Por: Misael Castro
Redaccion: Maylin Waleska Maradiaga
Año 2018
Año 2018
Las
expectativas de juicio ya se hacían
sentir en aquellos siglos antes de la gran
catástrofe universal; destrucción que dio por terminada a un total de 10
genealogías resumiendo a una la continuidad de la raza humana, hechos que
marcan totalmente la historia de la humanidad que antecedió al diluvio, pero según relata la
historia bíblica en Génesis 5:29 que
dice:
“Y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras,
y del trabajo de nuestras manos, á causa de la tierra que Jehová maldijo”.
Cuando Noé nació hubo grandes expectativas de
salvación por causa de su nacimiento y en palabras proféticas de Lamech, su
padre, quien era el noveno en la línea genealógica desde que adán fue creado; estas
palabras proféticas de Lamech indican la gran necesidad que existía por causa
de la maldición que recibió la tierra por causa del pecado del hombre según Génesis
3:17.
“Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste á la
voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de
él; maldita será la tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella todos los
días de tu vida;”
La
profecía de Lamech, padre de Noé, no solo representa la gran salvación que Dios
traería por medio de Noé, sino también la salvación futura que es en Cristo Jesús,
pues Noé tanto en acción como en vida espiritual es tipo y figura de Cristo
Jesús; y el diluvio en cuanto la magnitud devastadora representa a los grandes Juicios de Dios que tiene
destinado para esta perversa generación que al igual que aquella en el tiempo
de Noé no ha querido dejar de hacer lo malo.
Paralelo
a la vida de la familia de Noé en tierra
de Nod al oriente del huerto del Edén, es decir lo que hoy es Irak , una gran
cantidad de hombres y mujeres se multiplicaron, esta era la descendencia de
Caín, quien había sido expulsado de la tierra por causa de la muerte de Abel su
hermano, según Génesis 4:17 Caín tomó mujer, quiere decir que tomó a parientes
cercanos, es decir que las hijas de Adán que nacieron en el año 800 de la vida
de Adán; según Génesis 5:4 de la descendencia de Caín surgen 9 patriarcas y una mujer. Según Génesis 4:16-24 de toda
esta proliferación cainiana de una u
otra forma maldita por causa de su padre fue que se llenó de maldad aquella
generación.
Según Génesis 4:15 y Génesis 4:23-24 estos
descendientes de Caín no podian ser exterminados a causa de aquella señal que
fue puesta en el primer homicida padre de aquella generación; de una y otra
forma es lo que se da a entender en Génesis 6:1-2 y 4 al referirse a los hijos
de Dios, es decir a aquellos que seguían la línea de Seth Enós, Caínan, Mahaleleel, Jared, Henoch, Matushalem, Lamech y Noé se
diferenciaban por sus acciones.
Por lo
que aquellos que no invocaban el nombre de Jehová a la manera de estos 9
hombres eran considerados totalmente mundanos; ¿Pero en qué era lo que hacía
diferente a estos hombres al resto de aquella sociedad? La diferencia enorme de
esta radica en la expresión en que
literalmente hablando nos deja el redactor de Génesis a manera de cometario según Génesis 4:26 cuando la descendencia de Seth comienza
a buscar el rostro de Dios.
Al igual
que el nuevo pacto, en aquello Dios, Nuestro Dios les había advertido no
mezclarse con la familia de Caín, esto con el propósito de perpetuar la buena
simiente.
Como
consecuencia de la desobediencia de la descendencia buena, en otras palabras,
los hijos e hijas que engendraron Seth, Enós Y Cainán, Mahalaleel, Jared; Henoch, y Matushalem cometieron la
desobediencia de mezclarse con la simiente cainita,
simiente que estaba señalada como mala, producto de ello es que surge como
castigo de Dios hacia aquella mala decisión que tomaron los hijos de Dios que
invocaron su nombre, es que surgieron los
gigantes según Génesis 6:4 que dice:
“Había gigantes en la tierra en aquellos
días, y también después que entraron los hijos de Dios á las hijas de los
hombres, y les engendraron hijos: éstos fueron los valientes que desde la
antigüedad fueron varones de nombre.”
Dios
intentaba vehementemente en preservar la vida de la raza humana, intentando
tener separados los unos de los otros, al llenarse la Tierra de corrupción y
violencia el balance se perdió, es decir los malos superaron a los buenos, este
desenlace se dio aproximadamente en el año 1536 al 1556 que la maldad había llegado
a su punto más alto, a tal grado de colmar la paciencia de Jehová. (Génesis 6:6)
“Y arrepintióse Jehová de haber hecho hombre
en la tierra, y pesóle en su corazón”
En conclusión,
la desobediencia a la voz de Dios de no mezclarse con la descendencia cainita
trajo como consecuencia el pecado y posteriormente la destrucción final con el
gran diluvio.
Para confirmar que este era el pecado capital lo confirmamos en la palabra del maestro cuando dijo lo siguiente en Lucas 17:26-27 que dice:
“Y como en los días de Noé, así también sería
en días del Hijo del Hombre Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las
mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y
destruyó a todos”
Estas palabras del maestro en
respuestas a las cuestiones de los fariseos (Lucas 17:20) tiene dos aplicaciones. La
primera tiene relación con la forma analógica que Cristo usó al comparar los
tiempos que predicación de la Gracia y la Virtud Salvadora del Evangelio con
los tiempos de Noé. La segunda aplicación tiene relación con el contexto social
mencionado en Génesis 6:1-4 y 11 al aclararnos,
cual era realmente el pecado que más le desagradó a su Padre, pecado que causó severas consecuencias de castigo que exterminó
a toda aquella generación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tienes alguna duda, comentario, sugerencia no te olvides de dejarlo para poder mejorar nuestra página.