UNA INTRODUCCIÓN A LA PREDESTINACIÓN - Recursos Cristianos

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martes, 13 de octubre de 2015

UNA INTRODUCCIÓN A LA PREDESTINACIÓN

D E F I N I C I O N E S

Tratemos de aclarar nuestra materia con unas cuantas definiciones.
Muchas de las objeciones a la predestinación se basan en simples faltas de entendimiento. No quiero decir que todas las dificultades serán eliminadas si definimos algunas cosas desde el comienzo, sino que sugiero que nuestras reflexiones serán simplificadas grandemente y se evitarán muchos problemas si podemos dar definiciones claras antes de empezar a discutir esta materia.
Ahora usted tendrá que exigirse, porque las definiciones no son exactamente cosas excitantes. En realidad ellas son usualmente muy aburridas, especialmente cuando las definiciones se las hace antes de empezar la discusión. Sin embargo, la definición, como usted sabe, es probablemente la forma de conocimiento fundamental. El diccionario y el léxico es la estructura basamental del cuerpo total de aprendizaje. Creo que usted encontrará que esto es verdad aquí en relación a nuestra discusión. Lo que estoy presto a lanzar será, reconozcámoslo, más bien aburrido, y le estoy previniendo de una discusión más o menos tediosa que vamos a sostener. Puedo solamente reconfortarlo asegurándole que si domina estos términos, aburrido tanto como el proceso puede serlo, usted estará, antes de terminar la discusión, agradecido por ello. Aparentemente puede estar pareciendo que demoramos la discusión y nos guardamos de ir directo al punto, pero yo creo que lo haremos en una forma apropiadamente lenta.
Llegando a las definiciones mismas, permítame mencionar, antes que nada, que la palabra que más abarca en toda el área del discurso es el termino "preordenación". (Antes de leer esta sección, tal vez usted desee consultar el diagrama del Apéndice 3). "Preordenación" significa el ordenamiento de Dios, o los decretos, o la determinación o la designación de la eternidad de cualquier cosa que vaya a suceder. Hemos subrayado la expresión "cualquier cosa" porque esa es la peculiaridad que distingue la palabra "preordenación". Esto es lo que fija este término en forma diferente de otras palabras que se usan en la esfera del discurso. "Preordenación" es el término que incluye y comprende todo. Nos informa que no hay nada en todo el universo que esté exento de esta preordenación del Dios Eterno. Así, ser una piedra o un animal, ser un hombre o un ángel, estar en este mundo o en otro, estar en el pasado o en el futuro, estar en el cielo o en el infierno, no hay diferencia en lo que es, en donde está, cuando sucede - "preordenación" nos enseña que es el permanente trabajo del decreto eterno de Dios. Cuando venimos ahora a la doctrina de la predestinación, venimos a considerar una parte, y solamente una parte, de la preordenación. Como hemos dicho, "preordenación" pertenece a todas las cosas, pero la predestinación pertenece solamente a una parte del total una parte muy pequeña del total. Así como la importancia es tomada en cuenta, sin embargo, y especialmente importancia para nosotros, es incomparablemente más significante que cualquiera otra cosa que cae dentro de la preordenación de Dios. Predestinación es esa parte de la preordenación que trata de las acciones de los agentes morales libres, sean ellos ángeles, hombres o demonios. Esta doctrina enseña que Dios preordena específicamente las acciones de los agentes morales libres. Así, cuando dejo caer un pedazo de tiza, la preordenación en general y la predestinación específicamente se están cumpliendo. La caída de la tiza es un instante de preordenación propio. Es una parte de la totalidad de cosas que han sido decretadas eternamente por Dios. Pero debido a que la tiza es inanimada y no un agente moral libre no pertenece al reino de la predestinación, propiamente hablando, sino más bien a la preordenación, hablando con propiedad. Ella no quiere caer. No escoge caer. Ello es como resultado de un acto, sin haber actuado. Por lo tanto no pertenece a la predestinación, no como parte de preordenación, meramente. Sin embargo, cuando consideramos mi acción de dejar caer la tiza tenemos un instante de predestinación. No como la tiza, que no decide caer, yo soy un agente moral libre, que decide provocar la caída de la tiza. Siendo un agente moral libre entro al dominio de la predestinación. Entonces cuando hablamos de la caída de la tiza, hablamos de preordenamiento; y cuando hablamos de que yo hago caer la tiza, hablamos de predestinación.
Notaremos que aquí estamos tratando estrictamente con una definición, y nada más ni menos que una definición. Así, por ejemplo, si cualquiera de ustedes está este momento diciéndose así mismo, "Yo no creo que el doctor Gerstner es un agente moral libre si todo lo que él hace ha sido predestinado eternalmente", usted no está pensando correctamente. No estamos discutiendo ahora la verdad de la doctrina de predestinación. Meramente estamos discutiendo el significado de la doctrina de la predestinación. Sea que la predestinación fuese verdadera o falsa significa esto: Que cuando yo dejo caer la tiza, doy una ilustración del resultado de la predestinación. Usted puede pensar para si mismo que si he sido predestinado no soy un agente moral libre. Usted puede estar en lo correcto en su pensamiento. Posteriormente cuando vengamos a discutir el asunto su pensamiento será relevante, y si usted puede justificarlo está autorizado para decir, "la predestinación es una doctrina errónea". Pero antes de que podamos discutir la validez o la invalidez del concepto debemos primero fijar bien y muy cuidadosamente el significado del concepto. De este modo, lo repito, el significado es, que Dios preordena, predesigna, pre-decreta, predetermina las acciones de los agentes morales libres. Por lo tanto, el que yo deje caer la tiza es una ilustración de lo que significa un acto predestinado. Mantenga atrás en sus mentes, con reserva hasta el final, la discusión si tal acto predestinado puede ser verdaderamente libre, o si es verdaderamente libre, pudo haber sido predestinado. Ahora, manteniendo en vista esa subdivisión de preordenación llamada predestinación, anotemos dos subdivisiones de predestinación. Predestinación, recordemos, se refiere a la preordenación de los actos de agentes libres. Ahora, una parte de la predestinación es llamada "elección" y otra parte "reprobación". "Elección" es la parte de la predestinación que pertenece a los hechos de salvación de los agentes morales libres. La elección enseña que Dios de toda la eternidad predestinó esos actos de los agentes morales libres que les pueden conducir a la salvación eterna. "Reprobación", por otro lado pertenece a los actos libres de los agentes morales que les conduce a la condenación. Reprobación por lo tanto, significa esa parte de la predestinación que pertenece a los hechos diabólicos ordenados por Dios de seres endemoniados que son conducidos a un fin diabólico.
Aunque la elección y la reprobación son, ambos, divisiones de la predestinación, ellos difieren uno de otro en algo muy importante. Elección es lo que se llama un decreto positivo y reprobación es usualmente considerado como un decreto permisivo. Este es el significado de estos dos términos. Al decir que elección es un decreto positivo queremos indicar que Dios desde la eternidad total preordena que algunas acciones serían hacia la vida eterna realmente iniciando, instigando, energizando o fortaleciendo estas acciones. De este modo cuando Dios escoge desde la eternidad salvar a una persona que ha caído en pecado y es incapaz de salvarse a sí mismo o aún lograr ser salvo, El debe realmente fortalecer a esta persona para aceptar la salvación que Dios le profiere. Esto se llama "positivo" porque Dios realmente hace algo. El realmente ejecuta el hecho en la persona. Aunque el hecho permanece como acto de la persona, Dios provee las bases o el ímpetu o el poder para ese hecho de fe en el Salvador.
Ahora, entonces, llamamos reprobación un decreto permisivo. Lo que se quiere significar es esto: de acuerdo a este decreto Dios predestina los actos de hombres pecaminosos ordenando todas las circunstancias que conducen a la decisión del pecador pecaminosamente sin realmente inclinarlo, o disponerlo o energizarlo al pecador a hacer el acto diabólico. Dios simplemente permite la reprobación de si mismo y su propia instigación o inclinación para ser lo malo. Dios ha predestinado lo que va a suceder; y él lo realiza, o él hace que suceda, ordenando las circunstancias que le permitirán al pecador usarlas débilmente para su propia condenación eterna. En este instante Dios se refrena de una acción positiva. El no cambia el corazón del individuo, ni permite ni inclina al individuo al acto virtuoso y salvador, sino que al contrario deja al individuo a su arbitrio. Este individuo entonces se inclina hacia el mal y hace lo incorrecto que le produce condenación.
Ilustremos la diferencia entre elección y reprobación. Considere las palabras de Jesús en Juan 14:6: " Nadie viene al Padre sino por mí". En esta enseñanza Jesús establece dos verdades, Una de las cuales pertenece a la elección y otra a la reprobación. El dice algo negativo y algo positivo. La cosa negativa es de que ningún hombre va a El. Es lo mismo que decir que ningún hombre por si mismo como hombre en su condición actual viene realmente a Jesucristo. Cristo ha dicho una cosa similar anteriormente en las palabras, "esta es la condenación que la luz ha venido al mundo y los hombres prefieren la oscuridad antes que la luz". Eso es, que los hombres dejados a sí mismos prefieren la oscuridad a la luz. Antes de la conversión, ellos prefieren no venir a Jesús a venir a Jesús. Si una persona, entonces, no viene a Jesucristo será debido a su propia indisposición. Y si su propia indisposición prevalece eso indicará que Dios no Ia determinado vencer esa indisposición. El ha escogido más bien sí por razones conocidas solo por El, para dejar a este individuo a sí mismo, a su actual humanidad caída, a su indisposición a la luz y a la fe. Y así se deja así mismo a esa persona no venir a Cristo para poder ser salvo. Si Dios no decide cambiar a un individuo en particular sino más bien dejar a esa persona en si misma, llamaremos a ese decreto "reprobación".
Note ahora la otra parte de este pasaje, "ningún hombre viene a mí excepto que el Padre lo conduzca". Aquí se enseña que si el Padre conduce a un individuo particular el necesariamente vendrá a Jesucristo. En otras palabras, para que una persona venga a Jesucristo debe haber una acción divina anterior en el corazón de esa persona. Esa acción es llamada "escoger" a la persona. En Juan 3 se dice "nacer de nuevo" o que la persona es hecha nueva por un poder superior, que está identificado como el Espíritu Santo. Pero como se puede ver, en el instante en que estamos tratando con la venida a Jesucristo de una persona, Dios está activo escogiendo ese individuo para que esté inclinado a venir a Jesucristo. Dios no está meramente parado dejando al individuo a sí mismo, sino que por el contrario, está tomando realmente lo que los teólogos llaman una "iniciativa divina" Esto es, que El está instigando un cambio en el corazón de la persona; está escogiendo a la persona para que sienta ahora la inclinación de venir a Jesucristo y de esta manera, como lo haría cualquier otra persona, actúa de acuerdo a su inclinación.
La misma verdad está establecida en Juan 1:11-13. Aquí se dice que "A lo suyo vino y los suyos no le recibieron" (Es a la venida de Cristo a los Judíos a lo que el Evangelista se está refiriendo), "Más a todos los que le recibieron a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios,...los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".
Este pasaje enseña que aunque Jesús vino a las personas que fueron llamados por El mismo es decir, que estaban preparados por oráculos y profecías para esperar al Mesías, y en cuya línea El debía nacer, la mayoría de esta gente no lo recibió. No eran creyentes por sí mismos, sino por el contrario, ellos “no lo recibieron.” Por otro lado aquellas personas que si creyeron que El nació, no en la carne ni por voluntad de hombre, sino de Dios.
Podemos ver, que aquí hallamos nuevamente a Dios activo. El hizo de nuevo a estas personas. Ese es el significado de la expresión "nacieron de Dios"; se les dio un nuevo principio de vida. Dios no hace nada en absoluto con el único grupo excepto para urgirles e invitarlos a venir a Jesús; de otro modo El los deja así mismos. Ellos, por si mismos, escogen no venir a Jesús, mientras que, aquellos que escogieron venir a El son quienes Dios a efectuado un gran cambio en su corazón. No debemos creer que las personas vienen a Jesús y que como resulta do le que ellos han "nacido de nuevo" por Dios. Por el contrario, vemos lo que hace la gente cuando son dejados a sí mismos: ellos no creen; ellos no vienen a Jesús. Aquellos que si vienen a Jesús por lo tanto no nacen de nuevo, sino que por el contrario es claro que ellos han sido nacidos de nuevo. En otras palabras, ellos no nacen de nuevo porque vengan a Jesús sino que vienen a Jesús porque han nacido de nuevo.
Tal vez hayamos tomado suficiente tiempo para mostrar no solo la diferencia entre reprobación y elección sino también para mostrar la diferencia entre un decreto permisivo y uno positivo. Repito, elección es la parte de la predestinación que enseña que los hechos le algunos hombres son ordenados por la eternidad total ordenado para salvación, mientras los hechos de algunos hombres son ordenados de la eternidad total para condenación. Sin embargo, el decreto de elección es un decreto positivo porque sucede por medio de una iniciativa divina activa; mientras por el contrario, el decreto de reprobación es un decreto permisivo puesto que va a suceder porque Dios simplemente permite a las personas hacer lo que ellos están inclinados a hacerlo por sí mismos.
Otra definición que no es una parte inmediata de la materia de la predestinación pero que está íntimamente relacionada a la que debemos considerar, es la "depravación total". Esta es la doctrina que enseña que el hombre en su condición actual desde la Caída está tan contaminada con un principio de maldad que todos los aspectos de su ser son afectados por ella. La palabra "depravación" se refiere a esta inclinación hacia lo diabólico o la falta de inclinación hacia lo bueno. Es un principio de contaminación y corrupción que aparta al hombre de la rectitud y lo conduce a la incorrección. El término "total" nos recuerda el hecho que este principio dañino no se restringe al área del cuerpo, o al área de la mente o a un área particular de la mente como ser el intelecto propio en distinción de la voluntad. Más bien, enseña que todas las áreas son afectadas por este principio, de modo que cada vez que una persona actúa, su acción es defectuosa y decididamente mala en el ámbito de pensamiento, sentimiento y volición. El es totalmente y no parcialmente depravado en el total sentido de la palabra. El no es, sin embargo, totalmente depravado en el sentido de que es realmente tanto como podría serlo. En otras palabras, depravación total no significa una depravación extrema y absoluta- más bien, depravación en toda la personalidad.
Pero hay otro asunto que se precipita por la definición de depravación total. Nos referimos al origen del pecado. Uno no puede mencionar que la condición actual del hombre es depravada sin que alguien pregunte, "¿Cómo pasó esto?" Sabemos que Dios no lo creó al hombre malo, no solamente porque la Biblia enseña otra cosa directamente, sino porque la misma naturaleza de Dios, como un Ser Bueno lo incapacitaría de crear algo diabólico. Pero si Dios no creó al hombre de esta manera, ¿quien lo hizo? Esta es una buena pregunta en realidad. Ciertamente es probable que no haya realmente una respuesta satisfactoria. Sin embargo, tenemos alguna luz en el asunto de fuentes bíblicas. La Biblia enseña que Dios creó al hombre a Su propia imagen, bueno y santo. El no estaba simplemente libre de lo malo, El no era simplemente inocente y exento de pecado, sino que era positivamente bueno. El poseyó lo que los teólogos llaman "rectitud original". Al mismo tiempo, el también fue dotado con una habilidad singular para pecar. De este modo, él fue bueno y capaz de no pecar, pero al mismo tiempo, aunque él no era malo en su naturaleza, era capaz de pecar. En las inmortales palabras de Agustín, él fue posse non peccare (capaz de no pecar) pero también posse peccare (capaz de pecar) Tal vez sería útil contrastar la condición del hombre como fue hecho en principio por Dios y como es él una vez redimido en el cielo con Dios. En el cielo él es solamente posse non peccare.
Esto es, en el cielo, él es capaz solamente de no pecar. Ya no es posse peccare, o capaz de pecar. El asunto realmente grande, es, por supuesto, ¿Cómo, siendo un ser bueno, dotado de corrección original, fue hecho capaz de pecar? Yo, por mí mismo, no sé la respuesta a esa pregunta. Además, nunca he oído ni he leído una respuesta satisfactoria a esta pregunta. Me parece que debemos dejar el asunto en este punto: tenemos evidencia de que Dios creó al hombre aún con posse peccare, pero no sabemos cómo fue posible tal creación. Este es un profundo misterio v debemos dejarlo así. En otras palabras, tenemos evidencia que el hombre cayó en pecado desde una condición de santidad, no sabemos cómo fue capaz de hacerlo. En muchos casos encentraremos reflexiones teológicas confrontadas con la misma situación. Esto es que a menudo sabemos que algo es así sin ser capaces de explicarnos el porqué con respecto a este asunto del origen del pecado, por ejemplo, no podemos decir que fue porque el hombre era posse peccare y que por tanto tenía una inclinación pecaminosa. Tenemos evidencia que tal no es el caso. El tuvo buena inclinación, disposición y naturaleza pero sin embargo, fue hecho mutable o variablemente bueno y fue capaz de escoger lo maligno en un instante dado. No podemos entender como pudo ser esto pero, por otro lado nadie sabe lo suficiente como para decir que esto no debería ser. Volviendo a la depravación total o la condición que resultó por el pecado de Adán, permítaseme indicar la suma importancia de mantener en mente este concepto de DT mientras discutimos el asunto de predestinación. En mi opinión, muchos de los problemas que tiene la gente con la doctrina de predestinación realmente no son problemas concernientes a predestinación sino concernientes a DT. Todo esto me recuerda de algo que leí en un libro de medicina hace años. Este libro observaba que frecuentemente un dolor o molestia en el hombro era una indicación de un problema en la vejiga. Por supuesto, un dolor del hombro no significa siempre un problema de la vejiga, pero a veces sí lo es. Ahora supongamos que una persona tiene un dolor en el hombro y no sabe el posible significado de este síntoma. Invariablemente él pensará que algo malo tiene su hombro. El no sospecha que ese es un síntoma de un problema en otra parte, digamos por ejemplo, en su vejiga.
Me parece a mí que, dentro del área de discusión, nuestra mucha gente está realmente plagada de un problema con la doctrina de predestinación. Sin embargo, el problema de predestinación en muchos casos es meramente sintomático de un problema real localizado en otra parte; digámoslo en el área del pecado. Una persona, suponiendo que el hombre en su condición actual no es totalmente depravado piensa que él tiene, desde luego, la capacidad o la disposición que le permite arrepentirse, creer y ser salvo si así escoge. Consecuentemente esta persona que piensa en la condición del hombre en tales términos no ve ninguna razón para una predestinación de sus actos o una elección de él para salvación. Esta persona que estamos considerando piensa que los problemas son mucho más simples de lo que realmente son. El supone que lo que todo que uno debe hacer es presentar el evangelio a un individuo. Este individuo lo entenderá y lo tomará o no a su placer. El puede complacerse tomándolo o rechazándolo. Sin embargo, esta visión simplista no toma en cuenta la doctrina de la DT. Si esta doctrina es verdadera, el hombre no tendrá posibilidad de tomar el evangelio o dejarlo. Por el contrario, siempre estará inclinado a dejarlo. Por definición él es una persona totalmente depravada: significa que él es extremadamente indispuesto a todo lo que es correcto, bueno y santo, y deseará por supuesto, expresarse a sí mismo de acuerdo a su disposición. Dejándosela a sí mismo a una persona totalmente depravada siempre, necesaria, inevitable y definitivamente rechazará el evangelio de Jesucristo. La mera provisión y proclamación del evangelio a tal persona, no hará bien para su salvación de ninguna manera. Pero cuando una persona no se da cuenta de la condición de pecadores, no se da cuenta de la necesidad de la doctrina de elección.
Nuevamente le recuerdo que no estoy arguyendo el caso. Simplemente estoy estableciendo el significado de la doctrina tradicional. Las personas que creen en la elección creen en ella como la elección de pecadores totalmente depravados para vivir en Cristo Jesús, y que la elección era necesaria porque aparte de ser la persona totalmente depravada escogería la muerte en vez de la vida. Así la elección es absolutamente necesaria en este patrón de pensamiento. Cualquiera que ve y cree que el hombre es totalmente depravado y aún así salvo, necesariamente creería que él fue elegido para salvación. Por otro lado si la persona no cree que la elección es necesaria, él invariablemente cree que esto no es necesario porque el hombre apartado de la elección es capaz de creer y ser salvo. Por lo tanto, el problema de quien duda no está con la doctrina de elección sino con la del pecado. El está rechazando la doctrina de elección, para estar seguro; pero la razón por la que la rechaza no es porque esté opuesto a ella fundamentalmente sino porque él rechaza la doctrina en la cual se basa, nominalmente, la DT.

DEPRAVACION TOTAL (DT)

Habiendo invertido una buena cantidad de tiempo en lo que hemos considerado ser definiciones absolutamente esenciales, estamos en condición de discutir la materia enfrente de nosotros, espero, con máxima eficiencia y provecho. Antes es necesaria una palabra en cuanto al procedimiento que seguiremos. Nuestro procedimiento será algo diferente de la manera usual en la que se enseña esta doctrina. Normalmente, los expositores comienzan exponiendo conceptos de las Escrituras en tópicos como predestinación, elección y así sucesivamente. Este es un proceso perfectamente válido. No estamos infiriendo críticas a éste, cuando escogemos otro método de aproximación. Pero nosotros, en lugar de empezar con los pasajes de predestinación, comenzaremos más bien con el hombre como él es ahora, para poder ver lo que le debe suceder para hacer efectiva su salvación, y venir luego, finalmente, no al principio, al predestinacionismo. Seguimos este procedimiento porque sentimos que es mucho más fácil para nosotros entender esta doctrina en el contexto de nuestra condición, que entender nuestra condición en el contexto de esta doctrina. Como dije antes, mucha gente tiene problemas con la predestinación porque tienen un problema anterior con la depravación. Si, entonces, enfrentamos el problema del hombre como es ahora primeramente y luego vemos la forma en la cual su salvación o su condenación se produce, estaremos en una posición mucho mejor, creo, para entender la predestinación y también en forma mucho más simpatética con ella. Además, hay otra defensa básica a este tipo particular de aproximación. la doctrina de la predestinación se basa más en el sistema de verdad total enseñado en la Biblia que en los conceptos individuales de la doctrina hallada en la Biblia. No debemos despreciar ni un momento carácter absolutamente autoritario de los textos de la Sagrada Palabra, simplemente queremos decir que la enseñanza integral de la Biblia, su sistema de verdad, es aún más profundamente significativo y comprensible que las proposiciones doctrinarias individuales halladas en sus páginas. Así que en un sentido seguiremos la guía Bíblica mejor en este procedimiento que considerar realmente versículos individuales en primer lugar.
Trazaremos 4 pasos a la predestinación. Primero, existe la DT de la humanidad. El segundo paso es la inhabilidad resultante. Esto conduce al tercer paso, la iniciativa divina en el alma. Y esto nos trae al cuarto y último paso, la predestinación misma.
El primer paso realmente hacia la predestinación es la enseñanza de la Biblia de que el hombre es totalmente corrupto, expuesto a la cólera de Dios, incapaz de salvarse a sí mismo y obligado a perecer para siempre a menos que sea salvo. Considere por ejemplo, las páginas muy abiertas de la Biblia. ¿No nos enseña el tercer capítulo de Génesis, por ejemplo, muy llanamente que el hombre, hecho a imagen de Dios, fue colocado en prueba, y que cuando falló en esa prueba, murió? No solamente las palabras de prueba que dicen, "El día en que la comieres" (refiriéndose a la fruta prohibida) "de seguro morirás", pero el contexto total del episodio en el Jardín indica la misma cosa. Tan pronto como Adán y Eva comieron del árbol prohibido, se volvieron conscientes de su desnudez, sintieron vergüenza y se escondieron de Dios. Anteriormente habían estado en perfecta armonía uno con otro, habían gozado de su vida en el Jardín, y habían disfrutado de un compañerismo natural y bendito con el Dios viviente, su Creador. Pero tan pronto como se cometió esta trasgresión cambió todo. Ahora, en vez de venir a la voz de Dios mientras caminaba en la frescura del Jardín, fueron expulsados de él. En vez de sentirse felices y gozosos en su presencia sentían vergüenza de aparecer delante de El. Su voz, en vez de ser una voz de compañerismo, se volvió una voz inquisidora y condenadora. La maldición que vino sobre la raza humana en el contexto de esta trasgresión original le sacó del jardín y puso a los ángeles con espadas llameantes para prevenir su regreso. El asesinato, que viene muy poco después en su historial, es una clara evidencia del cambio fundamental en la naturaleza del hombre y la sociedad humana. Se nos ha dicho, por lo tanto, en la presentación misma de la Biblia, que el hombre es lo que no fue hecho a ser. Por el contrario, en vez de estar en comunión con Dios está en enemistad con El; en vez de disfrutar el divino favor está expuesto a la cólera del Grandioso.
En el capítulo sexto de Génesis, versículo 5, leemos estas palabras: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal". Tenemos aquí una indicación de la DT. No solamente las obras de los hombres son diabólicas sino que, de acuerdo con este pasaje, los pensamientos e intenciones mismos de su corazón son malos. No solamente los pensamientos e intenciones de su corazón son diabólicos sino que son solamente diabólicos siempre; esto es que no están mezclados con buenos. Ellos son totalmente malos. Esto nos dice con certeza en los términos más precisos que la naturaleza del hombre ha sido totalmente corrompida o que él está totalmente depravado.
En el capítulo catorce de Job, versículo 1, encontramos: "El hombre nacido de mujer, corto de días y hastiado de sinsabores, ¿quien hará limpio a lo inmundo?" Job arguye que nadie que sea nacido de mujer por procreación natural deja de ser malo, y que no hay ninguna posibilidad para un hombre, nacido de mujer, que sea bueno por el simple hecho de limpiarlo con agua.
Los Salmos mucho dicen sobre la depravación de la humanidad pero nos restringiremos a un versículo familiar solamente. Después de que David había cometido sus pecados mortales y tuvo ocasión de mirar profundo en su alma él estuvo persuadido que la maldad de sus actos procedía de lo malo de su naturaleza. La cosa más significativa en relación a la confesión en el Salmo 51 no es que sea una confesión de gran resonancia por el pecado sino que es una confesión a Dios de la depravación de su naturaleza. En las propias palabras de David, "Nací en pecado y en iniquidad me concibió mi madre". El traza aquí los crímenes que había cometido desde la fuente de su nacimiento mismo. Esto es lo que llamamos "pecado original" o sea una corrupción de la naturaleza misma que es originada por actos diabólicos. Tan profunda es la depravación del alma, de acuerdo a la confesión de David, que nada sino la creación de un nuevo espíritu dentro de él sería lo adecuado para resolverlo como él lo indica en el versículo 10. El quiere ser purgado con hisopo para poder ser limpiado internamente. Aquí está David, por lo tanto reconociendo por un lado que en su propia condición, él es depravado y corrupto totalmente y por otro lado, él ora fervientemente para que pueda ser hecho, por divina, gracia, puro en toda su totalidad.
Jeremías, por inspiración divina, nos da las bien conocidas palabras: "puede el Etíope cambiar su piel o el leopardo sus manchas? Entonces puede hacer el bien, quien está acostumbrado a hacer el mal" (Jer.13:11). Aquí, Jeremías está indicándonos que la corrupción de nuestra naturaleza es a nosotros tan fundamental que no hay ninguna posibilidad de cambio en nuestras formas al igual que un etíope no puede cambiar el color de su piel o un leopardo librarse de sus manchas.
Como usted lo notará, diferentes aspectos de la pecaminosidad humana y su depravación se indican en varios de estos pasajes. A pesar de que ellos tienen muchas cosas en común, y por supuesto en una característica común que indica la totalidad de la depravación y la profundidad de la pecaminosidad, cada uno de estos versículos tienen su propio ángulo de vista. Así en el pasaje que hemos observado previamente en el Salmo 51 el aspecto de esta siniestra verdad que el Rey David está impresionado particularmente con la profundidad de su depravación, el hecho que remonta a su nacimiento mismo y desde luego desde antes de su nacimiento a la depravación de sus padres. En el concepto de Jeremías de misma doctrina se enfoca otro punto de vista. El profeta anota especialmente lo que los teólogos podrían llamar "inhabilidad"; Esto es, el hecho de que esta depravación es tan profunda que el hombre no puede, por si mismo, vencerla de ninguna manera. El no es capaz de ninguna manera de superar este problema así como el leopardo que tal vez prefiera no tener manchas pero no puede alterar su apariencia.
En el Nuevo Testamento esta doctrina se hace mucho más explícita. Note por ejemplo, como Nuestro Señor enseña la misma cosa. El tiene su propio énfasis al igual que varios profetas del Antiguo Testamento lo tienen. Así Jesús demuestra la inhabilidad y la depravación de los hombres no tanto por conceptos directos cuanto indicando el predicamento en el cual ellos están debido a su pecado. El les previene que "a menos que te arrepientas, también perecerás". Esto es el hombre como es ahora, está expuesto al juicio mortal de Dios. En el capítulo 23 de Mateo, el versículo 23, dice, "¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?" Jesús está diciendo que esta es una generación de hombres malos representada por el símbolo característico del demonio, llamados, serpientes. Precisamente porque ellos son de una naturaleza de serpientes, no hay posibilidad de que escapen a la condenación producto del pecado, llamada, la condenación del infierno. Aquí, usted ve, que Jesús no enfatiza mucho en la depravación de la naturaleza de ellos sino que demuestra las consecuencias que se producirán. Pero el mismo hecho de que la condenación del infierno es inevitable para tal generación subraya en rojo el hecho de que esta generación en verdad está depravada y tanto que un castigo tan mortal se hace necesario. Como Nuestro Señor enseña positivamente que un hombre debe nacer de nuevo. Compare especialmente el tercer capítulo de Juan. Si una persona no puede ver el reino de Dios o entrar al Reino de Dios a menos que nazca de nuevo por el Espíritu de Dios, seguramente la idea es que su condición es de servidumbre al diablo. Jesús no está diciendo esto directamente aquí, pero indirecta y ciertamente, sin lugar a error lo infiere así. De este modo el resto del Nuevo Testamento, especialmente Pablo, enseña muy claramente que el hombre está en esclavitud de su corrupción. Para tomar solo un ejemplo, no hay probablemente una sola parte de toda la Biblia que enfatice la desvirtuada condición de la humanidad más que los primeros tres capítulos del Libro de Romanos y ninguna parte de Romanos más que Romanos 3:10-20. Después de investigar la raza humana, Gentiles y Judíos, viene Pablo a dar una terrorífica conclusión en el capítulo 3, vers.10-20. Mientras usted lee estas palabras que resumen todo el gran argumento de los capítulos de apertura de su Gran Epístola note por favor que las palabras mismas no son otras que una cita del Antiguo Testamento. Así, aquí, como lo fue, tenemos el veredicto de la Biblia en total, Antiguo y Nuevo Testamentos, al efecto que el hombre es como le describen los siguientes versículos: "Como está escrito, no hay justo, ni aún uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engaña. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuraron para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la Ley es

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