestra familia es una de las inferiores de aquella tribu." Sin embargo, lo hace pensar. En seguida Samuel le da el lugar de honra en el banquete, y esto también lo hace pensar. Después Samuel le unge privadamente como rey y aquella ceremonia lo impresionó. En seguida Samuel predice tres señales, el objeto de las cuales es el de satisfacer completamente a Saúl y confirmar en su propia mente la idea de ser rey; y particularmente haría esto la última de las tres, que era que el Espíritu de Dios le sobreviniera en el don de profetizar, y serla cambiado en otro hombre.
Nótese la reticencia de Saúl: Primero, cuando su tío le pregunta, que en dónde había estado, y le dice cómo el profeta le había informado que los asnos habían sido hallados, pero no dice ni una palabra acerca del asunto del rey; también, después de ser públicamente designado y algunas de la gentes mal intencionadas, hijos de Belial, declararon que no podían aceptarle como rey, porque no vieron ninguna perspectiva de salvación en él, en lugar de enojarse y contestar con lenguaje enojado, Saúl no pierde su tranquilidad. No dice ni una palabra; sabe esperar. También notamos que no obstante otras cosas que han ocurrido, antes de esto, que en aquella gran reunión en Mizpa, donde hubo de ser manifestado públicamente como rey, Saúl se esconde, y cuando la cuestión se presenta y la suerte determina que Saúl sea rey, preguntan donde está, y Dios dice, "Está escondido entre el bagaje."
Una vez prediqué yo un sermón basado sobre este texto sobre el descubrimiento de parte de Dios de algunos hombres que se escondían entre el bagaje, más interesados en sus haciendas y en las cosas del mundo que acerca de la predicación de la Palabra. En el ejercitó le parecía a todo soldado que era cosa vergonzosa si tenia que quedarse con el bagaje cuando se acercaba la batalla. Puesto que podía ser señalado como el soldado que tenía que quedarse con el bagaje, quería estar en frente de la batalla.
Esto y recordándoos todas estas cosas para señalar el progreso en la mente de Saúl, y cómo Dios le guió paso a paso. Pasado algún tiempo ya se ha despertado lo suficiente para recibir la honra real.
Ahora consideremos la significación de apostasía, lo que sea necesario en un caso dado para probar la doctrina y cuál fue la aplicación a Saúl, y expliquemos I de Samuel 10:5, 6, 9, 10. Apostasía significa que un hombre regenerado puede ser perdido al fin para siempre. A fin de probar aquella doctrina en un caso especial, debe hallarse evidencia indubitable sobre dos puntos: En primer lugar, que en el caso escogido se habla efectuado primero la regeneración, y en segundo lugar que esta persona regenerada se perdió al fin y para siempre. La prueba debe ser amplia e inequívoca sobre los dos puntos—la regeneración y la condenación.
Sobre estas premisas, examinamos el caso especial de Saúl, Rey de Israel. No se puede demostrar que era hombre regenerado, ni que se perdió al fin, y esto niega a la doctrina de la apostasía, como se define arriba, de todo apoyo sacado del caso particular de Saúl. Si la prueba fracasa en cualquier punto, no es necesario considerar lo demás. Por esto, considerando un solo punto, abreviemos los asuntos de atención: ¿Fue Saúl un hombre regenerado? En el caso bajo consideración, los pasajes que se usan para establecer la opinión de que Saúl era hombre verdaderamente regenerado, un hijo espiritual de Dios, son:
Primero, la promesa de Samuel, I de Samuel 10:5, 6: "Serás mudado en otro hombre."
Segundo, la declaración del historiador de que se cumplió la promesa, I de Samuel 10:9, 10: "Le mudó Dios el corazón en otro." Un examen cuidadoso de ambos pasajes (En la Versión Moderna) demuestra conclusivamente que fue prometido que el Espíritu Santo vendría en algún sentido sobre Saúl, con el resultado que sería cambiado en otro hombre, y que la promesa fue cumplida, esto es, que el Espíritu Santo en efecto vino sobre él en el sentido prometido, con el resultado de que Dios le dio otro corazón. SI aceptamos la narración como verídica, no puede haber duda de que el Espíritu Santo ejerció un poder sobre Saúl y que de consiguiente hubo un cambio en él.
Las cuestiones que tienen que determinarse son: ¿Cuál fue la naturaleza del poder ejercido, y cuál fue el cambio que resultó? Mi respuesta es que el poder del Espíritu que fue prometido fue él don de profetizar, que en todas partes de la escritura es distinguido de la gracia de la regeneración, y el cambio fue de acuerdo con el poder, y que el fin o el propósito, no fue el de regenerar a Saúl, sino que es llamada expresamente una señal, para asegurar a la mente dudosa de Saúl de que Jehová le había escogido para rey. Para Saúl la cosa increíble que necesitaba confirmación por señales, no fue que llegaría a ser hijo de Dios por medio de la regeneración, sino que él, cuya tribu era tan pequeña, y cuya familia en aquella tribu ocupaba una posición tan inferior, fuese escogido por Jehová para ser rey de todo Israel. La naturaleza del poder que se ejercía y el cambio que se efectuó como resultado son determinados pues, por su propósito.
La diferencia entre la gracia de regeneración y el don milagroso del Espíritu se expresa así: La gracia de la regeneración no es una señal, pero el don milagroso del Espíritu sí es una señal, y es mirada así en ambos Testamentos. De la misma manera el don del Espíritu en el día de Pentecostés no tenía por objeto el regenerar a los apóstoles, todos los cuales con excepción de Judas, ya eran cristianos, sino el de asegurar sus corazones, y acreditarlos delante de otros.
En I Corintios 12:14, todo el asunto es descubierto de modo que un niño puede entenderlo. Muy claramente y en muchos puntos, Pablo contrasta estos dones milagros y temporales del Espíritu, dados como señales, con la gracia de la regeneración expresada en los frutos permanentes de fe, esperanza y amor.
La regeneración es una sola cosa en todos los casos. Los dones milagrosos del Espíritu eran diversos. Uno de los recibidos, como Saúl, podía profetizar, obrar milagros, hablar  en  lenguas, interpretar lenguas.
El poder del Espíritu recibido en el Pentecostés sí cambió a los apóstoles; en un sentido importante les dio otros corazones, como podemos aprender de Pedro el cobarde, que temblaba en presencia de una criada, y el Pedro, osado como un león en el día de Pentecostés.
En la discusión en Corintios (1Cor. 12:14) Pablo manifiesta claramente, primero que la fe, la esperanza y el amor, las evidencias y los frutos de la regeneración, son superiores en su naturaleza y más edificantes que los dones del Espíritu, y Saúl no tenía sino uno solo de éstos; segundo; que todas estas señales cesarían, pero la regeneración evidenciada por la fe, la esperanza y el amor, permanecerían.
Si buscamos evidencias de regeneración en la vida de Saúl no las encontramos. Si buscamos evidencias de un don milagroso del Espíritu dado a él como seguridad de que Jehová deseaba que fuese rey, y como señal a otros, sí las hallamos, y también hallamos que este don del Espíritu le fue quitado cuando llegó a ser indigno reinado, cuando Jehová ya no lo quiso como rey. Pero tal vez la evidencia más fuerte en la Biblia de que Saúl no era hombre regenerado, se halla en el contraste hecho por Dios entre Saúl y Salomón sobre este mismo punto (véase II de Samuel 7:13-16 y I de Crónicas 7:11-13). Aquí se enseña inequívocamente que Saúl no era regenerado, pero Salomón sí lo era. La regeneración de Salomón contrastada con Saúl aparece en esto:
1. Dios era el padre espiritual de Salomón, y Salomón era hijo espiritual de Dios.
2. Por  esto  cuando  pecó  Salomón  fue  castigado como hijo y no como extraño.
3. Siendo hijo, la misericordia de Dios no le fue quitada como en el caso de Saúl.

Juan Bunyan acostumbraba decir, "Los dones hacen un predicador, pero la gracia hace un cristiano." Saúl tenía el don pero no la gracia. A este argumento ya incontestable podemos añadir que un don milagroso por ser sobrenatural puede ser dado por el diablo, el cual en ningún caso puede regenerar. Este poder de Satanás por supuesto no puede ejercerse sino por el permiso de Dios, y este permiso nunca se concede sino con el fin de probar a los hombres, o como un juicio punitivo sobre los hombres que rehúsan ser guiados por el Espíritu Santo.
En el caso de Saúl, este permiso le fue concedido, como vemos por ser el resultado como antes, que Saúl profetizó. Léase el pasaje y se verá. Más tarde hallaremos un caso semejante. El Nuevo Testamento explica los motivos de este permiso así (véase 2Tesalonicenses 2:8-13): "Y entonces será revelado el inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su advenimiento; es decir, aquel cuyo advenimiento es según la operación de Satanás con todo poder y con señales y con maravillas mentirosas, y con todo el artificio de la injusticia, para los que perecen; por cuanto no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos. .Y por esto Dios les envía la eficaz operación de error, a fin de que crean en la mentira; para que sean condenados todos aquellos que no creen en la verdad, sino que se complacen en la injusticia. Pero estamos en la obligación de dar gracias a Dios respecto de vosotros, hermanos amados del Señor, por haberos escogido Dios desde el principio, para salvación en santificación del espíritu y en creencia de la verdad."
Y es precisamente por esto que Juan dice (Juan 4:1): "Amados míos, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido al mundo." Ningún milagro puede acreditar una doctrina contraria a la Palabra escrita.
Para hacer evidente la aplicación de esta línea de argumento al caso de Saúl, se nos asegura que estos milagros, señales y maravillas, obrados por Satanás y sus demonios, por más plausibles y convincentes que sean para los engañados, nunca pueden por ninguna posibilidad engañar del mal espíritu que hizo a Saúl profetizar (I de Samuel 1G: 14 y 18:10) le engañó e inmediatamente le condujo a procurar matar a David, le condujo a la matanza de los sacerdotes de Nob (22:9-19), y le condujo a la ruina irremediable a la desesperación y al suicidio.

PREGUNTAS

  1. ¿Por qué debemos discutir extensamente los capítulos 8 al 12?
  2. Aun ahora, antes de considerar la historia del primer rey, manifiéstense brevemente los puntos salientes que definen la monarquía Hebrea.
  3. Cítense las palabras de un profeta pertinentes al establecimiento de la monarquía considerada en el capítulo precedente.
  4. ¿En qué maneras podía el pueblo, así como el  rey, cerciorarse de la voluntad de Jehová, aparte de la ley escrita"'
  5. Cítense dos pasajes, uno de los cuales muestre la desesperación del individuo, y el otro el estado deplorable de la nación, de los cuales, a causa de grandes pecados, Dios ha quitado todo medio de comunicación con él.
  6. Cítense ciertos pasajes, que se refieren a una parte de la manifestación de la naturaleza del remo.
  7. ¿Qué hizo Jehová, que hicieron los profetas, qué hizo el pueblo, y qué Saúl para preparar al pueblo para aceptar a Saúl.
  8. Descríbase la reticencia de Saúl al aceptar el alto puesto de honor.
  9. ¿Cuál es la significación de apostasía, qué es la característica esencial con un caso dado para probar la doctrina y cuál es la aplicación a Saúl, explicando estos pasajes I Sam  10:5, 6; 10:9, 10?
  10. ¿Cuál es la diferencia entre la gracia de la regeneración y el  don  milagroso del  Espíritu?  Ilústrese  por ejemplos en el Nuevo Testamento
  11. ¿Que, pues, encontramos en la vida  de Saúl y cuál es la evidencia más fuerte de que no fue regenerado.
  12. ¿Cual fue el dicho de Bunyan y qué argumento adicional fue agregado?
  13. ¿Qué es el propósito del permiso dado al diablo de conceder  dones  milagrosos, y  qué  testimonio  se  da en el Nuevo Testamento.
  14. ¿Cuál es la diferencia en el efecto de estos milagros del diablo sobre los salvos y los no salvos, y cómo lo ilustra el caso de Saúl?


VII
SAÚL EL PRIMER REY
(Continúa)

Algunos afirman que la referencia al "otro corazón" de Saúl equivale al "nuevo corazón" de Ezequiel 36:26, a lo que podemos contestar con seguridad que "el otro corazón" dado a Saúl no equivale al pasaje citado en Ezequiel. Pero cuando llegamos a la muerte de Saúl en la historia, para hacer el resumen de su carácter no podremos ponerlo en la misma clasificación con Judas, aunque hay algunos puntos semejantes, especialmente en que ambos fueron conducidos a la desesperación y la destrucción de sí mismos por el mal espíritu que los dominaba. Saúl, en muchas maneras, era un hombre más excelente que Judas, dejando tras sí algunos hechos, y características que evocaron la gratitud de los hombres de Jabesh-gilead, el afecto no vacilante de varias tribus, y el hermoso elogio de David. Nada semejante a estas cosas encontramos en la vida baja, avara, y traidora de Judas.
Los que creen en la apostasía usan la vida de Saúl para probarla, y no me admiro que tomaran este paso como la base de su argumentación para sostener esa doctrina, por ser éste el más plausible en la Biblia. Pero digamos que si este caso no prueba su doctrina, ya no deben esperar apoyo en ningún otro. Pero pueden preguntar, ¿Qué, pues, quiere Pablo dar a entender en Gálatas 5:4: "¿De la gracia habéis caído?" A lo que contestamos que la frase bíblica, "De la gracia habéis caído," como se usa por Pablo en Gálatas 5:4, no da a entender que los verdaderos cristianos, los que son realmente regenerados, pueden perderse al fin; sino que los que han aceptado la doctrina de la salvación por gracia, y después han vuelto a la doctrina de la salvación por obras, han caído de la gracia. Han vuelto de una doctrina a la opuesta, como sucede con frecuencia en la vida práctica, sin significar que la aceptación original fuera regeneración, o que la caída de ella fuera final. Según la significación que daba Pablo a la frase, el hombre puede caer de la gracia.
Ya hemos visto cómo Jehová preparó a su profeta para que designara a Saúl como rey, cómo preparó a Saúl para la gran honra, y como preparó al pueblo para que aceptara a Saúl. Antes de adelantarnos en la historia, necesitamos entender más particularmente ciertos asuntos en la historia que ya hemos considerado brevemente, especialmente los pasos que se dieron para que el pueblo aceptara a Saúl, y cómo la aceptación, adelantando paulatinamente, al fin se hizo completa por un clímax glorioso:
1. El don de profetizar sobrevino a Saúl, preparándole para el servicio, y, sucediendo esto en la escuela de los profetas, preparó a la poderosa orden profética a aceptarle como el hombre escogido por Dios. Puesto que esta investidura de poder le sobrevino también en presencia de muchos del pueblo, tenía el designio de acreditarlo delante de ellos. Pero se sorprendieron más por el prodigio, en lugar de estar listos para aceptarlo. Hay algo de desprecio en su dicho, que llegó a ser un proverbio: "¿Saúl también entre los profetas?" Su desprecio es un tanto mitigado por la pregunta de uno que estaba allí: "¿Y quién es su padre?" significando, "¿Qué hay entre los antepasados de los profetas que coloque a éstos por encima de Saúl para que os admiréis de que haya sido conferido en él el don profético?" Dios lo confería, no tomando en cuenta la posición de la familia
2. La elección. Cómo lo escogió Jehová por un método extraordinario en la gran congregación en Mizpa como el hombre separado de todo Israel para el lugar. Puesto que este método de mostrar la elección de Jehová en el tiempo de Josué señalando infaliblemente a Acán, el único criminal entre millones (Josué 7: 14-18), y volvería a servir en el tiempo de David (I de Samuel 16:12), debió haber sido igualmente convincente para mostrar la elección de Jehová de un rey. Convenció a la mayor parte del pueblo, que expresó su aceptación en una frase que ha rodeado el mundo: "¡Viva el Rey!" Pero no todos quedaron contentos, porque algunos hijos de Belial decían, "¿Cómo nos ha de salvar éste?" Y lo despreciaron y no le trajeron presente. Debe notarse que la frase "Hijos de Belial," retiene la significación ya establecida (I de Samuel 1:16; 2:12). Belial es nombre propio, que significa el diablo, y obrando enteramente en conformidad con su naturaleza los hijos del diablo no quieren aceptar al rey a quien escoge Jehová.
3. El espíritu de Jehová sobreviene a Saúl y demuestra su idoneidad para el alto honor conduciéndolos al libramiento de Jabes-galead. No basta clamar, "Viva el Rey," sino que hay que seguir al rey y servirle. En su llamamiento a la guerra, Saúl hace bien en asociar su nombre con el de Samuel (I de Samuel  11:7).  "Y cayó pavor de Jehová  sobre el pueblo, de manera que salieron como un solo hombre."
Esta demostración práctica de la idoneidad de Saúl, efectuó la unanimidad en cuanto a su aceptación, y condujo al pueblo a demandar de Samuel la muerte de los que habían rehusado aceptar al hombre señalado por Jehová, manifestándose de nuevo la prudencia de Saúl en rehusar manchar el glorioso principio de su reinado con la sangre de ajusticiamientos políticos.
4. Estando ahora preparada la mente del pueblo para aceptar la elección de Jehová, bajo la dirección divina, fueron entregados al nuevo régimen formal y oficialmente por la ratificación de éste en Gilgal en una asamblea solemne, con .sacrificios apropiados y gran regocijo tanto de parte del rey como del pueblo, seguido por la entrega de Samuel del oficio de juez. Esta reunión en Gilgal es la línea oficial divisoria que separa el período de los jueces del período de la monarquía.
Hasta aquí hemos mostrado los pasos que conducían a la transición. La escena de la consumación fue muy apropiada, porque en Gilgal terminó el período de la peregrinación y comenzó el peligro de la conquista, y en Gilgal se efectuó oficialmente, la distribución oficial de una parte de la tierra, finalizando en parte, la conquista de los jueces.
5. Jehová, profeta, rey y asamblea general están de pleno acuerdo estando claramente distinguidas y definidas las funciones de todos. ¡Fue un feliz principio de la monarquía! La historia posterior mostrará en qué, cuándo y cómo la gloriosa carta es violada, por profeta, rey o pueblo. Encontraremos una historia triste, iluminada de cuando en cuando por hechos de héroes y cánticos de poetas. Pero el cuadro se hará cada vez más sombrío hasta que se complete el eclipse con la caída de la monarquía. Los héroes principales serán los profetas, unos pocos reyes serán ilustres, y muy rara vez, un sacerdote.
La distinción entre la palabra "veedor" y "profeta," usada como sinónimo en I de Samuel 9:7, es ésta: "Profeta" tiene una significación más extensa, incluyendo toda la significación de "veedor". Hablando estrictamente la palabra "veedor" no se refiere sino a un solo método de recibir revelaciones, esto es, en visiones. Un profeta no solamente tenia el don de la visión, sino que era en todos aspectos la boca o la pluma de Jehová para enseñar, reformar o escribir. Fue en todos   aspectos el legado, embajador, o representante de Dios, con autoridad sobre el rey y sobre el pueblo.

EL REINADO DE SAÚL DESPUÉS DE LA
RATIFICACIÓN EN GILGAL

I de Samuel 13:1 dice: "Saúl tenia cuarenta años cuando comenzó a reinar, y cuando hubo reinado dos años sobre Israel, escogió Saúl para él tres mil hombres de Israel," etc. Su apariencia personal se describe en I de Samuel 10:23, 24: "Descollaba entre todo el pueblo de los hombros arriba. No hubo ninguno semejante a él." De aquí el proverbio: "Cabeza y hombros arriba de sus semejantes." Hallaremos mas tarde que su armadura era demasiado grande para David. Las condiciones de su reinado eran duras. En este tiempo Israel estuvo dominado por los filisteos al sudoeste, atacado por Amalee al Sur; por Amón, Moab y Edom al sudoeste, y por Zoba, o Siria .al noroeste, pero contra todos éstos, en distintos tiempos, Saúl sostuvo una guerra victoriosa. Además de esto, sus recursos eran limitados. No tenía ejércitos de pie, ningunas armas, ningún equipo, ningún tesoro público con excepción del botín reunido en batallas, y todo el país estaba empobrecido por las correrías e invasiones de sus muchos enemigos. I de Samuel 13:19-23 muestra el estado lastimoso del pueblo con respecto a artífices, instrumentos de labor, y armas: "Y no se hallaba herrero en toda la tierra de Israel; porque decían los filisteos: No suceda que los hebreos se hagan espadas y lanazas. Por eso bajaban todos los israelitas donde había filisteos para aguzar su reja, y su azadón y su hacha y su pico, cuando se embotaron los picos y los azadones, y las horquillas y las hachas; y para componer los aguijones. Y así sucedió que en el día de batalla no se hallaba ni espada ni lanza en mano de ninguno de los de la gente que acompañaba a Saúl  y  a  Jonathán;   mas se  hallaba  en  mano  de Saúl y Jonathan su hijo." Esta declaración enseña grandes lecciones.
Ningún pueblo puede llegar a tener seguridad y prosperidad si depende de otras naciones para su maquinaria, géneros manufacturados, y medios de transporte. Esto se vio en la gran controversia y la, guerra entre nuestros estados. Durante la controversia se dio a luz un libro escrito- por un hombre renegado de la Carolina del Norte, titulado: "La Crisis Inminente," en que representó así la falta de preparación del Sur para la guerra, y los desastres que les sobrevendrían inevitablemente, en caso de guerra. Lo leí una sola vez, y esto  cuando era niño, pero se imprimió en mi mente como con hierro incandescente de modo que puedo repetirlo ahora:
"Un hombre del Sur se levanta por la mañana de entre sábanas hechas en el Norte, habiendo dormido en un colchón del Norte, que descansa sobre una tarima del Norte; se lava la cara en un lavamanos del Norte, seca su rostro con una toalla del Norte, arregla su pelo y lava sus dientes con peine y cepillo hechos en el Norte, se viste con ropa del Norte; entra en su comedor y se sienta frente a una mesa del Norte, cubierta con un mantel del Norte, sobre el cual hay tazas, platillos, platos, cuchillos y tenedores, y, estando en el sur donde hay puercos, come Jamón del Norte. Entonces sale y unce su caballo a un arado del Norte; o a un vehículo del Norte; o habiendo puesto en su cuello una corbata del Norte va a cortejar a su novia, que está vestida en piqué o muselina del Norte, y cuando muere es envuelto en una mortaja del Norte; su sepulcro es cavado con una pala y un zapapico del Norte; y la única cosa que tiene en el Sur es el hoyo en la tierra donde está sepultado."
Como consecuencia, luego que comenzó la guerra, no teniendo nosotros fábricas, no teniendo caminos de fierro que corrieran del este al oeste, no teniendo dominio de los medios de transporte por tierra o por agua, a seis meses estábamos para morir de hambre. Vi varias compañías de la brigada de Sibley, salir para Nuevo México armados de lanzas—del estilo antiguo, que no eran otra cosa sino un palo largo y rudamente puntiagudo. Tomaron los mosquetees del estilo antiguo, y los arreglaron de modo que pudieran usar cápsulas; no tenían ni un fusil de retrocarga. No teniendo fábricas de papel, en seis meses los periódicos se imprimían en papel de pared, —estando impreso en por lado y el color por el otro. Pagué $22.00 plata mexicana por la cantidad de café que cabía en un sombrero que fue traído clandestinamente de México (no podía soportar ver a mi madre pasarla sin café), pero en todas partes del Sur tomaban en lugar de café una bebida hecha de batatas tostadas y usando té de sasafrás, y té de calamento, y cuando estaban enfermos tomaban té de eupatorio, y ¡ay del hombre que tenía que tomarlo!
Si todo esto es verdad entre las naciones, podéis entender lo que significaba cuando dije ¡ay del Sur, donde el pueblo tiene la sana doctrina, si manda sus instrumentos de predicación a una piedra de moler de los críticos radicales del Norte a fin de que éstos los afilen! Os digo que nunca debemos dejar de orar para que Dios bendiga nuestro Seminario del Sudoeste, y lo establezca en los corazones del pueblo.

Comparando el Capitulo 13:1, 2, y 14:47-52 debemos suponer:
1. Que el texto 13:1 sea defectuoso. Nótese la diferencia en la traducción de la Versión Común y la Versión Moderna—una diferencia muy considerable.
2. Que según el resumen dado en 14:47-52, no hay, historia detallada de muchas de las campañas de Saúl.
3. Como Saúl era joven cuando fue hecho rey, y ahora le vemos con un hijo crecido, Jonatán, ya todo un héroe, tenemos que suponer que por años después de llegar a ser rey, reinó prósperamente y conforme a la carta del reino. En esta parte próspera de su reinado debemos dar siempre crédito a Saúl por el hecho de que bajo las condiciones más difíciles se mostró ser un héroe en la guerra con las más grandes disparidades, al m i s-m o tiempo poseía características amables que le hicieron caro a su familia, al pueblo y a Samuel. Según el elogio de David encontró a las mujeres de su pueblo en harapos y las vistió de color escarlata, y puso sobre sus ropajes adornos de oro. Enseñó a unos hombres no belicosos ni disciplinados a ser poderosos guerreros. Toda su vida fue una serie de batallas, desechando a los enemigos que le acometieron por todos lados. Considerando estas dificultades que le acosaban, su única esperanza dependía de la obediencia estricta a la carta de su reino, reteniendo así a Jehová como su amigo. Nunca comenzó a caer hasta que hizo que Dios fuese su enemigo.

PREGUNTAS

  1. ¿El "otro corazón" de Saúl equivale al "nuevo corazón" de que habla Ezequiel 36:26? ¿En qué era semejante Saúl a Judas y en que se diferenciaba de él?
  2. ¿Por qué usan algunos la vida de Saúl para probar la apostasía?
  3. ¿Qué quiso decir Pablo en Gálatas 5:4:"De la gracia habéis caído"?
  4. ¿Cuáles eran los pasos sucesivos por los que el pueblo fue preparado para aceptar a Saúl, y cómo fue completada esta preparación paulatina en un clímax glorioso?
  5. Distíngase entre la significación de las palabras "veedor" y "profeta," usados como sinónimos en I de Samuel 9:7.
  6. ¿Qué edad tenia Saúl cuando comenzó a reinar?
  7. ¿Cuál fue su apariencia personal?
  8. ¿Cuales fueron las condiciones difíciles de su reinado?
  9. ¿Cuales fueron sus recursos limitados?
  10. Recítese el pasaje que muestra el estado lastimero en cuanto a artífices, implementos de labor y armas.
  11. ¿Cuales son las grandes lecciones que pueden derivarse de esta declaración?
  12. ¿Que   debemos   suponer   por   una   comparación   del capitulo 131, 2, y 14:47-52?
  13. ¿En esta parte próspera de su reinado, de que debemos siempre dar crédito a Saúl?
  14. Considerando las dificultades que tenía que arrostrar ¿de qué dependía su única esperanza?


VIII
EL FIN DE SAÚL Y SU DINASTÍA
(1Sam. 13-15)

Hay verdaderas dificultades que dejan perplejo al estudiante de la Biblia en 1 de Samuel 13 y 14. Estas dificultades son de tres géneros: primero, en el texto; segundo, en el orden de los acontecimientos; tercero, en cuanto a la duración del reinado de Saúl. La primera dificultad del texto se halla en la primera declaración de 13:1. Según la forma que el historiador usa en otras partes, para introducir la historia de un reinado, naturalmente esperaríamos que esta declaración inicial nos dijera dos hechos: la edad de Saúl cuando comenzó a reinar, y la duración de su reinado, algo así: "Saúl tenía treinta años cuando comenzó a reinar y reinó sobre Israel cuarenta años," pero nuestro texto hebreo actual no puede traducirse así, ni podemos sacar satisfactoriamente el texto comparando las distintas versiones. Los hebreos designaban los números por medio de letras, por esto es muy fácil por lo que toca a los números, cometer equivocaciones. En el hebreo de 13:1 no se dice la edad de Saúl. Cuando las diferentes versiones procuran hacerlo mediante conjeturas, no hacen otra cosa sino conjeturar. La Versión de los Setenta no revisada omite del todo ese versículo, pero una revisión de esa versión lo da, haciéndolo decir que Saúl tenía treinta años cuando comenzó a reinar. La Versión (American Standard) da cuarenta años de edad cuando comenzó a reinar, y conecta el primer versículo con el segundo. El judío, Isaac Leeser, en su versión Inglesa, traduce así el primer versículo, "Cuando Saúl habla reinado un año—y dos años reinó sobre Israel," que hace incomprensible todo el versículo con dos interrupciones. Otros judíos lo traducen así: "Saúl era el hijo de un año, cuando comenzó a reinar y cuando hubo reinado dos años escogió para sí, etc." Esta traducción podría dar a entender que Saúl tenía tan poca experiencia como el niño de un año cuando comenzó a reinar pero cuando hubo reinado dos años, entonces comenzó a asumir el aire de un rey, organizando una pequeña guardia de campo, o como un núcleo alrededor del cual podían reunirse reclutas en el tiempo de guerra En el juicio del autor no hay conexión directa entre el versículo 1 y el versículo 2, ni quita la dificultad. Parece probable que la primera declaración debería seguir la fórmula usual del historiador, y que si tuviéramos el verdadero texto lo veríamos así.
La segunda dificultad del texto se halla en 13:5, que da a los filisteos "treinta mil carros," un número de carros que parece ser tan increíble, tan innecesario y tan completamente fuera de proporción a otros departamentos del ejército, que uno está dispuesto a imaginarse que algún copista se equivocó al escribir las letras hebreas por las cuales, 30 expresa el número de carros. Probablemente fueron mil carros.
La tercera dificultad del texto es la palabra "Arca," en 14:18. Naturalmente deduciríamos de I de Samuel 7:1, 2, y de I de Crónicas 13:1-14 que el arca permaneciera en Kirjath-jearim hasta que fue cambiada a Jerusalén por David. Además de eso, David dijo expresamente: "No acudimos al Arca en los días de Saúl." La mejor explicación de esta dificultad es que la Versión de los Setenta, teniendo delante un texto mejor, traduce el versículo así: "Y Saúl dijo a Abias: trae acá el Efod. Porque traía el Efod en aquel tiempo delante de Israel."
Al determinar el orden de los eventos hallamos que el párrafo, I de Samuel 14:47-52, da un sumario de las guerras do Saúl y de su familia, y puesto que el historiador no da detalles de al menos tres de estas guerras, esto es: la guerra con Amón, con Edom, y con los reyes de Zobah esto es, Siria, la dificultad es saber exactamente dónde debían colocarse estas guerras. Evidentemente no hay lugar para ellos después del principio de esta sección, y si se introducen antes, entonces debe darse tiempo para ellas así como para la llegada a la edad madura de los hijos y las hijas de Saúl.
Para determinar la duración del reinado de Saúl, la dificultad en el texto hebreo de 13:1 nos obliga a depender de una sola declaración, la que hizo el apóstol Pablo en Hechos 13:21, que dice, "Saúl reinó por espacio de cuarenta años." En una edición de las "Antigüedades de los Judíos," por Josefo, libro VI, la última oración de ese libro, dice: "Y Saúl cuando había reinado diez y ocho años viviendo aún Samuel, y después de su muerte 2 (y 20), dio fin a su vida en esta manera." Las palabras "y 20" que están en paréntesis tienen que mirarse como una interpolación, por no estar de acuerdo con el encabezado que pone el autor al libro sexto, que no asigna sino treinta y dos años desde la muerte de Eli hasta la muerte de Saúl. Omitiendo las palabras en paréntesis, Josefo dice que Saúl reinó diez y ocho años mientras vivió Samuel, y dos años después de su muerte. El autor aboga por la declaración de Pablo que reinó cuarenta años, y afirma que esto armoniza mejor con los otros elementos de la historia. Incuestionablemente la historia representa a Saúl como joven cuando comenzó a reinar. Debe haber tiempo para todas las guerras mencionadas en el sumario, 14: 47-52, y para que crecieran los hijos e hijas de Saúl. Este capítulo 13 presenta a Jonatán como un hombre crecido y un capitán valeroso. Por esto el autor supone que entre el capitulo 12 cuando propiamente comenzó el reino de Saúl, y el capítulo 13 debemos creer que existía un intervalo de tal vez veinte años, y debemos concluir, del éxito de Saúl en hacer guerras victoriosas con Amón, Edom y los reyes de Zobah, o Siria, 14:47, que semejante intervalo debe suponerse en el orden.
Es fácil entender por qué el historiador no diera detalles de estas guerras. Su objeto es conducirnos pronto a aquella parte del reinado de Saúl, en que por dos grandes hechos decisivos viola la carta del reino. Suponemos que por años Saúl fue fiel a aquella carta, y que prosperó con éxito en todo asunto, pero este período de prosperidad es seguido por un triunfo de los filisteos, que dominaron la tierra de tal manera que produjo las condiciones descritas en nuestro texto, I de Samuel 13:6, 7, 19-23; y es en este período de desastre nacional en donde nuestro capítulo decimotercero comienza la historia. En verdad, por medio de este desastre, Dios prepara providencialmente el camino para dar cuenta de la primera gran prueba de Saúl, que no podía venir sino bajo condiciones difíciles.
Podemos dar por difícil traducir propiamente I de Samuel 13:3, que dice que, "Jonatán hirió la guarnición de los Filisteos que estaba en Geba." Algunos muy eruditos contienden que esta palabra no debe ser "guarnición" sino "monumento," habiendo los filisteos levantado un monumento allí como memorial de su dominio sobre la tierra. Otro erudito afirma que quiere decir un oficial que en ese punto recaudaba el tributo de los hebreos subyugados, pero nin¬gunas de las versiones traducen así la palabra, de modo que tenemos aquella palabra significando guarnición.
Otra interpretación del orden de acontecimientos, es sostenido por grandes inteligencias, incluyendo a Edersheim, por cuyo alcance de erudición, esplendida ciencia, piedad, reverencia y especialmente el don de interpretación bíblica, el autor tiene un respeto profundo. Según Edersheim cuyos argumentos para sostener su afirmación pesan tanto, los más osados deben bien vacilar en hablar dogmáticamente acerca de la corrección del orden que acabamos de considerar, y según otros, que incluyen Los Revisores de la Versión "American Standard," Saúl tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar; tenía una familia, siendo su hijo mayor Jonatán', hombre hecho, y no hay intervalo en la historia en el capitulo 12 y la del capítulo 13, sino que es continuada, por esto las guerras, 14:47, con Anión, Edom y Siria, siguen la victoria sobre los filisteos en el capítulo 13, y las duras condiciones bajo la dominación de los filisteos narrados en el capítulo 13:6, 7, 19-23 fueron las condiciones al principio del reinado de Saúl. Esto pondría la prueba que decidió la dinastía al principio de su reinado, y con propiedad pondría más tarde la segunda prueba, en el caso de Amalek, que resultó en su rechazamiento personal. Josefo está de acuerdo con este orden. Las objeciones serias a este orden son contestadas así por los que lo abogan: Confiesan que la historia en el capítulo 9, afirma que Saúl era joven cuando encontró a Samuel, y que es parte del deber de un joven ser enviado para buscar el ganado perdido de su padre, pero arguyen que entre los hebreos aun un hombre de mediana edad que tuviera familia era llamado joven y estaba bajo la dirección de su padre, y que la historia anterior no da en ninguna parte la edad de Saúl, y que en el único lugar donde esperaríamos hallarlo—capítulo 13:1—el número expresado con una letra hebrea no aparece y tiene que suplirse por conjetura basado sobre el contexto. Para contestar la declaración clara de Pablo de que Saúl reinó por espacio de cuarenta años, dicen que no está en la línea del pensamiento de Pablo ser exacto, y que sus cuarenta años se expresan en números redondos. Estas contestaciones a las objeciones
no son satisfactorias, pero se dan aquí por lo que valen.
El héroe de esta guerra con los filisteos fue Jonatán, el brillante hijo de Saúl. Es el quien provoca la guerra hiriendo la guarnición de los filisteos en Gabaa, y es él quien decidió la guerra en la gran batalla de Micmash. La parte de Saúl en toda la historia carece de dignidad Los siguientes son los sucesos en su orden, que condujeron a su fracaso bajo la primera prueba a que fue sujeto: Se recordara que Saúl fue hecho rey con la mira especial de librar a Israel de los filisteos, y que no teniendo sino tres mil hombres fueron divididos en dos cuerpos pequeños, que ocuparon estratégicamente la mejor posición de defensa contra los filisteos. Entonces cuando la hazaña de Jonatán provocó la guerra haciendo que Israel fuese odioso a los filisteos, reunieron el ejército más grande y mejor ordenado que jamás habían enviado al campo, y acamparon en Micmash. Saúl sonó la trompeta de alarma designada a traer todos los hombres fornidos de Israel a su lado. El lugar de reunión era Gilgal, que Samuel había señalado con el mandato expreso que después de reunidos habían de quedarse allí siete días enteros hasta que él llegara, y cuando hubiera ofrecido sacrificios apropiados emprenderían la guerra bajo la dirección de Jehová.
Pero el pueblo no teniendo armas, y asustados por el ejército vasto y bien equipado de los filisteos, dejaron de responder. Algunos de ellos se retiraron a las cavernas en los lados de las montañas. Multitudes de ellos huyeron al otro lado del Jordán hasta Galaad. No se reunió ni siquiera toda la guardia personal de Saúl, y en los días de espera, los que habían venido comenzaron a desertar, de modo que Saúl fue dejado con un puñado de hombres, expuestos en cualquier tiempo a ser cortados y destruidos por el gran ejército de los filisteos. Este caso fue una gran prueba de su paciencia: esperar siete días, con su ejército desaparecido, creciendo el pánico, estando cerca el ejército de los  filisteos y amenazándolos.
Estas eran las condiciones de una prueba de su carácter. Es seguro que a menos que hubiera alguna seguridad dada por Jehová de que dirigiría y manifestaría su poder, el pánico se aumentaría. Con toda intención, Samuel dilató su venida hasta la última hora de los siete días; Saúl había esperado hasta la tarde del día séptimo y Samuel no había venido. Le parecía que debía, por medio de sacrificios, invocar la ayuda de Jehová. Como él mismo lo expresa bajo estas condiciones: "Me hice fuerza y ofrecí holocausto." Antes de que las ofrendas se hiciesen por completo, Samuel apareció; pero Saúl ya había pecado.
Fue una estipulación estricta de la carta del reino que el rey había de aprender la voluntad de Jehová tal como era expresada por el profeta. Sólo así pondría permanecer el reino. Si el rey obraba por su propia sabiduría como lo hacían los reyes de otras naciones, entonces fracasaría el reino con toda seguridad. Su única esperanza era la de someterse absolutamente a aquel estatuto de la carta que reconocía la idea teocrática de que el rey terrenal era subordinado al rey divino. La pena de su fracaso en esta prueba no fue su rechazamiento como rey, sino el rechazamiento de su dinastía. El mismo permaneció siendo rey, pero no podía transmitir la monarquía a sus hijos. La autoridad real había de ser quitada de la familia de Saúl, y dada a otra familia.
Los acontecimientos que siguieron a este fracaso de Saúl fueron: En primer lugar, por haber sido menospreciada la palabra de Jehová dada por su profeta, Samuel deja a Saúl, el pánico aumenta, sus adherentes disminuyen, y sólo le queda un puñado de hombres para tomar el puesto más estratégico; entonces, como ya se ha dicho, fue Jonatán quien libró al pueblo de esta desastrosa situación. Habiéndose Ido el profeta, Jonatán suplicó a Jehová que Indicara por medio de una señal si debía atacar la hueste de los filisteos. La señal era muy sencilla. Habiendo reconocido la posición del enemigo, no llevó consigo sino a su paje de armas; halló que se podía acercar a ellos por un lado de la montaña, y la prueba fue que, si al llegar a donde los filisteos podían verle y hablarle estos decían, "Subid a donde estamos nosotros," en lugar de, "Estad quietos y nosotros subiremos a vosotros," esto había de ser la señal de Dios para iniciar la lucha. Por esto, él y su paje de armas comenzaron la batalla, matando a veinte de los enemigos. Los filisteos se llenaron de pánico suponiendo que había un gran ejército detrás de aquellos dos hombres, y, como su ejército estaba compuesto de tropas de varias naciones, comenzaron a pelear unos contra otros, llenos de confusión. Además de esto, un gran número de hebreos que se habían escondido en las cuevas de las montañas, salieron y se unieron en el ataque sobre los filisteos, de modo que éstos fueron lamentablemente confundidos.
Saúl, desde su atalaya, notando la confusión del ejército filisteo y oyendo el sonido de la batalla, y deseando todavía ser dirigido por Jehová, volvió al sumo sacerdote que estaba presente entre sus solidados y le dijo: "Trae acá el efod y pregunta a Jehová qué debemos hacer." Como continuara el tumulto, Saúl detuvo al sacerdote antes de que tuviera tiempo de dar la respuesta de Jehová, por medio de Urim y Tumim, y corrió apresuradamente a la batalla. De modo que, no obrando en manera alguna bajo órdenes divinas, sino por su propia sabiduría, ordenó que nadie se detuviera para tomar alimento hasta que hubiera sido destruido completamente el ejército de los filisteos.
Esta orden trajo dos males. En primer lugar, Jonatán, por estar al frente de la batalla y no haberla oído, viendo un panal de abejas en la i-oca, movido por la fatiga y el hambre de un día de duro trabajo, tocó el panal con la punta de la vara que tenia en la mano y comió de él para refrigerarse; de esta manera, se puso involuntariamente bajo la maldición del voto de su padre. El segundo mal fue que el pueblo que había oído el mandato, al fin del día, mulléndose de hambre, tomaron animales de los despojos de la batalla, y los mataron para alimento, sin cumplir con la ley, que prohíbe a un israelita comer sangre! Siendo informado Saúl de este segundo mal, parece que se convenció de que alguien habla pecado, y después de poner fin al mudo ilegal de tomar alimento apela al sumo sacerdote para que indague de parte de él, quién había desobedecido su orden. La suerte reveló que era Jonatán, el cual francamente declaró lo que había hecho. Saúl anunció su condenación a muerte, pero el pueblo rehusó permitir la muerte del héroe que les habla hecho ganar la batalla.
Los críticos radicales de la historia de la Biblia consideran una ofensa ligera, el hecho de que un hombre, con autoridad de rey, bajo las condiciones difíciles de Saúl, después de esperar hasta la tarde del día séptimo la venida de Samuel, procediese a Indagar la voluntad divina, sin la presencia del profeta de Dios. A esto contestamos que, mientras admitimos todas estas condiciones difíciles, y también el efecto natural de todas estas condiciones sobre cualquier hombre que tenga la responsabilidad de un caudillo, aseguramos que estas mismas condiciones eran esenciales para la prueba, si había de conservarse la idea teocrática de la carta. No importaba lo difícil de las condiciones, ni el número de los desertores, ni el corto número de los que se quedaron, ni la fortaleza del enemigo, ni lo formidable de sus armamentos, si tan sólo fuera Jehová con ellos; y no importaba la fortaleza del ejército que tuviese Saúl, ni cuan pocos fueran en comparación con el enemigo, ni cuan superiores fueren sus armamentos a los del enemigo, estaba condenado a fracasar si Jehová estaba en contra suya. Por esto, cuando por temor e impaciencia, violó con deliberación el pensamiento central de la carta del reino, convenía que el reino pasara a otra familia, en lugar de ser perpetuado en su casa.
Es un hecho interesante que, aunque Dios le había retirado su profeta a Saúl, quedaran todavía dos métodos para cerciorarse de la voluntad divina; el que fue empleado por Jonatán en pedir una señal de Dios, y el otro por medio del sumo sacerdote y el efod. En una manera vacilante, Saúl procura servirse del segundo método. Todavía, de vez en cuando, procura saber la mente de Jehová por medio del sumo sacerdote, pero nunca lo hace a menos que esté en grandes dificultades. Debemos hacer distinción entre las dos pruebas de Saúl, La primera prueba, que ya hemos considerado, resolvió solamente la cuestión de la dinastía; la próxima prueba que he¬mos de considerar en el próximo capítulo, resuelve la cuestión personal de Saúl, en cuanto a si ha de permanecer como rey.
El último párrafo en el capitulo 14:47-52 es un informe genérico del reinado de Saúl, mencionando sus distintas guerras en que salió victorioso, sus relaciones de familia, y da dos hechos característicos de su reinado, esto es, (1) que la guerra librada contra los filisteos duró todo su reinado; (2) durante todo su reinado solía añadir a su guardia de corps. Hombres valientes de toda nación. Pero esta costumbre de Saúl no le era peculiar. David siguió su ejemplo, y centenares de monarcas desde su tiempo, algunos de ellos limitándose del todo a extranjeros, como los genízaros del Sultán de Turquía; los arqueros Escoceses, la guarda Suiza, y la brigada irlandesa de los reyes de Francia, el cuerpo italiano de Carlos Burgandía, los famosos gigantes de Potsdam del rey de Prusia, y otros muchos.
Este sumario de la familia de Saúl omite el mencionar a Rizpa, la concubina de Saúl, los dos hijos de ella, y sus nietos, hijos de Jonatán y Mical. Anticipando la historia, y para mostrar que los pecados de los padres se visitan sobre los hijos, y también para mostrar que en la caída de un gran hombre muchos son arrastrados por él, notemos la suerte trágica de varios miembros de la familia de Saúl Abner, primo y general dé Saúl, fue asesinado por Joab Saúl mismo, con tres de los cuatro hijos por su esposa, incluyendo al heroico Jonatán, perecieron en batalla con los- filisteos. Su cuarto hijo, de su esposa, fue asesinado; sus dos hijos de su concubina Rizpa, y los cinco hijos de Mical, nacidos después de que fue separada de David, todos fueron colgados para castigar uno de los pecados de Saúl; el hijo de Jonatán fue hecho cojo por su pilmama, y después robado de la mitad de su herencia.
Nótese el texto para un sermón práctico en esta acción, las palabras de Saúl, "Me hice fuerza," 13:12.

PREGUNTAS

  1. ¿Qué verdaderas dificultades que dejan  perplejo al estudiante de la Biblia, hallamos en I de Samuel 13 y 14?
  2. Manifiéstense las dificultades principales, con una explicación de cada una.
  3. ¿Qué dificultad hay para determinar el orden de los acontecimientos?
  4. ¿Qué dificultad hay, para determinar la duración del reinado de Saúl?
  5. ¿Qué otra línea de interpretación en cuanto al orden de los acontecimientos, es defendida por hombres de esclarecida inteligencia incluyendo a Edersheim?
  6. ¿Quién fue el héroe de esta guerra con los filisteos?
  7. Manifiéstese en su orden conduciendo al primer fracaso de Saúl bajo la prueba a que fue sometido.
  8. ¿Cual fue la pena del fracaso de Saúl en esta prueba?
  9. Manifiéstense los sucesos después de este fracaso de Saúl.
  10. ¿Cual fue la parte de Saúl en la batalla?
  11. ¿Qué dicen los críticos radicales de la historia de la Biblia en  contra  del procedimiento  divino en esta parte de la historia?
  12. ¿Qué respuesta puede darse?
  13. ¿Qué hecho interesante debe notarse en adelante en ¿relación con esto?
  14. ¿Cuál es la naturaleza del último párrafo del capítulo 14:47, 52?
  15. ¿Fue peculiar de Saúl esta costumbre?
  16. ¿Es este resumen un informe pleno de la familia de Saúl?
  17. Anticipando la historia, y para mostrar que los pecados de los padres se visitan sobre los hijos, y también para mostrar que en la caída de un gran hombre muchos son arrastrados por él, declárese la suerte trágica de los varios miembros de la familia de Saúl.
  18. ¿Qué texto hay en esta sección para un sermón práctico?


IX
EL PECADO IMPERDONABLE DE SAÚL Y SU CASTIGO
(1Sam. 15)

Es necesario discutir extensamente este capítulo— 1 de Samuel 15. Los asuntos que tienen que considerarse son severos, terribles, profundos y de mucho alcance, envolviendo doctrinas acerca de la soberanía y la supremacía de Dios sobre las naciones y los gobernadores, y su administración judicial irrevocable en juicios punitivos.
Representan a Dios en caricatura, despojándole de santidad y justicia, quienes lo representan solamente como misericordioso.
Actualmente prevalece en muchas partes un sentimentalismo que se rebela contra cualquiera otra idea del carácter divino que no sea su compasión, sentimentalismo que despoja al pecado de demérito y hace que todo castigo sea remediable y meramente temporal. Henry Ward Beecher, expresó este sentimiento en su proposición: "Todo castigo es remediable." El sentimiento se desarrolló en una probación después de la muerte, y en una purificación por los fuegos del purgatorio igual en poder a la sangre de Cristo para propiciar y limpiar. Semejantes sentimentalistas hallan en I de Samuel 15 que una cosa tan difícil de explicar como lo son las enseñanzas de nuestro Señor acerca de su juicio final y la eternidad del castigo. Cuatro pasajes sirven bien como introducción a este capitulo.
1. La declaración que hizo Jehová a Moisés de su propio  carácter  y  atributo:;,  Éxodo  34.6-8: "Pasó, pues, Jehová de delante de él proclamando: Jehová, Jehová, Dios compasivo y clemente, lento en iras y grande en misericordia y fidelidad; que usa de misericordia hasta la milésima generación; que perdona la iniquidad, la trasgresión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al rebelde, que visita la iniquidad de ios padres sobre los hijos, sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación."
2. El hecho de que Dios quitó a Nabucodonosor el corazón de hombre y le dio corazón de bestia, "hasta tanto que conozcas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres y lo da a quien le parece," Daniel 4:25.
3. La enseñanza de Pablo en el Areópago de Atenas, acerca de Dios como el único objeto de culto y su gobierno sobre las naciones, Hechos 17:22-28.
4. La declaración de nuestro Señor a la mujer de Samaria, de que Dios es espíritu, y los que le adoran en espíritu y en verdad es menester que le adoren, Juan 4:23, 24.
La primera gran doctrina contenida es que Jehová, usando de su soberanía sobre una nación puede borrarla, de raíz y rama, cuando ésta llene la medida de su iniquidad. Ya hemos encontrado ejemplos de esta ley en el caso de las naciones cananeas que habían dejado el territorio que les había sido asignado como a hijos de Cham cuando la tierra fue dividida, para ocupar el territorio que había sido asignado divinamente a los hijos de Abraham, pero aun a Israel le fue prohibido entrar en este territorio hasta que la medida de la iniquidad de estas naciones se hubo llenado. Ahora tenemos que hallar en la historia de Amalee la apropiada aplicación de la doctrina a ellos.
Es posible aunque no probable que fuesen los hijos de aquel Amalee nombrado como descendiente de Esaú en Génesis 26:12, 1G, y I de Crónicas 1:36. Si es así, están fuera del territorio de Edom (Esaú) y vagan como una tribu de rapiña sobre todo el Negeb, o tierra del mediodía que fue expresamente dada a Israel. Sin ser provocados asaltaron bárbaramente a Israel al acercarse éste a Sinaí en la batalla de Refidim que se describe tan gráficamente en Éxodo 17:8-15, en cuya ocasión su suerte fue anunciada por Jehová: "Yo raeré del todo la memoria de Amalee de debajo del cielo. Jehová tendrá guerra con Amalee de generación en generación." Cuando Israel había pecado en Cades, ellos se unieron con los cananeos para infligir en él una derrota. También en el tiempo de los Jueces se aliaron con los madianitas para destruir a Israel, Jueces 3:12, 13. Moisés, en uno de sus grandes discursos de despedida, le recuerda a Israel los perjuicios hechos por Amalee, y recuerda la suerte pronunciada en Refidim, e insta a Israel a que ejecute la voluntad de Jehová cuando ya se hayan establecido en la tierra, Deuteronomio 25:17-19.
Hallamos en tiempos mucho más modernos el último amalecita que conoce la historia y que era llaman en la corte de Persia, donde buscaba la destrucción del Israel cautivo (Esther 3 al 8), y le vemos colgado en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo. Y ahora, ya que Saúl tiene la victoria sobre todos sus enemigos, Samuel como profeta de Dios, demanda la ejecución de la condenación tan dilatada y tan justamente merecida. Desde el principio y durante todo el tiempo han procurado con malicia persistente e incorregible hacer fracasar el propósito de Dios de establecer una nación como la guardiana de sus oráculos, y por la cual todas las naciones de la tierra habían de ser bendecidas. Amalee tiene que perecer, pues de otro modo el mundo no puede ser salvo. No fue una mera necesidad política como la que expresó Cato; cuando decía: "Cartago tiene que ser destruida o de otro modo Roma perecerá." Fue una necesidad espiritual que envolvía la única esperanza para todas las naciones.
La segunda doctrina contenida es que el instrumento por el cual semejante anatema es ejecutado, debe considerar a la nación condenada y todos sus bienes como "dedicados a Jehova para destrucción," por cuya razón ninguna parte del botín debe emplearse para engrandecer al ejecutador, o para ofrendar sobre el altar de Jehová—son "dedicados." Y es esta misma característica la que quita del ejecutador toda responsabilidad moral. Es meramente el alguacil de Dios que ejecuta una sentencia Judicial, y por esto debe obrar sin malicia, vanidad o avaricia privadas. El terrible caso de Achán, cuando Jericó fue condenado a la destrucción fue conocido de Saúl y debia haberle amonestado.
En la historia judaica posterior, Nabucodonoor, el ejecutador de la voluntad divina contra Jerusalén, es llamado, "La Maza de Dios," y cuando aquel quiso atribuirse a sí mismo la derrota de Israel, Dios le humilla como lo hizo con Saúl; y cuando su sucesor Beltsasar, comete blasfemia haciendo mal uso de las vasijas sagradas del templo destruido, entonces fue cuando apareció una mano y escribió en la pared estas palabras, "Mene, Mene, Tekel Upharsim." Aquella misma noche Beltsasar murió y Babilonia cayó.
La tercera doctrina implícita es la discriminación en los juicios morales de Jehová, no comparados con calamidades naturales tales como terremotos, erupciones volcánicas, y pestilencias.
El juicio discerniente de Jehová aparece en esta destrucción de Amalee, en las precauciones que se usaron para desviar de los cineos que moraban con ella la suerte de Amalee. Estos cineos eran descendientes de Hobab, aquel cuñado de Moisés, que aceptó la invitación de Moisés. "Estamos de partida para el lugar del cual Jehová a dicho. Yo os lo daré. Vente tú con nosotros, y te haremos bien."  De modo que fueron con Israel y participaron de la prosperidad prometida; siempre fueron amigos útiles, y fueron defendidos de la ira de los enemigos de Israel. Jael, la que mató a Siseria, era de este pueblo.
Esta separación entre los buenos y los malos antes de que cayera la destrucción final sobre los inicuos, se ilustra ampliamente en la salvación de Noé de la destrucción del mundo, y nos recuerda la gran intercesión de Abraham, cuando Sodoma fue condenada y Lot rescatado: "¿Es así que tú vas a destruir al justo con el inicuo? ¿El juez de toda la tierra no ha de hacer justicia?" Génesis 18:23-33. Aparece en la luz sobre Gozen mientras Egipto estaba en obscuridad, y en todas las otras plagas en que hubo separación.
El mismo principio de separación en la justicia divina se ve en la parábola de la cizaña (Mateo 13: 24-30), en la separación en el gran juicio anunciado por nuestro Señor, Mateo 15:31-34. En el mismo discurso, nuestro Señor habla dado a sus discípulos una señal; y observándola ellos huyeron a Pella y se salvaron de la destrucción de Jerusalén efectuada por Tito. Pedro, refiriéndose a dos ejemplos notables de esta distinción, expresa el pensamiento de esta manera: "Sabe el Señor librar de la tentación a los piadosos y guardar a los injustos del castigo hasta el día del juicio." II Pedro 2:9. De la misma manera Juan en Apocalipsis, antes de que cayera el castigo sobre la Babilonia espiritual dice. "Salid de ella pueblo mío, para que no participéis en sus pecados, y para que no recibáis de sus plagas," Rev. 18:4. De modo que los cineos, siendo amonestados, pronto se retiraron de Amalee, librándose así de su destrucción.
Para llegar a la próxima doctrina miremos los términos de la comisión de Saúl, y la fidelidad de su ejecución. La comisión dice: "Y dijo Samuel a Saúl: A mí me envió Jehová para ungirte rey sobre su pueblo, sobre Israel.  Ahora, pues, escucha la voz de las palabras de Jehová: Así dice Jehová de los Ejércitos: Me he hecho cargo de lo que hizo Amalee a Israel; de cómo se le opuso en el camino cuando subía de Egipto. Ahora pues, anda y hiere a Amalee, y destruye completamente todo lo suyo sin tenerle compasión alguna, antes harás morir hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas camellos y asnos. Saúl convocó entonces al pueblo y les pasó revista en Telaim doscientos mil a pie y diez mil hombres de Juda." 1Sam. 15:1-4. Comisionado así por Samuel, Saúl mandó llamar toda la milicia nacional el número de 210,000 e hirió a Amalee desde Havilah en el Mediodía hasta los confines de Egipto. Fue una campaña difícil para estar en el desierto contra un pueblo ágil nómada, pero se obtuvo una victoria maravillosa y completa. Pero la narración acaba así: "Pero Saúl y el pueblo tuvieron lástima de Agag, y de lo mejor de las ovejas y de los bueyes y de los animales engordados, y de los corderos; en fin de todo lo bueno y no quisieron destruirlo completamente: mas en cuanto a todo lo vil y lo despreciable eso lo destruyeron por completo. 1Sam. 15:9. Saúl fue tan exaltado por lo completo y lo extenso de la campaña que levantó un monumento por su proeza. Se llenó de una egoísta complacencia. Pero Dios no ve ni juzga como el hombre. A sus ojos Saúl había cometido un pecado presuntuoso e imperdonable. Para hacer esto manifiesto dejemos a Saúl en su triunfo y pasemos a una escena muy distinta, una de las más conmovedoras en la historia.

La Entrevista Entre Jehová y Samuel

1Sam. 15:10, 11: "Entonces tuvo Samuel una revelación de Jehová, que decía: Pésame de haber hecho rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y encendióse la indignación de Samuel: y clamó a Jehová toda aquella noche." En esta entrevista se desarrolla la doctrina del pecado imperdonable a que se hace referencia con tanta frecuencia en ambos testamentos.
El pecado de Saúl puede analizarse de la siguiente manera:
1. Justamente lo que hizo es manifestado así: 1Sam. 15:9.
2. Fue un pecado voluntario contra la luz y la ciencia porque violó el mandamiento claramente expresado de Jehová, 15:3: "Ahora pues anda y hiere-a Amalee, y destruye completamente todo lo suyo, sin tenerle compasión alguna: antes harás morir hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas y camellos y asnos."
3. Violó la provisión central de la carta del reino que el rey terrenal no era sino el virrey del Rey celestial.
4. Fue un pecado presuntuoso por ser en contra del Espíritu Santo, cuyo poder sobre Saúl fue simbolizado por su unción, y cuyo poder fue la única cosa que le habilitó para ganar victorias.
5. Fue la rebelión y fue clasificado con los pecados capitales de brujería e idolatría, los cuales Saúl mismo castigaba con la muerte.
6. Era la blasfemia, en que mezclaba lo voluntarioso, la vanidad y la avaricia humana con una ejecución sanguinaria cuya única justificación fue la obediencia al mandato expreso de Jehová como el Juez Supremo, sin ningunos motivos humanos de venganza, ganancia o malicia.
7. Fue un pecado eterno, como es probado por el hecho de que Jehová rehusó oir la intercesión de Samuel que duró toda la noche, y por la reprensión de Jehová dada a Samuel por la maldad de Saúl; por el retiro instantáneo y permanente del Espíritu Santo, por enviar en su lugar a un espíritu malo para conducirle a su ruina; por la separación permanente del profeta de él; por rehusar éste volver a comunicarse con él de manera alguna y finalmente, por retirar toda aquella gracia solamente por la cual un hombre puede arrepentirse. Puede uno tener el remordimiento sin el Espíritu, pero no puede arrepentirse sin el Espíritu. Para convencerse de la completa separación entre Saúl y Samuel, véase I Saín. 16:1; para la partida permanente del Espíritu Santo, sucedido por un espíritu malo, véase 1Sam. 16:14; para la negación de Dios de comunicarse con Samuel en cualquier tiempo o de cualquier manera, véase 1Sam. 26:6; para demostrar que la negación de Dios de oír la intercesión por un pecado es una señal de su carácter imperdonable, Jer. 15:15, y compárese éste con I Juan 1:5-16: "Si alguno viere a su hermano cometer un pecado que no es para muerte, debe pedir, y Dios le dará vida: es decir a los que no pecan para muerte. Hay pecado que es para muerte; no respecto de este digo que se ha de pedir." Otras referencias del Nuevo Testamento se encuentran en las palabras de Nuestro Señor: "El que blasfema contra el Espíritu Santo comete un pecado eterno. No tiene perdón en este mundo ni en el mundo venidero " La declaración en Hebreos 10:26-29: "Porque si pecamos voluntariamente, después de recibir el conocimiento de la verdad, ya no nos queda sacrificio alguno por los pecados; sino cierta horrenda expectativa de juicio Aquel que ha desechado la ley de Moisés, por el testimonio de dos o tres testigos muere sin misericordia alguna, ¿De cuánto más severo castigo, pensáis que será tenido por digno, (1) aquel que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, (2) y ha estimado como inmunda la sangre del pacto con que habla sido consagrado al servicio de Dios, (3) y ha hecho ultraje al Espíritu de Gracia?" Se ve que hay un pecado contra el Padre, y pecado contra el Hijo, pecado contra el Espíritu Santo; siendo los dos primeros perdonables, pero el último nunca se perdona porque hace ultraje al Espíritu Santo; esto es lo que hizo Saúl y por esto el Espíritu le fue retirado permanentemente.
Llegamos ahora a la última entrevista, triste y memorable, entre Saúl y Samuel, a su rebelión el pecado de mentir desvergonzadamente y el de la hipocresía.
Primero afirma que ha obedecido plenamente a Jehová, no obstante que los balidos de las ovejas y los mugidos de los bueyes le acusan de mentir. Entonces procura echar la culpa y responsabilidad sobre el pueblo, y al fin atribuye el perdonar a las ovejas y los bueyes a un motivo piadoso diciendo que iba a sacrificarlos sobre el altar de Dios. El amor de Samuel para con Saúl se ve en el pesar que le desgarra el corazón cuando Jehová anuncia que Saúl está perdido. No solamente pasó toda una noche en oración ferviente, aunque infructuosa, para que Dios perdonara a Saúl, sino que aun después de saber que el castigo denunciado contra Saúl es irrevocable sigue lamentándolo; pero aunque sus oraciones son negadas, y además le es encargada al anunciar a Saúl la severa voluntad de Dios, sin embargo, aunque era una amarga prueba para él, obedece al pie de la letra, y en su entrevista con Saúl muestra más interés por el amor de Dios que por su propio pesar.
Llegamos a la próxima gran doctrina en la respuesta de Samuel a Saúl como se expresa en el versículo 22: "Acaso tiene Jehová tanta complacencia en holocaustos y sacrificios, como en el obedecer la voz de Jehová? He aquí el obedecer mejor es que sacrificios, y el escuchar que el sebo de los carneros." La doctrina aquí no se opone al uso de los sacrificios ordenados por Dios, sino que muestra que la conformidad meramente externa con la ley de los tipos como es expresada en los sacrificios, y la observancia del ritual sin fe y el espíritu del verdadero culto, es completamente vano. La doctrina no menosprecia la forma de piedad pero muestra la superioridad del poder de la piedad. La verdad consiste, no en negar la necesidad de la forma, sino en depender de la forma solamente. Esta doctrina ensalza la cosa significada sobre signo, ensalza el espíritu sobre de la letra La tendencia del sacerdocio, los tipos y los rituales durante la monarquía fue una mera dependencia de ceremonias meramente vanas. La misión de los profetas fue contrarrestar esto, como veréis leyendo los siguientes pasajes; Salmo 40:6-8; 51:16, 17; Isaías 1:11-15; Jeremías 7:22-23; Oseas 6:6; y Miqueas 6:6-8. Estos pasajes deben estudiarse cuidadosamente en su contexto, de otro modo nunca la diferencia en el espíritu en la enseñanza profética entenderemos como es contrastada con la letra de la enseñanza sacerdotal.
De estas declaraciones proféticas los críticos radicales han sacado la conclusión irracional e insostenible de que el testimonio de los profetas muestra que la parte levítica y de la ley mosaica era una edición más moderna, dan énfasis especial a la declaración en Jeremías 7:22-23. Es fácil contestar sus críticas sobre todos los otros pasajes citados, pero no es tan fácil contestar el pasaje en Jeremías. Bien podría decirse con referencia a aquel pasaje que fue cumplido literalmente durante los días de la peregrinación en el desierto después del pecado de Israel en Cades. Durante treinta y ocho años, estando ellos excomulgados, Dios no les exigió que cumpliesen con las formas de sus leyes. No observaron los requisitos del culto del tabernáculo; no circuncidaron a sus hijos, siendo el pensamiento en Jeremías que los extraños, por no tener fe en la cosa significada, no son mandados a observar la forma. Llegamos a otra gran doctrina sacada de la compasión de Saúl. "Yo he pencado." La doctrina es que una mera confesión en palabras no es prueba de que hay gracia en el corazón. En el caso de Saúl, es evidente que su confesión le fue arrancada por el remordimiento y el temor de las consecuencias anunciadas por Samuel. En verdad temblaba por el juicio pronunciado contra él, pero nunca se arrepintió de su pecado Spurgeon ilustró esta gran doctrina predicando un gran sermón intitulado, "Un Sermón de Siete Textos." Hubo por cierto siete textos, pero cada uno de ellos tenía las mismas palabras. "He pecado," pero estas palabras fueron pronunciadas por siete hombres distintos, y muestran que cuando Saúl dice: "Yo he pecado," no significa lo que significa cuando David dice. "Yo he pecado," y que cuando Judas y Balaam dicen "Yo he pecado" no significa lo mismo cuando el hijo pródigo dice "Yo he pecado." El autor cuando fue pastor se interesó tanto en este sermón de Spurgeon que llamó la atención de su congregación a él, y encontró otros tres textos, "Yo he pecado," pronunciados por otros tres hombres, llegando a ser diez por todos, y llamó su sermón "Sermón de Diez Textos." Finalmente necesitamos explicar la discrepancia entre lo que Dios dice de si mismo, "Pésame" en el versículo 10 y lo que dice Samuel de Dios en el versículo 29: "Dios no es hombre que cambie de ánimo." La explicación es que "Pésame" en el primer caso no significa lo mismo que "Cambie de ánimo" en el segundo caso.
Cuando se atribuye el arrepentimiento a Dios, no significa que ha cambiado de ánimo, sino que un cambio de conducta de parte del pecador ha hecho necesario un cambio de actitud hacia el pecador.
El pensamiento se ilustra plenamente en Gen. 6, en estas palabras: "Y vio Jehová que era mucha la maldad del hombre en la tierra, y que toda imaginación de los pensamientos de su corazón era solamente mala todos los días. Y pesóle a Jehová el haber hecho al hombre en la tierra y afligióse en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré al hombre que he creado de sobre la faz de la tierra."
Aquí el arrepentimiento atribuido a Dios expresa su pesar genuino por la corrupción de la mayor parte de la raza humana, y esto obró un cambio en su actitud para aquellos que fueron así desesperada e incorregiblemente corrompidos. No significa absolutamente toda la raza, porque el contexto muestra que Noé fue una excepción, y que Dios no se arrepintió acerca de Noé, sino que continuó la raza en él.
Decimos comúnmente, "El sol se levanta y se pone." No significamos con esto que el sol dé vueltas alrededor de la tierra; pero usando una expresión común basada sobre las apariencias, significamos sencillamente que la tierra dando vueltas sobre su propio eje, cambia su cara al sol, con el resultado de hacer alternar el día y la noche.
He dado énfasis a las grandes doctrinas de esta sección porque los predicadores y otros obreros cristianos serán de continuo confrontados con opiniones débiles, enfermas y sentimentales del carácter de Dios, del demérito del pecado y de la eternidad del castigo. Esta opinión pública os exigirá que limitéis vuestra predicación a la compasión y misericordia de Dios.
Por cierto debéis ensalzar en los términos más amplios, la piedad, la ternura, la misericordia, el perdón de pecados; pero también debéis dar énfasis al hecho de que cuando la misericordia es menospreciada, hasta que el corazón se endurece, entonces tendrá que sufrir el infierno y el castigo eternos.

PREGUNTAS

  1. ¿Cuál es la naturaleza de las materias en esta discusión, y de las doctrinas implícitas?
  2. ¿Cuál es el sentimentalismo débil que prevalece ahora acerca de estas doctrinas? Cítese un caso especial.
  3. ¿Cuáles son los cuatro pasajes de la escritura que bien puedan servir como una introducción a esta discusión?
  4. ¿Cual es la primera gran doctrina en esta discusión?
  5. Nárrese brevemente la historia de los cananeos y de los amalecitas, y muéstrese la conveniencia de aplicar a ellos la doctrina.
  6. ¿Cuál es la segunda gran doctrina citada?
  7. ¿Cuales son los ejemplos especiales de su aplicación?
  8. ¿Cuál es la tercera gran doctrina citada como originándose de la provisión para salvar a los cineos de la destrucción de Amalee?
  9. Cítense las varias ilustraciones que se dan de esta doctrina.
  10. Compárese la opinión que tenía Saúl de su conducta con la opinión que tenía Dios de ella.
12    ¿Cuál es la cuarta gran doctrina desarrollada, en la entrevista de Jehová con Samuel?
  1. Analícese el pecado de Saúl, mostrando su carácter Imperdonable, dando pruebas de! Antiguo Testamento y referencias del Nuevo Testamento a ellas.
  2. Muéstrese que la gran ternura que sentía Samuel para con Saúl no debilitó su fidelidad para con Dios.
  3. Muéstrese cómo Saúl en su última entrevista con Samuel, añadió el mentir desvergonzadamente y el obrar hipócritamente, a su rebelión.
  1. 16 ¿Cual es la quinta gran doctrina encontrada en la respuesta de Samuel a Saúl 1Sam. 15:22?
  1. ¿Qué otros profetas enseñaron con énfasis la doctrina, y como respalda el Nuevo Testamento a los profetas9
  2. ¿Qué conclusiones irracionales han sacado los críticos radicales de estas declaraciones proféticas, y cual es la respuesta a ellas, y especialmente a Jeremías 7:22, 23?
  3. ¿Cuál es la sexta gran doctrina sacada de la confesión  de Saúl, "Yo he Pecado"?
  4. ¿Cómo Ilustró Spurgeon esta doctrina en un famoso sermón?
  5. Explíquese la discrepancia aparente entre lo que dice Dios de sí mismo, "me pesa," y lo que dice Samuel de Dios, "Dios no es hombre para que cambie de ánimo."



X
DAVID ESCOGIDO COMO SUCESOR DE SAÚL, Y SU INTRODUCCIÓN EN LA CORTE DE SAÚL
(1Sam. 16:17; 1Crón. 11:13,14)

El desechamiento del rey Saúl introduce como su sucesor al hombre más notable de la monarquía hebrea, o de cualquier otra monarquía. Fuera de la historia de David, no podemos entender los Salmos, y sin los salmos, no podemos entender su historia. Un gran número de estos salmos escritos por David mismo, reflejan y explican las experiencias de su propia vida, y trazan la experiencia del pueblo cristiano de todas las generaciones subsecuentes.
La mayor parte de los demás salmos fueron escritos por sus cantores y los sucesores de éstos. Cada Salmo tiene su ocasión y su fondo histórico.
Sin la historia de David tampoco entenderíamos el maravilloso desarrollo de la esperanza mesiánica desde su tiempo en adelante.
De semejante manera, en su propio tiempo y más tarde, las grandes declaraciones proféticas se arraigan en su historia con sus promesas y pronósticos. En verdad, las pruebas de un alto grado de vida espiritual en la antigua economía, y de la significación espiritual de la ley mosaica abundan muchísimo en la vida de David, en su culto y en la literatura resultante desde entonces.
El quitar la historia de David sería quitar en un sentido importante, la fundación del Nuevo Testamento. Esta conexión con el Nuevo Testamento puede encontrarle abundantemente en referencias a la historia de David, y a la exposición que de ella hicieron nuestro Señor y sus apóstoles. Afortunadamente para los predicadores de nuestro tiempo, hay una literatura rica y fidedigna acerca de este rey, el más notable en toda la historia.
En verdad, en vista de esta literatura tan fácilmente obtenida, el predicador que está en la ignorancia acerca de David no tiene excusa. Ninguna exigencia de la vida, sea que resulte de pobreza, enfermedad o cualquier otra causa, puede servir de excusa para el predicador que deja de estudiar, de una manera completa y sistemática, la vida de David.
El lector debe recordar los libros recomendados cuando comenzamos esta armonía; no una lista larga y costosa para eruditos, sino una lista para estudiantes de la Biblia, todos baratos, buenos, y fáciles de obtener. También dijimos que cuando llegáramos a la historia de David, se mencionarían otros libros de semejante carácter.
En verdad, algunos de los mejores de estos libros los reservaremos hasta que lleguemos a estudiar los Salmos. El predicador que tiene en su biblioteca libros escogidos sobre la ley, los salmos y los profetas está equipado para la exposición del Antiguo Testamento, y preparado para emprender el estudio del Nuevo Testamento.
Todo maestro de la escuela dominical y todo laico empleado en cualquier servicio religioso público deben tener estos libros. Ahora pues, a los que ya hemos mencionado, esto es: Josefo, Edersheim, Dean, Geikie, Stanley, Hengstenberg, y a los tres comentarios— Kirkpatrick y Samuel en la Biblia de Cambridge, y Blakie en la Biblia del Expositor, y Murphy sobre 1Crónicas — añadiremos con recomendación especial un pequeño libro intitulado "DAVID REY DE ISRAEL," por W. M. Taylor, autor también del famoso libro sobre las Parábolas.
Se observará que el libro de texto tiene como titular de la tercera parte del reinado de Saúl, "La declinación de Saúl y el ensalzamiento de David," y que su historia se encuentra en I de Sam. Caps. 16-31, suplementado con solamente cinco pasajes de Crónicas—I Crónicas 10:1-14; 11:13, 14; 12:1-7; 12:16-18; 12:19-22-—solamente trece versículos por todos. Hay varios puntos de interés en la historia de David, que aparecen en las distintas tablas genealógicas de ambos Testamentos, a saber:
1. Su linaje se traza claramente hasta Adán, y su posteridad hasta nuestro Señor.
2. Dos veces se señala su descendencia de una de los gemelos que luchaban en el seno de su madre, siendo notable la historia en cada caso. Encontraréis la historia en Gen. 25:21-26 y 38:1-30.
3. Por el lado materno hay dos extranjeras, Rahab la Cananea y Ruth la Moabita, conectando así tanto a David como a nuestro Señor con los gentiles.
4. Vino en la línea de todas las promesas desde Adán hasta su propio tiempo.
5. Vino en la línea real según la profecía de su antepasado, el moribundo Jacob: No se apartará de Juda el cetro Ni la vara de gobernador de entre sus pies Hasta que venga el Pacificador: Y a él será tributada la obediencia de las Naciones.
6.  Su lugar de nacimiento y su hogar fue Bethlehem, que fue también el lugar nativo de nuestro Señor, su más grande hijo.
Hay alguna dificultad para determinar su lugar en la familia, esto es, si él fue el séptimo de los ocho hijos de Isaí. Los pasajes que dan una explicación de las declaraciones de que el era el séptimo hijo y el octavo hijo son 1Sam. 16:10, 11; 17:12; 2Sam. 17: 25; 1Crón. 2:15 y 27:18. Esta sección representa ocho hijos, de los cuales se declara que David era el más joven; y en el capitulo siguiente se dice expresamente que Isaí tenía ocho hijos, y de nuevo se afirma que David era el más joven;  pero 1Crónicas 2:15, hace a David el séptimo. Un examen cuidadoso de todos estos pasajes nos da esta explicación: Era el séptimo hijo de Isaí por su primera esposa, pero más joven que otro hijo de Isaí por su segunda esposa; por esta razón era el séptimo hijo en un sentido y, sin embargo, era el octavo más joven hijo de Isaí.
Adelantándonos en la historia, encontraremos que otros miembros de la parentela de David llegan a ser muy prominentes en la historia, y que algunos de ellos añaden mucho a los pesares y tragedias de su vida'. Se mencionan sus tres hermanos mayores en esta sección como estando en el ejército de Saúl, y Eliud otro hermano, cuando David organizó el reino, llegó a ser Capitán de la Tribu de Judá. Además, el hijc de su hermana Abigail, es una figura muy prominente en la historia, y Abisal, Joab y Asael, hijos de su hermana Sarver tiene mucho mas que hacer con su historia. Jonadab uno de sus tíos llega a ser un consejero ocasional en su reino, y uno de sus hermanos llega a ser un gran campeón.
Nuestra historia comienza en las siguientes condiciones:
En primer lugar Saúl bajo dos grandes pruebas, ha dejado de cumplir con la carta del reino, perdiendo la dinastía por la primera, y su derecho personal de reinar por la segunda; pero es todavía rey de Facto, aunque no de Jure. Esto quiere decir que es rey de hecho, pero no por derecho.
Jehová ha retirado completamente toda comunicación con él, y un espíritu malo lo está conduciendo a la ruina. Los filisteos todavía hacen guerra -encarnizada contra él. Samuel, el anciano profeta, se ha retirado de él y está enseñando en la escuela de los profetas en Rama.
Jehová ya ha anunciado a Saúl no solamente la pérdida del trono de su dinastía y su desechamlento personal como rey, sino que el Señor se habla, buscado un hombre según su propio corazón, mandándole que fuese capitán ¿.obre su pueblo; pero hasta aquí este hombre no ha sido designado, y debéis notar particularmente que después de haber sido designado, no comienza su gobierno sino hasta que Saúl ha acabado de efectuar su propia ruina.
La sección comienza con la designación del hombre hecha por Jehová mediante sorteo y unción por Samuel. El temor de Samuel de que Saúl lo mate si unge a un sucesor es aplacado por la dirección de Jehová en cuanto al método y propósito del ungimiento. No es el propósito de Jehová producir una división de Israel por reyes rivales; por esto Samuel debía ir a Bethlehem para ofrecí r .sacrificios que no atraerían la atención de Saúl; entonces, en acto privado, se haría la designación. El objeto de esto es que sea una preparación de David para el oficio real, que no ha de asumir hasta el tiempo designado por Jehová.
En ningún tiempo mientras viva Saúl impresiona el Espíritu a David a que asuma el oficio real para el cual ha sido ungido, ni conspira David por su propio deseo contra Saúl, ni en ninguna manera procura debilitar su autoridad. Esta vez la base de la elección no son la estatura y la fuerza físicas, como en el caso de Saúl, sino el estado del corazón a la vista de Dios.
La elección sorprende a todos menos a Dios. Ni Samuel ni la familia, ni David mismo habrían juzgado como juzgó Dios. En verdad, rara vez pueden los padres, hermanos o hermanas señalar al miembro de la familia que ha de venir a ser ilustre, ni el que ha de ser ilustre anticipa su honor y posición futura. Con frecuencia un niño aspira a hacer grandes cosas, e imagina muy vivamente las glorias que descansarán sobre él cuando haya conquistado el mundo. Se imagina en vivos colores su vuelta al hogar cuando todos los demás miembros de la familia se abriguen bajo sus alas, y todos los vecinos que hablan dejado de reconocer su ingenio en capullo le miren admirados, mientras las salvas de artillería, banderas flotantes, y calles adornadas de guirnaldas proclamen su honor, y las bandas de música toquen. ¡He aquí que viene el héroe conquistador! Pero el tiempo, ese gran revelador, mostrará que estas fantasías hermosas son tan frágiles como un sueño.
Un muchacho en Texas ofreció llevarme de un lugar de predicación a otro con el fin, según me declaró, de decirme que él seria el gobernador de Texas, pero desde entonces no he tenido noticias de él.
Dice Shakespeare "Hay hombres que nacen grandes; algunos alcanzan la grandeza, y .sobre otros es arrojada la grandeza," pero el ser nacido noble, o tener i>1 honor porque le ha sido arrojado, no hará otra cosa sino hacer a vino más indigno y causar el fracaso más rotundo, si no tiene el valor y la educación para emplearlo bien.
Puede ser que alguno de mis lectores al hacer su horóscopo, se haya visto como predicador sumamente popular, con un sueldo de $10,000 anuales, no siendo ningún edificio capaz de contener sus congregaciones, anunciando los grandes diarios con letras mayúsculas cómo está él sacudiendo los fundamentos del infierno y abriendo las puertas del cielo.
Algunos de mis admiradores, juzgando por mis grandes conocimientos de la historia de la guerra, pronosticaron que yo, cuando menos, llegarla a ser capitán de una compañía de soldados, en caso de que hubiera una guerra durante mi vida. Pero vino una guerra y me dejó siendo soldado raso, mientras solamente los hombres como Lee, Jackson, Stuart, y los Johnsons por un lado, y Grant, y Sherman, Sheridan y Thomas, por el otro lado escribieron sus nombres en los nichos del templo de la fama—pero estos hombres habían sido educados en el colegio militar de West Point.
La historia que estamos estudiando evidencia que Saúl no tenía  ni el carácter ni  la educación para llegar a ser un gran gobernador, pero David tenía ambas cosas. ¡Ay de cualquiera que deje de estimar dignamente el conocimiento de estas tres cosas: (1) un estado recto de corazón para con Dios, (2) la disciplina de preparación y educación, y (3) dependencia del poder del Espíritu Santo.
Solamente los hombres de gran corazón, gran preparación y gran poder para con Dios ejecutan algo que merezca mención en el ministerio.
Los primeros años de David pasados en los campos, valles y montañas, donde su aislamiento y soledad le conducían a la meditación y a la reflexión, lo allegaron cerca al corazón de la naturaleza e imprimieron en su ánimo el hecho de que el individuo es insignificante en el plan del universo de Dios. Esto le enseñó a cantar: "Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú estableciste, ¿qué viene a ser el mísero hombre para que tengas de él memoria y el hijo de Adán para que le visites?" Y también le enseñó a cantar: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día a otro día emite copiosamente el dicho, y una noche a otra noche divulga el conocimiento." Su ocupación le dio el corazón de pastor, y evocó el más dulce de todos los himnos: "Jehová es mi pastor, nada me faltará," y ese mismo oficio de pastor desarrolló el gran valor que le hizo triunfar en luchas solitarias con leones y osos que querían atacar a su rebaño, y le dio una destreza sin igual en el manejo de la honda, destreza que lo capacitaría para derribar un día a un gigante jactancioso.
Las dificultades de esta vocación en un campo semejante le dieron firmeza de fibra y el poder de saber sufrir. Podía soportar el hambre, el frió y el calor sin desmayar. El mismo dice que llegó a ser tan ligero de pie como la gacela del campo y ganaba a la cabra a subir una montaña. Su asociación con la escuela de los profetas le dio fervor de espíritu, y desarrolló aquella destreza de dedos para tañer las cuerdas del arpa en una manera nunca igualada. Su música no solamente pudo haber encantado a una serpiente, calmado un corazón salvaje, ahuyentado la melancolía, sino que podía echar fuera al diablo. Sobre todas las cosas, juntamente con su unción le sobrevino el Espíritu, y nunca le fue quitado. Solamente una vez Dios permitió que Satanás le moviera a hacer una cosa desastrosa, y solo esa vez fue constreñido a rogar: "¡Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!"
Aparte de su preparación en sus primeros años, antes de aparecer en público y comenzar a "reinar por tanto tiempo y tan bien, le espera un noviciado de padecimientos y persecuciones tales como rara vez caben en la suerte de los hombres. Su apariencia personal se describe en el Cap. 16:12 y 17:2, como rubio, hermoso de ojos y de gallardo aspecto. Podemos distinguir el poder del Espíritu que sobrevino a David del que sobrevino sobre Saúl. En el caso de Saúl, no fue sino ocasional y al fin le fue quitado del todo; en el caso de David de tiempos anteriores distingue así entre un pecador y un santo: "El Espíritu visita al pecador, pero permanece dentro de un santo; a la inversa Satanás visita al santo, pero permanece con el pecador." Es un pensamiento excelente.
Aquí llegamos a una controversia: ¿Cuál fue la ocasión de la primera introducción de David en la corte de Saúl? Fue cuando tocaba el arpa según se relata en 16:14-23, o serla cuando mató a Goliat y obtuvo la victoria consecuente, según se relata en el Cap. 17; Si fue la primera ¿Cómo hemos de darnos cuenta del hecho de que Saúl no conocía a David cuan do aparece en la segunda ocasión, 17:55-58,esto es, que Saúl preguntara a Abner, "¿Hijo de quién es este mozo?" Y responde Abner, "No lo sé." Parece que nunca le han oído mencionar. Algunos críticos pretenden que esas citas de 1Sam. 16 y 17, se sacan de distintas fuentes históricas, y que se contradicen la una a la otra llana e irreconciliablemente al dar la ocasión de la introducción de David en la corte de Saúl.
Además de eso dicen que si el tocar el arpa precede los otros hechos entonces la ignorancia no sólo de Saúl mismo, sino de toda la corte, excepto de David y su padre, es inexplicable, especialmente así porque en la naturaleza del caso no podría haber habido ningún gran intervalo de tiempo entre los dos sucesos, puesto que en el segundo David es llamado dos veces un "mozo."
La posibilidad de dos fuentes se considera, pero no la certidumbre de ellas. Es la costumbre de escritores inspirados repetir en nuevas ocasiones lo suficiente de la historia pasada para hacer claro el contexto. La corte de Saúl no conocía a David ni su familia en ambas ocasiones,
En la primera ocasión nadie sabe nada acerca de David y su familia sino solo uno de los servidores conocía su facilidad para cantar y hablar, y la presencia de Jehová con él. La palabra del servidor acerca de David y su familia no haría ninguna impresión grande ni duradera en Saúl y su corte. Lo  que les interesaba a ellos principalmente era la curación de Saúl, y cuando después de tocar el arpa varias veces, la curación pareció ser permanente, el ayudador humano volvió para cuidar sus rebaños, y pronto fue olvidado. Se entenderá su ignorancia por el hecho de que el ungimiento de David hecho por Samuel no había sido público sino privado y la comunicación del Espíritu que siguió debió ser conocida sólo de unos cuantos vecinos que conocían la vida pastoril de David; nada de esto era conocido por el público. Sus ministraciones y el tocar el arpa se verificaron en el cuarto del enfermo y no en presencia de la corte. Además de esto, Saúl mismo, mientras estuvo posesionando del espíritu malo, sufrió aberración mental que, naturalmente, perjudicó su memoria, y aunque la narración nos dice que Saúl amaba al que le sanaba, todos sabemos por experiencia cuánta gratitud siente el paciente para con aquel que le ha curado en el momento del alivio; pero si seguimos bien de salud el médico sale fácilmente de nuestra memoria y de nuestra vida, hasta que volvemos a enfermarnos.
Dice Salomón en su libro penitencial, “No hay memoria en las cosas anteriores,” Eccle. 1:11, Pero no es necesario citar esta reflexión general de Salomón,-puesto que una de las características más notables de las cortes humanas es que la presencia es el único hecho que hace que se nos recuerde. La ausencia borra a uno de la memoria de los grandes para quienes el ayer parece muy remoto, y para quienes el nuevo hombre o el nuevo acontecimiento llena toda la visión. Para ilustrar esta característica de los reyes de olvidar a sus bienhechores, el gran conde de Stratford, siendo él mismo una ilustración notable de este hecho, dijo, cuando su sentencia de muerte fue firmada por el ingrato Carlos I, "No confíes en príncipes," de modo que no necesitamos inquietarnos acerca de las contradicciones que los críticos hallan con tanta facilidad.
En toda la literatura no puede hallarse ningún libro más natural, más fiel a la vida, más vivo y sencillo en sus narraciones de los eventos pasados, que 1de Sam. Cada acontecimiento se narra como por un testigo ocular. Cada acontecimiento está en su propio engaste independiente, libre de todo esfuerzo de parecer consecuente con declaraciones anteriores. Todo abogado os dirá que se tiene que desconfiar de la evidencia de un testigo cuando éste se esfuerza para poner una declaración de acuerdo con otra. No deja de mentir cuando hace esto.
Nuestra conclusión es, pues, que el incidente de tocar David el arpa precedió al incidente de Goliat. En verdad es evidente y positivo que David no continuó en la corte de Saúl en su primera introducción. Se da a entender que venía solamente cuando Saúl estaba enfermo y después volvía a su casa; pero después de su segunda introducción, como se ve en 18:2, Saúl ya no le permitió volver.
El Sr. Walter Scott, en una de sus novelas, hace que la música tocada por una hermosa señorita en el arpa aleje la locura temporal de un jefe de tribu en las montañas. ¿En cuál de sus novelas se relata este incidente? Preguntaré también qué dijo Shakespeare acerca del hombre destituido de la música. ¿Podéis contestar eso? Se presenta también la pregunta de cómo puede explicarse la curación de Saúl. La respuesta es obvia. El Espíritu del Señor en la música de David era más fuerte que el demonio que poseía a Saúl.
No necesitamos discutir más otros incidentes en conexión con la designación y ungimiento de David, ni la curación de Saúl mediante la música de David en el arpa, pero algo debe decirse acerca de la lucha con Goliat y la victoria resultante.
Tenemos delante un verdadero gigante, y vemos que la Biblia habla en otras partes acerca de una familia de estos gigantes. Este hombre no era el único de la familia. Os sería muy difícil llevar su lanza y no podrías llevar su armadura. Los dos ejércitos se enfrentaron, teniendo sólo un valle de por medio, estando un ejército en cada cerro. Quien se adelante tiene la tarea de bajar el cerro bajo el fuego, y subir el otro cerro en donde lo espera una carga; por esto el gigante Goliat conforme a la costumbre, se adelanta y reta a cualquier hombre en Israel a fin de resolver la suerte de las dos naciones por medio de un duelo singular, y con el fin de provocar una respuesta maldice, según la costumbre, a los dioses del pueblo al cual reta. Esto se hace por 40 días sucesivos Israel está humillado; los filisteos están triunfantes. Como en este tiempo Isaí desea enviar algún alimento a sus tres hijos en el ejército, justamente como los padres a veces les mandan a los estudiantes a la escuela, David es señalado para llevar los alimentos. Cuando llega allí, se apresura a dejar las provisiones con el equipaje del ejército, y corre al frente.
Desea ver la batalla, y oye un grito y ve que el gigante sale y repite su reto insultante y blasfemo, y pregunta por qué alguien no le ha contestado. Su hermano mayor le dice: "Harías mejor en volver y amarrarte a las cintas del delantal de tu madre. ¿Qué pueden hacer los muchachos como tú en un campo de batalla donde sólo los hombres deben estar?" David contesta que no ha dicho nada impertinente, y deja a sus hermanos, quienes no creían en él, así como, los hermanos de nuestro Señor no creían en él, y va a mezclarse con los soldados a quienes urge para que alguien en el nombre de Jehová, vaya a herir a aquel gigante, y dice que él tiene voluntad de hacerlo.
Saúl, que había ofrecido un premio inmenso a cualquiera que aceptara el reto y peleara con el gigante, incluyendo aun a su propia hija por esposa, oye hablar de la oferta de David y manda llamarlo. Se sorprende al ver a un muchacho, a un simple mozalbete y dice, —¿Tú? Tú no puedes pelear con el gigante." David le dice, señor, sí puedo Yo soy el pastor del rebaño de mi padre, y siempre que venía un león o un oso a arrebatar alguna res del rebaño, yo sin armas luchaba con ellos, y cuando se levantaban contra mí, los cogía de la quijada y los mataba." Saúl era hombre mucho más grande que David. Le dijo: Te dejaré ir si te pones mi armadura. David se la puso, pero se la quitó diciendo que no podía pelear con la armadura de Saúl. ¡Qué texto para un predicador! No debéis procurar pelear como pelea algún otro hombre. No procuréis predicar como el hermano Truett. No podréis hacerlo. No lo imitéis.
Así marcha David en contra de Goliat sin otra arma que una honda. Toma del arroyo cinco piedras lisas.
Despierta el desprecio del gigante el que un muchacho sin armas fuese enviado contra él, y dice, "Ven acá y daré tus carnes a las aves, del cielo y a las bestias del campo" y vuelve a maldecir a Jehová. David no se para sino corre a encontrarlo, pone una piedra en su honda y dándole vueltas, la arroja; la piedra vuela y hiere al gigante en mitad de la frente, y se hunde en sus sesos.
El texto dice que el gigante así herido cayó sobre su rostro. ¿Por qué no cayó hacía atrás? Es un hecho notable visto mil veces en el campo de batalla: Al ejecutar a los hombres fusilándolos, cuando les disiparan y las balas les entran en el corazón siempre caen sobre el rostro, nunca hacia atrás. Es una de aquellas cosas naturales que de continuo se encuentran en la narración de Samuel, y que dan a entender que la historia es veraz. He visto a miles de hombres caer en la batalla, y nunca he visto a un hombre herido en el cerebro o en el corazón que no cayera hacia delante.
David corre y tomando la misma espada del gigante le corta la cabeza, y la pone en Jerusalén por lo pronto, y pone la armadura en su tienda. Aquí se presenta una pregunta que vosotros podéis contestar: ¿Cuándo vuelve a verse en la historia la espada de Goliat? ¿Qué hizo con ella y cuando vuelve a presentarse de nuevo? Viendo la caída del gigante, los filisteos son cogidos de terror pánico, y los israelitas animados, y se traba la batalla. En el libro de Crónicas aprendemos un hecho no relatado en Samuel. Aquel pasaje acerca de Shamma no pertenece al lugar en que lo pone la armonía, pero el que trata de Eleazar puede estar bien colocado. (1Crón. 11:12-14). Eleazar está con él y hace grandes proezas, y así derrotan a los filisteos. Eleazar, cuando David llega a ser rey, es uno de sus héroes. La victoria es muy grande, y David vuelve y Saúl lo detiene. Nunca más se le permitió volver a la casa de su padre.

PREGUNTAS

  1. ¿Cuál es el tema general de la tercera parte de la armonía del reino de Saúl?
  2. ¿Qué parte de 1de Sam. abarca el tema?
  3. ¿Cuánto suplementa 1Crón?
  4. ¿Qué enseña la presente sección?
  5. ¿Qué libro nuevo se recomienda?
  6. ¿Cuál es la importancia de la historia de David, y su relación a los salmos, la Ley mosaica, la más amplia esperanza mesiánica, los profetas y el Nuevo Testamento?
  7. ¿Qué se dice sobre la literatura de David, y del deber de los predicadores acerca de ella?
  8. ¿Qué puntos de interés especial se encuentran en las tablas genealógicas de ambos Testamentos acerca de David?
  9. ¿Dónde estuvo su lugar nativo y su hogar?
  10. ¿Fue el séptimo hijo u el octavo de Isaí, y qué escrituras comparadas contestan la pregunta?
  11. Nómbrense otros  miembros de la  familia de David, algunos de los cuales fueron muy prominentes en la historia subsiguiente, quienes aumentan los pesares y las tragedias de su vida posterior.
  12. Manifiéstense las condiciones bajo las cuales comienza la historia de su vida.
  13. ¿Cuáles son las divisiones de esta sección?
  14. Relátese la historia de la designación de David por Jehová, y su ungimiento de tal manera que muestre que ambas cosas se hicieron cuidadosamente.
  15. ¿Cuál fue la base de la elección del rey en esta ocasión, y quiénes se sorprendieron por ella y por que?
  16. ¿Cuales  son  las  observaciones  del  autor sobre  este punto?
  17. ¿Cuáles son las tres cosas que un predicador no debe menospreciar?
  18. ¿Cuáles fueron los elementos de la preparación de David para ser rey, resultando de sus primeros años y de su  oficio?
  19. ¿Qué dice Shakespeare acerca del hombre que carece de gusto musical?
  20. ¿Cuál fue la preparación más alta de David que siguió inmediatamente a su ungimiento?  Contrástese con la preparación semejante de Saúl.
  21. ¿Cuál es la distinción hecha por un predicador de antaño entre un Santo y un Pecador?
  22. ¿Cuál fue el aspecto personal de David?
  23. ¿Cómo se dispone de la contradicción aparente entre 16:14-23 y 17:12-58 en cuanto a la introducción primera de David en la corte de Saúl? y si se afirma que la ocasión de tocar el arpa fue la primera, entonces explíquese la ignorancia acerca de David y su familia manifestada por Saúl y su corte en la segunda introducción.
  24. ¿Cómo se explica la curación de Saúl por David con la música?
  25. En que novela da el Sr. Walter Scott la historia de la curación de la locura de un jefe de las montañas de Escocia por la música tocada en un arpa por una señorita.
  26. ¿Cuál fue la posición relativa de los ejércitos de Saúl y los filisteos?
  27. ¿Cuál fue la naturaleza del ruego de Goliat, y por qué maldice a Jehová?
  28. ¿Cual fue la oferta de Saúl para el campeón que derrotara a Goliat?
  29. ¿Cuál fue la ocasión de la presencia de David en el campo de batalla?
  30. ¿Por qué se indignó de que ningún israelita aceptara el reto, y cuál fue la reprensión de su hermano mayor?
  31. Muéstrese por la entrevista con Saúl que fue la fe y no la falta de modestia la que le movió a aceptar el reto.
  32. ¿Por qué desechó la armadura de Saúl y confió solamente en su honda de pastor?
  33. ¿Por qué, cuando fue herido, Goliat cayó sobre el rostro?
  34. ¿Cuál fue el efecto de la caída de Goliat sobre los dos ejércitos?
  35. ¿Cuál héroe estuvo al lado de David en la batalla, antes de que llegara el cuerpo principal del ejército de Saúl?
  36. Relátese la disposición que hizo David de la cabeza de la armadura y la espada, de Goliat, y cuándo vuelve la espada a aparecer en la historia.

XI
LA GUERRA ENTRE EL AMOR Y EL ODIO
LA HISTORIA DE UN ALMA PERDIDA
(1Samuel 18-19:17)

Esta discusión comienza en I de Samuel 18:1, y en donde nos encontramos con otra dificultad textual. Vimos en una discusión anterior que como 27 versículos del capítulo 17 no aparecen en la Versión de los Setenta la traducción Griega del Antiguo Testamento, pero sabemos que estas omisiones deben de haber estado en el texto del hebreo original, porque Josefo en su historia de los judíos sigue estrictamente el capitulo 17, pero cuando llegamos alas omisiones en el capitulo 18 de la Versión de los Setenta .Josefo no las da. Repito que nuestro actual texto hebreo fue derivado de manuscritos de los siglos noveno o décimo. No quiero decir con esto que no había textos hebreos antes de este tiempo porque Jerónimo, que tradujo toda la Biblia al latín, haciendo la versión llamada "La Vulgata,"en el siglo cuarto tenía delante textos hebreos, y en una Biblia inglesa católica romana hallamos la Biblia latina de Jerónimo traducida al inglés, y llamada "La Biblia de Douay," que contiene toda palabra de nuestro texto. (Nota: La Biblia de Scio de San Miguel es una traducción al español de la Vulgata de Jerónimo).
Hay como 14 versículos del capítulo 18 que no aparecen en ningún manuscrito de la Versión de los Setenta con excepción del manuscrito Alejandrino; pero en este manuscrito parecen ser añadidos. No están en el manuscrito Vaticano de la Versión de los Setenta pero podemos tener completa confianza en  todo lo que se dice en los capítulos 17 y 18 aceptándolos como la palabra de Dios. Comienzo con la observación de que desde el capítulo 18 hasta el 2G tenemos una sección de la historia que debe estudiarse completa al mismo tiempo. Es una lástima dividirla en fragmentos. Las partes están tan íntimamente relacionadas que necesitamos tener delante toda la historia a fin de sacar de sus relaciones ciertas grandes lecciones. Estas lecciones son:
1. Estos nueve capítulos, desde el décimo octavo hasta el vigésimo sexto inclusive, muestran un conflicto prolongado entre el odio y el amor, y el triunfo final del amor; el odio de Saúl contra David; el amor de Jonatán, Mical, el pueblo, los profetas y los sacerdotes por David, en conflicto con el odio de Saúl contra David. Vemos a Satanás inspirando el odio, y a Jehová inspirando el amor.   Esta es la primera de estos primeros nueve capítulos.
2. Estos capítulos muestran que hay conflicto entre la locura y la sabiduría, porque el odio es locura, y el amor es sabiduría; por esto el hombre que odia demuestra ser loco a cada paso de la historia, y el hombre que ama,  demuestra ser sabio.  No solamente es criminal el odio, sino que es la pasión más insensata a que se puede ceder. La notable sabiduría y paciencia de David vence toda la insensatez del odio de Saúl. Esta es una de las cosas más evidentes en los nueve capítulos. Bajo semejantes condiciones ningún hombre entre un millón de hombres imitaría a David; ni uno, en muchísimos millones bajo semejantes condiciones obraría como David, a menos que fuese influido por el Espíritu Santo. La historia abunda en lecciones que muestran que los hombres, bajo provocaciones continuas, no solamente vuelven a herir, lo cual no hizo David, sino que se hacen traidores a su propia patria cuando el que los persigue es el gobernador de su propia patria.   Si no están bajo la influencia de Dios, acabarán por hacerse traidores.
Tenemos un ejemplo señalado de esto en Benedicto Arnold. No hubo soldado más valiente ni general más capaz en el ejército de la revolución, que Benedicto Arnold. El fue el más valiente de los valientes, pero el Congreso no sólo le demostró falta de aprecio, sino que le trató indignamente repetidas veces. Entonces obró de manera distinta que David: vendió su patria a los ingleses y se hizo general del ejército inglés.
Al estudiar la historia de Roma vemos la misma cosa en Coriolano. Cuando los rumanos trataron mal a este gran general se trasladó a los enemigos de Roma, a los Volsci, y condujo a un ejército triunfante a las mismas puertas de Roma, atemorizados los romanos suplicaron a su madre que fuera a rogarle que perdonara a Roma. Ella salió y apeló a su patriotismo y a su amor para con su familia. Le dijo, "Madre, has salvado a Roma; pero has perdido a tu hijo, porque los Volsci me matarán a menos que tome a Roma," y en efecto le mataron, cuando rehusó tomar la ciudad.
Cuando un hombre no está bajo la influencia del Espíritu Santo y recibe perjuicios, volverá a herir y, al fin, se valdrá de cualquier expediente para satisfacer su deseo de venganza.
3. La tercera gran lección es la descripción gráfica del historiador del progreso de las pasiones, sean buenas o malas, siempre en desarrollo hasta que cada una llega a su cristalización,   Más de una vez os he mencionado el poder del historiador de 1Sam., para trazar el desarrollo de dichas pasiones.
4. La cuarta lección es que tanto el odio como el amor reconocían la voluntad de Jehová en los acontecimientos que pasaban. Vemos el odio de Saúl descubriendo en el triunfo de David que él es el rival a quien Dios ha nombrado para sucederle, y veremos el amor de Jonatán descubriendo la misma cosa.
5. La quinta lección son los grados distintos del remordimiento de Saúl bajo la influencia del consejo de Jonatán y la buena voluntad de David
6. La sexta lección es el progreso en el afecto entre David y Jonatán. No hay otra cosa semejante en la historia del mundo, aunque hallamos en los clásicos el amor extraordinario entre Damón y Pitias. Hay tres pactos distintos entre Jonatán y David.
7. Toda la historia muestra que si Dios está de parte de un hombre, ni hombre, ni diablo pueden oponerse a él con éxito, y que si Dios está en contra de un hombre ninguno puede con éxito estar de su parte. Como lo expresa Pablo: "Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?"  Con frecuencia tenemos que oponernos a la opinión pública. Con frecuencia sentimos que estamos aislados de nuestros semejantes a causa de la posición que tenemos que tomar como representantes de Dios;  pero sea este nuestro consuelo: que si Dios está de parte de nosotros, si en verdad estamos al lado de Dios, nada al fin puede prevalecer contra nosotros.
8. La octava lección es que muy arriba de Saúl, Jonatán, Micol, David, vemos dos mundos interesados —a Satanás procurando hacer fracasar el establecimiento del reino de Dios y usando a Saúl y a otros como sus instrumentos, y a Jehová procediendo a establecer su reino usando como instrumentos a David, Jonatán, etc.
Si no reconocemos el hecho de que el mundo de arriba y el de abajo tocan las vidas humanas y tienen mucho que ver con los acontecimientos, entonces nunca podremos entender la historia de ningún hombre, ni mucho menos la de ninguna nación.
Esto fue lo que intranquilizó a Job. Si pudiera haber visto lo que nos relata el historiador, aquella reunión de los ángeles, y hubiera sabido que un ángel malo procuraba hacerle daño, y que no podría hacérselo sino como Dios lo permitiera, entonces podría haber entendido el porqué le sobrevino aflicción no merecida, y por qué Dios la permitió. Hornero, aunque creía en dioses falsos, no solamente sigue la idea verdaderamente poética, sino que sigue la verdadera idea al decir que todos los dioses y diosas se interesaban en la guerra de Troya. He estudiado tanto este asunto que cuando comienza una guerra, digamos, entre el Japón y Rusia, busco las huellas del diablo y también las huellas de Jehová. Cuando hago esto puedo entender mejor el resultado de las guerras.
Estas son las grandes lecciones que se enseñan en los nueve capítulos. Comenzaremos ahora a descubrir estas grandes lecciones una tras otra, al considerar la historia en orden. Primero notamos el progreso del odio de Saúl. ¿Cuál fue el origen del odio de Saúl? Cuando Saúl cometió su primer pecado, Dios le anunció que había escogido un hombre según su propio corazón a quien daría el reino, y cuando Saúl cometió su segundo pecado, Dios vuelve a referirse a su propósito de sustituir a Saúl con un hombre mejor. Esto encona la menté de Saúl. Lleva siempre consigo este pensamiento: "Alguien ha de ser incitado a sucederme," por lo cual siempre estaba mirando y fijándose en todo hombre que veía llegar—pensando "quizás será este el hombre." Aquí vemos el origen de su pecado.
Su primera expresión viene en esta sección, que dice que después de la gran victoria ganada por David sobre los filisteos descrita en el último capitulo, y la persecución aun hasta las puertas de las ciudades filisteas, que cuando volvió el ejército a su patria, las mujeres, conforme a una costumbre de aquel tiempo y aún de este tiempo, resolvieron celebrar la VUELTA DEL EJERCITO VICTORIOSO, de modo que cantaron antifonalmente. "¡Hirió Saúl a sus miles, mas David, a sus diez miles! Fue como el cántico triunfal antifonal de María y su coro después del paso del mar Rojo. La historia dice que cantaron de una manera antifonal, la una parte cantando:  "Hirió Saúl a sus miles," y la otra respondiendo, "mas David a sus diez miles."
Cuando estas mujeres cantaron así despertaron la ira de Saúl, y al momento pensó en lo que Dios le había anunciado, y dice, "ya no le falta más que el reino." "-Aquí está un hombre que ha ganado una gran victoria y el pueblo está con el, y aun las mujeres lo están poniendo por encima de mí," desde ese día en adelante comenzó Saúl a mirar de reojo a David. Cuando un hombre mira a otro con los párpados ba¬jos, esto es lo que llamamos "mirarle de reojo." Está bajo sospecha desde ese tiempo en adelante. Esta es la primera expresión del odio de Saúl, y se encuentra en el capítulo 18:8, 9.
Ahora llegamos a una verdad importantísima. En una parte previa del libro hemos visto que Dios, por medio de la música de David, podía exorcizar al demonio en Saúl, y lo hacía, tanto que por algún tiempo Saúl no estuvo bajo la posesión del demonio; pero aquí tenemos una palabra de nuestro Señor que viene directamente al caso. Se encuentra en Mat. 12:43-45: "Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares sin aguas, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: ¡Me volveré a mi casa de donde salí! Y viniendo, la halla desocupada, barrida y arreglada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, se establecen allí; y viene a ser peor el postrer estado de aquel hombre que el primero." Esto es pertinente a este caso. Un demonio puede ser echado fuera una vez, pero, como dijo Jesús a un hombre bajo semejantes circunstancias, "Ve y no peques más, por temor de que te sobrevenga una cosa peor." Si volviera aquel demonio no puede ser exorcizado de nuevo. Este texto es la prueba. Cuando aquel espíritu malo, aprovechándose del odio de Saúl, volvió a entrar en él, mandaron traer el remedio acostumbrado—David debía venir a tocar para él. Pero David tocó y el espíritu no se fue.
Al contrario mueve a Saúl a arrojar la lanza al corazón de David. Este es el punto culminante en el caso de Saúl. Allí pasa el límite.

"Hay un tiempo, no sabemos cuándo;
Un lugar, no sabemos dónde,
Que señala el destino de los hombres
Para la gloria o la desesperación."

Es como si un hombre que tiene el hábito de tomar-sea curado en el sanatorio. Que se guarde de caer de nuevo en el hábito; pues el sanatorio no volverá a sanarle. En otras palabras, un pecador que no se vale de los medios de gracia que le son presentados, al fin llegará al punto donde no tendrá sentido de sus pecados; como el Faraón, .su coraron estaba endurecido hasta que no pudo volver a ablandarse. Como Efraín, vendrá a ser unido a sus ídolos.
El caso más notable de esto que he visto en mi experiencia fue en una serie de reuniones que dirigía yo en la vieja iglesia de Providencia en el condado de Burleson. ¡Ah! qué reuniones. Duraron setenta días y noches hasta que pareció que todo pecador en un radio de cincuenta millas del lugar había sido convertido. Una noche cuando yo hice una indicación para' ver si había alguien que aun no se hubiera salvado, un anciano que tenía la cabeza cubierta de canas se levantó y dijo, "Yo soy el hombre. He estado mirando vuestras reuniones. Hubo un tiempo cuando semejantes cosas me tocaron el corazón, pero seguí burlándome de las influencias del Espíritu de Dios que me impelían a volver a Cristo y ser salvo, y en una reunión tras otras resistía y decía, 'No, no, no,' y al fin como si Dios me hubiera dicho,'Tu no será un no para siempre, 'todo sentido de ese género me fue quitado y mientras estoy parado aquí delante de Uds. esta noche diciéndoles esta experiencia, ven a un hombre condenado, sin esperanza de misericordia, sencillamente porque el Espíritu de Dios, quien es el único que puede conducir a un hombre a la salvación, me ha dejado para siempre." Esta declaración hizo una impresión solemne.
Notamos ahora que el espíritu no puede sentir la influencia de la música, aun cuando Dios está en la música, y por eso se hace un esfuerzo para destruir la vida de David. El próximo paso se halla en el versículo 12. Que nos dice Saúl temía a David porque el espíritu de Jehová estaba con David, y lo había dejado a él. Esta es una de las consecuencias que trae aparejadas el abandono del Espíritu de Dios: el temor. Temía, y temía a David, por lo cual da otro paso para destruirlo. Le apartó del oficio cerca de su persona y le dio una posición en el frente del ejército, no con el fin de honrar a David promoviéndole, sino que el texto nos dice con la esperanza de que David pereciera a manos de los filisteos, en alguna batalla. Tenemos un antiguo proverbio que nos viene de Virgilio, "Cuidaos de los griegos cuando traen dádivas." Esto se dijo cuando dejaron para los Troyanos aquel gran caballo de madera, que tenía escondidos en sí a 500 griegos. Era tan grande que no podían meterlo por las puertas, y tuvieron que romper el muro para meterlo, y aquella noche los g riegos salieron del caballo y abrieron las puertas y la ciudad fue tomada. Y esto fue lo que quería Saúl cuando promovió a David a este alto oficio en su servicio. Quería destruirlo.
El próximo paso en el progreso está en el versículo 15. Cuando Saúl vio que David se portaba muy sabiamente en la nueva posición, temía mas aún. David no fue muerto. Dios le cuidó, y se portó con tanta prudencia en la administración del nuevo oficio que Saúl tuvo que recatarse más de él.
Llegamos al versículo 17, y nos preguntamos qué hará Saúl en seguida. ¿Qué hemos de pensar de este su odio? ¿A qué expediente acudirá ahora? Se acerca secretamente a David por medio de sus oficiales, como si le confiriera otro gran honor, y le ofrece su hija en matrimonio. Será el yerno del rey con tal que dé—no dinero para su dote, porque David no lo tenía —sino "Mátame 100 filisteos y tráeme evidencias de que los has matado completando el número"—esto es, que se cuente el número. Pues bien, ¿qué objeto tenía en esto? No quería a David en su familia, pero quería ponerle una trampa usando a su propia hija, y su objeto era el de poner a David en una posición de peligro personal. El pensamiento de Saúl fue que al pelear con los 100  filisteos alguno  lo mataría a él.
El versículo 20 muestra mas progreso todavía. "Y cuando Saúl vio que Jehová estaba con David, y que todo el pueblo de Israel le amaba, temía aún más." El texto dice que Micol le amaba. El verdadero texto es, "Cuando Saúl vio que Jehová era con David, y que todo el pueblo de Israel le amaba, temía aún más." Nótese el progreso, en el que el mal espíritu aumenta la locura de Saúl. Probaron de nuevo remediarlo con la música, de modo que vuelven a llamar a David a tocar delante de Saúl; pero de nuevo el espíritu malo mueve a éste, y por segunda vez le arroja la lanza. David vio que ya no debía exponerse a esta situación y se fue y se recogió en su casa particular. Hay un límite al poder de la música. Es verdad que dice Shakespeare,
"Un hombre que no tiene nada de música en su alma, Ni armonía de sonidos dulces, Es idóneo para traiciones, estratagemas y robos."
El paso siguiente en el progreso de aquel odio está en el capítulo decimonono. Saúl llama a Jonatán y a ciertos de sus oficiales y les dio un mandato perentorio de ejecutar a David. Jonatán dijo, "Padre, qué ha hecho? No merece morir. Nunca te ha hecho mal. ¿Por qué ha de ser muerto?" Los ruegos del amado Jonatán triunfan Cuando Jonatán ruega tan humildemente, el corazón de Saúl se ablanda y David vuelve y encabeza todo el ejército y gana otra gloriosa victoria sobre los filisteos. Pero ahora el odio de Saúl no quiere respetar los ruegos de Jonatán, de modo que David volvió a su casa diciendo que no podía quedarse cerca de Saúl sin provocar a la muerte.
Entonces sigue un incidente que David conmemora en los Salmos. Rodearon su casa. Uno de los actos más despreciables de la tiranía es el llamado "La visitación domiciliaria." El hogar del hombre se mira como su castillo, y cuando el retiro de su hogar es invadido por el espionaje o por el esfuerzo de quitarle la vida en su propio hogar, no hay paso más allá que pueda dar un tirano. Cuando se procura hacer esto resulta una revolución. Fue por esto que los hugonotes salieron de Francia, los dragones fueron estacionados en sus casas, y el retiro del hogar fue violado. Ni siquiera podían hablar en secreto el uno con el otro sin que sus palabras fuesen oídas por algún espía y dichas a las autoridades. En la Declaración de la Independencia una de las acusaciones hechas contra el rey, fue que había colocado tropas en casas particulares sin el consentimiento del pueblo. Hizo una grande impresión en la mente de David aquella noche cuando miró por la ventana y vio los centinelas todos en derredor de su casa. La mujer de David le ayudó aquella vez. Ella le dice, "Si no escapas esta noche, mañana estarás muerto." Cuando una mujer está excitada y despierta su inteligencia no es fácil hacerla fracasar. Puso un terafim—una imagen de madera—en la cama de David y le colocó una peluca o algo así y envolvió la imagen de modo que representara a un hombre dormido, y cuando los soldados entraron para aprehender a David ella les dijo, "Ya veis que está dormido," y esperaron hasta la mañana y David escapó.

PREGUNTAS

  1. ¿Qué dificultad textual hay en 1Sam. 18, y cuál es la discusión sobre ella?
  2. ¿Cuáles capítulos de 1Sam. deberían estudiarse como una sola sección, y por qué?
  3. ¿Cuáles son las grandes lecciones de estos capítulos?
  4. ¿En qué dos aspectos está sin paralelo la moderación de David bajo estos esfuerzos persistentes de Saúl para matarle, y qué grandes hombres bajo menos provocación traicionaron a su patria?
  5. ¿Cuál fue la dificultad en la mente de Job, y a qué caso en los clásicos se refiere como ilustración de ello?
  6. ¿Cuál fue el origen del odio de Saúl y cuál fue la primera expresión de el?
  7. ¿Cuáles son las palabras que describen tan gráficamente el odio de Saúl, y el progreso de la sabiduría de' David?
  8. ¿Qué dicho de nuestro Señor muestra el terrible estado de un hombre que permite que un demonio que ha sido exorcizado vuelva u entrar en su alma?
  9. Muéstrese por la música de David, la intercesión de Jonatán, y el don de profetizar, que lo que echa fuera el demonio la primera vez no tendrá éxito la segunda vez.
  10. Cítese la estrofa del himno para ilustrar el pecado contra el Espíritu Santo.
  11. Relátese el incidente que se da para ilustrar el pecado.
  12. ¿Cuáles son los pasos del progreso en el odio de Saúl como se revelan en los esfuerzos para quitarle la vida?
  13. ¿Qué dice Shakespeare de un hombre que no tiene nada de música en su alma?
  14. ¿En qué salmo conmemora David el hecho de que los espías rodearon su casa por la noche?
  1. 15. ¿Cómo se escapa David de aquella casa, y   quién   se escapó más tarde de la misma manera?
  1. ¿Que ejemplos hay en la historia moderna semejantes a este de rodear la casa de David?



XII
LA PERSECUCIÓN CRUEL CONTRA DAVID DE PARTE DE SAÚL
(1Sam 19:18-1Sam. 22:20)

Estudiemos en el Antiguo Testamento el uso de la palabra, "terafim," que ocurre en el capitulo 19:13: "Luego tomó Micol al ídolo doméstico que tenía, y lo metió en la cama, y le puso a la cabecera una almohada de pelos de cabra, y lo tapó con la ropa de la cama," contestando estas cinco preguntas: (1) La palabra "terafim se usa alguna vez con sentido bueno? (2) ¿Qué cosa era? (3) ¿Fue su uso una violación del primero o segundo mandamiento? (4) ¿Qué índica el hecho de que semejante imagen estuviera en la casa de David? (5) Muéstrese por la historia cómo el uso de imágenes llegó a ser una línea divisoria entre los protestantes y los romanistas, y cuál es el peligro de su uso aun como ayuda para el culto de Dios.
Hallamos el primer uso de él en Génesis 31:19, 2G, 31 y 34. Este capitulo relata cómo Jacob con sus mujeres e hijos y ganados, dejó a su suegro, Labán, para volver a la Tierra Santa, y que Raquel hurtó los "terafimes" de su padre; y cuando Labán los persigue, como vemos en el mismo capítulo, una de las acusaciones que tiene contra Jacob, es que había hurtado sus dioses domésticos. Jacob le invita a que los busque, Raquel los pone debajo de la silla de un camello, se sienta sobre la silla y no quiere levantarse, y por eso Labán no puede hallarlos. Después en Gen. 35:2 Jacob manda a toda su familia que desechen todos aquellos dioses falsos.
El próximo uso de la palabra se encuentra en Jueces 17 y 18. La historia es ésta: Micol, en los días de los Jueces, hace para sí imágenes de escultura y de fundición y terafim y los pone en un cuarto separado en su casa, esto es, tiene un pequeño templo, y consagra a su propio hijo para que sea sacerdote, pero después llega por allí un levita, que es descendiente de Moisés por Gersom, y Micol emplea a este levita dándole un sueldo para que fuese su sacerdote y para dirigir su culto por medio de estas imágenes de escultura, de fundición y de terafim, usando un efod. Un poco más tarde los danitas en su emigración capturan todos estos dioses domésticos de Micol, y al sacerdote también. Micol los persigue y se queja de que le hayan robado sus dioses.        Los danitas le aconsejan que vuelva a casa y cierre su boca, y entre tanto ellos toman a Laish en la parte septentrional de la Tierra Santa y levantan estas mismas imágenes y usan a ese mismo descendiente de Moisés con el efod para buscar a Jehová por medio de aquellas imágenes.
La próxima vez que encontramos la palabra esta en esta sección, donde Micol tomó un terafim y lo puso en la cama de David y lo arregló para que pareciese ser un hombre dormido. El próximo uso de la palabra se encuentra en II de Reyes 23:24, en la primera parte de la gran reformación dirigida por el Rey Josías, quien, después de hallada la ley del Señor, hace que toda Judá aleje el terafim y todo lo que fuera contrario a la ley mosaica.
La hallamos la próxima vez en orden de tiempo en Oseas 3:4, donde se hace una predicación de que Israel aguardará muchos días sin rey, y sin efod y sin terafim, y el último uso está en Ezeq. 21:22, 23. Ezequiel en el destierro muestra cómo el rey de Babilonia vino a la división del camino en dos y se valió de adivinaciones, etc., por el uso del terafim.
La palabra nunca se usa en sentido bueno. Jehová señala el camino para acercarse a él y de saber del futuro, condenando el uso del terafim para acercarse a él. Ahora aquel pasaje en Oseas muestra solamente que después de la destrucción de Jerusalén por Tito, los judíos por mucho tiempo—incluye el tiempo presente—no tendrán rey, ni efod ni terafim. Esto es, en ningún sentido' serían idólatras, y no obstante su culto de Jehová por este largo período—incluyendo el tiempo presente—será vacío y en vano hasta precisamente antes del tiempo milenario, cuando en un solo día acepten a su Mesías por tanto tiempo desechado.
Un terafim es una imagen, pero se distingue de imágenes de escultura o de fundición de dos maneras: (1) es portado de madera; (2) siempre representaba la forma humana, mientras las imágenes de escultura y de fundición siempre fueron de metal y con más frecuencia tomaron la forma de los animales inferiores, como el becerro que Aarón hizo en Sinaí, y el becerro levantado por Jeroboam en Dan y Bethel. Para hacer clara la distinción por un pasaje en el Nuevo Testamento la imagen de la gran diosa Diana en Efeso (Hechos 19) que se dijo haber caído del cielo, era un terafim; esto es, era una imagen de madera en forma humana y una muy fea, pero los templecitos de Diana hechos por Demetrio, el platero, y por otros plateros, eran imágenes esculpidas o de fundición.
Otra distinción es que las imágenes grabadas y de fundición fueron con más frecuencia adoradas como dioses, mientras los terafimes se usaban con más frecuencia como métodos de acercarse a sus dioses. Ambos eran violaciones del segundo mandamiento.
El terafim en la casa de David era de Micol, no de. David, así como el terafim de Laban era de Raquel, no de Jacob. No hay evidencia de que Jacob o David alguna vez se valieran de los terafimes o favorecieran su uso.
Llegando ahora a la última parte de la cuestión, una de las diferencias principales entre los protestantes y los romanistas en la Reformación fue que los romanistas multiplicaron las imágenes en sus cultos—imágenes de metal o de madera. Por ejemplo: la imagen de Jesús sobre la cruz, una imagen de la virgen Maria, la cruz misma, o la imagen de algún santo. Estos, cuando fueron grabados en madera representaban la forma humana, eran terafimes, pero cuando fueron hechas de metal eran' imágenes grabadas o de fundición. Aunque la clase mejor y más erudita de los romanistas sólo usaban estas imágenes como ayudas objetivas para el culto, la mayor parte de las gentes llegan a ser adoradores de imágenes, inclinándose delante de la imagen de la virgen María, y atribuyéndole adoración y dirigiendo oraciones a ella, y atribuyéndole a ella toda la gracia de la salvación. Aun el Papa dice en una de sus proclamaciones que la fuente de toda gracia está en María. En esta manera violan la declaración fundamental de Nuestro Señor de que Dios es Espíritu y que los que le adoran en espíritu y en verdad es menester que le adoren. La palabra Griega "eikon," una imagen, equivale en un sentido ala palabra hebrea, "terafim," y otras imágenes, de modo que cuando los protestantes, en su furia en contra de lo que ellos llamaron la idolatría, quebraron estas imágenes en donde quiera que las encontraban fueron llamadas "iconoclastas," esto es, "quebradores de imágenes." Por esto, cuando Carlos I escribió aquel libro famoso, llamado, "Eikon," Oliverio Cromwell exigía a Milton que escribiera una contestación, y la intituló "Iconoclasta," un quebrador de la imagen. La cuestión de imágenes es grande en la historia.
Aquel terafim de Micol muestra algo de la reilación de Micol con David como su esposa. Muestra que aunque ella amaba a David cuando este era afortunado, ella no simpatizaba con su religión, ni quería participar en su destierro y sus padecimientos. Nunca podría decirle lo que dijo Ruth a Noemí: No te empeñes conmigo para que te deje, ni que me vuelva de en pos de tí: porque a donde quiera que tú fueres; iré yo, y donde morares moraré yo; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios: en donde tú murieres, moriré yo y allí seré enterrada." Cuando fueron eclipsadas las fortunas de David, con bastante facilidad consintió en hacerse esposa de otro hombre, a quien la dio su padre, y a quien amaba más que jamás había amado a David. Cuando David después de hacerse rey, envió a traerla de nuevo así, como sabemos en 2Sam. 3, vino contra su voluntad, y aun más tarde cuando David trajo el arca de Klriat-Jearim para colocarla en Jerusalén y participó en los ejercicios religiosos del día, Micol miró por la ventana y le vio y le despreció, y cuando entró en la casa rompió en palabras despreciativas, burlándose de él por la parte que había tomado en el culto religioso del día. Cuando una mujer se diferencia tan radicalmente en su religión como Micol, la relación marital es muy afectada por ello.
La reconciliación de la declaración en 2Sam. 6:23 de que Micol hasta el día de su muerte no tuvo hijos, con la declaración en el capítulo 21:8 de que hubo cinco hijos de Micol, es ésta: En el segundo pasaje, la palabra Micol debe ser Merab, la hermana mayor de Micol, que fue casada con Adriel, el Meho-latita, y le dio cinco hijos quienes fueron ahorcados para aplacar la ira de los gabeonitas.
Huyendo de Saúl, David hace bien en refugiarse con Samuel en Rama, y Samuel le llevó a Nayot de Rama. Siendo desterrado de la presencia del rey muy natural y apropiadamente acudió al profeta, y cuando llegó a Samuel, el profeta le llevo de Rama a Nayot; esto quiere decir el edificio del Seminario donde fue reunida la escuela de los profetas, como si dijéramos, "Fue desde Wuco a Fort Wurth y a Nayot de Fort Worth," esto es, al Seminario de Fort Worth. Este es un pasaje muy importante. Se refiere a los edificios en que la escuela de los profetas se reunía para recibir instrucción.
Pero el odio implacable de Saúl hacia David se manifestó en este lugar de refugio. Oyendo que David estaba allí, envió mensajeros para tomarle, pero cuando los mensajeros vinieron dentro de la órbita de la influencia de aquella escuela de los profetas* el espíritu de los profetas cayó sobre los mensajeros y ellos profetizaron. Esto sucedió tres veces sucesivas. Al fin Saúl mismo vino, y cayó sobre él con tanta violencia que echó de sí su ropa exterior y en un éxtasis de profetizar cayó en un arrobamiento delante de Samuel, en cuyo estado permaneció impotente toda la noche.
El complemento a Nayot es éste: Algunos de los hijos de Dios, estudiando su palabra, llena de su Espíritu la atmósfera espiritual del lugar, llega a estorbar el acercamiento del mal. Los de mal corazón que vienen a mofarse se quedan para orar. He visto avivamientos de religión llegar a tener tanto poder, que emisarios del diablo, hijos de Beliál, que vinieron para poner fin a las reuniones, fueron vencidos por su influencia. Esto fue ilustrado notablemente en los primeros días del metodismo, y particularmente en los primeros días de los presbiterianos de Cumberland. Mi hijo ha dado un relato muy vivo de aquel tiempo, y de cómo los hombres malos fueron acometidos de convulsiones y al fin cayeron impotentes en un rapto cuando vinieron a estas reuniones de avivamiento.
Los puntos principales del próximo esfuerzo de David para protegerse son como sigue: Sin duda por el consejo de Samuel, David, mientras Saúl estuvo en el éxtasis, dejó Nayot y volvió para hacer otra apelación a Jonatán. La razón por la que hizo esto fue que Jonatán en su primera intercesión con su pudre a favor de David, había logrado aplacar la ira de su padre contra él. Su encuentro es descrito gráficamente en el texto. No hay pasaje más conmovedor en la historia que la promesa solemne de Jonatán de que si su padre pensaba mal en contra de David se lo revelaría a David, y el plan que acordaron para probar si el segundo esfuerzo de Jonatán tendría éxito.
Para los judíos la nueva luna era día de descanso, sea cual fuere el día de la semana, y tuvieron una fiesta, y poco mas tarde venia otra. En estas fiestas de nueva luna se exigía que toda la familia oficial de Saúl estuviese presente, de modo que acordaron que cuando Saúl observara que el asiento de David estaba vacío y preguntara por él, Jonatán dijese, "Me pidió permiso para ir a casa de su hermano y participar en los sacrificios de la nueva luna con su familia," entonces si Saúl no manifestaba ninguna ira esto era una señal de que David podía volver. De modo que, el segundo día de la fiesta de nueva luna, Saúl miró alrededor y viendo vacío el asiento de David en ocasión tan importante, inmediatamente preguntó a Jonatán dónde estaba, y Jonatán le dijo, según el acuerdo hecho con David. Oyendo esto, Saúl se enfureció contra Jonatán y le denunció con lenguaje terrible, y cuando Jonatán hace su última apelación, Saúl le arroja una lanza. Jonatán insultado, ultrajado, se levanta y deja la mesa y sale y muestra a David que nunca podra volver con seguridad con Saúl, que debe buscar refugio en otra parte. Ellos renovaron su pacto y Jonatán dice, "Sé que tú has de ser rey, y yo seré tu primer ministro, y cuando tú seas rey -sé bueno con mi familia." Tendremos alguna historia triste más tarde sobre este punto, esto es si David en efecto cumplió su solemne promesa a Jonatán de tratar bien a su familia cuando estuviese en el poder.
En seguida David se refugia en Nob, donde están los sacerdotes y el tabernáculo—no el arca pues ésta estaba en Kiriat-Jearim—pero los sacerdotes se hallaban reunidos en la villa de Nob con el sumo sacerdote. David vino, pero no relató a los sacerdotes la malicia de Saúl en contra de 61, pero vino cansado, agotado de fuerzas, hambriento y el sacerdote le da a comer de los panes de la proposición, que no era lícito sino a los sacerdotes comer. El sacerdote pregunta por el efod lo que David quiere saber de Jehová, y le da la espada de Goliat. Vosotros os acordáis de que os recomendé buscar todas las referencias a la espada de Goliath; para saber qué se hizo de ella. Había sido llevada al Tabernáculo de Nob, y el sacerdote la dio a David. David se fue de allí porque vio a un miserable en la muchedumbre, a Doeg, el Idumeo, uno de los aduladores despreciables de Saúl, y dijo al sumo sacerdote, "Aquel sujeto dirá todo esto a Saúl cuando vuelva con el."
La referencia a esto en el Nuevo Testamento es cuando los fariseos hacían preguntas a nuestro Señor y él les enseñó que la ley del sábado, como otras leyes, siempre tenía excepciones en casos de juicio, misericordia y necesidad. Aunque fuera día de Sábado, cuando un hombre hallara a un asno caído bajo su carga, o un buey en un pozo, debía esforzarse por aliviar aquella pobre bestia, y así aunque era contra la ley que otro que no fuera sacerdote comiera aquellos panes de la proposición, sin embargo en un caso de necesidad, padeciendo hambre David, el sacerdote obró bien en darle los panes de la proposición y David hizo bien en comerlos.
¿Cuál fue el resultado? Sabemos que cuando este Doeg volvió y lo dijo a Saúl, mandó llamar toda la familia de sacerdotes y vinieron y les preguntó por qué habían dado asilo a su enemigo, y usado el efod para servirle. El sumo sacerdote se lo explicó. Saúl les dijo que todos ellos tenían que morir, pero no pudo encontrar ningún oficial que los matará. Les parecía ser un sacrilegio, pero Doeg, el Idumeo, tuvo gran placer en matar a todos ellos. Entonces, Saúl envió y destruyó la villa entera, mujeres y niños y todos los sacerdotes de Nob.
El próximo esfuerzo de David para hallar un refugio fracasó, pero más tarde tuvo éxito. Fue a Aquis, el rey de los filisteos, a Gad, y no querían darle la bienvenida; creían que venía con malos motivos. Dijeron que él era el hombre que había traído toda la ruina sobre los filisteos, acerca de quien las mujeres cantaron, "¡Hirió Saúl a sus miles, más David a sus diez miles!" Para salvarse del peligro de muerte que le amenazaba ungió estar loco, y así engañó al rey. Un indio de la América del Norte habría hecho la misma cosa. Nunca fusilan o hieren a los locos por creer que están bajo la mano de un espíritu.
El próximo esfuerzo que hizo David para protegerse fue el de retirarse a la cueva de Adullam, y la historia dice que todo hombre que se sentía oprimido o con deudas o que estaba descontento, acudía a él y él llegó a ser su capitán. Un buen número de guerreros, los mas valientes conocidos entonces en el mundo, acudieron a él. Una compañía de Judá y Benjamín vinieron a él; los de la familia de su padre vinieron, temiendo que Saúl los destruyera, de modo que reconoció un ejército de cuatrocientos hombres que nunca ha sido igualado, con un número igual de hombres. Un poco más tarde veremos que el número había llegado a ser seiscientos por otras adiciones. Todos ellos eran héroes y grandes guerreros. Entonces vino a él Abiatar el último miembro de la familia del sumo sacerdote cuando Saúl había destruido la villa de Nob, y vinieron a él algunos de los profetas, especialmente Gad, quien se queda con él todo el tiempo, y quien escribió una parte de la historia que estamos estudiando.
De modo que aquella cueva fue la escena del cambio de suerte en la vida de David. Importa poco ahora si va a Judá o va a alguna otra parte—seguido de aquella compañía; nadie puede hacerle daño. Fue en este tiempo que llevó a su padre y a su madre, quienes eran ancianos, y no podían moverse rápidamente con su compañía de soldados, a la tierra de Moab, al otro lado del Jordán, sin duda contando con el hecho de hallar favor por ser Ruth, la moabita, antepasado suya, y el rey de Moab amparó al padre y a la madre de David; pero Gad, el profeta, amonestó a David que dejara a Moab y volviera a Judá. Dios le cuidarla en su propia tierra con tal que confiara en él, y por esto volvió a Judá.
En vista de la bondad de Moab para con la familia de David, los judíos disculpan a David por las medidas severas adoptadas por él contra los moabitas en un día posterior, cuya historia trataremos más tarde. Dicen que el rey de Moab mató al padre y a la madre de David quienes habían sido dejados a su cuidado, y que David los castigó con fuego y espada cuando llego con ellos.
Los grandes sermones en nuestro tiempo que han sido predicados sobre esta parte de la historia de David son: (1) el sermón de Melville sobre el fingir David estar loco en la corte de Aquis. Un sermón notable, y (2) el gran sermón de Spurgeon sobre la cueva de Adullam del texto, "Y se le allegaron todos los oprimidos y todos los que tenían deudas, y todos los de espíritu descontento; y el vino a ser capitán de ellos." Spurgeon se valió de este texto para ilustrar cómo una clase semejante de gente se reunió alrededor de Cristo, y vino a ser un capitán sobre ellos. Todo aquel que tenía deudas, o pesares, o enfermedades, o pobreza, sea cual fuese la aflicción, o desesperado por sus circunstancias temporales, vino a Jesús y él vino a ser capitán sobre ellos. Es un gran sermón.

PREGUNTAS

1.      Estúdiese el uso en el Antiguo Testamento de la palabra "terafim," que ocurre en el   capítulo   19:13: "Luego tomó Micol al ídolo doméstico que tenía, y lo metió en la cama, y le puso a la cabecera una almohada de pelos de cabra, y lo tapó con la ropa de la cama," contestando las siguientes preguntas: (1) ¿La palabra "Teratim" se usa alguna vez en sentido bueno? (2) ¿Qué cosa era? (3) ¿Fue su uso una violación del primero o segundo mandamiento? (4) ¿Qué significa que semejante imagen estuviese en casa de David? (5) Muéstrese cómo en la historia el uso de imágenes vino a ser una línea divisoria entre protestantes y romanistas y cual es el peligro de su uso aun como ayuda para el culto de Dios.
2.      ¿Que muestra el Terafim de Micol respecto a su relación de esposa con David, y cuales son las pruebas en tiempos posteriores?   Compárese    2Sam. (6:23 con 2Sam. 21:11.
3.      Huyendo de Saúl ¿con quién busca refugio David, y cual es la distinción entre Rama y Nayot en el capítulo 19:18, 19?
4.      ¿Cómo se manifiesta el odio implacable de Saúl contra David en este lugar de refugio, cuál fue el resultado, y qué significa Nayot?
5.      Dense los puntos principales del siguiente esfuerzo de David para protegerse, muéstrese por qué se valió de él, y cuál fue el resultado.
6.      ¿Con quién en seguida se refugia David, cuáles son los incidentes principales, que referencia a ellos hay en el Nuevo Testamento, por qué dejó David aquel refugio, y cuáles fueron los resultados para los sacerdotes por darle refugio?
7.      ¿Qué esfuerzo hizo David en seguida para hallar refugio, por que fracasó esta vez, pero tuvo éxito más tarde, qué expediente usó David  para escaparse del peligro, y por que usó ese expediente?
8.      ¿Cuál fue el próximo esfuerzo de David para protegerse, quiénes acudieron a él, y cual fue el resultado respecto a su suerte futura?
9.      En vista de la bondad de los Moabitas para con la familia de  David, ¿como disculpan los judíos las medidas severas adoptadas por él para con los Moabitas en un día posterior?
10.  ¿Qué grandes sermones en nuestro tiempo han sido predicados sobre esta parte de la carrera de David?


XIII
DAVID Y SU EJÉRCITO
1Sam. 23-1Sam, 26)

Esta sección es muy interesante, pues contiene muchas aventuras conmovedoras y muchos escapes peligrosos, y muestra el juego de las grandes pasiones del amor y el odio, la traición y la lealtad. Contiene la despedida de David y Jonatán en su última entrevista; la última entrevista entre David y Saúl; la muerte de Samuel y la hermosa historia de David y Abigail. Ninguna novela que haya yo leído en mi vida tiene incidentes tan románticos en su naturaleza como esta sección.
El cambio en la suerte de David ocurre en la cueva de Adullam. Ya no es un fugitivo solitario. Sus ayudantes   fueron:
1. Un cuerpo armado, pequeño ciertamente en número, pero sin igual en la historia como una fuerza movible, que se habían reunido en su derredor. Nunca antes  ni después han sido hallados más héroes y campeones en una banda de cuatrocientas personas, número que se elevó rápidamente a seiscientas. Como es muy natural algunos de ellos son caracteres desesperados y malos. Se refugian en cuevas, o duermen al pie de las peñas, y desde las cumbres de las montañas, como águilas desde sus nidos, miran todos los pasos de la montaña, prontos para descender sobre los filisteos, o para escapar a tiempo de las fuerzas de Saúl, con las cuales no quieren pelear a causa de la lealtad de David.
2. El hijo del sumo sacerdote con el efod, huyendo de la cruel  matanza de sus hermanos en Nob, ha vuelto a David, supliendo su mayor necesidad, esto es, un medio de comunicación con Jehová, que ahora y para siempre es negado a Saúl. Por este medio aprende lo que no podría descubrir ninguna sabiduría mundanal o sistema de espionaje, es decir, descubre el puro corazón y los propósitos más secretos de sus enemigos.
3. La escuela de los profetas, los intérpretes de Dios, están de su parte, y Gad, su gran representante obra como su consejero diario—Gad que ha de ser uno de los historiadores de su vida.
David en este tiempo mostró el patriotismo más exaltado. Aunque perseguido por el odio implacable de Saúl, nunca en ningún tiempo emplea su ejército en contra de Israel, ni nunca perjudica a Saúl, aunque dos veces tiene el poder de hacerlo, sino que siempre cuida y protege las ciudades indefensas de su pueblo hiriendo a los invasores filisteos, y defiende las haciendas y apriscos de las villas de las bandas de merodeadores. El ejército de Saúl no defiende tan bien a Israel como los inmortales seiscientos héroes de David. Y esto hacía de continuo, aunque siempre que defendía a su pueblo comunicaba su refugio a Saúl, cosa que causó inmediatamente una caza de hombres por el ejército de Saúl. No hay paralelo de estos hechos en la historia.
Un ejemplo de este patriotismo de David, y la ingratitud manifestada para con él, se halla en esta sección. De él aprendemos que cuando David, con un peligro tan grande que sus propios campeones le aconsejaron no arrastrarlo, bajo la dirección de Jehová dejó el poco peligroso territorio de Judá y se enfrentó con sus seiscientos soldados a todo el ejército filisteo para salvar a Ceila. Tan pronto como Saúl fue informado de su presencia en Ceila, llamó a todo su ejército para sitiar a David en aquella ciudad, y sólo por medio de los informes comunicados a tiempo por medio del efod del sumo sacerdote, se salvó David de la enemistad de Saúl y de la traición hecha por los hombres de Celia a quienes acababa de salvar.
Un paralelo en días posteriores muestra que los informes de Jehová acerca de los propósitos secretos de los hombres eclipsan todos los informes que puedan recoger los espías. Este paralelo en el que es salvado el rey de Israel, lo hallamos en II de Reyes G:8-12. El rey de Siria, peleando contra el rey de Israel (Israel significa aquí las diez tribus que se separaron de Roboam), en consejo privado con sus oficiales, designaba el lugar donde establecería su campamento para atrapar al rey de Israel. Luego que designó en dónde habían de colocarse los campamentos de emboscada, Elíseo, el profeta de Dios, envió informes al rey de Israel amonestándole que cuidara de no ir a estos lugares. Más de dos veces fue así salvado el rey de Israel. El rey de Siria suponía que había un traidor en su propio campamento, y quería saber quien era el que revelaba todos sus movimientos. Uno de sus consejeros le contestó que no había traidor en su campamento, sino que Elíseo, el profeta de Dios, sabía todo pensamiento secreto que tenía el rey aun en su recámara.
Ahora llamó nuestra atención a la dificultad que presenta el texto en 1Sam. 23:6. El texto dice aquí que Abiatar, el hijo de Ahimelec, se había unido con David en Ceila, pero el capítulo 22:20-23 muestra que previamente Abiatar se habla unido con David en el campamento de Adullam. El contexto anterior inmediato al versículo G muestra que David había preguntado al sumo sacerdote si debía ir a rescatar a Ceila. La palabra "Ceila" en el versículo 6 debe ser omitida, o de otro modo debía seguirse el texto de la Versión de los Setenta que dice así: "Y sucedió que cuando Abiatar, el hijo de Ahimelec huyó hacia David fue con David a Ceila con el efod en su mano." Esto hace sentido completo y retiene la palabra "Ceila."
El próximo refugio de David, la descripción de la persecución de Saúl, y su liberación de parte de Jehová, se describen en solamente dos versículos del texto, 23:14, 15: "David pues se quedó en el desierto, en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif: entretanto le buscaba Saúl todos los días, mas no le entregó Dios en su mano. Y vio David que había salido Saúl en busca de su vida. Estaba David a la sazón en el desierto de Zif, en un bosque espeso." Esto no se refiere a ningunos árboles grandes. Quiere decir matorrales—espesura—tales como pueden verse en los montes del oeste de Texas, malezas tan altas como un hombre. Las he visto tan espesas que parecía que no podía uno meter un cuchillo en ellas, y ¡ay del hombre que procurara pasar a través de ella a caballo!
Precisamente aquí tenemos la última entrevista de Jonatán con David, que se da en tres versículos 23: 16-18. Mientras Saúl atestó batiendo cada día aquella espesura procurando hallar a David, y no puede hallarle, Jonatán lo encuentra y viene a mostrarle que no tiene parte en esta cruel persecución de su amigo; viene a decirle que tanto él como sus padres saben que David triunfará y llegará a ser rey, y que, en tal caso, viene a hacer un pacto con él para que cuando llegue al trono se acuerde de él y de su casa.
Consideremos ahora cómo escapó David de la traición de los Zifeos y cómo fue conmemorado aquel escape. Saúl no pudo hallar a David en aquel matorral, pero los Zifeos (porque aquello fue en el bosque de Zif) sabían dónde estaba, y lo dijeron a Saúl. Este, guiado por aquellos traidores, reunió un ejército, rodeó completamente torio el país, y al fin, capturó a David, en una especie de culdesac. Esta frase francesa significa, seguir un camino en el que está cerrado todo modo de regreso, para adelante o por los lados. Así, pues, no había sino este monte entre Saúl y David, y el ejército de Saúl estaba todo en derredor y se acercaba cada vez más. El libertamiento vino providencialmente. Se le trae la nueva a Saúl de que los filisteos están asaltando algún lugar en su territorio, y tiene que retirar su ejército justamente antes de cerrar la trampa alrededor de David para ir a pelear con los filisteos; y la historia dice que este lugar recibió como nombre, en conmemoración de este hecho, esta palabra sencilla "Selahammahlekoth" que significa "Peñón del Escape." Si uno fuera a visitar el lugar el guía nos mostraría "Selahammahlekoth" —el "Peñón del Escape."
El próximo' lugar de David huyendo de Saúl fue la población de Engedi. E1 nombre está conservado ahora en la forma Aramaica, "Ain Jidy." Se cree ser la población más antigua del mundo. La historia del Génesis de los días de Abraham dice que Kedorlaoamer condujo su ejército por Engedi. Fue una población cuyos habitantes vieron la destrucción de Sodoma y Gomorra, pues estaban abajo en el valle. Mil ejércitos la han pasado. Significa "La Fuente de Cabras." Saliendo del lado de la montaña, hay un manantial de regular tamaño, y de este fluye el arroyo de "Engedi," que con otros dos hace un pequeño oasis justamente arriba del mar Muerto—uno de los más hermosos en el mundo; que tiene las más lozanas vides, las más hermosas palmas, y justamente arriba, en el lado de la montaña, hay centenares de cuevas, algunas de ellas tan profundas que están tan obscuras como el abismo, justamente a la entrada. Un hombre parado en la luz de la entrada no puede ver nada adentro de ellas, pero alguien escondido un poco adentro puede ver claramente a quien entre. Casi todos los que visitan la Tierra Santa hacen una peregrinación a estas famosas cuevas, y si estáis dispuestos a leer los descubrimientos de los arqueólogos modernos respecto a ese lugar hallaréis algunas referencias excelentes en los siguientes libros: "Land and the Book," ("La Tierra y el Libro") de Thompson, de que hemos tomado algunas citas; "Land of Israel," (Tierra de Israel") de Tristan; y uno de los mejores es "Travels in Holy Land" ("Viajes en la Tierra Santa") por MacGarvey. MacGarvey es un teólogo de los Discípulos en Kentucky, y el suyo es tal vez el mejor libro sobre la Tierra Santa que existe. También ha¬llareis una descripción muy gráfica de estas cuevas en el "Sinaí and Palestine," de Stanley. La historia nos dice que Saúl, en persecución de David, mientras su ejército estaba esparcido buscándole por el país, llegó a una de estas cuevas, y entró en ella. David estaba allí en esos momentos con algunos de sus hombres más valientes, y estando él en la sombra puede ver claramente a Saúl, a quien se le acerca secretamente y le corta un pedazo de su capa. Uno de sus hombres quiere que mate a Saúl: "Esta es tu oportunidad; esta es la oportunidad que Dios te ha prometido; tu enemigo está en tu poder; hiérele." Pero David no quería hacerlo. Y cuando sale Saúl de la cueva David se adelanta hasta la entrada, y desde una peña alta muestra aquel pedazo del manto y clama a Saúl. El texto relata mejor de lo que yo puedo hacerlo, la manera conmovedora en que le reprochó a Saúl su persecución, ya que nunca le ha hecho ningún mal, y que Saúl, sin razón alguna, lo persiguiera hasta la muerte.
Ahora llegamos a una cosa extraña pero verdadera. Leeré lo que dice David y la respuesta de Saúl. Es la respuesta de Saúl que deseo que se note particularmente. David dijo, "¿Por qué escuchas palabras mentirosas de hombres que dicen: He aquí que David procura hacerte mal?" y concluye diciendo, "Juzgue Jehová entre mí y ti, y Jehová me vengue de ti. Mas mi mano no estará contra ti." Escuchad la respuesta de Saúl. "Más justo eres tú que yo"—parado allí y llorando dice esto—"Porque tú me has recompensado con el bien en tanto que yo te he recompensado con el mal. Y tú has puesto de manifiesto el día de hoy cómo has obrado bien conmigo; pues cuando me entregó Jehová en tu mano, no me mataste. Porque cuando un hombre halla desprevenido a su enemigo, ¿le dejará seguir su camino, sano-y salvo? Por lo mismo, Jehová te galardone con bien por aquello que has hecho conmigo este día. Y ahora yo ya sé que seguramente tú has de reinar, y que será estable en tu mano el reino de Israel. Ahora pues, júrame por Jehová, que no cortarás mi simiente después de mí, y que no destruirás mi nombre de la casa de mi padre." Es-* tu tenía la apariencia de arrepentimiento, pero no lo era. De haberlo sido, no veríamos a Saúl volver a perseguirle. Era remordimiento temporal, tal como lo sienten frecuentemente los hombres malos. Es una costumbre oriental que cuando entra a reinar un nuevo rey mata a toda la familia de aquel a quien sucede, y esto es lo que teme Saúl; pero David nunca mató a ninguno de ellos después de llegar a ser rey.
Es evidente de 24:9 y 26:19 que algún calumniador persistente e insidioso, siempre al lacio de Saúl, guardaba siempre viva su ira contra David, y que, como un lago siniestro, se valió de la debilidad de Saúl atizando siempre la llama de su celo con sus murmuraciones. Nunca sabréis por la historia el nombre de este secreto asesino del carácter. Pero su nombre y carácter son puestos en la picota en los cantos inmortales de la víctima a quien quería destruir, y toda la vileza de su naturaleza demoníaca está inmortalizada hasta el fin del tiempo. ¿Cuál es su nombre y en qué cántico está conmemorado? Justamente en este punto Samuel, el gran profeta —- el hombre más grande con excepción de Moisés desde el día de Abraham, muere. Mas tarde haremos un análisis de su carácter.
Un ejemplo de la protección dada por David a las villas y granjas se ve en el caso del rico llamado Nabal ("Nabal" significa "Necio"). Hablando de él su esposa dice más tarde, "Su nombre es Nabal, y es nabal." No habría quedado ni una oveja en su rebaño, ni una vaca para darle leche a no haber sido por la protección dada por David. Los ganaderos dicen, "Muro era la banda de David para nuestra protección." Los hombres de David nunca tomaron nada de sus bienes. Aunque tuvieran hambre nunca mataron oveja, ni becerro suyo. Si hubieran pasado algunos merodeadores, habrían tomado todo sus bienes; pero los hombres de David los hicieron huir.
Ahora, en una fiesta de esquilar, estando cansados y con hambre los soldados de David, éste envía diez hombres a Nabal, dándole la oportunidad de dar de comer al menos una vez a los hombres que lo habían protegido durante el año; pero la respuesta de Nabal es: "¿Quién es para mí David que yo tome de mis ganados para dar de comer a sus ociosos?" Hay ahora hombres duros como él, y no es extraño que sean odiados. Hubo un tiempo en la historia de Texas cuando guardas voluntarlos protegían todos los ranchos expuestos al peligro así como sus rebaños y ganados. Un hombre cuya casa y ganado habían sido cuidados así, y quien, no obstante, hubiera negado la hospitalidad a los guardas no pagados, habría sido mirado como un infame. Por cierto, no hubo en toda la historia del occidente de Texas ni un Nabal.
Estos diez hombres volvieron y dieron informes a David quien, por esta vez, no consultó ni sacerdote ni profeta, sino que ardiendo en ira anunció su propósito de no dejar vivo ni un hombre en toda la casa de Nabal, y va a castigarle con cuatrocientos de sus hombres escogidos. Uno de los servidores de Nabal había temido semejante contingencia y lo había dicho a Abigail, la esposa de Nabal, y oyendo esto, ella, reconociendo a David como el ungido de Dios, como el campeón de Israel, como aquel en quien debían pensar todas las almas sinceras, teniendo fe en las promesas de Dios acerca de él, tomó un donativo magnífico y se apresuró a llevarlo a David; a quien encontró en el camino. La mujer se apeó de la bestia en que cabalgaba y le dirigió a David un pequeño discurso que nunca ha tenido igual.
Vosotros recordaréis quo llamé vuestra atención al famoso discurso de Jeane Deans en La Cárcel de Edimburgo de Scott, pero este es mejor. No tengo tiempo de analizarlo; lo tenéis delante y veréis que nunca se expresó más sabiduría en tan pocas palabras. Ella confiesa a David que el mal hecho no tiene excusa pero lo dice que lo atribuya a ella, aunque no' tenía nada que ver con él; le dice que un hombre tan grande como él, el ungido de Dios, no debía vengarse a sí mismo' que vendría el día en sus postreros años cuando tendría remordimiento mirando la sangre en sus manos, y le suplica que permita que Dios solo castigue a Nabal. David quedó encantado de ella e hizo cuanto ella pedía. Ella volvió a su casa con el corazón lleno de tristeza, como tienen que hacerlo muchas mujeres casadas con hombres malos. Nabal andaba de parranda. Ella no le dijo nada hasta en la mañana y al decirle lo que había sucedido, Dios lo hirió de apoplejía. Unos pocos días después— como diez días—volvió a herirle de modo que murió, y entonces David envió por ella y se casó con ella. Al mismo tiempo, se casó con otra mujer ya que prevalecía en este tiempo la pluralidad de esposas. Muchos predicadores han predicado sermones, algunos de ellos necios y otros realmente grandes sobre "Nabal, el Necio."
Los incidentes del último encuentro entre Saúl y David son patéticos. Los Zifeos volvieron a conspirar en contra de David, y dijeron a Saúl en dónde podía hallarlo. David envió sus espías y llegó a saber de la venida de Saúl y fácilmente lo evadió. Entonces tomando consigo a un solo hombre, a Abisai, el hijo intrépido de su hermana Sarvia, su sobrino (más tarde y con frecuencia será  mencionado), se mete en el campamento de Saúl donde están sus 3,000 veteranos escogidos. Saúl está dormido, y Abner, su gran general duerme a su lado, y Abisai movido por su genio dice, "Ahora déjame matarle." David le dice, "No, no has de herirle; él es el rey ungido; déjalo a Dios," y sencillamente tomó su lanza—y el jarro de agua—y cuando había salido del campamento llamó a Abner, burlándose de él: "¡Qué buen guardia de tu rey eres tú, que permites a un hombre meterse a tu campamento y llegar al lado de tu rey! ¡He aquí la lanza y el jarro de agua de Saúl! Debes tener vergüenza." Saúl oye a David, y ahora tenemos más de aquel lenguaje extraño. Quiero que os fijéis de nuevo en él. "Y conoció Saúl la voz de David, y dijo: '¿Es esta tu voz, hijo mío David?' (Como sabéis, David era su yerno). Y respondió David: 'Mi voz es, señor mío, ¡Oh Rey!' Dijo también '¿Por qué sigues en persecución de tu siervo? ¿Pues qué he hecho, o qué maldad hay en mi mano? Ahora, pues, oiga mi señor el rey, las razones de tu siervo. Si Jehová te ha incitado contra mi, acepte él una ofrenda; mas si son hijos de hombres, ¡malditos sean delante de Jehová!"
Ahora viene un pasaje que tendremos que explicar en el capítulo siguiente: "Porque ellos me han expatriado el día de hoy, para que no tenga parte en la herencia de Jehová, diciendo: ¡Vete, sirve a otros dioses! Ahora bien, no caiga mi sangre a tierra, desechada de la presencia de Jehová; porque ha salido el rey de Israel a buscar una pulga; como quien persigue una perdiz en las montañas." Un rey rebaja mucho su dignidad saliendo a buscar pulgas; o cazando perdices. Rara vez vuelan pero pueden correr, y el que las caza tiene que moverse con rapidez; de aquí la belleza de la ilustración. Dice Saúl "¡Yo he pecado!" (se acordará de que dijo eso a Samuel). "Vuelve hijo mío, David; que ya no más te hará mal; por lo mismo que fue preciosa mi vida en tus ojos hoy. He aquí que yo he obrado locamente y he errado muy gravemente." David no se fio de él. Entonces dijo Saúl a David: ¡Bendito seas hijo mío, David! No sólo emprenderás cosas grandes, sino que también les darás cumplido fin." Con esto David se fue por su camino, y Saúl volvióse a su lugar. Nunca volvieron a encontrarse. Terminó la persecución. Acabamos este capítulo con el fin del duelo entre Saúl y David.

PREGUNTAS

  1. ¿Cuál es el interés en esta .sección?
  2. ¿Desde qué punto y en que lugar viene el cambio en la suerte de David y quiénes fueron sus ayudadores?
  3. ¿Como muestra David en este tiempo el patriotismo mas exaltado?
  4. Cítese un ejemplo de este patriotismo de David, y señálese la ingratitud que se mostró para con él.
  5. Cítese un paralelo en días posteriores para mostrar que los informes de Jehová acerca de los propósitos de los hombres eclipsaron todo informe que podían alcanzar los espías, salvando así al rey de Israel.
  6. Explíquese la dificultad del texto de 1Sam. 23:6.
  7. ¿En donde se refugió David de Saúl en seguida, cuál es la descripción de la persecución de Saúl, y cuál fue la liberación obrada por Jehová?
  8. Descríbase la última entrevista de Jonatán con David.
  9. Descríbase el primer escape de David de la traición de los Zifeos, y cómo fue conmemorado aquel escape.
  10. ¿Cuál fue el próximo refugio de David de la persecución de Saúl, cual es la historia del lugar, y qué dicen los arqueólogos modernos acerca de él?
  11. ¿Cuáles son los acontecimientos ocurridos allí, y qué ilustraciones sacamos de ellos?
  12. ¿Qué hombre, el más grande después de Moisés desde los días de Abraham, muere en este tiempo?
  13. Dése un ejemplo de la protección dada por David y las villas y granjas, dándose los principales incidentes en la historia de David y Abigail, e ilústrese con referencia a los guardas voluntarios de Texas.
  14. Descríbanse los incidentes del último encuentro entre Saúl y David.



XIV
ZIKLAG, ENDOR Y GILBOA
1Sam. 27; 1Sam. 31; 1Crón. 12:1-7;
1Crón. 12:19-22; 1Crón. 10:1-14; 2Sam. 4:4.

Analicemos el pecado de la desesperación de David, y demos las series de pecados y embarazos que siguieron. En primer lugar leemos de su pecados de la desesperación, 1Sam. 27:1: "Dijo entonces David consigo mismo: Ahora bien, yo voy a perecer algún día por mano de Saúl." Este achaque de melancolía es cosa extraña en la vida de David, y es del todo sin fundamento. Realmente ya para siempre no tendrá que ver nada con Saúl. Saúl nunca volverá a perjudicarle, y ya es tarde sentir que algún día ha de perecer en manos de Saúl. Nos recuerda a Elías bajo el arbusto, orando e n s u desesperación pidiendo morir, cuando Dios no pensaba dejarlo morir de manera alguna—sino llevarle al cielo sin morir. No fue justificada porque Dios le habla prometido que había de ser rey y debía haber supuesto que Dios no faltaría a su palabra. No fue justificada porque hasta este tiempo había sido guardado de todo ataque de Saúl, y el argumento en su mente debió ser, "Seré protegido hasta el fin."
A veces las mejores personas desconfían de Dios. No pretendo que sea yo una de las mejores personas. Soy un hombre regular, que estoy haciendo todo esfuerzo para portarme bien, generalmente soy optimista, y como ningún hombre es vencido hasta que su ánimo se rinde, es cosa muy rara que se rinda mi ánimo. Cuando esto sucede me dura muy poco tiempo. No me quedo vencido mucho tiempo. Pero debemos tener como cosa que merece considerarse en nuestra vida futura que siempre que lleguemos a sentirnos como los israelitas respecto de los cananeos—esto es, que somos como langostas junto a ellos, entonces nuestro caso es lastimoso. No nos miremos nunca como langostas.
Ese fue su primer pecado, el que su fe se rindiera; el eclipse temporal de su fe. Pecó también pensando, "no hay cosa mejor para mí que me escapara a la tierra de los filisteos." ¿Se había olvidado de Dios? ¿Había olvidado que se había confiado una vez a aquellos filisteos y que tenía que huir sin dilación? ¿Había olvidado que cuando fue a Moab el profeta le dijo que volviera a su propio país? Dios podría cuidarle.  Este pecado resulta del anterior.
Su tercer pecado fue que antes de dar un paso tan decisivo no preguntara a Dios—cosa muy acostumbrada por él. Por lo común, cuando alguna cosa lo tenía perplejo mandaba llamar al sumo sacerdote con su efod y le preguntaba qué debía hacer; pero en esta ocasión está tan enervado por temor a Saúl que no se detiene para preguntar a Dios; así éste es, otro pecado igual al segundo, y los dos resultaron del primero. Sin consultar a nadie reúne a sus adherentes con sus mujeres y niños y cuanto tenían y baja a Gad, y allí comete su próximo pecado. Hace una alianza con el rey de Gad y promete pagarle tributo.
Esto a su vez le conduce a otro pecado. Está bajo obligación de pelear contra los enemigos de la causa de Dios, y así, ocupando una población, Ziklag, conferida a él por el rey de Filistia se va secretamente y hace guerra contra geruseos, y los girzitas y amalecitas, y por temor de que alguien sobreviviera y dijera a los filisteos que él mataba a sus aliados, los mata a todos, a hombres, mujeres y niños. Si hubiera estado llevando a cabo un plan de Jehová habría obrado bien, pero la historia dice que lo hizo por temor de que alguien que quedara vivo hubiera informado el caso al rey Aquis de Gad.
Otro pecado fue que dijo una mentira acerca de ello. Lo llamamos "duplicidad," pero fue una verdadera mentira. Hizo la impresión en la mente de Aquis de que cuando salía a expedición peleaba contra Judá, lo cual agradó mucho al rey filisteo, porque si peleaba contra Judá, entonces Judá le odiaría y la brecha sería ensanchada entre él y su propio pueblo.
Ahora llegamos a otro pecado. Cada pecado conduce a otro. Los filisteos se resolvieron a hacer una guerra decisiva contra Saúl, y no acercarse a él en la manera acostumbrada, sino marchar a lo largo de la costa del mar Mediterráneo y arrojarse por el mismo centro de Palestina cortando la nación en dos desde el valle de Esdraelón. Por esto Aquis dijo a David: "Debéis ir con nosotros." Vosotros sois nuestros huéspedes y aliados y ocupáis una población que os di." Por esto David marcha con él conduciendo a sus seiscientos soldados intrépidos, y evidentemente contra la voluntad de sus propios hombres como veremos pronto. Va con los filisteos hasta el mero campo de batalla, y cuando llegan allí los filisteos, viendo que el esta con la corte del rey, objetan a su presencia y no le permiten ir a la batalla con ellos. Por esto vuelve a la tierra de los filisteos.
No creo que David pensara jamás pelear contra Saúl. Estoy completamente persuadido de esto. Mientras hubiera arreciado la batalla habría atacado en el flanco a los filisteos con sus seiscientos hombres, aunque siempre procurando dar la impresión al rey que pelearla con ellos contra Saúl. La providencia de Dios le guardó de cometer ese pecado.
Estos son los seis pecados que le resultaron por meterse una sola vez en un lugar indebido. No digo que no se iría a meter de nuevo en el lugar, pero esta vez por cierto le fue muy mal. Un hombre no puede cometer un solo pecado. Un pecado tendrá más hijos que un conejo de Australia. El cazador piensa a veces que ve solamente una codorniz, pero cuando las hace volar ve que hay dos o que puede ser una bandada! Hay un proverbio asegurando que el que dice una mentira debe tener una buena memoria, pues de otro modo dirá otras contradiciendo aquella por haber olvidado su primera declaración. Me entristece mucho tener que presentar esta acusación contra David, pero aun tendré que hablar de otra mucho más grande antes de finalizar su biografía. Es uno de los mejores hombres que han vivido, pero todos los hombres buenos que yo he conocido han tenido sus faltas.
Nunca he tenido la felicidad de ver a un hombre impecable. Sé que hay algunos que pretenden ser perfectos y sin pecado, pero no conozco a ninguno que realmente lo sea.
Un gran sermón moderno fue predicado sobre esta desesperación de David, tomando como texto aquella primera línea: Dijo entonces David consigo mismo: "Ahora bien, yo voy a perecer algún día por mano de Saúl." El predicador fue Juan MacNeil, llamado el "moderno Spurgeon." Pastoreaba una de las activas iglesias de Londres y ha publicado varios tomos de sermones. Este es el primero en uno de sus libros, y es un gran sermón.
Este pecado de David fue castigado de dos maneras. Mientras estuvo ausente siguiendo a los filisteos al campo de batalla, estos mismos amalecitas a quienes él había molestado tanto, descendieron sobre Ziklag, la población dada a David por Aquis—y, no habiendo allí defensores sino sólo las mujeres y los niños, quemaron la población. No mataron a nadie pero tomaron todos los ganados, todos los muebles y todas las mujeres y niños—incluyendo a ambas esposas de David, Ahinoam y Abigail. El segundo castigo fue que sus propios soldados, que no habían querido subir con los filisteos, querían apedrearlo por lo que había sucedido en su ausencia. Su vida peligraba.
Pero se recobró de este pecado. Viendo la destrucción de Ziklag, y la disposición de sus hombres, "David entonces se esforzó en Jehová su Dios y mandó que viniera el sumo sacerdote con el efod." ¡Qué lástima que no lo hubiera consultado antes! Pero Dios contesta pronto, y perdona a sus hijos errantes, quitando sus pecados. La respuesta viene por el efod a las preguntas de David: "Y David consultó a Jehová diciendo: ¿Seguiré tras de estos merodeadores? ¿Pondré alcanzarlos?" Y la respuesta de Dios viene tan pronto como un relámpago, "Persigue, que sin falta los alcanzaras, y con seguridad recobrarás la presa." Esta fue una hermosa respuesta para que la recibiera un pecador viendo que su pesar había resultado de su propio pecado; y así persigue a sus enemigos con sus seiscientos hombres en la manera que lo hacían los soldados de Texas. Sí el caballo de un hombre se cansaba lo dejaban. Si era un hombre el que se cansaba, lo dejaban. Siguieron su persecución hasta que hallaron al enemigo y lo destruyeron. Asi hacía David.
La tercera parte de su ejército, doscientos de sus valientes hombres, cuando llegaron a cierto arroyo, no pudieron seguir adelante. Tuvo que dejarlos, e ir con cuatrocientos hombres. En el desierto halla al esclavo de un amalecita, un egipcio, que moría de hambre. No había tenido nada que comer por tres días. David le dio de comer y le preguntó si le guiaría al campamento de los amalecitas. Dijo que lo haría con tal que no le entregara a su amo y David los alcanzó mientras comían y bebían y se regocijaban por el gran botín. Mató a todos ellos con excepción de como cuatrocientos jóvenes que cabalgaban sobre camellos. Estos se escaparon. Es difícil que la infantería alcance a los camellos, pues estos son muy rápidos. La historia dice que David recobró todo hombre, mujer y niño y todos los muebles, además de todo el rico botín que estos piratas del  desierto  habían  estado reuniendo por mucho tiempo, ganados y rebaños y todo.
David hizo los siguientes usos prudentes de su victoria:
1. Al regresar, cuando llegaron a donde habían dejado a aquellos doscientos, ciertos hombres rudos de su ejército no querían que los doscientos participaran del botín. Podían tener a sus mujeres e hijos, pero ninguna otra cosa. David no sólo rehusó seguir ese, plan, sino que estableció una regla fechada en ese tiempo, que los que se quedaran con el equipaje tenían que participar igualmente con los que fueron al frente. Estos hombres no querían detenerse, pero no podían ir más lejos.
En la batalla de San Jacinto, Houston tuvo que separar severamente a ciertos de sus hombres para cuidar el campamento, y lloraban porque no les fue permitido entrar en la batalla. Aquellos hombres que fueron separados debieron ser contados como entre los victoriosos de San Jacinto, y la historia los cuenta así.
2. El segundo uso prudente que hizo del botín tomado de los amalecitas fue el de enviar grandes presentes a algunas ciudades de Judá que habían sido amigables con él y sus hombres. Siempre era hombre de corazón generoso.   Esto hizo una impresión muy favorable para David.   Aun cuando se hubiera portado sencillamente como un político, esta fue la cosa más sabia que podía haber hecho. Pero su conducta fue dictada sencillamente por su corazón.
David tuvo grandes adiciones a sus fuerzas en Ziklag. El texto nos dice, 1Crón. 12:1-7, que hubo como veintitrés valientes hombres, algunos de los cuales eran benjaminitas, que habían venido de la tribu de Saúl, y ellos eran ambidextros. Podían tirar una flecha con cualquier mimo. Podían tirar piedras con cualquier mano, y entre estos veintitrés había algunos de los más célebres campeones en duelo que se han conocido en la historia del mundo. Uno de ellos, Josabad, en un combate mató trescientos hombres con una sola lanza.

Saúl y la Bruja de Endor.

Es importante aquí que sepamos la ley mosaica en contra de la nigromancia, o sea la apelación que los vivos hacen a los muertos mediante la intervención de un médium, esto es, por un brujo o una bruja, y en qué consiste el pecado de la nigromancia que es el procurar conseguir informes de los muertos. La Ley de Moisés en el libro de Deuteronomio, declara explícitamente que ningún israelita debía procurar conseguir informes de los muertes por medio de un brujo o una bruja, y la razón es, que las cosas escondidas pertenecen a Dios y las cosas reveladas a nosotros y a nuestros hijos. La única manera lícita de conseguir informes acerca de lo que está más allá del sepulcro es una apelación a Jehová; pero si Dios no lo revela, es mejor dejar de buscarlo. La enseñanza profética sobre este asunto se halla en el pasaje famoso de Isaías: "Ay de aquellos que acuden a espíritus que susurran y murmuran. ¿Por qué los vivos acaso han de acudir a los muertos en vez de al Dios vivo?"
A principio de su reinado, Saúl se había esforzado rígidamente, en la ley mosaica matando a los brujos o enviándolos fuera del país.
Hay varias teorías de interpretación acerca de la transacción en 1Sam. 28:11-19, pero no discutiré sino tres de ellos. Saúl mismo va con la bruja de Endor y le suplica que llame a Samuel, haciendo preguntas a un muerto por un médium, procurando informes que Dios había rehusado darles. Estas son las teorías:
1. Algunos opinan que no hubo aparición de Samuel ni personificación de él por un espíritu malo; que no hubo nada sobrenatural, sino solamente un engaño practicado por la bruja, como otros engaños modernos practicados por médium, y que el historiador no hace más que narrar lo que parecía en la superficie. Esta es la primera teoría. Esta es, la teoría de los críticos radicales, que se oponen a todo lo sobrenatural, y sabéis sin que os lo diga lo que opino yo sobre esta teoría. Hay muchos engaños practicados por adivinadores, y algunos de ellos son maravillosos, pero semejantes imposturas no dan cuenta de todos los hechos.
2. Otros opinan que Samuel realmente apareció pero que la bruja no fue quien lo hizo subir; ella se sobrecogió tanto, como Saúl, si no más que él cuando apareció; que Dios mismo se interpuso, permitiendo que Samuel apareciera para inquietar así a la bruja, quien gritó al verle, y para pronunciar juicio final sobre Saúl. Citan a favor de esta teoría Ezeq. 14:3, 7, 8: "Hijo del hombre, estos hombres han erigido sus ídolos en sus corazones, y han puesto el tropiezo de su iniquidad delante de su rostro; ¿Y acaso he de ser yo consultado en manera alguna por ellos? Por tanto háblales y les dirás: Así dice Jehová el Señor: Cada hombre de la casa de Israel que erigiere sus ídolos en su corazón, y pusiere el tropiezo de su iniquidad delante de su rostro, y luego viniere a consultar profeta, yo, Jehová le responderé en ello conforme a la multitud de sus ídolos; y pondré mi rostro contra ese hombre y haré que sea un asombro, para que sirva de escarmiento y de refrán; y le cortaré de en medio de mi pueblo." Creen que este pasaje significa que cuando un hombre viola la ley de Dios, como lo hacían Saúl y esta bruja, que Dios se imponía la tarea de contestar, y que en este caso contestó por medio de Samuel.
Esta teoría ha sido la opinión de los judíos por todos los siglos. Según la traducción de la Versión de los Setenta de 1Crón. 10:13, "Saúl pidió consejo de persona que tenía espíritu pitónico, y Samuel le contestó." También parece ser la opinión judaica por el libro apócrifo Eclesiástico 46:23, (Biblia de Scio): "Y después de esto murió y se apareció al rey, y le mostró el fin de su vida, y alzó su voz desde la tierra, profetizando." La opinión judaica también aparece en los escritos de Josefo, que cree que Samuel estuvo allí, pero que Dios le envió; y no cree que la bruja le habla traído o podía hacerlo. Esta mira fue adoptada por muchos escritores cristianos primitivos; por ejemplo, Justino Mártir, Orígenes y Agustín, que fueron grandes hombres. Esta mira prevalece cada vez más entre los comentadores modernos, entre ellos, por ejemplo, Edersheim, en su "Historia de Israel," y Kirkpatrick, en la Biblia de Cambridge, y Blakie, en la Biblia de los Expositores, y Taylor en su "Historia de David y sus Tiempos." Todos estos libros que acabo de recomendar, abogan por esta segunda opinión.
3. Ahora presentamos la tercera teoría de interpretación. En primer lugar, existe en realidad la nigromancia en la que los médium son poseídos por espíritus malos, los cuales espíritus personifican a los muertos y se comunican con los vivos. Esta teoría sostiene que el caso de Saúl y la bruja de Endor apoya este punto—que un espíritu malo (porque se dice que esta mujer tenía un espíritu pitónico; ella fue poseída de un espíritu malo; y el negocio de estos espíritus malos en su posesión demoníaca es el de personificar a los muertos); hizo que la semejanza de Samuel apareciera y hablara por su boca. Esta teoría afirma que la escritura en Job 3:17, que dice, que cuando el justo muere va donde "los inicuos dejan de molestar, y allí reposan los cansados," sería falsa si éste en realidad hubiera sido Samuel, pues este dijo,"¿Por qué has turbado mi reposo, haciéndome subir?"
Pero si Dios le hubiera enviado no habría podido usar propiamente ese lenguaje. Dios tenía derecho de hacer lo que le pareciera bien; pero Saúl no tenía derecho de procurar llamar a un muerto para pedirle informes. Esta profecía también afirma que la profecía pronunciada por aquella semejanza a Samuel no era la verdad, pero habría sido la verdad si Samuel lo hubiera dicho. Esta profecía dice: "Mañana tú y tus hijos, estarán conmigo," pero Saúl no murió hasta tres días después; el tercer día se libro la batalla de Gilboa, y Samuel, ni muerto, ni vivo, habría dicho una mentira. Muchísimos de los escritores cristianos primitivos adoptan esta teoría, entre ellos Tertuliano y Jerónimo, el autor de la Vulgata o sea la Versión Latina; y casi todos los reformadores, Lutero, Calvino y todos aquellos grandes hombres que efectuaron la Reforma, opinaron que el espíritu malo tomó la forma de Samuel. Los que defienden esta teoría dicen que, a menos que ésta sea una excepción, en ninguna otra parte de la palabra de Dios se hace mención de que algún muerto volviera con un mensaje para los vivos con excepción del Señor, quien es el primero que trajo a luz, la vida y la inmortalidad después de haber abolido la muerte. No creen que las circunstancias en este caso sancionen una excepción a la regla que se aplica a toda la Biblia, y especialmente citan la parábola del rico y Lázaro. El rico suplicó que Lázaro volviese al otro mundo con un mensaje a sus hermanos, cosa que se le rehusó por esta razón: que sus hermanos tenían a Moisés y a los profetas, y que si no querían escuchar a Moisés y los profetas tampoco escucharían a alguno que se levantara de la muerte. Este es un fuerte argumento.
Ciertamente la primera teoría no es verdadera, y las otras dos teorías se defienden con tanta plausibilidad y fuerza que os dejaré que adoptéis cualquiera que gustéis. Mi propia opinión es que Samuel no estuvo allí, pero sobre un asunto de esta especie no debemos ser dogmáticos. Pensemos cada uno por si mismo y estaremos en buena compañía no importa cuál de las dos últimas teorías adoptemos.
Hace muchos años, cuando el grosero espiritismo era popular en todo el país, era costumbre entre los predicadores metodistas describir visitas que recibían de los muertos, y amonestaciones que hablan recibido, y J. R. Graves se opuso a ello. Dijo que contradecía la ley escrita de Dios, la ley de Moisés y los profetas y de nuestro Señor y sus apóstoles, y que no necesitábamos ningunas revelaciones de los muertos. Por esto, un ministro metodista llamado Watson lo retó a discutir la cuestión y, en efecto, la discutieron. Graves se mantuvo en esta posición: No hay un caso en toda la Biblia en que a algún muerto le fuera permitido volver con un mensaje a los vivos sino solamente Jesús, y él es el único viajero que ha vuelto de aquella región para arrojar luz sobre el estado de los muertos. En el debate, por supuesto el caso central fue el de Saúl, la bruja de Endor y Samuel. Si Watson no podía mantenerse con este caso no valía la pena citar otro. Watson citó la aparición de Moisés y Elías en el monto de la Transfiguración. Graves dijo, "Si aparecieron pero no tuvieron mensaje para la gente viva; ninguno para los apóstoles." Y finalmente basó toda su defensa sobre este caso. Leí el debate con gran interés. Fue publicado, pero la edición se ha agotado.

Gilboa

La descripción de la batalla y los resultados son tan explícitos en el texto, que es mejor que el lector lea en la Biblia la descripción de esta gran batalla. Pero necesitamos reconciliar 1Sam. 31:4, 5, 6, y 1Crón. 10:4, 5, 6, con otra declaración; estos dos afirman que Saúl se suicidó —cayó sobre su espada y murió, realmente murió. Pero el amalecita que trajo la nueva de la batalla a David dice que halló a Saúl herido, y que Saúl le suplicó que lo matara, y que en efecto le mató (2Sam. 1:6-10). El amalecita también trajo a David un brazalete y una corona que pertenecían a Saúl. Se os suplica que reconciliéis estas  dos  declaraciones. ¿Se  suicidó  Saúl? Sabemos que procuró hacerlo, pero ¿en efecto lo hizo? ¿Será verdad que aquel amalecita, después de que cayó Saúl sobre su espada, lo halló vivo y le mató? Mi respuesta es que el amalecita mintió. La historia dice claramente que Saúl se mató a sí mismo, y su paje de armas vio que estaba muerto, y toda referencia en las escrituras con excepción de ésta da a entender que murió por su propia mano. Esté amalecita, sabiendo que Saúl y David eran hasta cierto punto rivales, suponía que podía congraciarse con David si le traía evidencia de que había matado a Saúl.
No hay duda de que este amalecita estuvo allí y halló el cuerpo de Saúl, y no hay duda de que le robó al cadáver el brazalete y la corona, pero con su historia recuerdo la de José en Las Escenas Feroces del Occidente. Un indio había sido muerto, herido en el corazón, y su sangre manchó al que lo había asesinado. La lucha fue tan recia que José, siendo un cobarde, siguió hiriendo al Indio muerto y así lo hallaron peleando y diciendo que el hombre que al principio había herido en el corazón y al que creía muerto, no estaba muerto y se habla levantado y lo había atacado, y que había estado sosteniendo una lucha terrible con el indio.
La nueva de esta batalla afectó tristemente al hijo de Jonatán. Todos los que supieron de la batalla se echaron a huir a través del Jordán, y el ama tomó al niño de Jonatán y al correr lo dejó caer, de manera que quedo lisiado para toda su vida. Tendremos algunas cosas muy interesantes que decir en adelante acerca de este niño lisiado
La gratitud y el heroísmo de los hombres de Jabesh-Gilead merecen mencionarse.
Los filisteos habían cortado la cabeza de Saúl y la habían enviado a la casa de su ídolo, y tomaron su armadura y habían colgado su cadáver, el de su hijo Jonatán, y los de los dos hermanos de Jonatán sobre el muro de Beth-shan. Cuando los hombres de Jabesh-Gilead, (que habían sido libertados por Saúl como el primer acto de su reinado, y quienes siempre se habían acordado de él con gratitud) oyeron que Saúl había muerto, enviaron aquella noche a sus hombres más valientes y quitaron aquellos cadáveres, llevándolos al otro lado del Jordán, los quemaron lo suficiente para que no se conocieran, y sepultaron sus huesos debajo de un árbol. Mucho tiempo después David mandó traer los huesos para sepultarlos en el lugar propio. Siempre pienso bien de aquellos hombres de Jabesh-Gilead.
El lamento de David sobre Jonatán y Saúl se halla en 2Sam. 1. Aquel lamento expresado en el texto, es uno de los más hermosos poemas elegiacos en la literatura del mundo. Se halla en la página 10 del libro del texto. No es un cántico religioso. Es un cántico fúnebre, una elegía, llamado después "El Arco." David mandó enseñar a Israel este cántico de "El Arco" que se refiere al arco de Jonatán. Cito una pequeña parte de él.

¡Hijas de Israel, llorad a Saúl,
El cual os vestía de escarlata con lujo
El cual engalanaba con adornos de oro vuestro ropaje.
¡Cómo han caído los poderosos en medio de la batalla!
Ahora el tributo a Jonatán:
¡Ay de Jonatán, traspasado, oh Gilboa, sobre tus alturas!
¡Angustiado  estoy por  ti,  oh  hermano mío, Jonatán!
Muy dulce has sido para conmigo;
Maravilloso fue tu amor hacia mí,
Sobrepujando al amor de las mujeres."

Todo admirador de la poesía buena alaba esta exquisita joya, y tiene esta excelencia: Que se olvida de las faltas y ensalza las virtudes de los muertos. Saúl había hecho muchas cosas grandes. Aquella parte de la elegía de Gray, que comienza "No procuréis ya más recitar sus méritos." Bien puede compararse con esto. Es la única elegía que se iguala con esta de David.

PREGUNTAS

1. Analícese el pecado de desesperación de David, y en su orden, la serie de pecados y embarazos que siguieron.
2. ¿Qué gran sermón moderno se predicó sobre la desesperación de David, tomando este renglón como texto: ''Yo voy a perecer algún día por mano de Saúl."?
3. ¿Cómo fue castigado este pecado de David?
4. ¿Cómo se recobra de este pecado?
5. ¿Qué usos prudentes hizo él de la victoria?
6. ¿Qué grandes adiciones a su ejército recibió David en Ziklag?
7. ¿Cuál es la ley mosaica acerca de la nigromancia, o sea una apelación a los muertos de parte de los vivos valiéndose de un médium, esto es, por un brujo o por una bruja, y en qué consiste el pecado de la    nigromancia?
8. ¿Cuál es la enseñanza profética sobre este punto?
9. ¿Qué había hecho Saúl para esforzar la ley mosaica?
10. ¿Qué teorías de interpretación hay acerca de la transacción en 1Sam. 28:11-19?
11. Descríbase la batalla de Gilboa y los resultados.
12. Compárese 1Sam. 31:4, 5, G, y 1Crón. 10:4, 5 y 6.
13. ¿Cómo afectó al hijo de Jonatán la nueva de la batalla
14. Descríbase la gratitud y el heroísmo de los hombres de Jabesh-Gilead
15. ¿Cómo lamentó David a Saúl y Jonatán, 2Sam. 1?



XV
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA A 2 DE SAMUEL
Y 1Crónicas

Las fuentes bíblicas de la historia del reinado de David se hallan en 2Sam. y 1Crónicas. Aparte de estos dos libros, el material bíblico para la interpretación de esta historia son: (1) Los Salmos; (2) Las declaraciones de los Profetas; (3) Las referencias en el Nuevo Testamento.
Las dos historias bíblicas del reinado de David son independientes, compuestas por distintos autores, muy separados el uno del otro, en cuanto al tiempo y con propósitos muy distintos. 2Sam. fue escrito por profetas, contemporáneos que, con frecuencia, fueron testigos y participantes en los acontecimientos relatados. Su propósito es el de dar una historia sencilla y continuada de cuantos sucesos de la vida de David se pudieran necesitar para revelar al hombre, y de cuanto de la monarquía tuviera que ver con la idea de una monarquía teocrática en sus relaciones con el reino de Dios. Todo material que no tiene que ver con este propósito es omitido. La inspiración los guía en la elección del material narrado y en el desechamiento del material omitido, pero I de Crónicas fue escrita por Esdras después de la caída de la monarquía y con la mira de establecer, sobre un justo fundamento, la jerarquía que sucede a la monarquía, y a consolar a los judíos de la Restauración que no tenían rey terrenal o reino terrenal volviendo su mente hacia la venida de un reino visible pero espiritual que había de ser establecido por el gran descendiente de David, el Señor del cielo. Aunque es verdaderamente una historia como lo es II de Samuel, su propósito es más distintamente didáctico y filosófico. El autor de Crónicas, con el libro de Samuel delante de si, copia muchos pasajes palabra por palabra, pero cuando conviene mejor a su propósito, sigue la substancia con una ligera variación en cuanto a detalles. En otros muchos casos, y muy detalladamente, se vale de material sacado de fuentes originales proféticas no conservadas en ninguna otra parte de la Biblia, citando los nombres de los autores proféticos. Este, gran acopio de material adicional en Crónicas, aunque antiguo en cuanto a su origen, es nuevo en cuanto a su uso, y es esencial al propósito del autor de preparar al pueblo para el cambio de la monarquía a una jerarquía. Por este caso también omite asuntos muy importantes al propósito del historiador del libro de Samuel, pero que no tienen que ver con el suyo; por ejemplo, la historia del reinado de David sobre Judá solamente, la guerra con la casa de Saúl; la bondad de David para con Mephibosheth, el hijo de Jonatán, el adulterio de David y su castigo; la historia de la rebelión de Absalón; la ejecución de los hijos de Saúl; el nacimiento de gracias de David y sus últimas palabras. Nada de esto está en Crónicas. Estas omisiones, consideradas juntamente con la omisiones de tantos acontecimientos conmovedores en los primeros años de la vida de David y su vida errante, ya comentados, muestran claramente que el libro de Samuel trata más de la vida del hombre mientras Crónicas trata más de la historia de la monarquía. Así, más tarde, Crónicas omitirá toda la historia de la defección bajo Jeroboarn y la historia de las distintas dinastías de las diez tribus separadas, y se limita a la línea de David, la unidad de la nación, y la monarquía de Judá, relatando cuidadosamente la vuelta a Judá de representantes de las diez tribus, separadas, mostrando claramente que mientras la mayor parte de las tribus reveladas se perdieron en la caída del reino Septentrional y así, pasan de la historia, sin embargo estas tribus fueron conservadas y perpetuadas en la vuelta de sus restos a Juda. Por esto Crónicas no considera ni por un momento la cuestión moderna inútil, de "¿qué vino a ser de las diez tribus perdidas?"
Ni este, ni ningún libro bíblico subsiguiente tiene alguna palabra que decir acerca de las tribus perdidas. Las tribus no se perdieron así como no se perdieron durante los 38 años de peregrinaciones en el desierto donde pereció una generación, pero las tribus sobrevivieron. Se considera que todas las tribus fueron conservadas en los restos que volvieron a Judá.
Crónicas no presta atención a su historia mientras están separadas, pero pone mucho cuidado para dar informes de su vuelta. Precisamente por las mismas razones, Crónicas apenas toca la historia de Saúl o la historia de sus hijos después de él, ya que la monarquía no se perpetuó en la línea de Saúl, pero sí pone mucho cuidado en mencionar a los guerreros que vinieron desde el reino de Saúl a David a Adullam y Ziclag, y las grandes muchedumbres de todas las tribus que vinieron a Hebrón para hacerle rey sobre todo Israel; da detalles de la plaga que amenaza la vida nacional, por lo que se relacionan con la jerarquía después de la caída de la monarquía.
Crónicas narra elaborados detalles no hallados en otra parte de los arreglos para el traslado del arca a Jerusalén. Consagra dos capítulos íntegros y una parte de otro a esto. Consagra un capítulo entero a los preparativos hechos por David para la construcción del templo. Dedica varios capítulos enteros a la organización elaborada de los sacerdotes y Levitas, del ejército y del servicio civil, y a la asamblea nacional cuando llegó Salomón al trono. Una nueva historia de todos estos sucesos pasados ayudaba muchísimo para establecer y perpetuar la jerarquía después de acabada la monarquía.
La cronología en II de Samuel y I de Crónicas es sencillamente la cronología del reinado de David. El periodo de tiempo cubierto por estos dos libros acerca de David es de cuarenta años. Después de estudios profundos, el que armoniza, como se ve en el libro de texto, da su concepto del orden del tiempo de los acontecimientos. Es un gran problema, pero me parece que podéis defender con más seguridad, al menos substancialmente el orden de la Biblia de Cambridge que cito usando mis propias palabras:

1. El reinado de David en Hebrón, siete años y medio, esto es, desde 1055 a 1048 a. de J. C.
2. La fecha del nacimiento de Absalón entre 1052 y 1050 a. de J. C.
3. El reinado de Ishbosheth y la guerra civil con la casa de Saúl desde 1050 a 1048 a. de J. C.
4. El reinado de David en Jerusalén se extiende desde 1048 a 1015 a. de J. C.
5. El período de las guerras extranjeras sigue y dura como 10 años, esto es, desde 1045 a 1035 a. de J. C.
6. La   fecha  del pecado de  David con  BatSeba, 1035.
7. El ultraje de Anión el año siguiente, 1034a.de J. C.
8. La rebelión de Absalón que resulta de esto en 1023 a. de J.C.
9. El período de tranquilidad y crecimiento nacional desde 1023 a 1015.
10. La fecha de la gran plaga en 1018
11.  La muerte de David, en 1015.

He cambiado un poco el orden de la Biblia Cambridge, pero la he estudiado profundamente, tanto en la investigación original como en el examen-de muchísimos libros. Este es poco más o menos el orden de los acontecimientos hallados en estos libros. Pondría dar mi argumento a favor de él, pero tendría que emplear bastante espacio.
Esta historia del Antiguo Testamento así como todo lo demás de la historia del Antiguo Testamento se diferencia de la historia profana en tres puntos: (1) En la naturaleza de los asuntos narrados, por ser la historia de la educación especial del pueblo escogido de Dios; (2) En relatar los acontecimientos como Dios los ve y no como los ve el hombre; (3) En la elección del material, no usando nada que no se relacione con todo el plan del Antiguo Testamento como la preparación para el nuevo.
El que escribía la historia de los EE.UU. A. no pensaba en omitir los detalles de siete u ocho grandes guerras, pero este historiador sagrado omite muchas de ellas, puesto que estos detalles no se relacionan de manera alguna con el propósito del historiador. Estoy muy seguro de que no debe uno estudiar esta historia como estudia la historia profana.
Debe estudiarse como la historia de la preparación divina para la encarnación del Hijo de Dios. Todo el Antiguo Testamento es una preparación para el nuevo. El Antiguo Testamento no sólo contiene profecías, sino que toda la historia misma es una profecía.
Los elementos de esta preparación son: (1) La disciplina y educación de la nación escogida para que fuese el hogar del Hijo de Dios cuando viniera; (2) El desarrollo de las ideas envolviendo los oficios del Mesías—lo que había de ser el Mesías cuando viniera —Sacrificio, Profeta, Sacerdote, Rey y Juez. La contribución principal que da 2Samuel y 1Crón., es enfatizar la idea de un rey. En Génesis, Éxodo y Levítico los sacrificios señalan la misión del Hijo de Dios, esto es, la de ser un sacrificio por el pecado, y también al hecho de que él ha de ser el sacerdote por el cual la propiciación se efectúa. 1Sam. contribuye a la idea adicional del profeta. Estos libros nos presentarán al Rey, pues cuando venga el Mesías ha de venir como Rey—El Rey de reyes y Señor de señores, y al estudiarlos, lo hacemos acordándonos de su referencia al Mesías. Estos dos libros contribuyen también a las ideas mesiánicas. En David ciertamente hallamos a  un profeta. Es  uno de los más grandes profetas del Antiguo Testamento. En David ciertamente hallamos a un rey que ejerce funciones sacerdotales, aunque no pertenece a la tribu de Leví. En otras palabras, es un rey y sacerdote. En David hallamos el ideal del Rey—profeta sacerdote y rey. Estos libros claramente expresan estas cosas.
Hasta aquí en la historia de David, no hemos aprendido sino sencillamente su preparación para ser Rey. Hemos visto esta preparación: (1) En su vida de pastor. (2) En su largo noviciado de padecimientos en su vida de proscrito. El hombre ha sido educado física, mental y moralmente. Con cuánta frecuencia he dicho a los jóvenes predicadores: "Solamente los hombres preparados hacen graneles cosas, y un predicador no puede tener peor equivocación que la de suponer que pierde tiempo y dinero cuando está preparándose para ser eficiente cuando llegue el tiempo de trabajar." Habiendo aprendido en I de Samuel la preparación de David para ser Rey, hemos de aprender en estos dos libros lo que hizo como rey. Este pues, es el reinado para el cual todo lo demás era una preparación.
Las dificultades que tiene que vencer, si reina según el corazón de Dios y no según el de Saúl, son muchas y grandes:
1. Debe asegurar la unidad de la nación. En Jueces vemos a doce tribus; cada una de las cuales va por su propio camino, como dice aquella expresión tantas veces repetida en el libro, "En aquellos días no había rey en Israel; cada cual hacía lo que era recto a sus propios ojos." A veces se nos presenta Judá, a veces Neftalí, a veces Gad, a veces Manases; no es una nación sino doce tribus ligeramente unidas. Lo primero que David tiene que hacer, es asegurar la unidad de la nación. Tiene que gastar siete años y medio en hacerlo después de ser coronado en Hebrón. De modo que esta es su primera empresa, y esta será mi próxima discusión: los siete años y medio que David reinó en Hebrón mientras la casa de Saúl tenía la mayor parte del territorio.
2. La segunda dificultad fue la de proveer un lugar central de culto sin causar celos.  Tales servicios en ese lugar de culto ayudarían a perpetuar la unidad de la nación.  Este ideal no había sido realizado nunca plenamente.
Me detengo aquí para hacer una observación que puede ser que repita mas tarde: que cuando las trece colonias originales declararon su independencia de Inglaterra y, bajo un pacto un tanto ligero, hicieron la guerra de la Revolución; al finalizar ésta y tratar de efectuar una unión más permanente, tropezaron con uno de sus más grandes problemas: "¿Dónde hemos de poner la capital?" Los debates sobre la situación de la capital forman una parte muy interesante de la historia americana. Si la discusión hubiera sido aplazada hasta nuestro tiempo la capital nunca habría sido puesta en Washington, pero en aquel entonces era el mejor lugar. Había estado a veces en Nueva York y a veces en Filadelfia, y en ocasiones "Sobre Ruedas." Uno de los compromisos más grandes se suscitó cuando se trató de situarla permanentemente, y, a fin de que ningún Estado dijera que tenía la capital, Virginia y Maryland tenían que donar cierto distrito para que fuese propiedad nacional.
Aquí vemos que David hace algo semejante a esto. No quería tener su capital en Hebrón, puesto que entonces parecería pertenecer a Judá, ni en Gaboa, donde había reinado Saúl. Toma un lugar enteramente nuevo, que ha de pertenecer a toda la nación la mitad en Juda y la mitad en Benjamín.
3. La tercera cosa que tiene que hacer es destruir, o al menos estropear, a aquellos enemigos que han estado peleando con los hijos de Israel desde que se establecieran en el país.  Veréis a David hacer esto. Le veréis aplastar bajo sus pies, y bajo la mano de hierro de su poder, todo enemigo nacional. Ya no habrá otra batalla de Gilboa. No habrá más periodos en que no tendrán piedras de afilar y por primera vez se verán los límites señalados justamente como Dios lo hizo en su promesa. Se extenderán desde el río de Egipto hasta el Eufrates.
4. Debe organizar lo que se llama un "servicio civil," esto es, un cuerpo administrativo.   Le parece importante proveer un sistema financiero adecuado para suplir las necesidades nacionales y representación en cortes extranjeras—y todo lo demás de esa clase. También, debía organizar un ejército, para no tener que depender de reclutamientos promiscuos tales como hemos visto hacer a Débora, Barak, Gedeón, Jefté—tocando una trompeta y reuniendo una multitud de hombres que pelearán con tal que se les permita pelear pronto, pero que tienen que volver a casa en la próxima semana.  Si ganan una batalla tienen que volver a casa para dividir el botín—tienen que llevar algo a la mujer e hijos
5. Tenia que organizar el reino—organizar sus sacerdotes y Levitas con la mira de tener tales servicios en el lugar central, que hicieran de ese lugar el gozo de toda la tierra; convertirlo en la potencia más grande para hacer consistente la nación.  Es él quien por vez primera organiza el coro, tan famoso en el servicio del templo.
6. El sexto punto, que no es menos importante que los otros, era que debía preparar el reino para que pasara a su sucesor sin disturbios. Es en este punto en donde vienen los disturbios en las naciones, cuando sale un rey y entra otro; cuando muere un rey, ¿quién ha de ser su sucesor? Veremos cuan sabiamente protege David la nación hasta donde le fue posible hacerlo, y cómo arregló la sucesión de su hijo Salomón.
Si no tenemos sino otro punto que considerar volveré a manifestar estos seis puntos: (1) Asegurar la unidad de la nación. (2) lugar céntrico de culto. (3) servicios de un carácter tal que mantengan la unidad. (4) destrucción de los enemigos agresivos. (5) organización. (6) provisión para un sucesor. Grandes cosas habéis aprendido de estos dos libros cuando hayáis fijado estas cosas en vuestra mente.
David fue un tipo de Cristo:

1. Es llamado "El ungido del Señor," y "Ungido" es lo que significa la palabra "Cristo."   "Christos" es griego.  "Mesías" es hebreo; todo significa la misma cosa.
2. Era tipo de Cristo porque unía en una sola persona los oficios de profeta, sacerdote y rey.
3. Fue tipo de Cristo en las pruebas y padecimientos que acompañaron su preparación para su reinado. Mirad aquella vida de padecimientos; mirad aquellas terribles persecuciones, y en seguida leed en el Nuevo Testamento la historia de los padecimientos del Salvador antes de que llegara al punto donde podría decirse de él: "¡Alzad, oh puertas vuestras cabezas, y alzaos vosotros, portales eternos; y entrará el Rey de Gloria!" ¡Qué terrible preparación por la cual tuvo que pasar Cristo!
4. Era tipo de Cristo en las expresiones de los Salmos acerca de la agonía de los padecimientos mesiánicos. Cuando llegamos a los Salmos entenderemos mejor el carácter típico de David.
5. Fue un tipo de Cristo en que era el representante de Dios para con los hombres, y el representante de los hombres para con Dios.
6. Y aquí está una cosa extraña, era tipo de Cristo en ser la cabeza o el gobernador de los paganos, así como el monarca amado de su propio pueblo. Este pensamiento se expresa muy claramente en nuestra historia.
7. Señaló el lugar de nacimiento de Cristo naciendo allí él mismo.

PREGUNTAS

  1. ¿Cuáles son las fuentes bíblicas de materiales para una historia del reinado de David?
  2. Además de estos dos libros, ¿qué material bíblico tenemos para una interpretación de esta historia?
  3. Manifiéstense las relaciones entre las dos historias bíblicas del reinado de David.
  4. ¿Qué se dice de la cronología en 2Samuel y 1Crónicas?
  5. ¿Cuál es el orden probable del tiempo de los acontecimientos en estos libros?
  6. ¿Cómo se diferencia esta historia del Antiguo Testamento así como toda otra historia del Antiguo Testamento de la historia paisana?
  7. ¿Cómo pues, debe estudiarse esta historia?
  8. ¿Cuáles son los elementos de esta preparación?"
  9. ¿Cuánto contribuyen a esta preparación 2Samuel y I de Crónicas?
  10. ¿Cuánto contribuyen estos dos libros a la idea mesiánica?
  11. Hasta aquí, en la historia de David ¿qué hemos aprendido?
  12. ¿Qué hemos de aprender en estos dos libros?
  13. ¿Cuáles son las dificultades que tienen que vencerse, sí reina según el corazón de Dios y no según el corazón de Saúl?
  14. ¿Cómo fue David tipo de Cristo?


XVI
DAVID, REY DE JUDA EN HEBRON—LA GUERRA
CON LA CASA DE SAÚL
2Samuel 1:3-5; 1Crón. 3:1-4; 2Saín. 3:4-12.

El estado de la nación inmediatamente después de la batalla de Gilboa fue éste:
1. Los filisteos tenían todo el centro de Palestina, habiendo huido los restos de la familia de Saúl y de su ejército, juntamente con los habitantes de aquella sección al otro lado del Jordán, dejando todas sus posesiones al enemigo.
2. David había ganado una gran victoria en el Me­diodía sobre los  amalecitas y sus aliados, y había distribuido el botín entre las ciudades cercanas de Judá; pero por haber sido  destruida Ziklag, él no tenía hogar.
Bajo estas circunstancias David mostró tanta pie­dad como sabiduría. Sometió a la dirección de Jehová toda la cuestión de su deber, y de consiguiente fue con toda su familia y ejército y hacienda a Hebrón, para esperar allí otras indicaciones de la vo­luntad divina que le podrían ser expresadas por medio de los profetas, sacerdotes o por direcciones providen­ciales. Sabía por muchas afirmaciones que había de ser Rey sobre todo Israel, pero no quería complicar una situación difícil reclamando precipitadamente sus derechos. Sabía bien que la carga del reino, exi­gía que el pueblo ratificara voluntariamente la elec­ción divina, y no dio pasos para forzar a su aquies­cencia.
Hebrón le era especialmente conveniente como su hogar y guarnición hasta que el pueblo ratificara su elección. Era la ciudad sagrada de Judá, consagrada por muchas memorias históricas desde el día de Abraham hasta su propio tiempo. Estas memorias le ro­dean como un abrigo y consuelo, y como un recuerdo de todas las preciosas promesas hechas a los padres. Hebrón era su hogar mientras vivían y el lugar de su sepultura después de muertos. Los siglos de una larga serie de abuelos ilustres le precedían y 61 era el heredero de todos sus legados. También era la má» notable de las seis ciudades de refugio. El que le atacara, mientras descansaba allí por la dirección divina, tendría que pelear contra todas las memorias sagradas del pasado y todas las promesas gloriosas del futuro. Jehová, profeta, sacerdote y levita, todos estuvieron con él allí. Además de esto, esta antigua ciudad—una de las mas antiguas del mundo—podía fácilmente defenderse contra cualquier asalto, y era un punto estratégico tanto para la observación como para la agresión.
La primera expresión de aprobación popular fue cuando toda Judá se reunió allí y le hizo rey de la tribu real acerca de lo cual un antepasado moribundo había profetizado: ''No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga el Pacificador: y a él será tributada la obedien­cia de las naciones." Este solo acto de esta sola tribu, valía más para David de lo que le habría valido el ser reconocido por todas las demás.
El acto de enviar David una embajada a los hom­bres de Jabesh-Gilead, para expresarles su bendición por su lealtad a Saúl en rescatar y sepultar con debi­do honor su cadáver y los de sus hijos expuestos a la vergüenza pública sobre los muros de Betsean, junta­mente con su prometa de premiar lo que habían hecho, lleva una marcha de tierna sinceridad y des­provista de cualquier mira política. Lo que hizo está del todo de acuerdo con todos sus actos pasados y futuros para con la casa de Saúl. El mismo, aun bajo la provocación más grande, nunca había devuelto a Saúl herida por herida; dos veces le había perdonado la vida; nunca había conspirado contra él, y no sola­mente lo había honrado en muchas maneras como el ungido de Dios, sino que llegó a descargar la pena de muerte sobre cualquier hombre que procuró ganarse su favor tratando indignamente a Saúl o a cualquie­ra de su familia.
Considerando esta conducta pasada y futura para con la casa de Saúl, la ternura evidente de su elegía sobre Saúl y Jonatán, no podemos interpretar como un hábil golpe de política la última cláusula de su mensaje, "Ahora sean esforzadas vuestras manos, y sed hombres valientes; pues que ha muerto ya Saúl vuestro señor, y también la casa de Judá me ha un­gido a mí por rey sobre ellos." Esta es una intima­ción muy modesta de que el camino ya está abierto para que ellos, sin ninguna deslealtad a la casa caída, vuelvan su lealtad a aquel a quien Dios había escogido para ser el sucesor de Saúl. Pero esta proposición ge­nerosa de David fracasó, y una larga y sanguinaria guerra civil fue causada por la ambición de un hom­bre, Abner, el tío de Saúl, quien por fines puramente egoístas hizo rey a Isboseth, hijo de Saúl. Aquí .ne­cesitamos explicar la cláusula que como paréntesis se encuentra en 2Sam. 2:10 en conexión con el versículo 1 del capítulo 3. Este paréntesis dice: "Era Isboseth hijo de Saúl de cuarenta años cuando co­menzó a reinar sobre Israel, y dos años reinó." El otro versículo dice: "Mas se hizo larga la guerra entre la casa de Saúl y la casa de David."
Más de una vez se ha llamado la atención a la incertidumbre en el texto del Antiguo Testamento en cuanto a los números, porque sus números se ex­presan por medio de letras, y suelen haber equivoca­ciones con mucha facilidad cuando se hacen copias. Pues bien, si los dos años en esta cláusula expresan el verdadero texto, en lugar de siete años y medio, entonces la significación tiene que ser ésta—que Abner puso por rey a Isboseth lo más pronto posible después de la batalla de Gilboa, pero gastó más de cinco años en hacer que todas las tribus, menos Judá le aceptaran como rey; de manera que los dos años describen los últimos dos de los siete años y medio. Si esto es así, entonces la historia no da los detalles del esfuerzo hecho por Abner durante los cinco años y medio para hacer que Isboseth reinara sobre todo-Israel, menos Judá, y estos detalles debieron de haber mostrado, si es que tuviéramos algunos, que tuvo que echar fuera a los- filisteos que poseyeron el territor rio. Por esta razón, es solamente la última parte del reinado de Isboseth, contando desde el tiempo en que fue hecho rey hasta el acercamiento al lado occiden­tal del Jordán, la que se describe en este capítulo.
Es evidente por todo el contexto que Abner sabía que David ora el escogido de Dios, porque más tarde lo dice, y aun le da énfasis. Es también evidente que mira a Isboseth como una simple figura para preparar el camino para su propio uso de la soberanía. El posesionarse del harem de Saúl, contra lo cual pro­testó Isboseth, en efecto, significaba justamente lo que dijo Isboseth—que era la misma cosa que recla­mar el reino para si mismos. Luego, pues, que llega a saber que sus motivos son bien entendidos, entonces, como evidencia de que no ha actuado por buenos motivos, anuncia a Isboseth que piensa llevar a todo el pueblo a David, el escogido de Dios.
Nos acordamos de que en la historia de Inglaterra el duque de Warwuik es llamado "El hacedor de Re­yes;" que hizo rey a Eduardo IV, y cuando éste lo insultó, entonces se puso del lado de Enrique IV y lo hizo rey. Justamente así obra Abner en esta historia, Sus motivos pues, son meramente los de un hombre que sabe que su conducta es opuesta a la voluntad de Dios y a los mejores intereses del pueblo, pero que se resuelve a llevar adelante sus propias ambiciones egoístas.
Esta guerra de siete años y medio se describe así: "David empero se hacia más y más fuerte, y la casa de Saúl se hacía más y más débil." Pero cuando, des­pués de cinco años y medio de confirmar la autoridad de Isboseth, Abner se sentía bastante fuerte, dejó el lado oriental del Jordán y llevó su ejército a un sitio cerca de Gabaón, que era antes ciudad de Saúl, con el propósito evidente de hacer a Isboseth rey sobre toda la nación. David no agredía, pero resistía la agresión, por lo cual envía su ejército mandado por Joab, y se enfrentan el uno al otro cerca de un estan­que al lado de Gabaón. Habiendo sido traído un ejér­cito hostil cerca Hebrón, David tiene que salir a su encuentro. La guerra pues, fue evidentemente for­zada por la casa de Saúl.
Los sucesos cronológicos que condujeron a David a la soberanía sobre todo Israel son como sigue: El primer suce.so es la gran victoria de Joab sobre Abner en Gabaón. Abner propuso que doce campeones de cada lado hicieran un duelo para resolver toda la cuestión. Cuando se encontraron estos veinticuatro hombres pelearon con tanta furia que al primer golpe cada hombre mató a su adversario y fue muerto él mismo, de modo que el duelo no fue decisivo, pero precipitó la batalla. Joab entonces gana una fácil victoria. Uno de los hermanos de Joab, Asael, que era ligero de pies persigue a Abner, y su historia dice que Abner mató a Asael, hiriéndole con el regatón de la lanza hacia atrás. Supongo que el extremo de la lanza estaba afilado, puesto que no le hirió con la punta, sino con el regatón afilado. Esto puso fin a la batalla, pero ningún perjuicio hecho a Joab le detenía alguna vez hasta que se hubiera vengado. De modo que su venganza fue llevada a cabo cuando a Abner por la muerte de Asael como veremos un poco más tarde.
El próximo suceso en orden, es la disputa entre Abner e Isboseth, a causa de la protesta de Isboseth contra el hecho infame de Abner, y el siguiente es el desertar de Abner para unirse a David, persuadiendo esto a las tribus de que Isboseth no era más que una figura decorativa y que su causa se iba debilitando entretanto que David se iba haciendo más fuerte, y que lo que debía hacerse era venir todos y reconocer al rey a quien Dios había escogido. Abner vino a David y le hizo aquella proposición. David le dijo que la pri­mera cosa que debía hacer era la de restaurarle a Mi-col, su esposa, que había sido dada a otro hombre. No. estoy seguro de que fuese el amor lo que movió a David. No me parece probable que, con el número de esposas que ya tenía tuviera algún amor para dedicárselo a ella, pero si tenía alguna mira polí­tica sería ésta: que si la hija de Saúl le era devuelta como su esposa, entonces sería más fácil para los adherentes de Saúl venir a esta familia reunida que representaba ambos lados, semejante cosa fue pro­puesta por Catalina de Médicis para unir a los hugo­notes con los romanistas por un matrimonio entre Enrique de Navarra de los hugonotes con Margarita, la hermana del rey Carlos de Francia, del otro lado.
El próximo suceso, es el asesinato de Abner come­tido por Joab—un asesinato a sangre fría. El y su hermano Abisai hicieron el plan de mandar llamar a Abner, quien se había ido después de su entrevista con David, y hacerle volver en nombre de David; en­tonces Joab se propuso llamarle a un lado y pregun­tarle acerca de su salud, y mientras se informaba de su salud, le hirió debajo de la quinta costilla David lamenta la muerte de Abner, pero no castiga a Joab. Al contrario dice, "Los hijos de Sarvia son demasiado duros para mí." Su hermana, Sarvia, tenía tres hijos —Joab, Abisai y Asael. Tendrá que sufrir mucho más de aquella familia en adelante. Le serán más duros de lo que lo fueron en este caso.
El próximo evento fue que el pueblo, viendo que Isboseth ya no era nada popular y que su general, Abner, habla sido asesinado, se pone de acuerdo para someterse a David. Viendo esto, dos rufianes que que­rían congraciarse con David, asesinaron a Isboseth y le llevaron la nueva del hecho, esperando ser premia­dos. Los premió con mucha prontitud, ejecutándolos. En su orden estos son los sucesos cronológicos que condujeron a la unidad de la nación bajo David.
Los hijos nacidos a David en Hebrón son mencio­nados en la historia de Amnón, hijo de Ahinoam.Ya aprenderemos más acerca de él más tarde. Habría sido mejor que nunca hubiera nacido. El siguiente es Quileao, o Daniel, como es llamado en Crónicas, hijo de Abigail. No sabemos si resultó bien o mal, puesto que no se menciona más en la historia. El siguiente es Absalon, liljo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur. Por cierto oiremos de él más tarde. Habría sido mejor que nunca hubiera nacido. Los otros no dejan huellas algunas en la historia. ¡La poligamia! ¡La poligamia! ¡Los celos de la poligamia! Es una cosa terrible.
Ahora miremos el carácter de Abner, Isboseth y Joab. Abner era hombre de bastante talento e influen­cia, pero su ambición no conocía escrúpulos. Isboseth era hombre de pocas energías. Joab era un gran gene­ral—un guerrero muy austero y egoísta. Tan falto de escrúpulos como Abner, pero no tan desleal. Aun nos falta mucho para ver el fin de Joab. Un gran texto para un sermón en esta sección es: "Estos hijos de Sarvia son demasiado duros para mí;" esto es, que el hombre debe tener cuidado, al efectuar sus propósitos, acerca del carácter de los instrumentos que asocia consigo mismo. Si llama a turcos, tártaros y hún­garos para que sean sus aliados, puede hallar que sus aliados le son demasiado fuertes. Un proverbio nos aconseja que no nos asociemos con un hombre vio­lento. Siempre estaremos en peligro si tenemos por compañero a un hombre violento y sin escrúpulos.
Como el pobre perro Tray, podremos ser golpeados por estar en su compañía.
Tenemos la respuesta de Joab a Abner en 2Sam. 2:26: "Entonces Abner dio voces á Joab y le dijo: ¿Ha de devorar la espada para siempre?¿No sa­bes tú que habrá amargura a la postre? ¿Hasta cuándo pues, tardarás en decir al pueblo que se vuel­va de perseguir a sus hermanos?" Joab los perseguía de cerca. A lo cual repuso Joab: "¡Vive Dios! Que si tú mismo no lo hubieras propuesto, desde esta mañana hubieras ido el pueblo, y no hubiera perseguido cada cual a su hermano." ¿Qué significa este último ver­sículo? Abner pregunta por qué le están persiguiendo, y Joab le dice, "Si tú no hubieras hablado, entonces no estaría persiguiendo cada cual a su hermano." Dejaré que el lector dé la respuesta por medio de los comentarlos.

PREGUNTAS

  1. ¿Cuál fue el estado de la nación justamente después de la batalla de Gilboa?
  2. Bajo estas circunstancias ¿cómo mostró David tanta piedad como prudencia?
  3. ¿Por qué era conveniente que Hebrón fuese su hogar antes de la ratificación por el pueblo?
  4. ¿Cuál fue la primera expresión de la aprobación popu­lar?
  5. La embajada de David a los hombres de Jabes-Galead ¿era el acto sincero de un estadista, o un golpe astuto de un político?
  6. ¿Qué cosa fue lo que hizo fracasar este propósito ge­neroso de David y causó una larga guerra civil?
  7. Explíquese el paréntesis de I de Samuel 2:10 en co­nexión con el versículo 1 del capitulo 3.
  8. Juzgando por su conducta en general, ¿Qué motivos debieron de haber inspirado a Abner?
  9. ¿Cuál es el carácter de esta guerra de siete años y medio?
  10. Véase cómo la agresión vino de Abner.
  11. Manifiéstense en su orden, los sucesos que condujeron a que David fuese hecho rey sobre todo Israel.
  12. ¿Cuáles  hijos  nacieron   a   David  en  Hebrón,  y  qué puede decirse acerca de ellos?
  13. ¿Cuál fue el carácter de Abner, Isboseth, y Joab?
  14. ¿Qué gran texto hay pata un sermón en esta sección?
  15. ¿Qué significa la respuesta de Juab, a Abner, 2Sam. 2:26?


XVII
DAVID HECHO REY SOBRE TODO ISRAEL, Y LA CAPTURA DE JERUSALEM PARA UNA CAPITAL
(2Sam. 5:1-3; 5:6-10; 1Crón. 11 1-3; 11 4-9; 12:23-40).

Esta sección es corta, pero intensamente impor­tante. Obsérvese el método del armonista para arre­glar el texto del reinado de David en períodos de guerra, descanso y disensiones internas. Este arre­glo es excelente para la discusión de tópicos, pero no sigue un orden estrictamente cronológico de acon­tecimientos. Es una característica propia de la his­toria el introducir de vez en cuando, en medio de los detalles de la historia, un resumen comprensivo que se extiende mucho más allá de los detalles es­pecíficos que preceden y anteceden,—por ejemplo, 2Sam. 5:4-14.
El primer suceso notable de esta sección, es que Da­vid es coronado rey sobre todo Israel, en Hebrón. Por esta consumación, David mismo merece ser muy alabado. No hubo nada en la conducta de David mien­tras Saúl vivió, o después de su muerte que dificul­tara a cualquier adherente de Saúl el someterse a David.
Bajo la persecución había sido leal; teniendo opor­tunidades de vengarse, había sido compasivo; en la hora de triunfo su espíritu no fue arrogante sino conciliador; durante la larga dilación del propósito divino no fue impaciente, ni procuró, como lo habían hecho algunos de sus antepasados, apresurar por sus propios esfuerzos el cumplimiento de las profecías y promesas de Jehová. Y cuando algunos de sus partidarios, por ser demasiado celosos o más vengativos que él, procuraron alcanzar el fin destinado siguien­do las sugestiones de sus propias pasiones, hizo evidente, por sus severas reprensiones, que él no era el responsable de sus malos hechos. Nunca premió a un traidor por asesinar a un miembro de la casa de Saúl sino con una ejecución instantánea y con ex­presiones del más fuerte aborrecimiento de sus crí­menes. En una elegía apasionada y evidentemente sincera, tributó altas alabanzas a los méritos de los muertos, alabanzas mezcladas de una caridad sin igual que guardaba silencio respecto a sus faltas, al mismo tiempo que enviaba bendiciones a los que los trataban amigablemente. De modo que los restos de los fieles a Saúl y la familia de éste no tuvieron nin­guna queja contra David.
Cuando comparamos esta conducta de David con la de Felipe II de España, el contraste es terrible. Felipe abierta y habitualmente ofrecía premios a los que, de alguna manera, mataran a sus enemigos; y cantaba, "Te Deum Laudamus" cuando lograban hacerlo. Su naturaleza fue tan fría como un sapo, venenosa como una víbora, traidor como un coyote, cruel como una pantera. En matanzas por mayor, incendios y confiscaciones era el príncipe de los cri­minales, eclipsando la infamia tanto de Nerón como de Herodes, y en la hipocresía desvergonzada y cra­sa, ninguno, en los anales del tiempo, osaría preten­der serle igual, ni mucho menos superarle. Fue el monstruo de los siglos. Ciertamente haría que Sata­nás mismo sonriera sardónicamente al oír llamar a Felipe su "Cristianísima Majestad." España, cuando llegó Felipe al trono, era la potencia dominante del mundo; la dejó en estado tan miserable que nadie la respetaba. Judá, cuando llegó David al trono ocu­paba el último lugar entre las naciones; la dejó en el primer lugar, la gloria del mundo. El contraste es justamente éste: David fue un santo, Felipe un de­monio.
Es de sentirse que aquellas tribus ahora ansiosas de unirse, promovieran la defección que ahora es borrada por esta unión. Bajo la influencia dominan­te de un jefe egoísta hicieron rey a Isboset contra la voluntad conocida de Jehová. No hicieron esfuer­zo decisivo para promover la paz mientras les que­dó alguna esperanza, y cuando quisieron unirse, die­ron tales razones, aunque evidentemente no since­ras, que eran igualmente fuertes contra la división original. Considérense esas razones y véase la vera­cidad del aserto. Dieron tres razones para su retorno:
(1) "¡He aquí que carne tuya y hueso tuyo somos!"
(2) "También en tiempo pasado cuando Saúl era rey, sacabas a campaña a Israel y le volvías a traer."
(3) "Y te decía Jehová tu Dios: Tú pastorearás a mi pueblo Israel, y tú serás el caudillo de mi pueblo Is­rael." En vista de estas razones convincentes, bien puede uno preguntar, ¿por qué, pues, se hizo una tan larga y sanguinaria guerra de divisiones?
Los pasos de la reunión nacional fueron como si­gue:
1. Una hueste armada de todas las tribus vino si­multáneamente a David en Hebrón para hacerlo rey.
2. Sus ancianos, como representantes, entran en un pacto solemne con él delante de Jehová.
3. Le ungen para rey sobre todo Israel.
4. Una fiesta muy gozosa de tres días celebra el acontecimiento. Todos estos pasos eran profunda­mente significativos, y merecen comentarse. Acerca del primer paso—la reunión de la hueste armada en Hebrón—quiero hacer algunas observaciones.

1. El número total de hombres armados que se reu­nieron viniendo de todas las tribus, fue enorme. Apar­te de los capitanes, y el contingente enviado por Isacar no mencionado, el total es 339,000 hombres, pero asumiendo que el contingente de Isacar fuese entre el de Zabulón y el de Neftalí, digamos 40,000, y añadien­do a los capitanes que son enumerados, el total serla de 380,221.
2. El contingente tan grande de la casa de Aarón de sus dos ramas muestra cuan fielmente el sacerdo­cio al cual había odiado Saúl se había adherido a David.
3. Los contingentes de las tribus menos prominen­tes, esto es, de Manases, Zabulón, Neftalí, Aser, Rubén y Gad, eran, fuera de toda proporción, más gran­des que los de las tribus cercanas.
4. El pequeño contingente de Benjamín se explica por el hecho de que aún ahora la mayor parte de ellas se adhirieron a la casa de Saúl, pero la razón del pequeño número de Judá, no se da. Las dos y media tribus transjordánicas enviaron la tercera parte del total.
5. La observación acerca de la mitad occidental es que vinieron mandados para hacer rey a David.
6. La observación acerca de los 200 jefes de Isacar ha sido el tema de muchos sermones: "Hombres co­nocedores de los tiempos, para saber aconsejar lo que debía Israel hacer." ¡Ojala que hubiera multitudes de hombres semejantes, en nuestros tiempos!
7. Acerca de los 50,000 de Zabulón, se dice que no tenían doblez de corazón. ¡Que abunden semejantes hombres en esta generación inestable, torcida y va­cilante!
8. En verdad acerca de todas ellas, se dice que: "Vinieron con entero corazón a Hebrón para hacer a David rey sobre todo Israel."
Fue del todo de acuerdo con la constitución pa­triarcal y representativa de la nación que los prínci­pes y los ancianos de las tribus obraron por ellos al entrar en el pacto con David. Debe de haber sido una escena imponente, esto de casi medio millón de hom­bres armados en 15 cuerpos distintos esperando en He­brón, mientras sus estadistas, profetas, sacerdotes y generales deliberaran sobre los términos del pacto.
El Pacto.—El pacto mismo se basó sin duda sobre la carta del reino tal como es definida por Moisés y Samuel, que protegía los derechos de todos, esto es: Jehová, el Rey, la asamblea nacional, la religión, y el pueblo en general. Fue un acto intensamente re­ligioso, siendo que se hizo "Delante de Jehová." Si­guiendo este pacto vemos:
La Unción. —Ya había sido David ungido dos veces, primero en Betlehem privadamente por Samuel, como una expresión de la elección de Jehová, y como sím­bolo del poder del espíritu que descansaba sobre él. Una segunda vez, aquí en Hebrón, la unción expresó la elección de Judá; pero ahora, este tercer y más imponente ungimiento en una ocasión tan grande, siguiendo semejante pacto, se reviste de una signi­ficación más amplia y más expresiva tan apropiada­mente expresada por David mismo en el salmo 133 que parece haber sido ocasionada por este evento:

"¡Mirad cuan bueno y cuan apacible es
Que habiten los hermanos juntos en armonía!
Es como la unción olorosa sobre la cabeza,
Que descendió sobre la barba, la barba de Aarón;
Y descendió hasta el borde de sus vestiduras.
Como el rocío de Hermón es la influencia
Que desciende sobre las montañas de Sión;
Porque allí Jehová ha mandado la bendición,
A saber, la vida para siempre jamás."

Es cierto que nunca antes ni después ha habido se­mejante unidad completa de la nación, y tanto amor hermanable entre los judíos, ni nunca habrá hasta que el Israel, errante y disperso, mucho tiempo des­terrado del favor de Jehová, sea reunido de todas las naciones y vuelva en un gran día con tal arrepen­timiento como el mundo nunca ha visto antes, al Hijo de David, según las profecías de Zacarías, Ezequiel, Isaías y Pablo. Entonces, en verdad en un sentido "El varón de dolores y que sabe de padecimientos" será "Ungido con unción de alegría sobre sus com­pañeros" porque él verá "El fruto del trabajo de su alma" acerca de Israel y quedará satisfecho. Bien haremos en esperar un cumplimiento más pleno, cuando los reinos de este mundo habrán llegado a ser el reino de Nuestro Señor y su Cristo, en cuyo tiempo, más apropiadamente que nunca antes en la historia, puede un mundo redimido y unido cantar a una voz el más grande himno de coronación:

"Ved al Cristo, Rey de gloria:
Coronadle, santos todos,
Coronadle, Rey de reyes."

El Festival. —Tal vez el rasco más notable de la ocasión fue la provisión hecha para festejar a me­dio millón por tres días. Nuestro texto dice: "Y estuvieron allí con David tres días, comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían provisto lo ne­cesario para ellos. Además, los que eran vecinos a ellos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron pan en asnos, y en camellos y en mulos y en bueyes, jun­tamente con vitualla de harina, y panes de higos, y pasas, y vino y aceite y reses mayores y menores en abundancia; porque había gozo en Israel." Esta gran fiesta gozosa no solo nos recuerda la fiesta de sacri­ficio que siguió el pacto del Sinaí (Ex. 24:1-11), sino que prefigura la que fue anunciada en días posterio­res por Isaías. "Y en este monte hará Jehová de los ejércitos, para todas las naciones, un banquete de manjares pingües, banquete de vinos sobre las heces; de manjares pingues de mucho meollo, de vino sobre las heces bien refinados. Y destruirá en este monte la cobertura de las caras, la que cubre todos los pue­blos, y el velo que está tendido sobre todas las nacio­nes. Tragado ha la muerte para siempre; y Jehová el Señor enjugará las lágrimas de todas las caras, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra," Isa. 25:6-8, o aquella fiesta más grande a que se refirió nuestro Salvador cuando dijo acerca de la salvación de las innumerables multitudes de los gen­tiles: "Muchos vendrán del oriente y del occidente, y del norte y del sur, y se reclinarán en la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de Dios."
Todos los auspicios eran felices. Tenían un rey so­bre ellos, no como las que tenían las otras naciones, sino un rey según el mismo corazón de Dios. Todos los derechos, poderes y privilegios de todas las per­sonas interesadas fueron claramente definidos y so­lemnizados por ceremonias imponentes de religión. Aquí Dios había elegido al hombre, la asamblea na­cional lo había ratificado, hubo vínculos de carta y pacto, la presencia y el consentimiento de profeta y sacerdotes, a que puede añadirse en las palabras de nuestro texto. "Y también todo el resto de Israel era de un mismo corazón para hacer rey a David." El plan del reino y su principio son perfectos. Si viene un fracaso en días posteriores, no será por causa del plan.
La Toma de Jerusalén. —El primer acto de David como rey tiende a promover y perpetuar la unión, es­to es, el hacer una capital central, fuerte para la de­fensa y la agresión, y que causara celos triviales. No era-prudente hacer que Hebrón, que era distintamen­te una ciudad de Judá, fuese la capital nacional, ni tampoco Gabaa de Benjamín, donde había reinado Saúl. Debe ser un lugar nuevo que dominara el Ara­ba, el Negeb y la costa del Mediterráneo, y todos los caminos desde el norte al sur y desde el oriente al occidente. Para cumplir con estas condiciones no hu­bo sino un solo lugar, la ciudad cuya ciudadela fue ocupada por los jebuseos; una parte de ella estaba en el territorio señalado a Judá y otra parte en el de Benjamín, pero ni la una, ni la otra había echado a los Jebuseos de la ciudadela que dominaba la ciu­dad.
Memorias del Lugar. —Habla sido la ciudad de Melquisedec, rey de paz y justicia, sacerdote del Altísi­mo, a quien Abraham había pagado los diezmos, y quien era tipo de nuestro Señor, el Hijo de David. Allí también sobre el monte Moria, en el más grande acto típico de los siglos, Abraham vino a ofrecer a Isaac, su muy amado hijo, el hijo de la promesa, y allí, en un tipo de la resurrección de nuestro Señor, fue salvado Isaac. La autoridad de Moisés clamaba todavía, "Echad fuera a esos jebuseos," de modo que David llamó a las armas a la nación unida.
La elección de una capital para una nación com­puesta de habitantes de origen variado y llenos de celos demanda la más alta sabiduría y el más am­plio espíritu de compromiso. Todo estudiante de nues­tra historia nacional se acordará de cuánta perple­jidad causó a nuestros antepasados ponerse de acuer­do acerca del sitio de una capital nacional. Filadelfia, la capital continental, no serviría, ni servirla Anápolis donde Washington volvió su espada al fin de la guerra, ni Nueva York, con su Wall Street, (La Bolsa) donde la presidencia de Washington fue inau­gurada. Un distrito, donado por Virginia y Maryland como una posesión nacional inalienable, resolvió la dificultad, así como aquí Jerusalén, situada en par­te en Judá y en parte en Benjamín, llega a ser la capital, aunque todavía tiene que ser capturada por la fuerza unida de la nación, de modo que todos ten­drían un interés especial. "Por razones semejantes," dice un buen comentador, "que promovían la unión nacional, hemos visto a Víctor Manuel hecho rey de la Italia unida, cambiar su capital, primero de Turín en Lombardía a Florencia en Toscano, y después a Roma, la antigua ciudad imperial." Así ahora David, el más sabio y prudente de los monarcas, se vale del entusiasmo de una nación unida, y la pre­sencia de un gran ejército para conducirlo a asaltar la ciudadela de los jebuseos.
Merecen mencionarse dos incidentes d e aquella gran victoria: (1) el grito despreciativo de los jebuseos, que confiaban en lo inexpugnable de su forta­leza: "Aun cuando defiendan los muros los ciegos y los cojos, él no puede entrar aquí." (2) David ofre­ció premiar al que subiera la pared, con la posición de general en jefe de su ejército, y la ganó su sobrino Joab. Siguiendo la conquista viene la
Conquista Rápida. —Alargó, esforzó y conectó los muros de la ciudad. En verdad habla motivo para apresurarse, puesto que las tempestades de la gue­rra amenazaban de todas partes.
Dos son los resultados que siguen, a la unión de la nación bajo semejante rey, y la conquista y forti­ficación rápidas de semejante capital: (1) Así si­guió David haciéndose más y más fuerte; (2) na­ciones vecinas, estando alarmadas y celosas, se pre­pararon para arrojarse a la guerra sobre él.
Y ahora, antes de examinar las páginas sangrien­tas de estas guerras, conviene hacer dos observacio­nes: (1) En todo el reinado de David, todo acto suyo promueve la unidad nacional que tiene su centro en Jerusalén; (2) Jerusalén desde esta fecha en ade­lante hasta el fin del tiempo y por toda la eternidad será la ciudad principal del mundo, ya en tipo o en ante tipo. Sus vicisitudes en la historia subsiguiente son las más notables en los anales del tiempo. De­bido al trabajo y preparación de David llegó a ser en el tiempo de Salomón el gozo de toda la tierra. Los salmos proclaman su gloria en el culto, y des­pués de su caída expresan el lamento del desterrado: ¡Si me olvidare de ti, oh Jerusalén! olvide mi dies­tra su destreza! Péguese mi lengua a mi paladar, si no me acordare de ti!" Babilonia la capturó, Persia la restauró; Grecia por medio de Alejandro el Gran­de la honró; Antíoco Epifanes, la contaminó; los asmonianos tomaron al Mesías oyó sus hosannas un día y su grito de "Crucifícale" otro día; Roma la destruyó, los sarracenos la capturaron; el turco la tie­ne, y Alemania la codicia. Su desolación ha durado casi dos mil años y durará hasta que entre la pleni­tud de los gentiles. Su mayor gloria es que su tem­plo simboliza las iglesias de Dios vivo, y la ciudad misma simbolizaba la Jerusalén Celestial, que es la madre de todos los santos. (La referencia del autor al deseo de Alemania de adquirir Jerusalén fue es­crita mucho tiempo antes de la Gran Guerra que, vio la alianza entre Alemania y Turquía. Las pala­bras parecen proféticas.-  Editor).

PREGUNTAS:

  1. ¿Cuál  es  el método del  armonista  para  arreglar el texto del reinado de David, del extendiéndose desde la página 108 hasta la 163, inclusive?
  2. ¿Qué característica de la historia misma .se mencio­na?
  3. ¿Cuál  es  el  primer  acontecimiento  notable  de  esta sección?
  4. ¿Qué crédito  se  debe dar a  David  mismo  por  esta consumación?
  5. Compárese el curso cié David respecto a este asunto con el carácter y la política de Felipe II de España.
  6. ¿Qué razones dieron las tribus por su vuelta a Da­vid, y qué relación  tienen estas razones con su  de­fección?
  7. ¿Cuáles son los distintos pasos de esta unión nacio­nal?
  8. ¿Cuáles son las particularidades de la hueste armada que se reunió?
  9. ¿Cuál fue el acto representativo de los ancianos?
  10. ¿Qué se dice del pacto mismo?
  11. ¿Qué se dice de la unción?
  12. ¿Qué se dice de la fiesta de tres días?
  13. ¿Cuál fue el primer acto de David como Rey, que te­nía por fin esforzar y perpetuar la unión nacional?
  14. ¿Qué lugar fue escogido para la capital, y cuales fue­ron sus ventajas, y recuerdos?
  15. ¿Cuáles fueron los incidentes de su captura?
  16. ¿Qué pasos se dieron para fortificarla?
  17. ¿Cuáles son  los dos  resultados  que  siguen natural­mente la unión bajo semejante rey y  en semejante capital?
  18. ¿Cual  era la  posición de  Jerusalén  desde  entonces entre las ciudades riel mundo?
  19. Relátense  algunas  de  .sus  vicisitudes  en  la  historia subsiguiente.



XVIII
LAS GUERRAS DE DAVID

2Sam. 5:17, paralelos, 1Crónicas 14:18; Crónicas 12: 8-15; 2Sam. 5:18, paralelos, 2Sam. 23:13-17; 1Crón. 11:15-19; 1Crón. 14:9; 2Sam. 5:19-21, paralelo, 1Crón. 14:10-12; 2Sam. 5:22-25, paralelo, 1Crón. 14:13-17; 2Sam. 5:11, 12, paralelo, 1Crón. 14:1, 2; 2Sam 8:1, pa­ralelo, 1Crón. 18:1; 2Sam. 21:15-17a; 2Sam. 21:17b; 2Sam. 21:18, paralelo, 1Crón 20:4; 2Sam. 21:19, paralelo, 1Crón. 20.5; 2Saín. 21:20-22, paralelo, 1Crón. 20: 6-8; 2Sam. 10:1-5, paralelo, 1Crón. 19:1-5; 2Sam. 10: 6-14, paralelo, 1Crón. 19:6-15; 2Sam. 10, paralelo, 1Crón. 19; 2Sam. 10:15-19, paralelo, 1Crón. 19:16-18; 2Sam. 8:3, 4, 7, 8, paralelo, 1Rey. 11:(23b), 24a; 1Crón. 18:3, 4, 7, 8; 2Sam. 8:5, 6, paralelo, 1Crón. 18:5, 6; 2Sam. 8:9-11, paralelo, 1Crón. 18:9-11a; 2Sam. 8:13, 14a, paralelo, 1Rey. 11:15-17, (14b), 18; 1Crón. 18:12, 13a; 2Sam. 8: (11d), 12, (11b), 14b, paralelo, 1Crón. 18:11c, 11b, 13b; 2Sam. 23:8, paralelo, 1Crón. 11: 10, 11; 2Sam. 23:9, 10, paralelo, 1Crón. 11:12; 11 2Sam. 23:11, 12, paralelo, 1Crón. 11:13, 14; (2Sam. 23:13-17), paralelo, (1Crón. 11:15-19) 2Sam. 23:18, 19, paralelo, 1Crón. 11: 20, 21; 2Sam. 23:(20a), 20b-23, paralelo, 1Crón. 11: (22a), 22b-25; 2Sam. 23:24-39, paralelo, 1Crón 11:26-47; 2Sam. 8:15-18, paralelo, 1Crón. 18:14-17; 2Sam. 22:1-51.

Nuestro capitulo anterior insinuó que la unión de la nación bajo un rey tal como David, en semejante capital, naturalmente despertarla los celos de todas las naciones paganas en su derredor y las alarmaría. Esta sección comienza así: "Mas cuando oyeron los Filisteos que habían ungido a David por rey sobre todo Israel, todos los Filisteos subieron en busca de David. "
Ya se ha llamado la atención a la necesidad de quebrantar el poder de las naciones paganas vecinas hostiles, si alguna vez la nación judaica ha de cumplir con su misión con otras naciones judaicas. La posición geográfica de Judá, que es la mejor en el mundo para difundir entre las naciones las ideas del reino de Dios si mantenía su pureza nacional y su adhesión a Jehová, también la hacía la posesión más deseable para otros pueblos que tenían ideales muy distintos. Puesto que la salvación del mundo, inclu­yendo las de estas mismas naciones hostiles, depen­día de la perpetuidad y pureza de Israel, estas naciones, por las cuales vinieron la idolatría y la contami­nación, tenían que ser quebrantadas, de aquí, la aparente crueldad y parcialidad de las órdenes da­das por Jehová por medio de Moisés para que destru­yesen a los cananeos completamente, y que evitasen la corrupción de las otras naciones, expresaban su misericordia y bondad para con el mundo.
Las naciones en contra de las cuales David peleó con tanto éxito, hasta donde nuestro texto las men­ciona, fueron los filisteos, los amonitas, los siros de Soba, los siros de Damasco, y los edomitas (o sea idumeos). Antes había herido a los amalecitas del Negeb. Sobre guerras en general merecen notarse las siguientes observaciones.
1. Nunca fue David el agresor.
2. Nunca perdió una batalla.
3. Sus conquistas hicieron llegar el reino a los lí­mites prometidos originalmente a Abraham.
4. Los botines de todas estas guerras, que hacen vacilar la credulidad por su variedad y valor, fueron consagrados a Jehová haciendo así el tesoro más -rico conocido en la historia.
5. Por medio de una alianza sin guerra se aseguró la amistad de Hiram el rey de Tiro, que fue muy valiosa para él y para su hijo Salomón. Puesto que Fenicia, por la flota famosa en todo el mundo dominaba el Mediterráneo con todo su comercio marí­timo, y puesto que David gobernaba las tierras por cuyas vías tenían que pasar las caravanas que llevaban el tráfico a África, Arabia, India, Siria, y Mesopotamia, una alianza amistosa era de valor infinito para ambos. Para estos príncipes comerciantes les era una ventaja incalculable que todo tráfico terres­tre pasase entre los limites de una nación fuerte y amiga antes que tener que arriesgarse entre cien tri­bus irresponsables y rapaces, mientras para que, apar­te del valor de este comercio pacífico, todo el lí­mite occidental de Judá a lo largo de la costa Me­diterránea fue protegido de invasión por mar mientras se mantuviese la amistad con Hiram, rey del mar.
6. Por la sumisión voluntaria de Hamat después de su conquista de Damasco,  dominó  David la famosa "Entrada de Hamat," el único y angosto camino por donde pasaba el tráfico con las naciones alrededor del mar Caspio, de modo que podía llegar a aquellas innumerables hordas tan gráficamente descritas en días posteriores por Ezequiel, el profeta desterrado.
7. Por la conquista de Damasco   dominó  el único camino para caravanas al Eufrates y Mesopotamia, puesto que la línea a   través del desierto al este de las tribus transjordánicas era prácticamente intran­sitable para comerciantes  y  ejércitos  por falta  de agua. Hemos visto que Abraham, emigrando desde Ur de los Caldeos, muy abajo sobre el Eufrates, fue compelido a subir ese río centenares de millas a fin de hallar un camino transitable a la Tierra Santa por la vía de Damasco. En sus días también, Kedorlaomer, en su invasión tuvo que seguir el mismo camino, co­mo veremos hacerlo en invasiones posteriores en el tiempo de Nabucodonosor, que al fin vencieron la Jerusalén de David.
8. Por la conquista de Amnón, Moab y Edom, todo el Araba pasó a sus manos, cortando las invasiones de las hordas árabes así como estorbando una línea de invasión de parte de Egipto. Por la conquista de los  filisteos y amalecitas los otros dos caminos de invasión egipcia fueron cerrados. Si examináis un mapa, veréis que las guerras de David y sus alianzas pacíficas defendían todo limite, al norte, al este, al  sur y al  occidente.
Además de las observaciones generales, y en ver­dad todas las demás, antes de la invención nivelado­ra de la pólvora y otros altos explosivos esto es, mu­cho fue efectuado por campeones individuales de grandes proezas y renombre. David mismo era tan famoso en este respecto como Ricardo Corazón de León, hasta que en un fuerte encuentro, relatado en esta sección, puso en tanto peligro su vida que una demanda pública exigió, con justicia, que dejara los combates individuales a hombres menos necesarios para limitarse al verdadero deber de un general—la dirección de los movimientos del ejército.
El texto recita las proezas especiales de Jasobeam, Eleazar, Samma, Abisai y Benaya, nombre este último que mi padre, yo, y mi hijo mayor hemos llevado. En la misma clase pueden ponerse los diez gaditas cuyos rostros eran como los rostros de leones y quie­nes eran tan ligeros de pies como el venado de la montaña, el menor igual a cien y el más grande igual a mil. Estos cruzaron el Jordán en su más alto cre­cimiento e hirieron a los filisteos en todo su valle, al este y al oeste.
Muy prominentes también como matadores de gi­gantes, fueron Sibecai, Elhanan, y el sobrino de Jonatán. De los otros, que eran todos grandes héroes, no tenemos sino un catálogo de nombres tan famosos en su tiempo como Hércules, Teseo y Aquiles, Ajax Ulises, Horacio, y los caballeros de La Mesa Redon­da del rey Arturo; pero como dice filosóficamente el Sr. Walter Scott en "Ivanhoe" acerca de los gran­des campeones en el torneo de Ashby de la Zouch: "Citando los renglones de un poeta contemporáneo.

'Los Caballeros se han vuelto polvo,
Y  sus afiladas espadas están mohosas,
Y  confiamos en que sus almas estén con los santos.'

Y hace mucho que sus escudos de armas fueron borrados de las paredes de sus castillos; sus mismos castillos no son sino montones de escombros y rui­nas pintorescas; los lugares que antes conocían nunca volverán a conocerlos. Y aun más, muchas razas después de la suya, han muerto y sido olvida­das en la misma tierra que ellos ocuparon con toda la autoridad de propietarios feudales y señores. ¿Qué placer pues, sacaría el lector de saber sus nombres, o los símbolos perecederos de su rango marcial?"
Una hazaña de tres de estos campeones merece vivir siempre en la literatura. Conmueve el corazón por lo natural de su apelación a la memoria de todo hombre acerca de las cosas preciosas del hogar de su juventud. David estaba en su fortaleza, La Cueva de Adullam, cansado y sediento. Se le presenta a la me­moria Betlehem y su niñez: "Y suspiró David y dijo: ¡Quién me diera a beber de las aguas del pozo de Betlehem, que está junto a la puerta!"
El deseo de David de tomar agua de aquel pozo es­tá en armonía con mi propia experiencia cuando ten­go fiebre. Siempre veo cierto manantial en la granja de mi padre saliendo de las rocas cubiertas de mus­go y helechos y llenando un barril hundido. Al lado de él, colgado de un arbusto, está el guaje que, cuan­do saca agua del manantial fresco y límpido, es más agradable a los labios sedientos que las copas de pla­ta y de oro de los reyes; pero cuando tengo la sed de la fiebre nunca puedo arrimar aquel guaje a los la­bios.
Tres de los héroes de David le oyeron expresar su deseo de tomar agua del pozo de Betlehem, y aleján­dose sigilosamente, no cuidándose de que una guar­nición de filisteos estuvieran en Betlehem, se abren paso ellos solos por entre los defensores de la puerta y, tirándoles el enemigo, sacan agua del pozo y, si­guiendo el largo y caluroso camino, traen una va­sija de agua a David. Su corazón se conmovió al ver sus heridas. No podía tornar agua comprada con su sangre, sino que la derramó como una libación a una amistad tan grande y devota.
Algunos otros incidentes de la guerra con Filistia merecen comentarse.
1. Tan grande fue la denota de los filisteos en la primera batalla, donde David, bajo la dirección di­vina, atacó el centro de su ejército, que la escena re­cibió el nombre de "Baal Perazim," esto es, "Lugar de las Brechas." Abriendo su columna por el misino centro, los dispersó en todas direcciones. Hasta de­jaron a sus dioses tras sí para que fuesen quemados por los hombres de David. No debemos admirarnos por el incendio de semejantes dioses, porque la historia nos dice de una nación que comió sus dioses hechos de masa, en un tiempo de hambre. Este acto de divi­dir un ejército por el centro era un método favorito de Napoleón más tarde, y Lee procuró en vano hacer­lo en Gettysburgo.
2. En la segunda gran batalla, siguiendo de nuevo la dirección divina, evitó el centro donde esperaban que atacara como antes y hablan hecho preparativos contra ellos, y rodearon hasta llegar por detrás de ellos ocultados por un espeso bosque de morales, y oyendo un "sonido como de marcha" en estos árbo­les, les hirió de repente y los derrotó completamen­te.
Así Stonewall Jackson, estando sus movimientos ocultos por los árboles de un bosque, marchó e hizo su última y mas grande victoria. Y así hizo aquel ilustre soldado Federico el Grande, pues, oculto por los cerros, derrotó las columnas austriacas y ganó su más grande victoria en Leuthen. El mayor Penn, el gran evangelista laico, predicó su más grande sermón de estas palabras "Darás la vuelta por detrás de ellos," y "Y sucederá que cuando oyeres el sonido como de marcha por las copas de los morales, te darás prisa." Su aplicación fue: (a) Que los grandes pre­dicadores ataquen el centro, como hizo David en Baal-Pereazim. (b) Pero como yo no soy sino un lai­co debo dar la vuelta por detrás de ellos donde no esperan ser atacados, (c) Como la señal del asalto fue el sonido como de marcha por las copas de los morales, que interpretamos como significando el po­der del Espíritu Santo, que nos va adelante, debemos esperar aquel poder, porque sin él indudablemente fracasaremos, (d) Pero sintiéndose ese poder que se dé prisa todo miembro de la iglesia." Sobre este úl­timo punto sus celosas exhortaciones hacen que todo hombre, mujer y niño se dé prisa para ayudar.
3. El tercer incidente de esta guerra fue su clímax. Aprovechó su victoria hasta que "Tomó ei Freno de la Metrópoli" de manos de los   filisteos esto es tomó a Gath y las otras cuatro ciudades, o hijas; que se habían separado de ella. Tomar la brida de un ca­ballo de la mano del que está montado en él, es hacer que ese caballo sirva al nuevo amo, de modo que Gath, y sus hijas dieron tributo a David y le sirvie­ron—lo cual era experiencia muy nueva para los fi­listeos.
4. El resultado de estas grandes hazañas se expresa así: "Y extendióse la fama de David por todas aque­llas tierras; e impuso Jehová el temor de David so­bre todas aquellas naciones."
La ocasión de su próxima guerra, la que sostuvo con Amnón, fue notable. Nahash, el rey de Amnón, tenia relaciones muy amistosas con David. La verdad es que puede ser que fuese el padre de Amasa, hijo de una hermana de David, Abigail. De todos modos, las relaciones entre ellos habían sido muy agrada­bles, de modo que cuando murió Nahash, David, por la bondad de su corazón, y porque se acordaba siempre de las cortesías que le habían sido mostradas, envió una embajada amistosa a Hanun, hijo de Nahasli; pero los príncipes de Amnón dijeron al joven rey,"¿Supones tú que el amor para con tu padre mo­vió a David a enviar a estos hombres? Los envió para registrar la tierra para que pueda hacer guerra con éxito contra nosotros." Esta mala sugestión condujo al joven rey a hacer una cosa muy insensata, un acto que violó toda la política internacional. Prendió a es-^ tos embajadores y los sometió a la mayor indignidad. Hizo rapar sus venerables barbas. No sé si esto quiere decir que cortó la mitad de la barba o si nada más rapó un lado de su cara. Y también cortó las largas vestiduras de su dignidad de modo que no llegaran sino hasta las caderas, y los envió así a su patria. No podría haber peor mortificación que la de ellos. Al­guien lo dijo a David y él les envió este mensaje: "Deteneos en Jericó hasta que os crezca la barba, y después volveréis."
Un diácono de la primera iglesia de Waco, cuando yo era su pastor, siempre que un joven miembro de la iglesia proponía alguna ¡novación en las costum­bres de la iglesia, se levantaba a su mayor altura—era bastante alto—y extendiendo su largo brazo y seña­lando al joven le decía, "Mi joven hermano, harías bien en quedarte en Jericó hasta que crezca tu bar­ba." El joven hermano siempre quedaba muy corta­do, y solía yo exhortar al diácono acerca de su ma­nera ruda de reprender a miembros que fueran jó­venes o ancianos, y que tenían igual derecho que_ él para hablar en la conferencia.
Habiendo practicado este ultraje imperdonable en los embajadores amistosos, los amonitas saben que tendrán que pelear, puesto que se han hecho odiosos a David, por esto colectan una suma enorme de di­nero, mil talentos de plata, y toman a sueldo 33,000 hombres de Siria—las distintas ramas de los siros. Algunos de ellos eran soldados de caballería del otro lado del Eufrates, algunos de Tob, algunos de Maaca, y los demás eran de Soba. David envía a Joab y su gran ejército de veteranos para que peleen con ellos. Los amonitas se quedan en Raba, su ciudad fortifi­cada, y al acercarse el ejército de Joab, 33,000 siros vienen detrás de ellos. Joab ve que tiene que dar ba­talla por el frente y por detrás, por lo cual divide su ejército y toma a sus hombres escogidos para atacar a los siros, y manda a Abisai, su hermano, que ataque a los amonitas cuando salen de su ciudad para ata­car el frente. Joab dice a su hermano, "Si los siros son demasiado fuertes para mí, tú me ayudarás, y si los amonitas son demasiado fuertes para ti, entonces yo vendré a ayudarte a ti," y así pelean por ambas direcciones y con tremendo éxito. Joab destruye a los siros, y Abisai hace retirar a los amonitas a los mu­ros de la ciudad.
La victoria conduce a otra guerra. Cuando los si­ros supieron de la derrota del ejército que habían enviado para ayudar a Amnón, volvieron a enviar al otro lado del Eufrates pidiendo refuerzo y moviliza­ron un gran ejército de su propio país para pelear contra David. David trabó una batalla con ellos y los derrotó completamente, y habiendo acabado con los siros, a la vuelta de la estación para hacer guerra, envió a Joab con un gran ejército para poner sitio a la ciudad de Raba, la capital de los amonitas. Joab los sitia y cuando ve que están para rendirse manda llamar a David para que venga a aceptar su rendi­miento y David puso la corona del rey de Amnón sobre su propia cabeza. Entonces habiendo destruido a los amonitas, marcha en contra de sus aliados, me­ridionales, los moabitas, y los vence. Aprovechándose de esta victoria conduce su ejército contra Edom, y conquista todo aquel país. Esta guerra duro seis me­ses. Ganó una gran victoria sobre los idumeos y por Abisai, su general, 18 mil de los idumeos fueron muer­tos. El heredero del rey escapó con grande dificultad a Egipto, y fue abrigado allí. Joab se quedó seis meses para enterrar a los muertos y recoger el botín. Así termina este período de conquista.
El texto dice en conclusión, quiénes eran los oficia­les administrativos durante este período. Lo hallaréis en la página 122 de la Armonía. Joab estaba sobre el ejército, y Josafat era cronista, Sadoc y Abimelec eran sacerdotes, Savsa era secretario y Benaya man­daba a los Kereteos y los Péleteos, y los hijos de Da­vid, los mayores estaban al lado del rey.
Estas grandes victorias se celebran por el magní­fico cántico de agradecimiento, que necesita anali­zarse especialmente y que es transferido al Salterio como el Salmo 18.
A fin de que tengan un relato conectado de estas guerras, la consideración de tres períodos se aplaza para el capitulo siguiente:
1. El gran pecado de David, con sus tremendas con­secuencias, 2Sam. 11:2-12:24.
2. El castigo que dio a los amonitas después de la caída de Raba, 2Sam. 12:31 y 1Crón. 20:3.
3. Su conducta para con los moabitas, 2Sam. 8:2.

PREGUNTAS.

  1. ¿Qué necesidad había de quebrantar el poder de las naciones hostiles dentro de Judá y alrededor de ella?
  1. 2. Muéstrese   por  qué  la  posición   geográfica  de  Judá era favorable para su misión de leudar a todas las naciones con las ideas del reino de Dios, y por qué Judá era una posesión deseable para aquellas nacio­nes.
  2. ¿Qué acontecimiento trujo sobre David un diluvio de guerra?
  3. Según la historia, ¿con qué naciones hizo guerras ven­turosas?
  4. ¿Cuáles son las cuatro observaciones Generales que se hacen sobre estas guerras?
  5. ¿Qué rasgo especial las caracterizaba a ella y a todas las demás guerras antiguas, y qué invenciones mo­dernas han librado la guerra ahora do estos rasgos?
  6. Cítense los nombres de algunos de los campeones de David y relátense algunas de sus proezas.
  7. ¿Qué pensamientos  filosóficos expresa el Sr. Walter Scott en "Ivanhoe," acerca del pronto olvido que so­breviene a los grandes campeones?
  8. Cítese una hazaña que merece vivir en la literatura y decid por qué.
  9. Cítense las características notables de la batalla de Baal-Perazim.
  10. 11. Nómbrense las batallas decisivas que siguieron, y den­se   ilustraciones  históricas  de  los  distintos  métodos de ataque en aquellas dos batallas.
  11. Dése el texto y el bosquejo del sermón del mayor Penn sobre algunas palabras que describen estas batallas
  12. 13. Explíquese la expresión "Tomo la brida de la Metró­poli de mano de los   filisteos."
  13. ¿Cual fue el resultado de estas grandes proezas.
  14. Recítense la ocasión de la guerra con Amnón y sus resultados, y descríbase su primera batalla.
  15. Nárrense brevemente las guerras con Siria, Moab y Edom
  16. Con un mapa delante muéstrese cómo por medio de estas guerras y alianzas David   protegió todos sus límites.
  17. ¿Como conmemoró sus victorias''
  18. ¿Como las celebro?
  19. ¿A que otro libro fue transferido su canto de agrade­cimiento, y que numero lleva allí?



XIX
TRES SUCESOS OBSCUROS EN LA CARRERA DE DAVID
2Sam. 11 1-12 25; 12 31 y 1Crón. 20:3; 2Sam. 8 2;

En la discusión precedente se omitieron tres acon­tecimientos obscuros de la carrera de David, primero, porque parecía mejor relatar en una conexión no in­terrumpida la historia de sus guerras venturosas, ha­ciendo extendiese su reino a sus límites prometidos y llenando el mundo con su fama; segundo, porque los tres acontecimientos necesitan tratarse detenida­mente.
Verdaderamente las guerras le trajeron gran gloria, porque "El Señor le dio victoria;" "Porque fue levantado en alto su reino, por amor de Israel su pue­blo;" "Y David ganó para si nombradla;" según la promesa graciosa de Jehová, "Y voy a hacerte nom­bre, como nombre de los grandes que ha habido en la tierra." En verdad al fin de estas guerras el suyo fue el nombre mas ilustre en la tierra y su reino el más grande.
Es cosa triste dar a esta gloria luminosa un fondo de horrible negrura. Pero la fidelidad a la verdad y el valor de la lección para todas las edades, exige que metamos la brocha que pinta el fondo en los colores más sombríos. Es una característica de los grandes pintores lisonjear con su pincel, y solo Cromwell ha dicho al que hacía su retrato, "Píntame como soy, no omitas, ni una cicatriz, ni un defecto." Lo que era la excepción para Cromwell era el hábito de la ins­piración. No describe sino un solo hombre perfecto e ideal. No se permite ningún culto de héroes. La bo­rrachera de Noe, la mezquindad y la duplicidad de Jacob, el becerro de oro de Aarón, las palabras im­prudentes de Moisés, la desesperación de Elías, las mentiras y los juramentos de Pedro, el espíritu ven­gativo del amado Juan, el horrendo pecado de David, "El hombre según el mismo corazón de Dios," todos estos tienen que aparecer en las pinturas cuando el Espíritu Santo es el pintor.
Acerca de los mejores hombres, cuando se consi­deran a la luz de la infinita santidad, tenemos que decir con el salmista, "A toda perfección humana he visto fin, pero tu mandamiento es sobremanera an­cho."
Los tres episodios obscuros de la carrera belicosa de David que hemos hecho el tema de este capitulo, son: (1) El gran pecado de David con respecto a Batseba y Urías. (2) El trato que dio a los cautivos Amo­nitas. (3) El trato que dio a sus cautivos Moabitas.
Los tres se presentan en una sola vista porque es probable que el segundo, si no el tercero, resultaran de una conciencia hecha obtusa por el primero. No nos es necesario considerar los detalles repugnantes, puesto que tenéis delante la historia, sino que consi­deraremos la historia solamente a la luz de su valor práctico, puesto que fue narrada para nuestra "amo­nestación."
Por lo que toca al primer y más grande pecado, ha dado origen a una literatura voluminosa. En el "Comentario del Pulpito" solamente hay más de cin­cuenta páginas de homilías condensadas, y en el "Treasury of David" de Spurgeon hay mucho más, pero tal vez hallaréis el mejor trato homilético y fi­losófico en "David, Rey de Israel" de Taylor. El bos­quejo de su discusión es como sigue: (1) Los precur­sores del pecado. (2) Sus agravantes. (3) El arrepen­timiento manifestado. (4) El perdón recibido. (5) Las consecuencias resultantes.
Después de todo, sin embargo, lo que revela más las experiencias de su corazón se halla en sus propios cánticos de convicción, arrepentimiento y perdón en el siguiente orden: Salmos 38, 6, 51, 32.
Tomando algo del orden y trato del asunto de Taylor presentamos este bosquejo:
I. Los precursores del pecado de David. —El pecado tiene un génesis y su desarrollo. No salva la vida, como Minerva, en su pleno desarrollo. Santiago, el hermano de Nuestro Señor, manifiesta el caso así: "No diga nadie cuando es tentado: ¡Tentado soy por parte de Dios! Porque Dios no puede ser tentado de cosas malas, ni el tienta a nadie; sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, cuando es arrastrado y halagado por ella. Entonces la concu­piscencia, habiendo concebido por el pecado; y el pe­cado cuando ha llegado a su colmo, da a luz la muerte." Santiago 1:13-15. ¿Cuáles pues, .son los antece­dentes explicativos del pecado?
1. Desde que fue coronado en Hebrón había gozado de un largo curso de prosperidad no interrumpida. Antes de ese suceso había sido "Trasegado de vasija en vasija" y por eso no había "descansado sobre sus heces," pero ahora, por no sufrir cambios llega a ser demasiado confiado, menos vigilante y dado a ora­ción.
2. Hasta el tiempo de su pecado había estado muy ocupado, conduciendo su ejército y participando en to­das sus privaciones y peligros, pero ahora, mientras Joab conduce el ejército contra Raba, "David se que­da en Jerusalén." Mientras sus soldados duermen en la noche en las tiendas de campaña, David se le­vanta de su cama lujosa de día para ver a Batseba en la tarde. ¡Cuan severa no sería la reprensión en las palabras de Urías:
"Y Urías respondió a David: El arca, e Israel y Judá están debajo de enramadas; y mi señor Joab, con los siervos de mi señor, estar acampados al raso. ¿Y por ventura había yo de irme a mi casa, para co­mer y beber y acostarme con mi mujer? ¡Por tu vida, por la vida de tu alma, que no haré tal cosa!" 2Sam. 11:11. Bien se ha dicho, "Que si Satanás tien­ta a los hombres ocupados, los hombres ociosos y lu­josos tientan a Satanás."
3. Se había preparado para una caída en el punto mas débil de su caracú r por la poligamia y el con­cubinato, los cuales, aunque fueron tolerados bajo restricciones por la Ley Mosaica, fueron expresamen­te prohibidos para los reyes: "Ni tampoco ha de mul­tiplicar para sí mujeres," siendo' esta la prohibición mosaica de la carta del remo, Deut. 17:17. El sen­sualismo es el pecado de los reyes orientales.
4. El sentido de la irresponsabilidad a la ley moral se introduce insidiosamente en las mentes de los ri­cos y poderosos y socialmente distinguidos. Los mi­llonarios, los grandes "cuatrocientos"— ¿qué les apro­vechan sus riquezas y poder si no están exentos de las obligaciones del séptimo mandamiento? Que sean los pobres virtuosos. El rey no puede obrar mal. Para to­das estas personas esta lección es dura: "Dios no ha­ce acepción de personas."
5. En tiempos de guerra, las pasiones humanas an­dan desenfrenadas.
6. Siempre hay personas listas para servir la vo­luntad de los grandes mientras la alta sociedad, siem­pre obsequiosa, disculpa y condona sus ofensas.
7. En semejantes coyunturas siempre viene una oportunidad como una chispa de fuego en un alma­cén de pólvora; millones de personas igualmente sensuales no han pecado sencillamente porque no halla oportunidad, ninguna conjunción favorable de circunstancias.
8. El pecado y sus agravantes. —El pecado, con toda su progenie fue primeramente un pecado contra Dios pero fue el adulterio para Batseba, ingratitud, duplicidad y asesinato y asesinato para con Urías, complicidad en crimen con sus siervos, un pecado en contra de sí mismo y de su familia.
1.  Fu un pecado presuntuoso contra Jehová, pa­gando sus favores con ingratitud e  insultando  su santidad, y  retando  desvergonzadamente su  omni­potencia, y omnipresencia.
2. Fue una violación del solemne voto de su coronación en Hebrón como se expresa en su propio sal­mo que usaría su oficio real para acabar con ofen­sas, y no para gratificarle así mismo con ellas.
3. A causa de su posición  tan exaltada como rey sobre el pueblo de Dios, hizo que los enemigos de la verdad blasfemaran entonces y hasta la actualidad. Fue un escándalo en el sentido etimológico de la palabra, una piedra de tropiezo sobre la cual han caí­do todos los tiempos. Un escritor inspirado ha dicho: "Los sacerdotes se ceban en el pecado de mi pueblo "Como cuervos que se reúnen; sobre los cadáveres, co­men y baten las alas cuando peca un cristiano.
4. Sirvió entonces, como ahora una excusa para que hombres peores y más insignificantes repitan la ofensa o disculpen otras ofensas.
5. Pone su reputación en manos de los siervos em­pleados en la transacción, y abre el camino para que Joab, el instrumento sin escrúpulos, exija lo que quie­ra, de modo que en verdad, desde ahora "Los lujos de Sarvia le serán demasiado duros." El que llame en su ayuda a  turcos y  húngaros y tártaros tendrá después que sufrir de sus aliados.
6. Fue un pecado contra la amistad devota de sus valientes campeones, Unas el heteo, y su compañe­ro, el padre de Batseba que por muchos años de pe­ligros y persecuciones había sido su baluarte.
La bajeza del subterfugio en enviar llamar a Urías para que la ofensa le fuese oculta haciéndole un ma­rido "cornudo" e inconsciente, la hipocresía de en­viarle viandas escogidas y los medios de emborra­charlo con el mismo fin y la crueldad refinada de hacerle llevar la carta que contiene su condenación a muerte, la provisión deliberada para que otros mueran con él cuando estén expuestos al peligro, la or­den de que se retiren de él y de ellos para que mue­ran, y el atribuir mentirosamente tal muerte a las vicisitudes de la guerra, no tienen igual en la his­toria de los crímenes Una leyenda clásica habla de una carta semejante llevada por Bellerophon, dando origen al proverbio, "Cuídate de las cartas Bellerophónicas."
III. El Pecado de la Conciencia. —No hemos de su­poner que David no haya sido reprendido de su con­ciencia por todo un año hasta que fuese reprendido por Natán. Los salmos 38 y 6 indican lo contrario. Aunque su crimen era ostensiblemente un secreto, podéis estar seguros de que era un secreto abierto que perjudicó mucho la reputación del rey, de lo cual él era evidentemente consciente. Conocido de Joab y sus domésticos, seria murmurado en oídos de muchos, y llevado de casa en casa. Naturalmente sus enemigos se aprovecharían de él. La mirada furtiva, el enco­gimiento de hombros, y muchos rumores alados lo llevarían por todas partes. Aun en la casa de Dios, donde no dejaba de ir para el culto formal, los que lo conocían harían señales y comentarios bajo el más tenue velo de confianza.
IV. Jehová habla al fin, Natán y David. —Sea cual fuere el concepto de David de su pecado, o el juicio del hombre, la historia dice, "Empero esto que había hecho David fue malo a los ojos de Jehová." Jeho­vá, pues, envió a Natán a David." Cuatro cosas aquí hacen impresión en la mente:
1. El juicio de Dios sobre la conducta humana es de más importancia que el juicio humano. Es la cosa principal. Podemos soportar el juicio adverso de los hombres con tal que Dios apruebe la cosa condena­da;  pero no podemos resistir la desaprobación  del santo.
2. La fidelidad de los profetas como mensajeros de Dios. No se disculpan, ni suavizan sus palabras, ni tienen acepción de personas. .Hablan a un rey como a un aldeano—a un rico como a un limosnero.
3. El método del profeta al hacer a David pronun­ciar juicio contra si mismo es una parábola inimitable que ha encantado al mundo por su sencillez, breve­dad, por lo patético y su aplicación directa.
4. Su aplicación viene como un relámpago: "¡Tú eres aquel hombre!" Al momento el pecado está des­cubierto, y el juicio sigue al juicio como los terribles golpes de un martillo, así: (a) "La Espada Nunca se apartará de tu casa." (b) "Yo levantaré el mal con­tra ti de en medio de tu misma familia." (c) "Lo que tú has hecho en secreto en contra de otro, será he­cho contra ti abiertamente."
V. La Confesión de David. —Es instantánea: "He pecado contra el Señor." No hay ardid, ni subterfu­gio, ni evasión ni defensa. Su confesión es como la del publicano, estando en pie allá lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo; sino que se daba golpes de pecho, diciendo: "¡Dios, ten misericordia de mí, pe­cador!" El profeta inspirado sabía que su arrepenti­miento era  genuino,  y  anunció  el  perdón  para  el mundo venidero, pero el castigo en este mundo, ex­plicando así aquellas palabras de Jesús en tiempos postreros, acerca de otro pecado más grande que es eterno, que no tiene perdón ni en este mundo ni en el mundo venidero.
VI. Los Castigos del Tiempo. —(1) La muerte del niño concebido en pecado. (2) Siguiendo el mal ejem­plo de su padre, Amnón asalta a su hermana Tamar. (3) Siguiendo el ejemplo del padre y con mu­cha más justicia Absalón asesina a Amnón. (4) Ya suelto el diablo, Absalón se rebela contra su padre. (5) No habiendo ya freno, Absalón  degrada a las concubinas de David, y esto, por el consejo de Ahithophel, el abuelo de  Batseba que evidentemente resiente la vergüenza  arrojada sobre su nieta. (G) Joab  impacientemente asesina a Absalón violando así abiertamente las órdenes del padre, exigiendo así compensación por su complicidad en el pecado de David. (7) La rebelión de Adonías animado por Joab y su muerte. Tal es la larga serie de consecuencias de un solo pecado.
VII. La Sinceridad del Arrepentimiento de David. — Es probado por su humildad, sumisión y esperanza en la muerte del niño. La historia es muy patética. "Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había pa­rido a David, de modo que enfermó de muerte." El niño fue muy amado, pero tenía que morir por el pecado del padre. Esto lo sintió David hondamente: "Este niño está muriendo por mi pecado." No es de extrañarse que ayunara y llorara, mientras todavía vivía y podría salvarse! La muerte no es sino la del cuerpo y es solamente de este mundo. Vive salvo y feliz en aquel mundo mejor: "Yo iré a él, mas él no volverá a mí."
En todas las edades las doctrinas de este versículo han iluminado casas de luto. "Yo iré a él."
En un momento destruye toda esperanza de vi­sitas de los muertos, y al mismo tiempo infunde la esperanza de visitar a los muertos, acompañada de todos los goces de reconocimiento y reunión.
Este es con mucho el más liviano de los castigos de David. No hay esperanza de reunión cuando mue­ren Amnón y Absalón y Adonías. La separación en el caso de ellos es eterna. Es muy impresivo, pues, el contraste entre el lamento sobre este niño, y el la­mento sin esperanza sobre Absalón. ¡Qué buen te­ma para un sermón!
Pero la sinceridad de su arrepentimiento tiene su mayor prueba en sus salmos. Aunque el 38 y el 6 ex­presan más el poder de la convicción del pecado, el salmo 51 ha sido mirado a través de los siglos, como la expresión más vivida de contrición y arrepenti­miento. Dos incidentes que prueban mi sinceridad y arrepentimiento genuino citados por Taylor merecen repetirse:
1. El testimonio de Carlyle, el aborrecedor de to­das las hipocresías en sus conferencias sobre "El Hé­roe como Profeta," dice:
"La mayor de las faltas, me parece ser, el no re­conocer ninguna. Pensaría uno que los lectores de la Biblia al menos debían saber mejor. ¿Quién es allí llamado el hombre de Dios según el corazón de Dios? David, el rey hebreo, había caído en bastantes pe­cados, en crímenes de los más negros; nunca faltaban los pecados. Y por esto los incrédulos se burlan y preguntan:'¿Es este vuestro hombre según el corazón de Dios?' La burla me parece de poco valor. ¿Qué son las faltas? ¿Qué valor tienen los detalles exteriores de la vida, si el secreto interior de ella—el remordi­miento, la tentación, por cierto con frecuencia, ven­cida, la lucha inacabable de ella—se ha olvidado? 'No es del hombre que anda dirigiendo sus mismos pa­sos.' De todos los actos, ¿no es el arrepentimiento el más divino del hombre? El pecado más fatal, diría yo, sería esa misma idea de no tener pecado. Eso es la muerte. El corazón que tiene esta idea está divor­ciado de la sinceridad, la humildad, y en verdad, es la muerte. Es puro, así como la arena, muerta y seca, está pura. La vida y la historia de David, son escri­tas para nosotros en aquellos salmos suyos, que me parecen ser los símbolos más verdaderos que se han dado del progreso moral de un hombre y su lucha aquí abajo. Todas las almas serias descubrirán siem­pre en él, la lucha leal de un alma fiel hacia lo que es lo mejor. Lucha con frecuencia vencida, abatida hasta la completa ruina, y sin embargo, siendo una lucha eterna; siempre con lágrimas, arrepentimien­to, un propósito verdadero e invencible comienza de nuevo. ¡Pobre naturaleza humana! ¿No es el andar del hombre en verdad siempre una sucesión de caí­das? El hombre no puede ser de otro modo. En este extraño elemento de una vida tiene que luchar pa­ra subir: Ahora caldo, ahora abatido; y siempre con Lágrimas, arrepentimiento, y corazón sangrante, tiene que volver a levantarse, luchar de nuevo, seguir ade­lante. El que su lucha sea fiel e invencible—esta es la cuestión de las cuestiones."
2. El efecto del Salmo 51 sobre Voltaire cuando lo leyó con el propósito de ridiculizarlo. El Dr. Leander Van Ess, afirma como un hecho indubitable que Vol­taire procuró una vez ridiculizar este salmo, y ¿cual fue el resultado? Mientras lo leía cuidadosamente, para familiarizarse con los sentimientos que pensa­ba ridicularizar, llegó a ponerse tan oprimido y abru­mado por su tono de solemne devoción, que arrojó su pluma y cayó casi insensible sobre su cama, en una agonía de remordimiento.
Pero si el Salmo 51 es la más alta expresión del arrepentimiento, el Salmo 32 es la expresión mo­delo del gozo del perdón:

"Bienaventurado   aquel cuya trasgresión ha sido perdonada
Y cubierto su pecado! ¡Bienaventurado  el hom­bre
a quien Jehová no imputa la iniquidad!"

Véase el uso que hace Pablo de este Salmo en su gran argumento sobre la justificación por la fe.
Aplicando esta experiencia de David aprendemos otras lecciones serias:
1. La pluma que escribe la carta llevada por Urías tiene también que escribir el Salmo 51.
2. Es fácil caer, pero difícil volver a levantarse— un pensamiento muy vigorosamente expresado por Virgilio y menos vigorosamente traducido por Dry-den:

"Las puertas del Infierno están abiertas de día y de noche; El descenso es suave, y fácil el camino; Pero volver y mirar el alegre cielo, En esto consiste la tarea y el duro trabajo." "Un pecado provoca a otro; El asesinato está tan cercano a la concupiscencia. Como lo está la lumbre al humo."

3. El poder endurecedor del pecado. Petrifica el sentido y la ternura espirituales.
4. Tarde o temprano todos los atenuantes iraca-* san, y llega a ser imposible echar la culpa sobre Dios o la casualidad o las circunstancias. Al fin al­guno confronta el alma, desnuda y señalándola con un dedo acusador le dice: "Tú eres el hombre."
Edgar Allan Poe, ha usado con efecto dramático las palabras de Natán, "Tu Eres el Hombre," en una de sus novelas detectivescas. A fin de forzar una con­fesión, pone el cadáver del asesinado en un barril pa­ra vino, arreglado sobre resortes de tal modo que cuando la tapadera sea levantada por el asesino, el cadáver se siente, y le señale con el dedo, mientras un ventrílocuo haga que los labios muertos digan, "Tú eres el hombre."
Se ha supuesto con bastante probabilidad que exis­te una conexión entre el gran pecado de David, por el endurecimiento de su corazón todavía impeniten­te y
VIII. El Trato que dio a los amonitas vencidos, 2Sam. 12:31 y 1Crón. 20:3. —Puesto que este asunto reclama ser considerado particular y honra­damente, en primer lugar examinemos el texto en-las tres versiones inglesas. La American Standard Re­visión traduce así los dos párrafos: "Sacó también el pueblo que halló en ella, y los hizo poner bajo sierras, y bajo triíllos de hierro, y bajo hachas de hierro, y los hizo pasar por los hornos de ladrillos; y así lo hizo con todas las ciudades de los hijos de Amnón. Y David y todo el pueblo volvió a Jerusalén." 2Sam. 12:31. "Sacó también el pueblo que habla en ella, y los cortó con sierra, y con triíllos de hierro, y con hachas: asi hizo David con todas las ciudades de los hijos de Amnón. Luego volvió Da­vid y toda la gente a Jerusalén." 1Crón. 20:3. En la margen se halla "A" en lugar de "bajo" y añade "¿O con un cambio ligero en el texto hebreo, y 'los hizo trabajar con sierras, etc.?' "
La versión judaica inglesa de Lesser copia los dos pasajes de la revisión americana. La versión in­glesa de Douay de los romanistas traduce así 2Sam. 12:31: "Y sacando el pueblo de ella, los aserró, y pasó sobre ellas carros armados con fierros y los dividió con cuchillos, y los hizo pasar por hornos: así hizo a todos los hijos de Amnón. Y David volvió con toda su gente a Jerusalén." 1Crón. 20:3: "Y al pueblo que estuvo en ellas los sacó fuera; e hizo pa­sar sobre ellos triíllos, y trineos, y carros de hierro, de modo que fueron cortados y hechos pedazos. En esta manera trató David todas las ciudades de los hijos de Amnón; y volvió con toda su gente a Jerusalén."
Teniendo así delante los textos la primera pregun­ta es: ¿Qué significan estos textos exactamente inter­pretados? ¿Significan únicamente, como insinúa el margen de la Revisión Americana, que David escla­vizó sus cautivos haciéndoles trabajar con sierras, trillos y hachas, y haciéndolos fabricar ladrillos, o, que los torturó partiéndolos en medio, pasando so­bre ellos con triíllos de dientes de hierro, haciéndolos pedazos en máquinas de trillar cortándolos con ha­chas, cociéndolos vivos en hornos? ¿Qué dicen los comentadores? Josefo, adoptando la interpretación de tortura, dice: "Los atormentó y los destruyó."
El comentario en la versión Romana sobre 2Sam. 12:31 es "Aserró"—Heb. "Los puso bajo sierras arrolladoras de hierro, y bajo cuchillos, etc." Los ju­díos dicen que Isaías fue muerto siendo aserrado; ¿a qué castigo hace alusión Pablo,  Heb.  11:37?  "Hornos, de Ladrillo." Daniel y sus compañeros fueron echados en hornos ardientes. Dan. 3:6-12, Esther 13: 7. Alguien culpa a Joab por este trato que parece de­masiado cruel. Pero aunque era bárbaro y vengativo, no debemos condenarle en esta ocasión, más que a su señor; como no debemos juzgar los tiempos an­teriores por nuestras propias maneras. Entonces se hacía la guerra con gran crueldad. Con estos están substancialmente de acuerdo, Kirkpatrick en la Biblia do Cambridge, Blakie en la Biblia de los Exposito­res, "The Speaki'is Comentary," "El Comentario del Pulpito," Jamison, Faucett y Brown, Geikie y otros muchos.
Al contrario, Murphy, comentando 1Crón. 20: 3, y siguiendo la idea del margen de la American Standard Revisión, dice: "Puesto que las sierras, los triíllos, y hachas o guadañas, no son instrumentos de tortura o de ejecución, es claro que David no los 'cor­tara,' sino que los forzó a 'hacer' trabajos duros co­mo esclavos con instrumentos de agricultura o en hacer ladrillos, como se agrega en Samuel. El verbo 'cortar' no se usa en ninguna otra parte con este sentido, sino en el de regir, y por eso de emplear en labores forzosas." Ni está él solo. Pues muchas auto­ridades de ambos lados podían añadirse. Pero estos bastan para ponerse delante el caso. Para mitigar el argumento a favor de la "tortura" puede considerar­se el siguiente argumento: David estuvo bajo la Ley Mosaica. La ley se relaciona con dos puntos:
1. La ley de guerra aplicable a ciudades captura­das, Deut. 20:10-14: "Cuando te acercares a alguna ciudad para pelear contra ella le ofrecerás la paz. Y sucederá que si te respondiere pacíficamente, y te abriere sus puertas, todo el pueblo que se hallare den­tro será tributario tuyo y te servirá. Más si no qui­siere tener paz contigo, sino que te hiciere guerra, en­tonces le pondrás sitio, y al entregarla Jehová tu Dios en tu mano, herirás a  todo  varón de aquella ciudad a filo de espada. Pero las mujeres y los niños, y las bestias, con todo lo que hubiere dentro de la ciudad, todo el despojo de ella, lo saquearás para ti; y comerás del despojo de tus enemigos que te haya entregado Jehová tu Dios."
2. La Lex-talioiiis, o Ley de desquite, esto es, "Ojo por ojo, y diente por diente, etc." Bajo la primera ley una ciudad tomada a asalto fue dedicada a des­trucción, cuya costumbre desafortunadamente pre­valece en las guerras modernas. Bajo la segunda ley, los males practicados en otros fueron castigados de la misma manera. Véase el caso de Adoni-besek, Jueces 1:5-7. Aplicando esta segunda ley, las cruel­dades hechas a los amonitas, bajo la "interpreta­ción de tortura" en nuestros pasajes, eran practica­das por ellos contra otros entonces y más tarde. Véa­se Amos 1:13. Hicieron pasar a sus propios niños por el fuego a Moloch; de aquí pues, el desquite del hor­no.
El peso de la autoridad parece favorecer la inter­pretación de la "tortura," y sin embargo, con cuán­ta facilidad vuelve la mente compasiva a la inter­pretación de Murphy. Si esta interpretación de "tor­tura" es verdadera (y tenemos que considerarla du­dosa) entonces no debemos expresar demasiado ho­rror por la tortura de cautivos de parte de salvajes norteamericanos, y debemos regocijarnos por la ve­nida de Uno que en su Sermón sobre el Monte nos da algo más alto y mejor que la lex-talionis.
En el caso de los prisioneros moabitas mandados a acostarse para ser medidos en bulto con un cordón, para que la tercera parte viviera y las dos terceras partes fuesen muertas, hallamos algo más misericor­dioso que el trato de los amonitas, pero es bastante repugnante en el método matemático y por mayor de escoger por suerte a los que habían de vivir.
Nos impresiona más favorablemente el escoger a los prisioneros de Mier por medio de frijoles negros y blancos. El resumen de la verdad es que la guerra en cualquier edad, ahora así como entonces, es el "infierno." Los métodos de reconstrucción practica­dos forzosamente en el sur después de la guerra entre los Estados sobrepujan, en la amargura de su prolon­gada angustia a todas las torturas inmediatas de sierra, trillo, hacha y horno de ladrillos inflingidos sobre los amonitas. Ningún lenguaje puede describir la altura, la profundidad, la largura y la anchura de los horrores de la reconstrucción; no fue una agonía pasajera como la de ser partido con una sierra, o quemado en un horno de ladrillos, sino que fue el acto deliberado de pasar el trillo de acá para allá sobre el Sur durante 25 años, estando todo diente del trillo, ojo por el fuego, hasta que todo el país trillado sólo pudo expresar sus pesares desesperados en los la­mentos de Jeremías:
"¿Acaso nada os importa todos los que me pasáis de largo? ¡Mirad, y ved, si hay dolor como el dolor mío!"
El sur postrado no fue medido por ningún cordel, para que una parte fuese perdonada, sino que había una vasta humillación que se extendía desde Vir­ginia hasta Texas.
Si Jehová envió castigo merecido sobre Nabucodonosor, el hacha malvada de su venganza, por el espíritu con que esta desolación fue inflingida sobre la Jerusalén pecaminosa y la complacencia egoísta del hecho, así a su propia manera algún día visitará su ira sobre la tierra de aquellos que no tuvieron com­pasión del sur desolado.
Los judíos acostumbran disculpar la ingratitud aparente de David por la bondad mostrada por Moab en otros días para con su padre y madre, y su apa­rente falta de respeto de los vínculos de parentesco por Ruth, alegando que Moab mató a sus padres cuando fueron confiados a su hospitalidad. De esto, no hay evidencia histórica. Se halla otra mejor ra­zón en el hecho de que Moab se unió en la conspira­ción de Amnón, Siria y Edom para destruir a David y su reino.

PREGUNTAS.

  1. ¿Cítense los pasajes que muestran que las guerras de David acabaron gloriosamente.
  2. ¿Qué dijo Cromwell al que pintaba su retrato?
  3. ¿Cuál es siempre el carácter de los retratos pintados por inspiración?
  4. ¿Cuales son los tres grandes pecados que obscurecen esta parte de la carrera de David?
  5. ¿Cuáles libros muestran el uso voluminoso de su pri­mer y más grande pecado?
  6. ¿Cuál es el bosquejo de Taylor?
  7. ¿Cuáles son los salmos, que en su orden, arrojan la mayor luz sobre las experiencias de su corazón con relación a este pecado?
  8. ¿Cuáles son los precursores de este pecado, que le pre­pararon para esta caída?
  9. ¿Cual fue el pecado mismo en su naturaleza múltiple?
  10. ¿Cuáles fueron las circunstancias agravantes?
  11. ¿Qué evidencias hay de que David sentía su pecado antes de la visita de Natán?
  12. ¿Cuales son las cuatro cosas en las palabras de Na­tán a David que impresionan la mente?
  13. ¿Qué puede decirse  de la  confesión  del pecado que hizo David?
  14. ¿Cuáles son los dos veredictos que se pronuncian so­bre la confesión, y cómo explica el dicho de Nuestro Señor acerca del pecado imperdonable?
  15. ¿Cuáles fueron los castigos inflingidos en este mun­do?
  16. ¿Qué circunstancias prueban la sinceridad del arre­pentimiento de David?
  17. ¿Cuáles son las dos doctrinas que se enseñan en las palabras de David acerca de su niño, "El no puede volver a mí, pero yo iré a el," y qué consuelo se saca de ellas?
  18. ¿Qué dice Carlyle acerca del arrepentimiento since­ro   en el salmo 51?
  19. ¿Cómo afectó a Voltaire?
  20. ¿Qué salmo es la expresión modelo de la felicidad de los perdonados, y cómo lo usa Pablo?
  21. ¿Cuál es la primera lección que enseña la experiencia de David, tocante a este pecado?
  22. ¿Cuál es la segunda y cómo la expresa Virgilio?
  23. ¿Qué copla dice que un pecado provoca a otro?
  24. ¿Qué se  dice  acerca del  poder endurecedor del  pe­cado?
  25. ¿Qué uso hizo Edgar Allan Poe de la frase "Tú Eres el Hombre?
  26. ¿Cuáles son las dos interpretaciones de 2Sam. 12: 31 y 1Crón. 20:3, y cual adoptáis vosotros?
  27. ¿Qué argumento  de  la   Escritura  puede  hacerse en favor de la interpretación que habla de la tortura?
  28. ¿Como disculpan loa judíos a David por su trato de los cautivos moabitas, y cuál es la mejor razón?


XX
TRAYENDO EL ARCA—UN LUGAR CÉNTRICO DE CULTO

(2Sam. 6:1-11, paralelo, 1Crón. 13:1-14; 2Sam. 6:12-19a, paralelo, 1Crón 15:1-16:3; 1Crón. 16:4-36; 2Sam. 6:19b-23, paralelo, 1Crón. 10:37-43; 2Sam. 7:1-3, paralelo, 1Crón. 17:1, 2; 2Sam. 7.4-17, paralelo, 1Crón. 17:3-15; 2Sam. 7:18-29, paralelo, 1Cron. 17:16-27;
 2Sam. 9:1-13).

Ya han terminado todas las guerras, y ha venido un período de descanso. La primera cosa que impre­siona la mente de David es esto: '"He hecho de Jerusalén, pero a fin de guardar la unidad este pue­blo, Dios debe estar presente. Allá hacia el Norte está el Tabernáculo y el altar de bronce. Una parte del pueblo adora allí porque allí hay un altar de sa­crificio pero no hay ningún altar en Jerusalén. A distancia de diez millas en Kiriat-Jearim está el ar­ca; tiene 48 años de estar allí. Capturada por los fi­listeos en los días de Eli, y vuelta por los filisteos fue detenida en ese lugar; otra parte del pueblo adora allí." Se puede ver que la mente de David estaba siendo impresionada con el pensamiento de que de­bía traer el Arca con su símbolo de la presencia Di­vina, a su capital; pero a fin de traerla, debía tener un lugar donde colocarla, por lo cual escoge un sitio para ella y construye una tienda, algo parecido al Ta­bernáculo que construyó Moisés, que todavía esta­ba en Gabaa, y quedó allí hasta que Salomón cons­truyó el templo. Después de construir Salomón el templo, ya no se usaba el tabernáculo. Pasa de la historia.
Ha sido una característica de la vida de este hom­bre, consultar a Dios en todo lo que hace. El sacerdote llevaba dos joyas sobre su efod llamadas el Urim y Thumim, y por medio del Urim y Thummlm, Dios contestaba las preguntas propuestas. Aquel efod, con el Urim y Thummim había sido llevado por Abiatar a David en la cueva de Adullam. Toda su vida tenia aquella cosa consigo y por medio de esas joyas brillantes, de alguna manera, no sabemos justamen­te cómo, Dios contestó las preguntas que le fueron propuestas. También fue instituida una orden de pro--fetas que vinieron a ser los mensajeros de Jehová, de modo que si alguno quería saber la voluntad de Jehová, iría al veedor, o profeta, así como David fue a. Natán y Saúl a Samuel. Estas eran dos maneras en que Dios se comunicaba con el pueblo—los sacerdotes por medio del Urim y Thummim y los profetas por su inspiración. Es el objeto de David reunir en Jerusalén todo lo sagrado—el Arca, la tienda y el altar, y las preciosas joyas, el Urim y el Thummim, de modo que aquí ahora de todas maneras puede con­sultar con Dios.
A veces Dios se comunicaba con los hombres en sueños y visiones, pero por lo regular por medio de las dos maneras que he señalado. Vemos por qué que­ría poner el Arca allí y cuan importante era para perpetuar la unidad y la solidaridad de su reino; to­dos los que querían conferir con Dios debían venir a su capital.
Mientras David fue rey, no era una monarquía ab­soluta. Tenían lo que se llamaba la convocación de Israel—la asamblea general. Esta sección comienza: "Entonces consultó David con los jefes de miles y de cientos, y con todos los caudillos." Fíjese en que no arreglaba los asuntos por medio de su sola palabra— no lo hizo meramente por un edicto real. Quería que el pueblo viera y consintiera en todo; sabía que esto era lo mejor para la nación. A veces un pastor se convierte en dictador al resolver ciertos asuntos, que consultados con sus hermanos, podrían Ser llevados a mejor fin. David no era sencillamente un jefe; quería que todos consintieran en las medidas. Des­pués de esta consulta se resolvió que fuesen a traer el Arca, y nuestro texto nos dice cómo la traje­ron de Klriat-Jerlm sobre un carro tirado por bue­yes y que cuando los bueyes se desmandaban y pare­cía que el carro iba a voltearse, Uza, uno de los hom­bres que hablan estado dirigiendo la carreta, ex­tendió su mano para detener el Arca, y Dios le hi­rió de muerte al momento. Esto hizo una impresión profunda sobre David y el pueblo—tan profunda co­mo cuando Nadab y Abiú ofrecieron fuego extraño sobre el altar, un relámpago salió de la presencia de Dios y los destruyó; tan solemne como cuando, oyen­do las palabras de Pedro, Ananías y Safira cayeron muertos por la mano de Dios. Preguntamos ¿por qué? La respuesta se halla en la ley mosaica—que aun­que podrían usarse carros para llevar las cosas ex­ternas, los postes de la cerca, y la cortina de la cer­ca, las cosas del Santuario tenían que ser llevadas por hombres, quienes usaban palos para cargar cual­quier cosa pesada. Podían poner las otras cosas en un carro, pero estas cosas sagradas tenían que ser lleva­das por hombres. En segundo lugar, solamente ciertos hombres podían tocarlas sin morir. No sólo tenían que ser de la tribu de Leví, sino de la familia de Coat. En Números, tenemos el orden del campamento de las doce tribus tres en cada uno de los cuatro lados; los levitas constituyeron un círculo interior, y la po­sición de los coatitas y sus deberes, fueron señala­dos. Siempre que sonaba la trompeta los coatitas tenían que alzar el Arca y llevarla. En este caso la ley fue violada, y Dios, con el fin de enseñar qut debía de haber reverencia para las cosas sagradas, y que sus mandatos precisos debían obedecerse, hirió a Uza.
Ahora llegamos a una pregunta que hizo David, y es un gran texto 1Crón. 13:12: "¿Cómo traeré a mí, el Arca de Dios?" ¡Qué tema para un sermón! Si yo predicara sobre este texto, mostraría que en donde quiera que estuviera el Arca, allí habría segu­ridad y bendición. Después de detenerse ella en Ki-riat-Jerim aquel lugar fue bendito; después de dete­nerse en la casa de Obed-Edom, ese lugar fue ben­dito. Puesto que aquella Arca era el símbolo de la bendición divina y la dirección divina, fue una pre­gunta suprema: "¿Cómo traeré a mí el Arca de Dios?". ¿Cómo puedo meter el Arca de Dios en mi familia, de modo que haya en ella seguridad, dirección, paz y amor? Ya se ve qué género de sermón podía hacerse de él.
Toda la vasta muchedumbre volvió a Jerusalén de­jando el Arca allí. Era cosa buena para tenerla, pe­ro mala para tocarla. Permaneció en casa de Obed-Edom tres meses, y a todas horas traía una bendi­ción a aquel hogar. Nuestro texto nos dice que David se había hecho casas en la ciudad de David y había preparado un lugar para el Arca, si es que de al­guna manera podría traerla allí:"¿Cómo traeré a mí el Arca de Dios?" la casa que construyó David para sí mismo, era un palacio.
Las riquezas que había ganado, y el comercio que había instituido, culminaron en un tratado con Hiram, rey de Tiro. Tiro, era la gran potencia naval de aquel tiempo—lo que es Inglaterra actualmente— y por su alianza con Hiram, obtuvo los mejores artí­fices en madera y metal, obreros peritos, y cedros del Líbano. Estos enormes árboles fueron llevados flotan­do a Joppe, y desde Joppe traídos por tierra a Jerusalénm, de modo que David tenía una hermosa casa. Cuando se cambió a ella el día que fue acabada, es­cribió un cántico—el salmo 30. Os he dicho acerca de su gratitud siempre que le venía una bendición pues sacaba de ella una expresión de agradecimiento a Dios. Escribió el salmo 30 y lo cantó en la dedicación de la casa. Dedicó esta casa suya, a Dios. El sal­mo comienza:
"Te ensalzaré, oh Jehová, porque tú me has alzado, Y no has permitido que mis enemigos se regocijen sobre mí ¡Jehová, Dios mío, clamé a ti, y tú me sanaste! Jehová, hiciste subir del sepulcro mi alma Dísteme vida, para que no bajase a la sepultura."
Os he dicho que estudiando los salmos, se llega­ría a entender la vida interior de David, y que podía saberse por medio de los salmos qué acontecimientos de su vida le hicieron más impresión. Arréglense en orden, los salmos davídicos como expresan la vida de David. Comenzaréis, por supuesto, con el 23 luego el 8, etc. Hay mucha diferencia entre la cueva de Adullam y este hermoso palacio. Hay personas que no logran comprar casa sino hasta una edad avanzada.Lo-renzo Dow acostumbraba cantar que él no tenía ca­sa, y cuando un amigo le regaló una, rehusó aceptarla porque, teniéndola, no podría cantar su himno favorito.
David, oyendo que la bendición de Dios había es­tado en Obed-Edom, y deseando que esta bendición fuese traída a Jerusalén, estudió la ley, y la ley le dijo cómo manejar el Arca que los coatitas debían llevarla, que sólo los levitas debían acercarse a ella; de modo que salió de nuevo con una inmensa mu­chedumbre—casi mil cantores—para ir a traer el Arca.
Tres cantores principales iban delante con címba­los, y en seguida iban tres hombres más dirigiendo con salterios y otros tres hombre dirigieron a los que usaban el arpa; los sacerdotes tocaban la trompeta como señales. En primera de Crónicas 15:19, y 20 di­ce: "Y los cantores, Hernán, Asaf y Etán, fueron cons­tituidos con címbalos de bronce para hacer resonan­cia. Y  Zacarías  y Aziel, Semiramot y  Jehiel, Uni, Eliab, Maasias y Benaya, con salterios sobre Alamot." "Alamot." "Alamot," significa "coro femenino;" "Seminit;" significa, "coro masculino." Salió para traer el Arca, y cuando llegaron al lugar cantaron el sal­mo 15:

"¿Jehová, quien habitará en tu tabernáculo?
¿Quién residirá en tu santo monte?
El que anda con integridad, y obra justicia,
Y  habla verdad en su corazón;
El que no calumnia con su lengua."

Entonces cuando los coatitas levantaron el Arca, dijo: "¡Dios se levantará, serán esparcidos sus ene­migos!" el himno que cantó Cromwell antes de sus batallas. Y ahora, habiendo levantado el Arca, los sa­cerdotes con sus trompetas dieron la señal a la ban­da de los címbalos, la banda de salterios, cuyas can­toras eran doncellas, y a la banda de arpas. Cuando aquella vasta muchedumbre se acercó a Jerusalén, cantaron el salmo 24:

"¡Alzad, oh, puertas, vuestras cabezas
Y  alzaos, vosotros, portales eternos!"

Marcharon adentro y depositaron el Arca en su lu­gar en la tienda, y entonces David repitió las pala­bras de Moisés: "Vuelve a tu descanso, oh, Jehová," entonces siguió un refrigerio y luego la bendición.
No describiré el fausto acontecimiento sino que presentaré este pensamiento: "En ese día David or­denó por primera vez dar gracias al Señor, por mano de Asaf y sus hermanos." En otras palabras, luego que puso el Arca en su lugar, instituyó aquel notable culto que nunca se ha igualado desde aquel día has­ta la actualidad; hubo algo todos los días, sacrificio de la mañana y sacrificio de la tarde. Señaló veinte y cuatro mil levitas para sacrificios alrededor del santuario. Hubo doce bandas distintas, que tenían 24 instrumentos cada una, para cada mes del año, y en grandes ocasiones estos 288 instrumentos estuvie­ron en una banda grande con un coro de 4,000 voces; pero cada mes del año cierta banda sabía que tenía que entrar. Hubo muchos cantores, hombres y mu­jeres; cantores que respondían con címbalos, canto­res que respondían con arpas y cantores que respon­dían con cornetas. No supongo que hay un paralelo en la historia a esta organización de música. Llegó a ser un poco más grande en el tiempo de Salomón, pero David fue el organizador.
Ahora llegamos a una de las lecciones más im­portantes de la Biblia. Entenderéis que Deut. 12:10, 11, es la clave para interpretar la presente sección. Aquí está la declaración que después de haber pa­sado a la tierra prometida y de haber sojuzgado a sus enemigos, y establecido el reino, y acabado to­das sus guerras, entonces Dios designará un lugar céntrico de culto para su casa. David sabía bien el pasaje en Deuteronomio. Cree que ahora han ter­minado los días provisionales, y que ha llegado el tiempo para que Dios tenga una habitación fija a donde todos deban venir en cumplimiento de aquel pasaje, y se propone en su corazón construir para Dios la casa más preciosa que el mundo haya visto jamás, 2Sam. 7:1-3. No se equivocó en cuanto al propósito divino de tener un lugar céntrico de culto, no estaba equivocado en creer que Jerusalén era el lugar; pero se equivocó, en cuanto al tiempo en que este glorioso templo debía ser construido y en cuanto al hombre que debía cons­truirlo. Es importante que veáis e n qué se equi­vocó, y en qué no se equivocó. Dios le alaba por su celo: "Hiciste bien en proponer esto en tu corazón." "Es una cosa buena, pero tú no eres el hombre que debe ejecutarla."
La Biblia da dos razones por qué David no era el hombre indicado. En I de Reyes 5:3, Salomón, que era el hombre escogido, usa este lenguaje: Tú sabes que David, mi padre, no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, con motivo de las guerras que le cercaron sus enemigos; hasta que se los puso Jehová debajo de las plantas de sus pies. En otras palabras, el poder militar de David, no le había dado un pleno descanso; el tiempo de descanso no había venido ple­namente; había venido un descanso parcial, pero no había venido el descanso completo necesario para el establecimiento de esta casa. Salomón añade; "Mas ahora me ha dado reposo Jehová mi Dios, por todos lados, de manera que no hay adversario, ni mal en­cuentro." Esta es la primera razón.
Hallamos otra razón en I de Crónicas. Es David quien habla: "Pero Dios me dijo: Tú no edificarás la casa a mi nombre, porque has sido hombre de guerra y has derramado mucha sangre." Se refiere de nue­vo a ello como sigue: "Pero tuve revelación de Jeho­vá que decía: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; tú, no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mi vista." Primer pasaje, 1Crón. 28:3; segundo pasaje 1Crón. 22:8.
Ahora volverlos al pasaje en Deuteronomio: "Cuan­do habréis entrado en aquel país y obtenido descanso de todos vuestros enemigos, entonces esta casa per­manente de Dios, será edificada." David se equivocó, (1) en cuanto al tiempo—las guerras no se habían acabado; (2) en cuanto a la persona—había sido hombre de guerra, y había vertido muchísima san­gre, y el edificador de la casa de Dios, debía ser un príncipe de paz. Nos acordaremos de este pensamien­to cuando lleguemos a considerar el antitipo. Este mensaje a David, el mensaje de nuestro texto (y de­seo que veáis que este mensaje divino enviado a David hizo una impresión más profunda en su mente que ningún otro que recibió durante su vida) hizo una impresión más fuerte sobre la mente judaica des­pués de su tiempo que ninguna otra cosa míe lo había precedido. Hallaréis que los salmos están llenos de referencias a él y los profetas lo ensalzan sobre toda otra promesa, y lo hacen especialmente Isaías, Da­niel y Ezequiel, y hallareis que este mensaje que Na­tán, hablando por Dios, entregó a David, conmovió el corazón judaico con maravillosas expectativas del Mesías, el hijo de David, el Gran Rey que había de venir.' Se hace referencia a él frecuentemente en el Nuevo Testamento, y todo el evangelio de Mateo fue escrito con el pensamiento de la venida del Rey. Este es su gran tema.
Con el fin de ver la impresión que fue hecha en David, nótense las palabras exactas que le fueron di­chas, 2Sam. 7:4-7: "Mas aconteció que aquella misma noche tuvo Natán revelación de Jehová que decía: Anda y di a mi siervo David: Así dice: ¿Tú quieres edificarme una casa en que habite? bien que no he habitado en casa alguna desde el día que hice subir a los hijos de Israel de Egipto hasta el día de hoy, sino que continúo andando de acá para allá en tabernáculo y en habitación portátil. En todos los lu­gares donde he andado en medio de todos los hijos de Israel, ¿hablé una palabra siquiera a cualquier hombre de las tribus de Israel, de los que he man­dado pastorear a mi pueblo de Israel diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado una casa de cedro?" "Du­rante el período de los Jueces, cuando escogí un juez como Sansón, o Gedeón o Barac, dije yo,¿en algún tiempo a cualquiera de estos jueces que el tiempo ha­bía venido para construirme una casa permanente?" (Léase 2Sam. 7:8-16). Este fue el mensaje y es muy fácil ver en el contexto que al tiempo hizo una impresión maravillosa sobre la mente de David, co­mo se notará en su oración que siguió inmediatamen­te después (léase 2Sam. 7:18, 19, y 1Crón. 17: 16, 17). Considerad especialmente estas palabras: "¿Y es esta la usanza del hombre, Oh, Señor, Jehová?" Lutero traduce este pasaje así: "Esto es según  la manera de un hombre que es Dios, el Señor." Esto, es decir, semejante promesa no puede cumplirse en un hombre de humilde condición. El pasaje de Cró­nicas dice: "Me has mirado cual si hubiera sido hom­bre de encumbrada condición." David no entiende que su hijo Salomón ha de agotar la significación de este pasaje.
A fin de probar la impresión hecha en la mente de David, leamos todo el salmo 72 que se cierra cotí las palabras de David, y acaba un libro de los sal­mos. La suscripción es: "Acabase las oraciones de David, hijo de Isaí." Fácilmente puede entenderse de este salmo que cuando esta promesa se hizo por me­dio de Natán que Dios le edificaría casa—signifi­cando la palabra casa familia—si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican, pues­to que los hijos son una herencia del Señor. Se ve en el salmo 2, al Rey en quien está pensando. Tam­bién en el salmo 110. "Jehová dijo a mi Señor, ¡Sién­tate a mi diestra, hasta tanto que ponga a tus ene­migos por tarima de tus pies." Este Rey ha de ser sa­cerdote según el orden de Melquisedec. También en el salmo 89. (Léase 89:2-4). Nótese también el salmo 45. (Léase todo el salmo). También queremos sa­ber cómo esta promesa a David impresionó la men­te del profeta. (Léase Isaías 11:1-10).
Las genealogías tanto en Mateo como en Lucas prueban que Jesús era descendiente de David. (Léa­se Lucas 1:31-33 y 68-70).
Otro pasaje (léase Heb. 1:5). "Y otra vez" aquí se refiere a la resurrección de Cristo. Su alma había subido a Dios después de Su Muerte en la cruz para hacer propiciación, y después de la propiciación vol­vió para tomar su cuerpo, y cuando se verificó la re­surrección Dios dijo: "Adórenle todos los ángeles de Dios." También, en Hebreos, dice que Moisés cons­truyó una casa, el tabernáculo, y Salomón, el hijo lineal de David, construyó una casa, el templo. Pero el templo que Salomón construyó fue hecho de rocas sin sentido, piedras que no piensan, cortadas como sillares rudos de las montañas; luego por medio de ciertos procedimientos fueron alisados y hechos her­mosos, para ser colocados en el templo del Señor que es un tipo del ser humano, cortado como rocas rudas de las montañas del pecado; luego por procedimien­tos maravillosos de regeneración y santificación, lle­gan a ser piedras lisas listas para ser colocadas en el templo de Dios, el templo vivo, para ser una habi­tación para Dios, por el Espíritu al fin del mundo. Véase también el último capítulo de la Revelación. Mi punto es, que aunque esta promesa era para el tiempo de Salomón, que en efecto construyó una ca­sa, se refería a uno más alto que Salomón, a un día más distante. Leamos de nuevo la traducción de Lu-tero: "Esto es según la manera de un hombre que es Dios, Nuestro Señor." Cuando estudiéis la vasta li­teratura del Antiguo Testamento—-digamos una serie tal como la "Cristología" de Hengstenberg, o el "Reino de Dios" de Hengstenberg," o cualquier buen comen­tario sobre 2Sam. 7 y los pasajes paralelos en Cróni­cas, hallaréis que miran esta promesa hecha a David como la más notable que se haya hecho jamás. La luz profética se hacia más y más brillante. Al principio la simiente de la mujer, Abel, luego Set, Sem, Abraham, Isaac, Jacob. .. David, pero aquí, la luz mesiánica viene a ser sumamente brillante, en estas promesas.

PREGUNTAS.

  1. ¿Cuál fue el estado general de las cosas en este pun­to, y qué cosa influyó en David para que trajera el Arca de Kiriat-Jerim?
  2. ¿En qué  tres maneras  se  comunicaba Dios con su pueblo y qué relación tenía esto con el cambio del Arca y tabernáculo hasta Jerusalén?
  3. ¿Qué curso adoptó David, y qué lección enseña, qué incidente muestra aquí la santidad del Arca, cuál fue la impresión hecha por ella, y cuál ley mosaica se vio­ló aquí?
  4. ¿Qué texto hay aquí para un sermón y cuál es la
  1. línea de pensamiento sugerida?
  1. ¿Qué se dice de la construcción y de la dedicación de la casa de David?
  2. ¿Qué hizo David antes de procurar de nuevo traer el Arca?
  3. Descríbase la procesión que fue a traer el Arca, ¿Qué salmo cantaron al ponerse en camino?
  4. ¿Qué dijo David cuando los coatitas alzaron el Arca, y qué general lo cantaba antes de entrar en batalla?
  5. ¿Qué salmo cantaron al acercarse a- Jerusalén, y qué dijo David cuando depositaron el Arca en el taber­náculo?
  6. Descríbase el curso del culto instituido por David.
  7. Cítese la dirección para el establecimiento del lugar céntrico de culto; ¿cuál fue el propósito de David acerca de ello;  en qué  no se  equivocó y en  qué se equivocó?
  8. ¿Por qué no era David el hombre que debía construir el Templo?
  1. 13. ¿Qué mensaje fue traído a David por Natán, que im­presión hizo su propia mente, en la mente judaica, y qué referencias hay a ella en el Antiguo y en el Nuevo Testamento?
  1. ¿Cómo traduce Lutero las palabras: "Es esto la usan­za del hombre, oh, Señor Jehová" y qué significan?
  2. ¿Qué impresión se hizo en la mente de David, y cuál es la prueba?
  3. ¿Qué impresión hizo esta promesa hecha a David, en la mente de Isaías?
  4. ¿Quién fue el cumplimiento inmediato de esta pro­mesa hecha a David, quién  fue el cumplimiento remoto, y qué es la prueba en el Nuevo Testamento?



XXI
LA BONDAD DE DAVID PARA CON EL HIJO DE JO-NATAN;   NACIMIENTO DE SALOMÓN;   DIS­TURBIOS DOMÉSTICOS, LOS TRES AÑOS DE HAMBRE
(2Sam. 9:1-13; 2Sam. 12:24b, 25; 2Sam. 5: 13-16, paralelo; 1Crón. 3:5-9; 1Crón. 14:3-7; 2Sam. 13-21:14).

Nuestra presente discusión comienza en 2Sam. 9:1-13, tratando de la bondad de David para con Mephiboshet, hijo de Jonatán. Cuando el niño de Jonatán tenia cinco años, llegó a la casa de su ma­dre el informe de la muerte de su padre en el campo de batalla de Gilboa, y, mientras corría, su nodriza llevándolo, por causa del miedo tropezó y dejó caer al niño, quien quedó lisiado para toda la vida.Jonatán ha­bía adquirido una propiedad muy considerable. La historia subsiguiente de Mephiboshet nos dará la con­clusión de la historia. Es ciertamente una cosa con­movedora que en esta conexión David se acordara del fuerte vínculo de afecto entre él y Jonatán. Investigó si quedaba alguno de la casa de Jonatán, y supo de aquel hijo lisiado; entonces nombró a Seba que, di­remos de paso, era un gran pícaro como lo veremos más tarde, para ser el mayordomo de los bienes, cu­yas rentas hablan de ser pagadas a Mephiboshet, y éste había de comer en la mesa del rey. El último párrafo del versículo 13, "De esta suerte Mephibo­shet permaneció habitando en Jerusalén; porque comía siempre a la mesa del Rey; y era cojo de ambos pies." Spurgeon, toma éste como texto, y predica un notable sermón sobre él. Lo hace ilustrar en un sen­tido el santo imperfecto, representando los píes cojos la imperfección, que banquetea de continuo a la mesa de su Rey. Esta es la manera en que lo espiri­tualiza, y en que ilustra el gran privilegio que tiene el santo de comer de continuo en la mesa de su Se­ñor, y estar siempre en su presencia.
El punto siguiente es el nacimiento de Salomón, el cuarto hijo de Batseba. Recibió dos nombres: "Salo­món" que significa "Paz" y "Jedidia," que significa, el "Amado" del Señor, y se hizo el anuncio que este niño había de ser el sucesor de David.
El párrafo siguiente habla de la familia de David, y se relaciona de una manera importante con la" his­toria subsiguiente de Absalom. Demos atención es­pecial a este informe acerca de la familia de David. Tenemos los nombres en la Biblia de siete de sus mu­jeres. Hubo otras cuyos nombres no se mencionan. Tenemos los nombres de 29 hijos y una hija. Eran los hijos de sus mujeres legítimas. Tenía algunas otras hijas no mencionadas. También tenía algunos hijos por sus concubinas. De modo que tenemos los nom­bres de siete mujeres y veinte hijos. Hubo más mu­jeres y más hijos pero con éstos basta. Supongo que no tenía suficientes nombres para todos.
Como introducción para el capítulo siguiente, que trata de Absalom, nótese que cuatro de esos hijos llegaron a ser muy importante en la historia. Amnón, su primer hijo, e hijo de su primera esposa. Ahinoam, se verá en el capítulo sobre Absalom. El tercero era Absalom, pero su madre fue Maaca, hija de Talmai, rey de Geshur. Geshur estuvo entre los cerros de Bashan. Este pueblo fue dejado alli contrariando la ley divina, siendo esta la primera ley que se violó. Dios les dijo que no permitieran que ningunos canane-os quedaran en la Tierra Prometida, pero vemos en Josué 13:13 que a los Geshuritas les fue permitido quedarse allí. Otra ley, como vemos en Deut. 7 pro­hibía a los israelitas casarse con personas de estas tribus. David violó esta ley casándose con la hija del Rey de Geshur. De modo que hay dos violaciones de la ley en conexión con Absalóm. Absalóm era medio geshurita y medio israelita. El siguiente hijo nota­ble era Adonias, el cuarto hijo. Llegarnos a él más tarde. Su madre era otra mujer distinta de las an­teriores, pero no sabemos nada de ella. El siguiente hijo en la historia es Salomón, que era el décimo. El primer hijo de importancia en la historia es Amnón; el segundo importante en la historia (es el tercer hijo) Absalóm; el tercer hijo importante en la his­toria por otra madre distinta es Adonias y el cuarto hijo importante (el décimo) era Salomón. La ley en Deuteronomio dice que al elegir un rey, éste no de­bía multiplicarse mujeres; esta es la tercera ley vio­lada. De modo que, al considerar las violaciones pa­sadas de la ley de Dios, los males de la poligamia se hacen manifiestos en la historia de David. Necesa­riamente habría celos de parte de las distintas ma­dres en sus aspiraciones por sus hijos. Se dice que toda urraca piensa que su polluelo es el avecilla más blanca del mundo, y toda madre piensa que su niño es E Pluribus Unum. Tiene mucha ambición para él, y mira con ojo celoso a todo rival posible. Estos cua­tro hijos—Amnón, Absalóm, Adonias y Salomón ilus­tran los males de la poligamia.
Aun otra ley fue violada. Los reyes actualmente hacen matrimonios por razones de estado; por ejem­plo, el príncipe de Inglaterra si se casara con alguna princesa de Francia, o una princesa de Inglaterra se casara con un príncipe de España, como Felipe II. Por estos matrimonios de estado han venido al mundo al­gunos de los peores males que se han conocido, y al­gunas de las peores guerras. Cuando David se casó con la hija del rey de Geshur, hubo una razón política por ello; quería esforzarse contra Saúl, y éste le dio, un de­recho de alianza en el límite del territorio ocupado por Saúl. Hallaremos a Salomón haciendo estos ma­trimonios políticos, por ejemplo, se casó con la hija del rey de Egipto. Esta es la cuarta ley violada, todas en conexión con Absalom. Mencionaré otra ley toda-via, una ley que se aplicaba al rey y a cualquier pa­dre, la de que sus hijos debían ser disciplinados y creados en el temor y amonestación de Dios. Esto no lo hizo Eli, ni David tampoco. La violación de la ley aparece en el caso de Absalom.
Comentando nuestro texto consideramos en segui­da en 2Sam. 21:1: "Y hubo en los días de David-hambre durante tres años seguidos, por lo cual David buscó la faz de Jehová." En el libro de Deuteronomio, Moisés en su discurso de despedida dice tan clara-? mente al pueblo que no era posible que dejara de en­tender, que las hambres y las pestilencias son los mensajeros del castigo de Dios; y que si guardaban la ley de Dios serían benditos en su canasto y su artesa, pero si pecaban, harían que los cielos fuesen como bronce arriba y la tierra como hierro abajo.
Esta hambre resultó de una sequía. Cuando co­menzó la sequía, se le prestó poca atención, con ex­cepción de que todo el mundo sabía que presagiaba tiempos duros. Vino el segundo año y todavía no hu­bo lluvias, ni siegas, ni hierba, y comenzó a ser muy seria la cosa. Cuando llegó el tercer año, fue terrible, y los hombres comenzaron a preguntar cuál era la causa. Se acordaron de la ley de Dios de que si pe­caban, Dios les enviaría hambre y pestilencia. Da­vid resuelve encontrar la causa, y por esto se pre­senta delante del Señor y le pregunta la razón de este terrible castigo sobre la Tierra, y la respuesta se da en nuestro texto: "Y dijo Jehová: Es por causa de Saúl y su casa sanguinaria; por cuanto él mató a los  gaboanitas."
Miremos el caso de Saúl. Saúl era rey de Israel; David había sido ungido para sucederle, y hubo mu­chos celos entre David y Saúl, especialmente de par­te de Saúl, y buscaba métodos de esforzarse. Una co­sa que necesita un rey, a fin de esforzarse con sus adherentes, es tener lugares que regalarles—oficios ricos y fortunas que darles. Siendo Saúl mismo pobre, mira alrededor para ver cómo puede llenar su tesoro y premiar a sus secuaces, especialmente a los benjamitas, en cuya tribu vivían los gaboanitas. Des­pués de la caída de Jericó, una de las tribus cana-neas resolvió escapar a la destrucción por medio de una estratagema. Y por esto enviaron mensajeros a Josué con vestidos gastados por el viaje, con pan viejo en sus alforjas, como si hubieran gastado mucho tiem­po en el camino. Encontraron a Josué, y propusieron hacer un pacto con él, y él, juzgando por su apa­riencia y por el pan que llevaban, suponiendo que vendrían desde lejos, y que, por lo mismo, no era gente de ese país, hizo un pacto solemne con ellos. Así le engañaron y los príncipes de Israel juraron de­lante del Señor que mantendrían su pacto con los gabaonitas. Muy pronto se descubrió el fraude que habían practicado, y aunque no podían, a causa de su juramento, matar a este pueblo, los hicieron, "cor­tadores de leña y sacadores de agua"—en otras pa­labras, servidores. Los dejaron quedarse en la tierra en aquella posición servil, en una especie de peonaje. Estos gabaonitas habían vivido allí, poseyendo su tierra, pero como servidores del pueblo como 400 años, sometiéndose sin quejas a su posición; pero, debido al juramento hecho por Josué, reteniendo sus posesiones.
Saúl, como dije, miró en su derredor buscando fuentes de rentas y dijo para sí: "Matemos a estos gabaonitas y tomemos lo que tienen." Y él y sus hijos, "La casa sanguinaria de Saúl," atacaron a este pueblo y tomaron cuanto tenían y lo repartieron en­tre los benjamitas. Después Saúl se jactó de ello. Y dijo:"¿Qué tiene David qué ofreceros, y quién os dará heredades, como yo os he dado?" Este acto suyo, (y su familia le ayudó) fue un asesinato a san­gre   fría,   sin   provocación   criminal  que   añadió  la confiscación de sus bienes, e hicieron todo esto a un pueblo que había sido servidor fiel durante 400 años. Y aun hasta este tiempo en el reino de David este pueblo no había sido compensado.
Dios no pasó por alto aquel perjuicio. Tiene por res­ponsables a las comunidades por los pecados cometi­dos por las comunidades; las naciones tienen que darle cuenta de los pecados nacionales, y justamen­te como envió una plaga sobre los hijos de Israel a causa de Acan, así envió esta hambre sobre Israel, porque este pueblo, los gabaonitas, en este tiempo de oscuridad, oprimido y pobre, que había despojado de su hogar y de sus bienes y casi destruido por "la casa sanguinaria de Saúl," oró a Dios. Dios oye se­mejantes lamentos. Siempre que se hace una gran injusticia nacional, tal como Faraón hizo a los is­raelitas en Egipto, sigue la retribución. Los españo­les trataron cruelmente a las tribus indias a quienes sojuzgaron, e hicieron esto particularmente en Cuba; llegó un día en que los cañones americanos tomaron venganza de España por las injusticias que Cuba ha­bía sufrido por 400 años. "No está escrito sobre el cielo que este pueblo sea culpable de una gran in­humanidad o de injusticia nacional, por lo cual en­viaré una peste—y la envía dejando que Israel se pregunte la causa.
Envió esta hambre, y al tercer año los hombres co­menzaron a preguntar su causa, y Dios contestó se­ñalando el pecado. Si esta es la causa, esta nación tendrá que sufrir la sequía abrazadora hasta que de alguna manera se haga expiación por aquel pecado. David mandó llamar a los restos de los gabaonitas y les confesó que este perjuicio les había sido hecho, y que ellos como los restos de la multitud que había sido muerta por Saúl, tenían derecho a la venganza de sangre; de modo que David les dijo: "Haré lo que dijereis para vengaros de esta injusticia." Ellos di­jeron:  "Los hijos del hombre que hizo esto deben morir; él mismo ya no puede molestarnos, pero ellos viven. 'La casa sanguinaria de Saúl,' siete de ellos, deben sernos entregados para morir como nos pa­rezca bien y en donde nos parezca bien, para que se nos haga desagravio. Deben ser ahorcados, crucifi­cados, y deben quedarse allí en Gabaa, la ciudad de Saúl, la escena del crimen que cometió; deben que­darse allí hasta que se haga propiciación por la ofensa."
David rehusó dejar que algún hijo de Jonatán ayu­dase a hacer esa expiación. Excluyó a Mefiboset, que comía de continuo en su mesa, y quien, sin duda, si hemos de juzgar por el carácter de Jonatán, no te­nía nada que ver con este crimen. Escogió a dos hijos de Rizpa. Era una mujer muy hermosa y después de la muerte de Saúl faltó poco para que hubiera una guerra civil por causa de ella. Fue la ocasión de una disputa entre Abner y Mefiboset, quien era el rey. Tenía, dos hijos, uno de los cuales se llamaba Mefi­boset, y el otro Armón!. Los dos hijos de ella y los cinco hijos de Merab (no Micol como se dice en el texto) fueron llevados por los Gabaonitas a Gabaa, la ciudad de Saúl, muertos y en seguida colgados, después de haber sido muertos por crucifixión o muertos, y en seguida crucificados. "Maldito todo aquel que está colgado en un árbol." Esta ejecución se verificó como al tiempo de la Pascua, y los cuerpos tenían que estar allí hasta que fuera evidente que Dios había quitado el castigo. La lluvia no vino hasta octubre, cerca del tiempo de la última fiesta, de mo­do que estos cadáveres estuvieron colgados allí seis meses enteros. Rizpa tomó su chai, capa, e hizo una especie de barraca, abrigándose debajo de ella, y per­maneció allí seis meses y protegió estos cuerpos de las aves de rapiña y de las bestias—todo el día y toda la noche. Dos de ellos eran hijos suyos. Por su amor maternal anhelaba que la maldición fuese quitada de los huesos de sus hijos;  anhelaba que la vergüenza les fuese quitada; anhelaba que fuesen quitados y se­pultados honrosamente. Seis meses después de po­nerse allí, llovió, acabando así la seca, se quitó el hambre, y el pecado fue expiado. David oyó cómo esta madre se había quedado allí, y conmovió su co­razón. Hizo quitar los cadáveres y también hizo traer los huesos de Saúl y Jonatán de Jabes-Galead, y dio a todos una sepultura honrosa.
Lo que hizo esta mujer ha hecho una impresión" en todos los lectores de la Biblia. ¡La fuerza inago­table del amor de la madre! Hizo impresión en la­mente de un artista, e hizo una maravillosa pintura que representa a esta mujer ahuyentando las aves de rapiña y los chacales. Impresionó al poeta, y más de un poema se ha escrito celebrando el amor inaca­bable de esta madre. N. P. Willis, celebra en un poema sugerido por el caso de Rizpa, pero que nunca se pu­blicó el amor de la madre. Representa que el ham­bre era tan intensa que el hijo mayor arrebató un pedazo de la mano del soldado y lo llevó a su madre, y representa al hijo menor vendiendo su hermoso caballo árabe por una corteza de pan, trayéndola a su madre.
Doré, que ilustraba "El Paraíso Perdido," el "Infier­no" de Dante, y la Biblia, era un artista maravilloso. Tenía 45,000 bosquejos y pinturas especiales. Tal vez en la galería de Doré, de pinturas bíblicas, aparezca este cuadro. El artista pone en su cuadro siete cru­ces; sobre una, se ha posado una ave de rapiña, y otras vienen, y los chacales se asoman entre las "ro­cas reunidos para devorar estos cadáveres, y allí esta Rizpa asustando a las aves y chacales. Es una pin­tura maravillosa.

PREGUNTAS.

  1. Nárrese la historia de Meflboset, y la bondad do Da­vid para con él. ¿Quién predicó un sermón sobre 2Sam. 9:13?
  2. ¿Qué gran Rey  nació  precisamente  en este tiempo qué nombres se le dieron, y cuál es la significación de ellos?
  3. ¿Cuántas mujeres tenía David, y cuántos hijos?
  4. ¿Como se llaman los cuatro hijos de David que se hi­cieron importantes en la historia, cuáles son las cin­co violaciones de la ley en conexión con Absalom, y cuáles fueron los males de la poligamia en el caso de David?
  5. ¿Que calamidad nacional sobrevino, cuál fue su cau­sa, y como llegó a saberse ésta?
  6. Nárrese la historia de los gabaonitas.
  7. ¿Qué principio de los juicios de Dios se manifiesta aquí?
  8. ¿Cómo fue expiada esta ofensa?
  9. ¿Quiénes fueron exentos, y por qué?
  10. ¿Cómo mostró Rizpa su amor maternal, en este caso y qué impresión ha hecho en el mundo?

XXII
LA ENUMERACIÓN  DEL PUEBLO —  HISTORIA
DE  ABSALOM
2Sam. 24 1-0, paralelo, 1Crón. 21 1-6; 2Sam. 24:10-14, paralelo, 1Crón. 21:7-13; 2Sam. 24: 15-17, paralelo, 1Crón. 21:14-17; 2Sam. 24:18-25, paralelo, 1Crón 21:18-30; 2Sam. 13; 2Sam. 15:1-6.

Tanto en 2Samuel como en Crónicas, tenemos el re­lato de otra gran aflicción enviada por Dios, y esta aflicción tomó la forma de una peste en que 70,000 personas perecieron. En una narración se dice que el Señor movió a David a enumerar a Israel; en la otra, que Satanás lo instigó. A veces se dice que Dios hace cosas que sólo permite. Hubo un espíritu de pe­cado, tanto en la nación como en el Rey, a causa de la gran prosperidad de la nación. Hay predicadores que en sus reuniones de avivamiento, y hay pastores que al hacer la lista de sus miembros, manifiestan un gran deseo de ostentar grandes números. De modo que David ordenó que se hiciera el censo del pueblo. Examinamos en vano ambas narraciones para en­contrar a qué obedecía aquel censo, puesto que siem­pre que se hacía el censo, cierta suma de dinero de cada uno cuyo censo se tomara era puesto en el San­tuario. No era pecado hacer un censo, porque Dios mismo había ordenado un censo en Números. El pecado consistía en el motivo que movió a David a hacerlo en esta ocasión. Satanás procuró como siem­pre, volver al pueblo contra Dios, para que éste hi­riera al pueblo. Con frecuencia, cuando hacemos co­sas, el diablo inspira el motivo que nos hace hacerlas.
Es una cosa extraña que el espíritu del hombre pue­de ser influido directamente por otro espíritu.
Es también cosa extraña que un hombre tan mun­dano como lo era Joab, entendiera el mal del asun­to mejor que David. Joab trabajó haciendo el censo casi diez meses, pero no lo completó, no hizo el cen­so de Leví ni de Benjamín. Crónicas da el resultado en números redondos que no armonizan exactamen­te con II de Samuel, procurando la primera dar so­lamente los números redondos. Ambos muestran un gran aumento en la población. Después de hecha la cosa, la conciencia de David le hirió, sintió que ha­bla errado y pecado; y oró sobre el asunto, y cuando oró, Dios le envió un mensaje haciéndole la siguien­te proposición: "Te propongo tres cosas" (procurad poneros en el lugar de David y ved cuál de estas tres cosas habríais aceptado): (l)"¿Quieres que vengan sobre ti siete años de hambre en tu tierra?" Justa­mente había pasado por tres años de hambre, y no quería ver otra, especialmente una de tres veces la duración de la primera. (2)"¿O quieres huir tres me­ses delante de tus adversarios mientras te persi­guen?" Desechó esto porque le dejó a la misericordia del hombre. (3) La última alternativa fue,"¿O será que haya tres días de peste en tu tierra?" Y David hizo una respuesta notable: "Caigamos ahora en ma­nos del Señor, porque sus misericordias son grandes; y no caiga yo en manos de hombre." Yo mismo pre­ferirla que fuese Dios quien me hiriese, antes que el hombre. "La Inhumanidad del hombre para con el hombre hace lamentarse a millares innumerables," Asombra cuan cruel puede ser el hombre para con el hombre, y la mujer para con la mujer, especialmente, la mujer para con la mujer. Siempre he preferido los castigos de Dios; te ama mas de lo que te ama nin­guna otra persona, y no te enviará un castigo que no sea justo; pero cuando un ser humano se sienta para juzgar, no sabemos lo que va a suceder. Antes de acabarse estos tres días de peste 70,000 personas habían muerto. Esta peste ahora se acercaba a la capital, y David iba a ofrecer un sacrificio a Dios e implorar su misericordia. Cuando vio el ángel de la muerte que estaba para descender con su espada de­senvainada sobre Jerusalén, entonces se ve la mag­nanimidad de David: "¡He aquí que yo he pecado, y yo he obrado perversamente!, mas estas ovejas, ¿qué han hecho?" ¿Quién más grande que David empleó lenguaje semejante a fin de proteger su grey? Nues­tro Señor en Getsemaní. Oyendo esto, Dios ordenó que se hiciera un sacrificio, cuyo objeto sería., el de aplacar la ira de Dios, quitar la peste, fue este un glorioso tipo de la última propiciación.
Cuando yo era estudiante en Independencia, la Convención se reunió allí y el Dr. Bayless, que era entonces pastor de la primera Iglesia de Waco, tomó este texto: "Si alguno no ama al Señor Jesucristo, ¡Sea anatema! ¡Maranatha!" Comenzó diciendo: "Cuando la brillante espada de la justicia divina res­plandecía a la luz del sol, silbando por su ardiente ira, Jesús se interpuso y desnudó su pecho, diciendo: 'Hiéreme a mí, en lugar de ellos.' “Bayless era un predicador muy elocuente. Pero aunque Nuestro Se­ñor se interpuso, sin embargo, cuando sobre él, abru­mado con el pecado imputado, aquella espada esta­ba para caer, estremeciéndose su humanidad, oró, "¡Sálvame de la espada!" Pero el Padre contestó: "¡Despierta, oh, espada, hiere al Pastor, y serán dis­persadas las ovejas." Y aquí hallamos el tipo.
La era de Arauna vino a ser el sitio del templo de Salomón. Era el lugar a donde trajo Abraham su hijo y le amarró al altar; allí, cuando levantó el cuchillo la voz de Dios le llamó: diciéndole: "Abra­ham, detén tu mano, Dios mismo se ha proveído un sacrificio." Allí Abraham comenzó a ofrecer a Isaac, allí después se construyó el templo, y se hizo el al­tar de bronce en el cual fueron matados los sacrificios típicos. Os suplico no solamente que notéis la ex­piación vicaria de David, sino también el espíritu de David como es manifestado en el versículo 24: "No ofreceré a Jehová mi Dios holocausto sin costo." Aquel cananeo era muy generoso, pues ofreció darle aquel lugar por propósito tan noble y proveer los bue­yes para el sacrificio, pero David rehusó hacer un sa­crificio que no le costara nada. El hez-mano Truett predica un gran sermón sobre aquel texto: "No per­mita Dios que ofrezca un sacrificio a mi Dios que no me cueste nada." Cuando quiere hacer una colecta que sea realmente un sacrificio; quiere que la gente dé hasta que les haga falta y toma estas palabras como texto para su sermón. No debemos escoger para Nues­tro Dios lo que no nos cuesta nada. No diré que diez veces o cien veces en mi vida, sino que diré que mi­llares de veces en mi vida he hecho ofrendas que me costaron bastante—cuando realmente me hacia fal­ta.
La historia de Absalom.—En la última discusión se mostró que había habido algunos pecados antece­dentes en conexión con Absalom: (1) era pecado que los gesuritas fuesen dejados en la tierra; (2) era pecado que David se casase con una gesurita; (3) que se hubiese casado por razones de estado; (4) que se hubiera multiplicado mujeres; (5) que no instru­yese y disciplinase a Absalom. Absalom es uno de los caracteres' más notables del Antiguo Testamento. Era el hombre más hermoso de su tiempo según la his­toria. Su cuerpo era perfecto en su simetría física. En opinión de algunos, esto es de mucho valor, pero su conducta no correspondía a su apariencia. Tenía maravillosa belleza exterior. En aquel poema de N. P. Willis representa que el cuerpo está delante de David en su mortaja, y dice que ajustándose la mor­taja al cuerpo reveló los contornos simétricos sin igual de Absalom. Absalom tenía notable valor; no hay nada en la historia que indicara que alguna vez temiera cosa o persona alguna. También Lema grande resolución de carácter; sabía exactamente lo que quería; no tenía escrúpulo alguno en cuan Lo a los me­dios que usaba para asegurarlo. Sin embargo era hombre de muy notable paciencia; tenía pasiones y odios, y sin embargo sabía refrenarse y esperar años enteros para herir. Esto enseña que no era impulsi­vo; que podía guardar sus pasiones bajo el mas rí­gido dominio ¡Qué admirable que un joven como Absalom esperara dos años para vengar semejante ul­traje y luego trajera sus víctimas bajo su poder, y los hiriera sin misericordia! Esta es malicia astuta. El era el único que podía hacer doblegarse a Joab; envió llamar a Joab pero Joab no vino; envió a sus siervos diciéndoles: "Andad y pegadle fuego al cam­po de cebada de Joab." Esto le trajo. Spurgeon tiene un sermón sobre esto. Sabéis que la tortuga no quie­re moverse si alguien la está mirando a menos que se le ponga una ascua de fuego sobre su espalda. Absalom puso una ascua de fuego sobre la espalda de Joab. También para mostrar el carácter del hombre, diremos que podía levantarse temprano por la maña­na e ir a la puerta de la ciudad y escuchar toda que­ja de toda la nación, acariciar a todo sujeto sobre la espalda y murmurar a su oído. "¡Ojalá fuese yo juez en la tierra, para que ante mí compareciese todo hombre que tuviere algún pleito u otra causa, que yo le haría justicia!" Allí tenemos un político. Pues bien, el que un hombre guardara secreto todo esto por años enteros, indica una firmeza de propósito, un dominio absoluto sobre su porte. El que suponga que Absalom haya sido un hombre débil se equivoca. El que suponga que haya sido hombre religioso, se equivoca. No tenía ni una chispa de religión.
Amnón, el hijo mayor de David, comete la terrible ofensa descrita en la primera parte de esta sección. No hay palabras para describir su vileza, y si Absa­lom, movido por la ardiente indignación del momento hubiera herido a Amnón, habría sido justificado por cualquier tribunal. Pero este no fue el método de Ab-salom. Pensaba herir, y herir para matar, pero pen­saba darse tiempo, y hacerlo tan repentinamente co­mo la muerte misma. David se refrena de castigar a Amnón. Bajo la ley judaica podía haber sido muer­to desde luego, y debía haberse hecho esto, pero Da­vid no podía administrar la ley; puesto que su pro­pia culpabilidad, en un caso semejante le había ro­bado el poder moral para ejecutar la ley.
Hallaréis Que cuando hacéis mal tendréis que guar­dar silencio acerca del mal Que hacen otros.
Ahora llegamos a un asunto que ha sido el tema muchas veces de mi propia predicación: "Y supo Joab, hijo de Sarvia que el corazón del rey estaba inclina­do hacia Absalom," pero también vio que aquel afec­to no daba pasos para efectuar una reconciliación, y por eso hace un plan. Envió a una mujer sabia de Tecoa para sondear a David fingiendo que tenía un agravio como se relata aquí, que entre otras cosas dijo: "Tenemos que morir, y somos como agua derramada sobre la tierra, que no puede volver a reco­gerse," esto es, de uno contra quien nuestra ira es­tá encendida, pero en favor de quien estamos inter­cediendo. El hecho de que Dios no le había matado era prueba de que Dios le dejaba vivir para que se arrepintiese. "Pero Dios idea medios por los cuales sus desterrados no sean perpetuamente alejados." La aplicación que se entiende es ésta: "Pues, David, tú estás haciendo todo lo contrario. No tienes sino poco tiempo de vivir, y cuando mueras tus oportuni­dades de reconciliarte se acabarán para siempre. I-mita a Dios; idea medios de traer a ti a su desterra­do." David obró conforme a este consejo y envió a Joab a traer a Absalom, pero no imitó a Dios plena­mente; mandó traer a Absalom a Jerusalén pero no consintió en verle. Absalom espero allí bajo una nube dos años enteros, y cuando no podía soportarlo ya más, quemando el campo de cebada de Joab efec­tuó una reconciliación. El objeto de Absalom en ha­cer esta reconciliación fue el de ponerse en posición para rebelarse. Sabía que Salomón, el hijo décimo, había sido anunciado como el sucesor de David, no obstante que él, por ser el hijo mayor, bajo las leyes ordinarias de la primogenitura, tenía derecho al rei­no. Por esto resuelve ser el rey.
En este tiempo David, como sabemos por el salmo 41, sufría una enfermedad terrible y repugnante— una enfermedad que le separaba de su familia, de .sus hijos y de sus amigos. Esto hizo que fuese olvi­dado hasta cierto punto. Ilustra el proverbio de "Fue­ra de vista, fuera de pensamiento." Mientras el pue­blo no veía nada de David, veía mucho a Absalom; tenía su carroza y su séquito y se paseaba por las calles todos los días, y sus admiradores decían. "Allá va un rey, queremos un rey que parezca serlo." Es­tando David en el retiro, y siendo Absalom conspi­cuo y haciendo promesas, ganó el corazón al pueblo. Entre éstos estuvo Ahitofel. También Absalom envió espías por todas partes del país diciendo: "Luego que oyereis el sonido de la trompeta, decid: "¡Reina Ab­salom en Hebrón!" Bajó a Hebrón y se anunció co­mo Rey. Cuando recibe noticias David de que el pue­blo le ha abandonado, parece no pensar ni una vez en resistir; se prepara para abandonar la ciudad, el Arca de Dios y la casa de Dios. Dejando sus concu­binas y llevando consigo a sus mujeres e hijos, parte, y al llegar al Monte de las Olivas vuelve la cabeza y mirando la ciudad abandonada llora. Un gran nú­mero de los salmos fueron escritos para conmemo­rar sus sentimientos durante esta huida. Ambos sa­cerdotes, Abiatar y Sadoc querían llevar consigo el Arca, pero David volvió a enviarlos a la ciudad di­ciendo que quería tenerlos allí algunos que velasen por él para mandarle informes. Nunca en los ana­les de)  tiempo hallamos  una descripción más viva de hombres y acontecimientos que aquí. Cada uno vive delante de nosotros mientra? leemos: "Itai, Abiatar, Sadoc, Husai, Siba, Shimei y Abisai."

PREGUNTAS.

  1. ¿Cómo se armonizan 2Sam. 24:1 y 1Crón. 21:1?
  2. ¿En qué consistía el pecado de esta enumeración de Israel?
  3. ¿Qué lecciones para los predicadores?
  4. ¿Qué curso siguió David?
  5. ¿Qué proposición hizo Dios a David?
  6. ¿Qué contestó David, y qué razón dio de su elección?
  7. ¿Cómo se detuvo finalmente la plaga?
  8. ¿Qué tipo tenemos aquí, y cual es el ante-cumplimien­to?
  9. ¿Cuál es el sitio del templo de Salomón?
  10. ¿Qué acontecimientos históricos hay en conexión con este lugar?
  11. ¿Qué gran texto hay aquí para un sermón, y quién ha predicado un sermón célebre sobre él?
  12. Menciónense   aquí  los   pecados   antecedentes  en  co­nexión con Absalom.
  13. ¿Qué se dice de su aspecto físico?
  14. Analícese su carácter.
  15. ¿Qué lección para predicadores, del pecado de Amnoti y la actitud de David para con él?
  1. ¿Qué lección da a David la mujer de Tecoa?
  1. ¿Como la recibió David?
  2. ¿A qué expediente recurrió Absalom, y por qué?
  3. ¿Cual  fue la desventaja  de David y la ventaja de Absalom en esto?
  4. ¿Qué curso siguió David cuando vio que los corazones del pueblo se habían vuelto a Absalom?
  5. ¿Cual es la naturaleza de esta parte de la historia?


XXIII
LA MUERTE  DE  ABSALOM—PREPARACIÓN PARA SALOMÓN

1Crón. 22; 1Crón. 23; 1Crón. 28, 29; 2Sam. 15:7-37, 16, 17, 18, 19, 20; 1Reyes 1; 1Crón. 26:22; 2Sam. 23:1-7; 1Reyes 2:1-10; 2Sam. 5:4, 6; 1Crón. 3:4; 26:26-30.

Debemos' acordarnos continuamente de que a fin de interpretar la vida interna de David, deben es­tudiarse los salmos davídicos en conexión con su his­toria. Nunca había alcanzado a conocer bien el ca­rácter de este hombre, su vida religiosa, su poder de perseverar, hasta que estudié la historia muy cuida­dosamente en conexión con los salmos. Pasé todo un verano estudiando la historia de David en los sal­mos.
David se detuvo en Mahanaim; este es el lugar donde Jacob encontró la hueste de ángeles, como el nombre significa. Mientras Absalom reclutaba tro­pas, David también lo hacia; mientras Absalom me­nospreciaba a Dios y el poder de la oración, David, arrepentido de sus pecados, se humillaba delante de su Dios, y sentía valor para con los hombres, Ab­salom nombró como su general en Jefe a un sobrino de David, un hijo de Abigail; David tuvo como sus generales a Joab, y a un hermano de Joab, Abisai y al heteo, Itai.
Una de las cosas más conmovedoras en conexión con la permanencia de David en Mahanaim es la venida desde tres rumbos distintos de tres amigos para ayudarle: "Shobi, hijo de Nahás de Rabbá de los hijos de Amnón, y Maquir hijo de Amíel, de Lo debar, y Barzillai galaadita, de Rogelim, quienes tra­jeron camas, y tazones, vasijas de barro, trigo, ce­bada, flor de harina, grano tostado, habas, lentejas y garbanzos tostados; miel, requesones, ovejas, que­sos de vaca; y los presentaron a David y a la gente que con él estaba, para que comiesen." Es notable sin embargo, que un hombre de carácter fuerte siempre se atraiga amigos cuya amistad es inquebrantable. El carácter de David desarrolló el sentimiento de amis­tad, de modo que hubo hombres que le buscaron y le fueron fieles hasta el último momento. Por supuesto hubo unos traidores. Absalom podía atraer a los hom­bres pero no pudo lograr que le fueran fieles.
La batalla entre los ejércitos enemigos se verificó en un lugar que se llama el "Bosque de Efraim," un bosque bastante amplio cerca de las orillas del Jor­dán. El ejército de David estaba dividido en tres par­tes. Quería conducir el ejército él mismo, pero éste no consintió en ello y David se quedó en la puerta de la ciudad, con cuidado en su corazón, cuidado que era más profundo que todas las demás cosas y que tenía que ver con la suerte de su hijo Absalom; le amaba muchísimo, aun neciamente, como lo pro­baba el encargo que dio a cada capitán mientras pa­saba su división por la puerta "¡Tratad con indul­gencia, por mi causa, al joven Absalom!" El ejército de Absalom fue completamente derrotado.
Me acuerdo de haber predicado un sermón en 1887, cuando recorría el estado a favor de la prohi­bición, sobre el texto: "No te hagas ningún daño," basando mi argumento sobre el pensamiento de que ningún hombre puede causar un daño sin que ter­mine en sí mismo. Un hombre podría ser disculpado hasta cierto punto por perjudicarse a sí mismo, si no se perjudicara sino a sí mismo. Ilustré como Absa­lom se perjudicaba a sí mismo por medio de dos es­cenas. Primero, sobre aquel campo de batalla ya­cían muertos 20,000 hombres; un hombre recorre el campo procurando identificar a los muertos. Vuel­ve a una víctima cuya cara está hacia el suelo y es­cudriña sus bolsas para ver si puede hallar alguna cosa con qué identificarlo, y tal vez halla una carta de su esposa manchada con la sangre de su cora­zón. Dice: "¿Cuándo vuelves a casa? Cada día los ni­ños se sientan en la puerta mirando hacia el lugar de la guerra hasta que sus ojos se llenan de lágri­mas, entonces entran y me dicen, 'Mamá,'¿hasta cuándo volverá papá?" ¡Nunca! Hay 20,000 hombres en el mismo caso, 20,000 esposas en la misma condi­ción que aquella esposa, y 40,000 niños en el mismo caso que aquellos niños; todos perjudicados porque Absalom se perjudicó a sí mismo! La otra escena del cuadro era el anciano padre, a la puerta de la ciu­dad, esperando noticias de la batalla, y cuando reci­bió el mensaje que era más frío que el plomo y más afilado que una daga, siente herido su corazón. Se quita la corona y el manto de púrpura, y echa ceni­zas sobre sus canas. ¡Tiene despedazado el corazón! Torciendo las manos exclama: "¡Hijo mío, Absalom! hijo mío, hijo mío, Absalom! ¡Quién me diera que hubiera yo muerto en lugar de ti, oh Absalom hijo mío, hijo mío!" A vista del indecible pesar del padre aquel joven no tenía derecho de perjudicarse a sí mismo, puesto que el perjuicio no terminó en él.
Aquel sermón cambió más votos que todos los dis­cursos que habían sido pronunciados. El poder para la predicación consiste en tener una imaginación que capacite a uno para presentar vividamente una escena.
Prediqué otro sermón en Waco que me parece que nunca olvidaré. Lo prediqué en una tarde cuando to­das las iglesias en la ciudad formaron la congrega­ción. Tomé un texto doble: "Yo iré a él, mas él no puede volver a mí." Esto fue la primera parte del texto. La otra parte era, "Absalom, hijo mío, quien diera que hubiera yo muerto en lugar de ti." Hice un contraste entre el pesar de David sobre sus dos hijos; la separación entre él y su niñito fue temporal; pronto estarían reunidos para siempre, pero la se­paración de Absalom era eterna. Sabía que este hijo se había perdido para siempre, y esto da cuenta de su pesar inconsolable. El poder de aquel sermón con­sistía en dar mucho énfasis a dos cosas: en alzar un cuadro y decir, "Miradlo," y en alzar el otro cuadro y decir, "miradlo."
Se acabó la rebelión con la muerte de Absalom, pe­ro David estaba tan abrumado por su pesar que no se aprovechó de su victoria, y realmente su pesar lle­gó a ser un pecado para él. Quitó el ánimo de su pro­pio pueblo. Se avergonzaron y volvieron acobarda­dos a la población, sintiendo que su victoria era una cosa triste para su rey. Joab, aunque su corazón era tan duro como el hierro, hacía bien en reprenderle; pero lo hizo de una manera muy cruel, especialmen­te porque él había sido quien había matado a Absa­lom. Esto es lo que dijo: "¡Has hecho avergonzar el rostro de todos tus siervos, los cuales hoy han sal­vado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres y la vida de tus concubinas, amando a los que te aborrecen y aborreciendo a los que te aman! Porque has puesto de manifiesto hoy que nada te son a ti ni príncipes, ni siervos; pues que ya yo sé que si Absalom viviera, y nosotros todos es­tuviéramos muertos hoy, entonces eso te agradara bien! Ahora pues, levántate y sal fuera, y habla ca­riñosamente a tus siervos; ¡porque juro por Jehová que si no salieres, no quedará hombre contigo esta noche!" Habló muy claramente; y tuvo éxito, pues despertó a David. Estaba tan abrumado por su pe­sar que no dio pasos para sacar provecho de su vic­toria.
La cuestión de su restauración se presentó al pue­blo de este modo: "¿No hemos de hacer volver al rey a su trono? Absalom ha muerto y no hay otro rey."
Entonces. David se comunicó con Judá, su propia tribu, por medio de Sadoc y Abiatar, los sacerdotes, diciéndoles que la tribu de Judá eran su propio hue­so y carne, y sin embargo no habían dicho nada acer­ca de hacerle volver. Entonces hizo esta promesa: "Vive Dios, haré que Amasa, el general de Absalom, sea el general de mi ejército." Habría hecho bien en despedir a Joab, pero por cierto no era político po­ner a un general rebelde a la cabeza de su ejército. Veremos pronto que esto costó a Amasa la vida.
Los hombres que se habían adherido a David y ganado la victoria se sintieron como extraños entre el pueblo que había estado en contra de él y con el general del enemigo por su jefe. Siempre que hay un resentimiento fuerte habrá quien lo exprese, por esto el grito de Seba: "¡Cada hombre a su estancia, oh Israel!" Volveréis a oír aquel grito con los días de Rehoboam, cuando las mismas diez tribus dicen: "A tus tiendas oh, Israel! ¿Qué parte tenemos nosotros en el hijo de Isaí?" Las tribus nunca estuvieron muy estrechamente unidas, y les era fácil separarse y des­integrarse. Por algún motivo que no se manifiesta, Amasa se tardó bastante en tomar el mando y so­juzgar a Seba, y David manda a Abisai, no Joab, a tomar el mando y perseguir a Seba, hasta destruir­lo. Joab va como voluntario, y en el camino en­cuentra a Amasa a quien se dirije así: "¿Te va bien hermano mío?" y en seguida le hirió bajo el quinto costado, justamente como había matado a Abner; entonces usurpa el mando dándole lugar a Abisal y apagó la rebelión con mucha prontitud. David no se sentía con fuerzas para desalojarle de nuevo de mo­do que después de esto Joab fue general en jefe, un hombre demasiado grande para ser quitado.
Volviendo a Jerusalén sucedieron varias cosas con­movedoras: En primer lugar el hombre que había maldecido a David, viene y se le somete y le pide perdón. David le perdona por lo pronto. Se verá más tarde cómo arregló para traerle a juicio, pero le per­donó por lo pronto. La mancha más negra sobre la fama de David aparte del pecado contra Urías, está en este párrafo, donde se relata el encuentro con Mefiboset. Mefiboset viene a encontrarle y David le pregunta severamente por qué no habla salido con él de Jerusalem. Explica suavemente que él es cojo y no podía andar, y que mandó a su siervo que le aparejara su bestia pero que éstos se fueron y lo de­jaron; dice que tiene gusto en dar la bienvenida a David, y que mienten los que dicen que alguna vez pensaba aprovecharse de las desgracias de David. David entonces le restaura la mitad de sus tierras y permite que aquel malhechor Seba se quede con la mitad de ellas. En toda esta transacción Mefiboset se presenta en una luz más favorable que David: "Tó­meselas él todas, ya que ha vuelto mi Señor el Rey en paz a su casa." En esto no obró David bien. Es la costumbre de todos al tratar de esta parte de la historia hablar muy bien del anciano Barsillai. En todo lo que hizo mostró el puro desinterés. David o-frece recompensarlo, ofrece darle un hogar perma­nente en Jerusalén. Dice que esto no le sería un fa­vor, por ser él anciano y ciego y no puede gustar nada, ni distinguir. Entonces David le pregunta si no hay alguien en su casa a quien pueda promover, y el hijo del anciano Barsillai es promovido.
Vamos a considerar ahora los preparativos que hi­zo David para la sucesión al trono para evitar otra rebelión. Quería que se estableciera la sucesión mien­tras el vivía. Si conocéis bien la historia de Inglate­rra, sabréis que una nación está muy perturbada siempre que se enferma su rey, a menos que se sepa claramente quién ha de sucederle. El asunto de la su­cesión era muy serio cuando murió la reina Isabel, y también cuando murió la reina Ana, cuando el rei­no fue transferido a la casa de Hanover. Algunos de los pasajes más interesantes de la historia se dedican a estos períodos de transición. David quería que no hubiera dificultades acerca de la sucesión; y por esto reunió la gran convocación, que consistía en príncipes, capitanes de miles, y de centenares, etc., y los hizo reconocer a Salomón como su sucesor, y fue anunciado como tal. Todo oficial en el reino juró leal­tad a Salomón. Y no obstante esta precaución, Adonías, el tercer hijo prominente en la historia, ahora el mayor desde que murió Absalom, resolvió hacerse rey. Adoptó los expedientes de Absalom, se preparó ca­rros y hombres que corriesen delante de él. Persua­dió a Abiatar, uno de los sacerdotes, y a Joab, a sos­tenerle y se fue a un palacio llamado En-rogel para que fuese anunciado allí como rey. David ya era de­masiado viejo y débil para hacer algo, pero el profe­ta Natán envióle a la madre de Salomón para que le dijese lo que se intentaba. Al momento David dio pasos para que Salomón fuese coronado, y procla­mado como rey. Adonías, al saber que Salomón ya era rey, volvió a Jerusalén, y pidió misericordia, y así acabó la rebelión. Esto condujo a que Abiatar fuese quitado del sacerdocio, e hizo que el oficio de sumo sacerdote fuese permanente en la línea de Sadoc, quien permaneció fiel a David.
El acto que coronó la vida de David, y que fue el más provechoso en sus lecciones para nosotros, fue su provisión para la construcción del gran templo. Todos los tesoros consagrados que habían sido ad­quiridos en las guerras de Saúl, y en las suyas pro­pias, todo el botín de muchas naciones sojuzgadas por él, inmensos tesoros de oro, plata y piedras pre­ciosas, de metales y telas preciosas fueron almace­nadas para este propósito. Entonces los planes y di­recciones del edificio y sus muebles que le habían sido revelados por Dios fueron entregados a Salomón, acompañados de un encargo solemne de que constru­yese la casa. No obstante esto, el material reunido no bastaba para una empresa tan grande. David promovió la más grande colección conocida en la histo­ria—la más notable en cuanto a sus métodos, sus principios, y la cantidad colectada.
Métodos: En primer lugar él mismo, de su propia hacienda, hizo un donativo de efectivo nunca igua­lado desde entonces, ni siquiera por Carnegie, ni Rockefeller. Los príncipes, y en seguida todos los ofi­ciales imitaron   el ejemplo de los gobernantes.
Principios: (1) Fue un donativo "preparado." (2) Había hecho esto "con todas sus fuerzas." (3) El do­nativo se hizo para la casa y la causa de Dios. (4) Fue motivado por "afecto" de la causa de Dios. (5) Fue puramente voluntario. (6) Fue precedida por una consagración espontánea de sí mismo a Dios. (7) Fue seguido de grande alegría por ser una ofrenda espontánea y no exigida.
Cantidad: La suma total es casi increíble. El total, hecho conforme a cualquier método razonable de cálculos, sobrepuja cualquier otro conocido en la his­toria. Ninguna colecta repentina debido al impulso del momento podría haber producido semejante re­sultado. Fue una contribución, pensada con mucha anticipación y cuidadosamente preparada resultan­do de los motivos más sublimes.
Lección: Nuestros predicadores de la actualidad de­berían considerarlo bien. Necesitamos la lección es­pecialmente en tiempos de aprieto financiero. Ve­mos a nuestros predicadores muy asustados sin cau­sa, y nuestro pueblo desmoralizado. Necesitamos mu­chísimo la aplicación. Debemos saber que Dios nunca está estrechado en si mismo—que ahora mismo, si en primer lugar nos consagramos voluntariamente a Dios, como los filipenses que primeramente se die­ron a sí mismos al Señor, y si tenemos verdadero afecto para la causa de Dios, y si proponemos en nuestros corazones hacer grandes cosas, y prepara­mos una colecta, con todas nuestras fuerzas apelan­do al principio voluntario en los corazones amantes del pueblo de Dios, y tenemos nosotros mismos fuer­te fe en Dios quien puede levantar a los muertos, en­tonces el apuro del tiempo no hará otra cosa sino animarnos y despertar nuestro valor. Pero si esta­mos desanimados, si nos parece que estamos golpean­do la cabeza contra un muro de piedra, si hacemos caso de nuestros temores haciéndonos tímidos y co­bardes cuando deberíamos ser héroe, por supuesto, fracasaremos miserablemente. Llegaremos a ser co­mo langostas a la vista de los gigantes que se nos oponen, y langostas a nuestra propia vista. Tiempos duros, y situaciones difíciles, son métodos providen­ciales que deben prepararnos. Son piedras de toque que revelan quiénes son héroes y quiénes son débi­les. Aíslate, excluye el mundo. Enciérrate a solas con Dios, pelea la batalla hasta ganar la victoria una vez para siempre en tu propio corazón, y entonces, con la audacia sublime de la fe, haz tu trabajo para el Señor.

PREGUNTAS.
  1. Compárese Absalom y David en cuanto al carácter.
  2. ¿Quiénes fueron escogidos por Absalom y David res­pectivamente como comandantes?
  3. ¿Cuáles fueron los incidentes conmovedores en Mananaim?
  4. Descríbase la batalla entre los ejércitos de David y Absalom.
  5. ¿Cómo mostró David su cuidado por Absalom?
  6. Muéstrese en dos maneras cómo Absalom al perjudi­carse a sí mismo, perjudicó también a otros.
  7. Compárese   el pesar de David por la muerte de su niño con el que sentía por ia muerte de Absalom.
  8. ¿Cómo terminó la rebelión?
  9. Relátese la reprensión de Joab y su efecto sobre Da­vid.
  10. ¿Cómo fue restaurado David como rey del pueblo?
  11. ¿Cómo erró él y cuál fue el resultado?
  12. ¿Qué acontecimientos conmovedores sucedieron en su vuelta a Jerusalén?
  13. ¿Cómo arregló David la cuestión de su sucesor?
  14. ¿Quién se constituyó esta vez en competidor por la corona?
  15. ¿Cuáles fueron sus métodos?
  16. ¿Cómo terminó este  episodio?
  17. ¿Cuál fue el acto que coronó la vida de David?
  18. ¿Cómo se hizo la provisión?
  19. ¿Cuál fue el método?
  20. ¿Cuales fueron los principios?
  21. ¿Cuál fue la cantidad?
  22. ¿Cuál fue la lección y su aplicación?


XXIV
EL EJÉRCITO; LA ORGANIZACIÓN CIVIL; EL CO­MERCIO  INTERNACIONAL;   ORGANI­ZACIÓN RELIGIOSA
1Crón. 23; 24; 25; 26, 27; 23.

Los materiales bíblicos para la vida de David lo presentan como un gran poeta, y estamos acostum­brados a pensar en él como lo conocemos en sus poe­sías, especialmente sus elegías y salmos. Pensamos en él como un gran guerrero desde su juventud por las campañas venturosas que emprendió para en­sanchar los límites del reino hasta que se cumplió la promesa hecha a Abraham. También pensamos en él como un legislador, puesto que hizo muchas leyes útiles, pero rara vez le damos debido crédito por su poder de organización. Un gran escritor ha dicho que lo que hizo Alfredo el Grande por Inglaterra, y Na­poleón por Francia, lo hizo David por su reino en cuanto a la organización. Voy a considerar los de­talles de esa organización para daros un concepto claro de ella.
I. El Ejército. —La vista de su ejército mostró que tenía 288,000 soldados. Habría sido una gran carga para un pequeño reino corno este sostener 288,000 soldados; por esto dividió su ejército en doce gran­des cuerpos. Un solo cuerpo servia cada mes; en el curso del año entero los 288,000 hombres habrían ser­vido cada uno de ellos un mes. De esta manera se mantuvo el espíritu de disciplina y de organización militar. En caso de guerra podía llamar los 288,000 y tener un vasto ejército de hombres disciplinados. Diremos, pues que su ejército organizado consistía en 288,000, había 12 cuerpos militares de 24,000 cada uno sirviendo cada cuerpo un mes en el año, cada uno en su turno. Cada cuerpo fue subdividido, digamos, en 24 regimientos de mil hombres cada uno, y cada regimiento en 10 compañías de 100 hombres cada una, algo así como el "Centurio" de la Legión Ro­mana, en que un centurión mandaba 100 hombres.
Estas fueron las subdivisiones del ejército princi­pal. Habla siempre una guardia de Corps cerca de la persona del rey. No recuerdo que se dé en alguna par­te el número que componía esta guardia personal. A veces son llamados "Cherethites" y "Pelethites." Sea cual fuere su nombre, era una guardia permanente de la cual Benaya era el comandante.
También había una orden de hombres que a ve­ces se comparaba con la caballería, los 600; la or­ganización original de estos 600 se verificó en la Cue­va de Adullam, cuando David era proscrito, y fue perpetuado por toda su vida. Estos 600, cada uno de los cuales era un héroe y un campeón, fue dividida en dos bandas de 300 cada una. Estas bandas fueron divididas en compañías de 100 cada una, y estos cen­tenares fueron divididos en compañías de veinte. Los seis capitanes sobre los centenares y el capitán en jefe sobre todos constituyen los famosos siete hé­roes. Los capitanes sobre las compañías de veinte constituyen los famosos treinta héroes. Cada hombre de esta banda de G00 era un guerrero de experiencia que se había distinguido en muchas ocasiones im­portantes, y cada uno de los treinta y cada uno de los siete, esto es, los treinta y siete oficiales, eran especialmente famosos.
Veamos si tenemos una idea clara de la organiza­ción de este ejército: 288,000 divididos en 12 cuerpos de 24,000 cada uno; cada cuerpo mandado por su pro­pio general, con Joab como general en jefe; cada 24,000 servía un mes nada más a menos que hubiera guerra. En adición a éstos, había una guardia real, los famosos 600; los tres capitanes de los primeros 300 eran los mas dignos; los tres capitanes de los otros 300 eran un poco menos dignos. Cada cente­nar fue dividido en compañías de veinte; los ca­pitanes sobre los veinte eran los treinta héroes; los seis capitanes sobre los centenares, y el capitán en jefe de los 600 constituyen los treinta y siete capi­tanes. Esta fue la organización militar de David.
II. La Organización Civil. —La organización civil se basaba sobre la ley de Moisés. Cada tribu fue gober­nada por su príncipe, y por un sistema graduado de jueces subordinados, jefes de miles, jefes de cente­nares, jefes de cincuenta, y jefes de diez, y los asun­tos ordinarios que concernían solamente a las tri­bus fueron atendidos por estos hombres. Esto fue de­rivado de la administración Mosaica, pero en el tiem­po de David encontramos una necesidad muy distin­ta, los asuntos que se relacionaban con Dios y su rei­no. Para este negocio David señaló 6,000 Levitas co­mo jueces y los distribuyó sobre todo el territorio. Representaron solamente los negocios nacionales. Es­tos 6,000 levitas tenían las funciones siguientes:
1. Eran lo que nosotros llamaríamos "Jueces-Fede­rales"—jueces de asuntos que pertenecían al gobier­no general.
2. Oficiales Sanitarios.
3. Tenían que cuidar de la educación. Nunca ha habido tal espíritu de educación general como la que se desarrolló bajo esta organización de David. En pri­mer lugar, había  escuelas  de  los profetas.  Fueron sostenidos y hablan sido desde el tiempo de Samuel. En estas escuelas de los profetas se estudiaba toda la ley de Dios, y especialmente la música vocal e ins­trumental. También estudiaban todo lo que se rela­cionaba con el oficio profético. Este fue el curso de las escuelas de los profetas, y en ellas  adquirió  Da­vid su educación. Estos 6,000 Levitas, cada uno en su propia sección, se encargaron de la obra educativa, y el resultado fue cuando Salomón llegó al trono era el hombre mejor educado desde los días de Moisés. El Dr.Taylor en su "Rey de Israel,"dice: "La preemi­nencia a que llegó Salomón en todos los ramos de la educación es, para mí, una evidencia del adelanto general de la nación en este departamento; puesto que, a menos que se hubiera puesto un buen fun­damento de conocimientos elementales en la mente de la juventud en general, seria apenas posible darnos cuenta de la aparición de un hombre como Salomón en aquella época. No hay que dudar que fuera dota­do de una sabiduría sobrenatural; pero ésta, como es usual en la economía de la Providencia, sería Injerta­da en un alto grado de cultura ordinaria; y la cues­tión se presenta forzosamente al estudiante de la historia, '¿Quiénes eran sus tutores, y quiénes ense­ñaron a éstos?' No se ve que las montañas más altas se levanten absolutamente de alguna grande llanu­ra. Las montañas más altas nunca son cumbres so­litarias. Pertenecen por lo regular a alguna gran sierra y son simplemente las cimas más elevadas de un país cuyo carácter general es montañoso; y de semejante manera los más grandes eruditos apare­cen, no entre gente ignorante, sino entre un pueblo que tiene un grado generalmente alto de educación, y en países donde los habitantes gozan generalmente de una buena educación común. El historiador, Fron­de, ha expresado admirablemente este pensamiento cuando dice: 'Ningún gran general se ha levantado jamás en una nación de cobardes; ningún gran esta­dista o filósofo, de una nación de tontos; ningún gran artista, de una nación materialista; ningún gran dramatista, sino cuando el drama ha sido la pasión del pueblo. La grandeza no es nunca otra cosa que el grado más alto de la excelencia que prevalece en su derredor, y forma el ambiente en que se da.' Pues bien, si estas opiniones son correctas, el levantamien­to de Salomón, tan conspicuo por su cultura intelectual y sus adquisiciones científicas, puede mirar­se corno una prueba de que en el reinado de David, y más particularmente, tal vez, en el cenit de su ad­ministración, la educación era extensamente difun­dida, celosamente promovida por él entre las tribus." Cuando lleguemos a estudiar a Salomón y sus tiem­pos, hallaremos una referencia a los hombres sabios de su período. Estos eran los hombres que resultaron del sistema educativo de David. Salomón es el producto del departamento educativo inaugurado por David. Veamos lo que hemos aprendido acerca de estos Levitas:
1. Eran jueces federales, que dieron juicios sobre todas las materias de la nación en general.
2. Eran oficiales de salubridad, que cuidaban de todos los asuntos pertenecientes a la salud del pue­blo.
3. Eran oficiales de educación.
4. Eran los mayordomos de lo que es llamado "la ha­cienda real." Lo llamaríamos ahora en nuestro go­bierno el "Erario." En un solo párrafo se nos habla de los encargados de los tesoros de David entre las tribus, de las viñas, de los huertos, de los pastos etc., de modo que debe de haber habido lo que se llama­rla en Inglaterra "terrenos de la corona," terrenos que pertenecían al gobierno general. En toda tribu y en todo lugar de importancia se debió haber visto un almacén.
Veamos de qué servía aquel almacén. El sistema re­ligioso exigía un lugar céntrico de culto, y para sos­tener los que dirigían los asuntos en aquel lugar cen­tral de culto, diezmaban los ganados, el grano, viñas etc., de tal modo, que vemos la necesidad de tener almacenes en todas partes de la nación en donde estos diezmos pudieran ser reunidos. Se necesitaba una organización muy bien hecha para arreglar to­dos estos asuntos de manera que no hubiera defi­ciencia en el tesoro real viniendo de cualquiera parte de la tierra, ninguna deficiencia en las condicio­nes sanitarias. Nada en ninguna parte se escondía a los ojos del sistema judicial del gobierno. Ade­más de eso David desarrolló.
III. Un Comercio Internacional. —Este fue un de­talle tremendo por su contribución a las riquezas de la nación. El reino producía más telas de las que po­día usar, y era necesario exportar productos superfluos e importar cosas que no podían producir en la patria. Podemos imaginarnos la corriente continua de camellos de Damasco a Egipto, y de Tiro a Ara­bia, a través del país. Seria necesario llevar a paí­ses extranjeros distintas clases  de productos  para cambiarlos por las cosas que fueron traídas a David. En los tiempos de Salomón, se verá cómo se exten­dió este comercio. No sólo llegó al océano Atlántico, como se hizo también en el  tiempo de David, por medio de las flotas de Tiro, sino llegó a China y a la India por medio de la flota de Eziongeber en el gol­fo de Akabah. David quería cedros del Líbano, y ne­cesitaba emplear artesanos y arquitectos peritos. Da­vid era un gran edificador. Construyó un  hermoso palacio para sí mismo, y construyó muchos hermo­sos edificios en Jerusalén. Para pagar estos arte­sanos, arquitectos y materiales de países extraños usa­ría los productos superfluos de su propio reino, lle­vados de Judá a Tiro por caravanas, a Damasco, por caravanas, a Egipto, y Arabia. Esto hizo necesario al­macenes y David los tenía debido a su sistema de organización.
IV. La Organización Religiosa. —La  organización religiosa sobrepuja a cuanto ha visto este mundo. En ningún tiempo en la historia del mundo, ni en nin­gún país, ha habido otra organización tan perfecta del servicio religioso. Después de que David fue he­cho rey sobre todo Israel, donde había estado rei­nando sobre Judá siete años, tomó Jerusalén, y la hizo el lugar central de culto, y allí se celebraron las grandes fiestas. Piensa tener un sistema de culto que no solamente se imprimirá en la mente de su propio pueblo, sino en la de todos los pueblos que se rela­cionan con ellas, de modo que en los días del cauti­verio los babilonios dirían. "Cantadnos unos de los cánticos de Sión," y ellos contestarían, "¿Cómo po­dremos cantar los cantos de Sión en una tierra ex­traña?" y colgarían sus arpas sobre los sauces.
Hubo 38,000 levitas de más de treinta años de edad" en esta organización religiosa, de los cuales 0,000 fueron apartados para jueces, oficiales sanitarios y educadores, dejando 32,000 para el servicio del tem­plo. Estos 32,000 hombre fueron divididos como si­gue: 24,000 en 24 cursos de 1000 hombres cada uno, separados para ministrar en el santuario; en otras palabras, para ser servidores de los sacerdotes ha­ciendo todo cuanto necesitaban los sacerdotes; 4,000 fueron separados como portadores; y 4,000 como can­tores. Los sacerdotes, esto es, los hijos de Aarón, fue­ron divididos en 24 cursos. Esta clasificación conti­nuó hasta el tiempo del Nuevo Testamento. Zacarías, el padre de Juan el Bautista, pertenecía a la clase de Abías, y cuando llegó su turno para ir a servir en el templo, fue determinado por suerte, y le cayó en suerte ofrecer incienso como sacerdote. Los sacerdo­tes fueron divididos en 24 cursos, y también los can­tores, no asistiendo todos al mismo tiempo, pero to­dos podían ser reunidos en las fiestas, cuando venia la Pascua o la fiesta de los Tabernáculos o el Pente­costés, o el gran día de la propiciación; entonces los 4,000 cantores estarían allí con sus distintos instru­mentos de música; la banda de címbalos, la banda de salterios, la de arpas, la de trompetas, la de Alamoth, o coro de mujeres, Sheminilh o coro de hombres,— cada uno de los 4,000 entendería justamente en qué .servicios se necesitaba su ayuda y justamente cuán­do. Tenía que estar allí la vigésima cuarta parte del tiempo, y en todas las ocasiones nacionales tenían que estar allí. Tenían que hacerse sacrificios todos los días, en la mañana y en la tarde, y cuando se considera el círculo sabático, que consistía en el sábado semanal que era cada séptimo día; el sábado de la nueva lu­na, cada mes lunar; el sábado anual, la Pascua, y las fiestas de Tabernáculo y Pentecostés; el Sábado de la tierra, cada año séptimo; el Sábado del Jubileo, cada cincuenta años, cada uno de los cuales tenía su ritual apropiado e imponente, se consigue alguna idea del sistema religioso de David.
Cuando lleguemos a estudiar el libro de los salmos, que es uno de los más atractivos en toda la Biblia, encontraremos allí que el servicio del segundo tem­plo fue basado sobre el plan de David, lo que con­dujo al arreglo actual de los Salmos. Hasta ahora ningún escritor ha descrito con suficiente viveza el culto en Jerusalén en los tiempos del Antiguo Testa­mento. J. H. Ingraham, el Episcopal que se suicidó, procuró describirlo en cartas escritas por la hija de un judío egipcio, quien escribió a su padre diciéndole cómo le parecía el servicio del templo en el tiempo de Cristo. Estas cartas se encuentran en su libro intitu­lado: "El Príncipe de la Casa de David."
Así era la organización religiosa. En donde quiera que viviera uno, si en Hamat al noroeste o sobre el Eu­frates al noreste, o en Adom al sudeste, o en Filis-tea al sudoeste, si se presentaba un caso, había un oficial apropiado a quien podía referirse; todo fue arreglado para—la ejecución de las leyes justas. Al­gunas cosas se arreglaron en la convención nacional. Esta se celebró cuando las grandes fiestas hicieron reunirse al pueblo en la gran convocación. Y si alguna cosa de importancia especial tenía que hacerse con referencia a la sucesión era llamada toda na­ción como vimos cuando David llamó a todo el pue­blo para que aceptase a su hijo Salomón como rey.


PREGUNTAS.

  1. ¿En qué esferas era grande David?
  2. Descríbase la organización do su ejército: (1) ¿Cuán­tos había en la lista'. (2) ¿Cómo fue dividida y por qué? (3) ¿Cuáles fueron las subdivisiones?
  3. Descríbase la guardia de David, ¿quién fue el capi­tán?
  4. Descríbase la organización de sus 600 héroes famo­sos; (1) sus divisiones; (2) sus  subdivisiones; (3) ¿quiénes eran los lamosos 37?
  5. Descríbase la organización  civil; (1) ¿qué parte se derivó de la administración Mosaica?. (2)   ¿qué adi­ciones se hicieron en el tiempo de David? (3) ¿cuá­les fueron las funciones de los 6,000 levitas? (4) ¿qué pruebas hay de la difusión de la educación por Da­vid? (5) ¿qué cosa fue la casa del tesoro?
  6. Descríbase su sistema de comercio internacional: (1) la necesidad de él; (2) ¿cómo se efectuaba?
  7. Descríbase su organización  religiosa: (1) ¿Cómo se compara con las otras organizaciones del mundo? (2) ¿Cuántos la constituyeron y quienes eran? (3)  ¿Cuá­les eran sus divisiones y .sus subdivisiones?  (4)  ¿Su relación al libro de los Salmos?


XXV
LIBROS SOBRE EL REINADO DE SALOMÓN; EL
IMPERIO DE SALOMÓN; LA HERENCIA QUE
RECIBIÓ SALOMÓN DE SU PADRE
1Reyes 2:12-25; 1Crón. 29:23-25; 2Crón. 1:1.

Comenzaremos a tratar del reino de Salomón con la página 164 de la Armonía.
En primer lugar daré la lista de libros que se pue­den obtener sobre el reinado de Salomón. El texto bíblico sobre el reinado de Salomón incluye los pri­meros once capítulos de I de Reyes y los primeros 9 capítulos de 2Crónicas —20 capítulos por todo. Estos veinte capítulos cubren el reinado de Salomón.
En seguida tenemos a Josefo. Estoy mencionando libros para estudiantes de la Biblia inglesa no de la Biblia hebrea. Las partes pertinentes de Josefo son los capítulos 14 y 15 del libro Séptimo de las Anti­güedades, y los primeros siete capítulos del Libro Oc­tavo, esto es... nueve capítulos de Josefo. Esos nue­ve capítulos de Josefo pueden ser leídos todos al mis­mo tiempo.
El libro que sigue lo recomiendo muy altamente por su sencillez, (pues cualquiera puede entenderlo), y también por la sana doctrina y la grande erudición del autor. Es la "Historia de Israel" por Edersheim, volumen V. En el quinto volumen algunos de los ca­pítulos tratan del reinado de Salomón. Cualquiera podría leer cuidadosamente en una hora todo cuan­to tiene que decir Edersheim sobre el reinado de Sa­lomón.
Otro libro, cuyo autor es también un gran erudito y hombre muy célebre, pero no tan sano en la fe como lo es Edersheim, es la "Iglesia Judaica" de Stan­ley. Hay tres tomos pero solamente algunos capítu­los del segundo tratan de Salomón.
Otro libro que también muestra gran erudición e investigación, aunque su autor es más crítico y radi­cal que Stanley, es "Hours with the Bible" (Horas con la Biblia) de Geikie. Son como ocho tomos, pero no necesitáis leerlos, sino lo que trata fiel reino de Salomón, que es una parte del tercer tomo. Es mejor que ninguno de los ot ros para mostrar la relación del reino de Salomón con los otros reinos del mundo. Es excelente en este respecto.
Otro libro, por Parrar, intitulado "La Vida y los Tiempos de Salomón," es uno de una serie de libros sobre los personajes del Antiguo Testamento. Sobre el Antiguo Testamento Parrar es decididamente un crí­tico radical. Es mejor sobre el Nuevo Testamento.
El "Atlas Bíblico" es un libro que todo estudian­te de la Biblia debe de tener. Se estudia en la intro­ducción bíblica. La geografía debía preceder a la his­toria. En este libro, las páginas 69-71, son las únicas que necesitan considerarse sobre el reinado de Salo­món. Contiene varios mapas, algunos de los cuales son comparativos que muestran los tamaños rela­tivos. Lo que dice históricamente es excelente. Se necesita en todo el estudio de la Biblia porque trata de toda la historia.
Algunas Observaciones Sobre Reyes y Crónicas. — Los dos libros de Reyes en el hebreo, es un solo li­bro. La división se verificó cuando se hizo la traduc­ción llamada la Versión de los Setenta Este libro de Reyes cubre más de cuatro siglos y medio, esto es, digamos, desde 1000 a. de J.C., hasta como 585 a.de J C. Su material original fue escrito por los profetas contemporáneos de Israel. Algún profeta escribía los anales de los reyes que reinaban durante su vida. Los nombres de estos profetas son: Natán, Ahías, Iddo, Isaías y Jeremías. Por esto, cuando el A. T. fue dividido en tres partes —la Ley, los Profetas y los Salmos—Sa­muel y Reyes siempre se incluyen entre los profetas porque el autor del libro era profeta, y porque la his­toria misma es profética.
El reinado de todo rey de «Tuda o de Israel más tarde, después de efectuada la división, tenia sus propios analistas, los cuales analistas o historia­dores eran profetas. En este libro se hace referen­cia a un libro llamado "Los Hechos de Salomón," y por una página en II de Crónicas deducimos que fue escrito por tres profetas—Natán, Ahías e Iddo. Diez y seis veces en el libro de los Reyes se hace referen­cia a las Crónicas de los reyes de Judá. Por supues­to, un solo hombre no escribió todas esas Crónicas, sino que cada profeta escribía las Crónicas de su día. Hay muchas referencias también a las Crónicas de los reyes de Israel. Nuestro libro de Crónicas es una compilación sacada de estas fuentes originales, hecha probablemente por Esdras.
Otra observación sobre el libro de Reyes: No so­lamente eran profetas sus autores, sino que la his­toria .fue escrita desde el punto de vista profético. La historia de Israel es por si misma una profecía. Nuestro libro de Crónicas también es único. Es una compilación hecha después de la vuelta de los judíos del cautiverio, y por esto no dice nada de las diez tribus que se fueron tras de Jeroboam; no discute sino a Judá. Este libro comienza con Adán y sigue hasta el tiempo de Esdras expresando una sola línea de pensamiento mesiánico. Aunque usamos el libro de Crónicas en esta Armonía, sin embargo, ningún hombre puede entender este libro sino por un estu­dio independiente. Debe considerarse como la base histórica de la nueva probación después del destie­rro, conectando con Esdras, Nehemías, Daniel y Esther, y también con los profetas posteriores—Ezequiel, Zacarías, Ageo y Malaquías. Supongamos que no hubiera Biblia ninguna hasta el principio de Crónicas; este libro está escrito de modo que se extien­de hacia atrás hasta la creación—hasta Adán—y pro­vee, como dije, una base histórica para la probación después del destierro. Limitándose a la línea davídica y a Judá, sigue hasta los tiempos tumultuosos de la restauración. Esdras, Nehemías y Esther com­pletan la historia.
Discuto hasta cierto punto el imperio de Salo­món. Un buen mapa mostrará que la parte conquis­tada por Josué era pequeña en comparación con el imperio de Salomón. El reino de Saúl iue una sección muy pequeña, pero debido a las conquistas de David, el límite llegó al Eufrates, cuyo río fue el límite por algunas millas. Luego el límite llegó al río Orontes que fluye para el norte. Luego bajó por el declive oriental de las montañas del Líbano, dejando una faja angosta junto al mar Mediterráneo Fenicia— que no era parte del reino de Salomón, sino que es­taba bajo un gobierno independiente—el de Hiram, rey de Tiro. Desde el sur dé Fenicia el límite seguía el mar Mediterráneo hasta llegar al río de Egipto. El río de Egipto significa uno de los ramales del río Nilo y esa parte del territorio nunca fue conquistada por David, sino que Salomón la recibió como dote cuando se casó con la hija del Faraón. Luego el lí­mite se extendía desde el río de Egipto hasta la par­te septentrional del mar Rojo, el golfo de Akabah, un punto llamado Ezion Geber. Este fue el puerto de mar por el cual la flota de Salomón llegaba hasta el océano Indico, y los países orientales, como por el puerto de Tiro llegó a todos los países sobre el Me­diterráneo y aun hasta Bretaña y Noruega—y pasa­ron por toda la orilla del mar Báltico. El imperio de Salomón tiene diez veces el tamaño del reino de Saúl. Considerad la diferencia entre 0,000 millas cuadradas y 60,000 millas cuadradas. Se notará que el límite oriental del imperio tocaba el desierto infranqueable en toda la línea. De modo que con el Gran Mar al occidente y el desierto al oriente, no resta sino que un angosto límite septentrional y otro angosto límite meridional que deban ser defendidos. Debe notarse que este imperio tal como fue establecido por David y gobernado por Salomón fue quizá, por primera y úl­tima vez el más grande reino oriental. No hubo nin­gún reino, ni imperio oriental igual al de Salomón. No me refiero a la extensión del territorio, sino a la autoridad, el poder y el gobierno. La razón es que Egipto había sido muy debilitado, y justamente al tiempo de Salomón se levanta una dinastía entera­mente nueva con una hija con la cual él se casa, ase­gurándose así una perfecta amistad por el Sur. Tam­bién existía en un tiempo antes de que fuesen esta­blecidos los imperios posteriores de Asiría y Babi­lonia. Los primeros imperios de Asiria y Babilonia en este tiempo no valían nada, y Siria había llegado a ser una parte del imperio de Salomón. Por alianzas con Fenicia, que fue la gran potencia marítima del mundo en ese período, y con Egipto, no hubo gobier­no oriental que pudiera rivalizar con el de Salomón.
Cumplía exactamente la promesa hecha por Dios a Abraham en Génesis 15. Precisamente lo que Dios prometió a Abraham con respecto a la extensión del territorio está cumplida por vez primera en David, y queda así por todo el reinado de Salomón—pero nun­ca lo fue después. También cumple exactamente la profecía escrita, como estoy seguro, por David mis­mo, aunque es atribuida a Salomón, contenida en el salmo 72. Allí se manifiesta proféticamente la exten­sión de su reinado, como también está manifestada en la gran promesa hecha en el salmo 7. La promesa en el salmo 7 ocasionó el salmo, y en su significación más sublime ha de cumplirse en el Hijo más grande de David, el Señor Jesucristo, cuando el imperio será el mundo, como se nos dice en el libro de el Apo­calipsis.
Consideremos ahora brevemente la relación del imperio de Salomón con las naciones exteriores. No hay oportunidad para disturbios internos ya que Filistia, Siria, Amnón, Moab y Edom han sido vencidos por David; pero consideremos las relaciones de este im­perio con otros países extranjeros. En primer lugar, está Fenicia por su influencia e importancia—preci­samente una tierra angosta de palmas a lo largo del mar Mediterráneo, respaldada por las grandes mon­tañas del Líbano, muy semejante a la costa pacífica en California, que es una costa muy angosta respal­dada por las Montañas Rocallosas, y muy semejante a la misma costa del Pacífico en la América del Sur que tiene por detrás los Andes. La relación entre Fenicia y este imperio fue establecida primero por David.
Hiram, el rey de Tiro, hizo un tratado de paz con David justamente después de que David capturó Jerusalén—un tratado cuyas ventajas todas estaban dirigidas a un solo lado, esto es, hacia David. En otras palabras, por virtud de la alianza hecha entre Hiram y David, éste tuvo acceso a los vastos bosques en las montañas del Líbano, que daban la madera más her­mosa conocida en el mundo entonces descubierto. También tuvo acceso a sus canteras. Se entenderá por qué Hiram quería hacer alianza con David al considerar que cuando David capturó todo este país hasta el río Eufrates, y hasta el rio de Egipto sojuz­gaba todo camino de comercio por tierra de la cual Fenicia dependía. Es difícil imaginar la cantidad de tráfico bajando del Eufrates por vía de Damasco., y de allí a Tiro, y desde Tiro distribuido a todas las naciones lindando con el Mediterráneo y pasando hasta el mar Báltico. La otra línea de comercio pa­saba desde el Eufrates por caravanas hasta Egipto. Siguiendo ya por un lado ya por otro del Jordán. Desde la Judá meridional hubo tres caminos para Egipto—uno desde Filistea que seguía la costa del Mediterráneo, uno por en medio del desierto, y el que siguió Moisés cuando sacó el pueblo de Egipto. Pues bien, como Tiro tenia puco territorio y depen­día de su comercio, si otra nación hostil dominaba todos los caminos por la tierra, destruiría el comer­cio por mar, porque no tendrían nada que transpor­tar para cambiar. Esta alianza fue de un valor in­calculable tanto para Fenicia como para el imperio de Salomón. La primera como una potencia maríti­ma dominaba la salida; la segunda como una poten­cia de tierra dominaba la entrada. Aunque Salomón tenía bastante costa de mar no había en ella ningu­nos buenos puertos. Fenicia tenía un gran comercio que tuvo su centro en Tiro en el tiempo de Salomón. Si queréis entender algo de la naturaleza de aquel comercio leed Ezequiel 27 sobre Tiro. Es la más viva descripción de una nación comercial en la literatura del mundo. Describe a Tiro como un buque de es­tado, mostrando de qué país sacaba sus productos y sus mercenarios, y se hallará que toda Asia y la par­te septentrional de África, toda la parte meridional de Europa, todas las islas por las costas orientales de Europa, las islas Británicas, por ejemplo, son men­cionadas en aquella descripción del comercio de Fe­nicia.
En una ocasión dirigí un discurso a la Unión de Jó­venes de Waco sobre "El Naufragio de la Fe." La fe se describió—sus errores, en varias maneras. Me tocaba a mí describir el naufragio de la fe. Saqué mi descripción del naufragio de la descripción que hizo Ezequiel sobre el naufragio del buque de estado de Tiro. La descripción del comercio que salía de la ciu­dad de Tiro, es más interesante que ninguna novela. Retuvo su gran magnificencia y esplendor hasta el tiempo de Alejandro el Grande, quien la venció. El imperio de Salomón sostenía otra relación con Feni­cia que discutiré en otra ocasión.
Vamos a considerar ahora la relación de Egipto con el imperio de Salomón. Salomón   dominaba todo el comercio continental que llegó a Egipto porque tenía que pasar en su totalidad a lo largo del territorio de Salomón. Era necesario, pues, que hubiera armonía entre toda la Tierra Santa y Egipto, y era la primera vez que la habla desde el tiempo de Abraham, Isaac, Jacob y José y como aquella relación había resultado de la entrada de una nueva dinastía, así esta rela­ción es debida a la entrada de una dinastía enteramente nueva en Egipto. En la historia posterior de Israel se hallará que Egipto, Fenicia, y Babilonia sobre el Eu­frates, y Nínive, tenía mucho que ver con este país en una manera hostil. Las ventajas de las relaciones están con Israel solamente mientras es la potencia más grande. En el límite que forma el Eufrates es en donde el imperio toca las naciones orientales. No hay ninguna nación grande sobre el Tigris o el Eu­frates para perturbar a Israel. Las grandes naciones están en camino pero no han llegado todavía.
"Salomón" significa "Príncipe de Paz." El suyo era reinado de paz—paz con Egipto, paz con Fenicia, paz con las naciones orientales más allá del Eufrates, y paz con Arabia. Salomón renovó la alianza con Hiram rey de Tiro, y le ganó en una transacción, con gran disgusto de Hiram. Aprenderemos esto un poco más tarde. Salomón, en parte por motivos políticos, se casó con mujeres de muchos países extranjeros. Por ejemplo, se aseguró el límite meridional casán­dose con la hija de Faraón. Tuvo muchísimas muje­res.
Consideremos un poco más detalladamente el comercio en el tiempo de Salomón. Como dije, su parte del Mediterráneo le dio pocos medios de fomen­tar el comercio, porque no tenía buenos puertos, y su país, hasta el tiempo de David, nunca tocó ningún océano ni gran mar en ninguna otra dirección, pero ahora tocaba el mar Rojo. Tiro viene a ser el siervo de Salomón enriqueciendo todo el mundo por medio del mar Mediterráneo. Entonces Salomón" construyó una fluta con la ayuda de marineros de Tiro en Ezion-geber ¿obre el golfo de Akabah. Se nos relata cómo el visitó aquel lugar para ver cómo sallan sus buques. Construyó una ilota allí y por medio de ella tocó to­dos los países de la India oriental del Pacífico, todos los archipiélagos de los océanos Indico y Pacífico a lo largo de las costas orientales y meridionales de Asia. Leeremos en la historia algunas cosas interesantes acerca de esta flota, y veremos lo que le trajeron aquellos buques.
Ya he descrito el comercio de tierra en camino des­de el Eufrates hasta Egipto, y en camino desde el Eufrates hasta Tiro. Era un periodo de actividad y de viajes, de comercio, de tráfico de manufacturas; el mundo estaba muy animado en el tiempo de Sa­lomón.
La próxima pregunta que haremos por vía de in­troducción es ¿Qué cosas heredó Salomón de su pa­dre? ... Os daré un resumen para mostrar cuánto debía Salomón a su padre. Algunos muchachos son muy afortunados en lo que heredan de sus padres. En primer lugar, debe a David todo su gran territo­rio. El no lo adquirió; pero costó a David muchas guerras difíciles y amargas; muchas batallas crue­les. En los mapas del "Bible Atlas" veréis dónde se libraron algunas de estas grandes batallas en el tiem­po de David, de modo que Salomón heredó su reino. La única parte que él añadió fue el pequeño distrito por el lado de Egipto que adquirió como dote cuando se ca­só con la hija el rey de Egipto, y que no le pertenecía sino durante la vida de su esposa. Otra cosa que he­redó de su padre fue un reino unido. El no tenía na­da que ver con esto. David unió a las tribus celosas y belicosas. Vimos en la historia de Josué las dificul­tades entre las tribus, y vimos también en el libro de los Jueces y en el libro de Samuel cómo estalla­ban las disensiones hasta el fin de la vida de Da­vid. La tercera cosa de un valor incalculable que heredó de David, fue la organización Aquella organi­zación alcanzaba todo departamento.—Primero el ejército. El sistema militar de David debe de haber .sido la idea original del sistema militar actual de los alemanes. No veo de qué otra parte podrían haber sacado la idea de organizar su ejército sobre una es­cala tan grande si no del relato militar de David. En segundo lugar, fue organizado el erario. Hasta el tiempo de David no había erario ni ejército organi­zados. Hubo una gran guardia nacional, pero muy in­formal. David organizó ambas cosas con mucha exac­titud, de modo que desde todas partes, de su país la corriente de las rentas fluía de continuo a su te­soro. Otra cosa que organizó, fue la religión. Desde el tiempo de Josué hasta el tiempo de David los mo­vimientos religiosos eran esporádicos. No hubo lugar de culto establecido de antaño; no hubo sistema ge­neral de culto; no hubo ministros seguros de culto, ni ningún ritual adecuado. David lo organizó todo. Tenía su lugar central de culto; tenía sus sacerdotes divididos en 24 clases. Organizó todos los levitas. Es­tableció el ritual de culto, y escribió los salmos para la convocación entera de Israel. La mayor parte del salterio fue escrita por David. Los tiempos del culto también fueron sistematizados.
Desde el tiempo de David viene también una clase profética bien educada. Samuel la originó cuando es­tableció tres o cuatro seminarios. Desde aquel tiempo en adelante hasta que cesaran las profecías del A. T. hubo una escuela profética activa que representó a Dios y habló a las conciencias de los reyes y de la nación. Un cuerpo de estos grandes profetas fue entregado a Salomón y trabajaron con él. Entre ellos estuvieron Natán, Iddo y Abias, y en los- reinados posteriores hubo otros muchos.
Salomón también heredó un sistema organizado de educación que le vino con estos profetas de David. Ningún hombre inteligente puede darse' cuenta de la educación y adquisiciones intelectuales de Salo­món sin suponer un sistema de educación pública por profetas y sacerdotes. Sus adquisiciones intelectua­les no le vinieron por instinto ni revelación. Por cierto, tenia talento, pero al leer la historia de Salo­món se ve el cultivo de los talentos. El sistema de instrucción pública de David da cuenta de Salomón. Por los profetas, y particularmente por Natán, vino la excelente educación con que este hombre, Salomón, comenzó su carrera. También heredó de David, la alianza con Fenicia. Además de esto, heredó de Da­vid, tesoros que ponen a prueba la credulidad por su magnitud y variedad—botín de todas las grandes gue­rras, el oro y la plata y las joyas del mundo.
Los comentadores están tentados a cambiar el tex­to hebraico cuando se ven precisados a expresar la cantidad del tesoro que David acumuló. Todo cuanto sería útil a Salomón en la gran obra que le fue asig­nada lo tenía proveído. Heredó de su padre aun los planos así como el material del templo, cuya cons­trucción es la cosa más grande que hizo Salomón en su vida. Toda magnitud, y el plan entero, con direc­ciones minuciosas vinieron a Salomón de David. El joven, no tenía que hacer sino sacar de su escritorio planes completos de lo que debía hacer, como rey, y aun tenía direcciones minuciosas en cuanto a la ma­nera en que todo había de hacerse; el lugar de donde había de traerse el material, y por último, la misma labor que había de desempeñar el trabajo, y todo fue organizado sobre una escala que no se había igua­lado desde que se construyeron las pirámides de Egipto. El joven comenzó bajo buenos auspicios.
Además de esto, su padre le hizo instalar en su ofi­cio antes de su muerte para prevenir que hubiera al­guna dificultad en la sucesión, e hizo que los hom­bres públicos le juraran lealtad. Los grandes dirigentes de Israel en todo este gran territorio fueron reunidos por David para que prometieran sostener a Salomón en su sucesión, y en efecto, prestaron juramento de que le defenderían. Pues bien, si los planes, y el di­nero y el material para la Casa y para todo su de­más trabajo, si la alianza y la cooperación de otras naciones, si la organización de su propia nación, le vinieron de su padre, seguramente él era el here­dero de una inmensa herencia. No muchos de nos­otros comenzamos así. Los más de nosotros tuvimos que abrirnos el camino desde el principio.
También preguntamos ¿Qué recibió de Dios? Por supuesto, indirectamente todo esto vino de Dios, pero directamente de Dios vino aquella providencia divina que en este tiempo, puso una dinastía nueva y amis­tosa en Egipto, que debilitó las naciones orientales de modo que ninguna de ellas podía igualar en po­der a la de Salomón. Todo esto resultó de la provi­dencia de Dios. También el don directo de la sabidu­ría, fue de Dios. No la ganó con su trabajo ni la apren­dió en la escuela, Adquirió conocimientos en una escuela. El "conocimiento" viene, pero la sabiduría permanece. Pero recibió su sabiduría de Dios. Cuan extraordinaria fue aquella sabiduría, lo veremos en un capítulo subsiguiente.
Había amanecido una nueva era para el pueblo de Salomón. Hasta ahora hablan vivido de una manera muy sencilla, teniendo poco contacto con otras na­ciones y no deseando tenerlo. Ahora comienzan a go­zar del lujo del mundo debido a su contacto con Fa­raón e Hiram. Todo el país goza de prosperidad, tal prosperidad que tal vez nunca fue igualada en tiem­pos posteriores. El oro y la plata llegan a ser tan co­munes como los guijarros a orillas de un riachuelo. Agricultura, comercio, arquitectura, con todas las ar­tes y ciencias, han avivado y ampliado la vida na­cional, pero con la prosperidad, el comercio y el con­tacto internacional viene un peligro para la vida re­ligiosa. Veremos si las alianzas nacionales y matri­monios con extranjeros corrompen el culto puro de Jehová. Veremos si los dioses egipcios y fenicios, con su culto tocio cruel y sensual, no invaden la Tierra Santa y culminan en la pérdida del favor de Dios, el desmembramiento del gran imperio y su destrucción final.
Si por la introducción de las religiones falsas de es­tas naciones puestas en contacto con Israel por re­laciones políticas y comerciales, la religión verdade­ra y pura de Dios es echada fuera, entonces habría sido mejor que Salomón fuese como David en sus pri­meros años, un joven pobre que se mantenía pasto­reando ovejas.
Las divisiones son: 1. El principio de su reinado. 2. La sabiduría de Salomón. 3. La gloria de Salomón. 4. La caída de Salomón.

PREGUNTAS.

  1. ¿Qué libros se recomiendan sobre el reinado de Sa­lomón?
  2. ¿Quiénes escribieron el material de Reyes y Crónicas?
  3. ¿Quién probablemente compiló nuestro libro de Cró­nicas? (2)  ¿Cuál es su punto de vista? (3) Su pro­pósito?
  4. Dense los límites del imperio de Salomón. ¿Cómo se compara  con  el  territorio de Josué, con  el de Saúl y con el de David?
  5. ¿Qué promesa se cumple en este imperio, y qué pro­fecía se cumple también en él?
  6. ¿Cuál era la relación entre el imperio de Salomón y Fenicia?
  7. ¿Cuál fue la relación entre su imperio y Egipto?
  8. ¿Qué relación había entre su imperio y las naciones orientales?
  9. Descríbase el comercio en el tiempo de Salomón.
  10. ¿Qué heredó Salomón de su padre?
  11. ¿Qué heredó de Dios?
  12. Descríbase la nueva era para el pueblo de Salomón, y su efecto sobre su religión.


XXVI
LLEGADA DE SALOMÓN AL TRONO, SU CASA­MIENTO Y SU EXTRAORDINARIA SABIDURÍA
1Reyes 2; 3; 5; 2Crón. 2:7-13.

Esta discusión comienza la exposición del reinado de Salomón. Ustedes harán bien en tener su Libro abierto. Si no tienen Armonía, abran su Biblia en I de Reyes 2.
Los primeros once capítulos en el primer libro de Reyes y los primeros nueve capítulos del segundo li­bro de Crónicas constituyen la base bíblica de la vida de Salomón, introducimos esta discusión con tres pa­sajes de la escritura:

I.  Deut. 17-20:
"Cuando hubieres llegado a la tierra que Jehová tu Dios te da, y la tuvieres en posesión, y habitares en ella, y dijeres: Yo quiero poner sobre mí un rey, como todas las naciones que están en mis alrededo­res; indispensablemente pondrás sobre ti por rey a aquel que escogiere Jehová tu Dios: a uno de en me­dio de tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre de tierra extraña, que no fuere hermano tuyo. Tu rey, empero, no ha de multiplicar para sí caballos, ni hará volver el pue­blo a Egipto para hacer que abunden los caballos; por cuanto Jehová os ha dicho: Nunca más habéis de volver por este camino. Ni tampoco ha de multi­plicar para si mujeres, porque no se aparte de mí su corazón; ni ha de aumentar para sí plata ni oro en sumo grado. Y será que cuando se sentare sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, del ejemplar que estuviere de­lante de los sacerdotes levitas; la cual permanecerá con él, para que lea en ella todos los días, a fin de que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y de estos estatutos, para ponerlas por obra; de manera que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte de lo mandado a diestra ni a siniestra, a fin de que pro­longue sus días en su reino, así él, como sus hijos en medio de Israel."
Sobre esta ley nótese el método de sucesión en la monarquía hebrea. No fue según la ley de progenitura, esto es, el hijo mayor no sucede según la ley a su padre. En verdad, encontramos que no es según herencia en un sentido más amplio. Dios cambia la dinastía desde Saúl a David. Los hijos de Saúl no le sucedieron, sino que creó una nueva dinastía en David. Cuando llegamos a estudiar el reino dividido notaremos muchos cambios de dinastía. Pero todo el tiempo, en Judá, el rey es un descendiente de Da­vid. La dinastía no se cambia en ese reino. Ya hemos visto la ley de primogenitura quebrantada en el caso de familias. Por ejemplo, Isaac, en lugar de Ismael viene a ser la cabeza de la familia, y Jacob, en lugar de Esaú, y lo vemos extendido aún hasta las tribus. No Rubén, quien es inconstante, sino Judá vino a ser la cabeza de las tribus. Quiero que comprendáis cla­ramente el género de monarquía que se estableció. El rey no debía ser un extranjero, como lo era Herodes en el tiempo de Cristo. Debe ser uno de los her­manos, y además de esto debe ser escogido de Dios. Una copia del Pentateuco debe hacerse especialmen­te para él y guardada por él para leer cada día de su vida y vivir y reinar conforme a sus enseñanzas. El Pentateuco es la constitución nacional. Y espe­cialmente no debe buscar honores y riquezas para sí mismo, y no debe comprar caballos con la idea de vol­ver a Egipto, ni debe multiplicarse mujeres por temor de que por ellas su corazón .se aparte de Dios.
2. 1Crón. 22; 9, 10. Aquí tenemos la elección he­cha por Dios del sucesor de David: "Mas he aquí que ha de nacerte un hijo, el cual será hombre de descan­so; pues yo le daré descanso de todos sus enemigos en derredor; porque Salomón será su nombre, y paz y sosiego daré a Israel en sus días. El edificará Casa a mi Nombre; también el será mi hijo y yo seré su padre; y estableceré el trono de su reino sobre Is­rael para siempre." Se ve que Dios, antes de que na­ciera este niño, escoge al sucesor de David y men­ciona su nombre. "Salomón" es el nombre que le fue dado por  Dios. También  es  llamado  Jediday Lemuel. Pero Dios le dio el nombre de Salomón.
3. El salmo 72 es demasiado largo para citarlo, pe­ro vosotros debéis leerlo y contarlo como próximo en vuestro pensamiento en la discusión. Es la oración de David por su hijo, que ha de sucederle. Dice el tí­tulo: "Un Salmo de Salomón," pero esto no es co­rrecto. Salomón no escribió el salmo 72, sino que lo hizo David. Dice al fin: "Aquí acaban las Oraciones de David, hijo de Ibaí." David ruega a Dios que dé al rey juicio y justicia a fin de que juzgue rectamente a los pobres y salve a los necesitados y quebrante al opresor. Y en seguida afirma que ha de tener do­minio de mar a mar, y desde el río hasta los cabos de la tierra,   y que los reyes   de la tierra le traerán presentes. El versículo 17 dice:

"¡Será su nombre para siempre!
¡mientras dure el sol será propagado su nombre!
y los hombres se bendecirán en él;
¡todas las naciones le llamarán bienaventurado!"

Termina diciendo: "Y toda la tierra se llene de gloria!" La primera referencia es a Salomón. Es cum­plida más ampliamente en el antitipo de Salomón, el verdadero príncipe de paz—Jesús. Considerad aquella ley y aquella elección divina y aquella oración del anciano padre justamente cuando está pasando a otra vida, y no sólo se tiene el nombre de Salo­món y el carácter de su reinado como un reinado de paz, sino que también se tiene el elemento profético en Salomón y en ser un reinado que mira ade­lante hacia Cristo.
Nuestro texto declara que Salomón estuvo firme­mente establecido sobre el trono de su padre David. Salomón era muy joven, y se dice que era maravillo­samente hermoso y atractivo. Su establecimiento con­sistía, en primer lugar, en que fueran quitados sus enemigos heredados, los que le vinieron del reinado de David, que podrían haber perturbado su reino. El primero de estos enemigos es Adonías, su hermano mayor. Adonías pensaba que por ser el hijo mayor después de la muerte de Absalom, debía tener el rei­no, y se preparó, como vemos en la historia de Da­vid, para apoderarse del reino, y como se suponía que David estaba para morir, se hizo proclamar como rey, lo cual fue contrarrestado por David haciendo coronar rey a Salomón. Adonías fue perdonado por aquella ofensa, pero la historia nos dice de otra. Vie­ne a la madre de Salomón. Con frecuencia los hom­bres procuran llegar a aquellos en quienes desean ejercer influencia por medio de las mujeres de la fa­milia, o la madre, o la esposa, o la hermana o la hija. El diablo procuró arruinar a Adán de esa ma­nera y logró hacerlo. Adonías viene a la madre- de Salomón y le suplica que obtenga el permiso del rey para que se case con aquella hermosa joven que ha­bla sido recibida en el hogar y cama de David en su vejez. El lector ordinario no ve en esto sino súplica inocente, pero debemos considerar la costumbre o-oriental. El sucesor del rey se posesionaba del harem del rey que le precedía. Es la costumbre ahora en el África septentrional, en Turquía y en otros países orientales. Se acordará que Absalóm hizo esto a fin de afirmar su pretensión de suceder a su padre. El contexto sugiere que Joab sabía que Adonías Iba a hacer la súplica. Significa que, aunque fueron perdo­nados por la primera ofensa todavía deseaban dar al pueblo una lección objetiva de que Adonías tenía de­recho de ser rey. Salomón lo entendió al momento, y mandó que Adonías fuese muerto.
Esto quitó toda causa de rebelión en la familia. Luego que Joab lo supo, como prueba de que era cul­pable en el asunto, corrió al altar, y conforme a lo que es llamado "La Ley del Santuario," tomó los cuer­nos del altar. Ahora tenemos una cuestión general de biblioteca: Hallad la ley del santuario tocante a los cuernos del altar en el libro de Éxodo, y decid si Sa­lomón violó la ley del santuario mandando matar a Joab mientras los tenía asidos. Es una costumbre no meramente de los infieles, sino de los predicadores medio infieles, acusar a Salomón de haber violado la ley del santuario mandando matar a un hombre mientras tenía asidos los cuernos del altar.
Joab fue muerto. Era hombre poderoso. No había general en su tiempo que le igualara. Cromwell era más semejante a él que cualquier otro hombre de tiempos modernos, en la severidad de su carácter, en la prontitud de decisión y acción. Era sobrino de David. Sarvia, la hermana de David, tenía tres hi­jos notables, todos los cuales eran hombres podero­sos—Joab, Abisal y Asael. David fue avergonzado más de una vez en su vida por Joab, y en varias ocasiones Joab, era más grande que el trono. Dos de los crí­menes cometidos por él, la muerte de Amasa y la de Abner—son castigados en esta muerte de Joab. Las­timaba la conciencia de David antes de su muerte el que hubiera permitido a este hombre vivir. Habla he­cho grandes servicios a David, y no parecía apropia­do que, aunque con justicia, diera muerte a uno que había sido tan eficiente en establecerlo en su reino, y sin embargo, no era justo que este gran hombre no sufriese el castigo de sus malas obras, por lo cual David legó la resolución de la cuestión a Salomón; en su sabiduría debía hallar modo de castigar a Joab por s-u mala conducta pasada. Así llegamos a la muer­te de este gran hombre, Joab.
Fue profetizado que no habla de quedar ni un hom­bre de la casa de Eli, el sumo sacerdote usurpador an­tes de Samuel, y a pesar de aquella profecía vemos a Abiatar venir a David y unirse con él en los días de su proscripción, y funcionar como sumo sacerdo­te, pero ahora este Abiatar, que no siguió a Absalom, pero que sí siguió a Adonias, y tomó parte en la cons­piración para aplazar la inauguración del reino de Salomón, es degradado del sacerdocio. Por la amis­tad que habla mostrado por David no le dan muerte, pero un conspirador expone la seguridad de un mo­narca y es enviado a su propia casa para vivir co­mo hombre común. Ya no ocupa oficio y esto dis­pone del enemigo.
Habiéndose librado de estos dos enemigos se hace necesario nombrar sucesores para sus grandes ofi­cios. El hombre cuyo nombre me fue dado, Benaiah, fue nombrado al oficio de Joab, y Sadoc, un verda­dero descendiente de Aarón por la línea de su hijo mayor, es hecho cabeza del sacerdocio. Esto cumple una profecía que consideramos en el libro de Núme­ros. Recordaréis a Finees, acerca de quien se hace una de las tres declaraciones extraordinarias de la Biblia acerca de la justicia imputada y de quien fue profetizado que sus descendientes ocuparían el su­mo sacerdocio. Esto se cumple ahora por vez primera cuando Sadoc llega a ser sumo sacerdote del Israel unido.
Habiendo sido ya arreglados todos los asuntos in­ternos, este joven, como es costumbre con los jóve­nes, propuso casarse. Escogió una mujer por motivos políticos. Se casó con la hija de Faraón, rey de Egipto. Aquí tenemos una cuestión general: El ca­samiento de Salomón con la hija de Faraón ¿seria una violación de la ley que prohibía casamientos con extranjeras? Juzgad vosotros el caso. Sabemos que algunos de sus casamientos eran violaciones. Se casó con mujeres que eran idumeas y heteas. Las idumeas le eran parientes, descendientes de Esaú, pero las he-teas fueron unas de las antiguas naciones Cananeas. Se casó con mujeres de todas partes y, por lo re­gular, por motivos políticos. Tocante a 'su primer ca­samiento tenemos el salmo 45. En primer lugar se refiere a la celebración de este matrimonio. Proféticamente se refiere al casamiento de Nuestro Se­ñor, el verdadero Salomón, con su iglesia glorifica­da. Veamos algunas de las referencias en este salmo.

"Rebosa mi corazón un tema excelente;
Yo digo: mis obras son para el Rey
Mi lengua será pluma de escribiente muy ligero.
Más hermoso eres que los hijos de Adán;
La gracia es derramada en tus labios;
Por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
¡Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente!
¡Vístete de tu gloria y tu majestad!"

Otra parte se refiere a la esposa:
"Hijas de Reyes están entre tus ilustres personajes,
A tu diestra está la reina engalanada con oro de Ofir,
¡Oye, hija, y mira, e inclina tu oído,
Y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre!
Así se prendará el Rey de tu hermosura;
Porque él es tu Señor; por tanto inclínate ante él.
Y  la hija de Tiro está allí con su presente;
Los más ricos de los pueblos suplicarán tu favor
Gloriosamente ataviada la hija del rey espera adentro
De brocado de oro, es su vestidura.
Con vestidos bordados será conducida al Rey;
Vírgenes en pos de ella, compañeras suyas, Serán traídas a ti.
Serán conducidas con regocijos y con alegrías en­trarán en el palacio del Rey.
En lugar de tus padres serán tus hijos:
Los establecerás por príncipes en toda la tierra.
Haré que tu nombre sea recordado en todas las ge­neraciones;
Por lo cual pueblos te confesarán
Por los siglos de los siglos."

Ahora el rey nos es presentado como un adorador perplejo. Esto es, el Arca del Pacto, estaba en Jerusalén, en una tienda especialmente construida para ella por David; pero en Gabaón estaba el antiguo Ta­bernáculo construido por Moisés y también el gran altar de bronce construido por Moisés. Ambos eran lugares de culto. Salomón resuelve tener como una inauguración conveniente para su reinado en que to­do el pueblo tomará parte, el servicio más imponen­te y magnífico que el mundo habla visto hasta aquel tiempo, y se propone tenerlo en ambos luga­res, primero en Gabaón y después delante del Arca del Pacto en Jerusalén. La antigua ley exigía que no hubiera sino un lugar de sacrificio. Salomón y otros que le precedieron podrían sostener que la Ley no había de ser vigente hasta que la nación fuese com­pletamente establecida. Dice nuestro texto, que por no haber sido construida todavía la casa de Dios el pueblo adoraba sobre los altos. En los libros de Jue­ces y I de Samuel, incluyendo toda la vida de Da­vid, vemos que se celebraban cultos en lugares dis­tintos del lugar central, y esto fue especialmente así después de que los filisteos capturaron el Arca y la habían llevado a otra parte. Por esto Salomón re­suelve tener su primer servicio en el antiguo Taber­náculo que hizo Moisés, y donde estaba el antiguo altar de bronce, y en seguida volvería a Jerusalén pa­ra tener otro servicio igual delante del Arca del Pac­to en el lugar donde David la habla colocado. A fin de que este servicio fuese verdaderamente nacional, hace llamar de todas partes de su imperio todos los príncipes y jefes de la nación para que se reuniesen a participar en este sacrificio nacional. La historia declara que ofreció mil holocaustos. En 'la historia de Jerjes, el rey de Persia, cuando estuvo en camino pa­ra invadir la Grecia y había llegado al Helesponto, ofreció un sacrificio de mil bueyes, a los dioses. Esta dice: "Subió pues Salomón allá, delante de Jehová, al altar de bronce el cual estaba junto al Tabernácu­lo de Reunión; y ofreció sobre él mil holocaustos." Esto es un paraleleo en la historia.
Después de esta ceremonia imponente Salomón durmió y soñó. Más de una vez la Biblia nos dice que los más de los sueños no tienen significación, pero también nos enseña que en algunas ocasiones espe­ciales Dios hizo su revelación por medio de sueños; por ejemplo: en los casos de Jacob, José y Nabucodonosor. El sueño de Salomón fue sugerido tal vez por las exhortaciones de su padre (véase Proverbios 4:3-7) y sus propias impresiones en esta gran convo­cación. Por la primera vez en su reinado, vio una asamblea nacional, la gran convocación de Israel. ¡Qué pueblo tan grande! ¡Qué intereses tan vastos y variados! ¡Cuan complicados los problemas de admi­nistración! ¡Cuan grande fue su responsabilidad! Pa­recía estar atemorizado por la situación, y se pre­guntaba cómo él, que era como un niño, podría afron­tarla. Pensando así, durmió y soñó: "En Gabaón Je­hová se apareció a Salomón en sueños de la noche; y le dijo Dios: Pide lo que te he de dar. A lo que res­pondió Salomón; (y ojala que pudiéramos hallarle siempre así como se presenta aquí). Tú has hecho para con tu siervo David, mi padre, gran merced, así como él anduvo delante de tu rostro- con fidelidad y en justicia, y en rectitud de corazón para con­tigo; y le has guardado esta gran merced de darle un hijo que siente sobre su trono, como parece hoy. Ahora pues, oh Jehová, Dios mío, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre; y yo soy un niño, y no sé como me debo conducir. Y con todo tu siervo está en medio de tu pueblo que has escogido, pueblo grande, que no se puede numerar ni contar por la muchedumbre de él. Da pues a tu siervo un corazón Inteligente, para juzgar a tu pueblo, para poder distinguir entre el bien y el mal; porque ¿quién es capaz de juzgar este tu pueblo tan grande?"
Es imposible que lea esto algún hombre candido sin ser impresionado con él. Os aseguro que cualquiera, que carece del espíritu de verdadera humildad, al verse al principio de cualquiera grande empresa no dejará de fracasar. Una de las mejores promesas de éxito es que vea la magnitud y la dificultad de la obra y entienda su propia insuficiencia y su depen­dencia entera de la ayuda divina. ¡Ojala que todos nosotros tuviéramos este espíritu en todo tiempo! Se nos enseña esta lección aquí: siempre que pierda uno su humildad y comienza a decir: "Todas estas cosas he hecho yo," entonces debe acordarse de que "La so­berbia precede a la destrucción, y el espíritu altivo va delante de la caída." Los pies del orgulloso no de­jarán de resbalarse con el tiempo. Aprended esta lec­ción.
No puedo concebir de cosa más noble que el sen­timiento de responsabilidad y humildad de Salomón delante de Dios. Un joven hecho rey, rey de la na­ción escogida, rey de un pueblo tan grande, en otras palabras, el destino de todo el mundo está envuelto en las grandes influencias religiosas que han de sa­lir de él y de su pueblo. Bien podía decir: "Señor, yo soy un niño, y no sé cómo me debo conducir. Da­me sabiduría." Y esta petición agradó al Señor. Sugiero un sermón sobre el texto: "Pide lo que te he de dar."
Una navidad cuando teníamos los cultos en la vieja iglesia en Waco, y yo prediqué el sermón, lo basé en este texto: 'Pide lo que te he de dar," y les dije que toda familia representada en la congrega­ción habla hecho esta pregunta u oíd aquella pre­gunta en conexión con el día. El Padre había dicho: "¿Qué he de darle, hijo mío?" y todos los jóvenes y las jóvenes habían pensado en la pregunta: "He de escoger mi regalo y hay mucho donde escoger;¿qué tomaré?" Mi propio niño me diría, "Dame un auto­móvil." "Pide lo que te he de dar." ¡Qué cosa tan maravillosa es que Dios nos permita manifestarle los de­seos de nuestro corazón! Aun cuando seguimos pi­diéndole una cosa mala, en su ira a veces nos da lo que pedimos.
En respuesta, Dios no sólo da a Salomón lo que pide, sino algunas otras cosas —honor y riquezas— cosas que no pidió. Le dio sabiduría, la capacidad pa­ra gobernar su gran pueblo. Nuestra historia dice: "He aquí que te doy un corazón tan sabio y enten­dido, que no haya habido otro como tú antes de ti, se levantará tu igual." En esta conexión considerad el capítulo 4:29-34: "Y Dios dio a Salomón sabiduría e inteligencia sobremanera grande, juntamente con grandeza de corazón, vasta como la arena que está a la ribera del mar. De modo que superaba la sabi­duría de Salomón a la sabiduría de todos los hijos de Oriente, y a toda la sabiduría de los Egipcios. En fin, él era el más sabio de todos los hombres, más que Etán el ezrahita, y Hernán, y Calco!, y Darda, hijos de Machol; y divulgóse su fama en todas las naciones de alrededor. Y habló Salomón tres mil pro­verbios, y sus cantores fueron mil y cinco. Trató también de los árboles, desde el cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que brota de la pared: disertó asimismo de las bestias, y de las aves, y de los reptiles, y de los peces. Y vinieron de todos los pueblos para oir la sabiduría de Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído la fa­ma de su sabiduría."
De esta sabiduría extraordinaria hablaremos par­ticularmente en el capitulo siguiente. Un ejemplo de su sabiduría señala el principio de su reinado que aquí se relata. Se presentó un caso en que no había testigos con excepción de los litigantes mismos. Dos madres que vivían juntas en la misma casa tuvie­ron niños, y uno de los niños murió y entonces am­bas madres reclaman al niño vivo. Nadie sabe las circunstancias con excepción de las dos mujeres, y ellas se presentan delante del rey para que él re­suelva la cuestión. La primera dijo que el niño era suyo. Ella dice: "Esta mujer perdió a su niño; mu­rió, y mientras yo dormía ella vino y tomó mi niño y puso su niño muerto en lugar del mío, y pasado un rato cuando me desperté miré fijamente al niño en mis brazos, y hallé que estaba muerto, pero no era mi niño." Pues bien, una madre por cierto puede co­nocer a su niño. "Lo miré fijamente. Miré al otro lado y vi que esta otra mujer tenía mi niño." La otra madre contendió diciendo: "Yo digo que su niño mu­rió y yo soy la madre de este niño que vive." Bajo la ley, todo tiene que confirmarse por dos o tres testi­gos, pero aquí no hay evidencia con excepción de las dos partes delante del tribunal. ¿Qué hará el joven rey con el asunto? Dice: "Traedme una espada." Le traen la espada. "Pártase por la mitad al niño, y dése una mitad a cada mujer"—no fue que pen­sara matar al niño, sino que procuraba conseguir evidencias. Luego que dijo eso, ambas mujeres ha­blan. Una de ellas dijo: "¡No, no! no se mate al niño. Mejor se lo doy a la otra mujer." La otra mu­jer dijo:"Que se mate para que cada una de nosotras tenga una parte." Esto dio a Salomón su evidencia. Sabía como fallar. El dijo: "Que se dé este niño a la mujer que prefiere perderlo antes que verlo morir. Ella es la madre." Naturalmente la decisión atrajo mucha atención, y la historia de ella difundió la fa­ma de Salomón hasta muy lejos.

PREGUNTAS.

  1. ¿Cuál es la primera escritura que se usa para intro­ducir esta lección?
  2. Repítanse los detalles del reino que se dan en esta escritura.
  3. ¿Cual es la segunda escritura, y cuál su significa­do?
  4. ¿Cuál es la tercera escritura? Descríbase el remo conforme a este salmo. ¿Quién cumplió esto en primer lugar? ¿Quién lo cumple más ampliamente?
  5. ¿En qué consistía el establecimiento de Salomón so­bre el trono, quién fue su primer enemigo, y cómo se libró de él?
  6. ¿Dónde encontramos la ley del santuario? ¿La violó Salomón al hacer matar a Joab mientras estaba asi­do a los cuernos del altar?
  7. ¿Quién era el segundo enemigo, y cómo se libró de él?
  8. ¿Quién fue nombrado para Lomar el oficio de Joab? ¿de Abiatar?
  9. El  casamiento  de  Saloman  con  la  hija  de  Faraón ¿lúe violación de la ley que prohibía el matrimonio con los pueblos en su derredor? ¿qué salmo trata de este   matrimonio?
  10. Descríbase a Salomón como un adorador perplejo.
  11. ¿Qué proposición hizo Dios a Salomón, y que peti­ción  hizo Salomón?  ¿Qué  lección  nos  enseña esto? ¿Cómo contestó Dios a esta petición? Dése un ejem­plo del ejercicio de su sabiduría.


XXVII
ANÁLISIS DE LA SABIDURÍA DE SALOMÓN
1Reyes 3.4-7; 4:29-34; 10:1-10.

Las escrituras que nos comunican la historia de la sabiduría de Salomón, son las siguientes: I de Reyes 3:4-27; 4:29-34; 10:1-10, el libro de los Pro­verbios, el libro de Eclesiastés, el Cantar decantares, Mateo 12:42 y el Salmo 127. Otros salmos son atri­buidos a Salomón, pero, me parece, impropiamente. El Salmo 127 es incuestionablemente suyo.
Los primeros pasajes citados narran acerca de su sabiduría mientras que los Proverbios, Eclesiastés, el Cantar de los Cantares de Salomón, y el Salmo 127 constituyen la contribución de Salomón a la Biblia como ejemplares de su sabiduría. Mateo 12:42 insti­tuye una comparación con uno que es más sabio que Salomón.
Antes de discutir la sabiduría de Salomón, os lla­mo la atención a ejemplos en el A. T. algo semejan­tes. El primer ejemplo se halla en Éxodo 31:3-6 y se vuelve a repetir en Éxodo 35 y 36. Esto declara defi­nitivamente que los artesanos que hicieron las partes distintas—las partes artísticas—del Tabernáculo y sus vasijas recibieron de Dios la sabiduría para hacerlas. Recibieron la inspiración de Dios para que hiciesen esas cosas perfectamente bien. El segundo ejemplo lo encontramos en la vida de David, la historia de tres mujeres sabias, 2Sam. 14:2 y 20:16. La pri­mera era Abigail; la segunda era una mujer sabia de Tekoah, empleada por Joab para convencer a Da­vid que debía hacer volver a Absalom; la tercera era una mujer sabia en la parte septentrional de Pales­tina quien, por su sabiduría, salvó la ciudad de la destrucción haciendo que la cabeza del rival que se los había huido fuese tirada sobre el muro a Joab. Otro ejemplo se halla en el libro de Crónicas (1Crón. 12:32), donde se hace referencia a los hom­bres de Isacar quienes eran sabios y entendieron las señales del tiempo y sabían lo que debía hacer Is­rael.
Ahora analizo la sabiduría de Salomón. Nuestra primera pregunta es acerca de su origen. Por el lado divino se declara expresamente que es el don de Dios (I de Reyes 33, comenzando con el versículo 5), pero como preliminares al origen divino ciertos factores humanos explican cómo Salomón fue preparado pa­ra hacer la súplica extraordinaria pidiendo sabidu­ría. No era sino un joven. ¿Cómo se le ocurrió pedir esto en lugar de otras ciertas cosas?
Esto nos conduce a considerar el elemento huma­no en el origen. Si leemos en el libro de Proverbios comenzando en 7:3 veremos la instrucción que le dio David de que consiguiera sabiduría, de que consiguie­ra entendimiento, por ser estas cosas más preciosas que rubíes y oro u otra cosa cualquiera en el mundo. Todos esos capítulos citados, desde el cuarto hasta el séptimo inclusive, nos dan las instrucciones y ex­hortaciones dirigidas por David a su hijo. Nos dicen quién le enseñó a apreciar la sabiduría más que nin­guna cosa terrenal. ¡Qué cosa tan gloriosa es tener un buen padre! Leyendo el salmo 72 veremos otro factor del origen humano. Allí el padre suplica a Dios que tenga su hijo la clase de sabiduría necesaria para gobernar el pueblo, y gobernarlo justamen­te. Un niño cuyo padre habla continuamente acerca de la verdadera sabiduría, y suplica a Dios que la tenga, probablemente la pedirá él mismo. La ora­ción y las instrucciones de David son muy conmove­doras. Dan cuenta de la sabia respuesta del hijo al dicho de Dios, "Pide lo que te he de dar."
Otro factor humano aparece en el libro de Proverbios, y es la influencia de su madre, Batseba, que no solamente era una mujer hermosa, sino que era realmente una mujer buena, y muy sabia. Salomón mismo dice cómo interviene su madre: "Palabras del rey Lemuel; oráculo que su madre le enseñó." Le-muel es otro nombre de Salomón.
"Que te diré hijo mío!   ¡Y qué, oh hijo de mis en­trañas!
¡Y qué, oh hijo de mis votos! ¡No des tu vigor a las mujeres, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes! No les conviene a los reyes, oh Lemuel, A los reyes no les conviene beber vino, Ni a los príncipes desear el licor embriagante: No suceda que bebiendo olviden la ley.
Y perviertan el derecho de cualquiera de los afligidos. Dad el licor embriagante al que está a punto de pe­recer,
Y  el vino a los amargos de espíritu."
Entonces sigue su ideal de una fiel esposa—una de las más preciosas joyas de la literatura. La educa­ción recibida en su juventud tanto de su padre como de su madre ha preparado al joven para pedir las mejores cosas. El libro de Proverbios muestra cuan bien entendió los consejos de ambos, pero su vida posterior muestra su desobediencia desastrosa de las enseñanzas de su madre. En otras palabras, Salomón tenía más sabiduría de la que practicaba. El no pecó por ignorancia. Pero cuando preguntamos qué preparación tuvieron los padres para que preparasen al hijo, volveremos, como siempre tenemos que ha­cerlo, a Dios mismo verificando así el dicho de San­tiago. Toda dádiva buena y todo don perfecto de arri­ba es, descendiendo del Padre de las luces, de parte de quien no puede haber variación, ni sombra de mu­danza." Esto es manifiesto cuando notamos que Dios prometió dar a David semejante hijo (véase 2Sam. 7:12-16), ocasiona la oración y las instrucciones de David (véase 2Sam. 7:18-29 y Salmo 72) y tam­bién avivó el interés de su madre (véase 1Crón. 29:9 y I de Reyes 1:28-29).
El origen de la sabiduría de Salomón pues, fue como sigue (1) La promesa y el juramento de Dios; (2) Instrucciones, consejos y oraciones de sus padres que prepararon al hijo para que pidiese las mejores cosas; (3) El hecho de que Dios animó a Salomón a expresar su elección; (4) La elección y la peti­ción de Salomón; (5) El hecho de que Dios le dio la cosa pedida.
Segunda pregunta. ¿Cual fue esta sabiduría? Sólo los ignorantes piensan que la sabiduría y el conoci­miento son la misma cosa. Puede uno saber mucho y no obstante ser el mayor tonto de todos. He conoci­do personas cuyas mentes fueron como grandes des­vanes llenos de cosas de toda clase de géneros, y sin embargo, no eran bastante sabios para hacer uso práctico de toda aquella miscelánea. La sabiduría es la aplicación de los conocimientos. "Viene el co­nocimiento, pero la sabiduría permanece." Los ele­mentos de la sabiduría de Salomón eran como sigue:
Primero, inteligencia para entender juicio y para juzgar y gobernar rectamente. Su sabiduría le fue dada para capacitarle a desempeñar sus deberes co­mo rey de un gran pueblo. Así lo definió él: "Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para discernir juicio, para juzgar a tu pueblo."
El segundo elemento fue regulación de las pasio­nes y la vida. El libro de Proverbios siempre hace distinción entre el sabio y el simple. Un sabio por discernir claramente las cosas rectas y aplicarlas, no se dejara atrapar o seducir por la tentación, pero el simple es desviado y una flecha le atraviesa el híga­do.
Otro elemento de la sabiduría era el modo recto de hacer las cosas. Se puede discriminar entre pastores sabios y simples por su manera de hacer las cosas. La mayor parte de los disturbios de las iglesias re­sulta por el modo indiscreto de manejar los asuntos delicados. Si platica indiscretamente con los miem­bros acerca de un asunto delicado dividirá su iglesia en partidos hostiles, si predica sobre ese asunto sin juicio, o expresa su opinión sin suficiente evidencia, entonces no podrá resolver la cuestión con impar­cialidad. Al contrario, manejando el asunto sabia­mente, puede sanar la brecha. Cuando se presenta un caso difícil a un hombre sabio sus primeras pala­bras son: "Veamos cómo podemos estudiar este asun­to y resolverlo sabiamente de modo que hagamos bien en vez de hacer mal." En la Nueva Inglaterra es un proverbio que la sabia ama de llaves sea una mu­jer de mucho tino. Puede ser que no vea lo recto me­jor que alguna otra mujer pero lo hace mejor; lo hace más diestramente.
El cuarto elemento era su poder de interpretar las cosas. Como los hombres de Isacar, que no sólo po­dían discernir las señales del tiempo, sino que podían construir propiamente la marcha de los aconteci­mientos y por esto decir lo que debía hacer Israel. Nuestro Salvador reprendió a los hombres de su tiem­po porque, aunque podían leer las señales de los cie­los, y decir cuando sería probablemente un día des­pejado o un día nublado, no leían las señales de los tiempos espirituales, de modo que dejaron que sobre­vinieran grandes calamidades. Este poder de inter­pretar se aplica a cosas naturales así como a cosas espirituales. Se ha dicho que nadie puede interpre­tar la naturaleza si no ama la naturaleza. Pero Sa­lomón amaba la naturaleza y podía descubrir el se­creto de la planta sobre la pared, y del cedro del Lí­bano, y de las aves que vuelan y de las flores que se abren. Dice la tradición que las aves le amaban tan­to de modo que las palomas extendiendo sus alas for­maban un pabellón debajo del cual podía ir desde su casa al templo. No es necesario creer la leyenda, pero exhibe la idea que tenia el pueblo del poder de Salomón para interpretar los secretos de la natura­leza. Pollock dice de Byron que ponía su mano fa­miliarmente sobre la crin del océano, y hacía que los montes fuesen sus hermanos, y que los truenos le hablaran como a un amigo. El mismo exhibe su po­der en el famoso poema, "Un apostrofe al océano"— un poema sin igual en su género que todos ustedes harían bien en aprender de memoria. Comienza así: "Hay un placer en los bosques sin senda."
El quinto elemento en su sabiduría era amplitud de corazón o liberalidad. La escritura afirma que tenia grandeza de corazón, vasta como la arena que está a la ribera del mar. Sam Jones solía decir, "Qué ningún hombre puede tener grandeza de corazón si tiene—'ojos de zarigüeya'- -tan cercano el uno al otro que podían ser cegados al mismo momento por un tenedor de dos puntas." Hay hombres tan mezqui­nos que no tienen concepto de un asunto amplio. Pero Salomón tenía grandeza de corazón.
Otro elemento de su sabiduría era la filosofía. El libro de Eclesiastés la contiene. Allí procura cercio­rarse del bien principal y el fin supremo del hom­bre ¿cuál es el bien que debe hacer el hombre todos los días de su vida? La filosofía indaga la razón de las cosas porque la filosofía de una cosa es la razón de ella. Ya sabéis que tengo poco respeto para la fi­losofía no inspirada. Podríamos con provecho omi­tirla de los cursos del colegio. Es pura especulación toda ella desde Thales hasta Epicuro y Zeno; desde Aristóteles hasta Kant; desde Kant hasta el prag­matismo del Prof. James de Harvard.
Como dice bien Guillermo Ashtnore escribiendo del Prof. James, "Lewes hizo las veces de un enterrador sepultando todas las filosofías hasta su tiempo, y sus sucesores le han sepultado a 61." Después de todo sus especulaciones no valen nada, tan variados como las escenas en un calidoscopio, y todas tan transitorias como el arco iris. Cada sucesor hace una sola cosa buena—borra la senda de su predecesor.
Aun Salomón sigue un camino largo y costoso en Eclesiastés para llegar a una conclusión que es ob­via a la fe de un niño. Obsérvese cuidadosamente que debe invocarse la sabiduría a fin de hacer la cosa recta en la manera propia en el trato con nues­tros semejantes y con nuestro Dios; para que seamos conducidos en las sendas de juicio, misericordia y verdad.
Otro punto en el análisis es el de afirmar el prin­cipio de la verdadera sabiduría en el corazón hu­mano, y allí se halla que la conclusión de Salomón está en perfecta armonía con Job 28. Todo ese capí­tulo se dedica a esta cuestión: "¿De dónde pues viene la sabiduría? y ¿cuál es el lugar de la inteligencia?" y concluye diciendo: "El temor del Señor, es la sabi­duría, y el apartarse del mal la inteligencia." Cuan­do leemos el N. T. hallamos que Santiago dice: "Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, el cual da con largueza a todos, y no zahiere; y le será dada, mas pida con fe sin la menor descon­fianza. Si el hombre es desconfiando y variado en todos sus caminos, su oración no será concedida." Otro elemento en el análisis es, la característica an­tecedente del que busca la sabiduría. En primer lu­gar, la humildad. Salomón dice, "Soy niño," conoce su necesidad, "No sé cómo salir ni entrar," y en seguida la petición de que se le dé sabiduría.
El próximo punto en la sabiduría de Salomón con­testa esta pregunta: ¿Cómo se expresó aquella sabi­duría suya? Y la respuesta es, se expresa primero, por hechos, como cuando hizo la decisión acerca del ni­ño que las dos mujeres reclamaban, y segundo, cuan­do contestó todas las preguntas difíciles que le hizo la reina de Seba y diremos de paso que él es el único hombre conocido en la historia que contestara realmente todas las preguntas que le fueron dirigidas por una mujer. También se expresa en los libros que escribió, que tratan del asunto: Proverbios, Eclesiastés, Cantar de Salomón, y un salmo. En estos libros la expresa en Proverbios, dichos sentenciosos y pa­rábolas, contrastando una cosa con otra, una compa­ración obtenida poniendo dos cosas paralelas que es la significación original de parábola.
Otro punto en el análisis es la fama de su sabi­duría, o la impresión que hizo sobre su propio tiem­po y las generaciones siguientes. Según la declara­ción hecha en I de Reyes 4:34, la fama de Salomón llegó a todos los reyes de la tierra. Todos oyeron ha­blar de él. La reina de Seba oyó su fama. Su fama fue llevada sobre todo buque, llevada a través de to­do desierto sobre todo camello, llegada por todo via­jero, "Allá en Jerusalén, en la Tierra Santa está el hombre más sabio que el mundo ha conocido. Puede resolver toda perplejidad, puede contestar las pre­guntas más difíciles. Puede hacer los juicios más rectos. Puede discernir el mero corazón de una cosa y abrirlo." La fama de su sabiduría es evidenciada por imitaciones en días postreros y por leyendas ex­travagantes. Los libros apócrifos de "Sabiduría" y "Eclesiástico," son imitaciones, hechos siglos des­pués, el primero es una imitación de Proverbios, el segundo lo es de Proverbios, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares de Salomón. "El Salterio de Salo­món" que consiste en 18 salmos y que se halla en la Versión de los Setenta es otro ejemplo de imita­ción. En verdad, siguió una escuela de literatura "de sabiduría. Las leyendas extravagantes de los exorcismos practicados en demonios y genios, sus poderes mágicos expresados en encantamientos, sellos, amule­tos, en cantos e inscripciones, pueden verse en Josefo, el Koran,"Las Mil y una noches,"y un mundo de li­teratura oriental. Los judíos tienen una tradición de que cuando Alejandro vino a Jerusalén y llegó a saber de la sabiduría de Salomón, se llevó consigo una copla de los libros de Salomón, y la dio a Aris­tóteles, y que este derivó una gran parte de su filo­sofía de la filosofía de Salomón.
En esta conexión puede preguntarse la fecha del libro de Job. Stanley después de hecha una compa­ración de su estilo, pensamiento, y términos de ex­presión, con el libro de Salomón, decide que es un producto del tiempo de Salomón. Su argumento es muy inconclusivo. Por otra parte, el Dr. Thirtle, en sus "Problemas del Antiguo Testamento" opina que fue compuesto para tranquilizar e instruir a Ezequías ea sus aflicciones. Su argumento es mucho más plausible que el de Stanley, pero el argumento a fa­vor de Moisés como el autor de su tiempo como el de la composición es mucho mas fuerte que cualquiera de los otros. El libro de Job es más antiguo, más pro­fundo y más arcaico que Eclesiastés, Proverbios, o el Salmo 73 atribuido a Asaf. Sus correspondencias con el Pentateuco son más numerosas y más nota­bles que ningunas que pueden descubrirse en la li­teratura de los días de David, Salomón o Ezequías. Moisés, desterrado por cuarenta años en Madián, que lindaba con el país de Job, halla la oportunidad en la asociación que resulta de los personajes de Job. Los padecimientos no merecidos de su pueblo en el hor­no de Egipto, de cuyos padecimientos él mismo es un ejemplo,—esto da la clave al libro. La zarza ardiente resuelve el problema, y después de esta lección si­guen apropiadamente Génesis, Éxodo, Levítico, Nú­meros y Deuteronomio, aumentando la luz. El libro de Job muestra como los hombres, sin las revelacio­nes del Pentateuco, procuran resolver el problema de los padecimientos no merecidos de los justos. Sus pa­sajes característicos reclaman una revelación. Es so­bre esta teoría que el primer libro de la Biblia había de escribirse, por esto opino que Job es el primer libro de la Biblia. El último pensamiento en conexión con la sabiduría de Salomón es:
El Glorioso Antitipo. —Tengo que hablar un poco acerca de él. En Mateo 12:42, Jesús dice: "La reina del Austro se levantará en el juicio con esta genera­ción, y la condenará; porque ella vino desde los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y he aquí uno mayor que Salomón en este* lugar." En otras palabras, en el Nuevo Testamento hay sabidu­ría; Pablo lo dice, usando la forma femenina, Sophia, esto es, la sabiduría y el poder de Dios; Juan lo dice usando la forma masculina Logos o Razón.
Los fariseos hicieron esta pregunta:"¿De dónde tiene este hombre sabiduría?" Querían saber el ori­gen de la sabiduría de Cristo, viendo que nunca ha­bía aprendido. ¿De dónde su poder para hacer en­mudecer todo contradictor y dar respuestas a perple­jidades que asombran al mundo en la actualidad? ¿De dónde su sabiduría? En Isaías II se halla la pro­fecía acerca de la sabiduría del gran antitipo de Sa­lomón, el Príncipe de Paz:
"Y saldrá un Retoño del tronco de Isaí, y un Re­nuevo brotará de sus raíces; y descansará sobre él el Espíritu de Jehová; Espíritu de sabiduría e inte­ligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y del temor de Jehová; y no juz­gará según la vista de los ojos, ni fallará según el oír de los oídos; sino que con justicia juzgará a los desvalidos, y fallará con rectitud por los mansos de la tierra y herirá la tierra con la vara de su boca_, y con el resuello de sus labios matará al inicuo. Y la justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ce­ñidor de sus riñones."
Allí está la sabiduría séptupla, que quiere decir la perfección de la sabiduría. Aquella sabiduría fue dada sin medida a Cristo, y él también la pidió al subir de su bautismo, porque el Espíritu descendió sobre el en forma de paloma. Después, todo pensamiento, todo paso de su vida, estuvo de acuerdo exac­to con los impulsos del Espíritu de Dios que vino so­bre él sin medida. Habló en parábolas poniendo co­sas lado a lado, y habló en proverbios y epigramas, y los dichos de Jesús gobiernan el mundo ahora. Rige con justicia exacta, tanto a los ricos, como a los po­bres.
La idea que tenían los judíos de la sabiduría sobre­pujaba con mucho la idea que tenían los griegos. La suya era solamente la filosofía humana, puramen­te especulativa. Por ejemplo, Lucrecio, en "La Natu­raleza de las Cosas," o sea la filosofía epicúrea en su fuente original, anuncia las características esencia­les de la evolución moderna, i Véase como los estoi­cos se dieron cuenta del origen de las cosas y del go­bierno del mundo! La suerte y el destino de los epi­cúreos están en contra de la Providencia de Dios. Véase cómo su sabiduría no tenía efecto práctico sobre la moral. Con frecuencia sus hombres más sa­bios eran los más viles, y en los alcances más altos de sus filosofías sus ciudades se hicieron pútridas a la vista de Dios. No es asi con la sabiduría que da Dios. En la misma manera el gnosticismo, un conocimien­to subjetivo e infalible para los pocos, produjo una progenie variable de asceticismo, licencia y antinomianismo. Cristo, pues, es el gran antitipo de Salo­món.

PREGUNTAS.

  1. ¿Qué escrituras relatan la sabiduría de Salomón?
  2. En cuanto a su origen: (1) ¿cuál fue el elemento hu­mano? (2) ¿cuál fue el elemento divino?   (3) ¿cuál es el resumen del origen?
  3. En cuanto a. su significación y contenido: (1) Defí­nase la sabiduría comparándola con el conocimien­to, y dígase quién escribió "El conocimiento viene más la sabiduría permanece." (2)  Dense los elementos de su sabiduría. (3) Muéstrese en qué consiste la supe­rioridad de la  sabiduría  hebrea, sobre  "La  Sophía" de los griegos.
  4. ¿Cómo va Salomón por un largo camino para hallar su conclusión  sencilla acerca del  mero principio de la sabiduría?
  5. ¿Qué capitulo de Job se dedica a la misma investi­gación y llega a una conclusión semejante?
  6. ¿Cómo nos dice Santiago, el hermano de Nuestro Se­ñor, que podemos alcanzar la sabiduría?
  7. ¿Cuales son las características antecedentes del que busca la sabiduría?
  8. ¿Cómo se expresó la sabiduría de Salomón?
  9. ¿Qué se dice de la fama de su sabiduría: (1) cómo es manifestado en este capítulo? (2) cómo se expresa en imitaciones? (3) cómo se expresa en leyendas?
  10. Cítese un ejemplo ilustre de una persona que visitó a Salomón a causa de su sabiduría.
  11. ¿Qué efecto tuvo en ella su sabiduría?
  12. ¿Qué hijo moderno perpetua su dicho?
  13. Haced el bosquejo de un sermón sobre la referencia hecha a ella por Nuestro Señor en Mateo 12:42.
  14. ¿Quién es el glorioso antitipo de Salomón?
  15. ¿Qué palabra griega usa Pablo para describirle?
  16. ¿Qué palabra griega emplea Juan con el mismo fin?
  17. ¿Qué cosa  fue la que  tenia perplejos a los  fariseos acerca de  él?
  18. Cítense las palabras de Isaías que contestan su pre­gunta.
  19. ¿Cuál es el gran contraste sobre líneas prácticas entre la sabiduría de Cristo y la de Salomón.
  20. Defínanse el  Gnosticismo  y el Agnosticismo y com­párese la sabiduría de Cristo con ambos.
  21. Explíquese el lucho de que Salomón sacrificó en Gabaón en lugar de Jerusalén.


XXVIII
LAS OBRAS DE SALOMÓN
1Reyes 5; 6; 7; 13, 14; 2Crón. 2; 3; 4.

Las obras de Salomón fueron principalmente cons­trucciones, sean casas, cisternas, etc., hechas durante su reinado y bajo su vigilancia. La primera y la más famosa fue el templo. La segunda fue su propia ca­sa. La tercera fue la casa de su esposa. La cuarta fue la construcción de los muros de Jerusalén y sus for­tificaciones, esforzando especialmente la famosa ciudadela de Milo. Quinto, construyó dos clases de ciu­dades, y bastantes de cada clase. Una clase fue para el sitio y la protección del comercio; otra clase fueron ciudades fortificadas que dominaban todos los pa­sos para su tierra desde cualquier dirección. Entre las ciudades fortificadas nótense las siguientes:
Primero, Líbano. Edificó una fortificación fuerte en la parte septentrional de su país en las montañas del Líbano en el gran camino real de Damasco, para proteger el inmenso tráfico que pasaba por aquella ciudad desde los vados del Eufrates.
En seguida, Hazor, aun más hacia el Norte cerca del lago Merón. El objeto de aquella ciudad fue el de proteger la entrada desde el sur de Siria a su país. Debéis saber la topografía del país a fin de entender lo sabia que era la situación de cada ciudad forti­ficada.
Otra era Megido en la llanura de Esdraelón, que era la gran llanura de batalla de la Tierra Santa. Fue así en los tiempos antiguos. Fue así en la edad media, y según las profecías serán así cerca del fin del tiempo. Esta fortificación  dominaba   toda la llanura de Esdraelón. Estuvo en la parte occidental de la Tierra Santa, como a la mitad de ella y no lejos del mar Mediterráneo.
Otra estuvo en el gran paso de Beth-horon, donde Josué libró su batalla decisiva. Esto es, el paso que conduce del país de los filisteos a Jerusalén. Forti­ficó los dos extremos de este paso, tanto el bajo como el alto, de modo que desde las llanuras de Filistea un ejército no podía acercarse a Jerusalén por ese rumbo.
En el sur estuvieron Gezer y Baalath, que también eran ciudades fortificadas que no solamente servían de protección contra las incursiones de los filisteos, sino también de las incursiones de los egipcios des­de el Sur. Sus otras ciudades amuralladas—y no men­cionaré todas ellas—protegieron los límites al este del Jordán, de modo que, una vez completadas estas fortificaciones el país de Salomón fue como París an­tes de la guerra con Alemania, esto es, desde todas direcciones había largas líneas de fortificaciones.
La otra clase de ciudades servía principalmente el comercio. Debéis tener delante un mapa. Al Este o Noreste de Damasco, y al Sur de su límite sobre el Eufrates, había un desierto, y en el que había un grupo de los más famosos manantiales o fuentes del mundo—agua perenne en abundancia y hermosos bosques de palmeras—y allí Salomón construyó una ciudad llamada Tradmor, que duró mil años y en la historia posterior es llamada Palmira, donde reinó Zenobia, la reina del Oriente.
Si estáis familiarizados con la historia de Roma, os acordaréis de su captura en su capital Palmira, y que fue traída prisionera a Roma, y allí contentán­dose con ser una matrona romana, casó con un miembro de la nobleza romana. En la historia, la ciudad de Palmira es famosa. En nuestro tiempo es famosa en la Arqueología. A las ruinas de Palmira, Baalbek y Thebas sobre el Nilo, y otros lugares semejantes, van los eruditos para hacer excavaciones y darnos los resultados de sus estudios en la arqueolo­gía.
Salomón construyó una ciudad bastante grande, no para el comercio de la tierra sino para el comer­cio por mar, al extremo norte del Golfo de Akaba, y transportó allí una grande población a fin de que fuese habitada por judíos leales, por ser este su único buen puerto de mar. Los que estuvieron sobre la cos­ta mediterránea dentro de los límites de su país— Joppe, por ejemplo, eran muy inferiores puertos de mar.
Otros grandes edificios construidos durante su rei­nado, eran los almacenes, construcciones inmensas sobre las líneas del tráfico que conducían a Jerusalén donde se almacenaban las rentas del rey. Tam­bién los grandes establos que construyó para los ca­ballos de sus carros y los caballos del ejército.
Otra gran obra de Salomón fue la construcción de caminos. Nuestros diarios dicen mucho acerca de la necesidad de buenos caminos para carros, peatones y jinetes, para traer los productos del campo a la ciu­dad. El sistema de caminos de Salomón llegó a ser tan famoso como el de los caminos descrito por Prescott en la historia del Perú, que superan todos los de la historia con excepción de los caminos Romanos.
Una obra muy difícil de Salomón fue la construc­ción de una flota de navios. Cuando comerciaba en el Mediterráneo tuvo que usar los navíos de Tiro, justamente como gran parte de nuestro tráfico en la actualidad se verifica por medio de buques Ingle­ses o Alemanes. Esto no ayuda tanto a un país como lo hace el tener sus propios buques mercantes, sus propios buques de carga. Un cambio tremendo se efectuó en el reino de Salomón por el establecimien­to de esta flota de buques en Ezion-geber en el ex­tremo septentrional del Golfo de Akaba, que es una parte del mar Rojo. Aquellos navíos fueron manejados por tirios, en su mayor parte, puesto que los ju­díos no eran buenos marineros, y aquella flota se da­ba a la vela con ceremonias imponentes para estar ausentes tres años. Este es un viaje muy considera­ble. La flota bajaba por el océano Indico hasta las Indias orientales, Borneo, Sumatra, y otras islas en el archipiélago Indico, y en seguida hasta los archi­piélagos en el océano Pacífico, y a lo largo de la cos­ta oriental de África.
Antes del tiempo de Salomón, África había sido circunnavegada. Flotas que se dieron a la vela en el mar Rojo, habían doblado el Cabo de Buena Espe­ranza al sur de África, y habían entrado de nuevo "en el Mediterráneo por el Estrecho de Gibraltar. Pare­cían haber olvidado esto cuando poco antes del tiem­po de Colón, Vasco de Gama, circunnavegó el África pero se había hecho antes del tiempo de Salomón. Aquella flota le traería especies, joyas, oro y plata, y se mencionan aquí en el texto pavos reales entre otras cosas, con los cien ojos de Argo en sus colas, se­gún la leyenda griega. Os acordareis de que Juno nombró a Argos porque tenía 100 ojos para vigilar a Júpiter a fin de que no se quedase fuera en la no­che, y Júpiter empleó a Mercurio para que tocase su flauta, a fin de dormir a Argos con su música, y ma­tarle mientras dormía y entonces Júpiter hizo lo que tenía ganas de hacer sin espionaje. Pero Juno puso los ojos de Argos en la cola del pavo real, y por cier­to, si sus ojos no servían otro propósito mejor, bien podían estar en la cola de un ave.
En el "Atlas" de Hurlbut hay una descripción más detallada del edificio de Salomón—el templo del Se­ñor. No debéis esperar que os dé una descripción de­tallada del templo. Antes bien, presento algunos pun­tos salientes.
I. El Plan y las Especificaciones. —Estas todas fue­ron dadas a David por inspiración de Dios. El templo, propiamente dicho, no era sino una amplificación de la casa construida por Moisés, con las proporciones relativas conservadas en todas partes. El plan de la casa construida por Moisés fue también Inspirado. Estudiamos esto en Éxodo.
II. La Fecha. —En I de Reyes 6:1 se hace esta declaración: "Y aconteció que en el año cuatro-Lientos ochenta después que salieron los hijos de Israel de la tierra de Egipto; en el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, se puso Salomón a edificar la casa de Jehová," y en el segundo día de este segun­do mes como se ve en el pasaje correspondiente de Crón., este templo fue comenzado. Esta fecha espe­cifica dada con tanta circunstancialidad ha tenido perplejos a muchos comentadores. No saben como ha­cer caber los acontecimientos contenidos en los li­bros de Moisés, Josué, Samuel y David en justamente 480 años. Es el pasaje principal que influyó en el arzo­bispo Usher al arreglar la cronología como se ve en la cabecera de la Biblia del Rey Jaime (la versión co­mún inglesa).
En I de Reyes 6:37-38 se dice: "En el año cuarto del reinado de Salomón, fueron echados los cimientos de la Casa de Jehova, en el mes de Zif,; y en el año decimoprimero, en el mes de Bul, es decir, el mes octavo, fue acabada la Casa; en to­das sus partes, y de acuerdo con todo su diseño. Por manera que la acabó de edificar en siete años." No solamente el templo mismo, sino todos sus muebles, los utensilios e instrumentos de toda clase puestos en el templo y usados en su culto, fue la obra de sie­te años.
Otro punto que merece atención es el mensaje del Señor a Salomón cuando estaba para comenzar esta obra. Se halla en I de Reyes 6:12-13: "Entonces Sa­lomón tuvo revelación de Jehová, que decía: En cuanto a esta Casa que estás edificando, si tú an­duvieres en mis estatutos, y cumplieres mis leyes, y obedecieres todos mis mandamientos, andando en ellos, entonces yo cumpliré contigo mi promesa que hablé a David tu padre; y habitaré en medio de los hijos de Israel, y nunca dejaré a mi pueblo Israel." Esto es lo que dice a Salomón, "Tú has comenzado a construir una casa para mí. Vengo a decirte que estoy contigo, y a darte mi promesa al principio que haya de ser la morada de Dios." Cuando llegamos a la próxima visita que hace el Señor a Salomón, cuan­do la casa fue dedicada, os daré otro pasaje extraor­dinario, pero éste está al principio de la obra.
La próxima cosa que notamos es el sitio. La pri­mera vez que se menciona el sitio fue en el tiempo de Abraham. Abraham fue mandado tomar a su hijo Isaac y ofrecerle como holocausto sobre el monte Mo­rían, poseído entonces por los jebusitas; y sobre ese monte, donde más tarde el templo fue construido, allí se verificó el sacrificio simbólico de uno más grande que Isaac. La próxima mención que tenemos del sitio es cuando la plaga sobrevino al pueblo de Jerusalén, y David, para desviar la plaga, se pre­sentó delante de Dios, y ofreció morir en lugar de su pueblo, suplicando que el castigo cayese sobre él para que el pueblo fuese perdonado. Cuando vio que el ángel de la muerte se acercaba a Jerusalén, salió osadamente a encontrar al ángel, y propuso su pro­pio sacrificio como su sustituto, y entonces la plaga fue detenida, y en el lugar donde la plaga fue de­tenida, David compró la era de Arauna Jebuseo, y señaló como el sitio donde la Casa de Dios debía construirse, donde se ofrecerían los grandes sacrifi­cios que habían de predecir la venida del más gran Sacrificio.
La próxima cosa importante es la preparación del cimiento.. Debemos imaginarnos un monte de forma irregular cuya cima fue quitada lo suficiente para hacer un área bastante grande. Si por tres lados el monte estaba rodeado por un valle, tenía que construirse un muro por aquellos tres lados hasta el ni­vel deseado, y la tierra quitada de la cumbre tenía que utilizarse para llenar todo el espacio hasta la parte de arriba del muro por un lado no habría mu­ro. El área del espacio nivelado así, consistía como de treinta acres en la forma de un trapezoide, un lado del cual tenia como 1,520 pies; el lado opuesto tenia 1,611 pies; un extremo tenía 1,017; y el otro ex­tremo 921 pies. Por supuesto la altura del muro se­ría distinta en los tres lados, según la inclinación del declive hacia el valle abajo. La parte más alta del muro tenia 143 pies. Este muro perpendicular, cons­truido de inmensas piedras sobrepuestas la una en la otra sin cemento, haría que el área del templo fuese inaccesible e inexpugnable por tres lados. El cuarto lado fue defendido por un foso inmenso, y por la torre fortificada del Milo. La cumbre del monte que fue quitada no bastaba para llenarlo por los tres la­dos hasta la cima del muro y también para dar pie­dras para los edificios y las plataformas. Por esto Salomón abrió canteras por los otros lados del mon­te excavando debajo de la ciudad misma. Allí ac­tualmente pueden verse las canteras subterráneas de Salomón, donde trabajaban los esclavos en el co­razón de la tierra. Sus huesos están justamente don­de murieron, y allí están las señales de sus herra­mientas en la roca eterna, y algunas de las inmensas piedras que no se usaron. Estos esclavos eran los cananeos asimilados, alimentados y vestidos por cier­to, hasta cierto punto, pero no asalariados. Así fue también con la multitud de trabajadores que fue enviada a Tiro bajo sobreveedores para sacar las ma­deras del bosque, eran obreros forzados, miles de ellos, que trabajaban por turnos bajo capataces.
Pero Salomón no tenía obreros en su reino bastan­te peritos para dirigir el trabajo en piedras y esta­blecer fundiciones para hacer los objetos de bronce, plata y oro. Por esto suplicó a Hiram, rey de Tiro, que le enviara un superintendente experto. El rey de Tiro le envió el hijo de una viuda, llamado también Hiram. Si alguna vez llega Ud. a ser masón, oirá más acerca de este Hiram Abiff. El fue el arquitecto de todo el edificio siendo el superintendente de toda la obra. El texto aquí da informes de él y de lo que él hizo en la construcción del templo.
Tenía que hacerse una obra preparatoria igual­mente estupenda, esto es, para proveer una canti­dad adecuada de agua. A este fin, construyó enor­mes cisternas capaces de contener muchos millones de barriles de agua, y acueductos para conducir el agua. Construyó estanques, como el de Siloé, y otros vastos estanques.
No debéis pensar que los treinta y cinco acres eran de un solo nivel pues ocuparon varios niveles dividi­dos en plataformas; se subía por plataformas sucesi­vas hasta que sobre la plataforma más alta se levan­ta el templo propiamente dicho rodeado de sus edifi­cios accesorios. El atrio de los gentiles ocupaba el ni­vel más bajo, el atrio de las mujeres ocupaba la más alta plataforma inmediata. Tuda el área con sus di­visiones interiores corresponde en su plan general al área cercada al derredor del Tabernáculo de Moisés y la tienda misma. El templo mismo que no era si­no un edificio pequeño, no era sino el Tabernáculo de Moisés hecho en una escala más grande, conser­vando todas las proporciones relativas.
Era más difícil conseguir la madera que las piedras. Fue traída de los bosques del Líbano—y era de cedro, o pino. El trabajo de sacar la madera de los bos­ques, y traerla en grandes balsas desde Tiro a Joppe, fue hecho por los hombres de Hiram. Salomón dio las provisiones y pagó el trabajo dando a Hiram diez ciudades. Cuando Hiram vino a inspeccionar las ciu­dades halló que no eran sino sitios para ciudades, algo así como la descripción hecha por Carlos Dickens de ciudades americanas, que no existieron "sino en brillantes perspectivas, o como la descripción hecha de Jerusalén en los días de Esdras y Nehemías: "Por­que la ciudad era de amplias y grandes dimensiones; pero el pueblo era poco en medio de ella; pues las casas no habían sido edificadas todavía." Hiram, dis­gustado, rehusó recibirlas, y Salomón las construyó y las llenó de judíos. Siempre ha parecido, juzgán­dolo, con las luces que tenemos, que Salomón trató de una manera indigna y mezquina a su aliado genero­so que había confiado en su honor. Los obreros de Salomón tuvieron que transportar esta madera so­bre los cerros desde Joppe a Jerusalén, y allí, bajo la perita superintendencia de Hiram, el hijo de la viu­da, fue preparada para su lugar en el templo. En verdad, toda parte, sea de piedra, madera o metal, fue tan hábilmente preparada que el templo fue construido sin sonido de hacha, serrucho o martillo. Así el templo espiritual se levanta con silencio an­tes que con ruido. El Reino del Cielo no viene con observación. Mucho ruido en nombre de la religión como el que se oye en muchos avivamientos moder­nos, mucha confusión de servicios mezclados, como en Corinto, no conducen a la edificación del templo de Cristo.
Hay algunas referencias a las obras de Salomón muy dignas de notarse en Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Por ejemplo, este pasaje de Eclesias­tés 2—donde habla Salomón mismo: "Híceme pues obras grandes, me edifiqué casas; planté para mí viñas; hice para mí jardines y vergeles, en los cua­les planté árboles frutales de toda especie, hice pa­ra mí estanques de agua, para que con ella se regase el bosque donde se cultivan los árboles."
De los jardines o paraísos hechos por Salomón, los principales eran estos: Uno estaba cerca de Jerusalén, donde tenían que cortar mucha roca para te­ner el espacio necesario—las terrazas—para su jardín. Otra fue hecha como a siete millas al sur de Jerusalén, cerca de Betlehem; y su parque de verano estaba en el monte Líbano, descrito en el Cantar de Cantares, y cuando llegó el calor del verano, y él es­taba para partir hacia su lugar de veranear en las montañas, se le preparaba un palanquín, o carruaje para viajar, y ¡que cosa tan lujosa era! Por ser un país montañoso, usaba un palanquín llevado sobre los hombros pero no lo usaba hasta llegar a un pun­to donde no podía utilizarse un carruaje hasta ese punto viajaba en un hernioso carruaje; el más her­moso que se ha conocido jamás, tirado por los más finos caballos, como nos dice ese Cantar: "¿Quién es ésta que viene subiendo del desierto, como co­lumnas de humo, perfumada con mirra y olíbano, y con todos los polvos aromáticos del traficante?"
La era de todas estas obras famosas fue de paz. No son las proezas de tiempos intranquilos. La gue­rra es destructiva, no constructiva. Salomón no era hombre de sangre, sino príncipe de paz, y por esto era el tipo de aquel por cuyo triunfo las guerras ce­san para siempre.


PREGUNTAS.

  1. ¿Cuáles fueron los principales, obras de construcción de Salomón en Jerusalén?
  2. ¿Cuáles fueron los dos géneros de ciudades construi­das en otras partes?
  3. Menciónense las más importantes ciudades fortifica­das y dígase el propósito de cada una.
  4. Localícese y descríbase la ciudad comercial de Tadmor, y dígase algo de su historia subsiguiente.
  5. ¿Qué ciudad construyó para comercio de mar y cómo fue colonizada?
  6. ¿Por qué tuvo que depender de las ciudades de Tiro y Sidón para su comercio en el Mediterráneo?
  7. Localícese Ezion-geber y dése la razón de su cons­trucción y descríbase el comercio por ella. Descríba­se su flota; dígase quiénes eran los marineros y por qué; cuánto tiempo gastaban en sus viajes, qué paí­ses visitaban, y qué productos importaban.
  8. ¿Había sido África circunnavegado antes de los fa­mosos viajes hechos alrededor de ella por Vasco de Gama? ¿Cómo fue hecho?
  9. ¿Dónde probablemente estuvo el Ophir de los anti­guos?  ¿Dónde estuvo Tarsis?
  10. ¿Qué hizo Salomón en cuanto a caminos, y qué otros países fueron célebres por sus buenos caminos?
  11. ¿Qué se hace en cuánto a esto en nuestro país ac­tualmente?
  1. 12. ¿Cómo   fueron  obtenidos  los   planes  detallados  del templo, y por medio de quién?
  1. ¿Qué plan previo sobre una escala más pequeña fue seguido, y cómo y por quién se obtuvo?
  2. ¿Por qué insistió Jehová en que se cumpliera cada detalle de su plan?
  3. ¿Cuál fue el sitio del templo, y cuáles eran los dos grandes hechos históricos que conducían a su elec­ción y su significación típica?
  4. ¿Dónde podemos encontrar los detalles de la cons­trucción del templo?
  5. Dense la fecha en que fue comenzado y el tiempo gastado en su construcción.
  6. Descríbanse la obra fundamental, el área obtenida, su forma y las dimensiones de los lados.
  1. 19. ¿De   donde   obtuvieron  el  material  para  esta  obra fundamental, los obreros, y qué evidencias modernas hay de su trabajo?
  2. 20. ¿Cuántos niveles hay sobre esta área, y cuál fue el propósito de  cada  uno?
  1. ¿De dónde obtuvieron la madera, y qué clase de ma­dera era? ¿Como fue cortada y transportada, quié­nes eran los obreros, cuántos eran y cómo fueron ali­mentados?
  2. ¿Quién era el arquitecto humano?
  3. Además de la provisión  de  alimentos,  ¿cómo pagó Salomón a Hiram, Rey de Tiro, por su ayuda, cuál fue la opinión de Hiram de la transacción, qué se hizo del territorio desechado?
  4. ¿Qué evidencia hay de la preparación perfecta de toda pieza de material antes de que fuese puesta en el edificio, y cuál es la significación típica?
  5. ¿Qué se hizo del templo de Salomón, y cuál templo lo sucedió? ¿cuál fue la suerte de éste y quién lo res­tauró de una manera magnífica cerca del tiempo de Nuestro Señor, y qué se hizo de él? ¿Qué edificio ocu­pa ahora su sitio antiguo?
  6. ¿De qué cosa fueron tipo el Tabernáculo de Moisés y el templo de Salomón?


XXIX
LA DEDICACIÓN DEL TEMPLO
1Reyes 8; 2Crón. 5; 6; 7; 1Reyes 9:9; 11; 2Crón. 8; 1Reyes 10; 2Crón. 9; 1Reyes 4.

Esta discusión comienza con la página 178 de la Armonía, y se relaciona con la dedicación del tem­plo. Ya hemos mostrado que su construcción fue la obra más grande de Salomón; que hizo una más pro­funda impresión en la mente del mundo que cual­quier otro edificio en la historia del mundo. La im­portancia del templo consistía en que había de ase­gurar un lugar central para el culto, o mejor dicho, para el sacrificio. Su objeto fue el de efectuar la uni­dad de fe y la unidad nacional entre el pueblo. La idea resulta de la siguiente legislación por Moisés. "Cuando hayáis obtenido posesión de la tierra y os hayáis establecido, entonces tendréis un lugar en donde comparecer delante del Señor." En breve, los propósitos del templo eran éstos:
1. Proveer una habitación fija para Jehová.
2. Proveer un lugar central de culto donde pudie­ran reunirse las tribus en las tres grandes fiestas anuales a fin de conservar así la unidad de la na­ción, siendo Jehová el centro de la unidad. En otras palabras, como explicamos sobre Levítico, debía ha­ber: (a) Un lugar para encontrar a Jehová sobre el trono de Gracia, (b) Sacrificios, o medios de pro­piciación, (c) Sacerdotes, o Intermediarios entre Je­hová y el pueblo, (d) Tiempos pura acercarse a él, esto es, con ofrendas diarias, semanarias, mensua­les y anuales, (e) Un Ritual, que decía cómo acer­carse a él.
3. Prefigurar el edificio más glorioso, la iglesia de Nuestro Señor. Un edificio magnífico, con un ritual imponente, y con tiempos fijos para reunir toda la nación, efectuaría esta unidad de fe y de vida na­cional. Habiéndose completado ya el edificio. Salo­món ahora se propone dedicarlo pública y formal­mente al servicio de Dios. Dios le había dicho cuando comenzó a construirlo que habitaría en la Casa cons­truida para él, y ahora Salomón se propone, por medio de un servicio nacional y muy solemne, consagrar esta Casa al Señor. Supongo que hemos obtenido la Idea de tener servicios de dedicación de este aconte­cimiento antes bien que de ningún otro servicio de dedicación o de todos los demás juntos. La casa no podía dedicarse tan pronto como se acabó. Pasaron probablemente varios meses desde el tiempo en que se terminó hasta que se dedicó. Tenía que dedicarse en un tiempo apropiado. Debe hacerse en ocasión de una de las grandes fiestas nacionales.
La primera cosa era que hubiese una gran convo­cación del pueblo, y se declara repetidas veces que los príncipes y los gobernantes y los hombres repre­sentativos desde Hamat al norte, desde el río Eu­frates, del río Egipto al sur en toda la longitud y an­chura de la tierra, todas debían comparecer delan­te del Señor. De modo que era una muy grande con­vocación nacional. El próximo paso era el de meter en esta casa todas las vasijas sagradas que habían que­dado desde el tiempo de Moisés, y también las que hablan sido preparadas por David. De modo que con grandes ceremonias el viejo Tabernáculo que fue he­cho por Moisés, el altar de bronce de los holocaustos, la mesa del pan de la Proposición y el candelabro de oro, fueron todos traídos y metidos en este templo. Los que no podían usarse todavía, por ejemplo, el Tabernáculo, y muchísimos de los utensilios del an­tiguo tiempo, fueron guardados y conservados como reliquias, incluyendo la serpiente de bronce que había hecho Moisés. Oímos hablar de ésta en un rei­nado posterior y llegamos a saber qué se hizo de ella finalmente. Luego el Arca misma íue traída de la tienda de donde la había colocado David, y fue pues­ta en su sitio en el Lugar Santísimo. Fue necesario hacer una nueva cubierta para ella, o sea un nuevo propiciatorio. Había transcurrido mucho tiempo des­de que se hizo, casi 500 años, y cuando la abrieron no se halló en ella nada sino las de dos tablas de piedra en que Dios había escrito el Decálogo. Por el Pentateuco sabemos que otras cosas habían sido puestas allí, por ejemplo, la vara de Aarón que bro­tó, la vasija del maná y otras muchas cosas fueron puestas al lado del Arca, pero cuando metieron el Arca, no había otras cosas en ella. Probablemente cuando fue capturada por los filisteos, algunas de las cosas fueron quitadas.
Los pasos preliminares de la dedicación fueron: (1) Colocar en el tesoro de la casa todas las cosas de­dicadas por David. (2) Colocar en su lugar propio todas las vasijas y los muebles sagrados. (3) El ofre­cimiento de gran multitud de los sacrificios. (4) El llevar los sacerdotes al Lugar Santísimo el Arca del Pacto. (5) Al salir el sacerdote del Lugar Santí­simo, y estando los ciento veinte sacerdotes parados al oriente del altar tocan sus trompetas, y el gran coro de Levitas rompe en un canto de alabanza y ac­ción de gracias, con címbalos y otros instrumentos, diciendo: "Porque es bueno, porque para siempre permanece su misericordia." (6) Entonces la nube, que era el símbolo de la presencia y la gloria divina, llenó toda la casa.
Así sucedió cuando Moisés acabó el Tabernáculo, y así sucedió en Pentecostés después de haber edi­ficado el Señor su iglesia, cuando el Espíritu Santo vino con poder consagró y atestiguó.
Ahora, teniendo todas las cosas en su lugar, Sa­lomón mandó levantar una plataforma de bronce, como de siete pies cuadrados, para sí mismo, una es­pecie de pulpito, para que estuviese ambientemente elevado sobre el pueblo para que pudiesen verle así como oírle, y ahora notamos un hecho singular, y es que Salomón obró tanto como rey y también como sacerdote, un sacerdote real, un sacerdote sobre un trono, y parece que durante toda su vida funcionó no solamente como sumo sacerdote sino que por toda su vida guardó el sacerdocio entero sujeto a su direc­ción. No hay cosa más evidente en el estudio de su vida que el trono, que en este caso era el poder civil, guardó al sacerdocio, que era el poder religioso en sujeción.
En cuanto a su postura, Salomón estaba parado mientras hacía las observaciones introductorias y cuando pronunció la bendición, pero al hacer la ora­ción se arrodilló, y este es el primer lugar en la Biblia donde se menciona el arrodillarse para la ora­ción. Se lee en la Biblia que a veces se paraban para orar y a veces oraban sentados, y aquí vemos que se oraba de rodillas, de modo que sabemos que la po­sición no es esencial al acto. Se puede orar acostado, pero hay mucha reverencia en el acto de arrodillar­se. Una congregación debe observar una forma.
Parado enfrente del pueblo, en su discurso, recuer­da el hecho de la promesa dada a David de que un hijo le sucedería, y que este hijo le construiría una casa, y de que Dios habría prometido vivir en la ca­sa una vez construida. Entonces comienza su ora­ción, una oración extraordinaria. Su primera petición es que el Señor acepte este edificio y mire hacia él de continuo, que realmente lo habite y esté presente en él. Los otros elementos de la petición se manifies­tan claramente en el texto. (Véase la página 180 de la Armonía). En primer lugar, el caso de prestar ju­ramento donde hay una dificultad entre vecinos, y ésta no puede resolverse por medio de testimonio ex­terior, entonces todos los juramentos deben hacerse delante de Dios. Un hombre, como en la presencia de Dios, ha de jurar solemnemente que lo que él ha de decir es la versión correcta del caso. Esto se llama una apelación al juicio de Dios. Era un método fa­vorito de arreglar dificultades en la edad media. Por ejemplo, un noble podría testificar acerca de un ca­so, otro podría poner en duda su testimonio, y acor­darían referirlo a la decisión de Dios,' manifestado en una batalla, y los dos caballeros saldrían a pelear en la presencia de muchos testigos con jueces que gobernaban todas las formas de ella, y confiando en Dios de que triunfara el derecho en aquella lucha.
En Ivanhoe, se relata una apelación al juicio de Dios en la lucha entre Ivanhoe y Slr Brian de Bois-Guilbert a fin de resolver una acusación hecha con­tra la judía Rebeca. Ella apeló al juicio del combate para que Dios dijera si ella era hechicera como ellos alegaban, y así resolvieron el caso peleando de casos en la historia, las novelas, y la poesía, de esta ape­lación a Dios. Otro método de apelación, también mencionado por Sir Walter Scott es que, cuando se encontró que alguno había muerto por violencia, to­dos aquellos cuyas circunstancias hacían posible que participaran en ese asesinato tuvieran que salir en presencia del juez y con el cadáver del asesinado envuelto en una sabana blanca, poner un dedo sobre el muerto y jurar que no tuvieron nada que ver con aquel asesinato. La leyenda afirmaba que si venía el verdadero asesino y ponía su dedo sobre el muer­to, entonces saldría sangre de la herida, condenan­do así al criminal. Ahora Salomón ruega que en cual­quier caso de dificultad entre dos vecinos, donde no hubiera medios de resolverla por medio de testimo­nio externo, que ellos se presenten ante Dios, y Dios resuelva la cuestión de un modo que absolverá al inocente y condenará al culpable.
Su segunda petición se relaciona con la derrota en la batalla. Este pueblo es un pueblo glorioso. Sin duda se levantarán guerras, y los que salen pueden ser derrotados. Dice que si son derrotados será a causa de sus pecados, y si convencidos de pecado por su de­rrota pública, si allí sobre el mismo campo de batalla, volviendo sus rostros hacia el templo ruegan a Dios que les perdone el pecado, entonces Salomón supli­ca que se les perdone su pecado nacional.
En seguida considera el caso de las sequías. Todo este país está sujeto a sequías, y es fácil que todas las fuentes de vida sean secadas en tiempo de sequías severas. En la Biblia se representa que las sequías sir­ven a Jehová que vienen de parte de él. Elias rogó que no lloviera por tres años y seis meses, y no llo­vió, y entonces rogó que lloviera, y llovió. Ahora di­ce: "Cuando fuere cerrado el cielo, de manera que no haya lluvia por cuanto ellos hayan pecado con­tra ti; si oraren hacia este lugar, y confesaren tu nombre, y de su pecado se convirtieren, cuando tú los afligieres; entonces oye tú en el cielo y perdona su pecado, abre tu las ventanas del cielo y envía lluvia." Se nota cómo relaciona el templo con todas las gran­des vicisitudes de la vida.
En seguida habla de hambre y pestes. El hambre puede resultar de guerras que destruyen los produc­tos de la tierra, o pueden resultar de plagas, como de langostas. Ahora cuando viene un hambre o peste o una enfermedad contagiosa o una epidemia—y to­do el país es azotado por ellas, como lo tendríamos aquí en este país, si viniera el cólera asiático, o la fie­bre amarilla—entonces que ore el pueblo, y su peti­ción es, que cuando se manifieste así la ira divina en contra del pecado del pueblo, que ellos se acuer­den de que allí en Jerusalén, en el templo hay un trono de gracia al cual cualquier hombre pue­de acercarse osadamente en tiempo de necesidad pa­ra pedir la interposición y el perdón divino. Hallare­mos numerosos ejemplos de estos casos en la histo­ria al paso que adelantemos.
En seguida habla del caso del extranjero. Este es un pensamiento hermoso. Algún extranjero de otro país que no es uno del pueblo de Israel, puede estar en destierro excluido de su propio país, sin luz del cie­lo, al parecer, por la elección de Israel, excluido del cuidado de Dios; sin embargo, si este extranjero lle­ga a ese templo y levanta su corazón a Dios, enton­ces Salomón súplica que el Señor oiga, a aquel ex­tranjero. Esto viene a ser una parle del evangelio del Nuevo Testamento. Nos acordamos de que Pablo dice a los efesios: "Así, pues, no sois ya mas extranjeros y transeúntes, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios." En esta oración de Salomón hay una profecía de la abolición del muro intermedio entre el judío y el gentil. Todos los pue­blos, razas, tribus, lenguas y parentelas pueden pre­sentarse ante Dios. Pablo lo anunció en el Areópago de Atenas cuando dijo: "E hi/o de una misma sangre todas las naciones de los hombres, para habitar so­bre toda la haz de la tierra, fijando sus tiempos seña­lados, los términos de su habitación," para que bus­casen a Dios, si acaso palpando a tientas le halla­sen." Ahora, si un extranjero viene a esta casa de Dios y sinceramente pide una bendición de Dios, puede hallarla. Este es un buen pensamiento. Aun­que nuestras casas de culto no son templos, sin em­bargo deben ser atractivas para los extranjeros. "Aquí se reúne el pueblo de Dios pero yo soy extraño. ¿Me darían la bienvenida? ¿Hay algo aquí para mí? ¿Hablara alguno una palabra de consuelo o paz para mi alma?"
Cuando yo era pastor de la primera iglesia en Waco, dos diáconos tenían un deber especial. Todas las mañanas del domingo, luego quo se tocaba la cam­pana para reunir la escuela dominical para sus ejer­cicios finales, estos dos diáconos su levantaban e iban por las calles de Waco y pasaban el tiempo hasta que oyeran el primer himno del culto de predicación convidando a extraños a que entraran al servicio. Su­cedió un incidente notable. Metieron así a un hom­bre un día y fue convertido. Me parece que nunca he oído relato más conmovedor que la narración del hecho de que un caballero anciano y muy fino le vio en la calle donde andaba sin dinero, sin hogar, y sin amigos en el mundo, y le convidó a que fuera a la igle­sia—de lo cual resultó su salvación.
En seguida Salomón trata del caso de batalla. Esto ha de suceder antes de que termine la batalla. ¿Exis­te el caso de la decisión de una batalla por el Todo­poderoso? Los ateos adoptan la teoría del mariscal francés—de que Dios favorece los mejores batallones en la batalla. La victoria no es siempre para los fuer­tes. Patricio Henry insistió en eso ante la Casa de Burgueses. Salomón deseaba fijar este pensamien­to en el corazón de su pueblo, esto es, que an­tes de la batalla se debía orar. Antes de la batalla de Agincourt, cuando un ejército muy pequeño de in­gleses fue rodeado por un ejército enorme de fran­ceses, digamos, 25,000 contra 100,000, justamente an­tes de la batalla el ejército ingles oró, y el rey fran­cés dijo: "Ya están postrándose delante de nosotros. ¿Reconocen su derrota?" Uno que los conocía contes­tó al rey. "No señor. Están presentando su caso ante su Dios, pelearán mejor por ello cuando se levanten de sus rodillas." Uno de los soldados en la guerra ci­vil inglesa, observó al príncipe Ruperto que él te­mía a los Ironsides de Cromwell cuando se arrodi­llaban en oración justamente antes de una batalla y se levantaban cantando: "Qué se levante Dios y sean dispersados sus enemigos." En el libro de los Macabeos, hay una maravillosa ilustración de esto, cuan­do Judas Macabeo con 10,000 hombres derrotó a 100,000 habiendo hecho una oración solemne al Dios de las batallas antes de trabarse ésta.
Se relata como un incidente de nuestra historia colonial que en la guerra entre Francia e Inglaterra, con el campo de batalla en este país (en EE. UU), que los franceses en una crisis seria despacharon una gran flota con 3,000 soldados y 40,000 equipos com­pletos de armas para hacer inclinar la balanza a su favor, y al acercarse a este país aquel armamento, luí colonos sintieron que si llegaba ellos estarían perdi­dos, por lo cual los predicadores reunieron al pueblo para que orara a fin de que Dios los salvara de este armamento, y aún mientras oraban se levantó una tempestad y esparció la flota, naufragando muchos de los buques, ahogándose muchos de los soldados, y hundiendo la mayor parte de sus municiones de guerra.
El clímax de la oración de Salomón anticipa un tiempo cuando su pueblo a causa de pecado muy grave, será llevado al cautiverio, su ciudad tomada y desterrados allá en otra tierra llegarían a ser es­clavos de una potencia extranjera. Si en este duro desastre suyo, se arrepentían y se acordaban y mira­ban hacia esta Casa, entonces que los perdonaría el Señor y los restauraría a su tierra. Vemos a Daniel llevando a cabo este pensamiento cuando todos los días abría su ventana y miraba hacia Jerusalén y oraba, haciendo exactamente lo que sugiere esta ora­ción. Para contrarrestar el edicto real volvía su ros­tro hacia el templo y oraba. En Daniel 9 hallamos la famosa oración en que confiesa sus pecados y los pe­cados del pueblo y repite la promesa en la profecía de Jeremías, y recuerda que los setenta años del cau­tiverio ya van tocando a su fin, y clama; "Oh Se­ñor, oye! ¡Oh Señor, perdona!" Y aun mientras está orando, viene un ángel, le toca, y le dice que su ora­ción es oída y le muestra que no solamente estarán restaurados en ese tiempo, sino que descorre el velo de la profecía acerca de la restauración y la recons­trucción de Jerusalén y el tiempo que había de trans­currir entre aquel evento y el nacimiento del Mesías tanto tiempo esperado, como se hallará en la con­clusión del capitulo 9.
Habiendo hecho esta gran oración Salomón se le­vantó y pronunció la bendición. Luego acabó esta oración, vino la confirmación en una manera muy notable. Bajó fuego del cielo y quemó los sacrificios que habían sido colocados sobre el altar, y no sólo esto, sino que Dios aparece a Salomón como se le había aparecido en Gabaon y usa este lenguaje que Spurgeon toma como texto en uno de sus más gran­des sermones: "Y le dijo Jehová; he oído tu oración y tu súplica que has ofrecido delante de mí. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, poniendo allí mi Nombre para siempre." En la próxima pagina dice: "Yo he santificado esta casa que tú has edi­ficado, poniendo allí mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán alli de continuo." En otro lugar: "Mis manos estarán allí." Spurgeon toma co­mo su texto: "Mi nombre estará allí, mis ojos esta­rán allí, mi corazón estará allí, mis manos estarán allí." Cualquiera que venga a este culto, yo le veo. Cualquiera que ore, yo le oigo. Cualquiera que nie­gue, yo le amo y le salvo con mí mano." Spurgeon ha­ce un gran sermón sobre él, y lo sugiero como un buen texto.
Sabemos el uso permanente del templo: "Enton­ces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él habla edificado enfrente del pórtico, conforme al rito de cada día en su día." Este es el sacrificio diario, y se ofrecía según el manda­miento de Moisés en los sábados. También ofrecía los sacrificios semanales y los de la nueva luna, que son los sacrificios mensuales y también en los gran­des días de fiesta que ocurrieran tres veces al año. Aquí tenemos todo el círculo de los sacrificios que hablan de ofrecerse en el templo. Moisés hizo pro­visión para sacrificios de la mañana y de la tarde en el Tabernáculo. Tal vez habéis leído: “El Príncipe de la Casa de David," por Ingraham, un predi­cador episcopal. Representa que la joven judía que había venido de Alejandría para hacer una visita a Jerusalén fue despertada justamente cuando la aurora tiñó el cielo del oriente; comenzaron a sonar las trompetas de plata, y oyendo el sonido de aque­llas trompetas todo el mundo subió apresuradamente a los techos, y mientras miraban al templo una gran nube blanca de incienso se levantó del templo y subió al cielo, representando así las oraciones ma­tutinas del pueblo, y los que estaban sobre los te­jados se postraron al tiempo del incienso y ofrecie­ron sus oraciones de la mañana. Esto ocurrió tam­bién todas las tardes, y podía verse por todos en la ciudad la subida de aquella gran nube de incienso. Podían oír el sonido de aquellas trompetas que lla­maban a la oración por la mañana y por la tarde. Sa­lomón proveyó según el ritual de Moisés y David pa­ra que estos sacrificios diarios nunca fuesen descui­dados en el templo, ni tampoco los sabatinos, ni los semanarios, ni los mensuales, ni los sacrificios anua­les en los tiempos de las grandes fiestas.
Dedicó el resto del capítulo a la gloria de Salomón. Nótense estas palabras: "Y el Rey hizo que fuese la plata y el oro en Jerusalén como las piedras; e hizo que fuesen los cedros abundantes como los sicómoros en la Sefela. Así el rey Salomón fue más grande que todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabidu­ría. Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír su sabiduría que había puesto Dios en su corazón. Y traían cada cual su presente, alhajas de plata y alhajas de oro y ropas, armas y especias aromáticas, caballos y mulos, de año en año." Y también "Salomón señoreaba todos los reinos desde el río Eufrates hasta la tierra de los filisteos, y hasta el confín de Egipto, y ellos traían presentes, y servían a Salomón todos los días de su vida. Porque él señoreaba toda la región de esta parte del río Eufrates, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes de esta parte del rio; y tenía paz por todos lados en derredor suyo. Mientras tanto Judá e Israel eran muchos, como las arenas que están junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo, y alegrán­dose, cada cual bajo su parra y bajo su higuera, desde Dan hasta Beer-seba, todos los días de Salomón."
Como ejemplo de la gloria de Salomón, tenemos la visita de la reina de Seba, que vino, como dijo Nues­tro Señor, "desde los confines de la tierra." Los co­mentarios no están de acuerdo si ella reinaba sobre la parte mejor regada y más fértil de la Arabia meri­dional, o si era la reina de Abisinia, justamente al otro lado de las aguas divisorias del África. La ma­yor parte de los comentadores modernos opinan que reinaba sobre la tierra que es llamada "Arabia Félix," pero según mi juicio, ella era la reina de Abisinia. La tradición de su reinado se halla allí donde reciente­mente el rey Menelik derrotó los ejércitos italianos, y en donde sostienen todavía ciertas formas de la re­ligión cristiana, desde donde también en los tiem­pos neotestamentarios vino el eunuco etíope a quien Felipe condujo a Cristo. Combinado I de Reyes 10: 1-13 con Mateo 12:42 podéis hacer un gran sermón con estas divisiones: (1) Oyó la noticia de que ha­bía un sabio que podía contestar cualquier pregun­ta. (2) Hubo cuestiones que tocaban a la puerta de su corazón, como sucede en el caso de toda mujer. Se resolvió, costara lo que costare, tener la resolución de estos problemas, por lo cual hace este gran viaje, y cuando llega allá y él contesta todas las preguntas y ella ve su gloria, su templo, y la subida por donde pasaba al templo, y los trajes de sus siervos, no que­dó en ella más aliento, esto es, se desmayó. Sabéis que hay personas tan exquisitamente templadas que se desmayarán al mirar una gran pintura, o al ser conmovidas por una música clásica. De sus palabras, "No se me había contado ni aun la mitad." tenemos nuestro himno, "No se ha dicho aun la mitad."
Mi propio sermón sobre Mateo 12:42 tiene estas di­visiones: (1) Habrá una resurrección de los muertos. (2) Será una resurrección general. (3) Seguida de un juicio general. (4) Cuyo principio determinante será: Los hombres son juzgados según su luz.
Podemos concluir esta discusión con un relato bre­ve de las relaciones de Salomón con otros gobiernos.
1. Fenicia. Heredó de su padre una alianza valio­sísima con Hiram, rey de Tiro, cuyas flotas  domina­ban el mar Mediterráneo.
2. Egipto. Su casamiento con la hija de Faraón le retuvo la amistad de la dinastía reinante en Egipto.
3. Una alianza amistosa con la reina de Seba.
4. En el tiempo de David la nación Hetea en Hamat pagaba tributo. Salomón conquistó el país.
5. Por casamientos con extranjeras se aseguró re­laciones amistosas con muchos países, puesto que la mayor parte de sus casamientos eran políticos.
6. Por el comercio sobre el Mediterráneo tuvo rela­ciones amistosas con las naciones que lindaban en él hasta España.
7. Por el comercio con los archipiélagos de los océa­nos Indico y Pacífico, tuvo relaciones amistosas con el oriente, y con África.
8. Por el tráfico por tierra, tuvo relaciones amisto­sas con Arabia, Mesopotámla y las naciones alrede­dor del mar Caspio.

PREGUNTAS.
  1. ¿Que promesa dio Jehová a Salomón cuando comen­zó a construir el templo?
  2. ¿Qué mandato de Jehová, dado por medio de Moi­sés, fue cumplido en la construcción del templo?
  3. ¿Cuáles pues, en breve, eran los propósitos del tem­plo?
  4. ¿Qué efecto tiene esta dedicación sobre todas las de­dicaciones subsecuentes de edificios?
  5. ¿En qué fiesta anual fue dedicado el templo?
  6. ¿Cuáles fueron los pasos para dedicar la casa, y cómo se dio a conocer la aceptación divina?
  7. ¿Qué acontecimiento semejante ocurrió en el tiempo de Moisés, y qué acontecimiento más grande sucedió en el tiempo del N.T?
  8. Descríbase la plataforma ocupada por Salomón y su postura en las distintas partes de la dedicación.
  9. ¿En qué capacidad doble funciona?
  10. ¿Cuáles son los puntos salientes de su discurso in­troductorio?
  11. ¿Cuáles son los puntos salientes de su oración?
  12. ¿Qué evidencias hay en días posteriores de que, de acuerdo con la petición de Salomón, su pueblo ora­ba vuelto hacia Jerusalén?
  13. ¿En qué manera notable vino del cielo la confirma­ción de que su oración fue contestada?
  14. Distíngase entre las dos manifestaciones de la gloria de la nube, II de Cron. 5:13; 7:1-3.
  15. ¿Qué dice el texto acerca de la gloria de Salomón y la extensión de su reino?  (Véase I de Reyes 4:20-25; 10:18-25).
  16. ¿Qué referencia hace Nuestro Señor a la  gloria de Salomón?
  1. 17. Nárrese la historia de la reina de Seba. ¿Cuál era su país?   ¿Qué  referencia  hace Nuestro  Señor a  él,  y cuál es el bosquejo del sermón sobre Mateo 12:42?
  1. ¿Qué relaciones sostuvo Salomón con los países ex­tranjeros?
  2. ¿Cuando y porqué apareció Jehová por segunda vez a Salomón?


XXX
LA CAÍDA Y EL FIN DE SALOMÓN

1Reyes 11; 2Crón. 9:29-31.

Véanse 1Reyes 2:1-43 y 2Crón. 9:29-31, con los cuales compárense (1) Ex. 34:1G; Deut. 7:3, 4; Esdras 9:1; Neh. 13:23. (2) Deut. 17:14-20. (3) Las dos visitas de Jehová, I de Reyes 3:14; 9:4-9; 2Crón. 7:17-22. (4) Todo el libro de Eclesiastés.
1. Cuando Salomón llegó a ser anciano se apartó de Jehová en su corazón y vida.
2. El mismo, da el encabezamiento de esta parte de su vida, "Más vale un joven pobre pero sabio, que un rey viejo e imbécil, que ya no sabe adquirir el consejo," Ecles. 4:13.
3. Y él mismo, describe bien una vejez miserable y obscurecida, en estas palabras:
"¡Regocíjate, oh mancebo, en tu juventud, y alé­grate tu corazón en los días de tu mocedad; y anda en los caminos de tu corazón, y en la luz de tus ojos; mas sabe tú que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio! Por tanto, aparta de tu corazón la congoja, y aleja de tu carne la maldad; ¡porque la niñez y la primavera de la vida, son vanidad! Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que ven­gan aquellos días aciagos, y se acerquen aquellos años, de los cuales dirás: ¡No tengo ya complacencia en ellos! Antes de que se oscurezcan el sol, y la luz, y la luna, y las estrellas; y vuélvanlas nubes tras la lluvia; día en que temblarán los guardas de la casa, y se en­corvarán los hombres robustos, y cesarán las que mue­len, por ser pocas, y se ofuscarán las que miran por las ventanas; cuando se cerraran las puertas que dan a la calle, por lo débil del sonido del molino; cuando se levantará a la voz del pájaro, y estarán abatidas todas las hijas de canción; se temerá también de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y el al­mendro echará sus blancas flores, y la langosta ven­drá a ser una carga, y las ganas se acabarán; por­que se va el hombre a su casa duradera, y los plañidores andarán por las calles: antes que se reviente el cordón de plata, y se quiebre el tazón de oro, y se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pe­dazos la polea junto al pozo; y el polvo torne al pol­vo como antes era, y el espíritu se vuelva a Dios que lo dio. ¡Vanidad de vanidades! dice el predicador, ¡todo es vanidad! Ecles. 11:9-10; 12:1-8.
4. La ocasión inmediata de su caída fue la influen­cia de sus mujeres extranjeras e idólatras.
5. Le desviaron sobre estas líneas: (1) La indulgen­cia sensual de la vida del harem, agotó su vitalidad, enervó su mente, embotó su percepción, entorpeció la sensibilidad de todas sus facultades morales. (2) Siendo ellas mismas idólatras, le persuadieron a cons­truir templos para los ídolos de sus propios países. (3) Consultando su propia conveniencia le influye­ron a construir estas casas y altares idolátricos en­frente del santo templo de Dios. (4) Al fin le condu­jeron a participar él mismo en este culto idolátrico.
6. Su pecado consistía en estos elementos:
(1) Primero y principalmente pecó gravemente contra Jehová, quien le había exaltado. (2) Violó en muchos aspectos la carta del reino. (3) Violó abiertamente la ley mosaica de matrimonio.
7. Su pecado en contra de Jehová puede analizarse así:
(1) Fue una violación abierta del primero y del se­gundo mandamientos del Decálogo. (2) Pecó en con­tra de la luz de dos visitas de Jehová, en la segunda de las cuales le amonestó particularmente en con­tra del pecado. (3) Colocando las casas de los ídolos en frente del templo, arrojó el insulto al rostro de Jehová. (4) Fue un pecado en contra de la revelación de Jehová, y un abuso de la sabiduría que le habla sido dada para que buscase por medio de la filosofía el bien principal y el deber principal del hombre, co­mo él mismo confiesa haberlo hecho en el libro de Eclesiastés. (5) Fue un pecado en contra de Jehová como la porción suprema y única satisfactoria del al­ma el que buscase la felicidad en las riquezas, el pla­cer el lujo y en otras cosas, como él confiesa haber­lo hecho, en el libro de Eclesiastés.
8. Pecó en contra de la carta del reino en estos as­pectos: (1) La carta dice: "Tú rey, no has de multipli­car para ti caballos," pues era en contra del propó­sito divino que su pueblo dependiera de caballos y carros. Pero esto es lo que hizo: "Y tenía Salomón 40, 000 pesebres de caballos para sus carros de guerra, y doce mil caballos de montar," I de Reyes 4:26. (2) La carta dice: "Ni tampoco has de multiplicar para ti mujeres, porque no se aparte de mi su corazón." Pero esto es lo que él hizo: "Empero el rey Salomón amaba muchas mujeres extranjeras, juntamente con la hi­ja de Faraón, moabitas, ammonitas, idumeas, sidonias y heteas; de las naciones de que había dicho Jehová a los hijos de Israel: No habéis de llegaros a ellas, ni ellas se han de llegar a vosotros, porque in­dudablemente apartarán de mí vuestro corazón para seguir tras los dioses de ellas; con estas pues Salo­món se estrechó en lazos de amor. Y tuvo setecien­tas mujeres, princesas, y trescientas concubinas; y sus mujeres hicieron extraviar su corazón. Pues su­cedió que Salomón era ya viejo, que sus mujeres hi­cieron extraviar su corazón yendo en pos de otros dio­ses; y no era su corazón perfecto con Jehová su Dios, como lo fue el corazón de David, su padre," I Reyes 11:1-4. (3) La Carta decía: "Ni ha de aumentar plata ni oro en sumo grado;" pero él llenó sus cofres con oro, plata y joyas en una manera fabulosa. (4) La Carta decía también: "De manera que no so eleve su corazón sobre sus hermanos," pero a fin de aumentar su ostentación y de construir los edificios de sus mu­jeres, hizo conscripciones forzosas entre su propio pueblo, y les puso impuestos onerosos que, en los días de su hijo Roboam, fueron la causa de una revolu­ción y la pérdida de diez tribus. Véase I Reyes 4:6; 5:13 y 14; 7:19-23;  11:28;  12:4.
9. Pecó en contra de la santidad de la ley Mosaica sobre el matrimonio al tomar mujeres de las nacio­nes cananeas y de otras naciones idólatras. Véase Ex. 34:16; Deut. 7:3, 4, tal como los comenta Esdras en 9:1 y Nehemías 13:23 y compárense con I Reyes 11:1, 2.
10. Encontramos un paralelo histórico en el caso de Luís XIV de Francia, quien para sostener su os­tentación extravagante y sostener a sus concubinas, redujo la nación a la miseria más espantosa de tal manera que en el tiempo de Luís XVI sobrevino una revolución que pintó el infierno sobre el cielo.
11. El pecado de Salomón provocó en gran manera a Jehová, quien pronunció severamente estas pena­lidades:  (1) La mayor parte de su reino fue roto y dado a su siervo, pero por amor a David, la ejecución del castigo fue dilatada hasta después de la muer­te de Salomón, I Reyes 11:9-13. (2) Le fueron des­pertados adversarios que estaban prestos pava he­rir en la primera oportunidad. (3) Estos adversarios fueron Hadad el Idumeo, quien en el tiempo de David se habla refugiado en Egipto; Rezón el Siró, quien estaba refugiado en Damasco y aborrecía a Israel; Jeroboam, el Efrateo, a quien Salomón promovió, pe­ro que, habiendo sido informado por un profeta de que había de reinar sobre diez tribus, no esperó el momento de Jehová sino que se rebeló inmediata­mente;  pero cuando Salomón lo buscó para darle muerte, huyó a Egipto en donde se refugió.
12. Las terribles consecuencias del pecado de Sa­lomón tuvieron un grande alcance, como lo vemos por los hechos siguientes: (1) El contraste entre la gloriosa unidad que imperaba cuando David era Rey (véase 1Crón. 11:1-3 y 12:23-40), y la división bajo el hijo de Salomón (véase 1Reyes 12:1-9). (2) Esta división dio por resultados la idolatría y la destruc­ción de las diez tribus excepto el remanente elegido que volvió a Juda, preservando y perpetuando así to­das las tribus. (3) La idolatría de las diez tribus fue comunicada a Judá en los días de Achab, amenazan­do así la seguridad de todas las tribus. (4) Esta di­visión debilitó a ambos partidos delante de sus ene­migos y los hizo perder su prestigio y posición de­lante de las otras naciones. (5) De la destrucción de las diez tribus resultó el levantamiento de los samaritanos, un pueblo mezclado que rechazó toda re­velación excepto el Pentateuco, y que estableció un templo rival, cuyas pretensiones a la superioridad permanecieron hasta el tiempo del Mesías (véase Juan 4:20). (6) El precedente de buscar en la filo­sofía especulativa y en experimentos pecaminosos el principal fin, el principal bien y el principal propósi­to de los hombres, fue adoptado y seguido por los fi­lósofos griegos y romanos—Zeno, Epicuro y Demócrito, gnósticos, agnósticos y evolucionistas radicales modernos aun hasta nuestros días —todos estos adop­tando su método y negando sus conclusiones.
13. Una cuestión muy natural salta a la vista: ¿La apostasía de Salomón fue total y final, y es él en este tiempo un alma perdida? Adam Clark, el comentador, como casi todos los metodistas es arminiano en doctrina, y enseña que Salomón fue finalmente y para siempre perdido; de la cual conclusión di­siento por las siguientes razones:
1. La historia expresamente enseña que su aposta­sía no fue total sino que su corazón hacia Jehová no era tan perfecto como el corazón de David su pa­dre.
2. El que su apostasía no fue total me parece evidente por el arrepentimiento demostrado en el libro de Eclesiastés en donde, después de recordar todos sus experimentos al salirse de la revelación para me­terse en la filosofía y hallar sólo vanidad, vuelve so­bre sus pasos para concluir que el temor de Dios y la guarda de sus mandamientos es el todo del hombre.
3. La promesa de Jehová a su padre David prohíbe expresamente la idea de su total y final apostasía. Dios dice: "Y cuando tus días fueron cumplidos y durmieres con tus padres, yo estableceré tu simiente después de ti, la cual procederá de tus entrañas y aseguraré su reino. El edificará casa a mi Nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre y él me será a mí hijo. Y si él hi­ciere mal, yo le castigaré con varas de hombres, y con azotes de hijos de hombres; empero mi miseri­cordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti." 2Sam. 7:12-15. El contraste entre Saúl y Salomón es muy marcado. Saúl no tuvo relaciones filiales con Dios entretanto que Salomón sí las tuvo. Saúl fue castigado como un ex­traño, Salomón como un hijo. El Espíritu Santo fue retirado de Saúl pero no de Salomón.
14. La caída de Salomón enseña grandes lecciones, entre las cuales podemos ver las siguientes:
1. La sensualidad es como la podredumbre que des­menuza las maderas principales.
2. Un niño puede aprender más en un día de la revelación acerca del origen del carácter, el destino, el fin principal, el bien principal, el propósito prin­cipal del hombre, que todos los filósofos especulativos lo han hecho durante todos los siglos.
3. El hombre mismo, en su dignidad moral, es más que toda su erudición, prendas, riquezas, rango o po­sición social.
4. Dios mismo es la única porción satisfactoria del alma.
5. Cuando los reyes viven en esplendor, lujuria e irresponsabilidad de las leyes morales, mantenien­do vastos establecimientos, variados y costosos, el pueblo tiene que gemir bajo impuestos gravosos, pe­nosa servidumbre, hasta que viene la revolución pa­ra arrojar las llamas del infierno sobre el cielo.
6. Hombres que profesan ser sabios, se tornan in­sensatos. (Véanse Romanos 1:22 y 1Cor. 1:18-20).

PREGUNTAS.

1. ¿En qué período de su vida se aparta Salomón de su Dios?
2. ¿Qué lema escrito por él mismo servirá como enca­bezado de su caída?
3. ¿Como se describe él mismo como un viejo debilitado y puesto en estado miserable por el pecado?
4. ¿Cuál fue la ocasión de su caída?
5. ¿Como fue que sus mujeres lo desviaron del bien?
6. ¿De qué elementos consistía su pecado?
7. Analícese su pecado contra Jehová.
8. Analícese su pecado contra la Carla del Reino.
9. Analícese su pecado contra la santidad de la ley mo­saica sobre el matrimonio.
10. ¿Qué paralelo hay entre Salomón en cuanto sus pe­cados en la historia moderna?
11. ¿Cómo afectó a Jehová el pecado de Salomón y que castigos denunció?
12. ¿Qué hechos demuestran el grande alcance de la caí­da de Salomón?
13. ¿Cómo comentan  los  arminianos la  cuestión? ¿Fue total y final la apostasía de Salomón? ¿Qué razones bíblicas apoyan el disentimiento de estas opiniones?
14. ¿Cuáles son las grandes lecciones enseñadas por la caída de Salomón?
15. ¿Cómo se armonizan 1Reyes 11:3 con Cantar de los Cantares 6:8?


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