Para el estudio de este artículo es necesario realizar la siguiente lectura: Habacuc 1:2-5; 2:1-4, 14, 20; 3:1, 2.
La verdad Central en este artículo es que la fe en Dios nos permite perseverar en tiempos difíciles.
El objetivo primordial en este artículo es examinar algunas preguntas que el creyente enfrenta cuando observa el triunfo del mal. Aceptar el control supremo de Dios sobre la actividad de toda la humanidad.
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Si Habacuc escribiera hoy, haría preguntas como estas: ¿Porque Dios no interviene en el problema de las drogas? ¿Porque permite Dios que los creyentes mueran en accidentes provocados por los que conducen borrachos, o a manos de terroristas? ¿Porque permite Dios que personas se contagien de SIDA mediante transfusiones de Sangre contaminada? Si Dios domina todo ¿porque permite que le sucedan cosas malas a gente buena?
La importancia del libro de Habacuc reside en los dos principios que enseña:
1. Dios esta en control de la historia.
2. El justo vivirá por fe.
De manera que Habacuc comenzó su libro explicando cuán agobiado se sentía por las condiciones de maldad y pecado que existían a su alrededor. Aunque había estado orando por la ayuda de Dios por mucho tiempo, parecía que Dios ya no escuchaba o que simplemente ya no le importaba. Habacuc se preguntó cuanto tiempo tenía que orar para que Dios oyera.
Sin embargo, Dios le reveló al profeta el inminente juicio sobre Israel. Pero el profeta se quedó aún más perplejo: ¿Porque habría Dios de usar a los odiados Caldeos como agentes de su juicio?. Si a las claras Babilonia (Caldeos) era aún más malvada que Israel. Con el tiempo, Habacuc determinó que Dios en su soberanía tenía el derecho de fijar el curso de la historia de Israel, aún al levantar a una nación enemiga como instrumento de corrección y castigo. Pero eso presentaba otro problema para Habacuc. Se preguntaba si Dios permitiría que Babilonia siguiera saqueando otras naciones sin intervenir mandando el juicio sobre ellos.
Lo esencial de la profecía era que Dios levantaría a Babilonia para castigar a Israel. Sin embargo, eso no quería decir que Dios aprobaba la maldad de Babilonia. Ellos también, con el tiempo sentirían la ira de Dios. El los abatiría también. Aunque lleno de temor, y temblando al pensar en lo que le esperaba, Habacuc cerró su libro y esperó en fe.
Ante lo anterior surgen algunas interrogantes: ¿porque no pudieron los justos encontrar consuelo dentro del sistema legal de la nación?. ¿Porque estaba perplejo el profeta ante la respuesta a la primera pregunta? ¿Demostró Habacuc debilidad espiritual cuando admitió sus temores? ¿Como se regocijaría Habacuc si la nación sufría de la manera que el describe en el verso 17?
Lo anterior estudiado lo aplicamos de la siguiente manera: ¿Ha tenido usted que hacer frente algún dilema últimamente? Las situaciones difíciles se producen en ocasiones en que menos estamos preparados estamos para ellas. Pero ¿Como se prepara uno para los problemas? En tiempos difíciles la razón falla, pero Dios no...
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