“El Código Real” Engañosa versión hebraica del Nuevo Testamento - Recursos Cristianos

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sábado, 1 de noviembre de 2014

“El Código Real” Engañosa versión hebraica del Nuevo Testamento

Autor: Pablo Santomauro

Hace no mucho tiempo recibí esta carta de un hermano solicitando información sobre una nueva versión del Antiguo Testamento:

Mi pregunta es si el Nuevo Testamento fue escrito originalmente en hebreo. Me interesa saber porque circula entre algunos hermanos un Nuevo Testamento que presume ser traducción del hebreo, y se llama “El Código Real”. Me gustaría poder encontrar algún comentario serio al respecto. (www.elcodigoreal.com )
 
Nuestra respuesta no se hizo esperar.

Estimado hermano en Cristo:
 
No existe ninguna prueba para demostrar que el Nuevo Testamento fue escrito en hebreo. El peso de la prueba radica en los que sostienen tal reclamo sensacionalista. Los elementos de prueba, por el contrario, firme e inequívocamente demuestran que el NT fue escrito en griego. Sólo existen ciertas indicaciones de que el Evangelio de Mateo pudo haber sido originariamente escrito en hebreo, pero aun así la teoría es bastante especulativa.

Muchos que promueven la versión hebrea han afirmado que el NT en griego es un fraude. Los distribuidores de El Código Real, en particular, afirman que el NT fue modificado muchas veces por los gentiles. La página sostiene que “algunos errores fueron cometidos por copistas, algunos versos fueron añadidos para fortalecer alguna doctrina de la iglesia, algunos textos fueron mal interpretados debido a su desconocimiento de las raíces …”. No solamente el Nuevo Testamento fue distorsionado y alterado, sino que con las traducciones sucesivas, el pensamiento, la sustancia y la esencialidad hebraicas fueron contaminados por las preconcepciones de los traductores. Para volver a recuperar lo perdido, y ya que los originales fueron escritos en hebreo y no en griego, es necesario volver a las raíces hebraicas con una traducción como El Código Real. 

Esta versión es presentada como una rectificación a los errores cometidos a través del tiempo, y según ellos, es más confiable que cualquier otra versión hasta el momento (http://www.elcodigoreal.com/8.htm). 

Veamos lo que dice la portada de la página promotora de El Código Real:
Desde nuestra perspectiva, no es posible captar el mensaje del texto bíblico del Nuevo Testamento, y expresar su riqueza de forma clara y entendible a nuestra generación, ignorando su realidad hebraica. Toda versión del Nuevo Testamento que desconozca su raíz hebrea, no podrá presentar nunca la mejor versión posible, porque estaría pasando por alto la esencia misma del mensaje original que viene de una fuente hebrea, no helenista.
(www.elcodigoreal.com)

Si lo anterior es cierto, hemos creído una mentira, Dios no pudo preservar los manuscritos en hebreo (no hay ninguno) y nuestra salvación corre peligro. También dicen que Dios quiere que solamente lo llamemos por sus nombres en hebreo. Sin embargo, si esto fuera verdad y de tanta importancia, los escritores del NT nos hubieran advertido de ello. Es significativo que los traductores de la Septuaginta, que tradujeron el AT del hebreo al griego, y que eran judíos ellos mismos, siempre tradujeron Elohim como Theos.

Ni siquiera un solo libro del NT ha sido preservado en hebreo. La evidencia a prima facie nos dice que no existe un lenguaje más santo que otro para comunicar el mensaje de Dios. Tomemos por ejemplo a Lucas, quien escribió el Evangelio de Lucas y Hechos. Lucas escribe su evangelio al excelentísimo Teófilo, al igual que el libro de Hechos. 

A juzgar por su nombre, Teófilo era griego, por lo tanto es natural deducir que ambos libros fueron escritos en griego. Dios inspiró a Lucas a escribir sus libros en griego, y en ninguno de ellos aparecen los nombres hebreos para Dios, y además sabemos que  Lucas escribió primariamente para el mundo gentil greco-parlante.

El apóstol Pablo hablaba griego fluidamente y usó el idioma profusamente durante sus viajes. Sólo cuando estuvo en Judea y Jerusalén usó el hebreo (Hch. 22:2). En sus epístolas con destino a Roma, Corinto, Galacia, Efeso y Filipos, sin lugar a dudas, Pablo escribió en griego, como el sentido común lo indica.

El historiador antiguo Eusebio narra que cuando Pedro fue por primera vez a Roma y predicó el evangelio, la gente se entusiasmó tanto que le rogaron que registrara el evangelio que predicó por escrito. Los romanos apelaron insistentemente a Marcos, compañero de Pedro, para que plasmara las instrucciones que recibieron por boca de Pedro por escrito, y el producto resultante fue el Evangelio de Marcos que hoy tenemos.

 Marcos escribió, sin duda, en griego, ya que éste era el lenguaje universal de la época comúnmente hablado en las regiones del Mediterráneo. Todo esto se puede leer en detalle en “La Historia de la Iglesia de Cristo hasta Constantino”, p. 88.
Juan, por su parte, fue el último en escribir su evangelio, y en el tiempo que lo escribe se encontraba en Efeso, donde probablemente murió.

 La lengua hablada en Efeso era el griego y además, Juan escribió para toda la Iglesia, no sólo a los judíos en Jerusalén.
 
Irineo, a su vez, comentando sobre el libro de Apocalipsis hace mención del número 666 y alude a los caracteres numéricos griegos en referencia a la bestia (p. 211). Obviamente, el Apocalipsis fue escrito en griego.
 
Lo anterior, sumado a que el idioma griego común (koine) era la lengua franca de la región y la época, de acuerdo a los más conocidos eruditos, nos revela que el NT fue escrito en griego, no en hebreo ni tampoco en arameo. Aun cuando la Iglesia en un principio estuvo confinada en Jerusalén, el idioma griego era común entre los primeros cristianos. Recordemos que Hechos 6 relata la presencia de cristianos judíos de idioma griego entre los primeros convertidos. ¡Los primeros diáconos escogidos por la iglesia en Jerusalén tenían nombres griegos! ¡Los siete!
Aún más, el hebreo en esa época ya estaba en desuso entre muchos de los judíos. Un gran número hablaba griego y/o arameo. 

Jesús, de seguro hablaba hebreo, arameo y griego. Los cuatro evangelios narran la conversación entre Pilato y Jesús. ¿Qué idioma usaron? No se menciona nada de un intérprete. La inferencia es que siendo Pilato un oficial romano, no hablaba ni hebreo ni arameo. El griego debió haber sido el lenguaje de la conversación.

 Es de suponer que durante el juicio frente a Pilato, mucho más de lo que registra la Biblia fue dicho. Es obvio que Jesús habló en griego frente a Pilato.

Jesús también tuvo una conversación con un centurión romano (Mt. 8:5-13, Lc. 7:2-10; Jn. 4:46-53), un gentil. El diálogo por seguro fue conducido en el idioma griego. Lo mismo debió haber sucedido con la mujer griega en la región de Tiro y Sidón (Mr. 7:26).

 Los griegos que querían hablar con Jesús (Jn. 12) primero hablaron con Felipe, el mismo Felipe que era de Galilea de los gentiles y quien obviamente hablaba griego. Habiendo crecido en Galilea, tanto Jesús como sus discípulos, por seguro hablaban arameo, hebreo y griego. Esto se debió a que la zona de Galilea era un centro comercial de intercambio internacional muy activo. En lugares como estos, la lengua comercial (de negocios) era el griego. Dos de sus discípulos fueron conocidos por sus nombres griegos, Andrés y Felipe.

Entre muchas otras evidencias, encontramos que la palabra usada por Jesucristo para referirse o los fariseos – hipócrita – es de raíz griega y no tiene traducción al hebreo o arameo (hypo-krites).
Conclusión: El idioma griego fue la tercer lengua hablada por Cristo y los apóstoles, y era muy popular en Galilea, como ya hemos visto. 

Sumado esto al hecho de que existen cientos de manuscritos, entre ellos los más antiguos, todos en griego y ninguno en arameo o hebreo, inferimos con un alto grado de certidumbre que los documentos originales del NT fueron escritos en griego.

Por último, deseamos alertar a los cristianos acerca de estas nuevas teorías como el Código Real, que no tienen un solo elemento de prueba para respaldar sus reclamos. No interesa que sus escritos y declaraciones tengan un matiz académico y que la fuerza de sus reclamos aparente ser seria. Una vez que sus argumentos son analizados a la luz de la Biblia, la historia, los documentos y la lógica aplicada, nos damos cuenta de que todo se trata del producto de la mente febril de ciertos individuos. 

Estos por lo general proponen no sólo falsedades en cuanto a los manuscritos bíblicos, sino además sostienen muchas falsas doctrinas que engañan a los cristianos con poca preparación y discernimiento. Basta decir que estos editores del Código Real son definitivamente antitrinitarios. 

Ante la pregunta de si creen en la preexistencia de Cristo, contestan evasivamente:
La pre -existencia del nombre del Mesías es un asunto firmemente establecido en nuestra fe hebrea. 

Estamos convencidos que Yeshua (Jesús) es el Mashiaj (Mesías) del cual hablaron Moisés y los profetas. Si no tuviéramos esa convicción nunca habríamos puesto manos a esta difícil y demandante tarea. Como judíos que creemos en el Mesías judío, afirmamos que él es la puerta, la única puerta de salvación y redención para el mundo. (http://www.elcodigoreal.com/8.htm)
 
Observe el lector que no contestan directamente, sino que creen en la pre-existencia del nombre del Mesías. 

Esto es clara indicación de que NO creen en la preexistencia de la 2da. Persona de la Trinidad, lo que abre la puerta para una discusión teológica que no abordaremos aquí.
 
El Código Real es un fraude teológico y sus promotores son, definitivamente, falsos maestros que deben ser repudiados por el pueblo evangélico. 

 Pablo Santomauro

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