ESCUELA
PASTORAL DISTRITAL
DISTRITO
10
CURSO:
EXPOSITOR:
MIN. AUSENCIO ARROYO.
PACHUCA,
HGO.
22
DE OCTUBRE DE 2006.
EL DESARROLLO
DE UN MENSAJE ALENTADOR Y MOTIVADOR.
DEFINICION:
La predicación es un acto dinámico en
el cual Dios se dirige a los hombres y las mujeres fuera y dentro de su pueblo
para confrontarlos con las profundas implicaciones de su obra redentora en
Cristo. Es un acto integral de la adoración pública de la iglesia. Sobre todo,
la predicación es un acto escatológico, por cuando atañe a los últimos tiempos
y es el instrumento por excelencia del Espíritu para la salvación de los
hombres.
ANALOGIAS
SOBRE LA PREDICACIÓN:
Cecilio Arrastía nos habla de la
importancia del sermón por medio de las siguientes metáforas.
ô Un predicador es como un
“contador de cuentos”. Nuestros oyentes están cansados, cubiertos del polvo del
camino, y vienen de pelear muchas batallas. Se han olvidado de amarse a sí
mismo, necesitan una nueva historia. Esta nueva historia comienza con el
encuentro con Jesús.
ô Un predicador es un
“tallador de diamantes”. El texto bíblico nos llega como una roca: áspero, con
colores muy especiales, sale cubierto del polvo de muchos siglos. No se puede
predicar sin enamorar el texto, sin seducirlo hasta que nos entregue sus
secretos más íntimos.
ELEMENTOS
ESENCIALES:
ô El sermón debe basarse en
una teología trina (no afirmamos de ninguna manera la doctrina de la trinidad).
La enseñanza bíblica revela aspectos de Dios en términos del ser creador y
dueño del universo como el Padre, habla de Dios en cuanto encarnado en la
historia, el Hijo y en tanto cercano y activo en el mundo y en la iglesia como
la manifestación del Espíritu. Resaltar un sólo aspecto, lleva a una
parcialización de la realidad divina, ya sea el patercentrismo, cristocentrismo
(este criterio es admisible si se refiere a centrar la salvación en Cristo y no
en méritos, mas no cuando esto quiera decir que se deja de lado al Padre y al
Espíritu Santo) o pneumacentrismo. La predicación debe equilibrar toda la
realidad divina.
ô El sermón debe ser
pertinente a la realidad humana. El ser humano es un ser integral: es cuerpo,
es alma y es espíritu. El mensaje de Dios involucra la totalidad del ser. Dios
tiene una respuesta a nuestras necesidades más profundas. La intención de Dios
es que seamos lo más que podamos ser.
ô El sermón debe ser
liberador. La práctica de la predicación no debe caer en el error de la
victimización o de la ingenuidad sobre el pecado. El hombre está sujeto a las
fuerzas que determinan su existencia, las cuales superan su fuerza de voluntad.
El mensaje del evangelio rompe las cadenas que atan a la persona. Rompe los
malos hábitos, supera el fracaso, vence las condiciones de opresión.
ô El sermón debe tener una
forma narrativa. El estilo contemporáneo manifiesta una preferencia por lo
narrativo. Anteriormente la predicación era más bien dogmática, argumentativa o
esquemática, hoy gusta más una presentación sencilla, accesible a la mente,
imaginativa, que involucre las emociones en las que el oyente se sienta
reflejado.
ô El sermón es una invitación
a comenzar de nuevo. El creyente es al mismo tiempo justo y pecador, la
ambigüedad no termina en esta realidad, por lo tanto los oyentes estarán
cargando diversas culpas y vergüenzas. Una predicación culpígena genera
decepción personal y un sentido de frustración. La Biblia siempre espera el
triunfo del bien.
ô El sermón es un testimonio
de fe. El predicador cuenta lo que Dios ha hecho en su vida, aunque debe evitar
ser el centro de atención en el mensaje. Se habla de un Dios con quien se tiene
una relación personal, de un Dios conocido y cercano. Ningún preciador puede
llevar a su congregación más allá de donde él mismo está.
ô El sermón es un mensaje
propositivo. La predicación ha fallado cuando se dedica a condenar, cuando está
en contra de todo, pero no ofrece respuestas viables a los oyentes. Debe
presentar opciones concretas a la vida de los oyentes.
RECOMENDACIONES
AL PREDICADOR:
ô Haga
el sermón con suficiente anticipación. Alguien recomienda comenzar a elaborar
un sermón con seis meses de anticipación. Quienes nos dedicamos a predicar
regularmente, tenemos por cierto que estaremos exponiendo con regularidad la Palabra, en distintos
momentos y ante diferentes auditorios. Debemos estar trabajando en diferentes
sermones a la vez, no puede faltar un nuevo sermón para un funeral, siempre
llega cuando menos se espera, para una boda, una acción de gracias, o los
eventos de la Iglesia,
la Cena de
Señor, los aniversarios, las temporadas religiosas, y otros. Los sermones se
van tallando poco a poco, trabajando sus partes hasta completar la obra final
en la exposición.
ô Lea
poesía
para aumentar vocabulario y sensibilizarnos en los diferentes estados de ánimo.
Los poetas nos conectan con la imaginación y el ritmo de las palabras. Hay
excelentes autores en lengua hispana o traducciones de extranjeros que han
sabido expresar sobre el miedo, la envidia, el amor, la esperanza, el valor, y
muchos otros aspectos del carácter humano.
ô Lea
novelas literarias
que nos describen las diferentes personalidades y nos ayudan a expresar las
distintas situaciones por las que atraviesa el ser humano. Para enriquecer el
estilo narrativo de la predicación nos conviene aprender de los talentos que
tiene el arte de la literatura. Hay obras que nos acercan a los aspectos
humanos. Además podemos observar cómo mantener un hilo narrativo
ô Lea
el periódico. Una
predicación relevante y pertinente debe encarnarse en los momentos de la
historia. Si queremos que diga algo a la realidad que vivimos, debemos conocer
esa realidad. La frase leer el periódico remite a la exhortación del teólogo
Kart Barth, de mediados del siglo XX, de que el teólogo debería tener en una
mano la Biblia
y en la otra el periódico. En la actualidad, no se ha de tomar literalmente,
hoy existen otros medios de comunicación efectivos.
ô Recolecte
ilustraciones. Las
ilustraciones son como ventanas que permiten ver el panorama. Contar
ilustraciones es una estrategia apropiada para que los oyentes visualicen los
conceptos y para mantener la atención. Un predicador es un recolector de
ilustraciones. Cualquier momento, situación o ambiente pueden suscitar un
evento que puede convertirse en luz para otro aspecto que sea digno de
predicarse. Tenga a la mano un cuadernillo o un trozo de papel donde anote los
detalles que puede convertir en una ilustración adecuada.
ô Sea
empático.
Ubíquese en los zapatos de los oyentes, no de la impresión de ser un iluminado
o un extraterrestre que no se contamina con su mundo. Usted es una persona
necesitada igual que los oyentes. Ame a su auditorio, anhele que salgan
bendecidos con sus palabras, aun cuando estas sean de exhortación. Reconozca
sus límites en la influencia y admita el proceso que llevan las personas en su
desarrollo de fe.
Sin duda que la predicación es un
excelente medio de bendición para los creyentes, hagamos de ella una
experiencia de encuentro con Dios.
La Predicación Expositiva
DEFINICIÓN:
La
predicación expositiva es la comunicación de un concepto bíblico, derivado y
transmitido a través de un estudio histórico, gramático y literario de un
pasaje en su contexto, que el Espíritu Santo primero aplica a la personalidad y
experiencia del predicador y luego; por medio de él, a sus oyentes.
ELEMENTOS:
1.
El
pasaje gobierna el sermón.
2.
El
expositor comunica un concepto.
3.
El
concepto viene del texto.
4.
El
concepto es aplicado al expositor.
5.
El
concepto es aplicado a los oyentes.
PASOS PARA LA
ELABORACION DEL SERMON
PASO
1 Seleccione el pasaje para ser
predicado.
PASO
2 Estudie su pasaje y elabore sus
notas.
PASO
3 De su estudio del pasaje,
relacione cada una de las partes para determinar la idea exegética de su
desarrollo.
PASO
4 Someta la idea exegética a las
tres preguntas desenvolventes.
PASO
5 A la luz del conocimiento y la
experiencia de la audiencia, piense por medio de la idea exegética y declárela
en la sentencia más exacta y memorizable posible. Esta será la idea homilética.
PASO
6 Determine el propósito para este
sermón.
PASO
7 Pensando sobre la idea homilética,
pregúntese la forma en que debe ser manejada para cumplir su propósito.
PASO
8 Habiendo decidido cómo será
desarrollada la idea para cumplir su propósito, bosqueje el sermón.
PASO
9 Llene el bosquejo con materiales
de apoyo que expliquen, prueben y amplíen los puntos.
PASO
10 Prepare la introducción y la
conclusión del Sermón.
HERRAMIENTAS DEL OFICIO
PASO 1 SELECCIONE EL PASAJE PARA SER PREDICADO.
Ponga primero las primeras
cosas. Las primeras preguntas que confronta un expositor son: ¿De qué voy a
hablar? ¿Dé qué pasaje voy a extraer mi sermón?
UNIDADES DE PENSAMIENTO.
Debe tomar el pasaje dividiendo el material naturalmente, sin forzarlo.
Usualmente puede seleccionarse por divisiones de párrafo, ya que los párrafos
delinean los bloques de pensamiento. La extensión varía dependiendo del género
literario (si es narración, poesía o epístola).
El principio clave es: Base
el sermón en alguna unidad de pensamiento bíblico.
La extensión del sermón influirá
para seleccionar el pasaje, buscando no atiborrar de ideas o dejar alguna idea
inconclusa.
PASO 2 ESTUDIE SU PASAJE Y ELABORE SUS NOTAS.
Estudie el contexto. Lo
primero que se debe hacer es relacionar el pasaje con el libro del que es
parte, exige leer varias veces el libro, a menudo en varias traducciones. Esto
sirve, sobre todo si no se conocen las lenguas originales.
Debemos observar la
ubicación en el conjunto del libro. Una pregunta indispensable es: ¿Qué papel
juega este particular pasaje en el libro?
Por otro lado, procure
hacer las preguntas correctas para encontrar las respuestas correctas. El
siguiente punto es examinar los detalles del pasaje: la estructura, vocabulario
y gramática. Un expositor necesita dominar los idiomas que usa.
Cuatro ayudas disponibles
son:
a)
Léxicos.
Proveen una definición de la palabra, dan el significado etimológico,
identifican algunas formas gramaticales, ofrecen una lista de pasajes donde
aparece la palabra, clasifican sus usos en distintos contextos, y presentan algunas
ilustraciones que dan color a la palabra.
b)
Concordancia.
Sirve para determinar el significado de las palabras a través de su uso.
c)
Gramáticas.
Las palabras no vienen solas, deben comprenderse cómo son usadas en frases,
cláusulas, oraciones y párrafos.
d)
Comentarios.
Un maestro de las escrituras necesita maestros. Los comentarios proveen un
fondo de información acerca del significado de las palabras, antecedentes del
pasaje y el argumento de un escritor.
PASO 3 DE SU ESTUDIO DEL PASAJE, RELACIONE CADA
UNA DE LAS PARTES PARA DETERMINAR LA IDEA EXEGETICA Y SU DESARROLLO.
Lo primero que se debe
establecer es el sujeto: de quién se habla en el pasaje. En ese renglón son
sumamente útiles las preguntas: ¿Cómo? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde y quién?
Cuando un sujeto propuesto
describe adecuadamente lo que el autor está hablando, éste ilumina los detalles
del pasaje y el sujeto, por su parte, será iluminado por los detalles.
Una vez definido el sujeto,
se debe determinar el complemento o complementos que formen una idea. A menudo es
algo obvio una vez declarado el sujeto.
De esta manera será muy
fácil distinguir la estructura de las ideas, definiendo las cláusulas
dependientes e independientes.
PASO 4 SOMETA LA IDEA EXEGETICA A
LAS TRES PREGUNTAS DESENVOLVENTES.
Cuando uno hace una
afirmación declarativa, puede hacer cuatro cosas para desarrollarla:
a) Redeclararla b) Explicarla.
c) Probarla d) Aplicarla.
a)
Redeclarar
una idea es ponerla “en otras palabras” para clasificarla o imprimirla en los
oyentes.
El ejemplo más claro de esto en la Biblia
es el paralelismo hebreo (Jer. 50:35-38).
b)
Una
pregunta desenvolverte centrada en la explicación es: ¿Qué significa esto?
¿Este concepto o parte de él, necesita explicación?
La pregunta puede enfocar distintos
blancos.
Primero, puede preguntarse a la Biblia,
¿está el autor del pasaje desarrollando su pensamiento primario a través de la
explicación (1ª Cor. 12:11-12).
c)
La
otra pregunta desenvolverte se centra en la validez. Después de que entendimos
lo que significa la declaración, preguntamos: ¿Es verdad? ¿Puedo realmente
creerlo? Demandamos pruebas Hech. 2:36; Rom. 8:28.
d)
La
tercera pregunta desenvolverte se relaciona con la aplicación. Después de
explicar y probar, la pregunta sugerente es: ¿Y qué diferencia hace?
Para una aplicación justa,
es básica una exégesis correcta. Cómo proceder a dar la respuesta:
1.
La
aplicación se deriva del propósito teológico del escritor bíblico:
a)
¿Hay
en el texto alguna indicación de propósito, comentario editorial o declaración
interpretativa acerca de los eventos? Ruth 4:11-21.
b)
¿Hay
juicios teológicos hechos en el texto? Jueces 17:6; 21:25.
c)
Sobre
los narrativos podríamos cuestionar: ¿Esta historia es dada como ejemplo o
advertencia? ¿Es este incidente una norma o una excepción?
d)
¿Qué
mensaje fue intentado para quienes fue dada originalmente la revelación y para
la generación subsecuente el escritor sabía que lo leería?
e)
¿Por
qué debió el Espíritu Santo incluir esta explicación en la Escritura?
2.
Otras
preguntas por hacer para aplicar la Palabra de Dios a la audiencia
contemporánea.
a)
¿Cuál
fue el escenario en el que la palabra de Dios vino primero? ¿Qué rasgos tienen
en común el hombre y la mujer modernos con la audiencia original?
b)
¿Cómo
podemos identificarlos con los hombres y mujeres bíblicos: cómo oyeron la Palabra
de Dios y respondieron (o fallaron en responder) en su situación?
c)
¿Qué
ulterior comprensión adquirimos acerca del comportamiento de Dios con su pueblo
a través de la revelación adicional?
d)
Cuando
entiendo una verdad eterna o principio guía: ¿qué aplicación específica
práctica tiene para mí y mi congregación? ¿Qué ideas, sentimientos, actitudes o
acciones deben afectar? ¿Qué sugerencias podrían ayudarlos a responder cómo
quiere Dios que respondan?
3.
La
forma en que una pregunta sea elaborada a lo que enfatice puede producir
diferentes resultados. Algunas preguntas nos ayudan a examinar la exactitud de
nuestras conclusiones.
a)
¿Tengo
correctamente entendidos los hechos y formuladas propiamente las preguntas
involucradas en el asunto? ¿Pueden estas preguntas ser declaradas de otra
manera para que emerjan otros asuntos?
b)
¿Tengo
determinados todos los principios teológicos que deben ser considerados? ¿Qué
valor le doy a cada principio?
c)
¿Es
verdaderamente bíblica la teología que abrazo, derivada de una exégesis disciplinada
e interpretación fiel de los pasajes bíblicos? ¡Los textos de prueba ocupan un
lugar especial de peligro aquí!
PASO 5 A LA LUZ DEL CONOCIMIENTO Y LA EXPERIENCIA DE LA AUDIENCIA, PIENSE POR
MEDIO DE LA IDEA
EXEGETICA Y DECLÁRELA EN LA SENTENCIA MAS EXACTA
Y MEMORIZABLE POSIBLE. ESTA SERÁ LA IDEA HOMILETICA.
Algunas ideas exegéticas
son principios universales aplicables a cualquiera y en todo tiempo, y no
necesitan reelaboración. Otras, son modificadas para hacerlas más personales y
precisas. Por ejemplo, el concepto de 1 Tes. 1:2-6 puede ser: “Pablo agradeció
a Dios por los cristianos de Tesalónica, por los resultados elevados de su fe,
esperanza y amor, y por la evidencia de su elección por Dios”. La idea para la
predicación puede ser más sencilla: “nosotros podemos agradecer a Dios por
otros cristianos tanto por lo que hacen para Dios como por lo que Dios hizo por
ellos”.
Unas más pueden ser más contemporáneas
y menos ligadas con la redacción del texto.
Ro. 1:1-17: “Cuando el
efecto del evangelio es lo más importante en la Iglesia, la fuerza del
evangelio es imparable en el mundo”.
En la discusión de Pablo
sobre las carnes sacrificadas a los ídolos (I Co. 8), aconseja a los Corintios
a actuar primeramente en amor, no en conocimiento. El principio podría ser
enmarcada así: “Cuando pienses de manera diferente sobre religión, sé flexible
en amor”. Un sermón de Jn. 3 puede tener la siguiente proposición “aun el mejor
de nosotros necesita nacer de nuevo”.
PASO
6 DETERMINE EL PROPOSITO PARA ESTE SERMON.
El propósito declara lo que
uno espera que pase en los oyentes, como resultado de predicar el sermón.
Un propósito difiere de la
idea del sermón como un blanco difiere de la flecha. ¿Cómo determina un
expositor el propósito de su sermón?
Como parte de la exégesis,
él debe preguntarse: ¿Por qué el autor escribió esto? ¿Qué efecto esperó que
tuviera en sus lectores?
Un sermón expositivo
encuentra su propósito en sintonía con el propósito bíblico. El expositor debe
delinear por qué un pasaje particular fue incluido en la Biblia, y con esto en
mente, decidir lo que Dios desea se cumpla por medio del Sermón en sus oyentes
ahora. Le dice hacia dónde va, o en dónde se encuentra en un momento dado.
SI LA META ES CONOCIMIENTO DISCERNIMIENTO
ACTITUD HABILIDAD
EL VERBO Enlistar Discriminar Determinar Interpretar
PUEDE SER: Declarar Diferenciar Desarrollar Aplicar
Enumerar Comparar Confidenciar Internalizar
Recitar Contrastar Apreciar Producir
Escribir Clasificar Convencer Usar
Identificar Seleccionar Acometer Practicar
Memorizar Escoger Entusiasmar Estudiar
Conocer Separar Desear Solucionar
Delinear Evaluar Simpatizar Experienciar
Enterar Comprender Visualizar Explicar
Familiarizar Reflexionar Planear Comunicar
Reconocer Pensar Satisfacer Asistir
Definir Discernir Orar
Describir Entender
Descubrir
PASO 7 PENSANDO SOBRE LA IDEA HOMILETICA,
PREGÚNTESE LA FORMA EN
QUE DEBE SER MANEJADA PARA CUMPLIR SU PROPÓSITO.
El sermón puede tomar
cualquiera de las formas que se usa para desarrollar una idea:
1.
Una
idea para ser explicada. Esto ocurre principalmente cuando el predicador quiere
que la congregación entienda una doctrina de la Biblia. En la introducción de
tal sermón, se declara la idea completamente, en el cuerpo se toma por partes y
se analizan; y en la conclusión se repite otra vez la idea. Lo cierto es que
este desarrollo gana en claridad y pierde en suspenso.
2.
Una
proposición para ser probada.
Cuando la idea requiere ser probada,
entonces, la idea aparece en la introducción, pero como una proposición que el
predicador debe defender.
3.
Un
principio para ser aplicado.
En este tipo de sermón, el expositor
delinea un principio bíblico en la introducción o en la primera división y en
el resto del mensaje explora las implicaciones del principio.
4.
Un
sujeto para ser complementado. Un cuarto patrón presenta en la introducción
sólo el sujeto, no la idea entera y las divisiones complementan al sujeto.
5.
Una
historia para ser contada.
El sermón también comunica ideas, si el
expositor cuenta una historia bíblica con discernimiento e imaginación.
6.
Otras
formas que toma el sermón.
Los sermones también se desarrollan
inductivamente, deductivamente o una combinación de ambos. Los tres primeros
tipos son de un patrón deductivo. En la disposición inductiva, la introducción
introduce sólo el primer punto en el sermón, luego con una transición fuerte
cada nuevo punto encadena el punto previo hasta que emerge la idea en la
conclusión. El sermón inductivo también crece por medio de una serie de
ejemplos acumulativos que cuando se juntan nos llevan a un principio general.
El sermón inductivo produce un sentido de
descubrimiento en los oyentes, piensan que han arribado a la idea por sí
mismos. La introducción es particularmente efectiva con un público indiferente
u hostil (como el caso de Pedro en Pentecostés).
La inducción y deducción pueden combinarse
en un sermón. El expositor desarrolla su introducción y primera división
inductivamente, conduciéndolo hacia la declaración de la idea. Luego, en el
resto del sermón procede deductivamente a explicar, probar o aplicar la idea.
La forma del sermón:
Algunas formas que se pueden emplear:
-
¿Qué
es? ¿Cuánto vale? ¿Cómo lo consigo?
-
Exploración,
explicación, aplicación.
-
El
problema, la solución.
-
¿Qué
no es? ¿Qué sí es?
-
Uno
u otro o ambos.
-
Promesa,
cumplimiento.
-
Ambigüedad,
claridad.
-
Premisa
mayor, premisa menor, conclusión.
-
No
esto, ni esto, ni esto, ni esto, pero esto.
-
La
retrospección (del presente, al pasado, al presente).
-
De
menor a mayor.
PASO 8 HABIENDO DECIDIDO CÓMO SERÁ DESARROLLADA
LA IDEA PARA CUMPLIR SU PROPÓSITO, BÓSQUEJE EL SERMON.
El bosquejo sirve al menos
para cuatro propósitos.
a)
Le
clarifica a los ojos y la mente del orador las relaciones entre las partes del
sermón.
b)
El
orador ve su sermón como un todo y por eso realiza su sentido de unidad.
c)
Cristaliza
el orden de ideas de tal forma que el oyente les dará una secuencia apropiada.
d)
El
predicador reconocerá los lugares en el bosquejo que requieren material de
apoyo adicional para desarrollar sus puntos.
El bosquejo consiste
usualmente de una introducción, un cuerpo y una conclusión. La introducción
presenta el asunto, la idea o el primer punto del sermón. El cuerpo se elabora
en base a la idea. La conclusión lleva la idea hacia un punto y finaliza el
sermón.
No todos los puntos en un
sermón tienen igual importancia. Algunos son más básicos que otros. Los más
fundamentales llegan a ser la estructura básica sobre la que se construye el
sermón. Los puntos principales se marcan con números romanos en el cuerpo del
mensaje.
Los puntos principales
necesitan ser ampliados. Los puntos secundarios se agregan al bosquejo y se
designan con letra mayúscula. Estos puntos quizá necesitan especificarse aún
más con puntos secundarios de apoyo, estos se marcan en el bosquejo con números
arábigos. Si necesita marcar ideas aún más específicas, entonces se marcan con
letras minúsculas.
Un bosquejo debe tener una
relación sencilla y clara entre los puntos. Ya que cada punto en el bosquejo
representa una idea, debe ser una declaración gramaticalmente completa. Cada
punto debe ser una declaración y no una pregunta. Las preguntas no son ideas.
Los puntos del bosquejo deben responder a las preguntas. Las preguntas pueden emplearse
en la deliberación del sermón como transiciones para introducir nuevos puntos.
PASO 9 RELLENE EL BOSQUEJO CON MATERIAL DE APOYO
QUE EXPLIQUE, PRUEBE, APLIQUE O AMPLIFIQUE LOS PUNTOS.
Para clarificar, ampliar,
probar o aplicar sus ideas y hacerlas entendibles y atractivas, un predicador
usa una variedad de materiales de apoyo.
a)
Redeclaración.
La redeclaración imprime la verdad en los
oyentes. Significa decir la misma cosa en diferentes palabras.
b)
Explicación
y definición.
Una definición establece límites. Puede
hacerse por vía de su sentido etimológico, su relación con otros términos, por
medio de sinónimos (aunque estos funcionan si los oyentes tienen una
experiencia previa con estos y si tienen sentido para ellos), la comparación y
el contraste.
c)
Información
objetiva.
Los datos objetivos consisten en
observaciones, ejemplos, estadísticas y otros datos que pueden verificarse
aparte del orador.
d)
Citas.
Se presentan citas para apoyar o ampliar
un punto por dos razones: impresionalidad y autoridad.
e)
Narraciones.
La narración dentro del sermón describe
los individuos y eventos incluidos en el reporte bíblico. Cada pasaje tiene su
gente –algunas veces se están riendo, maldiciendo, orando y algunas veces se
esconden y nosotros debemos buscarlos.
Las narraciones cobran energía cuando los
verbos y los sustantivos pintan cuadros en nuestras mentes. Narración significa
comunicando con imaginación y la imaginación refleja la percepción de la fe.
f)
Ilustraciones.
Una ilustración, como la
imagen en la televisión, hace claro lo que el orador explica. Los ejemplos no
se establecen como prueba, pero psicológicamente funcionan como argumento para
ganar aceptación. También, las ilustraciones le sirven al pastor y a su
congregación, para ayudar a la memoria, provocar emoción, crear un clima de
aceptación entre el orador y los oyentes.
El principio en el uso de
las ilustraciones es que deben ilustrar, deben ser entendibles, deben
convencer, deben ser apropiadas al tema del sermón y a la audiencia. Deben ser
contadas dramáticamente.
Las buenas ilustraciones se
pueden encontrar en cualquier lugar: en las experiencias personales, estas
deben cubrir tres aspectos: deben ser verdaderas, modestas y no pueden violar
una confidencia; en las lecturas, en las observaciones, en lo que oímos.
PASO 10 Preparando la introducción y la conclusión
del sermón.
Una introducción presenta a
la congregación la idea y su desarrollo. Las características de una ilustración
efectiva superarán ese propósito.
a)
Impone
atención. Las palabras de apertura de un sermón no necesitan ser dramáticas, ni
necesitan ser obvias; sino que, deben penetrar las mentes de los oyentes y
forzarlos a escuchar. Si el predicador no captura la atención en los primeros
treinta segundos, probablemente nunca la gane del todo.
Las posibilidades para una declaración de
apertura que cautive la atención son tan amplias como la creatividad del
Ministro. Puede comenzar con una paradoja: “Muchos hijos de Dios viven como si
fueran huérfanos”. Una pregunta retórica alcanza la atención: “¿Si fuera
posible que Dios muriera y El muriera esta mañana, cuánto le tomaría
averiguarlo?”
Un suceso y estadística alarmante consigue
que la audiencia escuche: “Uno de cada tres matrimonios terminan en divorcio.
Sólo uno de cada seis matrimonios es feliz”.
Habiendo leído el texto, el predicador
puede hacer un comentario provocativo sobre él: “Hay un agradable toque de
humor en este texto. Jesús está terriblemente serio, pero el hecho no
interfiere con su risa”.
En ocasiones el humor gana la atención: A
un empresario, habiendo completando su chequeo anual, le aseguró su médico.
¡Sr. Usted es tan sano como el peso! El hombre se desmayó”.
La gente se acomoda y escucha las
perspectivas de una historia: “María Rodríguez fue una ama de casa, se hallaba
en sus últimos treintas. Ella pensó de sí misma como joven y aún atractiva,
aunque ella había estado casada quince años y era la madre de tres niños. En el
lapso de un mes ella se convirtió en una fea y vieja mujer”.
b)
Saca
a la superficie necesidades. Un predicador debe convertir la atención
involuntaria en atención voluntaria, así la gente escucha no sólo porque deben
escuchar sino porque quieren hacerlo.
La necesidad puede ser
tocada rápidamente. Preguntando “¿puede una mujer que trabaja ser una buena
madre? ¿Qué dicen ustedes? ¿Qué dice la Biblia?” toca la necesidad en menos de
veinte palabras.
Todos tenemos necesidades:
fisiológicas, físicas, de afecto, de seguridad, de realización, como resultado
de vivir con otros. Necesitamos conocer y entender. La gente responde cuando
entiende que Dios suple sus carencias de auto-estima, seguridad, afecto y amor.
Si un predicador saca a la superficie las preguntas, problemas, heridas y
deseos de la gente para tratarlos desde la Biblia, hará que su predicación
traiga la gracia de Dios para que resistan en las preocupaciones y tensiones de
la vida diaria.
c)
Presenta
el cuerpo del sermón.
El sermón efectivo mantiene
una atención, el sentimiento de que algo más debe ser dicho si debe ser
completado el sermón.
d)
Exhibe
otras características.
Una introducción necesita
ser tan larga como para captar la atención, emerger necesidades y orientar la
audiencia hacia el asunto, la idea o el primer punto. Hasta que esto no se
logre, la introducción está incompleta; después de esto es demasiado larga.
En algún lugar de la
apertura del sermón, el predicador debe leer las Escrituras.
Hay dos tipos de
predicadores: aquellos que no puedes escuchar y aquellos a quien debes
escuchar. Durante la introducción la congregación usualmente decide qué clase
de orador es el que les habla esa mañana.
LA CONCLUSION: La conclusión toma
diferentes enfoques y formas, dependiendo del sermón, de la audiencia y del
Ministro.
a)
Un
resumen que repasa el camino recorrido y revisa las afirmaciones sobresalientes
para unirlas a la idea principal.
b)
Una
ilustración. Muestra cómo funciona la idea en la vida y le añade impacto. Deben
ser tan trasparentes que sólo sea necesario agregarle una o dos frases.
c)
Una
cita. Una cita bien seleccionada usada en la conclusión, algunas veces declara
la idea del sermón en palabras más fuertes y más vívidamente que las que el
predicador pueda encontrar por sí mismo. La cita debe ser corta y el predicador
deberá memorizarlas. Unas líneas tomadas de un poema o de un himno pueden
exponer la verdad dramáticamente.
d)
Una
pregunta. Una pregunta apropiada o una serie de preguntas pueden concluir
efectivamente el sermón.
e)
Una
oración. Una oración hace una conclusión apropiada sólo cuando es una petición
honesta y no un resumen del sermón o hace una aplicación indirecta para la
audiencia.
f)
Instrucciones
específicas. Podemos invitar a los oyentes a hacer algo la siguiente mañana del
sermón.
g)
Visualización.
La visualización proyecta a una congregación en el futuro y dibuja una
situación futura en la que ellos podrán aplicar lo aprendido.
No se debe introducir nuevo
material en la conclusión. La conclusión no necesariamente debe anunciarse.
RESUMEN DEL LIBRO
Robinson, Haddon
“Biblical Preaching”
ANEXOS
“DEL TEXTO AL
SERMÓN”
Ejemplos:
1. Marcos 4:35-41
El texto de Marcos es sorprendente
desde varios puntos de vista. En principio porque a quienes estaban con él no
los condujo a la fe sino a una interrogante sobre la persona de Jesús. Al
concluir la escena se preguntan “¿Quién es este, que aún el viento y el mar le
obedecen?”. Además parece ser un texto en el cual la situación de zozobra es
provocada por Jesús, al menos si vemos que llegan allí porque él mismo lo
sugirió (“Pasemos al otro lado”, dice al comienzo del relato). En tercer lugar
hay un elemento que casi siempre pasa inadvertido y que debe haber producido
mucha angustia: junto a ellos había otras barcas que sufrieron la misma suerte
(v. 36). La mención de estas naves donde no estaba Jesús pero que lo seguían
puede ser un aspecto interesante para explorar en la predicación.
Las demás
barcas
Si era una multitud la que estaba
oyendo a Jesús al costado del mar es comprensible que al partir él, varios
quisieran seguirlo a través del mar. De modo que fueron varias las barcas que
zarparon para cruzar el lago. La tormenta entonces no sólo tomó por sorpresa a
quienes iban con él sino también a quienes no
iban con él. Digamos de entrada que si bien quienes estaban en su barca
pudieron recurrir a Jesús -que dormía en la popa-, los que navegaban en las
otras no tuvieron esa posibilidad. También podemos imaginar que el miedo a la
muerte y la posterior y repentina tranquilidad del mar los debe haber
sorprendido. Y cuando luego supieron que había sido Jesús quien los salvó de la
violencia de la tormenta seguramente confirmaron su fe y expresaron gratitud,
pero nada de eso se nos cuenta en el evangelio.
Se puede trazar una línea entre
aquellas personas que estaban en la tormenta y nosotros. Vivimos en medio de
problemas y tempestades. Algunas parecen abatirnos y nos dejan sin aliento para
continuar. Otras ayudan a templar nuestro espíritu y cuerpo y nos invitan a
continuar en el camino. Pero en todos los casos los creyentes sabemos que Jesús
está cerca nuestro aunque no lo vemos, y sabemos que va a hacer lo mejor para
nuestra vida aunque no oímos sus palabras directamente. A diferencia de los
discípulos que lo veían y lo tenían cerca sin
necesidad de creer en él, nosotros somos llamados a confiar en el Dios
invisible, el Dios que sabemos que está pero que no podemos tocar. Estamos como
aquellos que iban en las otras barcas.
Quienes estaban muy cerca de él y
fueron testigos de su acción se preguntaron quien era éste, qué poder tenía. Al
parecer no supieron comprender que sus palabras que tanto los atraían y sus
enseñanzas que asumían como profundas y verdaderas eran más que palabras
declamadas ante una multitud deseosa de oírlas. Eran la expresión del poder de
Dios que se manifestaba para dar un mensaje pero fundamentalmente para traer
vida a todo aquel que quisiera oírlas y asumirlas. Quizás pensaban que Jesús
era un maestro más de los tantos que había en su tiempo. Quizás aún no estaban
maduros para comprender que algo esencial estaba sucediendo ante sus propias
narices. Lo que sí es evidente es que no esperaban que este hombre que hablaba
tan bien pudiera tener poder para que la naturaleza le obedezca.
La
tranquilidad de Jesús
Jesús dormía mientras los demás
estaban aterrados y veían el mar sobre sus cuerpos. Los que lo acompañaban lo
despiertan reclamándoles por sus vidas: “¿No te preocupa que muramos?” Lo que
expresan es, dicho en otras palabras, que si tan bien les hablaba en la orilla,
y tanto se interesaba por la vida y el espíritu de sus oyentes, por qué ahora
los deja morir sin hacer nada. No parece que ellos crean que Jesús pueda hacer
algo en ese momento. Más bien el texto da a entender que lo que esperan es que
se angustie con ellos, que viva ese momento final de sus vidas con conciencia y
no meramente durmiendo a un costado. Obsérvese que no le reclaman un milagro ni
una solución. Seguramente no consideraban que pudiera hacerlo.
Pero la actitud de Jesús sorprendió a
los que estaban en la barca. Luego de calmar la tempestad les recrimina que no
tienen suficiente fe. Uno puede salir en defensa de los discípulos: ¿se
esperaba que se echaran a dormir como Jesús? ¿Debían dejar la barca zozobre sin
despertar al maestro? La respuesta no hemos de buscarla tanto por este lado
sino en la actitud de Jesús de poner la vida en las manos de Dios. Dejar que él
actúe cuando nuestras fuerzas y saber ya no pueden dominar la realidad. Nunca
Jesús llama a la inacción o a la resignación ante la adversidad. Sería un error
entender de ese modo su actitud.
Entonces la tranquilidad de Jesús
consiste no en poner en riesgo su vida y la de los demás sino en estar
convencido de que más allá del peligro que estemos corriendo o lo desorientados
que en determinado momento podamos estar, los hilos de nuestra vida y el
destino a que nos conducimos está en las manos de Dios, quien nos cuida y
acompaña siempre.
Conclusión
La metáfora de navegar en una tormenta
es muy apta para describir la vida moderna, especialmente la de los más pobres
de nuestras sociedades. Por otro lado la vida puede ser descripta como un andar
en medio de preguntas, inseguridades, conflictos. En todos esos momentos Jesús
está cerca y puede calmar las aguas y llevarnos a buen puerto.
Proponemos entonces organizar la
predicación de acuerdo a los siguientes puntos:
1.
Jesús
invita a navegar (vivir) asumiendo los riesgos y peligros.
2.
Las
otras barcas se parecen a nuestra experiencia personal.
3.
La
tranquilidad de Jesús en a tormenta consiste en poner la vida en las manos de
Dios.
4.
Ante
su poder y la incredulidad de sus discípulos, Jesús nos invita a la fe.
Marcos 5:21-43.
En esta narración se suceden dos
milagros de Jesús que están vinculados aunque cada uno tiene autonomía literaria.
Sucede que de camino hacia el lugar donde la hija de Jairo está desfalleciendo
es reclamado por otra mujer enferma. Usualmente estos dos milagros se han
analizado separados y sin duda con provecho, pero pocas veces reparamos en la
relación entre ambos hechos. Que sucedan dentro de una misma trama no es casual
y vamos a detenernos en ello a fin de organizar nuestra predicación.
El padre
desesperado
Este hombre era una autoridad de la
sinagoga, seguramente un ilustrado en las Escrituras, y se acerca a Jesús a
pedir por la vida de su hija que agoniza. Está tan convencido del poder de
Jesús que no duda en afirmar que si pone sus manos en ella su salud será
recobrada. Es la actitud comprensible de un padre que busca todos los medios
para salvar la vida de una hija. El pedido de Jairo tuvo sus frutos y se nos
cuenta que Jesús emprendió camino con este hombre rumbo a su casa.
Podemos señalar que Jesús no pone
reparos a su pedido y que se decide a curar a esta niña sin más argumentos.
Pero esa celeridad de Jesús se ve interrumpida por una mujer enferma que toca
su manto en medio de la multitud, convencida que de ese modo tendrá la salud
que su cuerpo necesita. ¿Cuál habrá sido el sentimiento de Jairo cuando vio que
Jesús se detenía para ver quien lo había tocado? Su hija agonizaba en la cama y
probablemente no le quedaba mucho tiempo de vida.
Jesús se
detiene
¿Por qué Jesús se detiene y busca a la
persona que lo tocó? Si su objetivo en esa caminata era llegar lo antes posible
a la casa de Jairo podría haber seguido caminando. Finalmente una persona
curada más en su larga lista no agregaba nada a su historial de bendiciones.
Creo que la pista la debemos buscar en el hecho de que para los que estaban
allí -y para Jairo en primer lugar-, la demora aparentemente conspiraba contra
la posibilidad de ser sanada de la joven que agonizaba. Todos pensaban que si
llegaba tarde ya no habría solución para su vida. Jesús -pensarían-
irresponsablemente se detiene para ver quien tocó su manto cuando debería
apurar el paso hacia la casa donde está a punto de morir una joven que lo
necesita. Los discípulos participan de esta preocupación cuando le preguntan con
ironía y quizás angustia por la joven que espera “¿ves la multitud que te
aprieta y preguntas quien te ha tocado?”.
La mujer
Jesús la busca y ella se da a conocer.
Tiene vergüenza pero no puede ocultar lo que ha hecho y se arroja a los pies de
Jesús. Aquí comenzamos a vislumbrar qué está sucediendo: Jesús exalta la fe de
esta mujer y pone en evidencia la
falta de fe de quienes van con él hacia la casa de Jairo. Debemos decir que es
injusto decir sin más que eran incrédulos, porque de hecho no lo eran. Si este
hombre fue hacia Jesús es porque entendía que podía hacer algo por su hija, y
quienes lo acompañaban también participaban de esta confianza. Pero parece ser
que poseían una fe que no dejaba espacio para el asombro y lo maravilloso.
Confiaban en Jesús pero limitaban su confianza a los hechos razonables, a
aquellas cosas que se podían y debían esperar de un maestro bueno y con
capacidad de hacer milagros. Sin embargo Jesús fue mucho más que eso, y estos
actos apuntan a mostrar su verdadera identidad.
Justamente esto es lo que hace la
mujer enferma. Ella sabe que aún tocando la ropa de Jesús quedará sanada y hace
todo lo posible por llegar tan sólo a tocarlo. También esta forma de pensar
debería haber sido muy criticada por discípulos y autoridades religiosas. El
simple hecho de tocar la tela no debía conferir ningún poder. Es más, de ser
así podría considerarse a Jesús como un milagrero, alguien que actuaría más
como un talismán que como el enviado de Dios. Pero Jesús le dice a esta mujer
que lo que la ha hecho salva es su fe, es decir, el confiar en que Jesús podría
curarla aún cuando no tuviera ocasión de reparar en ella. Resalta la fe por
encima del hecho de tocar sus ropas.
Es importante establecer en la
predicación que la curación de la mujer es presentada por Jesús como un testimonio
de su fe y no como un milagro oscuro. En este tiempo afloran formas de
religiosidad que rayan con la superstición y que a veces se alimentan de
pasajes como éste, leídos superficialmente. No es raro oír de grupos religiosos
que piden trozos de ropa de un enfermo para bendecirlos o papeles con los
nombres de quienes solicitan la bendición para sus vidas. Pero eso no es lo que
hizo Jesús con esta mujer sino que obró en ella para dar un testimonio ante
todos los demás de la apertura a nuevas posibilidades que su presencia ponía a
disposición. Su salvación viene por la fe en Cristo.
La hija de
Jairo
A continuación sucede lo terrible:
vienen de la casa de Jairo y le dicen que no continúe molestando al maestro
pues su hija acaba de morir. El texto dice que Jesús aún estaba hablando con la
mujer cuando esto sucede. Todos muy probablemente pensaron que si no se hubiera
detenido, habría llegado a tiempo para salvar a la joven. Jesús debe haber
pensado que ahora es la ocasión de mostrar una faceta más de su ministerio:
llevar a las personas al borde de su fe, ejercitarlas en la búsqueda de
comprender la acción de Dios en situaciones que parecen incomprensibles.
Lo que sigue es traer nuevamente a la
vida a la joven fallecida. Jesús hace salir aquellos que lloraban y lamentaban.
Quizás hace esto para crear un clima de tranquilidad en la habitación. Lleva
allí sólo a los padres y a quienes lo acompañaban, probablemente un grupo
numeroso de personas. De modo que los testigos de lo que va a suceder son los
mismos (con excepción de la madre) que presenciaron la curación de la mujer en
el camino.
Ayer como hoy hay palabras de Jesús
que provocan risa entre los que no creen en él. “No está muerta sino duerme”,
dice, y se ríen de él. Es una metáfora, pues en verdad ha fallecido pero Jesús
alude a que aún puede “despertar”. Su voz la llama a la vida y ella responde.
Así como a su voz obedecen las aguas y los vientos, ahora muestra que obedece
la misma muerte. Esta resurrección es anuncio todavía embrionario de su propia
resurrección.
Conclusión
Jesús se detiene ante la mujer para
resaltar la fe que había tenido y el carácter asombroso de su milagro. Ella no
es una sanada más, sino es una mujer que confió hasta donde otros no hubieran
confiado. Y a la luz de esa experiencia pone en tela de juicio la fe de quienes
creen que su demora perjudica a la otra joven que agoniza. Jesús va a mostrar
que el poder de Dios y su amor está más allá de nuestra voluntad, y a veces, de
nuestra capacidad de comprender.
Proponemos entonces organizar la
predicación de acuerdo a los siguientes puntos:
1.
Presentar
los dos milagros.
2.
Vincular
la intención de ambos.
3.
Preguntarnos
por nuestra propia actitud ante Jesús cuando se detiene en el camino.
4.
Resaltar
la fe de la mujer y las dudas del resto de las personas.
5.
Finalmente
Jesús cura a ambas mujeres y da testimonio del poder y la voluntad de vida de
Dios para todos.
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