Dediquemos un poco de tiempo a hacer las siguientes lecturas:
Isaias 40:28-31; 42:1-4; 51:1-3.
La verdad central en este artículo es el mensaje del amor de Dios como la esperanza para los oprimidos.
El propósito primordial es reconocer que Dios es la única fuente de ayuda en tiempos difíciles. Volverse a Dios en fe cuando uno se enfrenta a cualquier dificultad.
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Es obvio que vivimos en un mundo lleno de tensiones. Muchos viven agobiados por las presiones de la vida. Las salas de los psiquiatras están llenas de personas vencidas por la desesperación. Cada año miles pierden las esperanzas y se suicidan. Otros se vuelven al alcohol. No es raro encontrar personas abrumadas en nuestras iglesias. Sólo Dios puede dar la esperanza que el mundo desea.
Isaias le escribió a un pueblo desfallecido. Israel, que en un tiempo fue una gran nación bajo el reinado de David y Salomón, se había convertido en el Israel cautivo. En ese tiempo de cansancio, Isaias escribió acerca del Dios que renovaría el vigor de ellos. La clave para encontrar renovación espiritual es esperar “a Jehová" (Isaias 40:31). La persona que espera en Dios es la que continúa buscando a Dios pacientemente aunque no vea la respuesta de inmediato. Esa persona recibe la fortaleza que tanto necesita. Puede levantarse sobre sus problemas como el águila, o puede seguir corriendo o caminando para Dios. Nadie tiene porque flaquear.
¿Exactamente quien es el siervo escogido de Dios? ¿Es un gobernante militar? ¿Una figura política? Dios no dejó ningún misterio en cuanto a como sería el Mesías. Isaias 42 comienza con una profecía acerca del Mesías y su Naturaleza. A Cristo se le identifica como el siervo de Dios. Si alguien alguna vez se merecía la atención y la alabanza de los hombres era el Mesías. Existe mucha injusticia en el mundo, y sólo el siervo especial, escogido de Dios, puede traer la paz que tanto hace falta.
Isaias 51 comienza con este reto: “Mirad a la piedra de donde fuiste cortado, y el hueco de la cantera de donde fuiste arrancado" La frase ilustraba los comienzos humildes pero firmes de Israel. Esa gran nación floreció por la fidelidad de Dios en darle un hijo a Abraham y a Sara, que eran ya muy ancianos para tener hijos. Dios les recordó que así como habían bendecido en el pasado así lo haría hoy. Nosotros también debemos de mirar a Dios en momentos de desaliento y recordar como nos ha bendecido en el pasado.
Dado lo anterior nos hacemos las siguientes preguntas:
¿En que sentido podemos acordarnos de los grande y poderoso que es Dios? ¿Que experiencia vemos en las imágenes de levantarán, correrán y caminarán? Según Isaias 40:31; ¿En que sentido es Jesucristo el sirvo de Dios a la vez que su hijo? ¿Como resolvió Jesucristo, en general, los conflictos verbales con sus enemigos? ¿Como fue el ejemplo de Abraham y Sara un testimonio de la fidelidad de Dios?.
Lo anterior expuesto lo aplicamos así: Sería maravilloso si todo nos saliera bien. Pero sabemos que eso no es posible... Es en esos momentos donde nuestro Padre Celestial a través de su palabra que nos infunde ánimo y aliento para seguir adelante.
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