El Reino como iniciativa de Dios

“Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios" Mateo 12:28

El objetivo específico de este artículo es destacar que la llegada del reinado de Dios se constituye por iniciativa de la gracia divina.

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Al leer los eventos que registran las sagradas escrituras, pasando por la vida de los personajes bíblicos, empezamos a familiarizarnos con una verdad de fondo: La historia humana avanza dentro de un escenario Mayor, que es lo que conocemos como “Historia de la Salvación ".

Así  entonces, la vida de  Adán, o la de Noé, o la de Abraham, o la de Moisés, no son vidas aisladas que se hayan insertado al azar, como si la Biblia fuera solo una compilación de historias y personajes diversos. Al contrario, en la Escritura existe un “hilo visible" que va guiando los sucesos y la historia hacia un fin determinado.

Y tal intención que recorre y conforma la historia bíblica se conoce como REVELACIÓN. La revelación es esa intensión de Dios para darse a conocer al hombre y mostrarle sus propósitos. Sin la intención de Dios para comunicarse, intervenir y dirigir la vida del ser humano, el cristianismo no podía sostenerse. Y la Biblia no podría leerse sin aceptar la realidad que existe un Dios que establece una relación definida con el hombre. Pues ya la misma Biblia es la prueba irrefutable de que Dios interviene en el acontecer humano.

¿Porque Dios se comunica con el hombre? Porque el fin último de la revelación es la salvación del ser humano y, consecuentemente, el establecimiento de su señorío manifestado en su Reino.

Concluimos en que la formación completa de la Biblia tomó más de un milenio y requirió de muchas personas, en distintos lugares y épocas, dirigidas por el espíritu Santo, contribuyeran a su realización. El tener una Biblia en nuestras manos es la más clara muestra de la iniciativa de Dios para salvar al ser humano y establecer su Reino. Y tal iniciativa descansa sólo en la perfecta e infinita Gracia de Dios todo poderoso.