Génesis - Recursos Cristianos

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miércoles, 25 de mayo de 2016

Génesis

Género Libro sagrado
Idioma Hebreo bíblico
Título original Γένεσις (griego)
בְּרֵאשִׁית (hebreo).
Adam-und-Eva-1513.jpg 

Génesis es el primer libro de la Torá (‘La Ley’ o Pentateuco) y también el primer libro del Tanaj, la Biblia hebrea (conocida por los cristianos como el Antiguo Testamento). En hebreo los libros del Pentateuco se conocen por su primera palabra, así que para los hebreos este libro es Bereshit ('En el principio').

El nombre génesis proviene del griego γένεσις (/guénesis/), ‘nacimiento, creación, origen’, en Génesis 2:4. En hebreo esta palabra «génesis» se dice תּוֹלֵדוֹת (‘generación’) aunque como título del libro se utiliza בְּרֵאשִׁית (/bereshít/), en ʿivrit o hebreo Be reshith son las primeras palabras de la Torá (y por ende del Tanaj) y significan «En (el) Principio» , siguiendo Génesis 1:1).

Autor y fecha de composición

El Libro del Génesis no menciona a ningún autor. Muchos estudios académicos están de acuerdo en que tiene varias fuentes, redactadas por varios religiosos, por ejemplo en la época del cautiverio en Babilonia, y que tiene muchos autores (hipótesis documentaria o hipótesis JEDSR).
Durante la mayor parte del siglo XX, los estudios académicos sobre los orígenes del génesis estuvieron dominados por la hipótesis documentaria formulada por Julius Wellhausen a finales del siglo XIX.[cita requerida] Esta hipótesis ve el Génesis como una compilación de fuentes inicialmente independientes: el texto J, llamado así por su uso del término YHWH (JHWH en alemán) como el nombre de Dios; el texto E, llamado así porque usa Elohim como el nombre de Dios; y el texto P, o fuente sacerdotal, debido a su preocupación por el sacerdocio de Aarón y los levitas. Estos textos fueron compuestos de manera independiente entre el 950 y el 500 a. C. y sufrieron numerosos procesos de redacción, culminando en su forma actual alrededor del 450 a. C. Se han identificado varias fuentes adicionales que no se pueden atribuir a ninguno de los tres documentos originales, especialmente Génesis 14 (la batalla de Abraham y los «reyes de Oriente») y la «bendición de Jacob».
La tradición sostiene que Moisés escribió el Pentateuco (los ‘cinco libros’ que contienen al Génesis). Entre los estudiosos medievales esta tradición se mantuvo incuestionada hasta la hipótesis de Wellhausen.
En la primera mitad del siglo XX, la ciencia de la arqueología bíblica, desarrollada por William F. Albright y sus seguidores, combinada con la aplicación de nuevos métodos de estudio como la crítica de fuentes y la historia de la tradición, desarrollada por Hermann Gunkel, Robert Alter y Martin Noth, parecen demostrar que las historias del Génesis están basadas en tradiciones orales del II milenio a. C.. Así, a mediados del siglo XX parecía que la arqueología y el mundo académico habían reconciliado la hipótesis de Wellhausen con una versión modificada de la autoría de Moisés.
Este consenso fue roto en los años 70 con la publicación de dos libros: "La historicidad de las narraciones patriarcales" (1974) de Thomas L. Thompson y "Abraham en la historia y la tradición" (1975) de John Van Seter. En ellos se señalaba que la evidencia arqueológica que conectaba al autor del Génesis al II milenio a. C., podría apuntar igualmente al I milenio y que las tradiciones orales no eran tan fácilmente recuperables como Gunkel y otros habían afirmado. Un tercer trabajo, "La fabricación del Pentateuco" (1987) de R. N. Whybray analizaba las asunciones que subyacían en el trabajo de Wellhausen y las consideró ilógicas y poco convincentes, mientras que William G. Dever atacó las bases filosóficas de la arqueología bíblica de Albrightean, argumentando que no era ni deseable ni posible usar la Biblia para interpretar los registros arqueológicos.
Actualmente las teorías mayoritarias se pueden dividir en tres grupos:
  1. Revisiones del modelo documental de Wellhausen, de los que el modelo de Friedman es uno de los más conocidos.1
  2. Modelos fragmentarios, como el de R. N. Whybray, que ven la Torah como el producto de un único autor trabajando a partir de una multitud de pequeños fragmentos más que de extensas fuentes coherentes.2
  3. Modelos suplementarios como el de John Van Seter, que ve en el Génesis la adición gradual de material a lo largo de muchos siglos por muchos autores.3

Origen del nombre «Génesis»

El nombre griego proviene del contenido del libro: el origen del mundo, el género humano y el pueblo judío, la genealogía de toda la humanidad desde el comienzo de los tiempos. También "génesis" tiene el sentido de "prólogo", ya que la historia judía comienza propiamente con el Éxodo, del cual el Génesis es simplemente un prolegómeno. Este título aparece en la Versión de los Setenta o Septuaginta Griega. En hebreo, el libro se llama «Bere'schíth»: "En el Principio", que se toma de la primera palabra de la frase de apertura.
Según el Génesis, el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Varios de los personajes de este libro son relevantes para el pueblo judío: Noé, Abraham, Isaac, Jacob y José, por ejemplo.

División tradicional

Es costumbre de los hebreos dividir el libro —al igual que el resto de los libros del Pentateuco— en doce parashiot (plural femenina de parashah o parashá) o lecturas semanales, cada una de las cuales es leída cada semana en el ciclo anual de lecturas de la Torá.

Temas principales

Los temas básicos de los que se ocupa este libro son tres: la Promesa, la Elección y la Alianza. En esto no es original, ya que los tres se repiten a lo largo de toda la Torá, pero cada uno de ellos es dominante en distintas partes del Génesis.
En la historia primitiva las intenciones de YHWH (Dios) se ven obstaculizadas por la infidelidad del Hombre. En la historia de Abraham la fe es abandonada, puesta a prueba y resulta victoriosa al final para ser restaurada completamente; quienes no la han perdido nunca, se ven recompensados. En tiempos de Jacob se explica que la elección de Dios por el pueblo hebreo no persigue ningún fin espurio, sino que es generosa y desinteresada. Con José, por fin, la Providencia frustra los malos impulsos humanos y los dirige pacientemente para hacerlos cumplir, en última instancia, con los planes y objetivos del diseño divino.

Géneros literarios

El Génesis encaja exactamente en la definición de libro histórico bíblico, recordando siempre que el término "histórico" no debe entenderse en el sentido que se otorga a la historiografía moderna. Esto es especialmente cierto para los capítulos sobre los orígenes y para la historia de los patriarcas.
Pero el Génesis también es lo siguiente:
  • Historia de familia: una larga serie de biografías, cronologías y genealogías de antepasados que se centran en los acontecimientos familiares despreciando los hechos políticos o religiosos. No sigue la sucesión de gobiernos sino la de los parientes.
  • Historia popular: Suele detenerse en minucias argumentales que pueden interesar al pueblo llano y frecuentemente omite hechos que parecen esenciales a los historiadores modernos.
  • Historia religiosa: Todo lo narrado es visto bajo el criterio de que es consecuencia de la acción directa de Yahweh, el Dios único, que interviene incuestionablemente en todos y cada uno de los momentos decisivos. Además, todos los hechos se agrupan y se explican en función de postulados teológicos destinados a probar una u otra tesis religiosas.
A pesar de estas precisiones, el Génesis da toda la impresión de narrar -en la historia de los patriarcas- hechos que fueron o semejan ser reales, dando unas muy vívidas imágenes del origen y migraciones del pueblo hebreo, de sus raíces étnicas y lingüísticas y de sus estructuras morales, sociales y culturales.

Interpretaciones de la creación del mundo y el relato del Edén

Abraham presenta a Isaac en sacrificio.
Para muchos, los once primeros capítulos del Génesis merecen ser considerados aparte del resto, pues describen en una forma popular el origen y creación del mundo, el hombre y la vida en general. En la actualidad, la gran mayoría de los cristianos consideran los primeros capítulos del Génesis como escritos simbólicos, que no deben ser entendidos literalmente. Sin embargo, unos pocos creen que son históricamente correctos.
La historia de la creación del mundo comienza con una contradicción sustancial entre el primer capítulo y el segundo capítulo del Génesis. En el primer capítulo Dios crea primero a los animales, y entonces crea al hombre y a la mujer a su imagen, sin establecer ninguna prioridad entre ellos (Génesis 1:25-26); pero en el segundo capítulo, en Génesis 2:4 aparece una nueva introducción a un relato distinto: Dios, esta vez llamado Yahweh (Jehová) crea primero al primer hombre, Adán y lo ubica en el huerto del Edén; más adelante crea a los animales y por último crea a la primera mujer, Eva, de una costilla de Adán.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó
Génesis 1.27 (versión Reyna-Valera, 1909)
Y de la costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre
Génesis 2.22 (versión Reyna-Valera, 1909)
Se han realizado innumerables lecturas de los primeros capítulos del Génesis y varias explicaciones del doble relato de la creación del mundo: además de las interpretaciones oficiales de cada Iglesia cristiana y las distintas tradiciones judaicas, se hicieron lecturas por fuera de la religión oficial: místicas, alegóricas y científico-académicas. Entre ellas está la Kabbalah hebrea, la alegórica, incluyendo una alegoría a la evolución del Universo (teoría del Big Bang) y la teoría de Darwin (teoría de la Evolución).
Para los creacionistas, defensores de la veracidad absoluta de las Sagradas Escrituras, no hay contradicción entre los dos capítulos. Cada cual hace hincapié en un aspecto distinto de la creación. El primer capítulo del libro expone un resumen global de la creación que culmina con la institución del día de reposo, mientras que en el segundo, se detalla la creación humana y la institución del matrimonio: Mientras que el primero se anuncia que Dios creó al hombre y a la mujer, en el segundo se detalla como se realizó.
Según los creacionistas, la aparente contradicción nace de un error de traducción. En la Antigua Reina Valera, en el verso 19 del capítulo 2, se usa el pasado perfecto '"formó"' en vez del pasado pluscuamperfecto '"había formado"', dando al pasaje un sentido ambiguo.
Formó, pues, Dios de la tierra, toda bestia del campo y toda ave de los cielos y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
Génesis 2.19
En cuanto a la creación de Adán y Eva, el pasaje de Génesis 1: 27, no dice que fueron creados simultáneamente, sino que fueron creados en el mismo día. Por lo cual los creacionistas sostienen que el capítulo dos no contradice al primero, sino que solo añade detalles no mencionados en el capítulo uno. Como por ejemplo; que antes de crear a la mujer, Dios trajo todas las criaturas ante Adán para que les pusiera nombre. Todo esto con un propósito mayor que la mera taxonomía de la fauna.
Y dijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo, haréle ayuda idónea para él.
Génesis 2.18
Según esta interpretación, Dios creó una mujer y se la dio a Adán. Él quiso que el hombre reconociera primero que algo le faltaba, y por eso le trajo todos los animales.
Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo: mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.
Génesis 2.20
Adán vio que había león y leona, carnero y oveja. Pero para el varón (ish) no había una varona o hembra (isha).4
Y Dios hizo caer sueño sobre Adan, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar; Y de la costilla Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. Y dijo Adan: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Esta será llamada Varona ('Isha'), porque del varón fue tomada.
Génesis 2.21-23
Fuera de las lecturas creacionistas, la discrepancia bíblica sobre la creación alimentó la leyenda de Lilith, según la cual Dios creó primero una mujer llamada Lilith, que sería la mujer referida en el primer capítulo, y Eva, que aparece en el segundo, resultaría ser en cambio la segunda mujer. (véase Leyendas del cristianismo).
En los círculos académicos predomina otra interpretación. La contradicción entre los capítulos uno y dos del Génesis es explicada mediante la hipótesis documentaria. Según esta interpretación el libro del Génesis no fue escrito por Moisés y en realidad se trata de una fusión de cuatro fuentes distintas, escritas por distintas personas en diferentes momentos y lugares. El capítulo 1 es identificado con la tradición sacerdotal mientras que el capítulo 2 pertenece a la escuela yavista.
La tradición sacerdotal, que compone el primer capítulo del Génesis, es la fuente más tardía, posterior al exilio en Babilonia, cuando el judaísmo se cimentaba más como una religión que como una nación en particular, y cuyo propósito sería también reforzar la idea del sábado como día sagrado de descanso, además por supuesto de dejar claro que toda la creación, incluido el hombre, son obra de Elohim.
Por otra parte, el segundo capítulo del Génesis se trataría de un escrito mucho más antiguo, de la época de los reyes en Israel, el cual vendría a ser un lamento en el que la situación sedentaria y civilizada centrada en ciudades del reino conllevaba también injusticias, pobreza y marginación, pues para ellos el relato del segundo capítulo del Génesis parecería ensalzar los valores del nomadismo y de la cercanía con Yahweh provenientes de la vida en el desierto.

Relación entre el «Génesis» bíblico y los mitos sumerios

Al analizar la mitología sumeria y relacionadas (sumerios, acadios, babilonios y asirios), en tablillas con historias de origen sumerio ―como el Enuma Elish―, se pueden encontrar puntos en común, o influencia con la historia bíblica del Génesis.
  • Según la mitología sumeria, la diosa Ki tomó un hueso de Enki y creó una diosa llamada Nin-ti, la ‘mujer del hueso’. (Paralelismos con la historia de Eva).5
  • Enki creó a los seres humanos y un lugar donde el hombre podía vivir sin miedo a los animales, un lugar sin terror; pero posteriormente su hermano Enlil descubrió que los humanos tenían un comportamiento inadecuado, y por ello los expulsó de este paraíso. (Paralelismos con la historia del Jardín del Edén).
  • También se menciona las disputas de dos dioses, la diosa del grano llamada Ashnan y la diosa del ganado llamada Lahar. Un problema similar se menciona entre Emesh y Enten que estaban encargados de la vegetación, bosques y campos, y el otro de las cosechas y la agricultura y de los animales y el ganado, los cuales tuvieron una gran disputa (Paralelismos con la historia de Abel y Caín).
  • La historia bíblica del Diluvio universal, y la historia de Gilgamesh.

Bosquejo del Génesis

Estructura:
  • La creación 1:1 – 2:3 (el primer relato de la creación).
  • Relato de los cielos y la tierra… 2-4-4; 26 (el segundo relato de la creación y estancia en el Edén).
  • Libro de generaciones de Adán… 5:1 -6:8
  • Registro de las generaciones de Noé… 6:9 – 9:29
  • Registro de las generaciones de Sem, Cam y Jafet… 10:1 – 11:9
  • Registro de las generaciones de Sem… 11:10- 26
I.-La historia primitiva: TEMA: cuatro acontecimientos principales:
Estructura:
  • Registro de las generaciones Taré………………... 11:27; 25:11
  • Registro de las generaciones de Ismael…………... 25:12-18
  • Registro de las generaciones de Isaac……………. 25:19; 35:29
  • Registro de las generaciones de Esaú…………….. 36:1; 37:1
  • Registro de las generaciones de Jacob……………. 37:2; 50:26
II.-La historia Patriarcal: TEMA: cuatro personajes sobresalientes: a) Abraham, b) Isaac, c) Jacob, d) José

Bibliografía, referencias y notas al pie


  • Richard Elliot Friedman: "The Bible with sources revealed", 2003.

  • R. N. Whybray, The making of the Pentateuch: a methodological study. Sheffield: JSOT Press, 1987.

  • Van Seters, John: Abraham in history and tradition. Yale University Press, 1975.

  • El término isha significa literalmente ‘hombre femenino’ o ‘varona’, como figura en alguna traducción española.

    1. Es posible que tanto los sumerios como los antiguos hebreos estuvieran muy familiarizados con las osamentas de animales. Notarían con facilidad que a los esqueletos humanos de varones no les faltaba ninguna costilla, y en cambio sí les faltaba un hueso fundamental que encontrarían en todas las osamentas de animales machos: el báculo. Quizá sea este el «hueso» (tzelá) cuya ausencia los antiguos notaban en los esqueletos humanos.

    Véase también

    Génesis
    (Pentateuco)
    Libro siguiente:Éxodo


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