(Autor desconocido)
CAPITULO I
INTRODUCCION
Hay pocas cosas que gozan de tantas ideas falsas y opiniones herejes como la iglesia. Mucha gente mantiene obstinadamente una teoría acerca de la iglesia que es totalmente diferente a las plenas enseñanzas de las Escrituras. Hay quienes mantienen estas teorías falsas sin culpa, siendo el caso que nunca han estudiado a fondo la cuestión de la iglesia. Pero se teme que hay otros que las mantienen por el motivo de que éstas se encajan con su sistema eclesiástico, y el renunciarlas traería como consecuencia una revolución en su vida, que a la vez involucraría un cambio en su afiliación eclesiástica.
Debido a una negligencia tocante a la doctrina de la iglesia, pensamientos flojos e ideas erróneas tocante a lo que propiamente constituye una iglesia novotestamentaria, muchos tienen a la iglesia en poca estima. No es, para ellos, tan alta y sagrada como debe ser. No es, para ellos, la institución divina que supera a todas las organizaciones e instituciones de los hombres. No es raro que se encuentre una que otra persona que estime a una logia. un club, una sociedad. u otra organización parecida a la misma par de una iglesia. Y entre las numerosas sectas y denominaciones que a sí mismas se llaman iglesias. la gente comúnmente hace poca distinción. La idea popular es, que la una es tan buena como la otra, sin tomar en cuenta si tiene, o si no tiene a Jesucristo como su Fundador y Cabeza.
Entre aquellos que mantienen ideas flojas y anti-bíblicas acerca de la iglesia se encontraba el que escribe estas páginas. De igual manera que muchos otros, yo había recibido mis ideas, por herencia algunas, y otras del modo corriente de pensar. Yo recuerdo que a mí me cayó como un golpe cuando por primera vez oí que los bautistas reclaman una identidad con la iglesia que Jesús estableció. Tal reclamo me parecía a mí ser una expresión de jactancia y fanatismo injustificables. Más tarde, al empezar a estudiar este asunto mis ideas tocante a lo que constituye una iglesia verídica se estrecharon y llegaron a ser más claras. A la luz de las enseñanzas de las Escrituras, la idea de la perpetuidad de la iglesia, que al principio era tan repelente, llegó a ser cada vez más razonable. Al fin para este servidor llegó a ser tan clara la cuestión de que, si las Escrituras dicen la verdad, y si se puede confiar en la promesa de Jesús, entonces la iglesia que Jesús fundó tiene que haber tenido una continuidad de existencia a través de los siglos, y tiene que encontrarse en alguna parte del mundo hoy día. Un estudio, cuidadoso de las Escrituras y de la historia, juntamente con un estudio del origen y de las enseñanzas de las diferentes denominaciones, ha servido para formar dentro de mí una convicción casi tan fuerte como la vida misma. Esta convicción es, que la primerísima iglesia que fue establecida era verdaderamente lo que hoy día se llamaría una iglesia bautista, y que iglesias idénticas en forma y caracterizadas por las mismas doctrinas y prácticas han existido desde el día en que fue establecida la primera hasta la actualidad, y continuarán existiendo hasta que el Señor venga otra vez.
Es el propósito de este servidor apuntar en estas páginas algunas de las bases, tanto bíblicas como históricas, sobre las cuales apoyo mis convicciones, y mostrar la racionalidad y la honradez del reclamo de los bautistas de lo que generalmente se denomina "perpetuidad eclesiástica."
En este hilo de pensamiento, una de las primeras preguntas que se surgen tiene que ver con referencia a la importancia práctica de esta doctrina (pues pienso que se puede calificar de doctrina la perpetuidad de la iglesia). Por cierto se ve la importancia cuando tomamos en cuenta que la veracidad de la palabra de nuestro Señor y la validez de Su promesa quedan en juego. Si la iglesia que Jesús estableció no se hubiese perpetuado, resultaría que Su promesa hubiera fallado. Y si ha fallado Su promesa tocante a la iglesia; no es cierto que también podrían fallar Sus promesas tocante a nuestra salvación y destino eterno.
También, es importante saber cual iglesia puede honradamente reclamar existir en cumplimiento de la promesa de Cristo de perpetuidad, porque encontrar aquella iglesia significa encontrar la única que es verídica. En un mundo lleno de toda clase de así - llamadas iglesias. cada una manteniendo su propia doctrina distintiva v sus reclamos. mucha gente queda en una confusión inextricable, y no saben a cual iglesia acudir. Un conocimiento de la verdad tocante a la perpetuidad despejará la confusión y sacará a la luz el deber del cristiano.
Un entendimiento adecuado de la promesa de Cristo tocante a la iglesia y el reconocimiento del cumplimiento de la misma en aquellos que mantienen principios bautistas, posiblemente hubiera prevenido la cismática condición del cristianismo hoy día. Cristo prometió que Su iglesia no fallaría ni dejaría de existir. Toda organización de así llamadas iglesias se basa en la suposición que Su promesa fue quebrantada u que Su iglesia falló.
La doctrina de la perpetuidad de la iglesia bautista siempre ha sido una doctrina ofensiva a los de otras creencias, y eso es muy natural. Porque si se puede demostrar que las iglesias bautistas son las genuinas iglesias de Cristo, entonces las iglesias de otras creencias inmediatamente llegan a ocupar la posición de competidores a las que tienen un origen divino. Sin embargo, no son solamente aquellos de otras creencias los que encuentran esta doctrina ofensiva. En estos días modernos de transigencia Y falta de convicciones, no es raro que uno descubra algún bautista de tipo "unionista" o "indiferentista" que se sienta resentido con esta doctrina bíblica. Yo recuerdo que un tal bautista de tendencias paido-bautistas en cierta ocasión me regañó por mis opiniones tocante a la perpetuidad eclesiástica, diciendo que no se podía probar históricamente que las iglesias bautistas hayan continuado desde los días de Jesús hasta el presente. Con los datos históricos que habían llegado a mi conocimiento frescos en mi mente, contesté que yo tenía la firme convicción que ya se habían producido suficientes pruebas históricas • como para dejar eso en claro. Le dije entonces que la cuestión tenía más importancia que su fase histórica: que era una cuestión bíblica mas bien que histórica. "Si tuviera" dije. "nada más que la promesa de mi Maestro de perpetuar Su iglesia, eso sería suficiente para hacerme creer en su existencia actual." Dios en cierta ocasión hizo una promesa asombrosa a Abraham, la cual parecería imposible de cumplimiento. De la fe de Abraham Pablo dice: "Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios...plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia." (Rom. 4:30-73). ¿NO deberíamos nosotros tener la fe de Abraham? Cristo prometio perpetuar Su iglesia.
¿No deberíamos tener fe para creer que es "poderoso para hacer todo lo que había prometido"?
Tratando la cuestión de la perpetuidad de la iglesia, yo sé que sin duda encontraré a algunos que son opuestos al término "perpetuidad." Esta hostilidad ha sido inducida por el mal uso v el abuso tan frecuentes en el empleo de este término. De hecho hay tres palabras que frecuentemente han sido mal usadas en relación a este asunto, que son: "sucesión," '.continuidad," Y 'perpetuidad." Como un escritor lo explica, "Hay tres palabras usadas casi indistintamente en la discusión de la historia eclesiástica, v.g.: 'sucesión,' 'continuidad,' y 'perpetuidad.' ninguna de estas palabras expresa la idea completa, pero cada una es casi correcta, lo suficiente para una investigación honrada." Sin embargo, por motivo de la manera desorientadora en que muy a menudo se usa el término perpetuidad, es aconsejable definir en el principio qué es lo que queremos dar a entender, y lo que no con el uso del término en estas páginas.
1. Cuando los bautistas afirman su creencia en la perpetuidad de sus iglesias, no quieren decir: que pueden trazar una SUCESION DE OBISPOS desde los días de los apóstoles hasta el tiempo presente. La Iglesia Católica Romana basa su reclamo de perpetuidad sobre una pretendida sucesión de obispos, o papas, como ellos los califican. Así es que encontramos al Cardenal Gibbons diciendo (en la Fe de Nuestros Padres, p. 93), "La Iglesia Católica enseña además que nuestro Señor confirió en San Pedro el primer lugar de honor y jurisdicción en el gobierno de Su iglesia entera, y que la misma supremacía espiritual siempre ha residido en los papas, u Obispos de Roma, como sucesores de San Pedro. Consecuentemente, para ser verdaderos seguidores de Cristo, todos los cristianos, tanto entre los clérigos como también los laicos, deben estar en comunión con la sede de Roma, donde reina Pedro en la persona de su sucesor." Vale notar en esta conexión que el reclamo de los católicos de perpetuidad falla por muchos motivos. Nos detenemos para apenas mencionar brevemente cuatro de estos. Primero, su falta de alguna buena base sobre la cual fundar su reclamo de la supremacía de Roma. Segundo, la falta absoluta de pruebas, tanto bíblicas como históricas, de que Pedro jamás haya sido el primer papa. Tercero, la enseñanza plena del Nuevo Testamento, la cual impide la idea que Pedro haya ocupado el lugar de primacía, en el sentido de ser el vice-gerente de Cristo y la cabeza de la iglesia. Cuarto, la falta de una traza de evidencia histórica de que Pedro jamás haya estado en Roma siquiera, y mucho menos que fuera el primer papa.
2. Los bautistas no reclaman la perpetuidad sobre la base de una CADENA DE BAUTISMOS sucesiva y sin roturas. Los oponentes de la perpetuidad bautista frecuentemente tratan de invalidar los reclamos de los bautistas, diciendo que antes de asumir el derecho de perpetuidad, sería necesario establecer sin lugar a dudas que en ningún tiempo haya habido una rotura en la cadena de bautismos. Esto se surge de un concepto falso acerca de la posición bautista, y lo que en realidad constituye la perpetuidad.
3. Los bautistas no reclaman la perpetuidad sobre la base de una cadena de IGLESIAS que suceden la una a la otra en el sentido igual a como los reyes y los papas suceden el uno al otro. El Dr. J. B. Moody expone esta verdad hábilmente cuando dice: "En el sentido de los papas y reyes que suceden el uno al otro, no se debe usar la palabra (perpetuidad) acerca de la historia bautista, porque una iglesia no toma el lugar de otra. A veces una iglesia se muere como organización, y algunos de los miembros pudieran organizar en el mismo lugar, o en otro, y de esta manera una pudiera suceder a la otra. Pero esto apenas se involucra en la discusión, excepto donde las iglesias hayan sido forzadas de lugar en lugar, o de un país a otro. La iglesia en Jerusalén se multiplicó en las iglesias de Judea, Samaria, etc., pero estas no sucedieron a la de Jerusalén, porque ésta no había muerto, como en cambio es el caso cuando por motivo de la muerte los reyes y los papas suceden uno a otro. Esa idea particular de suplantar, o sea tomar el lugar de otra, debe ser eliminada."
4. Los bautistas no reclaman la perpetuidad sobre la base del NOMBRE BAUTISTA. No reclaman que iglesias que llevan el nombre bautista hayan existido a través de todos los siglos. Es cierto que los bautistas siempre han existido, pero con frecuencia han sido llamados por otros nombres. Las iglesias del Nuevo Testamento en la manera que han existido a través de los siglos han recibido sus nombres usualmente de sus enemigos y perseguidores. Estos nombres les fueron dados como términos de odio y desprecio. Se demostrará más adelante que los creyentes novotestamentarios agrupados en iglesias novotestamentarias por acá y allá, llevaron diferentes nombres en diferentes épocas, como los paulicianos, los bogomiles, los valdenses, los anabaptistas, los catabautistas, etc., cada nombre dando lugar a otro, hasta que en el día de hoy son mundialmente conocidos como bautistas. La historia demuestra que las gentes de aquellas iglesias novotestamentarias que se acaban de mencionar, aunque dispersadas por la persecución, buscadas y ahuyentadas a las cuevas y escondites de la tierra, conformaron en los puntos de doctrina esenciales a las enseñanzas del Nuevo Testamento, y eran los progenitores de los bautistas de hoy día.
¿Qué, entonces, significa la perpetuidad conforme el uso del término entre los bautistas? No estará fuera de lugar citar dos o tres bautistas de renombre que han dado a este tema una más que ordinaria atención. Entre lo escrito por el Dr. S.H. Ford, doctor en leyes, de grata memoria, encontramos estas palabras:
"La sucesión entre los bautistas no es una cadena eslabonada de iglesias o ministros, no interrumpida y trazable hasta este día tan distante...La verdadera doctrina defendible es que creyentes bautizados han existido en cada época desde cuando Juan bautizaba en el Jordán, y que estos se han reunido, como congregaciones bautizadas, en pacto y compañerismo siempre que alguna oportunidad se lo permitiera."
También del Dr. W. A. Jarrell, doctor en divinidad, y autor de una obra muy convincente sobre la perpetuidad eclesiástica, cito lo siguiente:
"Lo que los bautistas quieren decir por 'sucesión eclesiástica' o perpetuidad eclesiástica, es meramente esto: que nunca ha habido un día desde la organización de la primera iglesia novotestamentaria, en el cual no existiera ninguna iglesia genuina novotestamentaria en la tierra."
Así como se indica en las citas antes mencionadas los bautistas reclaman que la primera iglesia novotestamentaria organizada por Jesús fue, en doctrina y práctica, esencialmente igual a las iglesias bautistas de hoy día. Reclaman que no ha habido ni un solo día desde que Jesús dio comienzo a aquella primera, en que no haya existido tales iglesias para llevar el verdadero testimonio de El. Reclaman que existen suficientes pruebas históricas como para demostrar que las iglesias bautistas de hoy día tienen una conexión histórica directa con aquellas del tiempo de los apóstoles. Creen que con el paso del tiempo se harán más investigaciones en el campo de la historia eclesiástica hasta que la prueba de su continuidad llegue a ser tan irresistible que ningún historiador eclesiástico podrá negarlo razonablemente. Mantienen, sobre la autoridad de la Palabra de Dios y la historia confiable, no solamente que las iglesias del Nuevo Testamento eran lo que se llamarían iglesias bautistas hoy día, y que los bautistas son los descendientes, históricamente hablando, de aquellas mismas novotestamentarias, sino que también mantienen que iglesias bautistas continuarán existiendo hasta que el Maestro venga otra vez a esta tierra.
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CAPITULO 2
¿FUNDO JESUS LA IGLESIA? SI EL LA FUNDO,
¿CUANDO LO HIZO?
La creencia de los bautistas en la perpetuidad de sus iglesias involucra vanas preguntas. Las respuestas correctas a estas preguntas ayudarán mucho en la preparación del camino para un examen apropiado de sus reclamos. Entre las más importantes de estas preguntas se encuentran las siguientes:
1. ¿Fundó Jesús la iglesia?
2. Si El la fundó, ¿cuándo lo hizo?
3. ¿Qué clase de iglesia fue?
4. ¿Prometió El su perpetuidad?
Tan bien establecido ha quedado el hecho que Jesús fundó la iglesia, que casi parece superfluo gastar el tiempo en la consideración de la primera pregunta arriba propuesta. Sin embargo, tal vez no sea fuera de lugar gastar algunos momentos en este tema, en vista de que por acá y allá se encontrarán algunos que, o abiertamente, o por implicación, niegan que Jesús haya fundado una iglesia. Es una cosa muy corriente para los críticos destructivos del día de hoy tratar de desplegar a Jesús y a Pablo el uno contra el otro, y tratar de mostrar que Jesús ni siquiera tuvo en mente el fundar una iglesia. Tales críticos nos harían creer que los discípulos, y en particular, Pablo, impusieron la iglesia al mundo sin autorización divina. En una palabra, esto es un reclamo de que los discípulos sustituyeron una iglesia de su propia confección, en lugar del Reino del pensamiento y propósito de Jesús.
Existen algunas denominaciones que abrazan una teoría que prácticamente niega a Jesús la fundación de una iglesia. Estas avanzan el reclamo que la iglesia existía allá en los tiempos antiguotestamentarios, y que la iglesia de tiempos novotestamentarios y del día de hoy es meramente una continuación de la iglesia que ha existido durante todo el tiempo desde el comienzo de Israel. Los que mantienen esta teoría no ven ninguna diferencia esencial entre las dispensaciones del Antiguo Testamento y del Nuevo, sino que mantienen que el bautismo fue destinado a ocupar el mismo lugar en la iglesia de ahora que la circuncisión ocupaba en la "iglesia" de Israel. Esta teoría plenamente niega por implicación que Jesús haya fundado una iglesia. Porque es evidente que El no podría haber fundado la iglesia si es que ésta ya estaba en existencia en el tiempo cuando El vino.
Para uno que cree que el Nuevo Testamento es la inspirada Palabra de Dios, la pregunta: "¿Fundó Jesús una iglesia? " se contesta de una vez por todas en el afirmativo por Mateo 16:18, donde Jesús mismo hace la declaración: "edificaré mi iglesia." El hecho de que los evangelios hayan indicado solamente dos veces que Jesús mencionara la iglesia no tiene importancia, en vista del hecho que después de Su ascensión y glorificación, según se indica en el Apocalipsis, le encontramos hablando de la iglesia vanas veces. Y por cierto, si el Señor hubiera mencionado la iglesia apenas una sola vez, eso debiera ser suficiente, en cuanto se refiere a la validez de Su promesa. Una declaración pronunciada una sola vez puede ser tan verídica como una reiterada o repetida mil veces. El punto es, que Jesús dijo que edificaría Su iglesia. Un poco más adelante El explica a los discípulos acerca de un asunto que debe ser llevado a la iglesia para la disciplina de ésta. En Sus palabras, Jesús claramente indica que la iglesia ya a esa altura existía.
Así es que tenemos Su promesa de la iglesia; tenemos la clara implicación en Sus propias palabras del cumplimiento de esa promesa; tenemos la historia novotestamentaria de la iglesia desde su principio en adelante durante muchos anos, y el testimonio de la historia al efecto que la iglesia de Cristo es una institución que ha existido únicamente desde el tiempo de Cristo.
Si las palabras de Cristo en Mateo 16:18 tienen siquiera algún sentido, entonces deben significar que la institución que El prometió era una aparte y distinta de cualquier institución que hubiera existido previamente en el mundo, o que existiera en ese mismo tiempo. Más adelante se demostrará que los discípulos conocían perfectamente bien la palabra "ecclesía" o sea "iglesia," y su significado. Pero Jesús indicó claramente que la institución que El se proponía a edificar seria una nueva, una distinta que se debería distinguir de todas las demás "ecclesías" por el hecho que iba a ser una iglesia SUYA, edificada sobre una base diferente a la de cualquier ecclesía en existencia en ese tiempo.
Habiendo determinado por medio del Nuevo Testamento que Jesús dio comienzo a una iglesia, volvemos ahora a una consideración breve de la pregunta que sigue:
¿CUÁNDO LE DIO COMIENZO A SU IGLESIA JESUS?
Esta pregunta se hace muy importante en vista de las enseñanzas heréticas tan difundidas en nuestros días. Varias herejías sumamente peligrosas brotan de la teoría de que la iglesia empezó en el día de Pentecostés. Una de estas es la de la "iglesia invisible." que se apoya considerablemente en esta suposición tocante al día de Pentecostés.
También existe la teoría tan difundida por el Dr. C. I. Scofield, por el Dr. James M. Gray del Instituto Bíblico Moody, y por otros, que la iglesia fue formada en el día de Pentecostés por medio del bautismo del Espíritu Santo, y que cada creyente llega a ser miembro de la iglesia universal semejantemente, introduciéndose a ella por medio del bautismo del Espíritu Santo. Esta es, en realidad, una teoría de las más absurdas. Descansa principalmente sobre una perversión de 1 Cor. 12:13, y un examen del contexto de esta Escritura resulta fatal para esta teoría. El Dr. Scofield (en su libro "Síntesis de la Verdad Bíblica," p. 42, ed. en inglés) dice plenamente de la iglesia: "Este cuerpo no podría empezar a existir antes de la exaltación de Cristo y el descenso del Espíritu Santo." También va a tal extremo hasta decir que cualquier iglesia antes de la muerte de Cristo hubiera sido una iglesia no redimida. ¡Esto es igual a decir que ninguno de los discípulos fueron salvos antes del día de Pentecostés!
Los que no quieren admitir la perpetuidad bautista luchan desesperadamente para mostrar que la iglesia no existía antes de Pentecostés. Ninguna otra cosa se encaja con su teoría de una iglesia "invisible ."
¿Cuáles, entonces, son los hechos? ;Cuándo se le dio comienzo a la iglesia? No ocuparé el espacio para entrar en detalles, sino que contestaré con una sola declaración: Del material preparado por Juan el Bautista, Jesús organizó Y fundó Su iglesia durante los días de Su ministerio personal aquí en la tierra.
En esta creencia este servidor no está solo. El Dr. L.R. Scarborough, presidente de uno de los más grandes seminarios del mundo, en un articulo de fecha reciente en el periódico "Baptist Standard" (Estandarte Bautista), cita la siguiente declaración: "Ciertamente es verdad que Cristo, durante Su propio ministerio personal, estableció Su iglesia."
Un capítulo bastante extensivo se podría escribir para probar mi declaración, pero debo limitarme a dar algunas razones. Primero, permítame hacer esta pregunta: ¡no es cierto que tuvieron todas las cosas esenciales para constituir una iglesia antes del día de Pentecostés?
Veamos:
Tuvieron el evangelio (Marcos 1:1).
Ellos eran creyentes bautizados. Los apóstoles habían sido discípulos de Juan, habiendo sido bautizados por él (Hechos 1:22). Tocante al bautismo de Juan, se nos dice que era del cielo (Juan 1:33).
Tuvieron una organización. Hasta tenían un tesorero, aunque éste salió siendo falso.
Tuvieron la misma Cabeza que tiene la iglesia de hoy, Cristo.
Tuvieron la ordenanza del bautismo.
Tuvieron la ordenanza de la Cena del Señor.
Tuvieron la Gran Comisión.
Se reunieron juntos como iglesia para orar precediendo al día de Pentecostés.
Además, aun celebraron una sesión de negocios y escogieron a uno para tomar el lugar de Judas.
En un esfuerzo para desacreditar esta acción de la iglesia, el Dr. Scofield (en las notas de la Biblia editada por Scofield) hace el reclamo que la iglesia cometió un error en hacer esto. El dice que Dios hizo caso omiso de esta escogencia, llamando más adelante a Pablo para este lugar, y afirma que no encontramos ninguna otra referencia a Matías en el Nuevo Testamento. Al hacer esto, él arroja sobre el Nuevo Testamento una difamación injustificable. Además, su declaración acerca de Matías no se ajusta a las Escrituras, porque en un capítulo más adelante (Hechos 6:26) el Espíritu Santo reconoce a Matías como apóstol, mencionándole como uno de los doce. El Dr. Scofield busca cómo ajustar el incidente de la escogencia de Matías a su teoría de que la iglesia empezó en el día de Pentecostés y su esfuerzo sólo sirve para exponer cuán lejos irán los hombres en el afán de buscar cómo apoyar una teoría.
También, el hecho de que la iglesia existía antes del Pentecostés se demuestra en que se nos dice distintamente que Cristo cantó alabanzas en medio de la iglesia. Hebreos 2:12 dice: "Anunciaré a mis hermanos tu nombre en medio de la congregación te alabaré." Este pasaje es aquí citado por el escritor inspirado del Salmo veintidós. ¿A cuál incidente en la vida de Cristo se refiere esto? En cuál ocasión cantó El alabanzas en medio de la iglesia? Vuelva a Marcos 14:76, y s encontrará la ocasión referida. Fue en seguida después de la Cena del Señor que Jesús, en medio de Su pequeña iglesia. se unió con ellos en la entonación de un himno. El hecho de que Cristo haya cantado alabanzas en medio de la iglesia involucra, sin necesidad de palabras, que la iglesia existiera desde antes de esa hora. (en medio de la congregación te alabaré" Nota del traductor: "congregación" en el griego es "ecclesía" que en casi todos los casos se traduce "iglesia" en el Nuevo Testamento. "Alabare" en el griego viene de "humneo" de donde viene el vocablo "himno." En el inglés está traducido más correctamente, "cantaré alabanzas.")
Destreza exegética y eisegética ha sido ejercida para dar al pasaje arriba citado algún otro sentido, pero sigue siendo un hecho que la interpretación que este servidor acaba de indicar es la más sencilla y la más natural.
En tercer lugar, el hecho de que la iglesia existía antes del Pentecostés se muestra claramente en Hechos 2:41, donde se lee que en el día de Pentecostés, "y se añadieron aquel día como tres mil personas." En vista de que ellos eran creyentes añadidos por bautismo, es muy evidente que la cosa a la cual fueron añadidos era la iglesia. Si yo dijera a un amigo que yo acababa de depositar cien dólares para añadirlos a mi cuenta, él me entendería a implicar que ya tenía en existencia una cuenta bancaria desde antes de la hora de depositar los cien dólares. Igualmente, una iglesia tenia que estar ya en existencia en el día de Pentecostés porque de otro modo no se le podrían haber sido "añadidos." Es inútil discutir diciendo que los tres mil fueron meramente añadidos a las filas de los creyentes y no a la iglesia, porque el mismo lenguaje se emplea en el versículo 47, donde se nos dice que: "el Señor anadea cada día a la iglesia los que habían de ser salvos." ¿Acaso indicaría el versículo 47 la existencia de una iglesia más fuertemente que el versículo 41? Ciertamente que no. Únicamente aquellos en un estrecho desesperado para mantener una teoría negarían que los tres mil bautizados en el día de Pentecostés fueran añadidos a una iglesia ya en existencia, porque eso es lo que el lenguaje le lleva a uno a concluir irresistiblemente.
Además, leamos las palabras del Maestro como se encuentran en Mateo 18:17. "Si no l«s oyere a ellos. dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil u publicano." El contexto muestra que estas palabras fueron dirigidas a Sus discípulos. Sus palabras se llevarían a uno a creer que estos constituyeron Su iglesia en su etapa incipiente. De hecho, la creencia que los mismos apóstoles eran los primeros miembros de la iglesia está en perfecta armonía con 1 Cor. 13:78, donde leemos: "Y a unos puso Dios en la iglesia. PRIMERAMENTE apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros," y etc.
Se puede especular y teorizar sobre Mateo 18:17 hasta donde uno quiere, pero siempre queda irrazonable creer que Jesús se refiriera a alguna cosa que los discípulos no entendieran, o tampoco que El indicara una regla de disciplina que se relacionara con una iglesia no existente. A cualquiera que acepta este pasaje a la par, se le muestra en forma concluyente que la iglesia estaba ya en existencia cuando Jesús pronuncio estas palabras.
En el quinto lugar, tomemos nota de que si la iglesia no existiera antes de Pentecostés, entonces la Gran Comisión fue dada únicamente a los discípulos como individuos, y por consiguiente no es obligatorio a la iglesia. No queriendo conceder que haya existido una iglesia antes del Pentecostés. el Dr. C. I. Scofield toma esta misma posición. En su libro entitulado: "Synthesis of Bible Truth" (Síntesis de la Verdad Bíblica) pág. 431 (ed. en ingles), dice lo siguiente: "La iglesia visible como tal no tiene ninguna misión a su cargo...La comisión de evangelizar al mundo es personal y no corporativa." Si esta teoría fuera verdad, entonces la Gran Comisión incumbía únicamente a los apóstoles, y cuando ellos murieron, la obligación ya no descansaba sobre nadie. Esta posición es tan absurda como también es antibíblica.
Pero no fue así, sino que Jesús dio la Comisión a Sus discípulos en su capacidad corporal. El se la entregó a ellos como iglesia. A Su iglesia El encargó con el deber de bautizar y enseriar. Y porque El sabe todas las cosas, sabía que Su iglesia tendría la continuidad esencial para cumplir Sus ordenes.
Semejantemente, notemos que, a menos que la iglesia existiera antes de Pentecostés, la Cena del Señor no es una ordenanza eclesiástica.
Si se la dio únicamente a individuos como tales, entonces cuando ellos murieron, la ordenanza murió con ellos. No podemos creer esto a la luz del relato de Pablo de la institución de la Cena como está descrito en 1 Corintios capítulo once. Aquí, según la descripción dada, Jesús claramente implicó que esta ordenanza conmemorativa se celebrará "hasta que él venga." Los individuos que estuvieron presentes en aquella Cena han estado muertos desde siglos atrás, y todavía El no ha venido.
Evidentemente no les dio la ordenanza a ellos como a individuos como tales, sino a individuos como constituyentes de la iglesia. Esta iglesia exclusivamente, la iglesia a la cual una existencia continua le ha sido prometida, podría observar la Cena conmemorativa en forma continua desde el tiempo de la institución de ésta hasta que Cristo venga otra vez.
U obviamente, si es que Jesús dio la Cena conmemorativa a Su iglesia, esa iglesia tiene que haber existido a la hora de dársela. ¡Esa hora era antes del día de Pentecostés!
Terminaré este capítulo con una cita del Dr. Scarborough en el artículo antes mencionado. De una manera maravillosa él concreta los hechos tocante a la fundación de la iglesia por Cristo, en las siguientes palabras: "Cuando El ascendió El dejó en la iglesia algunos de sus oficiales, los apóstoles que por supuesto no habían de ser permanentes; su base de fe; sus leyes de vida; sus ordenanzas; su comisión; su gran tarea mundial; los términos y condiciones de admisión; el nuevo nacimiento basado en arrepentimiento y fe en Cristo; le dejó para ella su gran tema dinámico y su poder - Jesús crucificado, sepultado, resucitado, y que vendrá otra vez -; le dio la promesa del Espíritu Santo. Después de ascender Jesús al cielo, esta unidad y creciente organización corporativo llamó y constituyó oficiales para tomar el lugar de Judas. Hechos 1:15-26. Esto fue un acto de la iglesia. Así es que en el primer capítulo de los Hechos encontramos a esta iglesia bien organizada, ya establecida bajo el ministerio personal de Cristo y por El asignada a la tarea de evangelismo; y por medio del Espíritu Santo celebró su primera gran reunión. Entonces en los Hechos capítulo seis encontramos la organización completada con la adición de diáconos, teniendo entonces dos clases de oficiales - pastores y diáconos; dos ordenanzas - el bautismo y la Cena; una forma democrática de organización, como se demostró en la elección de Matías para tomar el lugar de Judas, y en la elección de los diáconos. La iglesia misma fue la autoridad en estos nombramientos. Así podemos ver que a través del proceso de los arios Jesús mismo organizó su iglesia y bajo la dirección del Espíritu Divino, diáconos fueron añadidos a la organización después del Pentecostés. Esta iglesia puede en todos los sentidos más elevados reclamar a Cristo como su organizador, su autoridad central y su poder."
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CAPITULO 3
LA CLASE DE IGLESIA QUE JESUS EDIFICO
Hemos visto que Jesús estableció una iglesia y ya hemos establecido, por lo inscrito en el Nuevo Testamento, que El lo hizo cabalmente durante el período de Su ministerio personal aquí en la tierra. Ahora es propio que consideremos la tercera pregunta: "¿Qué clase de iglesia fue la que Jesús fundó? " ¿Exactamente qué es lo que quiso decir cuando dijo, "edificaré mi iglesia"? Si todo el mundo estuviera dispuesto a aceptar el Nuevo -Testamento sin parcialidad ni prejuicio ni ideas y teorías preconcebidas, no habría necesariamente ninguna diferencia de opinión sobre este punto. Pero desgraciadamente no todos están dispuestos a permitir que el Nuevo Testamento signifique lo que dice. El sentido claro de "ecclesía," cual término Jesús ocupó para designar Su nueva institución, no se ajusta a la teoría de algunos tocante a la iglesia, y por lo tanto, estos han inventado un nuevo significado para el. De esta manera, ocupando el término ecclesía con un sentido no autorizado, han inventado otra "iglesia," diferente a la que Jesús estableció.
La Teoría de La Iglesia Católica
Roma, para justificar su propia teoría, no hace caso de la distinción que las Escrituras hacen entre la iglesia y el Reino, y trata de identificar la iglesia que Jesús fundó con la organización jerárquica que hoy conocemos como la iglesia católica Romana.
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