Richard
Bennett
Introducción:
Tuve grandes
dificultades siendo sacerdote Católico al escuchar a evangelistas durante
catorce años de búsqueda del Evangelio. Los programas cristianos a través de la
radio me decían continuamente a cerca de varias cosas que debía hacer para
aceptar a Jesucristo en mi corazón como a mi Salvador personal. Folletos
cristianos, de igual manera, me enseñaban acerca de la dedicación y entrega
necesaria para poder hacer mi decisión por Cristo.
Después de una
búsqueda angustiosa, al enfrentar lo que se me había dicho que era necesario
hacer para ser salvo, descubrí que la cosa más importante y necesaria para
entender Bíblicamente acerca del Evangelio es aquello ".acerca de su Hijo,
nuestro Señor Jesucristo", en palabras de Pablo en Romanos 1:3
Cuando el Evangelio
es proclamado en su totalidad, no es acerca de nosotros o acerca de ninguna
otra cosa que pasa en nosotros. Solamente es acerca de lo que Cristo hizo y su
muerte y resurrección. También encontré, que el Evangelio es un hecho
histórico. La fe Bíblica no tiene que ver con recomendar técnicas, sean éticas
o místicas por medio de las cuales se pueda obtener la salvación, porque esto
es la carga, el peso de todas las falsas religiones.
Contrariamente, la Biblia proclama el hecho
histórico de que Dios ha salvado ciertamente a todos los suyos de la
destrucción. El Evangelio "por el cual sois salvos" es el trabajo
completo y acabado del Señor Jesucristo.
Cómo no debemos evangelizar
Primero, la forma
de no evangelizar es permaneciendo en silencio y esperando que nuestros
misioneros Cristianos sean los que testifiquen. El mandamiento de "id y
haced discípulos a todas las naciones ", significa ir y hablar la Palabra a todos,
incluyendo a los católicos.
La mayoría de
monjas y sacerdotes y ex-Católicos que conozco los cuales han sido salvados y
han salido del Catolicismo, todos testifican el hecho de que ningún creyente
Bíblico les enfrentó acerca del hecho de su salvación. El gran obstáculo al
Evangelio es el silencio. El mandamiento de Cristo de llevar las buenas nuevas
es un mandato, no una petición.
Segundo, al
evangelizar al católico, la persona tiene que estar bien clara y preparada para
no dar el mensaje en proceso. El católico ha sido enseñado continuamente cómo
hacer las cosas para agradar a Dios.
Los primeros
Viernes, los primeros sábados, el escapulario azul, etc. "El camino corto
de santa Teresa", todas las apariciones están llenas de mensajes de lo que
se debe hacer. Sus vidas están llenas de lo que deben o no deben hacer, de
manera que para acercarse al católico. Tiene en contraste que ser basándose en
lo que Cristo ha hecho, y en el simple mandato de confiar y creer.
Usar expresiones
como "Acepta a Jesús dentro de tu corazón" y "da tu vida a
Cristo" son bastante similares a lo que los Católicos Romanos oyen dentro
del Catolicismo, a veces esas mismas palabras.
Estos mensajes
deben dejarse a un lado completamente si uno quiere evangelizar de verdad. Es
necesario, por lo tanto, que discutamos algunos de estos métodos o vías tan
equivocadas de evangelizar que son para un total detrimento del auténtico
Evangelio.
"Acepta a
Jesús dentro de tu corazón". Es una de las sentencias más usadas en los
modernos círculos Evangélicos. Este concepto humanístico no es Bíblico. El
concepto Bíblico de la
Justificación, es que el creyente, es hecho acepto en Cristo.
Todo el tema de Efesios, capítulo 1 está condensado en el versículo 6, "para alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. "Acepta a Jesús
dentro de tu corazón" es una terminología al revés, que asume erróneamente
que la persona, por sí misma, elige aceptar a Jesucristo dentro de su corazón y
que es ella la que inicia la acción por la cual será salva. Cuando el creyente
habita y permanece en Cristo mediante la fe y por amor guarda sus mandamientos,
Cristo mora en el corazón limpio de esa persona. "Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si
no permanecéis en mí.” (Juan 15:4) Salvación es diferente a santificación.
Todo el proceso de santificación ("Cristo en vosotros, la esperanza de
gloria" Colosenses 1:27) depende primeramente, de que la persona esté recta
en El, revestida de Su justicia. Es anti-bíblico de pensar que la santificación
se realiza cuando Cristo viene por primera vez dentro del corazón del hombre
pecador.
La persona mala y
muerta por el pecado puede ser aceptable a Dios solamente si está "en
Cristo", como hemos visto en Efesios 1:6. Entonces, y sólo entonces,
Cristo viene a santificar al que ya ha sido salvado. Los versículos siguientes
a veces son usados de manera errónea al evangelizar.
Antes bien, esas
palabras se aplican a los creyentes en la iglesia de Laodicea, " Y escribe
al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él , y cenaré con él, y él
conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono."
(Apocalipsis.3:14, 20-21) Es inexcusable el mal uso de Apocalipsis 3:20; el
cual es un mensaje acerca de la santidad, y no para enseñar la justificación.
La justificación difiere de la santificación en que la santificación es interna
y experimental, mientras que la justificación es objetiva y legal. La
justificación es instantánea e inmutable, cuando por el contrario, la
santificación es gradual y progresiva. Aquellos que hacen mal uso de este
pasaje, saben que no es así, no obstante persisten a causa de lo que ellos
llaman éxito en evangelismo.
Muchas veces se oye
lo que sigue: "He aquí, yo estoy a
la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Jesucristo quiere tener
una relación personal contigo. Imagina, si puedes, a Cristo de pie, a la puerta
de tu corazón (la puerta a tus emociones, intelecto y voluntad). Invítale a
entrar; Él está esperando para que le recibas dentro de tu corazón, de tu
vida."
Los católicos
pueden ser engañados acerca de este asunto tan vital, creyendo sinceramente que
ellos han recibido a Jesucristo como a su Salvador personal, cuando de hecho,
el fundamento para creer esto está cimentado en arena. Ellos siguen
perteneciendo a la
Iglesia Católica Romana creyendo que ahora han hecho algo
"evangélico" para añadir a los muchos rituales del Catolicismo. Es
indeciblemente serio dar un mensaje de salvación tan engañoso.
"Da a Jesús el
control de tu vida para ser salvo." Es otro mensaje anti-bíblico bien conocido.
Él es el único "que hace todas las
cosas según el designio de su voluntad” (Efes. 1:11). Nada de lo que una
persona pueda pensar en dar a Dios a cambio por la salvación, es aceptable
delante de Dios. "Nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...”
(Tito 3:5)
El mismo
Jesucristo, fue ante el Dios Santo, el único sacrificio aceptable por el
pecado, y esa ofrenda por el pecado está completa. La persona es salvada por la
gracia a través de la fe en Jesucristo, y no por la promesa de "una
conducta controlada." El control de la conducta es un proceso que sigue a
la salvación en lugar de ser la causa inicial de la salvación.
"Da tu vida a
Jesús (para ser salvo)". Esta enseñanza es un error por varias razones:
Primero, la vida eterna es un regalo, un don gratuito. (Efes. 2:8-9, Romanos
5:15-18; 6:23). La persona no "da" nada por un regalo dado
gratuitamente. Dios da este regalo gratuito a una persona cuando Él coloca esta
persona en Jesucristo. Con el don de la salvación viene también el regalo de la
fe para creer que esto es lo que Dios ha hecho. (Ver también Juan 5:24-25) Lo
que separa al hombre de Dios es el pecado. (Romanos 3:23) Segundo, tal frase
como "entrega tu vida a Jesús" presume, de manera equivocada, que la
persona tiene algo de valor para dar a Dios. Las personas muertas
espiritualmente no pueden dar nada que les pueda salvar de sus pecados. Cristo
Jesús dio su vida por los pecados de su pueblo (Gálatas 1:4) porque el hombre
está muerto en su pecado. No hay ningún versículo o pasaje en la Biblia que diga o enseñe,
que la persona que está muerta espiritualmente "da" nada, ni siquiera
su vida, para poder ser salvo.
Si se enseña al
Católico a "dar su vida a Jesús" para ser salvado, seguramente va a
pensar que tiene que dar su servicio, tiempo, dinero, trabajo etc. para poder
ser salvo. Todo esto puede conducir a una persona al evangelio de las obras, el
cual nunca puede dar salvación.
El ser salvado no
es un comercio o negocio mediante el cual la persona da algo a Jesús a cambio
de la salvación. Sólo por el don gratuito de la Gracia de Dios la persona
puede ser salvada, a través de la fe en Cristo Jesús solamente y sin ninguna
otra cosa. (ver Efes. 2:8-9)
Es falsedad de
decir a los pecadores que "den su vida a Jesús" o que también
"podrán ser salvos aceptando a Jesucristo como a su Salvador
personal" cuando todavía están envueltos y cegados con sus rituales,
idolatrías y tradiciones, y en sus corazones siguen amando el pecado.
El arrepentimiento
es necesario. El arrepentimiento es tan esencial para
la fe salvadora que si de alguna manera este arrepentimiento se descuida,
entonces, esta persona no tiene la fe que salva. La convicción de pecado es el
primer trabajo del Espíritu Santo en las vidas de los que están perdidos (Juan
16:8). Sin esta convicción de pecado, la persona no tiene salvación. "Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mateo 1:21)
El arrepentimiento siempre es una parte del creer en Cristo, porque Cristo vino
para salvar al pecador de sus pecados, no en sus pecados. "(Dios) ahora manda a todos los hombres, en todo
lugar, que se arrepientan.” (Hechos 17:30)
El Método Bíblico, cómo debemos evangelizar
La metodología
Bíblica es una parte importante de la verdad del Señor. El propio método del
Señor, fue esencialmente haciendo preguntas y proclamando la necesidad de
arrepentirse y creer. De la misma manera, los apóstoles proclamaron el
mandamiento del Señor de creer.
El método Bíblico
es el de hacer preguntas, como hizo nuestro Señor. Usando las mismas palabras
de la Biblia,
uno puede mostrar o exponer la
Santidad de Dios, la Bondad y santidad de Cristo al declarar Su
justicia la cual se imputa o acredita a cada persona que salva. Se puede
mostrar que el trabajo y sufrimiento salvador de Jesucristo es un hecho real y
completo. Con toda claridad debemos hacer saber a todos, que se nos manda creer
en el Señor Jesucristo. Para hacer esto, la persona debe desechar todo esfuerzo
propio para poder establecer su propia justificación y clamar a Dios por el don
gratuito de su gracia. El punto clave de cómo Dios realiza la salvación del
pecador esta en que El imputa, esto es, aplica la Justicia de Cristo a
aquel que cree en El. Este es el tema de Romanos en el capítulo cuatro y que se
resume maravillosamente en el verso cinco: "mas
al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada
por justicia.” La razón por la cual Dios imputa la justicia de Cristo al
creyente es para enseñar Quién es El, "con
la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo,
y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos3:26)
Ejemplo de algunas
preguntas sencillas
- Nosotros, pecadores. ¿cómo podemos presentarnos delante del Dios Santísimo?
- Delante de Dios, ¿cuál es tu propósito en la vida?
- ¿Cuál es el mensaje central de la Biblia?
- ¿Cómo tú y yo podemos tener la vida eterna?
- Dios es absolutamente Santo. Nosotros todos, somos pecadores. ¿Cómo entonces podemos tener amistad con El?
- ¿Cómo nos enseña la Biblia si una persona es salva?
- ¿Por qué murió Cristo en la cruz si no tuvo ningún pecado?
La salvación es en Cristo
En la Escritura, está bien
claro que la salvación es solamente en Cristo. Por ejemplo, en Efesios 1 y 2,
"en Cristo", "en quien", "en Él", "en el
Amado" se dice 18 veces. En todas las epístolas del apóstol Pablo, se
repite lo mismo. La salvación es en Cristo. De manera similar así lo expresa el
Apóstol Juan en sus escritos, diciendo que la vida eterna está en Cristo y es
creyendo en Él. "Y éste es el
testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo”
(1Juan 5:11) "Pero sabemos que el
Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero,
y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y
la vida eterna.” (1Juan 5:20)
En los tiempos de la Reforma cuando
literalmente millones de católicos se acercaron al Señor, fue precisamente
basándose en el cuarto principio que la Reforma defendía acerca de la verdad de la Escritura de que la
salvación es solamente en Cristo. Todos los mandamientos son "creer
en" o "mirar a" "ven a Cristo" "cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo" o en palabras del mismo Jesús, "El que creyere y fuere bautizado, será
salvo”, o sus palabras en Juan 6:29, "Esta
es la obra de Dios, que creáis en él que ha enviado”.
Cuando testificamos
al católico, lo más importante es recalcar que la salvación es en Cristo y no
en el creyente. Cuando nosotros tenemos la palabra "recibieron" tal
como está en Juan 1:12 explica claramente, que es a los que le recibieron, a
los que creen en él, así que el recibir es un acto de fe conociendo al Señor y
creyendo en Él. "Mas a todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios.”
La Escritura es consistente enseñando que la salvación sólo está en Cristo. Toda
otra terminología que se enfoca en el corazón humano más que en Cristo, no es
efectiva porque no está de acuerdo a la Palabra. Mirar a
Cristo para ser aceptos en Él, es un principio Bíblico de suma importancia. El
venir a Cristo se inicia por el Padre el cual acerca a cada persona (Juan 6:44)
y ha dado cada uno a Cristo. (Juan 6:37) La salvación se realiza solamente por
la gracia de Dios. Es totalmente un regalo concedido gratuitamente mediante la
fe. (Efesios 2:8-9)
Venir a Cristo, es
tener la vida eterna ahora, para luego ser plenamente glorificada en el cielo.
Al hablar de "alcanzar el cielo" cuando testificamos, no solamente
cambia el foco acerca de la
Santidad de Dios sino que además falla en dejar bien claro
que a través de la fe que ahora tenemos como creyentes, también tenemos la vida
eterna. En vez de hablar acerca de alcanzar el cielo, debiéramos enseñar a los
perdidos, "y esta es la vida eterna:
que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado.” (Juan 17:3) Y esta que se escribió, de igual manera debe ser
proclamada, enseñando por los creyentes, estén donde estén, sea en el
supermercado, la calle o a través del teléfono, "estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del
Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el
nombre del Hijo de Dios.” (1Juan 5:13)
Cuando damos todo
el crédito y la gloria a Dios y a Su gracia, cuando usamos su Palabra poderosa,
Él salva al pecador, y aquel a través del cuál la palabra ha sido dada se
humilla por la demostración de la grandeza y misericordia del Dios Santo,
entonces, ambos, se benefician de la gloria del Señor, así como se establece en
Efesios 1:6 "Para alabanza de la
gloria de su gracia”
El Autor del Evangelio: El Dios Justo que Justifica
Es "el Dios de todas las gracias”
(1Pedro. 5:10) así como es el Dios que busca, encuentra y salva a Su pueblo. El
regalo de Dios al creyente es la justificación, la cual se le imputa basándose
en la obra completa y terminada de Cristo en la cruz. Así de sencillo, la
justificación es el justo juicio de Dios al creyente, declarándole a la vez, sin
falta con relación al pecado, y justo de acuerdo a su posición moral que tiene
en Cristo. Este juicio de Dios es legalmente posible debido a la muerte
sustituta de Jesucristo y a su resurrección, en lugar del creyente. La
justificación es lo primero y el principal juicio legal del creyente. "Así que, como por la trasgresión de
uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia
de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.” (Romanos 5:18)
La justificación es el justo juicio de Dios que se demuestra a través de la
palabra en Romanos 3:26, que dice: "Con
la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo,
y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” Este justo juicio de Dios
predicado por los apóstoles, es el centro de las buenas nuevas de la Biblia. Es el justo
juicio que Dios concedido libremente:
"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la
justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de
Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él. Porque
no hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe,
en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en
su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su
justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe
de Jesús.” (Romanos 3:21-26)
El Significado Bíblico de la Justificación
El significado
precioso del termino "justificar" se ve claramente y con exactitud en
su opuesto o contraste con el término "condenar". "Dios es el que justifica. ¿Quién es el
que condenará? (Romanos 8:33-34) La condenación no es un proceso por el
cual un buen hombre se hace malo, sino es un veredicto del juez declarando al
hombre culpable. Entonces, así como al condenar a un hombre se le declara
culpable pero no infunde maldad en él, de la misma manera, la justificación no
infunde bondad o virtud dentro del hombre, pero le declara justo. La
justificación es una sentencia formal del Juez Divino por medio de la cual El
declara al creyente justo.
El propósito de la Justificación, de
manifestar la Justicia
de Cristo
La Escritura declara que la rectitud o justicia de Dios se ha manifestado fuera de
la ley; este es el propósito del Evangelio. Lo que se ha declarado no son obras
humanas de rectitud sean las que sean, sino que más bien es la rectitud o
justicia de Dios la que se ha revelado. El Evangelio es la demostración de un
hecho histórico, concreto, de la compensación o pago perfecto mediante el cual,
Cristo se sometió a todas las demandas de la ley, por lo que Dios acredita y
aplica este pago a cada creyente verdadero. Ante la naturaleza Santa de Dios,
el pecado debe ser castigado y la justicia verdadera, establecida.
Todo esto ha sido
efectuado perfecta y totalmente mediante la obediencia fiel del Señor
Jesucristo en su sacrificio propiciatorio. Así la fidelidad de Cristo ha sido
proclamada en el v. 22, "la justicia
de Dios por medio de la fe en Jesucristo.” Cuando la Biblia declara que la fe es
un regalo de Dios al creyente, también enseña varias palabras acerca de lo que
es la justificación. La justificación se encuentra en Cristo y por Cristo. Es
la demostración de la fidelidad de Cristo llevada incluso al extremo de la
muerte. Semejante rectitud perfecta se origina en Dios y viene de Dios; "la justicia de Dios por medio de la fe
de Jesucristo”, v.22. Las buenas nuevas son que esta rectitud totalmente
perfecta es "para todos los que
creen en Él”. Legalmente, lo que esto enseña es la verdadera identificación
de los creyentes con el Señor Jesucristo. Dios ha provisto la justicia, la
rectitud de Cristo a los pecadores que han creído. Hay varios pasajes en los
cuales se menciona la fidelidad del Señor. En cada caso, el nombre de
Jesucristo está en el tiempo genitivo indicando que la fidelidad es una cualidad
que Él posee en su carácter. Gálatas 2:16 nos da un buen ejemplo de este uso: "Sabiendo que el hombre no es
justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo.”
Sabiendo que la ley tiene que ser cumplida por Dios para declarar a una persona
recta o justa, la fidelidad de Cristo tiene que ser entendida al aplicarla
específicamente a este contexto.
La Gracia de Dios y la Condición Humana
De acuerdo al
versículo 23, "por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, cada persona, bajo la
ley, ha sido destituida de la gloria de Dios y por lo tanto está en posesión de
estas dos realidades: un mal corazón a causa de su naturaleza pecaminosa y un
mal registro oficial a causa de su pecado personal. Las buenas noticias empiezan
en el v.24, "siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.”
Esto es solamente por la
Gracia Soberana de Dios, enseñándonos cómo es el verdadero
corazón de Dios. Su propia misericordia le movió a Él, a desviar por medio de
su amor asombroso lo que hubiera podido ver en el más vil de los rebeldes. Como
está escrito, "Yo, yo soy el que
borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados”
(Isa. 43:25) El designio de Dios es resaltado por el adverbio
"gratuitamente". Esto excluye toda consideración o cualquier cosa en
el hombre o por el hombre por lo cual pueda haber alguna causa o condición a la
justificación. El mismo adverbio Griego es traducido "sin causa" en
Juan 15:25, "sin causa me aborrecieron”.
El derecho del creyente a estar delante de Dios está en la redención de Cristo,
la cual es dada gratuitamente, de manera que fuera de esto, nada puede hacer
por él mismo. "Ser justificado”,
significa que por cuanto no hay nada más en el hombre mismo, sino perecer,
puesto que ha sido castigado por el justo juicio de Dios, entonces sólo puede
ser justificado gratuitamente a través de la provisión de Dios en Cristo.
Quizás no hay otro
pasaje en toda la Escritura
que ilustre de una manera tan notable la eficacia de la justicia de Cristo como
lo hace este. Enseña que la gracia de Dios es la causa eficiente. "Mediante la redención que es en Cristo
Jesús”: Esto nos muestra que "siendo
justificados gratuitamente por su gracia” es sólo a través del pago hecho
por Cristo Jesús, y no por nada que haga el creyente, para que no se imagine
alguno, un tipo de "un pedazo de gracia", que le lleve a intentar
añadir algo a los méritos de la gracia de Dios.
Las Riquezas de la Gracia de Dios
En esto el amor de
Dios se ha manifestado a través de su Hijo, Jesucristo en que este regalo de la
justificación, el cual costó a Jesucristo la vida, es un trabajo terminado y es
concedido gratuitamente. Porque ¿a quién Dios le debe algo? Y ¿quién puede
satisfacer sus reglas según la ley? Entonces ¿quién puede regatear con Dios o
con Jesucristo, incluso pensar en ofrecer a Dios alguna cosa a cambio por el
recto juicio de Sí mismo? Hacer semejante natural y ridícula oferta sería un
intento de soborno del más alto grado. Una y otra vez la Biblia establece, como en
el texto de arriba, que la justicia de Cristo se imputa al creyente
gratuitamente por Dios, o por la gracia de Dios solamente. Y es solamente en
Cristo que la persona tiene el derecho legal de estar delante del Dios Santísimo,
"en quien tenemos redención por Su
sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” (Efesios
1:7)
La justificación
Bíblica, por lo tanto, es la obra perfecta y acabada de Dios. "Dios es el que justifica.”
(Romanos 8:33) La justificación es solamente el trabajo de Dios para enseñar Su
rectitud, Su justicia y el hecho de que Él es el único que salva. Una vez que
Dios justifica a la persona, Él ve a la persona "en Cristo", porque
Dios habiendo perdonado al pecador, lo reconcilia a cuenta de la justicia de
Cristo. De esta manera la justificación es sólo por la fe "sin las obras de la ley” (Romanos 3:28). En el Señor
Jesucristo, los creyentes tienen la rectitud sin mancha o defecto, perfecta y
gloriosa. Justicia la cual no sólo ha expiado todos sus pecados, sino que
también satisface cada requerimiento de los preceptos de la ley. No es una
transfusión de la justicia de Cristo a aquellos que van a ser salvados o
justificados, de manera que ellos puedan ser rectos por herencia. ¡No es un derecho
divino y legal a la vida eterna, el título a una herencia eterna!
La obediencia de
Cristo meritoria y perfecta es en verdad y en tal manera transferida a los
creyentes, que ellos serán llamados "los justos" en el juicio final.
(Mat. 25:40) Verdaderamente el creyente tiene razón al clamar en oración con
las palabras del Salmo 71:15-16, "Mi
boca publicará tu justicia y tus hechos de salvación todo el día. Vendré a los
hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya
sola.”
Los Dos Puntos Claves para Recibir el Evangelio
Bíblicamente, el
recibir el Evangelio tiene dos puntos principales.
Primero todos los
hombres tienen el mandato de creer en el Señor Jesucristo. Segundo, aún cuando
la fe para creer es un don gratuito de Dios, con todo, sin la gracia de Dios,
ninguna persona puede creer. El Señor puso el mandato de creer cuando dijo: "Porque si no creyereis que yo soy, en
vuestros pecados moriréis.” (Juan 8:24). De la misma manera, Pablo y Silas
dijeron: "Cree en el Señor
Jesucristo, y serás salvo, tu y tu casa.” (Hechos 16:31) La importancia
central de la fe, fue dada por el Señor en las palabras siguientes, "De cierto, de cierto os digo: El que
cree en mí, tiene vida eterna.” (Juan 6:47) En una palabra, el Señor, "El que cree en el Hijo tiene vida
eterna; el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios
está sobre el.” (Juan 3:36) El Señor Jesús establece claramente la razón de
esto: "El que en El (Cristo) cree, no es condenado; pero el que no cree,
ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de
Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron
más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” (Juan 3:18-19)
La gracia de Dios
es la expresión más sublime de su misericordia. El término denota la verdadera
naturaleza de la bondad de Dios. De esta manera, la Escritura insiste: "para mostrar en los siglos venideros
las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para nosotros en Cristo
Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; no por obras, para que
nadie se glorié” (Efes. 2:7-9)
La salvación no
procede de nada del que está dando testimonio, sino totalmente de la pura
misericordia de Dios. El contraste entre Su gracia y el mérito humano se
evidencia claramente en las sencillas palabras, "y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya
no es gracia.” (Rom 11:6) El plan que Dios ha provisto para salvar a la
gente es por la fe, para que la justificación de ellos sea solamente por
gracia, y Sus promesas y fidelidad manifestadas firmemente, y ellos, por lo
tanto, perfectos y seguros; "Por
tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme
para toda su descendencia” (Romanos 4:16).
Tensión Bíblica entre Dos Puntos
La tensión Bíblica
entre los dos puntos, primero, que el mandato de creer es para cada persona, y
segundo, que sin la gracia de Dios, la persona no puede creer, tiene que ser
claramente expuesto en el momento en que testificamos a los no creyentes. Esta
tensión se expresa en varios textos, como por ejemplo: "Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis
en el que él ha enviado” (Juan 6:29) Uno de los ejemplos más claros está en
Juan 1:12-13; "Mas a todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios; los cuales no son engendrados de varón, sino de Dios”
En la predicación
del apóstol Pablo también se encuentran los dos aspectos: "Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os
anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no
pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.”
(Hechos 13:38-39).
La intención del
Señor en estos y otros versículos es la de mostrarnos que el hombre no puede
ser justificado por su propio trabajo o méritos, en contra de la tentación de
Satanás de que uno puede ser salvado por su propia rectitud o justicia. La
gracia de Dios, es el resultado de Su promesa, "Mas la
Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa
que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes” (Gálatas 3:22).
Al testificar, es
de absoluta necesidad dejar bien claro a los que están perdidos, que como en
palabras de la Escritura,
cada persona por sí misma, tiene que levantarse y ". . . da voces en la noche, al comenzar las vigilias; derrama
como agua tu corazón ante la presencia del Señor” (Lam. 2:19) "Porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13) "Dios, sé propicio a mí, pecador” (Luc 18:13) "Los sacrificios de Dios son el
espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú oh
Dios” (Salmo 51:17) "Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31)
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Romanos. 4:5-8, 2Cor.
5:19-21; Romanos. 3:21-28; Tito 3:5-7; Efes. 1:7; Jer. 23:6; 1Cor
1:30-31;Romanos. 5:17-19.
Para un estudio
detallado de este término ver textos como: Deut. 25:1, Job 19:20, Job 32:2,
Prov.17:15, Mat.12:37, Luc. 7:29, 1Tim. 3:16, Salmo 143:2, Isa, 50:7-8.
Del griego pistis.
Hay varios contextos donde necesariamente se traduce como fidelidad Mat. 23:23,
Romanos. 3:3, Gálatas 5:22, Tito 2:10 etc... Hay variedad de pasajes en las
cuales la fidelidad del Señor se ha mencionado. En cada caso, el Nombre de
Jesucristo está en genitivo indicando que la fidelidad es una cualidad del
carácter de Cristo que El posee (2:16, 3:22,Efes 3:12, Phil.3:9)
El concepto de en
Cristo (en el Amado, en El, en Quien, etc.) ocurre 18 veces en Efesios
capítulos 1 y 2).
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