Dr. René Krüger
Lenguas
bíblicas
Hasta 1886 sólo el
hebreo y griego eran consideradas lenguas
bíblicas. A partir de las investigaciones de Delitsch, quedó aclarado que
existe un arameo bíblico; y por lo tanto, hay tres lenguas bíblicas. Hace 150
años, se creía que el griego de la Septuaginta (LXX, versión griega del AT) era
una lengua bíblica propia, porque no se disponía de otros testimonios de la
misma. Sin embargo, desde entonces se encontraron numerosos textos (en papiros)
con textos en ese griego; y quedó demostrado que era la lengua común de todo el
mundo mediterráneo. De allí el nombre de griego
koiné, griego común. Los traductores del AT y los autores del NT inventaron
sólo algunos términos; por lo demás, usaron la lengua común de su entorno. En
Israel se hablaban prácticamente tres lenguas: arameo, hebreo y griego. Lenguas bíblicas no son, pues, lenguas
propias de la Biblia, sino las lenguas que usaron los autores bíblicos para
transmitir sus mensajes.
Lengua sagrada.
Se trata de un
concepto ambiguo. El latín fue considerado “sagrado” en su uso por los Padres
latinos de la Iglesia (Tertuliano, Ambrosio, Agustín, etc.). En cuanto a las lenguas
bíblicas, no se debería hablar de lenguas sagradas, pues lo sagrado es el
contenido de los textos bíblicos, no el idioma que sirve de vehículo. Además,
en la Iglesia cristiana nunca fue obligatoria la lectura litúrgica o cúltica de
los textos originales, sino que desde muy temprano se hicieron traducciones. En
el Judaísmo se sigue leyendo el texto sagrado en hebreo; en el Islam el Corán
debe leerse en árabe. Allí el hebreo y el árabe, respectivamente, tienen el
carácter de lenguas sagradas.
Lenguas
indoeuropeas
El indoeuropeo constituye
el origen de casi todas las lenguas actuales de Europa, a excepción del finés,
el magiar (húngaro), el estoniano, el euskera (vasco) y el turco. En Asia
derivan del indoeuropeo la mayoría de los idiomas y dialectos de la India, las
lenguas del Irán y el Armenio. No hay testimonios escritos del indoeuropeo,
sino que este idioma fue reconstruido por deducción a partir de comparaciones.
La hipótesis de la lengua-fuente se elaboró al descubrir que casi todas las
lenguas europeas tienen enormes coincidencias en el vocabulario, la gramática y
la sintaxis. De esa lengua salieron varios dialectos, de los que se formaron
lenguas nuevas, que a su vez produjeron dialectos y luego nuevas lenguas.
Véase la siguiente
tabla comparativa para el término madre:
Hindú antiguo: mata Avesta: matar
Irlandés: mathir Letón: mate
Griego: méter Griego
dórico: máter
Búlgaro: mati Latín: mater
Inglés antiguo: módor Alemán antiguo: mouter
(Inglés actual: mother; alemán actual: Mutter).
Panorama de las
lenguas indoeuropeas
-
Griego.
-
Latín: lenguas romanas: castellano, portugués, catalán, francés,
provenzal, italiano, retorromano; varios dialectos.
-
Germánico: gótico, inglés, alemán, yiddish, holandés, afrikaans, sueco,
noruego, danés, islandés, friso; numerosos dialectos.
-
Celta: británico, galés, irlandés, escocés.
-
En la India: sánscrito, hindi.
-
Persa.
-
Armenio.
-
Eslavo: ruso, ucraniano, bielorruso, polaco,
checo, eslovaco, esloveno, serbocroata, búlgaro, macedonio.
-
Báltico: lituano, letón
-
Albanés
-
Lenguas muertas: hitita,
frigio, ilírico.
Lenguas
semíticas
Su nombre deriva de Sem,
hijo de Noé (Gen 10). Son las lenguas acadias, cananeas, arameas y árabes.
Lenguas semíticas del
este: acadio; de éste se formaron el asirio y el babilonio.
Lenguas semíticas del
noroeste: cananeo, ugarítico, hebreo, fenicio, arameo, siríaco.
Lenguas semíticas del
sur: árabe (varios), etiópico.
Griego
No forma grupo con
ninguna de las lenguas indoeuropeas (como las romanas, las germanas, etc.),
pero tuvo muchísimos dialectos. El alfabeto griego fue tomado del alfabeto
fenicio alrededor del año 875 a. C. Como las consonantes semíticas no
alcanzaban para el griego, se crearon signos para las vocales a partir de
nuevas formas de signos antiguos y de la atribución de valor vocálico a letras
que ya no eran necesarias: la alef
semítica fue transformada en alfa
griega, con sonido A; la ayin
semítica, en omega griega, con sonido
O; la he semítica, en eta griega, con sonido de E larga, y más
tarde fue desdoblada también en espíritu áspero ‘ con sonido de H inglesa o
alemana.
El griego se escribía
primero como el semítico de izquierda a derecha; luego, al estilo “bustrófedon”
(ida y vuelta); y finalmente, de derecha a izquierda.
En un principio sólo
se escribía con mayúsculas, sin divisiones ni signos. En el siglo IX d. C. se
formaron las minúsculas. Entre tanto, se separaban las palabras y se formaron
los signos y acentos.
Ningún otro idioma de
la humanidad ha ejercido tanta influencia sobre las demás lenguas y la cultura,
hoy mundializada, como el griego. Con la creación de nuevos conceptos
abstractos y la construcción rica de las frases, los autores, poetas y
filósofos griegos han convertido su idioma en la herramienta adecuada para la
expresión perfecta de los pensamientos más complicados y de todos los
sentimientos posibles.
Etapas de la
evolución del griego
-
Griego antiguo (clásico), hasta el 300 a. C. Términos heredados a través
del latín: filosofía, historia, teatro, política, metal.
Creaciones modernas: telegrama, telégrafo, telescopio, microscopio,
teléfono, electrón, átomo (término antiguo, contenido
nuevo), astronauta, cosmonauta, cibernética.
-
Griego Koiné, del 300 a. C. hasta el 300 d. C. Idioma de la política, la
religión, la filosofía, el comercio y las comunicaciones del mundo del
Mediterráneo y del Oriente Cercano. La literatura de importancia para la Iglesia
se compone de: LXX, NT, Padres Apostólicos, Padres griegos de la Iglesia
(Patrística). Términos heredados: Evangelio, Biblia, Cristo,
iglesia, apóstol, obispo, limosna, apocalíptica,
liturgia, poiménica, homilética, diaconía, ángel,
eucaristía, diablo, católico, evangélico, ortodoxo,
laico, sínodo, mártir, pentecostés.
-
Griego Medio, del 300 a 1453.
-
Griego Moderno, a partir de 1453.
Griego koiné
La extensión del
griego koiné, lengua común desde el
siglo III a. C. hasta el siglo III d. C., acabó con todos los dialectos
anteriores. El griego koiné es el “griego bíblico” de la Septuaginta (versión
griega del AT hebreo) y del NT. Este griego se derivó de la lengua ática y se
convirtió en lengua internacional a partir de las conquistas de Alejandro Magno
(356-323 a. C.). Este proceso convirtió al helenismo en cultura universal en el
mundo del Mediterráneo y en el Oriente Cercano. Se fomentaron las ciencias y
las artes griegas.
Es koiné, común, por ser:
-
La lengua de todos los
griegos, desplazando los dialectos. Tiene la estructura del ático y mucho
vocabulario jónico;
-
La lengua de todos los
pueblos sometidos a la influencia griega: Egipto, Chipre, Israel, Éfeso,
Galacia, Siria, etc.
-
La lengua de todas las clases
sociales.
El griego koiné fue
modificado por la influencia de las culturas sometidas. En los textos bíblicos,
esto se evidencia a través de semitismos, hebraísmos y arameísmos; y en algunos
latinismos.
Algunos
investigadores creían que el primer idioma cristiano fue el arameo, y que los
primeros documentos fueron redactados en ese idioma. Esto hoy ya no se acepta.
Filón de Alejandría y
Flavio Josefo escribieron sus obras en griego. Mucha literatura judía
intertestamentaria también fue escrita en griego. El Talmud tiene 1.100
palabras de origen griego. El griego koiné se introdujo hasta en el corazón de
Jerusalén. En el patio del Templo había placas que advertían a los no judíos a
no pasar al recinto interior: “Prohibido a todo extranjero pasar esta barrera y
penetrar en el recinto del santuario. El que sea agarrado, será responsable de
la muerte que le sobrevenga”. El títulus
puesto en la cruz de Jesús tenía inscripciones en hebreo (arameo), griego y
latín (Jn 19,19). En Hechos se mencionan las sinagogas de los griegos:
cirenenses, alejandrinos, de Cilicia y Asia. Prácticamente toda la población
era bilingüe, manejando el arameo y el griego; y en algunos casos, trilingüe
(agregándose el hebreo). Jesús, además del hebreo/arameo, también hablaba
griego, como lo evidencian la curación de la hija de la mujer griega Mc 7,26;
el centurión y su esclavo, Lc 7,1-10; la entrevista con griegos, Jn 12,20; el interrogatorio
ante Pilato. Todos los escritos del NT fueron escritos en griego. Lc, Heb, Stg
y 1 P tienen un griego selecto. Lc tiene el más elevado. Pablo tiene un griego
bastante bueno y a veces selecto. Mt y Mc evidencian un griego muy popular. El
griego del Ap es muy común y sencillo.
Debido al bilingüismo
y las influencias mutuas entre ambos (o los tres) idiomas, en los Evangelios
Sinópticos hay muchos semitismos; en Jn, Ap, 1-3 Jn y Stg, mediana cantidad;
muy pocos en Pablo; pocos en las Epístolas Católicas.
La extensión por vez
primera de un idioma universal en tantas culturas locales, tanto en el mundo
del Mediterráneo como en el Cercano Oriente, es un hecho único de toda la
historia, como no lo hubo nunca antes y nunca después con tales
características. El cumplimiento del tiempo (“Cuando vino el cumplimiento del
tiempo, Dios envió a su Hijo...”, Gal 4,4) puede aplicarse también a este hecho
histórico de un idioma universal.
Sugerencias
para el estudio del griego
El estudio del griego
debe ser visual, acústico y motriz. Visual, porque el griego tiene un alfabeto
distinto del latino. Acústico, pues conviene pronunciar las palabras y leer los
textos en voz alta, como también declinar y conjugar los términos en voz alta.
Motriz, porque es importante copiar una y otra vez las palabras griegas,
dibujando los acentos con la mano y memorizando el vocabulario, las
declinaciones y conjugaciones.
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