Alcanzando al Católico con el Evangelio - Recursos Cristianos

Leen:

miércoles, 13 de abril de 2016

Alcanzando al Católico con el Evangelio





Richard Bennett

Introducción:

Tuve grandes dificultades siendo sacerdote Católico al escuchar a evangelistas durante catorce años de búsqueda del Evangelio. Los programas cristianos a través de la radio me decían continuamente a cerca de varias cosas que debía hacer para aceptar a Jesucristo en mi corazón como a mi Salvador personal. Folletos cristianos, de igual manera, me enseñaban acerca de la dedicación y entrega necesaria para poder hacer mi decisión por Cristo.

Después de una búsqueda angustiosa, al enfrentar lo que se me había dicho que era necesario hacer para ser salvo, descubrí que la cosa más importante y necesaria para entender Bíblicamente acerca del Evangelio es aquello ".acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo", en palabras de Pablo en Romanos 1:3

Cuando el Evangelio es proclamado en su totalidad, no es acerca de nosotros o acerca de ninguna otra cosa que pasa en nosotros. Solamente es acerca de lo que Cristo hizo y su muerte y resurrección. También encontré, que el Evangelio es un hecho histórico. La fe Bíblica no tiene que ver con recomendar técnicas, sean éticas o místicas por medio de las cuales se pueda obtener la salvación, porque esto es la carga, el peso de todas las falsas religiones.

Contrariamente, la Biblia proclama el hecho histórico de que Dios ha salvado ciertamente a todos los suyos de la destrucción. El Evangelio "por el cual sois salvos" es el trabajo completo y acabado del Señor Jesucristo.

Cómo no debemos evangelizar

Primero, la forma de no evangelizar es permaneciendo en silencio y esperando que nuestros misioneros Cristianos sean los que testifiquen. El mandamiento de "id y haced discípulos a todas las naciones ", significa ir y hablar la Palabra a todos, incluyendo a los católicos.

La mayoría de monjas y sacerdotes y ex-Católicos que conozco los cuales han sido salvados y han salido del Catolicismo, todos testifican el hecho de que ningún creyente Bíblico les enfrentó acerca del hecho de su salvación. El gran obstáculo al Evangelio es el silencio. El mandamiento de Cristo de llevar las buenas nuevas es un mandato, no una petición.

Segundo, al evangelizar al católico, la persona tiene que estar bien clara y preparada para no dar el mensaje en proceso. El católico ha sido enseñado continuamente cómo hacer las cosas para agradar a Dios.

Los primeros Viernes, los primeros sábados, el escapulario azul, etc. "El camino corto de santa Teresa", todas las apariciones están llenas de mensajes de lo que se debe hacer. Sus vidas están llenas de lo que deben o no deben hacer, de manera que para acercarse al católico. Tiene en contraste que ser basándose en lo que Cristo ha hecho, y en el simple mandato de confiar y creer.
Usar expresiones como "Acepta a Jesús dentro de tu corazón" y "da tu vida a Cristo" son bastante similares a lo que los Católicos Romanos oyen dentro del Catolicismo, a veces esas mismas palabras.

Estos mensajes deben dejarse a un lado completamente si uno quiere evangelizar de verdad. Es necesario, por lo tanto, que discutamos algunos de estos métodos o vías tan equivocadas de evangelizar que son para un total detrimento del auténtico Evangelio.

"Acepta a Jesús dentro de tu corazón". Es una de las sentencias más usadas en los modernos círculos Evangélicos. Este concepto humanístico no es Bíblico. El concepto Bíblico de la Justificación, es que el creyente, es hecho acepto en Cristo. Todo el tema de Efesios, capítulo 1 está condensado en el versículo 6, "para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. "Acepta a Jesús dentro de tu corazón" es una terminología al revés, que asume erróneamente que la persona, por sí misma, elige aceptar a Jesucristo dentro de su corazón y que es ella la que inicia la acción por la cual será salva. Cuando el creyente habita y permanece en Cristo mediante la fe y por amor guarda sus mandamientos, Cristo mora en el corazón limpio de esa persona. "Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.” (Juan 15:4) Salvación es diferente a santificación. Todo el proceso de santificación ("Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" Colosenses 1:27) depende primeramente, de que la persona esté recta en El, revestida de Su justicia. Es anti-bíblico de pensar que la santificación se realiza cuando Cristo viene por primera vez dentro del corazón del hombre pecador.

La persona mala y muerta por el pecado puede ser aceptable a Dios solamente si está "en Cristo", como hemos visto en Efesios 1:6. Entonces, y sólo entonces, Cristo viene a santificar al que ya ha sido salvado. Los versículos siguientes a veces son usados de manera errónea al evangelizar.

Antes bien, esas palabras se aplican a los creyentes en la iglesia de Laodicea, " Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él , y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono." (Apocalipsis.3:14, 20-21) Es inexcusable el mal uso de Apocalipsis 3:20; el cual es un mensaje acerca de la santidad, y no para enseñar la justificación. La justificación difiere de la santificación en que la santificación es interna y experimental, mientras que la justificación es objetiva y legal. La justificación es instantánea e inmutable, cuando por el contrario, la santificación es gradual y progresiva. Aquellos que hacen mal uso de este pasaje, saben que no es así, no obstante persisten a causa de lo que ellos llaman éxito en evangelismo.

Muchas veces se oye lo que sigue: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Jesucristo quiere tener una relación personal contigo. Imagina, si puedes, a Cristo de pie, a la puerta de tu corazón (la puerta a tus emociones, intelecto y voluntad). Invítale a entrar; Él está esperando para que le recibas dentro de tu corazón, de tu vida."

Los católicos pueden ser engañados acerca de este asunto tan vital, creyendo sinceramente que ellos han recibido a Jesucristo como a su Salvador personal, cuando de hecho, el fundamento para creer esto está cimentado en arena. Ellos siguen perteneciendo a la Iglesia Católica Romana creyendo que ahora han hecho algo "evangélico" para añadir a los muchos rituales del Catolicismo. Es indeciblemente serio dar un mensaje de salvación tan engañoso.

"Da a Jesús el control de tu vida para ser salvo." Es otro mensaje anti-bíblico bien conocido. Él es el único "que hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (Efes. 1:11). Nada de lo que una persona pueda pensar en dar a Dios a cambio por la salvación, es aceptable delante de Dios. "Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...” (Tito 3:5)

El mismo Jesucristo, fue ante el Dios Santo, el único sacrificio aceptable por el pecado, y esa ofrenda por el pecado está completa. La persona es salvada por la gracia a través de la fe en Jesucristo, y no por la promesa de "una conducta controlada." El control de la conducta es un proceso que sigue a la salvación en lugar de ser la causa inicial de la salvación.

"Da tu vida a Jesús (para ser salvo)". Esta enseñanza es un error por varias razones: Primero, la vida eterna es un regalo, un don gratuito. (Efes. 2:8-9, Romanos 5:15-18; 6:23). La persona no "da" nada por un regalo dado gratuitamente. Dios da este regalo gratuito a una persona cuando Él coloca esta persona en Jesucristo. Con el don de la salvación viene también el regalo de la fe para creer que esto es lo que Dios ha hecho. (Ver también Juan 5:24-25) Lo que separa al hombre de Dios es el pecado. (Romanos 3:23) Segundo, tal frase como "entrega tu vida a Jesús" presume, de manera equivocada, que la persona tiene algo de valor para dar a Dios. Las personas muertas espiritualmente no pueden dar nada que les pueda salvar de sus pecados. Cristo Jesús dio su vida por los pecados de su pueblo (Gálatas 1:4) porque el hombre está muerto en su pecado. No hay ningún versículo o pasaje en la Biblia que diga o enseñe, que la persona que está muerta espiritualmente "da" nada, ni siquiera su vida, para poder ser salvo.

Si se enseña al Católico a "dar su vida a Jesús" para ser salvado, seguramente va a pensar que tiene que dar su servicio, tiempo, dinero, trabajo etc. para poder ser salvo. Todo esto puede conducir a una persona al evangelio de las obras, el cual nunca puede dar salvación.

El ser salvado no es un comercio o negocio mediante el cual la persona da algo a Jesús a cambio de la salvación. Sólo por el don gratuito de la Gracia de Dios la persona puede ser salvada, a través de la fe en Cristo Jesús solamente y sin ninguna otra cosa. (ver Efes. 2:8-9)

Es falsedad de decir a los pecadores que "den su vida a Jesús" o que también "podrán ser salvos aceptando a Jesucristo como a su Salvador personal" cuando todavía están envueltos y cegados con sus rituales, idolatrías y tradiciones, y en sus corazones siguen amando el pecado.

El arrepentimiento es necesario. El arrepentimiento es tan esencial para la fe salvadora que si de alguna manera este arrepentimiento se descuida, entonces, esta persona no tiene la fe que salva. La convicción de pecado es el primer trabajo del Espíritu Santo en las vidas de los que están perdidos (Juan 16:8). Sin esta convicción de pecado, la persona no tiene salvación. "Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mateo 1:21) El arrepentimiento siempre es una parte del creer en Cristo, porque Cristo vino para salvar al pecador de sus pecados, no en sus pecados. "(Dios) ahora manda a todos los hombres, en todo lugar, que se arrepientan.” (Hechos 17:30)
El Método Bíblico, cómo debemos evangelizar

La metodología Bíblica es una parte importante de la verdad del Señor. El propio método del Señor, fue esencialmente haciendo preguntas y proclamando la necesidad de arrepentirse y creer. De la misma manera, los apóstoles proclamaron el mandamiento del Señor de creer.

El método Bíblico es el de hacer preguntas, como hizo nuestro Señor. Usando las mismas palabras de la Biblia, uno puede mostrar o exponer la Santidad de Dios, la Bondad y santidad de Cristo al declarar Su justicia la cual se imputa o acredita a cada persona que salva. Se puede mostrar que el trabajo y sufrimiento salvador de Jesucristo es un hecho real y completo. Con toda claridad debemos hacer saber a todos, que se nos manda creer en el Señor Jesucristo. Para hacer esto, la persona debe desechar todo esfuerzo propio para poder establecer su propia justificación y clamar a Dios por el don gratuito de su gracia. El punto clave de cómo Dios realiza la salvación del pecador esta en que El imputa, esto es, aplica la Justicia de Cristo a aquel que cree en El. Este es el tema de Romanos en el capítulo cuatro y que se resume maravillosamente en el verso cinco: "mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” La razón por la cual Dios imputa la justicia de Cristo al creyente es para enseñar Quién es El, "con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”        (Romanos3:26)

Ejemplo de algunas preguntas sencillas

  • Nosotros, pecadores. ¿cómo podemos presentarnos delante del Dios Santísimo?
  • Delante de Dios, ¿cuál es tu propósito en la vida?
  • ¿Cuál es el mensaje central de la Biblia?
  • ¿Cómo tú y yo podemos tener la vida eterna?
  • Dios es absolutamente Santo. Nosotros todos, somos pecadores. ¿Cómo entonces podemos tener amistad con El?
  • ¿Cómo nos enseña la Biblia si una persona es salva?
  • ¿Por qué murió Cristo en la cruz si no tuvo ningún pecado?

La salvación es en Cristo

En la Escritura, está bien claro que la salvación es solamente en Cristo. Por ejemplo, en Efesios 1 y 2, "en Cristo", "en quien", "en Él", "en el Amado" se dice 18 veces. En todas las epístolas del apóstol Pablo, se repite lo mismo. La salvación es en Cristo. De manera similar así lo expresa el Apóstol Juan en sus escritos, diciendo que la vida eterna está en Cristo y es creyendo en Él. "Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo” (1Juan 5:11) "Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero, y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.” (1Juan 5:20)

En los tiempos de la Reforma cuando literalmente millones de católicos se acercaron al Señor, fue precisamente basándose en el cuarto principio que la Reforma defendía acerca de la verdad de la Escritura de que la salvación es solamente en Cristo. Todos los mandamientos son "creer en" o "mirar a" "ven a Cristo" "cree en el Señor Jesucristo y serás salvo" o en palabras del mismo Jesús, "El que creyere y fuere bautizado, será salvo”, o sus palabras en Juan 6:29, "Esta es la obra de Dios, que creáis en él que ha enviado”.

Cuando testificamos al católico, lo más importante es recalcar que la salvación es en Cristo y no en el creyente. Cuando nosotros tenemos la palabra "recibieron" tal como está en Juan 1:12 explica claramente, que es a los que le recibieron, a los que creen en él, así que el recibir es un acto de fe conociendo al Señor y creyendo en Él. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”

La Escritura es consistente enseñando que la salvación sólo está en Cristo. Toda otra terminología que se enfoca en el corazón humano más que en Cristo, no es efectiva porque no está de acuerdo a la Palabra. Mirar a Cristo para ser aceptos en Él, es un principio Bíblico de suma importancia. El venir a Cristo se inicia por el Padre el cual acerca a cada persona (Juan 6:44) y ha dado cada uno a Cristo. (Juan 6:37) La salvación se realiza solamente por la gracia de Dios. Es totalmente un regalo concedido gratuitamente mediante la fe. (Efesios 2:8-9)

Venir a Cristo, es tener la vida eterna ahora, para luego ser plenamente glorificada en el cielo. Al hablar de "alcanzar el cielo" cuando testificamos, no solamente cambia el foco acerca de la Santidad de Dios sino que además falla en dejar bien claro que a través de la fe que ahora tenemos como creyentes, también tenemos la vida eterna. En vez de hablar acerca de alcanzar el cielo, debiéramos enseñar a los perdidos, "y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3) Y esta que se escribió, de igual manera debe ser proclamada, enseñando por los creyentes, estén donde estén, sea en el supermercado, la calle o a través del teléfono, "estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” (1Juan 5:13)

Cuando damos todo el crédito y la gloria a Dios y a Su gracia, cuando usamos su Palabra poderosa, Él salva al pecador, y aquel a través del cuál la palabra ha sido dada se humilla por la demostración de la grandeza y misericordia del Dios Santo, entonces, ambos, se benefician de la gloria del Señor, así como se establece en Efesios 1:6 "Para alabanza de la gloria de su gracia”

El Autor del Evangelio: El Dios Justo que Justifica

Es "el Dios de todas las gracias” (1Pedro. 5:10) así como es el Dios que busca, encuentra y salva a Su pueblo. El regalo de Dios al creyente es la justificación, la cual se le imputa basándose en la obra completa y terminada de Cristo en la cruz. Así de sencillo, la justificación es el justo juicio de Dios al creyente, declarándole a la vez, sin falta con relación al pecado, y justo de acuerdo a su posición moral que tiene en Cristo. Este juicio de Dios es legalmente posible debido a la muerte sustituta de Jesucristo y a su resurrección, en lugar del creyente. La justificación es lo primero y el principal juicio legal del creyente. "Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.” (Romanos 5:18) La justificación es el justo juicio de Dios que se demuestra a través de la palabra en Romanos 3:26, que dice: "Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” Este justo juicio de Dios predicado por los apóstoles, es el centro de las buenas nuevas de la Biblia. Es el justo juicio que Dios concedido libremente:

"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él. Porque no hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe, en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Romanos 3:21-26)

El Significado Bíblico de la Justificación

El significado precioso del termino "justificar" se ve claramente y con exactitud en su opuesto o contraste con el término "condenar". "Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? (Romanos 8:33-34) La condenación no es un proceso por el cual un buen hombre se hace malo, sino es un veredicto del juez declarando al hombre culpable. Entonces, así como al condenar a un hombre se le declara culpable pero no infunde maldad en él, de la misma manera, la justificación no infunde bondad o virtud dentro del hombre, pero le declara justo. La justificación es una sentencia formal del Juez Divino por medio de la cual El declara al creyente justo.

El propósito de la Justificación, de manifestar la Justicia de Cristo

La Escritura declara que la rectitud o justicia de Dios se ha manifestado fuera de la ley; este es el propósito del Evangelio. Lo que se ha declarado no son obras humanas de rectitud sean las que sean, sino que más bien es la rectitud o justicia de Dios la que se ha revelado. El Evangelio es la demostración de un hecho histórico, concreto, de la compensación o pago perfecto mediante el cual, Cristo se sometió a todas las demandas de la ley, por lo que Dios acredita y aplica este pago a cada creyente verdadero. Ante la naturaleza Santa de Dios, el pecado debe ser castigado y la justicia verdadera, establecida.

Todo esto ha sido efectuado perfecta y totalmente mediante la obediencia fiel del Señor Jesucristo en su sacrificio propiciatorio. Así la fidelidad de Cristo ha sido proclamada en el v. 22, "la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo.” Cuando la Biblia declara que la fe es un regalo de Dios al creyente, también enseña varias palabras acerca de lo que es la justificación. La justificación se encuentra en Cristo y por Cristo. Es la demostración de la fidelidad de Cristo llevada incluso al extremo de la muerte. Semejante rectitud perfecta se origina en Dios y viene de Dios; "la justicia de Dios por medio de la fe de Jesucristo”, v.22. Las buenas nuevas son que esta rectitud totalmente perfecta es "para todos los que creen en Él”. Legalmente, lo que esto enseña es la verdadera identificación de los creyentes con el Señor Jesucristo. Dios ha provisto la justicia, la rectitud de Cristo a los pecadores que han creído. Hay varios pasajes en los cuales se menciona la fidelidad del Señor. En cada caso, el nombre de Jesucristo está en el tiempo genitivo indicando que la fidelidad es una cualidad que Él posee en su carácter. Gálatas 2:16 nos da un buen ejemplo de este uso: "Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo.” Sabiendo que la ley tiene que ser cumplida por Dios para declarar a una persona recta o justa, la fidelidad de Cristo tiene que ser entendida al aplicarla específicamente a este contexto.

La Gracia de Dios y la Condición Humana

De acuerdo al versículo 23, "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, cada persona, bajo la ley, ha sido destituida de la gloria de Dios y por lo tanto está en posesión de estas dos realidades: un mal corazón a causa de su naturaleza pecaminosa y un mal registro oficial a causa de su pecado personal. Las buenas noticias empiezan en el v.24, "siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” Esto es solamente por la Gracia Soberana de Dios, enseñándonos cómo es el verdadero corazón de Dios. Su propia misericordia le movió a Él, a desviar por medio de su amor asombroso lo que hubiera podido ver en el más vil de los rebeldes. Como está escrito, "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isa. 43:25) El designio de Dios es resaltado por el adverbio "gratuitamente". Esto excluye toda consideración o cualquier cosa en el hombre o por el hombre por lo cual pueda haber alguna causa o condición a la justificación. El mismo adverbio Griego es traducido "sin causa" en Juan 15:25, "sin causa me aborrecieron”. El derecho del creyente a estar delante de Dios está en la redención de Cristo, la cual es dada gratuitamente, de manera que fuera de esto, nada puede hacer por él mismo. "Ser justificado”, significa que por cuanto no hay nada más en el hombre mismo, sino perecer, puesto que ha sido castigado por el justo juicio de Dios, entonces sólo puede ser justificado gratuitamente a través de la provisión de Dios en Cristo.

Quizás no hay otro pasaje en toda la Escritura que ilustre de una manera tan notable la eficacia de la justicia de Cristo como lo hace este. Enseña que la gracia de Dios es la causa eficiente. "Mediante la redención que es en Cristo Jesús”: Esto nos muestra que "siendo justificados gratuitamente por su gracia” es sólo a través del pago hecho por Cristo Jesús, y no por nada que haga el creyente, para que no se imagine alguno, un tipo de "un pedazo de gracia", que le lleve a intentar añadir algo a los méritos de la gracia de Dios.

Las Riquezas de la Gracia de Dios

En esto el amor de Dios se ha manifestado a través de su Hijo, Jesucristo en que este regalo de la justificación, el cual costó a Jesucristo la vida, es un trabajo terminado y es concedido gratuitamente. Porque ¿a quién Dios le debe algo? Y ¿quién puede satisfacer sus reglas según la ley? Entonces ¿quién puede regatear con Dios o con Jesucristo, incluso pensar en ofrecer a Dios alguna cosa a cambio por el recto juicio de Sí mismo? Hacer semejante natural y ridícula oferta sería un intento de soborno del más alto grado. Una y otra vez la Biblia establece, como en el texto de arriba, que la justicia de Cristo se imputa al creyente gratuitamente por Dios, o por la gracia de Dios solamente. Y es solamente en Cristo que la persona tiene el derecho legal de estar delante del Dios Santísimo, "en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” (Efesios 1:7)

La justificación Bíblica, por lo tanto, es la obra perfecta y acabada de Dios. "Dios es el que justifica.” (Romanos 8:33) La justificación es solamente el trabajo de Dios para enseñar Su rectitud, Su justicia y el hecho de que Él es el único que salva. Una vez que Dios justifica a la persona, Él ve a la persona "en Cristo", porque Dios habiendo perdonado al pecador, lo reconcilia a cuenta de la justicia de Cristo. De esta manera la justificación es sólo por la fe "sin las obras de la ley” (Romanos 3:28). En el Señor Jesucristo, los creyentes tienen la rectitud sin mancha o defecto, perfecta y gloriosa. Justicia la cual no sólo ha expiado todos sus pecados, sino que también satisface cada requerimiento de los preceptos de la ley. No es una transfusión de la justicia de Cristo a aquellos que van a ser salvados o justificados, de manera que ellos puedan ser rectos por herencia. ¡No es un derecho divino y legal a la vida eterna, el título a una herencia eterna!

La obediencia de Cristo meritoria y perfecta es en verdad y en tal manera transferida a los creyentes, que ellos serán llamados "los justos" en el juicio final. (Mat. 25:40) Verdaderamente el creyente tiene razón al clamar en oración con las palabras del Salmo 71:15-16, "Mi boca publicará tu justicia y tus hechos de salvación todo el día. Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.”

Los Dos Puntos Claves para Recibir el Evangelio

Bíblicamente, el recibir el Evangelio tiene dos puntos principales.

Primero todos los hombres tienen el mandato de creer en el Señor Jesucristo. Segundo, aún cuando la fe para creer es un don gratuito de Dios, con todo, sin la gracia de Dios, ninguna persona puede creer. El Señor puso el mandato de creer cuando dijo: "Porque si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” (Juan 8:24). De la misma manera, Pablo y Silas dijeron: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tu y tu casa.” (Hechos 16:31) La importancia central de la fe, fue dada por el Señor en las palabras siguientes, "De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.” (Juan 6:47) En una palabra, el Señor, "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre el.” (Juan 3:36) El Señor Jesús establece claramente la razón de esto: "El que en El (Cristo) cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” (Juan 3:18-19)

La gracia de Dios es la expresión más sublime de su misericordia. El término denota la verdadera naturaleza de la bondad de Dios. De esta manera, la Escritura insiste: "para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; no por obras, para que nadie se glorié” (Efes. 2:7-9)

La salvación no procede de nada del que está dando testimonio, sino totalmente de la pura misericordia de Dios. El contraste entre Su gracia y el mérito humano se evidencia claramente en las sencillas palabras, "y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia.” (Rom 11:6) El plan que Dios ha provisto para salvar a la gente es por la fe, para que la justificación de ellos sea solamente por gracia, y Sus promesas y fidelidad manifestadas firmemente, y ellos, por lo tanto, perfectos y seguros; "Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia” (Romanos 4:16).

Tensión Bíblica entre Dos Puntos

La tensión Bíblica entre los dos puntos, primero, que el mandato de creer es para cada persona, y segundo, que sin la gracia de Dios, la persona no puede creer, tiene que ser claramente expuesto en el momento en que testificamos a los no creyentes. Esta tensión se expresa en varios textos, como por ejemplo: "Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado” (Juan 6:29) Uno de los ejemplos más claros está en Juan 1:12-13; "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de varón, sino de Dios”

En la predicación del apóstol Pablo también se encuentran los dos aspectos: "Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hechos 13:38-39).

La intención del Señor en estos y otros versículos es la de mostrarnos que el hombre no puede ser justificado por su propio trabajo o méritos, en contra de la tentación de Satanás de que uno puede ser salvado por su propia rectitud o justicia. La gracia de Dios, es el resultado de Su promesa, "Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes” (Gálatas 3:22).

Al testificar, es de absoluta necesidad dejar bien claro a los que están perdidos, que como en palabras de la Escritura, cada persona por sí misma, tiene que levantarse y ". . . da voces en la noche, al comenzar las vigilias; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor” (Lam. 2:19) "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13) "Dios, sé propicio a mí, pecador” (Luc 18:13) "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú oh Dios” (Salmo 51:17) "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31)

________________________________________________________________

Romanos. 4:5-8, 2Cor. 5:19-21; Romanos. 3:21-28; Tito 3:5-7; Efes. 1:7; Jer. 23:6; 1Cor 1:30-31;Romanos. 5:17-19.

Para un estudio detallado de este término ver textos como: Deut. 25:1, Job 19:20, Job 32:2, Prov.17:15, Mat.12:37, Luc. 7:29, 1Tim. 3:16, Salmo 143:2, Isa, 50:7-8.

Del griego pistis. Hay varios contextos donde necesariamente se traduce como fidelidad Mat. 23:23, Romanos. 3:3, Gálatas 5:22, Tito 2:10 etc... Hay variedad de pasajes en las cuales la fidelidad del Señor se ha mencionado. En cada caso, el Nombre de Jesucristo está en genitivo indicando que la fidelidad es una cualidad del carácter de Cristo que El posee (2:16, 3:22,Efes 3:12, Phil.3:9)

El concepto de en Cristo (en el Amado, en El, en Quien, etc.) ocurre 18 veces en Efesios capítulos 1 y 2).
***

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tienes alguna duda, comentario, sugerencia no te olvides de dejarlo para poder mejorar nuestra página.