Es la Biblia uno de los libros
traducidos a mayor número de idiomas; ha servido de inspiración para la
creación de cuadros, esculturas, composiciones musicales, poemas, artículos,
dramas, más que cualquier otro libro. Ha sido el tema central cátedras,
sermones, discursos, comentarios, investigaciones, estudios que todos los demás
libros escritos.
A
través de los siglos éste ha sido el libro sometido al más meticuloso
escrutinio, al más severo estudio y a la más despiadada crítica, sin embargo ha
logrado permanecer indemne a través de todo, o sea, perfecto sin error, La Biblia es el libro más
antiguo, pero a la vez el más vigente, el más profundo, pero a la vez el más
sencillo, el más general en su aplicación, pero el más personal, el más
increíble, pero el más lógico, el más divino, pero el más humano, el más
completo, pero el más claro. Su contenido es el más pesimista, pero a la vez el
más optimista, sus acusaciones son las más severas, pero sus ofertas las más
amables, sus descripciones son las más crudas, pero sus palabras las más
tiernas, sus juicios los más espantosos, pero sus promesas las más
inspiradoras.
El
objetivo de este libro es simple, pero necesario: consiste en dirigir la
atención de nuevo al valor e importancia del estudio de la Biblia en sí, a diferencia
del estudio de libros sobre la
Biblia y con todo, conocer muy poco el contenido de la Biblia. Estos
capítulos han sido planeados para sugerir métodos con qué dominar la materia de
la Palabra de
Dios, sus hechos y doctrinas. Se podrían sugerir muchos libros que hablan de la Biblia, libros de gran
valor, pero esto sólo habría servido para distraer la atención del simple
objetivo de este libro, que es el estudio de primera mano de la Escritura.
Se
espera que los obreros cristianos de nuestras iglesias puedan hallar en él
sugerencias para un conocimiento más pleno de su manual de servicio, y para un
uso más eficiente de su arma de combate simplemente, la Biblia, Y si hay en el
librito algo que pueda ayudar a los estudiantes de teología y a los que han
empezado recién su ministerio, el propósito de escribirlo habrá dado su fruto.
No puede haber duda que el ministerio más poderoso y fructífero siempre será el
del mismo que, como Apolo, es «poderoso en las Escrituras».
No hay
el intento de dar un plan completo de los libros de la Biblia como se puede
comprender. Hay otros métodos de estudio bíblico además de los mencionados
aquí, y aun estos pueden ser desarrollados en direcciones adicionales. Todo lo
que se espera es que sean hallados valiosos como fuente de sugerencias, que
sean un incentivo para estudio ulterior.
Estas
y muchas son las razones por las cuales debemos estudiar la Biblia.
¿POR QUE ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS?
PORQUE NOS REVELA LA
VOLUNTAD DE DIOS.
La Biblia es
digna de nuestro estudio y reflexión, debido a que ha probado ser la mejor guía
del hombre para discernir la voluntad de Dios para su vida. La Biblia contiene un
extraordinario mensaje directo y claro de parte de Dios para cada individuo.
La Biblia es
una guía inmejorable en relación con el futuro. Es posible discernir la
voluntad de Dios para nuestro presente, si estudiamos detenidamente sus planes
futuros, los actos de Dios en la
Historia no son Desordenados o irregulares, siguen el patrón
definido de un plan trazado de antemano el cual se va cumpliendo al pie de la
letra con el paso de los siglos.
Las
orientaciones de la
Escritura sobre el futuro son claras, y a la luz de ellas, el
cristiano puede y debe discernir la voluntad de Dios para su vida hoy. Pero la
utilidad de las Escrituras sería limitada en verdad, si estas hablaran
solamente sobre el pasado y el futuro, sus enseñanzas y mensaje poseen
extraordinaria vigencia también para el día de hoy.
En 2 Timoteo 3:16-17 nos dice. Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.
POR QUE CONTIENE EL PLAN DE SALVACION.
No
existe estudio de mayor valor de importancia, ni podemos dedicarnos a una
consideración de mayor urgencia y necesidad, que la reflexión sobre la
salvación de nuestra alma.
Pablo
recordó a Timoteo, que las Sagradas Escrituras, te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Guía
al ser humano a la salvación de su alma proveyendo un plan claro, sencillo y
comprensible a través del cual pueda ser salvo.
La
comprensión del plan Divino de salvación, tal y como lo encontramos en la Biblia, es también de suprema
importancia considerando lamentable desorientación que existe en relación con
este importante asunto. Cada individuo parece poseer una propia teoría sobre la
salvación. Cristo tuvo que luchar en contra de este mismo problema ya que los
religiosos de su tiempo torcían el significado de las Escrituras. A ellos
Cristo desafío diciendo: Juan 5:39.
Así, la Biblia es el único libro
que exige imprescindiblemente un conocimiento personal de su autor, Cristo
Jesús antes que rinda los tesoros de su contenido y los misterios encerrados en
sus páginas. La forma de establecer esa relación personal y directa con Cristo
es lo que se ha llamado el plan de salvación y consiste en los siguientes
pasos.
REGLAS GENERALES PARA ESTUDIO DE LA BIBLIA
El
estudio de las Escrituras no es empresa sencilla, exige la observación de
reglas redefinidas que lo faciliten a la vez sistematicen su avance paulatino.
Estudiar
las Escrituras significa, pues, observar ciertas reglas indispensables que
vayan facilitando la adquisición de conocimientos. El no hacerlo resultará
inevitablemente en confusión y fracaso final.
A
continuación mostraremos como le hemos hecho al principio de este estudio, el
bosquejo de las reglas generales para el estudio de la Biblia.
ENTENDER EL PROPOSITO.
Su
propósito predominante es presentar el camino de redención por la
instrumentalidad de Jesucristo, el Hijo de Dios. El es el tema central de las
Escrituras. Sobre él gira y de él depende el plan que Dios diseño para la
humanidad.
DECIDIR EL PROPOSITO DEL ESTUDIO.
Algunas
personas pretenden estudiar la
Biblia abriendo sus páginas al azar, otras leen porciones
salteadas y aún otros más buscan versículos sobre algún tema que les interesa y
los interpretan fuera de su contexto. Cualquiera de estas prácticas, no solo es
incorrecta e indebida, sino peligrosa.
Nadie
debe emprender el estudio de las Escrituras sin antes haber establecido
explícitamente la meta que persigue, esta puede ser el obtener alguna
información como los cristianos en Berea, quienes de acuerdo con Hechos 17:11, escudriñaban las
Escrituras todos los días, con el fin de verificar el mensaje de Pablo y si las
habían predicado, o quizás sea adquirir ayuda en contra de las tentaciones, el
salmista declara que guardaba la
Palabra de Dios en su Corazón, para no pecar contra él. Salmo 119:11, también puede estudiar la Biblia en busca de
orientación Salmo 119:105.
En una
palabra, antes de lanzarnos al estudio de las Escrituras es necesario
establecer la meta que perseguimos, pues de eso dependerá el método que se
empleo para su estudio.
CONOCER EL CONTENIDO DEL LIBRO.
Es
estratégico que antes de adentrarnos en los detalles de sus mensajes,
conozcamos primero la Biblia
por lo que toca a su estructura interna, y las formas literarias de su
contenido.
Por
ejemplo, será de gran utilidad percatarnos desde un principio, que los 66 libros de que está compuesta la Biblia, se encuentran
divididos en dos grandes secciones, llamadas el Antiguo Testamento y Nuevo
Testamento, el primero de éstos comprende a su vez cuatro grandes secciones. El
Pentateuco, los libros históricos, los poéticos y los proféticos, mientras que
en el Nuevo Testamento, comprende cinco secciones tituladas: Los evangelios, el
libro de los hechos de los apóstoles, las epístolas Paulinas, epístolas
generales y Apocalipsis.
La
estructura interna de los libros de la Biblia, se parece en parte a la de cualquier otro
libro, en el sentido de que el texto se halla formado por capítulos divididos
estos, en párrafos, los cuales están divididos en versículos, y éstos a su vez
contienen oraciones, frases y finalmente palabras, por lo que toca a la forma
literaria de su contenido, cada libro posee un estilo propio.
Algunos
sirven la forma poética (Salmos, Cantares), otros presentan el mensaje de Dios
bajo la forma de discursos (los Profetas), encontramos fascinantes narraciones,
(Los Evangelios) interesantes cartas personales. (Filemón y Tito), extensas
misivas a grupos cristianos (Las Epístolas Generales), tratados doctrinales
(Romanos), documentos históricos (Samuel, Reyes, etc.), y hasta un
extraordinario drama (Job) estas y más razones hacen que tengamos un previo
estudio de la Biblia
en cuanto su contenido.
ACTITUDES EN EL ESTUDIO
DETERMINACION.
El que
emprende el estudio como un simple pasatiempo, no tendrá ni la mitad de
posibilidades de triunfar en la vida tanto como aquel que lo inicia bajo un
sentido de profunda necesidad. El convencimiento interior de nuestra urgente
necesidad personal, indiscutiblemente producirá una férrea determinación de leer
y estudiar las Sagradas Escrituras, a cualquier costo.
De
poco sirve alentar un entusiasmo pasajero, si ante la más pequeña de las
dificultades flaqueamos y claudicamos en nuestro propósito inicial.
REVERENCIA.
El que
a él le haya placido comunicarnos la verdad de su ser, y la grandeza de sus
planes, por medio de la página impresa, nos debe llenar de un sentimiento de
gratitud y reverencia, además su título radica el contenido "Esta es la Santa Biblia" y
lo que es Santo debe manejarse con temor y temblor.
No
sólo es la Biblia
digna de nuestra reverencia, por lo que ella es en sí, y por el autor de sus
palabras, sino también por el maestro que nos ha sido dado para enseñárnosla:
El Espíritu Santo.
AMOR.
Algunos
profesan amar la Biblia,
pero en la realidad lo que andan son los libros que hablan sobre ella. El
estudiar la Biblia
únicamente con el fin de criticarla, bajo un sentido de mera obligación o por
simple curiosidad, no producirá ningún provecho.
Amor
por la Biblia,
significa que late en nosotros la vida eterna y sentir la necesidad imperiosa
de alimentar nuestra alma a través de la Palabra de Dios que nutre y fortalece.
Amar la Biblia quiere decir mucho
más que simplemente llevarla bajo el brazo a la iglesia, o tenerla en un lugar
prominente en el estudio en el hogar tener la actitud que tenía Job 12 ó David: Salmo 19:10 ó Como el Profeta Jeremías
15:16.
DILIGENCIA.
En el
caso del estudio bíblico, la palabra estudio es pues sinónimo de diligencia, ya
que nadie podrá estudiar, la
Biblia sino se aplica a esa tarea con diligencia y sentido de
responsabilidad.
RECEPTIVIDAD.
Esto significa
poseer un corazón abierto y respetuoso a lo que es el Espíritu Santo, quiera
enseñarnos por medio de la
Palabra de Dios, con frecuencia Cristo acostumbraba a decir a
sus discípulos y a las multitudes "El
que tiene oído para oír, oiga”, Mateo
11:15, con esto el Señor acentuaba lo importante que es no sólo oír, sino
recibir, o en caso del estudio bíblico, no solo leer, sino captar y retener.
PERSPICACIA.
Esta
es una actitud que con frecuencia se pasa por alto, pero que cultivándola puede
rendirnos grandes ganancias, ¿quién no ha sentido al leer el primer libro de
Crónicas, estar perdiendo el tiempo con sus listas de interminables genealogías?,
¿quién no se ha cansado de leer así mismo, las tediosas instrucciones del libro
de Levítico sobre la construcción del tabernáculo?, hasta nos preguntamos por
qué Dios habrá incluido información tan aparentemente inútil, sin embargo el
que lee con perspicacia, descubrirá que escondidos entre la descripción del
mobiliario del tabernáculo, los sacrificios, las vestimentas de los sacerdotes,
los muebles, etc., se encuentran varios tipos de Cristo y que también dentro de
las cansadas genealogías, se pueden encontrar interesantes datos que pueden
servir como base para estudios posteriores.
Ejemplo:
No se menciona el aguijón que le fue dado a Pablo en 2 Corintios 12:7, a la luz de Gálatas
4:15; 6:11, Pudiera haber sido
tal vez alguna enfermedad de los ojos.
OBEDIENCIA.
A la Biblia se le puede estudiar
de 2 maneras.
1.- Como una fuente de
información religiosa y;
2.- Como un manual
Divino.
Que
exige una inmediata y sincera respuesta de nuestra parte para modelar la vida.
Algunos leen mucho la Biblia
creyendo estudiarla pero poco beneficio obtienen de su lectura, porque rehúsan
obedecer sus instrucciones y por lo tanto solo se engañan así mismos.
PERSEVERANCIA.
Esta
actitud es decididamente un elemento muy estratégico en el estudio bíblico,
virtud con la cual debemos revestirnos desde el inicio de nuestra empresa.
Perseverancia
es que aquel que seriamente ambicione llegar a conocer las Escrituras, tendrá
que hacer acopio de un ejemplar tesón a través de los meses y a unos años, para
algún día llegar al dominio completo de su contenido.
HABITOS EN EL ESTUDIO DE LA BIBLIA
No
podemos dejar de mencionar la necesidad de cultivar desde el primer momento,
hábitos sanos y correctos en el estudio. A continuación mencionaremos ocho
hábitos de importancia para el buen desempeño del estudio de la Biblia.
TIEMPO.
El
estudio esporádico es de poco provecho, el estudiante serio de la Biblia separará tiempo para
su lectura y estudio. Ese tiempo debe ser diariamente y el mejor de las horas
del día, por regla general el mejor tiempo es temprano en la mañana cuando la
mente esta fresca y el cuerpo descansado.
LUGAR.
A
menudo se cree que cualquier lugar es bueno para estudiar la Biblia, pero la elección de
un sitio apropiado es más importante de lo que nos imaginamos. Debe ser un
sitio, tranquilo, libre de interrupciones y donde exista el menor número de
distracciones posibles.
PLAN.
Nunca
se debe estudiar la Biblia,
sin seguir un plan definido cuando se leen pasajes salteados, o se estudian
libros diferentes sin ningún sistema específico, los resultados tienden a ser
mínimos.
CONCENTRACION.
Es de
suprema importancia que nos formemos el habito de concentrarnos en la lectura,
aún cuando tal vez esto signifique que al principio nos sujetemos nosotros
mismos a la disciplina, de que si descubrimos estar avanzando en la lectura sin
leer realmente, regresemos al comienzo y volvamos a empezar entendiendo palabra
por palabra lo que leamos.
OBSERVACION.
Es
preciso habituar la mente a fijarse aún en los detalles más sencillos de lo que
leemos, por ejemplo: Los Personajes o grupos que se mencionan, los lugares, los
acontecimientos y lo que se dice de cada uno.
MEDITACION.
Quizá
este sea uno de los hábitos más difíciles de adquirir en el estudio bíblico,
pero a la vez es también uno de los más estratégicos, porque de él depende que
nuestra lectura se convierta en conocimiento y aprovechamiento.
ANOTACIONES.
Pocas
personas se encuentran dotadas de una capacidad de retención tan extraordinaria
que pueden retener todo lo que leen. Por eso es conveniente siempre acompañar
el estudio con un papel y lápiz, debemos de anotar los descubrimientos más
sobresalientes.
REPASO.
Esta
es una de las leyes fundamentales del aprendizaje de cualquier materia y mucho
más del estudio bíblico, no es suficiente tan sólo estudiar, es necesario
repasar lo estudiado una y otra vez.
HERRAMIENTAS PARA EL ESTUDIO DE LA BIBLIA
Con
frecuencia escuchamos dentro de los círculos de la iglesia sin exhortaciones a
estudiar la Biblia,
pero pocas veces se nos instruye sobre un aspecto básico de tal forma el contar
con ciertas herramientas fundamentales que faciliten y orienten debidamente
nuestros esfuerzos, no es que sin ellas no se pueda estudiar la Biblia, sino más bien, que
existen ciertos libros que se han escrito con el fin de simplificar el trabajo
y asegurarnos de éxito en nuestro estudio y, por eso es interesante contar con
su valiosa ayuda.
Conforme
el Cristiano inicia en serio su investigación de las Escrituras, conviene que
vaya adquiriendo algunos libros claves, hasta lograr reunir una pequeña pero
bien seleccionada biblioteca, no es preciso que esta colección muy vasta, solo
lo más importante, ejemplo de esto lo encontramos Eclesiastés 12:12, "No hay fin de hacer muchos libros".
UNA BIBLIA DE ESTUDIO.
¡Nunca
se debe juzgar un libro por las pastas! es esta relación con la Biblia, he aquí entonces
algunas de las características sobresalientes que debemos exigir en nuestra
Biblia de Estudio.
1.- Tamaño:
De preferencia grande.
2.- Tipo:
Sobre todo que la letra sea grande y clara.
3.- Papel:
Grueso y resistente, con el propósito de hacer anotaciones sobre ella.
4.- Notas:
Son explicaciones al margen del texto con el propósito de aclarar algún punto oscuro.
5.- Referencias:
Que tenga el mayor número de referencias posibles, son citas que nos guían a
pasajes paralelos; esto es que narran el mismo incidente que estamos leyendo,
otras veces nos guían a pasajes que contienen enseñanzas sobre el mismo tema y
otros usos semejantes. Lo más importante que ahorramos tiempo, nos orientan,
nos guían y nos facilita el estudio de las Escrituras.
CONCORDANCIA.
Es un
índice de palabras en orden alfabético, en la cual se indican los pasajes de la Escritura donde aparece
cada palabra y donde nos señala el libro, capítulo y versículo donde se
encuentra.
MAPAS.
DIVERSOS TIPOS DE VERSIONES Y TRADUCCIONES.
Traducciones
o versiones, se le llama "versión" en una traducción de las
Escrituras de un idioma a otro. Las traducciones de la Biblia al español las
podemos clasificar, simplemente, en antiguas y modernas.
LIBROS DE CONSULTA.
1.- Manual
Bíblico.
2.- Atlas
Bíblico.
3.- Diccionario
Bíblico.
4.- Comentarios.
5.- Armonía
de los evangelios.
Contando
con estos valiosos libros de consulta completamos nuestro juego de herramientas
indispensables para realizar el estudio de las Escrituras.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA EN CONJUNTO
La Biblia es la Palabra de Dios la
revelación de su voluntad al hombre. De ello se sigue que deberíamos conocer
esta revelación y hacer caso de su mensaje. El conocimiento requiere un estudio
sincero, fiel, paciente, constante y es a este tema que vamos a dedicarnos, con
el propósito de sugerir métodos que sean aptos para familiarizarnos más con las
Sagradas Escrituras.
El
valor de un conocimiento adecuado de la Biblia es evidente. Hay provecho intelectual en
su información e instrucción. Hay beneficio moral en su guía y advertencias.
Hay provecho espiritual en su verdad doctrinal y práctica.
Necesitamos
estar equipados por las Sagradas Escrituras, también, para poder contrarrestar
los excesos sacerdotales y los defectos racionalistas, y en su revelación de
gracia y verdad obtenemos la seguridad de la salvación, y de ella derivamos
fuerza para el servicio.
El
conocimiento, además, presupone mucho más que leer; requiere estudiar. Y no sólo
estudio, sino una aplicación auténtica de la mente, el corazón y la conciencia
a la sustancia y enseñanzas de la Sagrada Escritura. Deberíamos comprender la
necesidad e importancia de un conocimiento tan detallado y a conciencia de las
Escrituras como nuestro tiempo disponible y nuestra capacidad nos permita. El
leer la Biblia
no es estudio Bíblico.
Es
mucho más fácil leer libros sobre la
Biblia y requiere mucho menos tiempo y esfuerzo mental que el
estudiar la Biblia
por nuestra cuenta. Pero esto último es, sin duda, nuestro deber más esencial y
provechoso.
En
estos capítulos vamos a sugerir ciertos métodos de estudio, empezando con un
repaso general de la Biblia,
en conjunto, y luego haciéndolo por secciones y porciones, para estudiar los
versículos y las palabras. De esta manera será posible conseguir alguna idea de
la plenitud y variedad del estudio de la Biblia, y de la gran satisfacción de mirar la Palabra de Dios desde
diferentes puntos de vista.
VARIEDAD DE LA BIBLIA.
Pensemos
en la variedad del contenido: su historia, teología, filosofía, poesía,
consejos, aspiraciones, predicciones. Consideré la variedad de autores:
profeta, sacerdote, rey, cronista, apóstol, evangelista. Notemos la variedad de
circunstancias: diferencias de tiempo (Moisés a Juan), lugar, país, propósito,
destino. Hay treinta y seis libros, es la obra de treinta y seis autores, que
cubre un período de dieciséis siglos.
Nuestro
uso de la Biblia
como un libro, por necesidad tiende a hacernos olvidar que no es sólo un libro,
sino una biblioteca, «la biblioteca divina», con mucha variedad y gloria.
LA
UNIDAD DE LA BIBLIA.
Esta
unidad es el complemento de lo anterior. La Biblia, aunque varía, es con todo una, entre
todas sus diferencias de lugar, tiempo y propósito, y posee una idea predominante.
El Antiguo Testamento se extiende sobre un largo período de Tiempo y es el
producto de una nación. El Nuevo Testamento es el producto de varias naciones,
pero se extiende sobre un corto período. El Antiguo es al Nuevo como el
fundamento es a la estructura, y el Nuevo es al Antiguo como el edificio es a
la base. El Dios del Génesis y de
Mateo son el mismo, sólo con los dos aspectos complementarios de trascendencia
e inmanencia. El hombre del Génesis y
de Mateo, son el mismo, y necesitan a dios y su gracia. En el Antiguo
Testamento tenemos a Dios en sí mismo como supremo, y el hombre en sí mismo
como pecador. En el Nuevo Testamento tenemos a Dios en Cristo como Salvador, y
el hombre en Cristo como salvado. «En el Antiguo se halla el Nuevo escondido
[latente], y en el Nuevo, el Antiguo revelado [patente].» El Antiguo Testamento
es una revelación de formas externas que se desarrollan en principios internos.
El Nuevo es una revelación de principios internos que se desarrollan en formas
externas. El Antiguo Testamento es una preparación de Cristo para la Iglesia, y la Iglesia para Cristo. El
Nuevo es una revelación de Cristo para la Iglesia y por medio de la Iglesia, al mundo.
Cristo
es la clave de toda la Biblia,
y es Él que le da su unidad espiritual e histórica. Se ha sido sugerida la
siguiente unidad séptuplo, que cubre toda la Biblia, y es digna de consideración:
1.- Génesis a Deuteronomio.
revelación
2.- Josué a Ester. Preparación
3.- Job a Cantar de los
Cantares. Aspiración
4.- Isaías a Malaquías.
expectación
5.- Mateo a Juan. Manifestación
6.- Hechos a Epístolas.
Realización
7.- Apocalipsis a
Isaías. culminación
Naturalmente
esto sólo debe entenderse de modo general, pero es bastante preciso para
revelar la unidad esencial.
Los
dos elementos de maravillosa variedad y todavía más, de maravillosa unidad, son
verdades complementarias que van a transmitir sus propias impresiones profundas
del origen e inspiración divinos a toda persona que piense sinceramente. ¿Cómo
es posible que sesenta y seis libros, escritos casi del todo independientemente
uno del otro, que se extienden a casi dos mil años, y escritos bajo toda
variedad posible de circunstancias, pueden no tener parte alguna que contradiga
lo que se dice en otra parte? La habilidad humana no podría conseguir este
resultado. «Esto viene de mí», dijo el Señor.
Con
una unidad tan maravillosa en la divina biblioteca de sesenta y seis libros, no
es sorprendente hallar en el otro rasgo notable que se sigue de la variedad y
de la unidad antes considerada.
LA
SIMETRÍA DE LA BIBLIA.
La
simetría es característica tanto de su estructura literaria como de su
enseñanza espiritual. La expresión más corta de ella es que en el Antiguo
Testamento tenemos a Moisés y a los profetas, y en el Nuevo Testamento tenemos
a Cristo y a sus apóstoles. Amplificando esto notamos que tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento son capaces de una división quíntuplo:
Antiguo Testamento Nuevo
Testamento
Pentateuco (5) Evangelios
(4)
Libros Históricos (12) Hechos
(1)
Libros poéticos (5)
Epístolas
paulinas (14)
Profetas mayores (5) Epístolas
generales (7)
Profetas menores (12) Apocalipsis
( 1 )
Extendiéndonos
ahora un poco más adelante, notamos que el Pentateuco es para el Antiguo
Testamento lo que los Evangelios son para el Nuevo, el fundamentos de todo lo
demás, y puede ser considerado como correcto, de modo general, el decir que el
Pentateuco y los Evangelios son libros de la revelación de Dios al hombre, y
que el resto del Antiguo y del Nuevo Testamento son libros de la realización de
esta revelación en el hombre Consideremos esto con respecto al Antiguo
Testamento en forma tabular:
1.- Revelación
(Pentateuco). Dios a su pueblo
2.- Realización
(resto del Antiguo Testamento). Dios en su pueblo.
a).- En la expresión
externa. Libros históricos
b).- En la
expresión interna. Libros poéticos
c).- En la
expectación hacia adelante. Libros proféticos
Lo
dicho anteriormente es sólo la expresión más breve posible para mostrar
claramente la simetría pero podría ampliarse bajo cada división para dar
indicaciones más definidas de la misma hermosura. Por ejemplo, se ha indicado
que en los libros poéticos tenemos tres actitudes o aspectos de la vida
devoción (Salmos), sabiduría (Job, Proverbios, Eclesiastés), y comunión (Cantares
de Salomón), y que en estos tres libros de sabiduría tenemos: piedad sin
prosperidad (Job), piedad y prosperidad (Proverbios) y prosperidad sin piedad
(Eclesiastés). Estos son algunos ejemplos de la plenitud y hermosura de la
revelación del Antiguo Testamento.
Tomando
ahora el Nuevo Testamento de la misma forma, tenemos:
1.- Revelación
(Evangelios) Cristo a su Iglesia
2.- Realización
(resto del Nuevo Testamento). Cristo en su Iglesia
a).- En la
expresión externa (historia). Hechos
b).- En la
expresión interna (doctrina). Las Epístolas
c).- En la
expectación hacia adelante (profecía). El Apocalipsis
Éstos,
a su vez, pueden ser amplificados para revelar nuevas bellezas, como, por
ejemplo, en los varios aspectos de la persona de Cristo, vista en las
epístolas, o en las varias fases de la verdad y la vida cristiana.
Otra
forma de mirar este tema es pensar en los dos Testamentos como dos edificios, y
luego considerar lo siguiente:
1.- El
fundamento histórico (pasado)
a).- Antiguo
Testamento. Pentateuco y libros históricos
b).- Nuevo
Testamento. Evangelios y Hechos
2.- La
construcción espiritual (presente)
a).- Antiguo
Testamento. Libros poéticos
b).- Nuevo
Testamento. Epístolas
3.- El
cumplimiento profético (futuro)
a).- Antiguo
Testamento. Profetas
b).- Nuevo
Testamento. Apocalipsis
Nuevamente,
podemos considerar el Antiguo y el Nuevo Testamento como complementarios, y
tomarlos como sus palabras clave, respectivamente, preparación y revelación.
1.- Antiguo
Testamento: preparación
a).- Para
Cristo
1).- En la
historia
2).- En el
tipo
3).- En la
profecía
b).- Para la Iglesia
1).- En la
necesidad de salvación
2).- En la
necesidad de adoración
3).- En la
necesidad de obediencia
2.- Nuevo
Testamento: revelación
a).- De
Cristo
1).- En su
persona
2).- En su
obra
3).- En su
reino
b).- De la Iglesia
1).- En su
vida
2).- En su
servicio
3).- En su
esperanza
Las
consideraciones anteriores son sólo sugerencias e indicaciones de otras
posibilidades.
Es
imposible exagerar el valor de esta perspectiva amplia de la Biblia como conjunto.
Impide nuestra estrechez de miras, y la minucia del conocimiento sirve, además,
para inspirarnos con la gloria, la grandeza y la grandeza de la revelación de
Dios en Cristo y de sus propósitos de redención en Cristo. Tomemos vistas
amplias de la Palabra
de Dios, y veremos «nuevas hermosuras» y «luz creciente».
EL ANTIGUO TESTAMENTO
De la
consideración de la Biblia
como conjunto pasamos al estudio del Antiguo Testamento. La Biblia nos ha sido dada en
dos partes, cada una de las cuales es esencial e inseparable de la otra. El
Antiguo Testamento es para el Nuevo como el fundamento para un edificio.
El
Antiguo Testamento es casi enteramente un relato histórico de la preparación de
Dios para la redención del mundo; y la preparación de ella según se ve en el
libro es doble: la preparación del Mesías para el pueblo, y del pueblo para el
Mesías. En consecuencia es de la máxima importancia que conozcamos bien los
hechos de la historia en cada estadio del desarrollo, porque, como no se ha
escrito nada sin propósito, cuanta mayor es nuestro conocimiento más profunda
será la apreciación del relato y el significado de la revelación de Dios. No
pensemos, pues, que estos hechos y detalles históricos son secos e
innecesarios, porque es sólo sobre el fundamento de estos hechos que podemos
basar nuestro edificio de enseñanza espiritual.
¿Cómo
vamos a adquirir un conocimiento general de la historia del Antiguo Testamento?
Si seguimos sólo el orden en que se presentan los libros en nuestra Biblia, hallaremos
dificultades para conseguir una perspectiva cronológica y ordenada del curso de
los sucesos. Necesitamos una guía histórica, por medio de la cual podamos
percibir el curso real de los sucesos. Por tanto, vamos a dar un sumario del
Antiguo Testamento, como guía para el estudio cuidadoso y detallado.
El
Antiguo Testamento, sin embargo, no es toda historia. Contiene datos de la vida
y experiencia individual que proyecta luz en la historia, y tiene que ser leído
juntamente con ésta. Podemos ver esto ilustrado en la historia de Inglaterra,
cuando tenemos datos de hechos, y también obras como las de Chaucer, Wycliffe,
Shakespeare, Spencer, Milton y otros, que proyectan gran luz sobre la vida real
de los tiempos en que escribieron los autores. Así también, en el Antiguo
Testamento, tenemos los libros proféticos y poéticos, que nos dan mucha luz
sobre la manera de vivir de los tiempos en que escribieron los autores. Así, en
el Antiguo Testamento tenemos los libros proféticos y poéticos, que deberían
ser leídos juntamente con los libros históricos de los tiempos a que se
refieren. Por tanto dividiremos el Antiguo Testamento en ocho secciones, y
distinguiremos los libros particulares como de historia y de ilustración.
EL CONTENIDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
1.- Introducción:
desde la creación hasta el llamamiento de Abraham. Génesis 1-11
2.- La
edad de los patriarcas
a).- Historia.
Génesis 12-50
b).- Ilustración.
Job
3.- La
formación de la nación de Israel
a).- Historia.
Éxodo, Números
b).- Ilustración.
Levítico, Deuteronomio
4.- Conquista
y establecimiento en Canaán
a).- Historia.
Josué: Jueces 1:16; 1 Samuel 1-7
b).- Ilustración.
Rut, Jueces 17:21
5.- El
reino no dividido
a).- Historia
1 Samuel 8:31; 2 Samuel; 1 Reyes 1-11; 1 Crónicas
b).- Ilustración.
Salmos 1-90; Proverbios;
Eclesiastés; Cantares de Salomón
6.- El
reino dividido
a).- Historia.
1 Reyes 12-22; 2 Reyes; 2 Crónicas
b).- Ilustración.
los Profetas y la mayoría de los últimos Salmos
1).- Especialmente
sobre Israel: (Reino del norte). Jonás, Amós, Oseas.
2).- Especialmente
sobre Judá (Primitivo) Joel, Miqueas, Isaías. Nahum.
3).- Especialmente
sobre Judá (Final) Sofonías, Habacuc y parte de Jeremías
7.- La Cautividad
a).- Historia.
Partes de Jeremías y Ezequiel; Daniel 1-6
b).- Ilustración.
Partes de Jeremías y Ezequiel; Abdías; Daniel 7-12.
8.- La Restauración
a).- Historia.
Esdras; Nehemías; Ester.
b).- Ilustración.
Hageo; Zacarías; Malaquías y algunos Salmos Finales.
El
bosquejo anterior de la últimas cuatro secciones es naturalmente solo correcto
de modo aproximado, debido a la imposibilidad de establecer de modo definitivo
las fechas de muchos Salmos y de algunos de los profetas. El arreglo que
sugerimos no está de acuerdo con los puntos de vista de muchos eruditos
modernos, pero esto no significa que tenga que ser incorrecto Sigue las líneas
de estudios un poco más antiguos, que todavía vale la pena de tener en cuenta.
Las diferencias de detalle son inevitables en estos estudios pero hay poca
variación en lo esencial, y son cosas de poca monta.
Una
vez dominamos los hechos del Antiguo Testamento, como es natural empezamos a
inquirir respecto a la enseñanza espiritual de esta biblioteca de historia.
Esto nos lleva a considerar:
LA
ENSEÑANZA DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
Hay
una palabra que lo resume todo: Cristo. Pero veamos cómo ocurre esto. Nos
imaginaremos a un extraño que sólo posee el Antiguo Testamento (esto es, carece
del Nuevo Testamento), que abre el libro del Génesis, y empieza a leer, versículo por versículo. Pronto llega al
capítulo 3 que promete «algo» que ha
de venir. Sigue leyendo y encuentra una repetición amplificada de ello, en los
capítulos 7, 17, 22 y 49. Sigue leyendo todavía y encuentra
la misma promesa en casi cada libro; al fin lee en Isaías, y más adelante ve
que aparece en gran cantidad de profecía. Pero llega al final de Malaquías y
las promesas no se han realizado todavía. El lector se ha dado cuenta clara que
el Antiguo Testamento es un libro de profecías no cumplidas aún.
Luego
vuelve atrás y empieza otra vez, y pronto se da cuenta de algo raro en Génesis 4: sacrificio, que es lo que
puede significar la ofrenda de la vida de un animal? Nota esto otra vez en los
capítulos 9, 12 y 22; todavía está
más claro en el Exodo, hasta que en Levítico hay una organización de
sacrificios, ofrendas, ritos y ceremonias. Los ve mencionados una y otra vez,
con muy pocas explicaciones respecto a su significado real, hasta que una vez
más, llega a Malaquías 4, sin tener
luz sobre lo que está leyendo. Ahora se da cuenta que el Antiguo Testamento es
también un libro de ceremonias no explicadas.
De
nuevo el lector vuelve al Génesis, y
no tarde mucho en ver que hay otro gran hecho; la expresión del deseo que tiene
el hombre de Dios y de satisfacción. Lee esto en los capítulos 4, 5,
15, 28 y 49, y luego en el
resto de los libros, pero sobre todo en los libros de Job, Salmos y los
profetas. De vez en cuando el corazón del hombre clama al Dios vivo, y pide las
bendiciones que Dios ha prometido. Pero aunque hay algo de satisfacción, no es
grande, no es perfecta; el corazón sigue anhelando y el alma sigue deseando,
hasta que el libro se cierra en Malaquías
4, sin que haya habido una realización completa, y nuestro lector se da
cuenta de que hay otro hecho aquí que el Antiguo Testamento es un libro de
anhelos insatisfechos.
Éstos
son los tres hilos que corren a lo largo del Antiguo Testamento, haciendo de
él, en sí, un libro incompleto. Debe ser estudiado desde este punto de vista, y
con esta perspectiva, si lo hemos de entender de modo apropiado. Sólo así puede
apreciarse qué es el fundamento del Nuevo Testamento y la preparación necesaria
para todo lo que hay en el otro libro.
Imaginemos
ahora que nuestro extraño (como antes), recibe ahora el Nuevo Testamento.
Cuando empieza a leer encuentra la respuesta a las mismas cosas que no ha
podido encontrar en el Antiguo. En su primera página lee: «Para que se
cumpliese», y pronto se da cuenta de que:
1.- Jesús
el profeta cumple (en su vida). las profecías.
2.- Jesús
el sacerdote explica (en su muerte). las ceremonias.
3.- Jesús
el Rey satisface (en su resurrección) los anhelos.
«Jesús mi
profeta, sacerdote y rey», es pues la clave del misterio, la explicación
perfecta del Antiguo Testamento: su revelación, y la justificación de todo lo
que contiene. Procuremos, pues, dominar el contenido del Antiguo Testamento,
meditar en su enseñanza y manifestar su mensaje en nuestra vida y servicio.
EL NUEVO TESTAMENTO
Como
ya hemos dicho antes, el Nuevo Testamento es con respecto al Antiguo como un
edificio a su fundamento; y es el cumplimiento y corona de todo lo que se había
predicho y provisto. Y como en el Antiguo Testamento, también con el Nuevo,
Cristo es la sustancia de todo él.
El
método para dominar el Nuevo Testamento ha de ser similar al empleado en el
Antiguo, por la razón de que su estructura es también histórica. Está basado
sobre hechos, y estos hechos han de ser conocidos si hemos de sacar provecho de
la enseñanza. No puede afirmarse ni subrayarse de modo excesivo el que no hay
hecho o incidente de la Biblia
que no tenga alguna revelación con la revelación de Dios contenida en las
Escrituras. Siguiendo el mismo plan general de antes, vamos a considerar
primero la historia y luego la enseñanza.
EL CONTENIDO DEL NUEVO TESTAMENTO.
En el
Nuevo testamento tampoco el orden es cronológico, y por tanto hemos de dividir
el contenido en ocho secciones, para el propósito de estudiarlo en su orden
histórico tanto como podamos. Hallaremos también aquí que tenemos libros de
hechos y de ilustración.
1.- La
vida de nuestro Señor.- Los evangelios, cuatro descripciones o relatos
característicos de nuestro salvador. Deben ser estudiados por separado y luego
juntos, bajo la guía de una buena correlación. En muchas Biblias para maestros
se encuentra esta correlación. Pero es preferible una correlación que contenga
el texto completo.
2.- La Iglesia
Primitiva.
a).- Historia.-
Hechos 1-12
b).- Ilustración.
Epístola de Santiago
Estudiar
cuidadosamente los principios de la iglesia y ver las ilustraciones en la Epístola del tipo de su
cristianismo.
3.- El
primer Viaje de Pablo
a).- Historia.
Hechos 13-14
b).- Ilustración.
Gálatas
La Obra
realizada en el primer viaje misionero se relata en los hechos, y la Epístola (casi de modo
seguro) fue escrita a los que estaban en Asia Menor, evangelizados en este
viaje.
4.- Segundo
viaje de Pablo.
a).- Historia.
Hechos 15:1-18:21
b).- Ilustración.
1 y 2 Tesalonicenses
5.- Tercer
viaje de Pablo.
a).- Historia.
Hechos 18:22-21:17
b).- Ilustración.
1 y 2 Corintios, Gálatas, Romanos
Gálatas
aparece aquí otra vez como ilustrando los pensamientos maduros entonces en la
mente de Pablo, y que son presentados extensivamente en Romanos.
6.- La Cautividad de
Pablo.
a).- Historia.
Hechos 21:18-28:31
b).- Ilustración.
Colosenses, Efesios, Filemón, Filipenses.
7.- Probablemente
libertad de Pablo y segundo encarcelamiento.
a).- Historia
Hebreos, 1 Timoteo
b).- Ilustración
Tito, 2 Timoteo
8.- Últimos
años del siglo primero.
a).- 70-85. Apocalipsis 1 y 2 Pedro, Judas
b).- 85-100. 1, 2,
3 Juan
Se
pueden consultar valiosos manuales sobre la vida y obra de Pablo, pero antes es
preferible conocer bien los hechos solo a partir de la Biblia.
LA
ENSEÑANZA DEL NUEVO TESTAMENTO.
Es muy
importante estudiar esto cuidadosamente, porque está lleno de beneficio
espiritual. Hay un hermoso progreso de pensamiento desde el principio al fin.
Note los diferentes aspectos de cada división y subdivisión.
1.- La
persona de Cristo (Biografía).- Los
evangelios
a).- Obrando
la salvación
b).- Proveyendo
materiales para la fe (Juan 20:31)
c).- Fundando
una Iglesia en el mundo
2.- La
predicación de Cristo (historia). Hechos
a).- Ofreciendo
salvación
b).- Proporcionando
oportunidades para la fe
c).- Recogiendo
una Iglesia en el mundo
3.- El
pueblo de Cristo (práctico) las Epístolas
a).- Completando
la salvación
b).- Concediendo
premios a la fe
c).- Rigiendo
sobre la Iglesia
y el mundo.
Se
puede ver que Cristo es la trama y urdimbre del Nuevo Testamento. El es el
centro, sus líneas, su circunferencia. Cristo es el Profeta; escuchémosle; el
Sacerdote, aceptémosle; el Rey, obedezcámosle.
LOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Después
de conseguir una visión de conjunto de la Biblia, y de sus dos grandes divisiones, es
necesario entrar en un estudio detallado de los libros que componen los
Testamentos. La Biblia,
como hemos visto, no es un libro único: es una biblioteca, una colección de
sesenta y seis libros, cada uno de los cuales apareció de modo separado de los
demás.
Es
evidente que no podemos, aquí, considerar cada libro, pero podemos indicar por
medio de algunas ilustraciones la forma en que se ha de intentar el estudio. El
primer punto consiste en obtener un conocimiento tan pleno como sea posible del
contenido del libro, asegurándonos de que conocemos los nombres, los sucesos y la
sustancia principales. Luego, a partir del contenido, pasamos a considerar la
enseñanza, el propósito, el lugar y el poder. Tomaremos unos cuantos de los
libros más importantes del Antiguo Testamento y veremos lo que puede hacerse
con este método.
GENESIS.
Ante
todo hemos de leerlo bien, para obtener una idea general. Es aconsejable
hacerlo, si es posible, en una sentada y notar la impresión de unidad que se
crea así. La Biblia
sufre por el uso parcial y fragmentario que se hace de ella. Cuando leemos el Génesis no podemos por menos que notar
que aparecen con alguna frecuencia: «Estas son las generaciones», o «el libro
de las generaciones». Esto ocurre diez veces (varía algo en las versiones, ya
que se usan otras palabras equivalentes). No damos las referencias, ya que
tenemos interés en incitar a la lectura e investigación personal. Al descubrir
estos puntos nos damos cuenta que nuestro libro del Génesis es principalmente una compilación de datos familiares, y
que éstos son las fuentes principales de información del escritor. Los datos,
sin embargo, tienen un significa do profundo al ser usados de esta forma. No
tenemos biografía o historia propiamente dicha, sino incidentes biográficos e
históricos utilizados bajo la guía divina para un propósito espiritual. Este
propósito aparece a medida que leemos y estudiamos. Así vemos que el capítulo 1:1 es realmente la clave del libro Es
un libro de orígenes, de Génesis de
las cosas el origen de la creación, del hombre, del Día de Reposo, del
matrimonio, del pecado, la gracia, las razas, el pueblo escogido. Y los datos
familiares son utilizados para ilustrar el plan de Dios en la redención de la
humanidad, por medio de un pueblo, una tribu, una familia.
Pero
al leer y estudiar más, nos impresiona el método del libro Para apreciar esto,
pongámonos al lado de Abraham y demos una mirada hacia atrás y hacia adelante.
Por un lado podemos seguirle en sus antecesores hasta Adán; y por otro podemos
seguir sus descendientes hasta Egipto. El libro es fiel a su designio manifiesto
de darnos la Génesis o comienzos de las cosas. Incluso las
vueltas y rodeos que da el libro, están de acuerdo con su principio
estructural.
Sus
proporciones muestran el mismo designio. De los cincuenta capítulos, treinta y
nueve están dedicados a Abraham y a su familia, y sólo once al resto de los
grandes hechos desde la creación al tiempo del padre de Abraham. Todo parece
aquí regido por una gran ley y principio de comienzos, Génesis, en el
desarrollo de los propósitos redentores de amor y de gracia.
Hemos
de seguir luego con el estudio de estas diez secciones, para dominar los hechos
asociados con ellas, y notar el crecimiento de la historia que empieza con
Adán, se extiende a la raza, se contrae de nuevo en Abraham, sólo para
desarrollarse de nuevo en Israel en Egipto, a punto para el Exodo, que se
relata en el segundo libro del Antiguo Testamento.
Nos
hemos detenido más en el Génesis que
en los otros, a causa de su importancia como el primer libro de revelación, y
en algunos aspectos, la clave de toda la Biblia.
EXODO.
Este
libro puede ser estudiado y dominado por medio de este breve bosquejo:
1.- Historia:
de Egipto a Sinaí. Capítulos 1-18
2.- Leyes
generales y solemne entrada en el pacto. Capítulos 19: 24
3.- Direcciones
para la construcción del tabernáculo y para el culto. capítulos 25-40
LEVITICO.
Considerémoslo
del siguiente modo, y léase a la luz de la Epístola a los Hebreos:
1.- Las
ofrendas. Capítulos 1-7
2.- El
sacerdocio. Capítulos 8-10
3.- Limpieza
inmundicia. Capítulos 11-16
4.- Leyes
de la santidad. Capítulos 17-22
5.- las
fiestas. Capítulo 23
6.- Leves
generales. Capítulos 24-27
DEUTERONOMIO.
Este
libro («la segunda ley») es de gran interés e importancia, y será de mucho
provecho su estudio bajo el siguiente esquema.
1.- Enumeración
de las bondades de Dios. Capítulos 1-4.
2.- Repaso
de la ley para la nueva generación, al terminar los cuarenta años. Capítulos 5-26
3.- Renovación
del pacto con Dios. Capítulos 27-30
4.- Escenas
finales de la vida de Moisés. Capítulos 31-34.
SAMUEL.
Nuestros
dos libros de Samuel eran originalmente un solo libro, sin interrupción, y
cuando se consideraban de esta forma ofrecen una excelente ilustración del
propósito y método de la historia de la Biblia, que no es escribir historia de modo
pleno, sino escribirla para un objeto definido, e incluir solo sobre lo que es
necesario para el cumplimiento de este hecho. Demos una mirada a los libros,
primero, y notemos que David es el personaje principal, y que todo se dirige a
él. Samuel y Saúl se nos presentan como estados de transición desde la
teocracia a la monarquía. Pero vemos cuán breve es su relato comparado con la
plenitud de lo que se nos dice sobre David.
Aquí
hay un bosquejo, del volumen escrito sobre Samuel, por el profesor Kirkpatrick,
que muestra el curso del libro y el plan de su contenido:
1.- Fin de
la teocracia.- 1 Samuel 1-7
2.- Fundación
de la monarquía. Capítulos 8:31
3.- El
reino de David sobre Judá solamente. 2
Samuel 1-4
4.- El
reino de David sobre todo Israel. Capítulos 5-24
Este
bosquejo, que es simétrico, con una triple subdivisión en cada caso, revela
claramente el propósito Davídico del conjunto, porque David era el elegido de
Dios, y había de ser el primer rey, si bien se interpuso la obstinación del
pueblo.
REYES Y CRONICAS.
Aquí
tenemos otro ejemplo de propósito religioso de la historia bíblica. El mayor
espacio dedicado a varios monarcas muestra la importancia de estos reinos desde
el punto de vista de la religión y del Reino de Dios. Hay seis monarcas, cuyos
reinos son como goznes o puntos pivotes, alrededor de los cuales gira la
historia religiosa. Hay que descubrirlos y considerar su importancia precisa.
Por
otra parte, está lleno de significación que algunos reinos, que el historiador
secular consideraría de la mayor importancia, son despachados con pocas
palabras. El ejemplo más notable de esto es el reino largo y próspero de
Jeroboam segundo, al cual se dedican dos o tres versículos (2 Reyes 14).
No es
fácil analizar estos libros. Quizás el contenido se puede estudiar mejor bajo
los nombres de los reyes mencionados, usando Crónicas como suplemento de Reyes
Tanto Reyes como Crónicas son relatos históricos desde el punto de vista
religioso, aunque el aspecto preciso de cada uno es diferente. «Reyes» es
esencialmente profético, la obra de su profeta (quizá Jeremías). «Crónicas» es
sacerdotal, o levítico, la obra de un sacerdote o levita (quizá Esdras).
«Crónicas» cubre gran parte del territorio de «Reyes», pero con el intento de
mostrar, a los que habían regresado de la cautividad, la antigua gloria del
Templo, y la necesidad, al presente, del mismo y de su culto para la vida
nacional.
JOB.
Parece
haber preferencia en el Antiguo Testamento para su tratamiento quíntuplo de
varios libros, siguiendo, quizá, la bien conocida división quíntuplo de la Ley (Pentateuco, o cinco
volúmenes). Consideremos el caso siguiente:
1.- Introducción.
Capítulos 1-3
2.- Job y
sus tres amigos. Capítulo 4-31
3.- Job y
Elihú. Capítulos 32-37
4.- Intervención
de Dios. Capítulos 38-41
5.- Conclusión.
Capítulo 42
Guiados
por este bosquejo, hay que leer el libro (en una versión moderna) de una
sentada, para obtener una visión clara del pensamiento del mismo en conjunto.
Hemos de poder darnos cuenta de cuál es el tema y el modo en que es tratado.
¿Cuál es el tema? ¿No es el gran problema del sufrimiento considerado en
relación con el pueblo de Dios, cómo viene y de dónde viene, por qué es
permitido y qué mensaje nos trae de Dios? A la luz de esto podemos ver los
distintos puntos de vista: Satán, Job, los amigos, Elihú y Dios, con la
bienaventurada conclusión de todo el asunto. Cada punto de vista está
claramente marcado y da su contribución precisa al conjunto. Si este libro es
leído juntamente con otras porciones de la Escritura, como los Salmos 37 y 73, y Hebreos 12, se proyecta mucha luz sobre
uno de los problemas más graves de la vida.
LOS SALMOS.
El
gran libro de las «alabanzas de Israel», contienen las respuestas inspiradas
del hombre a la revelación de Dios, y son aceptables hoy casi en su totalidad,
como cuando fueron pronunciadas, porque, subyacentes a todas las circunstancias
y los cambios, estas relaciones del creyente con Dios son prácticamente siempre
las mismas. Una vez más aquí tenemos una clara división en cinco partes. El
final de cada una de ellas es marcada por una doxología, hasta que al fin, el
último salmo es todo él una doxología.
1.- Libro 1. Salmos
1-41
2.- Libro 2. Salmos
42-72
3.- Libro 3. Salmos
73-89
4.- Libro 4. Salmos
90-105
5.- Libro 5. Salmos
106-150
Un
estudio cuidadoso nos dará entre otros los siguientes resultados:
I.- Las
diferencias en el uso y los nombres divinos Jehová y Elohim (Señor y Dios). El
primero se halla de modo predominante en el primero y en los dos últimos
libros, en tanto que el último título se usa principalmente en los libros
centrales.
II.- La
repetición de Salmos particulares en diferentes libros (Salmos 14 y 53) parece
indicar que los libros fueron compilados gradualmente para el uso en el culto
del templo. Véase también el Salmo 18
y 2 a Samuel
22. El doctor C. H. Waller sugiere que los Libros 1 y 2 fueron usados en
el reino de David en Sión y Gihón, respectivamente, hasta que estos lugares
fueron unidos en el Templo de Salomón; es interesante la idea, y puede estar
cerca de la verdad.
III.- La
primera palabra «Bienaventurado» es una especie de clave para toda la
colección, como una escala ascendente. En los Salmos primeros se trata de
«Bienaventurado [bendito] el hombre». el creyente en Dios. En los últimos
Salmos, y especialmente hacia el final es: «Bendito sea Dios». Dios en el
creyente.
IV.- Los
títulos revelan los autores de la mayor parte y también grupos de Salmos de un
carácter particular.
V.- Algunas
veces hay, como si dijéramos, Salmos gemelos (como el 112 y el 113), que están
relacionados por el tema, sea por comparación, continuación o contraste. Hay
varios casos de este tipo.
En el
estudio de los Salmos hemos de familiarizarnos con ellos de modo general,
intelectual y también espiritual, en textos y porciones aislados. Nos dará
inmenso beneficio si les prestamos atención.
PROVERBIOS.
El
libro de Proverbios nos recuerda que no hemos de prestar atención exclusiva a
los Salmos, como muchas veces nos sentimos tentados a hacer. Los Salmos hacen
énfasis sobre la devoción, los Proverbios sobre el deber; y el uno complementa
al otro Los Proverbios son un tónico para la vida espiritual, y están llenos de
poder práctico para cada día. Aquí vemos también la división quíntuple.
1.- Capítulos
1-9 esta sección no incluye ninguno
de los proverbios en el sentido estricto
2.- Capítulos
10-24 la sección principal del libro
son tres subdivisiones:
a).- 10:1-22:16
b).- 12:17-24:22
c).- 24:23-34
3.- Capítulos
25-29
4.- Capítulo
30
5.- Capítulo
31
ISAIAS.
Entre
los profetas no hay ninguno mayor que Isaías, y su libro es digno de un estudio
detallado. La abundancia de referencias a nuestro Señor ha llevado a que se
hable de Isaías como el profeta evangélico, el profeta del evangelio (el
profeta del evangelio de salvación por medio del sacrificio). El contenido se
presenta en una triple estructura aunque pueden hacerse subdivisiones.
1.- Capítulos
1-35. Profecías principalmente del
periodo sirio En este grupo hay otros pequeños grupos de profecías, que se
pueden estudiar por separado, por ejemplo: capítulos 13-23, capítulos 24-27;
capítulos 28-33, capítulos 34-35.
2.- capítulos
36-39. Sección histórica. Dos de
estos capítulos miran hacia atrás a la primera sección que se refiere en
Asiria, y dos adelante, a la sección referida a Babilonia. El doctor Bullinger,
en un librito: Isaías: su estructura y alcance, sugiere que estos capítulos
pueden resumirse así
a).- Mensaje
del rey de Asiria; Ezequías lo presenta delante de Dios; Isaías da la
respuesta. Capítulos 36-37).
b).- Mensaje
del rey de los terrores (muerte); Ezequías lo presenta delante del Señor;
Isaías da la respuesta. Capítulo 38.
c).- Mensaje
del rey de Babilonia; Ezequías no lo presenta delante del Señor; Isaías envía
la respuesta. Capítulo 39.
3.- Capítulos
40-66 profecías, principalmente del
período babilónico. En esta sección de veintisiete capítulos hay tres
divisiones claras de nueve capítulos cada una, marcadas por el mismo
pensamiento al final de cada nueve, sobre el destino de los malos (véase los
últimos versículos de los capítulos 48,
57, 66).
a).- La
liberación en camino. Capítulos 40-48
b).- El
Libertador. Capítulos 49-57
c).- Los
resultados. Capítulos 58-66
Vale
la pena notar que en esta sección tenemos algunas de las predicciones más
claras y detalladas del Señor y de su obra, y también algunas de las ideas que
se hallan luego ampliadas en los escritos de Pablo. Es también digno de notar
(incluso como ayuda a la memoria) que en esta sección tenemos veintisiete
capítulos en que Cristo lo es todo, la cumbre de los cuales es el 53. Debe añadirse, y esto vale para
todos los profetas, que ha de ser leído en una versión moderna.
LAMENTACIONES.
Nótese
aquí una ilustración de los métodos literarios hebreos. En primer lugar, los
versículos están limitados al número del alfabeto hebreo: veintidós en cada capítulo,
excepto en el 3, donde hay sesenta y
seis, o sea tres veces veintidós. Cada versículo de cada capítulo comienza con
una letra (por orden) del alfabeto, así por ejemplo, el versículo 1 empieza con Aleph y así
sucesivamente. En el capítulo 3 cada
letra hebrea tiene tres versículos, por ejemplo 1, 2 y 3 tienen Aleph. El Salmo 119 es otra ilustración de esta forma de composición, cada
sección de ocho versículos y cada versículo de la sección comienza con la letra
del alfabeto correspondiente.
AMOS.
Esta
importante profecía ilustra lo que podemos llamar «profetas menores», y puede
ser estudiada del modo siguiente;
1.- Primer
mensaje: amenaza. Capítulos 1-2
2.- Segundo
mensaje: destrucción. Capítulos 3-4
3.- Tercer
mensaje: lamentación. Capítulos 5-6
4.- Serie
de visiones. Capítulos 7-9
5.- Promesa
de restauración. Capítulos 9, 11-15
Estos son
unos pocos ejemplos de los libros del Antiguo Testamento. Hay que insistir que
es necesario dominar a fondo los mensajes, para descubrir su verdad, gracia y poder.
Es un
buen plan tener un libro a mano para un estudio prolongado, y tener un ejemplar
a mano, para leerlo en momentos libres. Pasar un mes a tres meses sobre
Génesis, o sobre Josué, o Samuel o Isaías sería de mucho provecho.
LOS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO
Si el
conocimiento de los libros del Antiguo Testamento es importante, lo es mucho
más conocer a fondo los del Nuevo. Ya hemos dado una mirada, a vista de pájaro,
del Nuevo Testamento. Vamos ahora a considerar algunos de los libros con mayor detalle,
dando unos pocos análisis como muestra de lo que se puede hacer con todos los
libros.
MATEO.
Cada
uno de los cuatro evangelios tiene su carácter y su propósito distintivos: los
cuatro hablan de un sólo Cristo; son cuatro cuadros de un solo Maestro, cuatro
retratos de un solo Señor. En cada evangelio hay que preguntar dos cosas:
¿Puedo descubrir su propósito? ¿Puedo hallar el plan sobre el cual es llevado a
cabo este propósito? Consideremos el propósito de Mateo, tal como se revela en
el capítulo. En el versículo 1
tenemos tres nombres íntimamente asociados: Jesús, David, Abraham. Al instante
nos damos cuenta de la clave. Es un libro relacionado con los judíos. Al leerlo
llegamos al versículo 22 donde la
expresión «para que se cumpliese» nos da ahora la indicación. Es Un libro que
relaciona a Jesús con el Antiguo Testamento. Esta frase y la expresión paralela
«como está escrito» (2:5) se
encuentra repetidas veces en Mateo, y deben ser notadas. El propósito, pues, es
presentar a Jesús como el Mesías, El salvador de los judíos, el cumplimiento
del Antiguo Testamento. Pero ¿cómo se cumple el propósito? ¿Hay algún plan en
el libro? Hay marcas de una estructuración cuidadosa. Miremos en 4:17: «A partir de entonces», y en 16:21 «Desde entonces» (la misma frase
en griego). estas dos expresiones dividen al evangelio en sus partes. Hasta 4:17, todo es introductorio; luego en 4:17 tenemos el relato del principio
del ministerio. Notemos cuidadosamente que en esta sección (4:17-16:20) no tenemos ninguna
referencia a la muerte; sólo las instrucciones generales del Señor y milagros.
Pero en 16:21 hay una nueva frase. A
partir de entonces Jesús empieza a revelar sus próxima muerte, los milagros son
menos, y la revelación de la pasión se hace mas prominente. Así que tenemos
nuestro análisis principal del evangelio
1.- Introducción
hacia el ministerio 1:1-4:16.
2.- Principio
del ministerio 4:17-16:20
3.- Ultima
fase del ministerio 16:21-26-2
4.- Muerte
y resurrección 26:3-28:20
Este
es el plan general. Si damos una mirada más de cerca al libro hallamos una
frase en forma casi idéntica en cinco lugares del evangelio. Véase 7:28; 11:1; 13:53; 19:1; 26:1. Estas frases se hallan cada una de ellas al concluir una
sección de enseñanza, y podemos ver al instante que el evangelio de Mateo da
una parte prominente a la enseñanza de nuestro Señor Si se estudian las cinco
grandes secciones observaremos que representan un aspecto quíntuplo y un orden
de enseñanza lleno de profundo interés, una quíntuplo proclamación del Reino.
Esto debe ser estudiado cuidadosamente Es un rasgo especial del primer
evangelio.
Luego,
cuando seguimos leyendo podemos ver que los milagros suelen estar agrupados,
así en el capítulo 8, aunque, en
general, podemos decir que en Mateo se hace énfasis en las palabras de Jesús,
no en sus obras.
Una
vez más leemos este evangelio y notamos la frase «el reino de los cielos», que
se encuentra por lo menos treinta y siete veces, y ni una en Marcos y Lucas,
donde se habla del «Reino de Dios». Aquí hay otra indicación de nuestro Señor
de fundar su reino. Así se nos hace ver por todo el, la grandeza y la gloria
del Rey mesiánico en sus palabras y obras, hasta que al final del evangelio
viene la proclamación de «todo poder» y la seguridad de su presencia perpetua.
MARCOS.
Una
vez que nos preguntamos sobre el propósito y vemos que se nos sugiere en el
primer capítulo, en los primeros versículos. Aquí no hay nada de genealogías,
ni datos de la infancia, sino que se nos introduce de modo abrupto en la vida y
obra activa del Hijo de Dios. Al ir leyendo, esta impresión se va
profundizando. Muy poco sobre la enseñanza de nuestro Señor, pero mucho sobre
el servicio activo. Incluso así el plan general del evangelio está marcado por
su contenido de modo muy semejante al de Mateo.
1.- Introducción
al ministerio 1:1-4
2.- Primera
fase del ministerio. 1:15-9:50
3.- Fase
final del ministerio. 10:1-13:37
4.- Muerte
y resurrección. 14:1-16:20
A la
luz del énfasis que se hace en la actividad de nuestro Señor hemos de notar la
frecuencia del uso de la palabra «inmediatamente» o sus equivalentes. Luego,
como el secreto de esta actividad, nótese que ningún evangelio da tanta
prominencia a los períodos de descanso o retiro de nuestro Señor de esta obra
evangelizadora. Véase 1:35 y
búsquense los otros.
LUCAS.
Pasamos
ahora al tercer evangelio y nos encontramos con un prefacio que afirma el
propósito general del autor, pero no nos dice nada sobre su punto de vista. El
primer capítulo, sin embargo, respira un espíritu muy humano y de simpatía.
Sentimos que nos hallamos en medio de personas que viven vidas hermosas, y
tenemos vistas de corazones y de hogares llenos de «dulzura y de luz». Así es
también el capítulo 2, y al leer el
capítulo 3, nos parece recoger una
pista en la diferencia en la genealogía, comparándola con la de Mateo. Allí se
termina en Abraham. Aquí se llega a Adán. Ésta es nuestra clave. El tercer
evangelio es el evangelio de nuestro Señor para la humanidad, tierno, amoroso,
y nos lo pinta como el Hijo del hombre más bien que como el Hijo de David; y a
medida que leemos con esta clave hallamos ilustración tras ilustración de este
espíritu en la selección de los materiales. Algunas de las parábolas y gran
parte de la enseñanza es así. Lucas es el evangelio del amor y la gracia para
los descastados, los sufrientes, el samaritano, el pródigo. Leámoslo
cuidadosamente y busquemos este punto a lo largo del mismo.
El
material es ordenado conforme al mismo modo general de los evangelios
precedentes:
1.- Introducción
al ministerio. Capítulo 1-3
2.- Primera
fase del ministerio. 4: 1-9: 50
3.- Fase
final del ministerio. 9:51-19:48
4.- Muerte
y resurrección. 20:1-24:53
Estos
tres son los llamados «evangelios sinópticos», porque dan una sinopsis, o sea
un bosquejo casi idéntico del ministerio de nuestro Señor. Están estructurados
bajo el mismo plan general, lo cual es evidente a pesar de las características
peculiares de cada uno.
Aquí
estamos interesados en dominar cada evangelio por separado. Luego vamos a
considerarlos en sus relaciones mutuas.
JUAN.
El cuarto evangelio
completa el cuadro cuádruplo de nuestro Señor. El propósito de este evangelio
se afirma de modo claro en 20:31.
Este versículo debería ser estudiado cuidadosamente. El evangelio tiene un
propósito «se ha escrito para que» y este propósito es doble: llevar a la
creencia en el Jesús histórico como Mesías e Hijo de Dios, y conducir, por
medio de esta creencia, a la posesión de la vida. Considerando las siete
palabras usadas en el versículo: Creer; Jesucristo; Hijo de Dios; tener; vida;
en su nombre. Sobre ellas se edifica el evangelio. Ellas forman su sustancia.
Pero ¿tiene el
evangelio un plan? Sin duda, porque su propósito es expresado mediante el plan.
Este plan es la presentación de Cristo en aquellos aspectos que estimulan la
fe. Estos materiales están seleccionados claramente y lo revelan.
Con todo, junto a
esto hay el hecho evidente que no todos le reciben, y así el evangelio revela
una creciente incredulidad, que culmina en su rechazo y en la crucifixión. Esta
incredulidad se explica por la enraizada pecaminosidad del hombre y su
consiguiente separación de Dios. Así estos tres elementos corren paralelos por
el evangelio; revelación, recepción, rechazo. Se hallan en el prólogo; y se
entretejen en cada capítulo.
Con esta doble
clave de la creencia y la incredulidad, podemos ahora considerar el plan, y
observemos cuán íntimamente se adhiere al propósito.
1.- Prologo,
1:1-18. Versículos 1-4, revelación; 5-11, rechazo; 12-18,
recepción
2.- Revelación
del Mesías 1:19-6:71. Los comienzos
de la fe y la incredulidad
3.- Conflicto
y desarrollo de la incredulidad en una hospitalidad activa junto al aumento en
la fe, 7-12
4.- Desarrollo
de la fe, 13-17
5.- Culminación
de la incredulidad, 18-19
6.- Victoria
de la fe, 20
7.- Epílogo,
21
De
modo que, en el fundamento de las manifestaciones de Jesucristo, se presentan
dos factores morales decisivos, de fe y de incredulidad. Vale la pena notar que
el prólogo contiene un sumario de todo el evangelio.
1.- Capítulo 1:1-4, revelación = capítulo 1:19. Capítulo 6
2.- Capítulo 1:5-11, rechazo = capítulo 7. Capítulo 12
3.- Capítulo 1:12-18, recepción = capítulo 13. Capítulo 21
Hay
una indicación significativa de este contraste entre fe y falta de fe en la
fase «los suyos», que en 1:11 se refiere
a la incredulidad, y en 13:1 a la
creencia. Éstas son prácticamente las dos grandes secciones del evangelio.
Podemos
notar también en el plan anterior, una estructura séptuple, y ver cómo la
primera división contesta a la séptima, la segunda a la sexta, y la tercera a
la quinta, dejando la central (Capítulos 13:17)
como la almendra o núcleo dominante de todo el propósito: el crecimiento de la
fe.
A
partir de este bosquejo es posible y necesario entrar en un estudio detallado,
y cuanto más minuciosa sea la consideración, más claramente se verán las
glorias que revela este evangelio. Todo se hallará que sirve al propósito y
forma parte del plan. Por este medio se puede obtener un conocimiento y fondo
del contenido, y también un conocimiento del pensamiento en orden y
continuidad. Esto será mucho más ventajoso que una mera serie o recuerdo de los
capítulos aunque se titulen con los sucesos ocurridos en ellos. Una ayuda así
puede ser útil y todo el que desee hacerla puede pensar en una cumbre con dos
caminos uno hacia arriba y, en el otro lado, uno hacia abajo. Luego, tomando el
capítulo central (capítulo 11) como
la cumbre (el mayor milagro) es posible dirigirse hacia atrás, los diez
primeros, o hacia el final, los diez últimos, para comprender mejor el contenido.
Pero es básico también captar el orden del pensamiento y del contenido, y así
seguir el maravilloso relato que da Juan de su Maestro y el nuestro.
Hemos
entrado en más detalles en este evangelio debido a su gran importancia, pero
nuestro interés es estimular las ideas, así que instamos a la lectura
concienzuda del evangelio. Es necesario releerlo con frecuencia (podría
llevarse en el bolsillo) y seguir hasta la gran culminación y la mayor
confesión de fe: «Señor mío y Dios mío.»
LOS HECHOS.
Para los
obreros cristianos en particular este libro es del máximo valor, v debería
hacerse de él un estudio cuidadoso y a conciencia. Se halla entre los
evangelios y las epístolas y es el eslabón de enlace entre ellos. Es a la vez
la explicación necesaria de los evangelios y la base requerida para las
epístolas.
Su
conexión con los evangelios es íntima e importante, especialmente con el de
Lucas. Esto se puede ver en los dos relatos de los «cuarenta días» en Lucas 24 y Hechos 1, el primero de los cuales está escrito desde el punto de
vista del término de la vida terrenal y el otro desde el del comienzo de la
vida celestial de nuestro Señor.
¿Cual
es el propósito de los Hechos? Estúdiese cuidadosamente 1:1-2. El «tratado anterior» es un relato de lo que Jesús empezó a
hacer y enseñar antes de su ascensión. El libro presente es un relato de lo que
siguió haciendo y enseñando después de sus ascensión. Así que el libro
realmente es un relato de los «Hechos del Señor ascendido». El es el verdadero
obrero (1:24; 2:33; 3:16; 4:10); y el Espíritu Santo es el poder
real (1:2 y otros pasajes). Luego
nótese la obra descrita. «Haciendo y enseñando.» Es un libro de hechos y
palabras, acciones e instrucción. Nótese el orden y véase Lucas 24:19 y Hechos 7:22.
Considérese también el énfasis en la palabra empezó. Este libro es también una
historia de comienzos, los comienzos de la Iglesia en localizaciones particulares, las
primeras muertas de los varios métodos de la obra cristiana. Este es el
propósito, y el libro debe estudiarse teniendo esto a la vista, si lo hemos de
hacer nuestro con precisión.
Pero
¿tiene también un plan este libro? ¿Es posible seguir el propósito en la forma
como se realiza? Veamos en capítulo 1:8,
y nótense tres grandes hechos: 1) El
propósito ha de ser realizado por medio de una cierta clase de personas: «Me
seréis testigos.» 2) Y por medio de
progreso en un cierto orden: En Jerusalén, Samaria, lo último de la tierra.»
Esto no es sólo geográfico sino también espiritual. Jerusalén significa las
personas que tienen una religión verdadera en forma falsa o imperfecta. Samaria
representa una mezcla de verdadero y falso: «Lo último de la tierra indica las
religiones falsas o la ausencia de religión.» 3) Este propósito ha de ser realizado por medio de un poder especial
(«el Espíritu Santo»). Todo el libro está escrito sobre estas líneas.
Ahora
bien, analicemos el libro, y considerémoslo desde más de un punto de vista.
Considerémoslo:
1.- Según
la extensión histórica (hacia fuera):
a).- Iglesia
de Jerusalén. 1:1-7:60
b).- Iglesia
de Palestina. 8:1-12:25
c).- Iglesia
de los gentiles. 13:1-28:31
2.- Según
la expansión espiritual (hacia dentro):
a).- Comienzo
claro. 1:1-8:3
b).- Experiencias
profundizantes 8:4-12:25
c).- Progreso
asombroso 13:1-21:16
d).- Freno
aparente. 21:17-28:31
3.- Según
el esfuerzo personal (los dos hombres alrededor de los cuales gira la
historia):
a).- Pedro 1-12, en cinco secciones (hallarlas), y
termina con su encarcelamiento y liberación
b).- Pablo 13-28, en cinco secciones (búsquense),
terminando con su encarcelamiento (¿y libertad?)
De
nuevo insistimos en la necesidad de un estudio de estos dos libros, Juan y
Hechos. Por ello hemos dado un bosquejo más detallado. Ellos suministrarán a la
mente y al corazón abundancia de luz, gracia y poder, enriquecimiento y
equipando para el servicio de Dios.
Completamos
nuestra consideración del estudio del Nuevo Testamento por libros, dando
algunas sugerencias sobre el estudio de las Epístolas. Esta sección del Nuevo
Testamento es apropiada para el método que estamos considerando, pues las
Epístolas tienen en su mayor parte un propósito definido y es fácil analizarlo.
ROMANOS.
La
primera Epístola del Nuevo Testamento en el orden en que las tenemos en
nuestras versiones es en algunos aspectos la mayor de todas ellas. la clave de
su significado se halla en 1:17. El
evangelio se dice que es el poder de Dios para salvación (v. 16), porque en él se revela la justicia
de Dios (v. 17). El tema de la Epístola es «la justicia
de Dios», y toda ella está construida sobre esta idea. Leámosla en una sesión
si es posible pensando en esta idea. Luego hay que leerla de nuevo, y aún una
tercera vez, notando cuidadosamente la impresión general que hace. Luego
consideremos el siguiente análisis Buscar si es correcto. Mejorar, modificar o
alterar si es necesario.
Introducción personal. 1:1-15
1.- La
justicia requerida por Dios a causa del pecado. 1:16-3:2.
2.- La
justicia provista por Dios en Cristo. 3:21-26
3.- La
justicia recibida por la fe. 3:27-30
4.- La
justicia vista con anticipación e ilustrada en el Antiguo Testamento. 4:1-25
5.- La
justicia realizada en la experiencia personal. 5-8
6.- La
justicia rechazada por los judíos satisfechos de sí mismos. 9-11.
7.- La
justicia manifestada en la vida diaria. 12:1-15:13
Terminación personal. 15:36-16:27
Se ve
pues que casi cada aspecto de la justicia es discutido e ilustrado en la Epístola. Notemos
también que «la justicia de Dios» incluye dos elementos: su justicia personal,
esto es la justicia de su carácter, revelada en Cristo; y la justicia
concedida, esto es, la justicia de su gracia impartida en Cristo. Vemos esto en
el gran pasaje de 3:26; «A fin de
que Él sea justo [personal] y el que justifica [concedida].» En otros pasajes
se hace énfasis en la una o la otra, según el contexto. Todo cristiano debería
asegurarse de entender tanto como le sea posible esta Epístola a los Romanos.
Es una educación para la mente, el corazón, la conciencia y el alma.
GALATAS.
El
obispo Lightfoot dice que Gálatas es un bosquejo de Romanos, el cual es el
cuadro terminado. La simple división consiste de tres partes de dos capítulos
cada una:
1.- Personal.
1 y 2
2.- Doctrinal.
3 y 4
3.- Práctica.
5 y 6
Hay
pocas epístolas más intensas en sentimientos y expresión. Procede el mismo
corazón de un pastor fiel, que teme la pérdida del rebano; el rebaño querido
por él, que fue recogido en su primer viaje misionero (Hechos 13: 14).
EFESIOS.
Una
cumbre de revelación, Efesios revela los propósitos últimos y sublimes de Dios
en Cristo y en la Iglesia.
Como es corriente en Pablo, la gran división es doctrina (1-3) y práctica (4-6), la última sigue como corolario inevitable de la primera. La
doctrina más alta es el motivo de poder para el deber más humilde. La nota
clave se halla en 1:3 y toda la Epístola ilustra y
elabora este versículo.
1 TESALONICENSES.
Aquí
tenemos una de las Epístolas más simples (y probablemente de las primeras)
entre los escritos paulinos. Consiste en dos partes.
1.- personal
que termina con una oración (1-3),
2.- práctica,
que termina con una oración (4-5).
HEBREOS.
Otra
de las grandes Epístolas, Hebreos es una carta y un tratado. Considérese su
tema en 1:1-4, la revelación
completa y final de Dios en la persona divina y la obra sacerdotal de su Hijo:
1.- La
gloria de la Persona.
1:4-4:13
2.- La
gloria del sacerdocio 4:14-10:18
3.- La
apropiación personal y la aplicación práctica. 10:19-12:29
Cada
una de estas secciones está dividida y subdividida en el curso de la discusión.
Puede verse un plan detallado en la obra de Murray "El Lugar
Santísimo." Pero antes y de modo especial hay que hacer nuestro el
contenido de la Epístola.
La Epístola trata
su tema a la luz del Antiguo Testamento, y muestra la superioridad de nuestro
Señor con respecto a los hombres y el ritual del Antiguo Pacto. La palabra
«mejor» es la nota clave, y se halla unas once veces, en tanto que la «idea» se
halla en cada capítulo.
1 PEDRO.
En vez
de un análisis, una palabra clave es a veces de mayor ayuda. Lo es aquí, y la
palabra es «sufrir». La epístola está escrita para animar a los cristianos que
sufren y se les anima a resistir por medio de la idea de los sufrimientos de
Cristo y la gloria venidera.
1 JUAN.
Esta
es una de las Epístolas más difíciles de analizar, aunque hay una clara unidad
de pensamiento a lo largo de la misma. El propósito es triple. 4, 2:1
y 5:13; y estos tres hilos son
esenciales en toda la
Epístola. El último texto (5:13) la enlaza con el Evangelio como su continuación (20:31). La idea es que los que tienen
vida por creer el evangelio deben conocerla (la Epístola, y seguir
creyendo). Esta seguridad tiene tres pruebas: obediencia, amor a los hermanos y
posesión del Espíritu. La obediencia se discute en 1:5-2:6; el amor en 2:7-3:24;
y el Espíritu en 3:24-5:12.
Estos
ejemplos de libros del Nuevo Testamento serán suficientes para ilustrar la
necesidad y el valor de este modo de estudio. Hemos evitado dar muchos
detalles, porque esto anularía nuestro objetivo, que es estimular a un estudio
de primera mano todas las ayudas del mundo no pueden sustituirlo y quizá puede
estorbarlo.
TEMAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Junto
con el estudio de la Biblia
por medio de libros, es también posible y necesario que nos dediquemos al
estudio de temas o tópicos, que pueden ser hallados en los libros particulares,
o repartidos en largas secciones de las Escrituras.
El
presente capítulo tiene por objetivo el sugerir unos cuantos de los muchos
tópicos que pueden seguirse en la lectura del Antiguo Testamento. Es un método
de estudio provechoso, para la mente y el corazón, y va a conducir a un
conocimiento a fondo del contenido de la Biblia y del orden y proporción de sus
enseñanzas.
IDEAS CENTRALES DE LIBROS PARTICULARES.
A
veces es posible hallar una idea prominente que circula por todo el libro y se
ilustra de distintas formas en él. Esto no es posible con cada uno de los
libros, pero sí con algunos, si no con muchos.
El
mejor método es leer el libro una, dos y tres veces, y estar alerta por una
idea o pensamiento central. Por ejemplo, en el Génesis, como hemos visto, se
trata de un libro de orígenes, de comienzos; y todo el libro ilustra la idea.
El Exodo parece tener como nota clave, la redención. La necesidad, el método y
los resultados de la redención formal la sustancia del libro En Levítico la
idea central es quizá la de adoración. Compruébese esto en la lectura, y
corríjase si es necesario. Podemos tomar Josué y considerar si la conquista es
el hilo que corre por todo él. O Jueces y notar el fracaso lamentable del
principio al fin. En Job, la idea clave parece ser la de la Providencia de Dios; y
en los Salmos, la comunión con Dios. La carga de Isaías parece ser la fe que
lleva a la fidelidad y esto es indicado por la historia de las relaciones de
Isaías con los reyes Acaz y Ezequías.
Los
ejemplos anteriores son ilustraciones claras del método, pero hay otros
disponibles para el que piense con cuidado. Los resultados de este plan no se
hallan en la superficie. Hay que descubrirlos y esto significa estudio.
BIOGRAFIAS.
Aquí
tenemos uno de los temas de estudio más deleitable y más valioso. Dios se ha
complacido en darnos tanto en forma biográfica en su Palabra, que un
conocimiento de los hombres y mujeres es absolutamente esencial para el
verdadero entendimiento de la
Biblia y de la revelación de Dios contenida en ella. Por
medio de ellas vemos la revelación en su progreso, y al mismo tiempo podemos
ver los efectos de la obra de Dios en las almas de los hombres.
Con un
campo tan amplio es casi imposible e innecesario particularizar, pero podemos
llamar la atención de modo especial a dos puntos. La vida de una persona
determinada debe ser puesta delante con tantos detalles como sea posible, y
también en el orden del progreso y desarrollo de los sucesos. Por ejemplo la
vida de Moisés es susceptible a una triple división; su vida en Madián, su vida
como líder de Israel. En David notamos cinco secciones. David en su hogar,
David en la corte, David en el exilio, David rey de Judá, David rey de todo
Israel. El otro punto es el intenso interés espiritual y beneficio de las vidas
menos destacadas de algunos personajes del Antiguo Testamento, como Caleb,
Aarón, Rut, Elí, Mefiboset y muchos otros. Es casi imposible exagerar el valor
de este estudio biográfico.
PERIODOS HISTORICOS.
Hay
ciertos períodos de historia contenidos en el Antiguo Testamento que necesitan
un estudio cuidadoso. Son puntos alrededor de los cuales gira todo lo demás;
1.- Las
etapas en el viaje de Israel desde Egipto a Canaán. Es necesario tener idea
clara de los sucesos después de salir de Egipto, y de los sucesos en el Sinaí,
y de los que preceden de modo inmediato a la muerte de Moisés.
2.- Los
pasos en la conquista de Canaán. El conocimiento de las tres grandes batallas,
por medio de las cuales se resuelve prácticamente la campaña.
3.- Las
causas (no meramente la ocasión) de la separación de los reinos. Un estudio
fructífero que va de Salomón, retrospectivamente al tiempo de Josué.
4.- La
aparición de los profetas. Empezando con Samuel, pueden seguirse a través de
los reinos de David y Salomón, hasta que los hallamos ocupando los puestos más
importantes en el reino.
5.- El
reino de Israel. En su apogeo (Saúl a Salomón). En la separación (Roboam a
Sedequías). En la cautividad.
6.- Los
tres estadios de la cautividad de Judá. Bajo Joacim (Daniel 1;1;
2 Reyes 24;1). Bajo Joaquín (2 Reyes 24:10-16). Bajo Sedequías (Jeremías
52:26). ¿Cuántos hay que tienen presentes estos detalles claramente?
7.- Los
tres estados del retorno de la cautividad. Bajo Zorobabel y Josué (Esdras 3:2). Bajo Esdras (Esdras 7). Bajo Nehemías (Nehemías 1-2).
LOS MILAGROS.
Nótense
y estúdiense las cuatro épocas en que ocurrieron. Es notable que no aparecen al
azar, sino en tiempos especiales:
1.- La
creación. Ésta era en sí mismo un milagro No aparecen otros hasta Moisés.
2.- El
tiempo de Moisés. Dios estaba sacando a su pueblo de Egipto y aparecen milagros
en favor de ellos. Esto es una manifestación especial contra los dioses de
Egipto. Luego vienen.
3.- En el
tiempo de Elías y Eliseo. El pueblo se había hundido en la idolatría y era
necesaria una nueva intervención de Dios. Después de esto se ven milagros.
4.- En el
tiempo de Daniel. Cuando el pueblo de Dios estaba en cautividad, rodeado de
paganismo e idolatría, una vez más Él dio testimonio de sí mismo.
Estúdiense
los milagros particulares en cada caso, y nótense los milagros de juicio, de
poder, de majestad y de bendición.
LA
OBRA DEL
PROFETA.
Moisés
fue en algunos sentidos un profeta, y él se llama uno; pero Samuel fue el
fundador efectivo de la línea. La obra del profeta era doble:
1.- Dar
testimonio de Dios en su época. Era una «conciencia personificada» para el rey
y el pueblo. Como Isaías con relación a Ezequías, el profeta era un hombre de
estado, un político y un patriota, cuyo objetivo era hacer que el rey y el pueblo
se mantuvieran fieles a Dios.
2.- Dar
testimonio de Dios respecto al futuro Ésta es la obra que suele llamarse de
predicción y por ella decimos que un profeta es el que predice. Pero en el
Antiguo Testamento es también, y de un modo especial, el que proclama los
mensajes de Dios para el presente. Jonás fue un testigo para su época
solamente. Isaías proclamaba y profetizaba. El significado esencial de profeta
es el de uno que habla en nombre de otro, y esto puede incluir predicción del
futuro o no. Algunas veces lo hacía, otras no. El texto clave para el
significado es Éxodo 7:1, y lo hemos
de tener en cuenta. Considerados como intérpretes de su propio tiempo, los
profetas deben ser leídos en relación con la historia a que pertenecen, y
cuando hacemos esto, su variedad y poder se hace evidente.
Hasta
el presente hemos considerado algunos de los tópicos históricos más
importantes, temas que tratan de hechos y de hombres. Contienen su propia
enseñanza espiritual para aquellos que insisten estudiándolos, y nadie puede
esperar comprender el significado espiritual sin dominar los hechos sobre los
cuales estaba basado. Pero hay otra enseñanza espiritual más directa en el
Antiguo Testamento, a la cual nos referiremos en el capítulo próximo.
LA
DOCTRINA DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Ya
hemos considerado los métodos apropiados para estudiar los hechos históricos y
la estructura literaria que hay en los fundamentos del Antiguo Testamento.
Estos hechos, como hemos visto, llevan sus propias lecciones particulares.
Es necesario,
sin embargo, ir más lejos y considerar la enseñanza espiritual del Antiguo
Testamento en conjunto. La unidad histórica entre la diversidad que estudiamos
en el primer capítulo tiene su contrapartida en las verdades espirituales que
descubrimos desde el Génesis a
Malaquías, y es un deber y un privilegio el descubrir lo que tiene que decirnos
el Antiguo Testamento con respecto a las grandes realidades espirituales que
afectan la vida del hombre.
Sólo
es posible sugerir títulos bajo los cuales estudiar las doctrinas particulares.
El estudioso tiene que arreglar bajo cada división o subdivisión los resultados
de sus lecturas.
Hay
que darse cuenta y siempre tener a la vista un principio de inmensa importancia
con respecto al estudio doctrinal del Antiguo Testamento. Se trata del
CARACTER PROGRESIVO DE LA REVELACION.
Dios
se reveló, no sólo en «varias ocasiones» sino también «de diversas maneras, a
los padres» (Hebreos 1:1). Enseñó a
los hombres lo que podían comprender y llevar. Les llevó desde la aurora de la
revelación hasta el pleno día de la meridiana plenitud y esplendor de su
manifestación «en estos últimos tiempos de su Hijo» (Hebreos 1:1). Hemos de recordar, pues, que aunque cada estadio de
la revelación era perfecto, era perfecto para su tiempo, y no perfecto, por
necesidad, con referencia a estadios ulteriores. El conocimiento de este
principio del carácter progresivo de la revelación de Dios, nos permite evitar
un doble error: impide que, por un lado, menospreciemos el Antiguo Testamento
por razón de la luz más plena que tenemos en el Nuevo; y por otra parte, nos
impide que usemos el Antiguo Testamento en ninguno de sus estadios sin la guía
de la revelación completa de Cristo. Podremos así, en una palabra, obtener la
perspectiva espiritual correcta desde la cual estudiar el Antiguo Testamento, y
derivar de él la riqueza de instrucción espiritual que tiene por objeto
transmitir a todas las edades (Romanos
15:4).
Este
principio del progreso en la revelación de Dios es también de gran servicio
práctico al hacer frente a ciertas objeciones corrientes al Antiguo Testamento.
Hay quienes lo rechazan a causa de lo que dicen crueldades, como la matanza de
los cananeos, o por ciertas manifestaciones en la vida y conducta individual
que no están en consonancia con los principios del Nuevo Testamento. Ahora
bien, aunque podemos guiarnos hoy por medio de muchos de los ejemplos del
Antiguo Testamento, es también verdad que si lo que hicieron y dijeron era
debido a una revelación de Dios, esta revelación era perfecta para aquel
tiempo, al margen de la verdad adicional que ha venido después para nuevas
necesidades. Decimos, «si lo que dijeron e hicieron era de Dios» porqué no
hemos de entender que todo lo que hacen los siervos de Dios en el Antiguo
Testamento es aprobado por Dios, aun cuando ellos creían hacer un servicio a
Dios. En lo que se refiere a los cananeos, hemos de recordar la tremenda
depravación en que habían caído esta gente, y sólo haremos notar que los que se
alarman ante esta matanza, mostraban gran júbilo cuando, no hace mucho, el
poder del califa mahometano, o sea el imperio turco fue arrollado, y
consideraron el hecho como un gran progreso para la civilización y la seguridad
de la humanidad.
Así
que hemos de distinguir cuidadosamente entre lo que se llama verdad
dispensacional y verdad permanente en el Antiguo Testamento, esto es, entre los
dos elementos de la revelación de Dios cuyo intento es sólo para la necesidad
inmediata y los que son válidos eternamente. Para decirlo de otra forma tenemos
que recordar las diferencias entre lo qué está escrito dirigido a nosotros y lo
escrito para nuestro provecho. Toda la Escritura fue escrita con miras a nuestra
enseñanza, pero no toda ella fue escrita dirigida directamente a nuestra
enseñanza. Mucho de lo que se dirige a los judíos fue escrito de modo primario
para ellos, y sólo es para nosotros a modo de aplicación. Para dar un ejemplo
entre muchos: el primer mandamiento es de valor eterno y fuerza permanente,
pero las palabras de introducción que nos dan el motivo del mismo (Éxodo 20:2), ya no tienen aplicación para
nosotros, excepto por medio de un proceso de espiritualización. Esta distinción
entre las dispensaciones va a resolver muchas dificultades del Antiguo
Testamento. Pero no podemos continuar. Basta con decir que el progreso de la
doctrina es una de las claves del Nuevo Testamento. Vamos a considerar ahora
algunos de los elementos principales de la enseñanza.
LA
DOCTRINA DE DIOS.
Veamos,
primero, el libro del Génesis, y consideremos sus ideas fundamentales de Dios:
1.- Como
Creador
2.- Como
Legislador
3.- Como
Juez
4.- Como
Providencia o Soberano
5.- Como
Redentor.
Notemos
cómo aparecen estas ideas en los primeros capítulos. En ellos hay, en germen,
lo que viene después, y todo lo demás, hasta Malaquías, está incluido en estas
ideas. la revelación de Dios con respecto a sí mismo toma varias formas, según
se dé a los patriarcas, jueces, reyes o profetas, y siempre está incrementando
en plenitud desde los patriarcas hasta los profetas, lo cual puede proporcionar
material para un estudio fructífero.
En
relación con esto, es de gran importancia un estudio de los nombres y títulos
de Dios. Para un estudio apropiado aquí, es indispensable un conocimiento del
Hebreo; pero hay mucho material de ayuda que puede ser útil. Los nombre de Dios
(Elohim); Jehová; Dios todopoderoso (El Shaddai); el Dios eterno (Génesis 21; y los varios títulos
asociados con Jehová (Jireh, Shalom, etc.) son ilustraciones en este campo. El
nombre de Dios es la revelación de su naturaleza, y los varios nombres y
títulos son diferentes aspectos del carácter divino. Es importante notar
cuidadosamente, al estudiar capítulos y estadios sucesivos, qué adiciones se
hacen en ellos a la doctrina de Dios.
LA
DOCTRINA DEL HOMBRE.
Veamos
de nuevo el Génesis, y veremos en él un sumario de todo lo que dice la Biblia respecto al hombre.
1.- Su
gloria (en la creación)
2.- Su
humillación (por medio del pecado)
3.- Su
necesidad (de redención)
4.- Sus
anhelos (de Dios)
5.- Sus
esfuerzos (por la justicia)
Cada
uno de estos aspectos puede ser seguido por todo el Antiguo Testamento y se van
a hallar numerosas ilustraciones. Por ejemplo, bajo el 4, los anhelos de Dios, leamos especialmente Job y los Salmos. Para
el número 5, los esfuerzos del
hombre por medio de sus propias obras de sacrificios, etc., para merecer el
favor de Dios; y luego nótese la verdadera idea de sacrificio, como se enseña
en los Salmos 50 y 51 y Miqueas 5:5-8. Estúdiese bien en el Antiguo Testamento el cuadro que pinta
del hombre, y comprenderemos mejor lo que la obra de la gracia ha de hacer y
puede hacer por él.
LA
DOCTRINA DE LA RELIGION.
Esta
mostrará los tratos divinos con el hombre, y la forma en que las doctrinas
referentes a Dios entran en contacto con la vida del hombre. Hallaremos la
religión en el Antiguo Testamento bajo tres formas sucesivas y con todo
coexistentes:
1.- la
teocracia, o gobierno directo de Dios (desde la Creación a Samuel).
2.- La
monarquía, o gobierno divino a través de reyes (Saúl hasta la cautividad).
3.- La
jerarquía sacerdotal o gobierno divino por medio de sacerdotes y profetas (la
cautividad y la restauración).
Hemos
dicho sucesivos, y coexistentes a la vez, porque en el segundo período, así
como en el tercero, los profetas y sacerdotes tuvieron gran influencia como
medios de revelación divina, aunque ellos no estaban directamente en autoridad
sobre el pueblo.
En
todo el curso de estas tres formas parece que hay un objetivo principal: la
educación. El pueblo de Dios tenía que ser entrenado y conducido hacia arriba y
adelante en una religión de restricción externa a una religión de impulsión
interna de un sistema de preceptos externos, a un sistema de preceptos
internos. En otras palabras, Dios estaba en tratos con el mundo tal como
tratamos a nuestros hijos Imponemos nuestra voluntad desde el exterior, y así
entrenamos al niño gradualmente hasta que hay en él poder de hacer el bien
desde dentro El Antiguo Testamento es el relato de la infancia moral de la
humanidad «bajo ayos hasta el tiempo designado por el Padre»; hasta la edad
adulta moral y espiritual de la revelación en Cristo (Gálatas 4:1 y ss.). Se pueden seguir los rastros de este progreso
gradual a lo largo del Antiguo Testamento; la creciente dependencia que va de
lo externo a lo interno, la superioridad del espíritu a la letra, el progreso
gradual y el desarrollo de la religión que conduce al «culto en espíritu y en
verdad» del Nuevo Testamento.
Hay
otros aspectos de la enseñanza del Antiguo Testamento que proceden de éstos,
sobre los cuales no podemos entrar ahora. Pero quizás el aspecto más importante
queda aún por considerar, por lo menos de modo inmediato. Como éste va a
requerir un tratamiento más a fondo, vamos a reservarlo para el capítulo
próximo.
CRISTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
El
propósito principal y la gloria suprema de la revelación del Antiguo Testamento
se resume en las bien conocidas palabras de nuestro Señor: «Éstas son las que
dan testimonio de mí.» Todo lo demás, por importante y necesario que sea, está
subordinado a este gran fin, que es la anticipación y preparación del Mesías,
el Hijo de Dios, el Hijo de Abraham, el Hijo de David, el Hijo del hombre. No
hay estudio del Antiguo Testamento que pueda ser completo que no incluya y haga
énfasis en el elemento espiritual de la relación divina del Mesías. En él
hallamos profecía y preparación; profecía y preparación del Mesías. Éstas dos
ideas son destacadas en varios aspectos, y cada una de ellas requiere un
estudio separado, y las dos se combinan para llevar un cuadro completo del
«Cristo en el Antiguo Testamento».
CRISTO EN LA
PROFECIA.
Como
vimos en un capítulo anterior, hay un hilo de profecía, de anticipación de
Alguien que ha de venir, desde el Génesis
3 hasta Malaquías 4. El Antiguo
Testamento es ciertamente un libro de profecía, de esperanzas despertadas por
las promesas de Dios, y con todo las profecías permanecen sin cumplir, las
esperanzas no se realizan. Podemos sólo sugerir en un mero bosquejo algunos de
los métodos de exploración de esta riqueza. lógico:
1.- Consideremos
las profecías en su orden cronológico
a).- Las
profecías del Génesis
b).- Las
profecías del Éxodo (Éxodo - Deuteronomio)
c).- Las
profecías de los reinos de David y Salomón
d).- Los
primeros profetas de Judá
e).- Los
profetas de Israel
f).- Los
últimos profetas de Judá
g).- Los
profetas de la cautividad (Jeremías, Ezequiel, Daniel)
h).- Los
profetas del retorno (Hageo, Zacarías, Malaquías)
Bajo estas divisiones, pueden ser estudiadas las
profecías mesiánicas particulares de cada escritor y la antorcha de la
esperanza va pasando de mano en mano hasta que llega el último de los profetas,
y luego vienen dos siglos de silencio.
2.- Consideremos
las profecías en sus detalles. Hemos de buscar la contribución de cada escritor
al cuadro completo del Mesías. Así podemos considerarle como la Descendencia de la
mujer, la Fuente
de bendición (Abraham), el Silo (Jacob), el Profeta (Moisés), la Estrella (Balaam), el rey
(David), el Varón de dolores (Isaías), el Señor nuestra justicia (Jeremías), el
Hijo del hombre (Daniel), el Amigo de Dios (Zacarías), el Señor (Malaquías).
Éstos son algunos de los diferentes aspectos, y cada uno añade algo a la
totalidad divina de la representación. Hemos de notar, también, la forma en que
las profecías comienzan con mucha amplitud, son una referencia muy general al
Mesías de la Descendencia
de la mujer, y que cada una de las adiciones ulteriores, va dando forma
definida al cuadro Su nación, su tribu, su familia, su lugar de nacimiento, su
título, su fecha, todo se va dando gradualmente.
Y cuando hemos recogido todos estos materiales
hagamos una pausa para recordar que estas profecías datan, por lo menos, de
fechas tres a cuatrocientos años antes del nacimiento del Señor Jesús en Belén,
mientras que muchas son de seiscientos y más años hasta mil antes del suceso.
Hemos de enfrentarnos con el elemento de predicción, «de la historia escrita
con anterioridad» por la mano de Dios. Esto es parte de lo milagroso, el
elemento divino que da al Antiguo Testamento su carácter como revelación
divina.
CRISTO EN EL RITUAL.
Ya
hemos notado que el Antiguo Testamento es un libro en el que hay varias
ceremonias religiosas prominentes, ceremonias que necesitan explicación y no
reciben su interpretación plena dentro de los tiempos del Antiguo Testamento.
Consideremos algunas de ellas:
1.- Los
sacrificios. Estos tienen por objeto revelar los verdaderos métodos de
acercarse a Dios, y bajo varios aspectos, hacen énfasis en la reconciliación,
la consagración y la comunión.
a).- Estudiar
los principios del sacrificio en el Génesis.
b).- Considerar
su desarrollo bajo Moisés. La base fue sacrificio de la Pascua de redención, y
luego siguieron los sacrificios de Levítico 1-4.
2.- Las
purificaciones. Estas enseñan otro aspecto de la religión, la necesidad de
purificación al acercarse a Dios. Necesitan un estudio muy cuidadoso. El ritual
de limpieza del leproso es un ejemplo notable.
3.- El
sacerdocio. Esto trae delante de nosotros a los agentes por medio de los cuales
el pueblo puede acercarse a Dios.
4.- Los
festivales. Éstos son ocasiones especiales en las cuales el pueblo puede adorar
a Dios. Los servicios que tienen lugar cada día, semana, mes, año, cada siete
años, año de jubileo y otros, son ocasiones para la preparación para la
adoración en espíritu y en verdad (Juan
4) de todos los tiempos y lugares. «Cristo es nuestra pascua sacrificada
por nosotros: por tanto [tengamos un festival permanente]».a Corintios 5:7-8).
CRISTO EN TIPOS PERSONALES.
La
cuestión del ritual del Antiguo Testamento está enlazada de modo inextricable
con el pueblo del Antiguo Testamento, y en consecuencia tenemos a Cristo
prefigurado no sólo en objetos, sino también en personas. Esto es lo que suele
llamarse el estudio de los tipos del Antiguo Testamento. Un tipo tiene que ser
definido como unas ilustraciones en una esfera inferior de una verdad que
pertenece a otra superior. Hay varias formas de ilustración, como el tipo, la
profecía, la alegoría, el símil, el símbolo. Los tipos son ilustraciones en
hechos y en actos, que se contrastan con ilustraciones en palabras, fantasías y
cuadros.
No hay
estudio que requiera más «sentido común santificado» que el de los tipos. Hay
en él mucha fantasía y absurdos, que algunos escritores han intentado
presentar, yendo a extremos tales, que muchos han decidido abandonar el estudio
de los tipos por completo. Pero «el abuso no quita el uso» y por tanto no
vacilamos en decir que si se hace de modo sobrio y con oración, no hay estudio
que sea más provechoso.
El
mejor modo de empezar es con los temas del Antiguo Testamento que son referidos
en el Nuevo como anticipatorios de Cristo. Tenemos la sanción divina y
apostólica para ver tipos en el maná, el cordero, la Roca, la serpiente de metal,
y otros casos similares. De la misma categoría es el uso que hace Hebreos del
sacerdocio levítico y de los sacrificios levíticos.
Cuando
dejamos el terreno seguro del Nuevo Testamento, hemos de estudiar dos verdades
importantes y relacionadas en la mente:
1.- La
gran diferencia entre la interpretación primaria y la aplicación espiritual. La
interpretación primaria de un pasaje, esto es, lo que era para la persona a
quien se dirigía, es una cosa, pero nuestro uso espiritual de ello, puede ser
muy distinto, y esto último, probablemente, no es lo que los escritores
intentaban mostrar.
2.- La
gran diferencia entre un tipo y una coincidencia. La primera es una ilustración
dada divinamente, con una cierta intención. Lo último es lo que vemos en el
relato, y no tiene por qué ser lo que piensa Dios. Por ejemplo, las
circunstancias de Jonás eran típicas de la sepultura y resurrección de nuestro
Señor. Esto es un tipo. La historia de José, con su maravillosa semejanza a la
historia de nuestro Señor en su detalle, no tiene por qué haber sido
intencional. Esto sería una coincidencia.
Con estas salvedades, consideremos algunos de los
aspectos de este campo maravilloso.
a).- Los
tipos personales (o coincidencias), esto es, Adán, Noé, Melquisedec, Isaac,
José, Moisés, Aarón, Josué, David.
b).- Los
hechos históricos usados «típicamente», por ejemplo, la escalera de Jacob, el
tabernáculo, el privilegio de Canaán, la serpiente de metal, el maná, y muchos
otros.
c).- Los
detalles peculiares de ciertos hechos que tienen aspectos diferentes de
enseñanza.
1).- Las
dos aves (Levítico 14), los dos
machos cabríos (Levítico 16); que
sugieren los aspectos de la muerte y la resurrección.
2).- Los
dos sacerdocios (Aarón y Melquisec); los dos caudillos (Moisés y Josué); los
dos reinados (David y Salomón).
No hay ningún tipo que pueda presentar por
anticipado la plenitud de la persona y la obra de Cristo.
d).- Detalles
de la historia de José, por ejemplo, amado por su padre, odiado por sus
hermanos, vendido, sufriente, exaltado, alimentando al mundo. Considerados con
cuidado, las coincidencias son notables.
e).- La
aparición del ángel del Pacto es digna de ser notada. Éstos no son
estrictamente tipos, sino verdaderas presentaciones anticipadas de la
encarnación por la segunda Persona de la Trinidad. Un estudio
cuidadoso de estos pasajes, como Génesis
18, Josué 5 y Jueces 13, muestra que las referencias no son
a un ángel creado, sino a la aparición real de Dios en forma angélica.
Hay
que añadir una precaución adicional. Los tipos no tienen que ser considerados
como nuestra fuente primaria de doctrina, sino que han de ser usados como
confirmación o ilustración de doctrina, deducida de afirmaciones claras de la Escritura.
Se
verá por el bosquejo fragmentario anterior qué campo tan maravilloso tenemos
para explorar.
Cristo
es verdaderamente la sustancia y el alma del Antiguo Testamento, y cuanto más
profundamente estudiemos los datos del Antiguo Pacto, más nos convenceremos de
que «Cristo lo es todo en todos».
LOS TEMAS DEL NUEVO TESTAMENTO
Hemos
de considerar ahora el método fructífero de estudio del Nuevo Testamento por
tópicos o temas; y si el Antiguo Testamento es tan útil de esta manera, mucho
más se demostrará que el Nuevo Testamento sugiere e inspira a todos los que de
esta manera buscan esta porción de la Palabra de Dios. Es evidente que sólo se pueden
hacer unas pocas sugerencias, pero éstas serán más que suficientes para mostrar
las posibilidades de este tipo de estudio. Vamos a seguir las mismas líneas que
adoptamos al considerar los temas del Antiguo Testamento.
IDEAS CENTRALES DE LOS LIBROS.
Podemos
adoptar el mismo método con gran provecho en el estudio de los Hechos y de las
Epístolas, y se ver que es muy útil en cualquier estudio más detallado de
cualquier libro particular. No van a aparecer inmediatamente las ideas centrales,
pero lo harán, si estudiamos, no solamente leemos.
LA
VIDA DE
NUESTRO SEÑOR.
Tomando
los cuatro evangelios como un conjunto y usando una correlación, procuraremos
obtener un cuadro de la vida terrena en conjunto, y localizar este o aquel
incidente en su lugar en orden cronológico. Conocemos los evangelios de una
forma fragmentaria. No podemos ver el bosque a causa de los árboles, y no
tenemos el sentido de una perspectiva histórica del ministerio de Cristo. Los
tres años se han dividido de modo sugestivo y exacto en el año de la oscuridad,
el año del favor, y el año de la oposición. Con una «correlación» de los
evangelios, los estudiantes corrientes pueden obtener toda la guía que
necesiten.
LAS RELACIONES MUTUAS DE LOS EVANGELIOS.
Hemos
visto en un capítulo anterior algo de los rasgos especiales de cada evangelio,
pero, es necesario también que los veamos como un conjunto. ¡Cuatro Evangelios
y un Señor! ¿Por qué? Porque hay cuatro imágenes distintas de su persona y su
obra, por más que estén relacionadas. En la Iglesia primitiva se pensaba que las figuras de Ezequiel 1 y Apocalipsis 4:7, representaban o ilustraban a los cuatro
evangelistas. Si tomamos el texto como una aplicación sólo, tenemos lo
siguiente:
1.- El
león-Mateo-realeza
2.- El
becerro-Marcos-servicio
3.- El
hombre-Lucas-la humanidad
4.- El
águila-Juan-la divinidad
O
podemos considerar cuatro pasajes que empiezan con «he aquí» y notar
1.- He
aquí un rey. Isaías 32:1
2.- He
aquí mi siervo. Isaías 42:1
3.- He
aquí el hombre. Juan 19:5
4.- He
aquí vuestro Dios. Isaías 40:19
El
objetivo es único, pero sus métodos y aspectos difieren. Mateo demuestra;
Marcos pinta Lucas declara; Juan describe. Mateo demuestra (basado en el
Antiguo Testamento) la venida de un Salvador esperado; Marcos pinta la vida de
un poderoso Salvador Lucas declara la gracia de un Salvador personal. Mateo es
para los judíos, Marcos lo presenta desde el punto de vista romano, Lucas, es
griego, y en Juan vemos el Salvador y Señor del creyente. Es interesante notar
que de este modo representan el orden del desarrollo histórico y espiritual; y
vale la pena recordar que el último hecho referido en relación con nuestro
Señor en cada evangelio muestra también este orden verdadero de desarrollo:
1.- Mateo.
La resurrección. 28:6
2.- Marcos.
La ascensión. 16:19
3.- Lucas.
La promesa del Espíritu. 24:49
4.- Juan. La
segunda venida. 21-22
¿Es
posible que esto sucediera por casualidad?
BIOGRAFIAS.
Aquí
también, como en el Antiguo Testamento, tenemos un estudio delicioso. Podemos
hablar primero de hombres y mujeres cuyas vidas son más prominentes,
especialmente los apóstoles Pedro y Pablo. Podríamos tomar a Pedro y hallar un
estudio séptuplo:
1.- Su
conversión. Juan 1
2.- Su
llamada al ministerio. Lucas 5
3.- Su
llamada al apostolado. Lucas 6
4.- Su
gran confesión. Mateo 16
5.- Su
caída y restauración. Marcos 14
6.- Su
obra en la Iglesia
primitiva. Hechos 1-12
7.- Sus
últimos años. Epístolas
El
mencionar a Pablo es cubrir una gran porción de Nuevo Testamento. Podemos
estudiarle personalmente desde el punto de vista histórico y espiritual,
notando siete estadios:
1.- Sus
antecedentes. Hechos 8. y alusiones
en Epístolas
2.- Su
conversión. Hechos 9
3.- Su
obra cristiana inicial. Hechos 9-12
4.- Su
primer viaje. Hechos 13-14
5.- Su
segundo viaje. Hechos 16
6. Su tercer viaje. Hechos 18
7.- Su
encarcelamiento y probable libertad. Hechos
21-28
O bien
podemos considerar sus Epístolas y estudiarlas cronológicamente, viéndolas
repartidas en su vida, simbolizada por un día:
1.- Mañana:
1 y 2 Tesalonicenses
2.- Mediodía:
Gálatas, 1 y 2 Corintios, Romanos
3.- Tarde:
Colosenses, Filipenses, Efesios, Filemón
4.- Anochecer:
1 Timoteo, Tito, 2 Timoteo
No
podemos por menos que notar, sin embargo los personajes menos destacados del
Nuevo Testamento.
Hay
muchas vidas de las cuales tenemos poca información, pero cuando se combinan
varios pasajes y se comparan, rinden mucho fruto para el corazón y la vida.
Tales son las vidas de Juan el Bautista, Andrés, Bernabé, la madre de nuestro
Señor, y muchos más. Podemos tomar el último nombrado como un ejemplo de lo que
queremos decir. Si ponemos juntos los pasajes que se refieren a María, la madre
de Jesús, podemos notar los siguientes cinco períodos:
1.- Confianza
indiscutible. Lucas 1:38
2.- Consideración
perpleja. Lucas 2:9; 50-51
3.- Error
claro. Juan 2:1-11; Marcos 3:21-31
4.- Oscuridad
profunda. Juan 19:26
5.- Plenitud
de sol. Hechos 1:14
La
vida y carácter de Bernabé puede ser seguido también en varias secciones. Y así
muchos más. El campo es inagotable, y lo recomendamos a los estudiosos.
OTROS TEMAS.
1.- Los
milagros de nuestro Señor. Éstos deben ser clasificados en cuanto a su
carácter, temas y propósitos. Hemos de distinguir entre milagros en la
naturaleza o en el hombre, y entre milagros de beneficencia o de juicio, Nótese
los ocho (7 + 1) registrados por Juan, que dan ocho señales» o aspectos de la
obra de nuestro Señor, manifestando su gloria (Juan 2:11). Considérense también sus resultados sobre los enemigos
y los discípulos.
2.- Las
parábolas. Insistir en la razón de Jesús para usar este método, después de un
año de ministerio sin usarlas (Marcos 4).
Las parábolas eran una prueba, ya que escondían la verdad de los indiferentes y
la revelaban a los fervorosos. Servían para cribar la muchedumbre de oyentes
que seguían a nuestro Señor. Estúdiense las siete parábolas de Mateo 13 y nótese su carácter y orden.
¿Hay alguna relación espiritual e histórica entre ellas? Nótense las cinco
parábolas de Lucas 15-16, y
obsérvese la relación especial e íntima entre las tres primeras y las dos
últimas. Considérese e resto de las parábolas, clasificándolas en cuanto al
tiempo y el propósito.
3.- Nuestro
Señor como Maestro ¿Cuáles fueron sus características de su enseñanza?
Autoridad, osadía, poder, gracia y el hecho de ser única. ¿En qué difiere de
otros grandes maestros? ¿No es en la afirmación de que está en relación única
con Dios y que es enviado por Dios? Estúdiese el desarrollo de su enseñanza, y
también lo que han sido llamadas las ideas rectoras de nuestro Señor.
4.- La
relación de Pablo con nuestro Señor. ¿Cuántas referencias a la vida de Cristo
hay en las Epístolas? ¿Hasta qué punto las enseñanzas de Pablo se encuentran en
germen en los evangelios? Pablo insistía en que era un eco, nada más que un
eco, de Cristo. Véase cómo se ve esto en cada uno de sus escritos.
5.- La Iglesia
primitiva. Estúdiense los Hechos y las Epístolas. Nótese el nacimiento, la
vida, el crecimiento, la comunión, peligros, pecados, servicio, goces y
esperanzas del Cristianismo apostólico.
6.- El
segundo advenimiento. Nótense los diferentes aspectos en los evangelios, y la
contribución peculiar de cada escritor del Nuevo Testamento al significado de
la «bendita esperanza».
7.- Las
siete Iglesias de Asia. Caracterícese cada iglesia, sus puntos fuertes y
débiles, los avisos, ánimos y promesas.
Así
podríamos ir siguiendo, pero falta espacio. El estudio de los tópicos del Nuevo
Testamento es entre los métodos más importantes para obtener un conocimiento a
fondo de sustancia y detalle de los libros. Primero ver los hechos, y luego,
cómo estos hechos pasan a ser factores y fuerzas en las vidas humanas.
LA
DOCTRINA DEL NUEVO TESTAMENTO
El
estudio del Nuevo Testamento por secciones, libros y tópicos, debe llevar al
paso importante de descubrir la sustancia de la doctrina cristiana allí
presentada. El Nuevo Testamento es de modo preeminente nuestro guía «a toda
verdad» asociada con la revelación personal e histórica de nuestro Señor. Los
hechos registrados son los fundamentos de la doctrina enseñada, y es necesario
recoger cuidadosamente las afirmaciones halladas en los puntos distintos y
combinarlas en un sistema completo de doctrina en cuanto nos sea posible.
El
primer paso en este sentido es considerar los libros o períodos del Nuevo
Testamento en secciones, y anotar los estadios o fases del progreso en la
doctrina cristiana. El principio del progreso o desarrollo doctrinal es de
capital importancia para todos los estudiosos. La teología es una ciencia
progresiva, y el curso del progreso presente en el estudio de ella es como
sigue: Primero, la observación de los hechos que son revelados recientemente.
Segundo, la consideración de los hechos cuyo significado es descubierto
recientemente, aunque ya había sido revelado. Tercero, los hechos han de ser
combinados y relacionados con los precedentes. Los dos primeros nos dan lo que
podríamos llamar la teología bíblica, esto es, la teología tal como se registra
en la Biblia;
y el tercero nos da la teología sistemática, esto es, la teología ordenada y
presentada sistemáticamente como un cuerpo de doctrina. Ahora podemos pasar a
considerar las varias fases de la doctrina del Nuevo Testamento, insistiendo
sólo en los perfiles principales.
DOCTRINA EN DESARROLLO.
1.- Primera
fase: Los Evangelios
Un estudio cuidadoso de los cuatro Evangelios revela
varios aspectos consecutivos de la enseñanza de nuestro Señor con respecto a sí
mismo.
A.- La
mesianidad de Jesús. Ésta es la nota clave del primer ministerio judío (Juan 1-4). Podemos verla en cada parte
de esta sección. Nuestro Señor afirma que es el Mesías en Jerusalén, en Judea y
en Samaria.
Luego, con el comienzo del misterio de Galilea,
viene un cambio, y tenemos:
B.- El
Reino de los cielos. Esto marca el comienzo del ministerio (Mateo 4), y se halla en el Sermón del
monte y en las parábolas de Mateo 13.
Considérese el significado del Reino, sus ciudadanos, leyes y resultados.
Luego viene otro cambio, y el énfasis es colocado en
C.- La
persona del Hijo de Dios. Notemos esto en el milagro de los cinco mil, y en los
discursos de Capernaum (Juan 6), que
culminan en la confesión de Pedro (Mateo
16) y la transfiguración (Mateo 17).
De nuevo podemos notar otro cambio y a partir de
entonces el énfasis se hace en
D.- Los
sufrimientos y muerte de Cristo. Desde la transfiguración a la entrada en
Jerusalén (Mateo 16:21; Lucas 9:31) ésta es la nota dominante.
Luego viene otro aspecto:
E.- El
segundo advenimiento. A partir del domingo, al jueves por la noche, encontramos
las parábolas del Señor y la enseñanza general a sus discípulos casi
exclusivamente centrada en el futuro su propia venida y los sucesos
relacionados con ella.
En el aposento alto, sin embargo, nos damos cuenta
aún de otra fase:
F.- La
dispensación del Espíritu. Aquí el énfasis no es en la muerte (no se menciona
ni se alude una sola vez), o en el gran futuro, sino en «el período intermedio»
que queda cubierto por la presente dispensación. La enseñanza de Juan 14-17 se refiere a los discípulos,
su vida y obra, con todos los privilegios, posibilidades y deberes del
discipulado.
Finalmente, hallamos, después de la resurrección, el
aspecto final de
G.- La
gran comisión. Se ve prominente en los cuatro Evangelios y en Hechos 1, este tema del período que
sigue a la resurrección de Nuestro Señor.
Así que en estos siete aspectos tenemos una visión
completa de la enseñanza de Cristo, con referencia a su persona, su obra, su
plan de redención, su propósito de evangelización, y las perspectivas de gloria
y reinado.
2.- Segunda
fase: Los Hechos
Empezando con el día de Pentecostés, y hasta la
llegada del apóstol Pablo a Roma, tenemos el relato de los primeros treinta
años de la Iglesia
cristiana. Al estudiar los discursos de este libro, vemos que hay tres aspectos
principales de enseñanza que destacan en todo él:
A.- La
resurrección de Cristo. Predican a «Jesús y la resurrección», y con ello
demuestran los derechos de Cristo como Dios (Hechos 2:24).
B.- El
gobierno de Cristo. El resultado práctico de la Divinidad de Cristo en
su Soberanía, su gobierno sobre el hombre como Rey. Así que predican el
Evangelio del Reino, como la conclusión lógica de su resurrección (Hechos 2:33). Nuestro Señor se levantó
para poder reinar (Romanos 14:9).
C.- La
remisión de pecados en Cristo. Los derechos a la soberanía reclamados por
Cristo al punto dieron luz sobre el triste hecho de que los hombres no eran
súbditos sino rebeldes, por causa del pecado, y por tanto que para tener a
Cristo como Señor y ser súbditos suyos, tenían que aceptarle como Salvador y
recibir perdón. El Evangelio de perdón era, pues, predicado como el primer paso
en el proceso de gozar de la redención (Hechos
2:38).
Un estudio cuidadoso de todo el libro revelará estos
elementos de doctrina para los no salvos y los salvos. Hay elementos
subsidiarios de enseñanza, naturalmente, pero los nombrados antes son primarios
y esenciales, y nos recuerdan que la persona de Cristo ha de ser proclamada por
su pueblo, y que los pecadores han de pasar a ser santos y de santos se han de
convertir en siervos.
3.- Tercera
fase: Las Epístolas paulinas
Esto nos da la mayor sección del Nuevo Testamento y
es la más importante por lo que se refiere a la doctrina.
A.- Podemos
considerar las epístolas en el orden que las tenemos en la Biblia, orden que viene
aproximadamente del siglo cuarto o antes. Este orden nos da primero las
Epístolas a las (siete) iglesias, empezando con la más larga; luego, en orden
de longitud, las Epístolas a los individuos; y finalmente Hebreos, a causa de
las diferencias de carácter y destino, y posiblemente a causa de las dudas
sobre el hecho que fuera escrita por Pablo. Estudiándolas en este orden
tenemos:
1).- Romanos. Fundamentos
doctrinales
2).- Corintios. Vida
de la iglesia
3).- Gálatas. Defección
y peligro
4).- Efesios. Plena
doctrina para la vida cristiana
5).- Filipenses. La
vida cristiana ilustrada
6).- Colosenses. Salvaguarda
de los peligros
7).-
Tesalonicenses. La bendita esperanza
Las Epístolas a los individuos son principalmente
personales, y requieren una discusión separada.
B.- Las
Epístolas se pueden estudiar también cronológicamente en grupos:
1).- Grupo 1: 1
y 2 Tesalonicenses. Las Epístolas
del segundo viaje misionero Escatológicas en su carácter. Cristo visto como
Rey. La gracia de la esperanza prominente.
2).- Grupo 2: Gálatas,
1 y 2 Corintios, Romanos.
Las Epístolas de la tercera época. Soteriológicas en su carácter. Cristo se ve
como Redentor. La gracia de la fe es prominente.
3).- Grupo 3: Filipenses,
Efesios, Colosenses, Filemón. Las Epístolas de la primera cautividad.
Cristológicas en su carácter. Cristo se ve como Señor. La gracia del amor es
prominente.
4).- Grupo 4: 1
Timoteo, Tito, 2 Timoteo. Las Epístolas después de la liberación y de la
segunda cautividad Eclesiásticas en carácter. Ningún aspecto nuevo de Cristo.
Énfasis en la organización y conducta más bien que en la doctrina.
El agrupamiento anterior puede ser comparado con el
plan del obispo Lightfoot, que caracteriza a los grupos de esta forma:
a).- Las
Epístolas del tribunal, o Cristo el Juez.
b).- Las
Epístolas de la cruz, o Cristo el Redentor
c).- Las
Epístolas del trono, o Cristo el Verbo
d).- Las
Epístolas de la congregación, o la
Iglesia organizada.
De este modo tenemos cuatro grupos que corresponden
a la «primavera, verano y otoño e invierno del año del gran apóstol»
4.- Cuarta
fase: Las Epístolas de Juan y el Apocalipsis
Estas representan el último tipo de doctrina del
Nuevo Testamento. Como dice el obispo Westcott, los evangelios y Hechos dan el
fundamento histórico, Pablo da la construcción lógica y Juan proporciona el
acabado teológico.
A.- Las
Epístolas nos dan una visión de la vida en el presente.
B.- El
Apocalipsis nos muestra la visión de la gloria en el futuro.
Las contribuciones de Santiago, Pedro y Judas y la Epístola a los Hebreos,
no se puede decir que representen estadios históricos sino aspectos
particulares que han de ser considerados en su lugar respectivo. La Epístola de Santiago debe
ser asociada con la Iglesia
primitiva de Jerusalén (Hechos 1-15);
1 Pedro con el tiempo del cuarto
grupo de Epístolas de Pablo y después; 2
Pedro y Judas con el tiempo entre Pablo y Juan.
Otro
método fructífero en el estudio de la doctrina puede ser mencionado, aunque es
evidente que sólo puede ser tomado de modo general, y no se puede hacer énfasis
en él en cuanto a detalles. Es el estudio de los escritos por sus autores,
especialmente las Epístolas, y ver a Pablo como el apóstol de la fe, Pedro el
de la esperanza, Juan el del amor, Judas el de la verdad, y Santiago el del
deber.
LA
DOCTRINA COMO UN CONJUNTO.
Cuando
hemos conseguido alguna idea de la contribución de cada período y de cada
escritor a la suma total de la doctrina cristiana, aún podemos agrupar todos
los resultados en un conjunto, ordenándolo en temas. La siguiente enumeración
puede ser considerada como completa, prácticamente, de modo que se puede usar
como guía:
1.- Dios
el Padre
2.- Dios
el Hijo
3.- El
Espíritu Santo
4.- El
pecado
5.- La
redención
6.- La
vida cristiana
7.- El
futuro
Bajo
cada uno de estos títulos podemos agrupar, con las oportunas subdivisiones,
casi todo lo que hay en el Nuevo Testamento. Como un ejemplo único de lo que se
puede hacer en este sentido, tomemos una Epístola corta, la de los Efesios, y
descubriremos lo que nos enseña sobre el Espíritu Santo. Halláremos por lo
menos diez (y quizá doce) referencias. Notamos primero: cuatro hechos sobre la
obra del Espíritu Santo: sello-1:13;
acceso-2:18; revestimiento-2:22; revelación-3:5. Luego siguen cuatro consecuencias: fuerza-3:16, unidad-4:3;
sensibilidad-3:30; plenitud-5:18. Finalmente vienen dos métodos
para mantener la presencia del Espíritu Santo: la espada del espíritu (Dios nos
habla a nosotros) 6:17; la oración
es el espíritu (nosotros hablamos a Dios) 6:18.
Ésta es sólo una de las muchas posibilidades similares de estudio fructífero y
deleitable.
Podemos
de esta forma ver qué plenitud, variedad y hermosura hay en el Nuevo
Testamento, y la rica provisión hecha para nosotros, sea para la enseñanza y
corrección, o la instrucción en justicia. Y todo con un objetivo: «que el
hombre de Dios sea enteramente apto, bien pertrechado para toda buena obra» (2 Timoteo 3:17).
ESTUDIO DETALLADO
Nuestros
estudios se han referido hasta ahora de modo principal, a la Biblia como conjunto, y a
algunas amplias proporciones y temas de la misma. Hemos de esforzarnos en ver
el paisaje en conjunto y tener amplias perspectivas. Pero la Biblia tiene que ser
estudiada también con detalle. No sólo hemos de considerar el bosque; hemos de
ocuparnos de árboles particulares, y continuando el símil, de las ramas, las
ramitas y las hojas. El estudio más minucioso posible de la Palabra de Dios va a
demostrarse que es útil en extremo.
Es
evidente que sólo podemos indicar el método y dar unas pocas ilustraciones. El
campo es vasto y va a dar suficiente para la vida más larga dedicada al
estudio.
EL ESTUDIO DE LA
BIBLIA LIBRO POR LIBRO.
Este
método consiste en estudiar cada libro de la Biblia por separado, analizando su contenido a
luz de las circunstancias históricas en que fue escrito y las características
personales de su autor.
El
primer paso en este método es escoger el libro no es tarea fácil como parece,
por la razón que los libros son de diferentes tamaños, es aconsejable disponer
de un tiempo considerable ya que nos puede llevar horas y hasta varias semanas.
Algunos
libros son cortos y llenos de exhortaciones prácticas, como las cartas
paulinas, mientras que otros son largos y complicados en su contenido como las
profecías de Ezequiel o Daniel. Lo más conveniente para empezar será elegir un
libro corto, cuyo mensaje sea instructivo práctico y sencillo.
El
siguiente paso consistirá en leer el libro de una sola sentada, o en una sola
vez, en un principio nos interesa leer el texto en su totalidad, a fin de
obtener una impresión de su:
1.- Estilo.
2.- Mensaje.
3.- Desarrollo.
4.- Conclusiones.
Deseamos
una perspectiva como aquel que sube un edificio y contemplar la ciudad
completa.
No
será suficiente leer el libro en esta forma rápida y superficial solo una vez,
hay que leerlo tres, cinco, ocho, diez veces más. Esta lectura repetida no es
inútil perdida de tiempo, pues constituye la piedra angular para la comprensión
cabal del libro.
Leerlo
constantemente descubriremos la organización de su contenido y el desarrollo
del pensamiento del autor. Al mismo tiempo es importante ir anotando las
observaciones sobresalientes tales como:
1.- ¿Quién
escribió el libro?
2.- ¿A
quién lo escribió?
3.- ¿Cuándo
se escribió?
4.- ¿En
dónde?
5.- ¿De
qué trata en términos generales?
6.- ¿A qué
conclusión llega?
Hay
libros que no especifican quién lo escribió, omiten el nombre de las personas a
quienes se escribieron, olvidan dónde fueron escritos.
El
siguiente paso consiste en darle un título a cada capítulo, en una sola frase
de su contenido, al terminar, podemos asignar un sólo título a todo el libro y
escoger un versículo que sintetice su mensaje.
Si el
estudiante no tiene mucha experiencia en la formulación de bosquejos, no se
debe desanimar y mucho menos claudicar, al comentario, estudiamos porque
queremos aprender y para aprender es necesario trabajar.
Aún
cuando en un capítulo anterior señalamos el valor de los libros de consulta, es
conveniente insistir que en la práctica de este método no se debe emplear tales
ayudas, pues el estudiante se defraudaría a sí mismo. El valor de este método
consiste en exigirle al estudiante que descubra por si solo que otros
posiblemente que hayan descubierto, pero que ellos también lo hicieron de
esfuerzo propio.
EL ESTUDIO DE LA
BIBLIA POR CAPITULOS.
El
primer paso consiste en leerlo varias veces el capítulo. A continuación es
necesario estudiar el contexto. En algunos casos, la lectura de unos cuantos
versículos del capítulo anterior, y otros pocos del capítulo que sigue, será
suficiente para colocarnos en las circunstancias de que se está hablando.
Ejemplo
de esto sería: El capítulo 18 de Mateo que principia diciendo: "En
aquellos tiempos" para saber cuáles eran aquellos tiempos, hay que leer
algunos versículos del capítulo anterior.
En
seguida precedemos a dividir el capítulo en párrafos, después realizar un
cuidadoso examen de las secciones en que hemos dividido el capítulo.
¿Qué
lugares se mencionan?
¿Qué
personas se nombran?
¿Qué
doctrinas se formula, explicando o presentan?
¿De
qué divisiones de tiempo se habla?
(Horas
del día, meses, años, estaciones del año, etc.).
¿Qué
objetos se mencionan?
Teniendo
ya a la mano todo el material extraído del capítulo bajo análisis, nos
corresponde decir:
(Cuál
es su enseñanza central, expresar en una corta oración lo que se enseña y
buscar la manera de aplicaciones esa enseñanza a nuestra vida diaria).
EL ESTUDIO DE LA
BIBLIA POR PARRAFOS.
Un
párrafo es sólo una sección de un segmento mayor que para enriquecer nuestro
acervo bíblico, debemos dominar las partes y también el todo. La Biblia no está escrita a
pedazos, con pensamientos desorganizados, desparramados por todas partes, a
través de sus páginas. El estudio de la Biblia por párrafos es particularmente indicado
cuando se trata de preparar sermones, o clases ya que generalmente en esos casos
se pretende analizar únicamente alguna porción de un capítulo, habiéndose
decidido que párrafos deseamos estudiar, procedamos a poner en práctica algunos
de los principios de trabajo ya mencionados.
1.- LA LECTURA REPETIDA
DEL PASAJE.
Esto nos ayudará a observar los detalles que no
logramos captar en la lectura inicial. Los personajes, lugares, cosas, tiempos,
doctrinas o temas que en cada versículo se mencionan, de estas enseñanzas y
elementos surgirá la enseñanza del párrafo y el fruto de nuestro estudio.
2.- EL ANALISIS
CUIDADOSO DEL CONTEXTO.
Es preciso estudiar detenidamente los párrafos
anteriores al pasaje, y los que siguen.
Terminando lo anterior, estamos listos para
lanzarnos al estudio del párrafo elegido, enseguida se debe elaborar un resumen
general del contenido del párrafo en nuestras propias palabras.
En segundo lugar, extraeremos las ideas principales
del pasaje; el propósito de entresacar estas ideas, claves es captar lo
verdaderamente importante de entre todo lo que aquí se esta diciendo.
La tercera fase del trabajo consiste en bosquejar el
párrafo entero, es decir concretar el contenido del pasaje.
En cuarto paso, reside en hacer una lista de las
enseñanzas generales que el párrafo contiene, la idea es dejar que la Biblia hable por si misma.
Las enseñanzas deben surgir del texto bíblico con claridad, sin que nos
entreguemos a largas y complejas reflexiones.
"Negamos, por último, al momento de realizar
las aplicaciones personales".
Tómese en cuenta que hablamos de aplicaciones para Nuestra
vida por eso las denominamos personales.
Finalmente, no es necesario entenderlo todo, por que
no estamos estudiando la Biblia
solamente para aprenderla, sino para vivirla, que vivamos de acuerdo con la luz
que Dios nos da, de tal manera entonces que lo que usted llegue a entender de la Biblia, será mucho más
importante que lo que no entiende.
ESTUDIO DE LA
BIBLIA POR VERSÍCULOS.
Esta
clase de estudio es apropiada particularmente en relación con la lectura
devocional de la Biblia.
Algunos
predicadores es especializan en esta clase de estudios, pues lo consideran el
más práctico para la predicación, y en ocasiones, quién estudia la Biblia por capítulos o por
párrafos, termina por dedicar una porción de su tiempo al examen minucioso de
un solo versículo.
Como
en los métodos sugeridos anteriormente:
EL PRIMER PASO,
consistirá en la lectura repetida del versículo.
Al iniciar nuestro trabajo con la Biblia abierta, nos
interesa formalizarnos primeramente con el contexto.
EN SEGUNDO PASO, efectuamos
la observación, esta la dividimos en tres partes:
A.- De
Palabras claves cuya importancia se deriva de su significado.
B.- Estructura
gramatical, observando la función de cada término.
C.- De la
atmósfera que prevalece en el versículo.
COMO TERCER PASO: Se
debe estudiar el mismo versículo en distintas versiones, con el fin de ampliar
nuestra comprensión de las palabras en el versículo.
EL CUARTO PASO: Será
formular un bosquejo del contenido del versículo, el bosquejo nos dará un
cuadro completo de lo que el versículo tiene que decir.
EN QUINTO PASO: Se
debe elaborar una lista de enseñanzas del versículo, en los términos más claros
y sencillos que se puedan.
EL SEXTO Y ÚLTIMO
PASO Del estudio del versículo consiste en las aplicaciones personales.
A modo de ilustración veamos algunos versículos:
1.- Versículos
del Antiguo Testamento
a).- Versículos
separados
Salmo 65:4;
Cuatro estadios de la experiencia cristiana: «escogido, atraído, habitar, ser
saciado». Consideremos cada una de éstos en la forma como se ilustra en el
Nuevo Testamento.
Salmo 81:10.
Nótese aquí:
1).- El
fundamento de la fe. «Yo soy Jehová tu Dios»
2).- El
estímulo de la fe. «Que te hice... de Egipto»
3).- La
posibilidad de la fe. «Abre tu boca»
4).- La
satisfacción de la fe. «Yo la llenaré»
b).- Versículos
sucesivos
Salmo 25:6, 7: Tres «acordarse» sucesivos.
Salmo 30:
Siete «Tú has»
Salmo 36: 5, 6:
Cuatro cosas respecto a Dios; vv. 8,
9; cuatro cosas que el creyente
piensa de Dios: «abundancia», «torrente», «fuente», «luz».
Isaías 6:5, 8, 11:
Entonces dije: confesión, consagración, comunión.
c).- Versículos
contrastados
Salmo 23:2 y 3: Pastorear y guiar de Dios
Salmo 24:4 y 25:1: «llevar y levantar»
Salmo 26:1 y 11: «Integridad»
Salmo 26:5 y 8: «aborrecer», «amar»
El estudio de estos versículos de esta forma puede
proseguirse en cada parte del Antiguo Testamento, pero el espacio nos impide
dar más ejemplos. Vayamos ahora a
2.- Versículos
del Nuevo Testamento:
a).- Versículos
separados
Filipenses 4:
19: Descubrir los siete aspectos de
la gracia:
1).- escasez,
2).- la
fuente,
3).- la
certeza,
4).- la
extensión,
5).- los
medios,
6).- el
depositario,
7).- la
proporción
Mateo 25:21:
Servicio:
1).- relación,
2).- carácter,
3).- alabanza,
4).- premio
b).- Versículos
sucesivos
Colosenses 1:27, 28: Nuestro mensaje, nuestros métodos,
nuestro motivo Romanos 5:
Dos aspectos de la justificación (1 y 9),
Tres causas de jactancia (2, 3, 11),.
Dos aspectos de la salvación (9, 10),
Cuatro «reinos» (14, 17, 21), cuatro «mucho más» (9, 10,
15, 17)
c).- Versículos
contrastados:
Marcos 13:9, 13, 20: «Por causa de mí», «por causa de mi nombre», «en atención a los
escogidos»
Lucas 3:22; 4:1: «El Espíritu Santo descendiendo y
llenando»
Lucas 3:22; 4:3: «Hijo de Dios»
Hechos 13:4, 9: «Enviados», y «llenados». Nuestra
autoridad y nuestra capacidad en el servicio.
Éstos representan unos pocos ejemplos de la
inagotable cantera que tenemos a disposición para este método de estudio.
ESTUDIO DE LA
BIBLIA POR PALABRAS.
Éste
es uno de los estudios más deleitosos y provechosos, y nos capacita para ver la
variedad, proporción y equilibrio de las verdades de la Palabra de Dios. Para este
estudio se necesita una cosa: una concordancia buena. Tiene que ser buena de
veras para que pueda ser útil. Con esto queremos decir exacta y completa. Las
concordancias que se suelen incluir en las Biblias para «maestros» no son
realmente útiles porque tienen que omitir mucho. La concordancia genuina
incluye todas las referencias. Es mejor aún si se da el equivalente de la
palabra en el hebreo y el griego de origen. Así vemos en Juan 15, donde la palabra griega es traducida por «habitar»,
«morar», permanecer», «continuar». Por tanto es evidente que los estudios de
palabras correctos requieren una guía apropiada.
PRIMER PASO: Su
etimología o sea su significado y a la vez investigar su origen, aquí es
necesario tener un diccionario bíblico o un léxico griego-español,
hebreo-español, después se debe de elaborar una lista de sus sinónimos y
antónimos en las Escrituras.
SINONIMO
"PALABRA AMEN" 1.
Afección, 2. Cariño, 3. Afecto. Etc.
ANTONIMO LO
CONTRARIO 1. Odio, 2. Desprecio, 3. Aversión.
EL SEGUNDO PASO, es
investigar el uso de la palabra en el libro que estamos leyendo. Ejemplo:
Evangelio según San Juan (palabra amén).
EL TERCER PASO: Será
averiguar el uso que de la palabra se hace en toda la Biblia, esto comprende
tanto la observación de sus variaciones y derivados como la primera ocasión que
la palabra se usa en las Escrituras y finalmente. ENSEÑANZAS Y APLICACIONES.
PALABRAS Y FRASES DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
Consideremos
las palabras meditar y meditación y clasifiquemos los textos por:
1.- los
objetivos.
2.- los
tiempos.
3.- los
métodos.
4.- los
resultados de la meditación.
Veamos
en 1 Crónicas y el Salmo 71, y pongamos juntos los siete
«continuamente».
Estúdiese
el Salmo 86, en relación con los
«por» y «para» referidos al creyente y a Dios.
Recopilar
las ocasiones en que ocurre «bendito» y «bienaventurado» en los Salmos, y ver
la plenitud de estas Bienaventuranzas del Antiguo Testamento.
Véase Josué 23, con sus veintitrés ocasiones
de «el Señor tu Dios».
Estudiar
las siete cosas que en Esdras 7 se
nos dice que pertenecen a Dios.
Recopilar
las referencias a «estate quieto» y nótese la llamada a pensar, ver y oír.
LAS PALABRAS Y FRASES DEL NUEVO TESTAMENTO.
Hállese
«todo lo que hacéis o hagáis» en las Epístolas.
Considérense
las seis ocasiones en que leemos de «gozo lleno», o «cumplido» en los escritos
de Juan (Evangelio y Epístolas).
Nótese
la fuerza del «también» en Lucas 16:1,
enlazando la parábola con las del capítulo 15,
y haciendo de ella una aplicación a los discípulos.
Nótense
las tres referencias a «inefable», los cinco o seis usos de «gracias sean dadas
a Dios», en Pablo; las cuatro referencias en la primera Epístola de Juan a la
«confianza» u «osadía», refiriéndose al presente y al futuro.
Veamos
los usos de «adopción», de «regeneración», o «vida» (en el evangelio de Juan
especialmente. Los «vence» del Apocalipsis; las cosas preciosas «de las
Epístolas de Pedro; los aspectos de «creer» en el Evangelio de Juan, y palabras
como «abundancia», «riquezas», «permanecer», «conocer». Todas ellas son
indicaciones de la riqueza de la enseñanza relacionada con las palabras. Son
pequeñas muestras de un plan de estudio que deberíamos adoptar con frecuencia.
ESTUDIOS DE LA BIBLIA POR SUS METODOS
EL METODO INDUCTIVO.
La
palabra "inductivo" viene del verbo inducir, y éste del latín
inducere, que es un antónimo de deducir o concluir. La inducción, nos dice el
diccionario, es "un modo de razonar que consiste en sacar de los hechos
particulares una conclusión general". Por tanto, denominamos método
inductivo aquel mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación,
con el fin de obtener conclusiones generales sobre su contenido. El método
opuesto es el "deductivo" que partiendo de una premisa
predeterminada, procede a establecer una base bíblica en su apoyo, empleando
varios pasajes. Ambos métodos se pueden ilustrar así:
Método
inductivo.
Método
Deductivo.
El
método inductivo no se emplea únicamente para el estudio de las Escrituras; es
también muy usado en la investigación de las ciencias experimentales, y se basa
en tres principios de operación:
1.- La
Observación Descubrir lo existente.
2.- La Interpretación ………Determinar
su significado.
3.- La Aplicación Apropiar los
resultados.
Por
observación entendemos el acto de considerar con atención el estudio intenso de
algún objeto, asunto o relato; la práctica de la observación es indispensable,
porque nos permite saturarnos del contenido del pasaje. Por eso debemos
formarnos este hábito de tal manera que nunca leamos una frase o pasaje bíblico
sin observarlo cuidadosamente. Consta de cuatro partes principales:
1.- La Observación de
palabras o términos. La Biblia
contiene miles de palabras con significado oscuro o desconocido. Otras veces
las palabras se usan en sentido figurado, y no quieren decir en el pasaje lo
que significan en el uso común.
2.- La
observación de las relaciones entre las palabras se les llama estructuras. Las
estructuras se relacionan entre sí por medio de palabras que adoptan la función
de "eslabones".
3.- La
observación de formas literarias generales. El pasaje que estudiamos puede ser
prosa, poesía, drama, parábola, literatura apocalíptica, etc.
4.- La
observación de la atmósfera, puede ser de compasión, tristeza, dolor, amor,
alegría, humildad, ternura o alguna otra.
El
segundo principio de este método es la interpretación. El propósito aquí es
determinar el significado de lo que el autor escribió. En este caso la
imaginación se convierte en una valiosa herramienta que nos ayuda a
transformarnos a los tiempos bíblicos, y sentir, pensar y actuar, como lo
hicieron los escritores.
El
resumen de la interpretación, apoyado en la evaluación anterior, este paso
consiste en adaptar las enseñanzas del pasaje a nuestras circunstancias
particulares, y en apropiar lo que sea de utilidad a nuestra vida personal.
EL METODO ANALITICO.
La
palabra analítico tiene su origen en el término griego análisis que significa
"Descomposición". En el estudio de la Biblia quiere decir separar
o desmenuzar las partes de un pasaje con el fin de arribar a la médula de su
contenido. El método opuesto es el sintético, en el cual se realiza la labor
contraria, esto es, se resume y compendian las enseñanzas para poseer un cuadro
general y completo de una determinada porción bíblica.
El
análisis de que hablamos principia con una porción entera, que en este caso
invariablemente debe ser un párrafo, y nos lleva hasta la frase o pensamiento
que nos interesa en particular.
La
gran utilidad de este método reside en que el estudiante se ve forzado a
analizar el texto bíblico, y no los comentarios sobre la Biblia; tres son los pasos
principales del proceso analítico.
1.- El examen estructural
|
Reorganización
del texto
|
|
Bíblico.
|
|
|
2.- El bosquejo del contenido
|
Presentación
sistemática
|
|
de los
pensamientos del
|
|
Escritor.
|
|
|
3.- Las observaciones
|
Búsqueda de
enseñanzas
|
|
Pertinentes.
|
El
primer paso consiste entonces, en colocar en orden lógico las declaraciones del
escritor, de tal manera que a simple vista podamos tener todo el desarrollo de
su pensamiento en forma bien organizada. De Juan 5:1-5.
El
segundo paso del análisis consiste en formular un bosquejo. Este bosquejo debe
apegarse al texto lo más posible, de manera que podamos presentar en forma
sistemática del pensamiento del escritor. He aquí un bosquejo del párrafo
citado arriba: La victoria del creyente.
Estamos
listos para proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno a
siete preguntas fundamentales. Las respuestas a éstas constituirán el verdadero
fruto del estudio analítico. Las preguntas son:
¿qué?,
¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿quién?, ¿para qué?.
EL METODO SINTETICO.
A este
sistema de estudio bíblico también se le conoce como "el método del Dr.
Gray", debido a que este célebre siervo de Dios, por muchos años decano
del Instituto Bíblico Moody en Chicago, escribió un libro entero cubriendo de
Génesis a Apocalipsis, basándose en tan singular método. El estudio sintético
es la labor de compendiar o resumir lo más posible, un pasaje, para obtener un
cuadro general, pero completo.
La
piedra angular de este método es la lectura repetida de un libro de la Biblia a la vez. Durante
las repetidas lecturas de un libro, se recomienda tener en mente tres distintos
aspectos:
A.- El tema central del
autor.
B.- El
desenvolvimiento.
C.- El bosquejo del
contenido.
1.- Trabajemos
en el libro de Job aplicando los pasos anteriores, y observaremos la forma como
se puede arribar a la comprensión fundamental de su contenido. Las primeras
ocasiones que lo leamos, buscaremos su tema central. Tal vez nos parezca que
ese tema pueda ser el significado de la lucha entre el bien y el mal, y sus
resultados, bajo el gobierno de un Dios sabio y todo poderoso.
2.- El
siguiente paso consiste en leer Job nuevamente, ahora con el tema central en
mente, observando cómo el autor desenvuelve su argumento.
3.- Con el
material anterior cuidadosamente anotado, estamos listos para formular un
bosquejo. Como se ha podido ver hasta aquí, la organización del material
bíblico es siempre un proceso fundamental e imprescindible para el estudio
provechoso. El Dr. Gray bosqueja el libro Job en esta forma:
I.- El prólogo.
II.- El diálogo.
III.- Las palabras de
Eliú.
IV.- Las Palabras del
Todopoderoso.
V.- La respuesta de
Job.
VI.- El epílogo.
Para
elaborar el bosquejo resulta ser de gran ayuda tomar en cuenta la división de
capítulos, párrafos y versículos ya que el estudiante necesita encontrar las
unidades de pensamiento para irlos acomodando en forma organizada. Sugerencias
generales para facilitar el trabajo con este método.
1.- Cada
vez que se lea el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de mantener
frescos todos los detalles de su contenido.
2.- No
haga uso de libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico, y luche porque
su mente trabaje con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3.- Cada
vez que lea el libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto de la
narración puede ser el histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
4.- Al
leer, transpórtese mentalmente a la época, las circunstancias y el trasfondo
del escritor.
EL METODO CRITICO.
La
palabra crítico proviene del término griego (krino) krino, que quiere decir juzgar. así
entonces, se llama Crítica Bíblica a la ciencia que busca por medio de una
detallada y cuidadosa encuesta, establecer las palabras exactas de los
manuscritos, versiones y citas, y determinar la composición, fecha paternidad literaria,
y valor histórico, según se encuentra juzgado por la evidencia interna. Se
divide en dos clases o dramas principales: La Critica Baja, y La Critica Alta. Estas
también reciben los nombres de Histórica y Textual, respectivamente como su
nombre lo indica, la
Crítica Textual es la que se encarga de verificar la
exactitud del texto bíblico.
Hoy en
día existen alrededor de 5,338 copias completas o en parte,
copiadas a mano, mas cientos de copias de algunas de las primeras traducciones
hechas, mas la evidencia de las citas bíblicas en los escritos de los padres de
las iglesia primitiva. Sin embargo no existen dos copias que sean exactamente
iguales, y mientras más grande sea el número de copias, mayor será el número de
diferencias (o variantes) entre ellas.
Por lo
que toca a la crítica histórica, se ocupa de trabajar empleando los resultados
de la critica textual aceptando como un hecho que se posee el texto correcto,
procede a confirmar las afirmaciones que el texto hace en relación con su
paternidad literaria, a la fecha en que se escribió, la veracidad de su
mensaje, la unidad de su estructura literaria, y declaraciones similares. Para
tal efecto es preciso elegir primeramente un libro que constituya la unidad
básica de estudio. Luego realizaremos el estudio investigando las siguientes
áreas.
1.- Paternidad
Literaria ¿Quién fue el autor del libro?
2.- Destinatario ¿A
quién se escribió?
3.- Lugar ¿En dónde se
escribió?
4.- Fecha ¿Cuándo se
escribió?
5.- Propósito ¿Cuál era el objetivo
del autor?
Para
establecer la paternidad literaria de un libro de la Biblia, es necesario
depender de las evidencias que encontraremos dentro y fuera de él.
En
ocasiones es fácil determinar el destinatario, es decir, la persona o personas
a quienes se escribió el libro.
Pocos
libros de la Biblia
mencionan dónde fueron escritos.
Las
fechas en que se escribieron los libros de la Biblia si son de importancia estratégica, ya que
con frecuencia se encuentra íntimamente ligadas al problema de la paternidad
literaria.
Por
último, nos interesa descubrir el propósito que el autor haya tenido al
escribir su libro.
EL METODO TIPOLOGICO.
Este
no es para los aprendices. No recomendamos su uso cuando, apenas se comienza a
conocer el contenido de la
Biblia. Más bien, para ponerlo en prácticas se exige un
conocimiento completa de las Escrituras.
La
palabra tipológico, proviene del verbo griego tupo que significa golpear, y del término tupcoV, que
quiere decir la marca de un golpe, una impresión, forma o tipo. Por lo que toca
a las diversas clases de tipos, debemos mencionar seis: de Personas, de
instituciones, de oficios, de acontecimientos, de acciones y de cosas.
Algunas
recomendaciones fundamentales que se deben tener en cuenta para este estudio
son:
1.- Estúdiense
las reglas de la
Hermenéutica sobre la tipología.
2.- Princípiese
con los tipos más sencillos. Por ejemplo los que se hallan en Exodo 12 y 1 Corintios 5:7,8.
3.- Conserve
discreción y sentido común.
4.- Recúrrase
a todas las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la
interpretación de un tipo dado.
Para
aquella persona que desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este
método, le podemos sugerir los siguientes temas donde encontrará abundante
material de esta naturaleza: Adán como tipo de Cristo; Abraham como tipo de
Dios; el sacrificio de Isaac y el sacrificio expiatorio de Cristo; José y la
vida de Jesucristo.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA SEGUN SUS
TEMAS
El
estudio de la Biblia
encierra tres graves peligros.
El
primero consiste en el empeño de conocer su contenido, apoyados solamente en la
inteligencia, y dependiendo del esfuerzo propio.
Un
segundo peligro reside en estudiar la
Biblia por un sentimiento de deber religioso. Hay quienes la
estudian creyendo almacenar méritos, y en esa forma agradar a Dios. Otros lo
hacen movidos por la creencia de que es su deber destilar toda la información
posible contenida en sus páginas. El autor del Eclesiastés escribió: "El
mucho estudio es fatiga de la carne", (Eclesiastés 12:12), y Pablo agregó: "La letra mata...." (2 Corintios 3:6). La Biblia no se debe estudiar
como un fin en sí misma, sino como un medio para un fin. No es un libro que tan
solo se tenga que leer y aprender, sino más bien, uno que se tiene que vivir.
Los métodos de estudio bíblico pretenden enseñar al estudiante la manera de
adentrarse en la Escritura,
con el propósito de que aprenda a vivirla y no solamente a recitarla.
Y el
tercer peligro grave consiste en estudiar la Biblia olvidando que fue escrita con cierto
propósito primordial revelarnos a Jesucristo como salvador del hombre. El
apóstol Pablo declara que el evangelio de Dios es "Acercar de su
hijo" (Romanos 1:1,3), y especialmente el ministerio del
Espíritu Santo se encuentra enfocado a este mismo fin.
Cristo
declaro: "El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará
saber" (Juan 16:14).
EL TEMA BIOGRAFICO.
Este
puede resultar un estudio altamente provechoso e inspirador. Se ha calculado
que la Biblia
menciona cerca de tres mil personajes diferentes, cada uno de ellos con sus
características específicas.
Quizá
una de las razones por qué resulte tan fructífero este sistema, se ha debido a
la verdad variedad de los personajes bíblicos. Se habla tanto de hombres como
de mujeres y niños; los hay valientes y cobardes, perversos y santos; algunos
alcanzaron gran renombre, otros permanecieron en la oscuridad; de algunos se
narran extensas e interesantes biografías, mientras que otros prácticamente se
pierden en el anonimato. Pero lo de ellos se narra, constituye una rica fuente
de conocimientos en relación con el plan de Dios para la humanidad.
1.- El
nombre, lo primero que nos interesa es el nombre.
2.- Los
rasgos físicos, no hay que abrigar esperanzas de encontrar mucha información a
este respecto.
3.- Antepasados
y descendientes, en esta sección la búsqueda tiene que ver con las
características de los antepasados y los descendientes del personaje.
4.- Su
niñez y juventud, aquí se estudia ya directamente la vida del individuo,
buscando acontecimientos o influencias que en una forma u otra moldearon su
carácter e influyeron decisivamente en la trayectoria posterior de su vida.
5.- Su
ocupación Estudiemos ahora su trabajo. Encontraremos que éste encierra buen
número de facetas diferentes; por ejemplo. Los lugares donde trabajo.
6.- Carácter.
Lo que más importa de un hombre no es lo que hace, sino lo que es; por tanto,
su carácter es un aspecto clave del estudio.
7.- Su
vida espiritual. En gran parte elegimos a un personaje para estudio por las
lecciones que su vida espiritual nos pueda ofrecer.
8.- Influencia
en su vida. Aquí dedicaremos tiempo a la consideración de todas aquellas
influencias ejercidas sobre la vida de nuestro personaje por individuos,
circunstancias y fuerzas que modelaron su vida y al final jugaron un papel
definitivo en sus decisiones.
9.- Su
influencia sobre los demás. Los hombres no son sólo receptores pasivos de los
efectos de circunstancias, fuerzas o personas, sino que voluntaria o
involuntariamente también una influencia definida sobre quienes los rodean.
10.- El
pecado en su vida. Parte de la experiencia espiritual del individuo es, claro
está, sus luchas con el pecado.
11.- Conclusiones.
Al estudiar los puntos anteriores, habremos acumulado considerablemente
información sobre el personaje bajo estudio.
EL TEMA HISTORICO.
La Biblia se ha
constituido en un infalible libro de historia para esos estudiosos. No fue
escrita con ese fin, pero sus narraciones se han verificado a través de los
siglos, encontrándoseles siempre veraces.
Para
el progreso en la aplicación de este método, se recomienda un procedimiento
similar al sugerido para el sintético; esto es, principiar con lo general, y
avanzar paulatinamente hacia lo detallado y minucioso, en este caso, la primera
área de estudio será la Biblia
entera. Con esto queremos decir que debemos primero ubicarnos históricamente en
relación con todo el período bíblico, antes de concentrar nuestra atención en
el pasaje que específicamente nos interesa.
Una
vez que contemos con el cuadro histórico general, podremos realizar un estudio
más detallado. Este se puede efectuar de tres maneras principales.
Primera, dedicándonos
al estudio de un periodo especifico de la historia bíblica. Por ejemplo, el
tiempo de los jueces aquí es posible adentrarse en los detalles y
circunstancias de este lapso de la historia de Israel. El reino de Salomón
sería otra época rica en enseñanzas.
La segunda forma
es estudiar la perspectiva histórica de un solo libro. La comprensión exacta de
algunos de ellos, en gran parte depende de los antecedentes que poseamos sobre
los eventos que allí se narran.
Por último se
puede someter un solo capítulo al análisis histórico. Cuántos emocionantes
descubrimientos nos esperan al estudiar en esta forma, por ejemplo, el capítulo
6 de la profecía de Isaías. Llegaremos
a comprender por qué el profeta principia el capítulo aclarando: "En el
año que murió el rey Uzías..."
EL TEMA PROFETICO.
Para
muchos cristianos, hablar de profecía significa perder tiempo. Es importante y
aun urgente, que nos entreguemos a un estudio serio de la profecía bíblica.
Además, no menos que una tercera parte de la Biblia está dedicada a asuntos proféticos, de tal
manera que si en verdad nos interesa llegar a conocer la Palabra de Dios,
irremisiblemente nos veremos obligados a dedicar una buena parte de nuestro
tiempo a ellos.
Profecía
es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones
incluye el anuncio de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa
voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para
saciar su curiosidad. Es la proclamación de la voluntad de Dios para los
hombres, y en ocasiones incluye el anciano de algún evento futuro como parte
del cumplimiento de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios
dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de su voluntad
soberana y amorosa para toda la creación, y su llamamiento a un pacto de
fidelidad con el pueblo que es llamado por su nombre, y el cual está listo para
seguirlo son el conocimiento previo de hacia donde le lleva. La esperanza que
se ve, no es esperanza. Romanos 8:24.
Hoy día, la iglesia necesita la profecía más que nunca, no para condenar a los
paganos, ni para satisfacer una curiosidad necia, sino para despertar un
sentimiento de insatisfacción con nuestra propia situación, y para encender los
corazones tibios con una esperanza vital en el glorioso mundo futuro de Dios,
el cual será dado a conocer en la aparición de nuestro Señor Cristo Jesús.
Estudiar
la Biblia
siguiendo este método significa la lectura repetida del libro o porción
deseada. Aún cuando en la primera lectura parezca un confuso laberinto de
ideas, personajes, lugares, etc., no debemos desmayar, sino seguir leyendo
hasta lograr organizar su contenido.
1.- Es de
gran importancia ubicarnos en el medio ambiente del profeta.
2.- Se
busca también los temas principales del pasaje.
3.- La
descripción de la personalidad y las características del mensajero también
interesan.
4.- Durante
lecturas subsecuentes anotaremos lo más posible, la cronología del pasaje
profético.
5.- Ahora
enfocaremos la atención sobre los individuos a quienes se dirigió el mensaje de
Dios por boca del profeta.
6.- Se
debe buscar también los propósitos que Dios haya tenido para enviar a su
mensajero.
7.- Enseguida
se debe trabajar exclusivamente en los mensajes proféticos.
8.- El
siguiente paso será comparar cada mensaje con pasajes similares o paralelos en
otras partes de las Escrituras.
9.- Por
fin arribamos a la delicada tarea de clasificar el contenido de los distintos
segmentos de la porción bajo estudio.
A.- Los
pasajes proféticos y los didácticos.
B.- Los
mensajes que ya se hayan cumplido, o los que aún están por cumplirse.
10.- Una
vez formado un criterio sobre el mensaje de la profecía, resta solamente
elaborar las conclusiones y aplicaciones personales.
EL TEMA TEOLOGICO.
La
teología no es más que el estudio de las enseñanzas contenidas en la Biblia. Frecuentemente
se le denomina también como la ciencia que estudia a Dios.
Se
denomina ciencia a la teología porque consiste en hechos o verdades
relacionadas con Dios y las cosas divinas, presentadas en forma lógica y
ordenada. El vocablo religión se deriva de una palabra latina que significa
ligar; en otras palabras, la religión representa aquellas actividades que ligan
al hombre a Dios en cierta relación. La religión es una práctica, mientras que
la teología es conocimiento. La religión y la teología deben marchar unidas de
la mano en la experiencia bien equilibrada; empero en la práctica son separadas
a veces, de manera que no puede ser teólogo sin ser verdaderamente religioso, y
por otra parte, uno puede ser verdaderamente religioso sin poseer un
conocimiento sistemático de las verdades doctrinales.
El
material con el cual trabaja la teología es la Escritura. Es la Biblia la cantera de donde
se desprenden las verdades gloriosas utilizadas en la construcción del edificio
de la doctrina cristiana.
Si
como hemos dicho antes, la
Biblia es la base de la doctrina del cristianismo, es
imprescindible que el cristiano, además de otros métodos practique el
teológico, buscando cimentar debidamente su fe, y a fin de presentarle un
fundamento sólido a sus creencias. Especialmente el pastor, el predicador, el
maestro o el misionero, deben familiarizarse con esta forma de estudio, pues de
ello dependerá en mucho la solidez de su predicación y enseñanza. Para estudiar
la Biblia de
acuerdo con este sistema, se ponen en práctica cuatro pasos definidos. Cada uno
de ellos, a la vez que es progresivo, pretende llevar al estudiante a la médula
doctrinal de la porción elegida.
1.- El
descubrimiento. No es raro que leamos muchas veces algún pasaje bíblico sin
percatarnos de que contiene profundas enseñanzas doctrinales.
2.- La
comparación. La lista de enseñanzas doctrinales que hayamos compilado en el
proceso anterior, servirá para iniciar la labor de confrontación entre las
diferentes declaraciones del texto.
3.- La
organización. Reunidas ya todas las enseñanzas doctrinales de un segmento
bíblico, el siguiente paso consistirá en su organización.
4.- La
interpretación. El último paso en el método teológico, consistirá en encontrar
el significado de las palabras del escrito.
La
manera de obtener el significado de las palabras en el pasaje, es por medio del
contexto.
EL TEMA DEVOCIONAL.
Se
conoce este método con el nombre de "devocional", porque acentúa el
estudio con el fin de producir la edificación de la vida espiritual del
cristiano, llevándole a una experiencia más real de su conocimiento de Dios y
de su entrega personal a él.
Este
tipo de estudio lo podemos practicar cuando menos de cuatro diferentes maneras:
1.- Progresivo.
Para un gran número de cristianos, estudiar la Biblia significa únicamente
leerla progresivamente de Génesis a
Apocalipsis.
2.- Práctico.
Una segunda forma de realizar el estudio devocional, consiste en analizar
pasajes que sean adecuados a nuestro interés o a nuestra necesidad espiritual.
3.- Pastoral.
La vida cristiana no es una emoción momentánea; es un proceso que dura toda la
vida.
4.- Personal.
Las Escrituras serán a nuestro corazón dulces como la miel, sólo en la medida
en que logremos localizar entre sus páginas a Jesucristo, el Hijo muy amado del
Padre, en el cual él tiene su contentamiento.
Una
vez elegida la porción que deseamos estudiar, la cual puede ser un libro, un
capítulo, un párrafo o un versículo, procedemos a establecer primero la
similitud entre las circunstancias en que vivían los personajes del pasaje, y
las de los tiempos de Cristo.
EL OBJETIVO SUPREMO DEL ESTUDIO DE LA BIBLIA
El que
hayamos considerado varios métodos de estudio de la Palabra de Dios nos lleva
de modo natural a su último objetivo y propósito en todos los usos de la Biblia. Porque hay
un objetivo último y supremo en todas nuestras asociaciones con las Escrituras,
y no puede ser pasado por alto, y menos puesto a un lado. Esta culminación de
nuestro estudio es el uso devocional de la Biblia, es el estudio de ella como revelación de
Dios al alma del hombre. En este tema del estudio devocional de la Santa Escritura
hemos de notar varios puntos.
SU IMPORTANCIA ESPECIAL.
La
primera fase de todo estudio en relación con la Biblia es el conocimiento
como criticismo textual; el descubrimiento del verdadero texto, y la seguridad
de que hemos obtenido este sentido, tan cerca como sea posible, de las palabras
de los escritores sagrados. Pero este estadio de estudio evidentemente es sólo introductoria.
Es esencial como fundamento, pero es sólo el fundamento.
El
próximo estadio es el que se conoce como crítica literaria, el estudio de la Biblia como literatura, la
consideración de su composición, autores, fechas, estilo y contenido. Esto es
también importante y esencial, porque sin él nos perderíamos muchas de las
hermosuras y gloria de la
Biblia. Con todo hay algo mejor a lo cual hemos de
dirigirnos. La Biblia
es literatura, pero, es más que esto, y si nos quedamos contentos en esta fase
hemos fallado en un punto vital.
El
tercer estadio del estudio bíblico se refiere a la exégesis bíblica esto es la
verdadera interpretación del contenido de la Biblia, el significado exacto de los pasajes,
secciones y versículos. Esto implica un conocimiento del lenguaje y la
gramática, las costumbres y tradiciones, las formas retóricas y literarias de
expresión. Esto es evidentemente de la mayor importancia e imperativo para todo
estudio verdadero Con todo, no es suficiente, y es posible que nos ocupemos en
detalles de interpretación, y nos perdamos el poder espiritual esencial.
El
estadio cuarto de nuestra obra con la
Biblia se ocupa de la teología bíblica, la consideración de
la religión revelada en las Escrituras, sus doctrinas morales, y sus deberes.
Éste es el punto más elevado de la enseñanza cristiana, y es del máximo valor
que podamos ver lo que es la enseñanza teológica en cada fase de la revelación
que Dios nos da de sí mismo desde los primeros días hasta el tiempo de nuestro
Señor Jesucristo. No obstante, ni aún aquí hemos llegado a nuestra finalidad;
porque es posible que nos ocupemos del contenido intelectual de la Biblia, que lo tengamos
todo bien ordenado y captado en nuestra mente, y a pesar de todo, carecer de la
sustancia y el poder de la
Palabra de Dios. El mensaje es ¡excélsior! ¡Más arriba
todavía!
Por
encima de estas fases, hemos de seguir adelante, para llegar a la cumbre, que
es el uso de la Biblia
como una Palabra de Dios personal para nuestras almas: «¿Qué dice mi Señor a su
siervo?» «¿Qué quieres que haga?» Las Escrituras tienen por objeto llevar al
alma directamente a Dios, introducirla a su presencia, y transmitir su
revelación de verdad y de gracia. Y si fallamos en conseguir esto, si fallamos
en el punto crítico, todo nuestro otro conocimiento, por grande y valioso que
sea, no servirá para nada o para muy poco. El estudio de la Biblia por encima de todo
significa llevar al alma al contacto directo con Dios y conservarla allí. El
privilegio más alto y la posibilidad más santa de la religión cristiana es la
comunión con Dios en Cristo, y esto es absolutamente imposible aparte de la
devoción y trato constante con la
Palabra de Dios.
SUS REQUERIMIENTOS ESPIRITUALES.
Toda
persona inteligente puede hacerse un experto en las cuatro primeras fases del
estudio bíblico a que nos hemos referido antes. La quinta fase requiere
cualidades y condiciones distintas de la mera capacidad y logros intelectuales.
El
alma ha de haber sido aceptada por Dios en Cristo. La comunión con Dios sólo es
posible para el alma salvada, el que ha sido perdonado y aceptado y aceptado en
Cristo. El pecado tiene que haber sido tratado antes de que pueda haber
comunión, y en consecuencia, no hay estudio devocional genuino de la Escritura aparte de la
posición de un creyente en Cristo y la seguridad personal de la salvación. El
«hombre natural» no recibe las cosas del Espíritu de Dios, o, para usar las
palabras de Pablo, «no puede comprenderlas»; no tiene la facultad que le
permita hacerlo. Tiene que ser cambiado a «espiritual» para que estas cosas
puedan ser «discernidas espiritualmente». Es por falta de comprensión de este
hecho patente y potente que hay tanto error por todas partes hoy. Los hombres
estudian la Biblia
sin darse cuenta de las demandas espirituales que hacen, además de las
calificaciones intelectuales.
Además,
el alma que ha aceptado así a Cristo tienen que mantenerse en el orden debido
con Dios, si el estudio de la
Biblia ha de dar el fruto máximo. La vida del creyente ha de
ser verdadera y auténtica para Dios. La conciencia tiene que ser mantenida pura
y sensible; la mente ha de aceptar la enseñanza, desconfiar de sí misma y
desear aprender de Dios; tiene que mantenerse sumisa y obediente, y estar
dispuesta a hacer lo que Dios manda. Los secretos del Señor son sólo revelados
a «aquellos que le temen», porque «miraré a aquel que es pobre y humilde de
espíritu y tiembla a mi palabra» (Isaías
66:2). Muchos creyentes encuentran la Palabra de Dios oscura porque no están en forma
espiritualmente. No hay visión delante de ellos porque no están bien con Dios.
El estudio devocional de la
Biblia es la causa y el efecto a la vez de la reacción a la
vida espiritual. Es causa de una vitalidad incrementada en lo espiritual,
poder, comprensión y bendición, en tanto que a su vez esta realidad espiritual
de vida, le lleva a una revelación más espiritual de Dios en su Palabra. La
oración y la obediencia son órganos de conocimiento, y a cuanta más oración y
obediencia, más conocimiento. «Si alguno quiere hacer mi voluntad, conocerá...»
Para tener poder espiritual en la vida, hemos de alimentarnos de la comida
espiritual de la Palabra
de Dios.
SUS SIMPLES METODOS.
Para
el uso devocional y espiritual de la
Palabra de Dios hay tres reglas, pero estas tres, aunque
simples, comprenden mucho.
Hemos
de buscar, escudriñar (Juan 5:39).
Los pensamientos de Dios no se revelan a los lectores descuidados y poco
atentos, sino sólo a los que escudriñan. Las glorias de las Escrituras no son
descubiertas sino por medio de una búsqueda diligente. La Biblia es una mina, y sus
joyas no se recogen al lado del camino. Da oportunidad para pensar y requiere
ejercicio. Estas palabras, frases y cláusulas están llenas de significado y
poder. Como las parábolas de nuestro Señor, la Biblia revela y esconde a
la vez un mensaje Es necesario pensar con tesón, si hemos de obtener de la Palabra las bendiciones
que contiene. Hemos de considerar sus afirmaciones, insistir en su significado,
captar su mensaje, entretenernos con placer y fervor en sus revelaciones de
Dios en Cristo. No hay nada en ella sin algún propósito, y lo que hay, el Señor
lo revela siempre a sus siervos que buscan con diligencia.
Hemos
de meditar (Josué 1:8; Salmo 1:2). La meditación viene de la
palabra griega que significa «atender», y esto es esencialmente la idea de la
meditación de la Biblia. Es
estudiar con atención. Más que esto es leer con intención. Es interesarnos en
cada punto con aplicación personal. Y tiene que ser nuestro propio pensar,
nuestro propio meditar, nuestra propia aplicación. Miremos bien este texto, tan
claro: «Mi meditación en Él» (Salmo
104:34). «Mi meditación, no la de otro Lo primario y esencial es que sea
meditación de primera mano sobre la
Palabra de Dios. Este es el secreto de la vida cristiana.
El
doctor Andrew Murray nos ha recordado en uno de sus libros que la leche es un
alimento que ha sido predigerido. Y así hemos de decir de todos los libritos de
devoción, ayudas a la santidad, manuales de pensamiento y enseñanza, por
valiosos que sean, representan alimento que ya ha sido predigerido antes de
llegar a nosotros. ¿Quisiera decir esto que no sirve para mucho? En modo
alguno. Consideramos que es importante, pero sólo en su lugar y con el
propósito apropiado. Si se ponen delante de la Biblia o la excluyen, en su
sentido de algo básico, día tras día, entonces son peligrosos y desastrosos,
son muletas que nos impiden un ejercicio vigoroso y llevan a la senilidad
espiritual. Si se ponen después, son deliciosos y valiosos, inspiraciones para
aumentar las ideas y caminos para mayores y más profundas bendiciones. Cuando
hemos hechos nuestra propia meditación de la Palabra, podemos gozar de lo que la Biblia nos enseña por medio
de otros de sus hijos, especialmente aquellos a quienes Dios ha dado dones
especiales de enseñanza. Así que primero y ante todo, «MI meditación de ÉL».
La
meditación ha de ser real. ha de ser «la meditación de mi corazón» (Salmo 49:3), y «el corazón» en la Escritura significa el
centro del ser moral, que incluye el intelecto, las emociones y la voluntad.
Implica que vamos a la Palabra
para ser escudriñados a fondo, guiados de modo definitivo, y corroborados de
modo efectivo. La hora de meditación no es un rato para sueños, vagas
imaginaciones, fantasías, sino para una bendición viva, real, tanto si es en la
forma de guía, aviso, consuelo o amonestación.
La
meditación ha de ser práctica. ¿Cuáles son sus fases o elementos? Primero, una
lectura cuidadosa de un pasaje o tema particular, pensando en su sentido
original y real. Luego una aplicación resuelta del mismo a las necesidades de
mi vida, conciencia, corazón, mente, imaginación, voluntad; hallando lo que me
dice a mí. Luego un sincero entrar en oración en petición de misericordia y
gracia, para que sus enseñanzas puedan pasar a ser parte de mi vida. Luego, una
sincera transfusión de todo ello en una resolución de que mi vida lo
reproduzca. Finalmente, una entrega total y confiada en Dios, para recibir el
poder de practicarlo, de modo evidente y constante todo el día. Hay que notar
que la palabra meditar procede en el original hebreo de otras dos palabras que
significan: una, pensar y la otra hablar (de modo audible) Salmo 5:1). Estos dos elementos tienen que ir siempre mezclados en la Palabra, su significado y
su aplicación y mensaje, y luego hablar a Dios sobre ello, en confesión de
fracasos pasados, en oración pidiendo bendiciones futuras, en comunión de goces
y necesidades presentes. De este modo la meditación pasará a ser práctica,
vital, bendita, para que podamos hallar en ella nuestro gozo principal, y el
poder diario para el servicio que nos es indispensable.
Hemos
de comparar (1 Corintios 2:13). La Palabra de Dios es como un
calidoscopio con muchas combinaciones. Además de nuestra búsqueda y meditación
de un pasaje particular, hemos de comparar pasajes, a fin de llegar al plano
significativo de la Palabra
que nos ha sido dada en «muchas partes y de muchas maneras» (Hebreos 1:1). Los varios aspectos de la
verdad se ven así en su totalidad y en proporción, y nuestra vida espiritual
pasa a ser plenamente informada y completamente equipada. Hay tantos tópicos o
temas esparcidos por la
Palabra de Dios, que sólo cuando los comparamos podemos
apreciar la plenitud y gloria de la revelación de Dios.
Como
ilustración de esto podemos tomar dos o tres ejemplos. Sólo por medio de este
método de comparación podemos llegar a la plena verdad de la doctrina de la
justificación en su aspecto séxtuple. Dios el Autor (Romanos 3:26); la gracia como la fuente (Romanos 3:24); la sangre como la base (Romanos 5:9); la resurrección como el reconocimiento (Romanos 4:25), la fe como el cauce (Romanos 5:1); y las obras como el fruto
(Santiago 2:24).
Además,
la voluntad de Dios es el centro de toda vida, pero es sólo cuando empezamos
con Mateo y vamos por todo el Nuevo Testamento, recogiendo todos los pasajes
sobre la voluntad de Dios, que podemos comprender la maravillosa plenitud y la
gloria de sus derechos sobre nosotros. Una vez más, cuando vamos al Antiguo
Testamento es esencial establecer comparaciones de los varios títulos de Dios
si queremos descubrir el significado completo de su relación con nosotros.
Se
podrían dar muchos más ejemplos de la necesidad de esta comparación; realmente,
apenas hay una verdad en la
Palabra de Dios que pueda ser entendida sólo con un pasaje.
Hemos de comparar. Sólo hay que añadir que por medio de este método es posible
hallar mucha ayuda y espiritualización «sana», como por ejemplo, al comparar
las montañas de la Biblia
con sus asociaciones espirituales, o los valles, o las «ventanas». O se podría
tomar una frase como «todas las cosas» de la Escritura y ver como
«todas las cosas son de Dios»; «todas las cosas son vuestras»; «todas las cosas
son para vosotros»; «todas las cosas cooperan para bien». Las posibilidades de
este método son prácticamente ilimitadas.
Para
usar de este método necesitamos una buena concordancia bíblica. Hay que usar
mucha discriminación. Las referencias en muchas de las ediciones modernas son a
veces valiosas.
Todo
lo que se ha dicho se puede resumir en las palabras de Job: «He estimado las
palabras de su boca más que mi comida» (23:12);
y de Jeremías: «Fueron halladas tus palabras y yo las comí» (15:16); y del salmista: «Cuán dulces
son tus palabras a mi paladar» (119:1-03).
La Biblia
tiene que ser. nuestro alimento diario si hemos de ser fuertes y vigorosos. No
es la cantidad, sino la cualidad lo que determina el valor nutritivo del
alimento. Lo que hemos de subrayar es la capacidad de recibir, el poder de
asimilar la preparación para reproducir. Como ha dicho alguien muy bien, el
proceso es triple: infusión, su fusión, transfusión.
La Palabra así
pasa a ser el todo en cuanto a suficiencia y poder en nuestra vida: el espejo
que revela (Santiago 1); el agua que
limpia (Efesios 5); la leche que
nutre (1 Pedro 2); la carne que
vigoriza (Hebreos 5); la miel que
deleita (Salmo 119); el fuego que
calienta (Jeremías 23), el martillo
que rompe y une (Jeremías 23), la
espada que pelea (Efesios 6); la
semilla que crece (Mateo 13); la
lámpara que guía (Salmo 119); el
estatuto que legisla (Salmo 119); y
el oro que se atesora para el tiempo y para la eternidad (Salmo 19).
LAS DOS BIBLIAS DEL ESTUDIOSO
Para
todo estudio bíblico son esenciales dos Biblias, y sin ellas vamos a perder
mucha bendición.
LA
BIBLIA PARA CONOCIMIENTO.
Con
esta expresión quiero decir el estudio de la Biblia en general, y los procesos y métodos del
conocimiento e información bíblicos. Hemos de tener una Biblia especialmente
dedicada al estudio intelectual, si no exclusivamente.
El
conocimiento lo hemos de conseguir primero por medio de estudio personal. Hay
dos métodos de estudio bíblico que se deben seguir, si es posible, uno junto al
otro Uno es el progreso constante a lo largo de toda la Biblia desde el Génesis al Apocalipsis, tomando la Palabra de Dios tal como
la hemos recibido. Para este propósito es muy útil pertenecer a alguna
organización que siga este método.
Junto
con esta lectura regular general de toda la Biblia, debería haber, si fuera posible un
estudio especial de algún libro o período, de modo particular del Nuevo
Testamento. Podemos dedicar tres o seis meses a un libro y hacer todo lo
posible para dominarlo. En todo caso debería haber algún sistema y método, y
perseverar en él.
En
este estudio de la Biblia
es esencial que seamos específicos en nuestro trabajo, y esto no es meramente
leer, sino pensar. Por ejemplo, cuando tenemos el capítulo o sección delante
haremos bien preguntándonos: ¿Qué propósito tengo en este estudio? ¿Qué es lo
que voy a hacer? Entonces podemos seguir haciéndonos alguna de estas preguntas:
1.- ¿Entiendo
el significado de las palabras y frases de este pasaje? (Nunca se ha de vacilar
en confesar que se necesita un diccionario.) En Éxodo 2, por ejemplo «arquilla».
2.- ¿ Qué
personas y lugares son mencionados ? Ocurre esto en algún otro punto en la Escritura. (Esto
significa historia y geografía.)
3.- ¿Hay
alusiones a las costumbres orientales que deben ser aclaradas? (La Biblia es un libro oriental
y muchos pasajes sólo se pueden entender a la luz de la vida oriental.)
4.- ¿Qué
referencias marginales a otros pasajes requieren atención? (La Escritura se interpreta
maravillosamente a sí misma.)
5.- ¿Hay
alguna enseñanza especial sobre Dios, Cristo, el Espíritu, el pecado, la
gracia, la santidad la eternidad? (Ver el capítulo sobre estudio doctrinal.)
6.- Cuando
leemos el Nuevo Testamento, consideremos si hay algo que se refiere al Antiguo
Testamento. O si en el Antiguo Testamento se nos recuerda de algo del Nuevo
Testamento.
7.- ¿Hay
algo típico o profético en el punto que consideramos?
Sacamos
conocimiento también de clases bíblicas y de libros escritos sobre la Biblia. El contacto con
otros no puede por menos que aumentar nuestro conocimiento. Pero aquí estamos
interesados sobre todo con nuestro estudio personal, y con nuestro propio
estudio de la Biblia
como distinto de los libros escritos sobre la Biblia. Se pueden
sugerir muchas otras formas de ayuda, pero hemos tenido interés especial en
insistir en que el estudioso vaya directamente a la Palabra primero, y se
ocupe de ella de modo primario y principal. Hemos de captar a conciencia su
contenido, descubrir su significado y recibir su mensaje en cuanto sea posible
a través del contacto inmediato con sus páginas.
Hemos
de recoger conocimiento. ¿Cómo podemos almacenar mejor los resultados de
nuestros estudios? Primero, por medio de una Biblia con amplios márgenes o con
páginas no impresas intermedias. Aquí se pueden ir anotando los resultados de
nuestros estudios. En relación con esto se puede mencionar el marcar la Biblia. Hay que ir con
cuidado en hacer algo más que subrayar, porque al escribir entre líneas puede
hacerse todo ilegible.
De vez
en cuando habrá alguna nota o extracto que no se puede poner en el margen de la Biblia. Para esto
necesitamos un cuaderno aparte, que podemos arreglar y poner bajo índice, en la
forma que nos sea conveniente. Es conveniente hacer el índice por temas y por
textos, y poner el número de la página del cuaderno al margen de la Biblia. La referencia
de esta forma es fácil. Estas son algunas de las formas de recoger y ordenar
los resultados de nuestro estudio.
LA
BIBLIA PARA PODER Y VIDA.
Con
esto queremos decir el uso de la
Biblia para obtener poder y vida espiritual. Y aquí queremos
subrayar con mucho énfasis la necesidad de tener una Biblia separada para
propósitos devocionales sólo, completamente aparte de la Biblia de estudio general.
Además, es imperativo que esta Biblia devocional esté por completo libre de
marcas. Hemos de tener el mensaje de Dios nuevo y fresco cada día, y si abrimos
nuestra Biblia marcada podemos estar seguros que nuestras ideas seguirán cauces
y rodadas antiguas de mensajes anteriores sugeridos por nuestras marcas y
notas. Sólo una mente muy fuerte e independiente puede evitar esta tendencia, y
de ahí que sea mejor tener una Biblia con las páginas limpias para que la mente
no se vea trabada al buscar su nuevo mensaje. Luego, cuando el nuevo mensaje llega
podemos anotar los resultados en nuestra otra Biblia para notas. Esto
insistimos, es muy importante. Su fruto será abundante. Que la Biblia usada para esto sea
de calidad, porque ha de durar toda una vida y pasará a ser «nuestro pequeño
santuario».
En este
estudio devocional tengamos cuidado en leer la Biblia con la mirada atenta
a nuestro trabajo. Hay la tentación inevitable por parte del obrero a leer con
la vista puesta en hallar material para sermones y clases. Hemos de leer la Biblia para nosotros ante
todo, para nadie más.
Y este
estudio devocional debería pasar a ser el mismo hábito de nuestra vida. Nuestro
contacto directo y personal con la
Palabra de Dios será una prueba exigente de nuestro
discipulado y carácter. La
Biblia es un espejo, en el cual nos vemos a nosotros mismos
como somos y a Dios como Él nos ve a nosotros, y es evidente que si nunca
usamos el espejo, o lo hacemos sólo de vez en cuando, no vamos a conocer cuál
es nuestro estado real delante de Dios. El Cristianismo es en gran parte un
asunto de la condición del alma; y se hace énfasis en el carácter, y el
carácter es poder. Ahora bien, el carácter requiere soledad para el
crecimiento; la soledad «es la patria de los fuertes»; pero la soledad sin la Biblia tiende a lo mórbido,
mientras que con la Biblia
es una garantía de vitalidad y de vigor. Procuremos, en medio de las prisas y
preocupaciones de la vida, «apartar tiempo para ser santos» por medio de la
meditación sobre Dios en su Palabra. Ni aun la obra cristiana tiene que
quitarnos este poder del verdadero servicio y bendición. La superficialidad de
muchas vidas nos advierte que «procuremos leer», «para meditar sobre estas
cosas», para que «nuestro beneficio sea evidente a todos», y al mismo tiempo
glorifique a Dios.
Las
sugerencias siguientes se ofrecen con miras al estudio devocional:
1.- Empieza
estos ratos con oración para obtener luz del Espíritu Santo (Salmo 119:18).
2.- Pide
ser guiado a algún pensamiento definido para ti mismo.
3.- Considera
con calma y en oración el pensamiento que te sea concedido. ¿Es un consejo? ¿Un
precepto? ¿Un aviso? ¿Una promesa? ¿Una experiencia? ¿Una orden?
4.- Cuando
su significado es claro, hay que usarlo como base de una oración pidiendo
gracia para ponerlo a la práctica en la vida.
5.- Cede
toda tu alma en una entrega plena a su verdad y poder.
6.- Enlázalo
con las verdades que ya conoces, y con ello refuerza la cadena de la
experiencia.
7.- Confía
en Dios para reproducirlo en tu vida cotidiana.
Probablemente
si es necesario llamar más la atención sobre la relación necesaria e íntima que
hay entre la oración y el estudio de la Biblia, sea un estudio de carácter crítico o
puramente devocional. El conocimiento de la Biblia es a la vez causa y efecto de la oración.
Necesitamos la oración para la iluminación intelectual y espiritual antes del
estudio de la Palabra
de Dios, y mientras lo hacemos, en tanto que el resultado de nuestro estudio, a
su vez, va a guiarnos a más oración y a aumentar nuestra confianza y espera en
Dios en la comunión. De esta manera los dos actos se influyen mutuamente,
porque la oración en su definición más simple es precisamente hablar a Dios, y la Biblia es lo que Dios nos
dice a nosotros. Éstos dos, combinados, constituyen una verdadera comunión, la
íntima amistad que es la corona y culmina de la revelación de Dios en Cristo en
relación con la vida humana (1 Juan 1:3).
Hemos
llegado al fin de estos capítulos sobre el estudio de la Biblia. Como es
natural, sólo hemos tocado este vasto tema, pero quizá se ha sugerido bastante
para mostrar los maravillosos tesoros que poseemos en la Palabra de Dios, y lo
grande que es la necesidad y valor de su estudio concienzudo, sincero y
sostenido. Se puede obtener más ayuda en otros libros que tratan de este tema.
Si se usan debidamente y no se le permite hacer por nosotros lo que nosotros
hemos de hacer por nuestra cuenta, cumplirán su misión al enviarnos a la Biblia misma y obligarnos a
pensar y captar su contenido y aplicar sus verdades a nuestra vida diaria. El
objetivo del estudio de la Biblia
es adquirir información y recibir inspiración y no se puede hacer demasiado
énfasis en el hecho que nunca lo conseguiremos a menos que nosotros nos
entreguemos a la Biblia
antes y sobre todo, y no a libros sobre la Biblia. Para la
plenitud de la experiencia, la realización del carácter, la claridad del
testimonio, y la efectividad del servicio, no hay nada comparable con el
estudio y meditación diaria de la Biblia. Entonces «seremos prosperados en nuestro
camino, y tendremos éxito. Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que
el hombre de Dios sea enteramente apto, bien pertrechado para toda buena obra»
(2 Timoteo 3:16-17).
***
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