- TEXTOS
Dr. René Krüger
LOS LIBROS DEUTEROCANÓNICOS O APÓCRIFOS
Las diversas copias de la Septuaginta contienen el siguiente listado de libros que no figuran en la versión hebrea:
1 Esdras
Ester 10:4-16:24
Judit
Tobías
1 Macabeos
2 Macabeos
3 Macabeos
4 Macabeos
Salmo 151
Odas (+ Oda 12: Oración de Manasés)
Sabiduría (= Sabiduría de Salomón)
Siracides (= Eclesiástico)
Salmos de Salomón
Baruc 1-5
Carta de Jeremias (= Baruc 6)
Susana (= Daniel 13)
Daniel 3:24-90
Bel y el Dragón (= Daniel 14)
De estos agregados, el Concilio de Trento reconoció como pertenecientes al AT los siguientes: Ester 10:4-16:24; Judit; Tobías; 1 Macabeos; 2 Macabeos; Sabiduría (como Sabiduría de Salomón); Siracides (como Eclesiástico); Baruc 1-5 y la Carta de Jeremias (como Baruc capítulo 6); Susana (como Daniel 13); Daniel 3:24-90; y Bel y el Dragón (como Daniel 14).
Quedaron fuera del canon católico 1 Esdras, 3 Macabeos, 4 Macabeos, Salmo 151, Odas (+ Oda 12: Oración de Manasés) y Salmos de Salomón.
LISTADO DE LITERATURA INTERTESTAMENTARIA
Deuterocanónicos (Biblia católica)
Apócrifos I (Biblia protestante)
Apócrifos II (Designación católica)
Pseudoepígrafes (designación protestante)
Agregados griegos a Ester
(+ 10:4-16:24)
Judit
Tobías
I Macabeos
II Macabeos
Sabiduría de Salomón
Eclesiástico
Baruc
Carta de Jeremias
Agregados a Daniel (+ 3:24-90)
Susana [= Daniel 13]
Bel y el Dragón [= Daniel 14]
Oración de Manasés
3 Esdras (LXX 1 Esdras)
4 Esdras
3 Macabeos
4 Macabeos
Odas de Salomón
Salmos de Salomón (escrito por los fariseos)
Carta de Aristeas
Jubileos (historia esquemática)
Oráculos Sibilinos
1 Henoc (Etiópico y griego)
2 Henoc (Eslavo; Libro de los secretos de He)
3 Henoc (Hebreo)
Apocalipsis siríaco de Baruc (2 Baruc; en ocasiones llamado 1 Baruc)
Apocalipsis griego de Baruc (3 Baruc; en ocasiones llamado 2 Baruc)
Antigüedades bíblicas (Pseudo-Filón)
Vida de Adán y Eva (varias versiones)
Paralipómenos de Jeremías (4 Baruc)
Libro arameo de Ajicar
José y Asenet
Martirio y Asunción de Isaías
Testamento de los Doce Patriarcas (de los hijos de Jacob)
Testamento de Job
Testamento (o Asunción) de Moisés
Testamento de Abraham
Testamento de Isaac y Jacob
Testamento de Salomón
Testamento de Adán
Apocalipsis griego de Esdras
Apocalipsis de Sedrac
Apocalipsis de Elías (copto)
Apocalipsis de Sofonías
Apocalipsis de Abraham
Apocalipsis de Adán
Apocalipsis de Ezequiel
Apocalipsis de Moisés
Visiones de Esdras
Otros textos:
Antigüedades Bíblicas (Pseudo-Filón).
Apócrifo de Jeremías sobre la cautividad de Babilonia
Vida de los Profetas
Libro arameo de Ajicar
Apocalipsis de Daniel
Revelación de Esdras
Cuestiones de Esdras
Tratado de Sem
Aristeas el Exégeta
Aristóbulo
Artápano
Cleodemo Malco
Nuevos Salmos de David
Demetrio el Cronógrafo
Eldad y Modad
Eupólemo
Pseudo-Eupólemo
Ezequiel el Trágico
Fragmentos de poetas pseudo griegos
Pseudo-Hecateo
Oraciones sinagogales helenísticas
Escalera de Jacob
Oración de Jacob
Jannés y Jambrés
Historia de José
Oración de José
Menandro siríaco
Órfica
Filón, el poeta épico
Pseudo-Focílides
Historia de los recabitas
Teodoto
Libro de Noé (extractos de 1 Henoc)
APOCALÍPTICA
1 Henoc 51,1-5 (La resurrección de los muertos)
51 1En esos días la tierra devolverá su depósito, el šeol retornará lo que ha recibido, y la destrucción devolverá lo que debe. 2Y él elegirá a los justos y santos de entre ellos, pues estará cerca el día en que éstos sean salvados. 3El Elegido en esos días se sentará sobre mi trono, y todos los arcanos de la sabiduría saldrán de su prudente boca, pues el Señor de los espíritus se los ha dado y lo ha ensalzado. 4En esos días danzarán los montes como cabritos y los collados retozarán como corderos hartos de leche, y todos se convertirán en ángeles en el cielo. 5Sus rostros brillarán de júbilo, pues en esos días el Elegido se habrá alzado y la tierra se alegrará; los justos morarán sobre ella y los elegidos por ella irán y andarán.
Fuente: A. Díez Macho, ed. Apócrifos del Antiguo Testamento. Libro 1 de Henoc (etiópico y griego), trad. por Federico Corriente y Antonio Piñero, en vol. IV, Madrid, Cristiandad, 1982, p. 75.
1 Henoc 69,14-29 (La revelación del nombre oculto del Hijo del hombre)
69 14 Este [Kasbeel] le dijo a Miguel, el santo, que les enseñara el nombre oculto para que lo pronunciaran en juramento, para que temblasen ante este nombre y juramento los que habían mostrado a los hijos de los hombres todo lo oculto. 1 5 Esta es la fuerza de este juramento, pues es fuerte y recio, y puso este juramento, Akae, en la mano del santo Miguel. 16 Estos son los secretos de este juramento... y son fuertes en su juramento... y el cielo fue colgado antes de ser creado el mundo y hasta la eternidad en él. 17 Y por él la tierra se asentó sobre el agua, y de ocultos montes llegarán hermosas aguas, desde la creación del mundo hasta la eternidad. 18 Por este juramento fue creado el mar y se le puso cimiento de arena para la hora de su furia, y no lo pasará desde la creación del mundo hasta la eternidad. 19 En este juramento los abismos se afirmaron y alzaron y no se moverán de su sitio desde la (creación) del mundo hasta la eternidad, 20 Por este juramento, el sol y la luna completan su órbita y no violan su norma desde la (creación) del mundo hasta la eternidad, 21 y por ese juramento las estrellas cumplen su curso: él las llama por sus nombres y le responden desde la (creación) del mundo hasta la eternidad.
22 E igualmente los espíritus de las aguas, del aire y de todos los vientos y sus caminos, según todas las direcciones de los vientos. 23 Allí se guardan las cámaras de la voz del trueno y la luz del relámpago; allí se custodian las del granizo y las de la escarcha, niebla, lluvia y rocío. 24 Todos ellos confiesan y alaban al Señor de los espíritus y lo loan con toda su fuerza, siendo su alimento toda loa, pues alaban, loan y exaltan el nombre del Señor de los espíritus por los siglos de los siglos. 25 Sobre ellos es poderoso este juramento y por él se guardan, y sus recorridos se mantienen y no se alteran sus órbitas.
26 Tuvieron gran alegría, bendijeron, alabaron y exaltaron (a Dios), pues les había sido revelado el nombre de ese Hijo del hombre. 27 Y se sentó sobre su trono de gloria y fue dada la primacía del juicio al Hijo del hombre, que quitará y aniquilará a los pecadores de la faz de la tierra y a los que corrompieron el mundo. 28 Con cadenas serán atados, serán encerrados conjuntamente en un lugar de perdición, y toda su obra desaparecerá de la faz de la tierra. 29 Y ya no habrá nada que se corrompa, pues ese Hijo del hombre ha aparecido y se ha sentado en el trono de su gloria. Todo mal se irá y desaparecerá ante él, y las palabras de ese Hijo del hombre serán firmes ante el Señor de los espíritus.
Esta es la tercera parábola de Henoc.
Fuente: A. Díez Macho, ed. Apócrifos del Antiguo Testamento. Libro 1 de Henoc (etiópico y griego), trad. por Federico Corriente y Antonio Piñero, en vol. IV, Madrid, Cristiandad, 1982, p. 92-93.
1 Henoc 93+91, Apocalipsis de las diez semanas
93 1 Después de esto comenzó Henoc a hablar de los libros. 2 Dijo Henoc: ―Sobre los justos, los elegidos del mundo y el retoño recto, yo, Henoc, os hablaré y sobre ellos os haré saber, hijos míos, según lo que se me mostró en visión celestial y supe de palabra de los santos ángeles, y comprendí por las tablas celestiales.
3 Comenzó, pues, Henoc a hablar de los libros y dijo:
―Yo nací el séptimo, en la primera semana, cuando el juicio y la justicia aún duraban. 4 Tras mí surgirá, en la segunda semana, una gran maldad y brotará la mentira; habrá un primer final y entonces se salvará un hombre; tras cumplirse esto crecerá la iniquidad y habrá una ley para los pecadores. 5 Después, en la tercera semana, en su final, será elegido un hombre como vástago de justo juicio, y tras él surgirá el vástago justo por siempre. 6 Tras eso, en la cuarta semana, en su final, tendrán lugar las visiones de los santos y justos, y se les dará una ley y un cercado para todas las generaciones. 7 Luego, en la quinta semana, al concluir, se alzará eternamente la casa gloriosa y real. 8 Luego, en la sexta semana, todos los que en ella vivan serán ciegos, y todos sus corazones caerán en la impiedad, apartándose de la sabiduría. En ella subirá un hombre, y en su final arderá en llamas la casa del reino, y en ella se dispersará todo el linaje de la raíz escogida. 9 Luego, en la séptima semana, surgirá una generación malvada cuyos actos serán muchos, todos ellos malignos. 10 Al concluir serán elegidos los justos escogidos de la planta eterna y justa, los cuales recibirán sabiduría septuplicada sobre toda su creación. 11 Pues ¿quién hay entre todos los hijos de los hombres que pueda oír la voz del Santo sin estremecerse?, ¿quién puede pensar como él?, ¿quién puede mirar toda la obra celestial? 12 ¿Quién hay que pueda comprender la obra del cielo y ver el alma o el espíritu, que pueda hablar o subir y ver sus fines y comprenderlos, o hacer algo semejante? 13 ¿Qué hombre hay que pueda conocer el ancho y el largo de la tierra, y a quién se han mostrado todas sus medidas? 14 ¿O es que hay quien sepa lo largo del cielo, cuál es su altura y en qué está fijado, y cuál es el número de las estrellas y dónde descansan todas las luminarias?
91 12 Después habrá otra semana justa, la octava, a la que se dará una espada para ejecutar una recta sentencia contra los violentos y en la que los pecadores serán entregados en manos de los justos. 13 Al concluir, adquirirán casas por su justicia. 14 Luego, en la semana novena, se revelará el justo juicio a todo el mundo, y todas las acciones de los impíos desaparecerán de sobre toda la tierra, y el mundo será asignado a eterna ruina, pues todos los hombres mirarán hacia caminos de rectitud. 15 Luego, en la décima semana, en la séptima parte, será el gran juicio eterno, en el que tomará (Dios) venganza de todos los vigilantes. 16 El primer cielo saldrá, desaparecerá y aparecerá un nuevo cielo, y todas las potestades del cielo brillarán eternamente siete veces más. 17 Después habrá muchas semanas innumerables, eternas, en bondad y justicia, y ya no se mencionará el pecado por toda la eternidad.
Fuente: A. Díez Macho, ed. Apócrifos del Antiguo Testamento. Libro 1 de Henoc (etiópico y griego), trad. por Federico Corriente y Antonio Piñero, en vol. IV, Madrid, Cristiandad, 1982, p. 125-127.
1 Henoc 94,1-11
Nuevas exhortaciones
1 Ahora os digo, hijos míos, amad la justicia y marchad por ella, pues los caminos de la justicia merecen ser tomados, mas los de la iniquidad pronto se destruyen y desaparecen. 2 A determinados hombres de una generación (venidera) les serán revelados caminos de violencia y muerte, pero se alejarán de ellos y no los seguirán. 3 Ahora a vosotros justos os hablo: no vayáis por mal camino ni por senderos de muerte, ni os acerquéis a ellos, para que no perezcáis, 4 sino buscad y elegid para vosotros justicia y vida escogida e id por caminos de paz, para que viváis y prosperéis. 5 Mantened en los pensamientos de vuestros corazones mis palabras: que no se borren de ellas, pues sé que los pecadores aconsejan a los hombres hacer de la sabiduría un mal, de modo que no haya ningún lugar para ella y no falten nunca las tentaciones. 6 ¡Ay de aquellos que construyen iniquidad y violencia y cimientan mentira, pues pronto serán aniquilados y no tendrán paz! 7 ¡Ay de aquellos que construyen sus casas con pecado, pues serán destruidas desde el cimiento y por la espada caerán! ¡Y los que adquieren oro y plata pronto sucumbirán al castigo! 8 ¡Ay de vosotros, ricos, pues os confiáis a vuestra riqueza; de ella habréis de salir porque no recordáis al Altísimo en los días de vuestra riqueza! 9 Habéis blasfemado y cometido iniquidad y os habéis hecho dignos del día de efusión de sangre, del día de la tiniebla y del gran juicio. 10 Esto os anuncio y os hago saber: que os aniquilará el que os ha creado, y en vuestra caída no habrá misericordia, pues vuestro creador se gozará de vuestra ruina. 11 Y vuestros justos en esos días servirán de reproche para los pecadores e impíos.
4 Esdras 7,26-38.45-50 (El juicio del mundo)
26 Pues he aquí en que vendrá el día en el que aparecerán los signos que te he dicho, en el que la región que ahora es visible desaparecerá, y en el que (l) la tierra que está escondida apare
cerá. 27 Cualquiera que esté exento del mal que te he dicho, verá mi gloria. 28 Pues mi Mesías aparecerá con aquellos que le acompañan y alegrará a aquellos que resuci
tarán. 29 Y después de esto, servidor mío, mi Mesías (n) acabará, así como todos los hombres que respi
ran. 30 El mundo volverá a su estado primitivo, y per
manecerá mudo durante siete días; como fue anteriormente, nadie sobrevivirá. 31 Después de siete días, el mundo, que aún no es
tará despierto, se despertará y el mundo mor
tal será aniquilado. 32 La tierra devolverá a aquellos que se hayan acostado en ella, el polvo restituirá a aquellos que se han dormido en él y luego las moradas devolverán las almas que fueron colocadas en ellas. 33 En aquel día, el Altísimo aparecerá sobre su trono, que ha creado; su misericordia vendrá; su dulzura se retirará, su paciencia cesará. 34 Sólo quedará el juicio; su justicia se alzará, su fe crecerá. 35 Su obra seguirá, su remuneración aparecerá, su justicia se despertará y la injusticia no dormirá. 36 El pozo del juicio será descubierto ante el lugar del reposo y la fosa del infierno aparecerá enfrente del paraíso de delicias.
37 En ese día, el Altísimo dirá ante el pueblo que se habrá desperta
do: Ved y sabed cuál es Aquel a quien habéis desobedecido, a quien no habéis servido, cuyas órdenes habéis despreciado. 38 Considerad ante nosotros, por una parte la ale
gría y el reposo; por la otra, el juicio y el fuego. Así les hablará en el día del juicio.
39 El día del juicio, he aquí lo que ocurrirá: no habrá ni sol, ni luna ni estrellas. 40 Ni nube, ni rayo, ni truenos, 41 ni viento, ni agua, ni cielo, ni tinieblas, ni noche, ni día, ni invierno, ni primavera, ni verano, ni frío, ni calor, ni vapor, ni granizo, ni hielo, ni nieve, ni lluvia, ni rocío. 42 Ni tarde, ni mañana, ni luz, ni esplendor, ni ful
gor, ni antorcha, pero sólo el brillo de la majes
tad del Señor para que todos aquellos que le esperan vean todo esto en él. 43 La duración de ese día será igual a siete años. 44 Tal será su juicio, tal su decreto. Te he hablado sólo para ti.
45 Le respondí: Señor, ahora digo: ¡Felices aque
llos que existen y que guardan tus mandamien
tos! 46 Pero a propósito de lo que te he preguntado: ¿Cuál es aquel de los vivos que no peca? ¿Cuál es aquel que ha dado a luz y que no ha abando
nado tu ley? 47 Ahora veo cuán raros son aquellos que harás regocijar en el mundo futuro, y qué numerosos aque
llos que serán condenados. 48 Pues un corazón malo ha crecido en nosotros; nos ha hecho errar: nos ha conducido a la im
piedad; nos ha llevado al camino de la muerte, al camino de la corrupción; ha alejado la vida de nosotros; no es lo que ocurre con un peque
ño número, sino con todos los que han sido en
gendrados. 49 Escucha, me dijo, te hablaré y te instruiré de nuevo. 50 Por esto el Altísimo no ha hecho un mundo sino dos.
4 Esdras 8,8-14 (¿Cómo puede Dios entregar su criatura a la perdición?)
8 Ahora creas (al hombre) en la matriz, le haces un cuerpo y miembros, le das un corazón, lo conservas en el fuego y en el agua. Durante nueve meses ella lleva lo que has creado, y es guardado por tu palabra. 9 Luego, después de traerlo su madre al mundo, después de su nacimiento y su creación, 10 Ordenas que la leche mane de todos sus miem
bros hacia sus pechos, fruto del seno, 11 Para amamantar durante un cierto tiempo a aquel que has creado; lo haces crecer por tu mi
sericordia. 12 Lo alimentas con tu justicia; le instruyes en tu ley y le reprendes con tu sabiduría. 13 ¡Luego haces perecer a aquel que has creado y animado, a tu servidor! 14 Pero si destruyes a aquel que has creado y for
mado desde tantos días, ¿por qué lo has crea
do?
4 Esdras 8,63-9,12 (El fin del mundo y sus signos)
8 63 Le dije: Señor, acabas de indicarme la multitud de signos que harás en los días supremos, pero no me has indicado en qué momento tendrán lugar.
9 1 Me respondió: Calcula tú mismo, y cuando hayas visto la realización de una parte de los signos que te he indicado, 2 Has de saber entonces que ha llegado el momento fijado, en el que el Altísimo ha de examinar al mundo que ha creado. 3 Cuando aparezcan en cada país los terremotos; cuando los pueblos estarán alterados, las naciones mezcladas; cuando los reyes se combatan, cuando los príncipes estén asustados, 4 Entonces has de saber que el Altísimo ha hablado de todo ello antes de ese momento. 5 Del mismo modo que todo lo que existe en el mundo tiene su principio en la palabra y su final en la manifestación, 6 Así el mundo del Altísimo tiene su principio en el discurso, los signos y el poder, y su final en la obra y en el milagro.
7 Aquel que se salve y pueda escapar gracias a sus actos y a la fe en la que cree, 8 Aquel evitará los tormentos que te he dicho, verá la vida sobre la tierra y en los límites que me he consagrado fuera de este mundo.
9 Entonces, viendo esto, aquellos que despreciaron mis preceptos, se afligirán; aquellos que rechazaron mi partido y que me han despreciado, serán atormentados por el juicio. 10 Entonces, todos aquellos que me han ignorado durante sus vidas, mientras yo les protegía, 11 Todos aquellos que se enorgullecían contra mí, mientras eran libres, 12 Y que era paciente con ellos, aquellos que no me han conocido, pero que me han rechazado, tendrán que conocerme después de su muerte.
Testamento de los 12 Patriarcas; Testamento de Leví 17,1-2+18,1-14
17 1 Ya que habéis oído 4lo de las setenta semanas, escuchad ahora lo del sacerdocio. 2 En cada jubileo habrá un sacerdocio. En el primero, el primer ungido para el sacerdocio será grande y hablará con Dios como con un padre, y su sacerdocio será perfecto con el Señor.
18 1 Después que el Señor haya tomado venganza de ellos se inte
rrumpirá el sacerdocio. 2 Entonces suscitará el Señor un sacerdote nuevo, a quien serán reveladas todas las palabras del Señor. Él juzgará rectamente en la tierra durante muchos días. [3 Su estrella se levantará en el cielo como un rey, brillando como luz del conocimiento al igual que el sol durante el día, y será ensalzado en el mundo hasta su recepción.] 4 Brillará como el sol en la tierra, eliminará todas las tinieblas bajo el cielo, y habrá paz en todo el mundo. 5 Los cielos se regocijarán en sus días, y la tierra se alegrará. Las nubes exultarán; el conocimiento del Señor se verterá sobre la tierra como agua de los mares; y los ángeles de la gloria [de la faz del Señor] se alegrarán en él. [6 Los cielos se abrirán] y desde el templo glorioso bajará sobre él la santificación con la voz del Padre, como la de Abrahán a Isaac. 7 Le será concedida la gloria del Altísimo, y el espíritu de sabiduría y santidad reposará sobre él [en agua]. 8 Él transmitirá a sus verdaderos hijos la grandeza del Señor por siempre, y no tendrá otro sucesor de generación en generación eternamente. 9 Durante su sacerdocio, los pueblos gentiles de la tierra abundarán en conocimiento y se verán iluminados por la gracia del Señor. [Pero Israel disminuirá por la ignorancia y se llenará de tinieblas en su duelo.] Durante su sacerdocio se eliminará el pecado, y los impíos cesarán de obrar el mal. [Pero los justos encontrarán descanso en él.] 10 Él abrirá ciertamente las puertas del paraíso y apartará de Adán la espada amenazante. 11 A los santos dará a comer del árbol de la vida, y el espíritu de la santificación estará sobre ellos. 12 Él atará a Beliar y dará poder a sus hijos para pisotear a los malos espíritus. 13 El Señor se regocijará en sus hijos y pondrá sus complacencias en sus amados para siempre. 14 Entonces exultarán Abrahán, Isaac y Jacob. Yo me alegraré también y todos los santos se revestirán de alegría.
Testamento de los 12 Patriarcas; Testamento de Judá 24,1-6
24 1 Después de esto se levantará en paz un astro de la estirpe de Jacob [y surgirá un hombre de mi semilla como sol justo, caminando junto con los hijos de los hombres en humildad y justicia, y no se hallará en él ningún pecado. 2 Los cielos se abrirán sobre él para verter las bendiciones del Espíritu del Padre Santo. Él mismo derramará también el espíritu de gracia sobre vosotros. 3 Seréis sus hijos en la verdad y cami
naréis por el sendero de sus preceptos, los primeros y los últimos. 4 Éste es el retoño del Dios Altísimo y la fuente misma para vida de todo ser humano]. 5 Brillará entonces el cetro de mi reino, y de vuestra raíz na
cerá un tallo. 6 En él surgirá un báculo justo para los gentiles, para hacer justicia y salvar a cuantos invoquen al Señor.
FARISEOS
Salmos de Salomón
Salmo de Salomón 6 (Sobre las bendiciones de la plegaria)
Con esperanza. (Salmo) de Salomón
1 Feliz el hombre cuyo corazón está presto a invocar el nombre del Señor,
al recordar el nombre del Señor se salvará.
2 Sus caminos están encauzados por el Señor,
y protegidas las obras de sus manos por el Señor su Dios.
3 La visión de malos ensueños no perturbará su alma,
el vadear ríos o el oleaje del mar no lo asustarán.
4 Al levantarse de su descanso bendice el nombre del Señor;
entona un himno al Nombre de su Dios agradeciéndole la firmeza de su corazón,
5 e implora el favor del Señor sobre toda su casa;
el Señor escucha la súplica de todos los que le son fieles.
6 Cualquier ruego de un alma que en Él confía lo cumple el Señor.
7 Bendito el Señor que derrama su misericordia sobre los que le aman de verdad.
Fuente: “Salmos de Salomón”, A. Piñero Sáenz, en: A. Díez Macho, ed., Apócrifos del Antiguo Testamento, Vol. III, Madrid, Cristiandad, 1982, p. 11-57. Salmo 6: p. 33-34.
Salmo de Salomón 17 (El trono profanado de David será de nuevo glorificado por el Mesías)
Salmo de Salomón, con canto. Para el Rey
1 Señor, Tú eres nuestro rey por siempre jamás;
en Ti, oh Señor, se gloriará nuestra alma.
2 ¿Cuánto se extiende la vida del hombre sobre la tierra?
Mientras dura, en ella pone su esperanza.
3 Pero nosotros esperamos en Dios nuestro salvador,
porque el poder de nuestro Dios es eterno y misericordioso;
su reinado y sus sentencias se mantienen siempre sobre los pueblos.
4 Tú, Señor, escogiste a David como rey sobre Israel;
Tú le hiciste juramento sobre su posteridad,
De que nunca dejaría de existir ante Ti su casa real.
5 Por nuestras transgresiones se alzaron contra nosotros los pecadores;
aquellos a quienes nada prometiste nos asaltaron y expulsaron,
nos despojaron por su fuerza y no glorificaron tu honroso Nombre.
6 Dispusieron su casa real con fausto cual corresponde a su excelencia,
Dejaron desierto el trono de David con la soberbia de cambiarlo.
7 Pero Tú, oh Dios, los derribas y borras su posteridad de la tierra,
Suscitando contra ellos un extraño a nuestra raza.
8 Según sus pecados los retribuyes, oh Dios
se encuentran con lo que sus obras merecen.
9 Dios no se apiadó de ellos;
buscó su descendencia y no dejó ni uno solo.
10 Justo es el Señor en las sentencias que dicta sobre la tierra.
11 Desierta de habitantes ha dejado el impío nuestra tierra;
hicieron desaparecer al joven, al anciano, a los niños.
12 En el calor de su ira los envió hasta Occidente,
a los magnates de la tierra los entregó para ludibrio y no los perdonó.
13 El enemigo obró orgullosamente en su barbarie,
pues su corazón es ajeno a nuestro Dios.
14 Cuanto hizo en Jerusalén,
lo hizo como los gentiles en las ciudades de su dominio.
15 Pero los herederos de la alianza dominaron sobre ellos,
en medio de la mezcolanza de gentiles;
no había entre ellos en Jerusalén quien practicara la misericordia y la verdad.
16 Los rehuyeron quienes aman la comunidad de los santos,
como gorriones volaron de sus nidos.
17 Erraron por los desiertos para proteger sus almas del mal;
preciosa era a los ojos de los refugiados una vida libre de su contacto.
18 A toda la tierra alcanzó su dispersión por obra de los impíos,
porque rehusó el cielo derramar la lluvia sobre la tierra.
19 Se habían detenido las fuentes que siempre fluyen desde las simas de las altas
montañas,
porque no había entre ellos quienes practicara la justicia y la equidad.
20 Desde el prócer al villano, todos viven en pecado,
el rey en impiedades, el juez en la infidelidad y el pueblo en la iniquidad.
21 Míralo, Señor, y suscítales un rey, un hijo de David,
en el momento que tú elijas, oh Dios, para que reine en Israel tu siervo.
22 Rodéale de fuerza, para quebrantar a los príncipes injustos,
para purificar a Jerusalén de los gentiles que la pisotean, destruyéndola,
23 para expulsar con tu justa sabiduría a los pecadores de tu heredad,
para quebrar el orgullo del pecador como vaso de alfarero,
24 para machacar con vara de hierro todo su ser,
para aniquilar a las naciones impías con la palabra de su boca,
25 para que ante su amenaza huyan los gentiles de su presencia
y para dejar convictos a los pecadores con el testimonio de sus corazones.
26 Reunirá (el Rey) un pueblo santo al que conducirá con justicia;
gobernará las tribus del pueblo santificado por el Señor su Dios.
27 No permitirá en adelante que la injusticia se asiente entre ellos,
ni que habite allí hombre alguno que cometa maldad,
pues sabrá que todos son hijos de Dios.
28 Los dividirá en sus tribus sobre la tierra;
el inmigrante y el extranjero no habitará más entre ellos;
29 juzgará a los pueblos y a las naciones con justa sabiduría.
(Pausa)
30 Obligará a los pueblos gentiles a servir bajo su yugo;
glorificará al Señor a la vista de toda al tierra,
y purificará a Jerusalén con su santificación, como al principio,
31 para que vengan las gentes desde los confines de la tierra a contemplar su gloria
trayendo como dones a sus hijos, privados de su fuerza,
para contemplar la gloria del Señor, con la que Dios la adornó.
32 Él será sobre ellos un Rey justo, instruido por Dios;
no existe injusticia durante su reinado sobre ellos,
porque todos son santos y su Rey es el ungido del Señor.
33 No confiará en caballos, jinetes ni arcos;
no atesorará oro y plata para la guerra,
ni el día de la batalla acrecentará sus esperanzas la multitud de sus guerreros.
34 El Señor es su Rey. Su esperanza es la del fuerte que espera en Dios.
Se apiadará de todas las naciones
que vivan ante Él con religioso temor.
35 Golpeará la tierra continuamente con la palabra de su boca,
pero bendecirá al pueblo del Señor con sabiduría y gozo.
36 El Rey mismo estará limpio de pecado para gobernar un gran pueblo,
para dejar convictos a los príncipes y eliminar
a los pecadores con la fuerza de su palabra.
37 No se debilitará durante toda su vida, apoyado en su Dios
porque el Señor lo ha hecho poderoso por el espíritu santo,
lleno de sabias decisiones, acompañadas de fuerza y justicia.
38 La bendición del Señor está sobre él en la fuerza,
no sentirá debilidad.
39 Su esperanza está puesta en el Señor,
¿quién podrá contra él?
40 Es fuerte en sus actos y poderoso en su fidelidad a Dios,
apacentando el rebaño del Señor con justicia y fidelidad.
No le permitirá a ninguno flaquear mientras es apacentado.
41 Conducirá a todos en la rectitud,
y no habrá en ellos orgullo para oprimir a los demás.
42 Sus palabras son más acrisoladas que el oro apreciadísimo;
en las asambleas juzgará las tribus del pueblo santificado;
sus palabras son como palabras de santos en un pueblo santificado.
44 Felices los que nazcan en aquellos días,
para contemplar la felicidad de Israel cuando Dios congregue sus tribus.
45 Apresure Dios sobre Israel su misericordia,
líbrenos de la inmundicia de enemigos impuros.
46 El Señor es nuestro Rey para siempre jamás.
Fuente: “Salmos de Salomón”, A. Piñero Sáenz, en: A. Díez Macho, ed., Apócrifos del Antiguo Testamento, Vol. III, Madrid, Cristiandad, 1982, p. 11-57. Salmo 17: p. 49-55.
Salmo de Salomón 18 (Sobre el Mesías)
Salmo de Salomón. De nuevo sobre el Ungido del Señor
1 Señor, tu misericordia permanece por siempre sobre las obras de tus manos;
tu bondad con grandes dones está sobre Israel.
2 Tus ojos los contemplan y nada les faltará;
tus oídos escuchan la esperanzada súplica del pobre.
3 Tus sentencias se ejecutan en toda la tierra con misericordia,
y tu amor reposa en la descendencia de Abrahán, los hijos de Israel.
4 Tu corrección nos llega como a hijo primogénito y único,
para apartar al alma dócil de la necia ignorancia.
5 Purifique Dios a Israel para el día de la misericordia y la bendición,
para el día de la elección, cuando suscite a su Ungido.
6 Felices los que nazcan en aquellos días,
para contemplar los bienes que el Señor procurará a la generación futura.
7 Bajo la férula correctora del Ungido del Señor, en la fidelidad a su Dios,
con la sabiduría, la justicia y la fuerza del Espíritu,
8 para dirigir al hombre hacia obras justas en la fidelidad a su Dios,
para ponerlos a todos en presencia del Señor,
9 como una generación santa que vive en la fidelidad a su Dios en momentos de
misericordia.
(Pausa)
10 Grande es nuestro Dios y glorioso el que habita en los cielos,
que ordenó su camino a las luminarias para la determinación de las horas,
de día en día,
y no se apartan del camino que les has señalado.
11 Fieles a Dios, recorren cada día su camino,
desde el día en que Dios las creó, perpetuamente.
12 No se desviaron desde el día de su creación,
desde las antiguas generaciones no se apartaron de sus caminos,
salvo cuando Dios se los mandó por orden de sus servidores.
Fuente: “Salmos de Salomón”, A. Piñero Sáenz, en: A. Díez Macho, ed., Apócrifos del Antiguo Testamento, Vol. III, Madrid, Cristiandad, 1982, p. 11-57. Salmo 17: p. 56-58.
DUALISMO
1QS 3,13-4,26: LA INSTRUCCIÓN SOBRE LOS DOS ESPÍRITUS
Florentino GARCÍA MARTÍNEZ, Textos de Qumrán, Trotta, Madrid 19924, p. 52-54
Introducción
Col. III
13 ... Para el sabio, para que instruya y enseñe a todos los hijos de la luz sobre la historia de todos los hijos de hombre, 14 acerca de todas las clases de sus espíritus, según sus signos, acerca de sus obras en sus generaciones, y acerca de la visita de su castigo y 15 del tiempo de su recompensa.
Prólogo. Dios, Creador de todo
Del Dios de conocimiento proviene todo lo que es y lo que será. Antes de que existieran fijó todos sus planes 16 y cuando existen completan sus obras de acuerdo con sus instrucciones, según su plan glorioso y sin cambiar nada. En su mano están 17 las leyes de todas las cosas, y él las sostiene en todas sus necesidades. Él creó al hombre para dominar 18 el mundo,
A) Los dos espíritus
y puso en él dos espíritus, para que marche por ellos hasta el tiempo de su visita: son los espíritus 19 de la verdad y de la falsedad. Del manantial de la luz provienen las generaciones de la verdad, y de la fuente de tinieblas las generaciones de falsedad. 20 En mano del Príncipe de las Luces está el dominio sobre todos los hijos de la justicia; ellos marchan por caminos de luz. Y en mano del Ángel 21 de las tinieblas está todo el dominio sobre los hijos de la falsedad; ellos marchan por caminos de tinieblas. A causa del Ángel de las tinieblas se extravían 22 todos los hijos de la justicia, y todos sus pecados, sus iniquidades, sus faltas y sus obras rebeldes, están bajo su dominio 23 de acuerdo con los misterios de Dios, hasta su tiempo; y todos sus castigos y sus momentos de aflicción son causados por el dominio de su hostilidad; 24 y todos sus espíritus de su lote hacen caer a los hijos de la luz. Pero el Dios de Israel y el ángel de su verdad ayudan 25 a todos los hijos de la luz. Él creó a los ángeles de la luz y de las tinieblas, y sobre ellos fundó todas sus obras, 26 [sobre sus ca]minos todos los trabajos. Dios ama a uno de ellos por todos
Col. IV
1 los tiempos eternos, y en todas sus acciones se deleita por siempre; del otro, él abomina sus consejos y odia sus caminos por siempre. ...
B) El espíritu de la verdad: caminos y retribución
2 ... Éstos son sus caminos en el mundo: iluminar el corazón del hombre, enderezar ante él todos los caminos de justicia y de verdad, instalar en su corazón el temor de los preceptos 3 de Dios; es un espíritu de humildad, de paciencia, abundante misericordia, bondad eterna, inteligencia, comprensión, sabiduría poderosa que confía en todas 4 las obras de Dios y se apoya en la abundancia de su gracia; un espíritu de conocimiento en todos los planes de acción, de celo por los preceptos de justicia, de planes 5 santos con inclinación firme, de abundante misericordia con todos los hijos de la verdad, de pureza gloriosa que odia todos los ídolos impuros, de conducta modesta 6 con prudencia en todo, de discreción acerca de la verdad de los misterios del conocimiento. Éstos son los consejos del espíritu a los hijos de la verdad en el mundo. Y la visita de todos los que en él marchan será para curación,
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