Los falsos informes que emitía Egipto acerca de una aplastante victoria sobre el ejército israelí y las previsiones de que la artillería egipcia pronto tendría a su alcance Tel Aviv influyeron sobre la voluntad de Siria para entrar en la guerra.
El liderazgo sirio comenzó a bombardear y llevar a cabo ataques aéreos en el norte de Israel. En cuanto la Fuerza Aérea Israelí completó su misión en Egipto, se dedicó a destruir a la sorprendida Fuerza Aérea de Siria. Así fue como Siria descubrió que las noticias que había escuchado de Egipto acerca de la supuesta destrucción casi total del ejército israelí, eran evidentemente falsas.
Durante la noche del 9 de junio, los ataques aéreos israelíes destruyeron las dos terceras partes de la Fuerza Aérea de Siria, y obligaron a la tercera parte restante a retirarse a bases distanciadas, sin participar en ninguna otra operación subsiguiente en la guerra.
Una amplia ofensiva siria fracasó rápidamente. Entre los varios problemas con los que se encontró Siria estaba el que sus tanques eran demasiado grandes para atravesar los puentes, por esta causa varios tanques sirios se hundieron en el río Jordán al intentar cruzarlo.
La falta de comunicaciones por radio entre los tanques y las unidades de infantería llevaron a que éstas ignorasen la orden de avanzar. Un informe del ejército sirio posterior a la guerra llegó a la conclusión de que «Nuestras fuerzas no pasaron a la ofensiva, ya sea porque no llegaron o porque no estaban del todo preparadas o porque no podían encontrar refugio de los aviones del enemigo. Los reservistas no pudieron resistir los ataques aéreos; una vez dispersos su moral se hundió.» Asumiendo sus elevadas pérdidas, el ejército sirio emprendió la retirada la noche del 9 de junio.
El mando sirio abandonó la esperanza en el éxito de un ataque terrestre, y en su lugar comenzó un masivo bombardeo a las ciudades y a los civiles israelíes en el Valle de Jule.
El ejército sirio se componía de unos 75 000 hombres agrupados en nueve brigadas, con el apoyo de una adecuada cantidad de artillería y blindados. Las fuerzas israelíes que se utilizaron en los combates constaban de dos brigadas (una blindada conducida por Albert Mandler, y la Brigada Golani) en la parte norte del frente, en Givat HaEm, y otras dos en el centro. Una de las ventajas que Israel poseía era la excelente labor de inteligencia recopilada por el Mosad obtenida a través de Eli Cohen (quien fue capturado y ejecutado en Siria en 1965) en relación con el despliegue sirio. Siria había construido extensas fortificaciones defensivas en profundidades de hasta 15 kilómetros,comparable a la Línea Maginot.
Sin embargo, las fuerzas sirias se mostraron incapaces de presentar una defensa eficaz, en gran parte porque los oficiales eran mediocres y maltrataban a sus soldados. A menudo los oficiales se retiraban para escapar del peligro, abandonando a sus hombres y dejándolos desconcertados e inoperantes. En la noche del 9 de junio, las cuatro brigadas israelíes habían quebrado las defensas de la meseta.
Al día siguiente, el 10 de junio, los grupos del centro y norte se unieron en un movimiento de pinza en la meseta, pero se encontraron con el territorio abandonado tras la huida de las fuerzas sirias. Varias unidades fueron reunidas por Elad Peled para subir al Golán desde el sur, para encontrar las posiciones enemigas prácticamente abandonadas.
Durante el día las unidades israelíes se detuvieron después de la obtención del campo de maniobra entre sus posiciones y una línea de colinas volcánicas en el oeste. En algunos lugares, las tropas israelíes avanzaron después de un acuerdo sobre un cese al fuego para ocupar posiciones estratégicas.
Hacia el este, el terreno se presenta como una suave llanura en pendiente. Esta posición se convirtió en la línea de cese del fuego conocida como la «Línea Roja».
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